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Tenia en aquel entonces 20 años, vivía con mis padres en una unidad habitacional, estaba estudiando una Licenciatura, mis dos hermanos que eran mayores que yo, ya se habían casado y vivían en la ciudad pero en diferentes colonias.
Justo en ese tiempo los vecinos del departamento que estaba justo debajo del mío, decidieron cambiar de residencia, para lo cual vendieron su departamento, a las dos semanas que ellos desalojaron, llegaron inquilinos nuevos, sus nombres, Arturo e Isabel.
Arturo un señor de 45 años, alto, medio gordito, moreno y feo, el cual ya se estaba quedando calvo, su esposa Isabel, una mujer de 42 años, alta, de tez blanca, no era una mujer hermosa, pero si bonita, de cabello rizado y con tinte color pelirrojo.
Tampoco puedo decir que era la mujer con mejores curvas de toda la colonia, no para nada, podría decirse que tenia sus llantitas, nada preocupante pero si se notaban un poco, sus caderas tenían buena forma, no eran las mas redondas ni mucho menos pero hacia el juego perfecto con sus nalgas, pero sin duda lo que llamo poderosamente mi atención y esto fue el causante de que despertara en mi un gran deseo, fue el grandioso par de senos del cual era poseedora.
Esto no paso desapercibido ni por mí y mucho menos por mis amigos, quienes de inmediato le echaron ojo, siempre que platicaba con ellos y ella pasaba, era el blanco de sus ojos, de esas miradas lujuriosas de un grupo de jóvenes calenturientos.
Siempre en nuestras platicas salía a relucir en nombre de Isabel, para todo el grupo el cual estaba compuesto por 5 muchachos de 19,20 y 21 años, todos fantaseábamos con ella y salía a relucir que si la habían visto con pantalón de mezclilla, que si con pants, que con blusas o playeras ajustadas, en fin que siempre había un espacio dedicado a ella.
Y es que Isabel era una mujer que siempre estaba sonriendo, cuando pasaba por donde estábamos nos sonreía y nos saludaba, pero eso si, solo eso y nunca nada mas, al contrario de su marido que siempre se miraba serio, enojado y jamás saludaba, el si nos caía mal, por su carácter y claro esta, por ser el poseedor de aquella mujer que tantas masturbaciones nos hizo tener a su salud.
Un día por la tarde, al llegar de la escuela, llego a casa y al abrir la puerta me encuentro que sentada en la sala de mi casa, estaba ni mas ni menos que Isabel, con ella mi madre, la verdad es que el verla me asombre, pero ella me regalo una hermosa sonrisa, al mismo tiempo de darme las buenas tardes.
Justo en ese momento mi madre le dijo, “el es mi hijo Eduardo, esta estudiando una licenciatura y es el único que nos queda soltero”, yo apenas y atine a sonreír, pero ella mirándome pregunto que era lo que estudiaba, así que ahí de pie le dije la carrera que estaba cursando, luego mi madre menciono que a Isabel, se le habían quedado las llaves de su casa dentro, luego remato Isabel diciendo, “si tu crees, fui a la tienda y no me di cuenta que no llevaba mis llaves, luego de estar mas de media hora fuera, paso tu mami y me ofreció venir a tu casa en lo que llega mi esposo”.
Lo primero que vino a mi mente fue una gran alegría, pues Isabel estaría toda la tarde en mi casa, mi madre me pregunto si tenia tarea, le dije que era poca y que mas tarde la aria sin problema alguno, la verdad es que si tenia mucha, pero quería estar ahí en la sala para poder admirar a Isabel, quien llevaba puesto un pantalón de mezclilla negro, el cual si bien no se le ajustaba por completo al cuerpo, si le hacia ver bien su figura y una playera azul, la cual le quedaba muy ajustada, lo malo era que encima traía una chamarra de pants en color negro y a cada rato la jalaba para no mostrar sus senos.
