Ayrton Senna
Bovino de la familia
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Antecedentes Hiroshima. El 6 de agosto de 1945, el presidente de EE.UU. Harry Truman ordenó lanzar una bomba atómica (la primera en caer sobre la humanidad) sobre la ciudad de Hiroshima, al final de la II Guerra Mundial, para acabar con la resistencia de Japón.
Nagasaki. El día 9, con los nipones aún sin salir del espanto, se tiró otra sobre Nagasaki. Una probó la explosión con uranio; la otra, con plutonio. Nunca hubo un pedido de perdón.
Víctimas. Murieron en forma directa unas 220 mil personas. Pero en los años siguientes hubo miles de muertos más por cáncer, radiaciones y otras consecuencias.
Tenía 93 años. Sufrió el ataque de EE.UU. en Hiroshima y tres días después el de Nagasaki.
Por: TOKIO. ANSA Y EFE
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YAMAGUCHI. MURIÓ EL LUNES EN UN HOSPITAL DE NAGASAKI. FOTO DE 2008.
Tsutomu Yamaguchi, el último sobreviviente oficial no a una sino a las dos bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos contra Japón en 1945, murió a los 93 años víctima de un cáncer de estómago, se informó ayer. El fallecimiento ocurrió el lunes, pero recién se divulgó en la víspera.
En el país asiático, según datos del ayuntamiento de Nagasaki, hubo 34 dobles "hibakushas", es decir ciudadanos que sufrieron las consecuencias de las bombas nucleares de EE. UU. sobre esa ciudad y, tres días antes, sobre Hiroshima. Otras fuentes hablan de más personas en esa condición.
Nacido en Nagasaki en 1916, Yamaguchi, ingeniero de la Mitsubishi Heavy Industries, había sufrido el 6 de agosto de 1945 el bombardeo estadounidense de Hiroshima durante un viaje de negocios, y al volver a su casa tres días después asistió también al de su ciudad, en el sur del archipiélago.
El estatus de doble hibakusha (cuya traducción es persona afectada por la explosión) le fue reconocido recién en marzo de 2009, cuando en su condición de sobreviviente a la bomba de Nagasaki se agregó también el de sobreviviente de Hiroshima.
Su compromiso público contra el horror de las bombas atómicas había aumentado tras perder en 2005 a causa de un cáncer a su segundo hijo, quien escapó al holocausto nuclear cuando era niño.
"Tras haber experimentado los bombardeos atómicos dos veces y haber sobrevivido, mi destino es hablar de ellos", explicaba Yamaguchi, protagonista de un documental de 2006, "Niju Hibaku" (doble radiación) junto con otros sobrevivientes a ambas bombas atómicas.
Hablar "servirá para tener vivo el testimonio sobre lo que sucedió a las jóvenes generaciones, incluso después de mi muerte", añadió.
En una conferencia en Nagasaki en junio de 2009, en su última aparición en público, el ingeniero había contado que envió una carta al presidente norteamericano, Barack Obama, tocado por su discurso en Praga sobre un mundo sin armas nucleares. EE.UU. nunca pidió disculpas por esos bombardeos. "He querido creer profundamente en sus palabras (de Obama) y en la idea de actuar juntos para abolir todas las armas nucleares", había dicho el nipón.
Hace poco, pese a la enfermedad, Yamaguchi se encontró con el cineasta canadiense James Cameron (cuya última película, "Avatar", hoy bate récord de públicos en varios países), para hablar sobre un proyecto de un film sobre las bombas atómicas.
Las cifras sobre personas que sobrevivieron a las dos bombas varían según las fuentes; algunas hablan de hasta 165. Y otras dicen que hay al menos 20 todavía vivos, pero Yamaguchi era el único con un reconocimiento oficial.
El estatus de hibakusha se otorgó a las personas que se hallaban en el radio de 3 kilómetros del epicentro de la explosión, lo que implica una indemnización mensual, controles médicos y funerales gratuitos.
"He muerto dos veces y nací dos veces en esta vida, tengo que contar ese hecho de la historia antes de morirme", explicó hace unos meses el anciano.
En su libro La vida regalada, publicado en 2006, contó que en Hiroshima pasó la noche en vela entre la destrucción reinante, y que al día siguiente consiguió tomar un tren con centenares de personas hacia Nagasaki, a 300 kilómetros de distancia. Tres días después, el 9 de agosto, volvió a ver la misma luz en el cielo antes del mediodía en su ciudad natal, cuando EE.UU. lanzó la segunda bomba sobre Japón que apuró el final de la II Guerra Mundial.
Nagasaki. El día 9, con los nipones aún sin salir del espanto, se tiró otra sobre Nagasaki. Una probó la explosión con uranio; la otra, con plutonio. Nunca hubo un pedido de perdón.
Víctimas. Murieron en forma directa unas 220 mil personas. Pero en los años siguientes hubo miles de muertos más por cáncer, radiaciones y otras consecuencias.
Tenía 93 años. Sufrió el ataque de EE.UU. en Hiroshima y tres días después el de Nagasaki.
Por: TOKIO. ANSA Y EFE
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YAMAGUCHI. MURIÓ EL LUNES EN UN HOSPITAL DE NAGASAKI. FOTO DE 2008.
