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Mis Vacaciones

Jacel2018

Becerro
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7 Ene 2018
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Chapter I

Estaba haciendo un calor impresionante; la temperatura rondaba los 40°C; era uno de esos días que te gustaría estar todo el tiempo en una piscina pero lo único que tenia a la mano era la pila y la regadera; se me olvida mencionar que en aquellos días estaba de vacaciones en la casa de una tía en el oriente del país y exactamente ese día me había quedado en casa, aprovechando que no había nadie, para poder terminar de prepararme para mis exámenes.

Por ese entonces una ahijada de mi tía estaba viviendo en su casa y a ella le gustaba jugar básquetbol y ese día había ido a jugar; yo no esperaba que regresara pronto del juego; estaba en el cuarto de mi primo leyendo cuando escuche que la puerta se abrió y ella con un gritó pregunta ¿Hay alguien? Desde el cuarto le contesto ¡Aquí estoy!, ella llega al cuarto con un top deportivo negro y un pantaloneta azul de basquetbolista; iba sudada lo que hacía que su piel morena brillara, sus ojos avellanados y sus labios rosados en resumen se veía exquisita y solamente me dijo ¡Me voy a bañar, cuando venga te sales!; solté una carcajada y le dije ¡Hay mas cuartos donde puedes ir!; se dio la vuelta y se fue al baño.

Transcurrieron unos minutos y escuche pasos descalzos subiendo las gradas; entonces me volteé hacia la pared para fingir que estaba dormido; abrió la puerta del cuarto; cerró la puerta tras de sí y me dijo ¡Oye, salte que me voy a cambiar!; yo seguí inmóvil volteado a la pared pero la podía ver por medio de un espejo; ella se agacho para sacar su ropa; alcance a ver qué saco como dos o tres calzones y se quedo con uno color blanco; fue todo lo que pude ver; luego abrió otra gaveta y sacó un brasier del mismo color; luego supe que su brasier era talla 34C y la tanga talla M.

Me dijo ¡ya deja de hacerte el dormido, que me voy a cambiar¡ pero seguí inmóvil; ella se sentó en la otra cama que había en el cuarto que quedaba justo enfrente del espejo que podía ver; solamente se encogió de hombre y se acomodo la toalla dejando al descubierto ese par de suculentas tetas, redondas, semi blandas, con pezones pequeño y la marca de los tirantes causada por la sobre exposición al sol; por mi parte empezaba a sentir como se me empezaba a endurecer mi verga; ella terminó por acomodarse y ajustarse el brassier y se puso en pie dejando caer la toalla pudiendo ver su panocha en todo su esplendor; la tenia depilada completamente y se le veían los labios carnosos; tomo la otra prenda que ahora podía ver que se trataba de una tanga blanca, con encaje por el frente y un delgado hilo por atrás; tenía unas nalgas paradas, redondas y firmes, unas piernas torneadas y una altura de 1.70 metros; terminó por acomodarse la tanga mientras se veía al espejo; mi verga estaba bien dura y ya empezaba a lubricarse; me mordía los labios mientras seguía viendo a esa mujer.

Ella se volvió a sentar; tomo una lima para uñas de una gaveta de la cabecera de la cama; cuando ya no pude más; hice como me estaba despertando me di vuelta y empecé a estirarme y volteé a ver justo donde estaba ella, sentada en la cama, con la pierna derecha sobre la cama y la otra casi en el suelo; alcance a decirle un ¡Hola!; ella dio un ligero brinco y bajo la pierna dejándolas cerradas; yo tenía los ojos bien abiertos viendo en todo su esplendor a tremenda mujer; y por supuesto con la verga bien parada y dura, lista para la acción.

Ella me dijo ¡Pensé que estabas durmiendo y que, me estabas viendo!; no atine a responder nada al instante; simplemente me incorporé y me puse a la orilla de la cama sin perder detalle; ella estaba serena, esperando que me le acercará y pensando que al primer intento plantarme senda cachetada; así que tenía que ser muy precavido y calcular cada movimiento después de todo no me apodaban tigre por nada; asi me puse en pie y dije ¡Wow, de donde sacaste todo eso!; ella me responde ¡Siempre lo he tenido; pero tú solo te fijas en las chavas de la ciudad!; lo cual lo habia dicho con un tono serio, pero ya estaba en persecución de mi presa y no estaba dispuesto a dejarla ir, me le estaba acercando como un autentico tigre al acecho, sigilosamente, con cautela apenas mostrándome; cuando la tuve a unos milímetros de distancia le dije ¡Para que veas que no es así!; le planto semejante beso en sus rosados labios; ella al sentir el contacto de mis labios recibe mi beso gustosa permitiendo que nuestras lenguas se conozca, se saluden, se exploren, en enrosquen como dos serpientes luchando y permite que mi lengua profundice en su boca; así nos dimos el primer beso.

 
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