Luego mi madre se levanto pues fue a calentar la comida, yo feliz porque me quedaría ahí con Isabel, pero esta se puso de pie y dijo que le ayudaría a mi madre, quien no quería pero a base de la insistencia de Isabel, no le quedo mas remedio que aceptar y yo, pues lo lamente.
Una vez que sirvieron la comida, Isabel se sintió acalorada por la lumbre, así que antes de sentarse a la mesa, se despojo de su chamarra y mis ojos por instinto se clavaron en ese enorme par de senos, la playera no era nada escotada, pero se le pegaba a su cuerpo y esto ayudaba para que se pudieran admirar mucho mejor ese suculento par de senos.
Sentí su mirada y me sonroje por lo cual baje mi vista y me dispuse a comer, ya no hable, solo comía y de vez en cuando levantaba la mirada para ver su pecho y luego volvía a bajarla, justo termine de comer y me disponía a levantarme cuando sonó el teléfono, mi medre me hizo ir a contestar y era una tía, así que le pase el teléfono y ella se fue a meter a la cocina para hablar con ella.
Me quede ahí solo con Isabel, lo curioso es que yo no era nada penoso, por el contrario, siempre eh sido muy platicador, muy sociable, por eso conocía mucha gente, tenia muchos amigos y cuates, por eso había tenido suerte con muchas mujeres, siempre había sido muy abierto y hasta un poco cínico con ellas, pero esta mujer me imponía, me hacia sonrojar, no encontraba palabras para iniciar una charla con ella.
Ella fue quien comenzó la platica, me pregunto cosas de la escuela, de mis amigos, cosas de la colonia, hasta que sin mas me pregunto si tenia novia, “dime algo Eduardo, tienes novia, porque siempre te miro con tus amigos platicando y nunca te eh visto con alguna chica”, -este pues no, no tengo novia-, “y eso porque, no eres nada feo”, queeee, como que no era nada feo, esas palabras me sacaron mucho de onda, así que tímidamente dije, -no, pues no tengo novia por el momento-.
Y era cierto, en ese tiempo estaba soltero, aunque a decir verdad, tenía una amiguita con derechos, una compañera de la escuela, la cual tenía novio, pero como los dos nos gustábamos, de vez en cuando nos dábamos nuestras escapadas para pasarla bien, pero eso no se lo podía decir a Isabel, se que no tenia nada de malo, pero me daba pena con ella.
Pero Isabel continuo, “pues yo siempre te eh visto muy alegre con tus amigos, acaso será que solo con ellos eres así y te intimidan las mujeres”, claro que no, solo tu pensaba contestar, pero preferí seguirle la corriente, -pues si, la verdad es que soy muy tímido con las mujeres, sobre todo si estas son bonitas-, “pues que raro, normalmente los chicos de tu edad son mucho mas abiertos, además hoy en día viven su sexualidad de forma mas plena y mas abierta”, -pues si, pero yo no-, “pero apoco nunca has tenido novias”, -bueno si, eh tenido algunas, bueno muy pocas y siempre han sido relaciones muy tranquilas-.
Ella sonrió y me dijo, “ahora me vas a salir con que a tu edad aun sigues siendo virgencito, esa no te la creo”, la verdad nunca me espere que me dijera eso, por lo cual me vi sorprendido, justo en ese momento mi madre apareció y se sentó con nosotros, Isabel le menciono el tema del que platicábamos, le dijo, “dice aquí su hijo que es muy seriecito y tímido con las mujeres y que por eso no tiene novia”.
Y pues ya saben como son a veces las madres, “no que va, este es el menos seriecito de todos mis hijos, debería de ver, a cada rato le andan llamando por teléfono y casi siempre son mujeres las que lo buscan”, yo solo pensaba que en ese momento me tragara la tierra, no conforme con eso mi madre se siguió, “no si este me ah salido re noviero, yo le digo que es un pirujo” y echo a reír mi madre, yo agarre mi plato y dije con permiso y me retire del lugar.
Me fui directo a mi cuarto mientras escuchaba las carcajadas de mi madre y de Isabel.