Tsutomu Yamaguchi, el último sobreviviente oficial no a una sino a las dos bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos contra Japón en 1945, murió a los 93 años víctima de un cáncer de estómago, se informó ayer. El fallecimiento ocurrió el lunes, pero recién se divulgó en la víspera.
En el país asiático, según datos del ayuntamiento de Nagasaki, hubo 34 dobles "hibakushas", es decir ciudadanos que sufrieron las consecuencias de las bombas nucleares de EE. UU. sobre esa ciudad y, tres días antes, sobre Hiroshima. Otras fuentes hablan de más personas en esa condición.
Nacido en Nagasaki en 1916, Yamaguchi, ingeniero de la Mitsubishi Heavy Industries, había sufrido el 6 de agosto de 1945 el bombardeo estadounidense de Hiroshima durante un viaje de negocios, y al volver a su casa tres días después asistió también al de su ciudad, en el sur del archipiélago.
El estatus de doble hibakusha (cuya traducción es persona afectada por la explosión) le fue reconocido recién en marzo de 2009, cuando en su condición de sobreviviente a la bomba de Nagasaki se agregó también el de sobreviviente de Hiroshima.
Su compromiso público contra el horror de las bombas atómicas había aumentado tras perder en 2005 a causa de un cáncer a su segundo hijo, quien escapó al holocausto nuclear cuando era niño.
"Tras haber experimentado los bombardeos atómicos dos veces y haber sobrevivido, mi destino es hablar de ellos", explicaba Yamaguchi, protagonista de un documental de 2006, "Niju Hibaku" (doble radiación) junto con otros sobrevivientes a ambas bombas atómicas.
Hablar "servirá para tener vivo el testimonio sobre lo que sucedió a las jóvenes generaciones, incluso después de mi muerte", añadió.
En una conferencia en Nagasaki en junio de 2009, en su última aparición en público, el ingeniero había contado que envió una carta al presidente norteamericano, Barack Obama, tocado por su discurso en Praga sobre un mundo sin armas nucleares. EE.UU. nunca pidió disculpas por esos bombardeos. "He querido creer profundamente en sus palabras (de Obama) y en la idea de actuar juntos para abolir todas las armas nucleares", había dicho el nipón.
Hace poco, pese a la enfermedad, Yamaguchi se encontró con el cineasta canadiense James Cameron (cuya última película, "Avatar", hoy bate récord de públicos en varios países), para hablar sobre un proyecto de un film sobre las bombas atómicas.
Las cifras sobre personas que sobrevivieron a las dos bombas varían según las fuentes; algunas hablan de hasta 165. Y otras dicen que hay al menos 20 todavía vivos, pero Yamaguchi era el único con un reconocimiento oficial.
El estatus de hibakusha se otorgó a las personas que se hallaban en el radio de 3 kilómetros del epicentro de la explosión, lo que implica una indemnización mensual, controles médicos y funerales gratuitos.
"He muerto dos veces y nací dos veces en esta vida, tengo que contar ese hecho de la historia antes de morirme", explicó hace unos meses el anciano.
En su libro La vida regalada, publicado en 2006, contó que en Hiroshima pasó la noche en vela entre la destrucción reinante, y que al día siguiente consiguió tomar un tren con centenares de personas hacia Nagasaki, a 300 kilómetros de distancia. Tres días después, el 9 de agosto, volvió a ver la misma luz en el cielo antes del mediodía en su ciudad natal, cuando EE.UU. lanzó la segunda bomba sobre Japón que apuró el final de la II Guerra Mundial.
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Y así, muere uno de los más grandes luchadores en contra de las armas nucleares, sobreviviente de las dos grandes tragedias nucleares provocadas(no olvidemos que Chernobil fue un accidente).
Tsutomu usaba su experiencia para mostrar a otros los horrores de la era nuclear. Durante la guerra fría, millones de personas en países como Estados Unidos vivían con temor a los ataques nucleares de potencias enemigas, Tsutomu no vivía con ese miedo, Tsutomu experimentó ese miedo en carne propia. No debemos olvidar nunca lo que su vida significa, porque si lo hacemos, también olvidaremos que las victimas de un ataque, como los que Tsutomu presenció, no solo son las personas que mueren: también son víctimas todas aquellas personas que presenciaron el horror de ver todo a su alrededor destruido, de ver la sangre correr por todos lados, partes humanas regadas, cuerpos irreconocibles. Las heridas de muchas de esas víctimas no se limitan a heridas físicas, las heridas mentales son a veces las más difíciles de sanar....
Tsutomu usaba su experiencia para mostrar a otros los horrores de la era nuclear. Durante la guerra fría, millones de personas en países como Estados Unidos vivían con temor a los ataques nucleares de potencias enemigas, Tsutomu no vivía con ese miedo, Tsutomu experimentó ese miedo en carne propia. No debemos olvidar nunca lo que su vida significa, porque si lo hacemos, también olvidaremos que las victimas de un ataque, como los que Tsutomu presenció, no solo son las personas que mueren: también son víctimas todas aquellas personas que presenciaron el horror de ver todo a su alrededor destruido, de ver la sangre correr por todos lados, partes humanas regadas, cuerpos irreconocibles. Las heridas de muchas de esas víctimas no se limitan a heridas físicas, las heridas mentales son a veces las más difíciles de sanar....