Mas tarde baje por mi mochila para hacer mi tarea y fue cuando sonó el teléfono de la casa, mi madre contesto y le dio el teléfono a Isabel, diciendo que era su esposo, ella de inmediato colgó y nos dijo, “bueno ya llego mi marido, me esta marcando para decirme que ya esta aquí abajo estacionando el auto, muchas gracias por todo, le dio la mano a mi madre y un beso en la mejilla, luego se dirigió a mi, me sonrió y también se despidió dándome un beso en la mejilla, luego al hacerse hacia atrás me sonrió y en un tono muy suave me dijo, “con que serio y tímido”, luego sonrió y salio de la casa.
La verdad yo me quede apenado y sorprendido, pero en ese momento no me di cuenta que mi madre al final, me había echo un favor y eso lo vería reflejado tiempo después.
A partir de ese día, cuando me encontraba a Isabel, la notaba mas sonriente para conmigo, me miraba de forma diferente y de esto no solo me di cuenta yo, si no también mis amigos, quienes entre broma y broma, me decían que me aventara, que yo le gustaba y muchas cosas mas.
Pero en verdad que había algo de esta mujer que me intimidaba, lo desvergonzado que era con otras mujeres, no podía serlo con ella, me costaba trabajo hasta sostenerle la mirada y yo notaba que ella disfrutaba con hacerme sufrir y sonrojar.
Un sábado por la mañana, estaba en la sala viendo televisión, cuando mi madre llego de la tienda y al verme ahí me dijo, “anda, ve con la señora Isabel, que tiene un problema en casa y necesita ayuda, ya le dije que tu bajarías así que anda a ayudarla”, yo me encontraba en bermuda y una playera vieja y despeinado, así que solo tome una gorra y baje, toque su puerta y ella me abrió, traía puesto un short de mezclilla corto y una playera blanca, la cual se notaba ya vieja y se transparentaba su brasier de color negro, el cual sostenía con total heroísmo ese hermoso y voluptuoso par de senos.
-Buenos días, mi madre me dijo que me necesitaba para algo-, ella sonrió al verme y pude notar un poco de picardía en su sonrisa, “pues si, te necesito para varias cosas pero por lo pronto, quisiera que me ayudaras con la llave de mi regadera, se esta goteando mucho agua y ya la cerré por completo, no quiero que se desperdicie”, -esta bien, vamos a ver que puedo hacer-, ella me dijo que la siguiera, dio la vuelta y camino hacia el baño, yo iba detrás de ella y pude ver que su short, se ajustaba de forma deliciosa a sus caderas y nalgas, además de la parte superior de la bolsa derecha, el short estaba desgastado y un poco rasgado, por lo cual pude notar la tela de su calzón en color negro, pero eso era lo de menos, mis ojos se perdieron en el rítmico vaivén de sus nalgas.
Y así mientras mis ojos seguían el movimiento de sus bonitos glúteos, llegamos al baño, ella entro primero y me mostró que la regadera se goteaba en forma abundante, así que le hice mención de que tenia que cerrar la llave de paso, esa se encuentra abajo del edificio y que mientras ella lo hacia, yo subiría por lo necesario para quitar la llave y ver que tenia, ella dijo que estaba bien, así que salimos juntos, yo fui a mi casa y ella a cerrar la llave.
Al regresar la puerta estaba abierta, así que me introduje en la casa y fui directo al baño, ahí estaba Isabel, sentada en la taza del baño y mirando hacia la regadera, por lo cual vi su espalda, pero no preste atención a un pequeño detalle, simplemente me pase, entre en la regadera y comencé a quitar la llave.
Una vez que hice esto note que el empaque estaba roto, por lo cual se goteaba el agua, -este es el detalle, el empaque ya no sirve-, dije sin voltear a mirarla, “hay en serio y eso donde se consigue”, dijo ella, fue cuando voltie a mirarla para decirle que no se apurara, pues yo de forma provisoria, había tomado unos por si acaso, de la caja de herramientas de mi padre.
Fue entonces cuando mis ojos hicieron que me llevara una muy agradable sorpresa, pues mis ojos vieron como debajo de esa vieja y desgastada playera, el color y la forma de sus senos se marcaban de forma exquisita, el motivo de esto, pues que Isabel, no traía puesto ya su brasier negro.
Apenas y termine la frase pues me quede completamente atónito, mirar esas voluptuosidades y ver como se marcaba la gran aureola y el grande pezón de sus senos, me dejaron petrificado, mas sin embargo ella de forma muy natural, como si nada pasara, me sonrió y dijo, “hay que bueno que tienes eso para arreglar mi llave, el flojo de mi marido se dio cuenta pero como ya se le hacia tarde para su trabajo lo dejo así”.
Me costo trabajo quitar mi mirada de sus senos, eran como un fuerte imán que me atraían por completo, de pronto volví a escuchar su voz, “y como son esos empaques que dices”, por instinto metí mi mano al bolsillo de mi bermuda y saque tres empaques negros y se los mostré sin decir nada, “y esa cosa tan pequeña es la que va a hacer que ya no gotee mi regadera”, yo solo moví mi cabeza asintiendo su pregunta, fue cuando por fin pude quitar mis ojos de sus senos y me gire para comenzar a ponerlo, pero la verdad me sentía muy nervioso, mi frente comenzó a sudar, sentía como mi cuerpo era tomado por un fuerte calor y claro esta, mi pene también lo resintió y sentí como quería comenzar a ponerse duro.
Sin duda ella noto esto y sonrió de forma maliciosa y triunfal, me dispuse a cambiar el empaque cuando ella me dijo, “oye y porque me mentiste eh”, sin voltear a mirarla solo respondí, -este no se porque me dice eso, no se en que le mentí-, “bueno en primera quitémonos formalidades, esta bien que soy mucho mayor que tu, pero no me llames como le hablas a una persona adulta, háblame normal como si lo hicieras con tus amigas”.
-En segunda, me dijiste que no tenias novia y que eras un chico muy serio y mira, tu madre te echo de cabeza, diciendo que eras bien noviero”, -bueno es que yo, pues no mentí al decir que no tenia novia, pues no la tengo-, “bueno eso lo creo, pero ya no eso de que eras muy seriecito y tímido”, -no le haga, digo, no le hagas caso a mi madre, solo son amigas las que me llaman-, “amigas con derechos”, dijo ella y echo a reír.
-No, bueno si, bueno no, solo son amigas y solo eso-, “jajaja ya vez, hasta nervioso estas, no hace tanto calor y estas sudando mucho, que fue lo que te puso así, lo que dije de tus amigas o fui yo quien te puso así”, ella disfrutaba de verme sufrir, y la verdad es que no se que me pasaba, siempre era muy abierto y cínico con las mujeres, pero Isabel me imponía, y ella lo sabia y lo estaba disfrutando.
“Entonces ya no eres virgencita como lo había dicho”, -bueno, yo este pues no, ya no-, “y que tal, con cuantas niñas has estado”, -pues no muchas-, “y eres bueno en el sexo”, queee, esa pregunta era la que menos me esperaba, sin duda eso me puso mucho mas nervioso y excitado a la vez, -este pues no lo se-, “como que no lo sabes”, -bueno pues eso lo deberían decir ellas no crees-, “mmm haber dime algo, después de estar con alguna de esas chicas, te han vuelto a buscar”, -eso que tiene que ver- conteste, “ah pues si a una chica le gusto tener sexo contigo y como se lo hiciste, pues es lógico que te vuelva a buscar, si no lo hace es porque no le gusto y no eres bueno”.
-Ah pues entonces tal vez si lo soy, porque si me volvieron a buscar-, justo en ese momento se hizo un silencio, yo terminaba ya de poner la llave, -listo ya puedes abrir la llave de paso-, ella se puso de pie y dio la vuelta para ir a abrir la llave, yo me quede esperándola, cuando regreso vio que ya no goteaba y me dijo, “hay que bien, ya quedo y ya no se tira el agua, muchas gracias Eduardo, te agradezco mucho tu ayuda, que lindo”.
-No hay de que de verdad-, nos quedamos en silencio por unos instantes, mis ojos luchaban por voltear a ver sus senos pues la tenia parada frente a mí, “bueno, pero haber antes de que te vayas, no hemos terminado el tema, haber sígueme contando, que tal te ah ido con esas chicas con las que has tenido sexo”, otra vez ella regresaba a ese tema que yo había pensado que ya pasaría a segundo termino.
-Bueno pues me ah ido bien, no me puedo quejar la verdad-, “con cuantas chicas has estado”, -bueno pues yo creo que como dos nada mas-, mentía, la verdad es que mentía, no quiero que suene a presunción ni mucho menos, pero afortunadamente tenia química con las chicas y bueno, tampoco presumiré que en ese tiempo había estado con toda la escuela, pero si había tenido suerte de haber tenido sexo con cinco chicas.
“Mmm no se porque pero tengo la sensación de que me estas mintiendo”, -no de verdad que no-, “ok te voy a creer”, fue entonces que le revire su interrogatorio, para entonces ya estaba yo mas tranquilo, me seguía imponiendo su presencia, pero ya me sentía un poco mas seguro, -ahora dime tu, en tu vida has tenido sexo con muchos hombres-, “oye, recuerda que soy una mujer casada y le soy fiel a mi marido, como me haces esa pregunta”, -bueno pero no siempre fuiste casada, así que en tus años de soltera pudiste tener aventuras-.
“Eres muy listo y ahora me quieres poner en aprietos a mi, pero bueno, te lo voy a contestar y sin tanta pena como tu la tuviste, pues de soltera siempre fui una niña de casa, acostumbrada a la educación mojigata de mi familia, recuerda que antes eran otros tiempos, así que mi virginidad la perdí hasta que tenia tu edad mas o menos, no como ahora que la pierden hasta desde los quince años, no yo ya era mayor de edad y fue con un novio al que quise mucho”.
“Y pues como dicen, todo es cuestión de que se pruebe por primera vez para que tomes carrera jajaja, así que ya después tuve como siete hombres mas, hasta que conocí a mi esposo, porque deja te digo que a el ya lo conocí mas grande, yo tenia como treinta años mas o menos, duramos de novios tres años y luego nos casamos, tenia ya treinta y tres, ahora tengo cuarenta y dos, así que llevamos nueve años de casados”.
-Órale, entonces en total con tu esposo en total has tenido nueve hombres-, “mmm pues si, podría decirse que si”, -oye y ahora de casada, nunca le has sido infiel a tu marido-, “hay como crees, claro que no”, -como dices tu, no se porque pero tengo el presentimiento de que me estas engañando-, ella echo a reír y solo dijo, “ya basta de preguntas ok, ya te dije que soy casada, (esto lo decía con una sonrisa muy maliciosa), además yo soy una mujer ya madura”, -bueno pero el que seas madura no quita que seas una mujer bonita y deseable para los demás señores-.
“Pues si, no puedo negar que hay alguno que otro señor que de pronto me lanzan piropos, pero yo ni caso les hago, con ninguno de ellos le pondría el cuerno a mi esposo, ahora que si hubiera un chico joven y guapo algo así como tu, pues tal vez lo pensaría un poco”, zaz, esta mujer me seguía sorprendiendo, había muchas cosas que no me esperaba y esta fue algo que lejos estaba de imaginarlo.
“Bueno, ya hablamos mucho de este tema, creo que ya es hora de que te vayas, yo todavía tengo que bañarme y hacer muchas cosas mas”, -este si esta bien, ya me voy-, ella tomo una de mis manos, pues en la otra tenia la herramienta con la que quite la llave, “de nuevo muchas gracias Eduardo, eres muy lindo y agradezco mucho tu ayuda”, en ese momento ella me abrazo en forma de agradecimiento, pero el agradecido fui yo, pude sentir esos grandes senos pegarse a mi pecho, claramente pude sentir como sus pezones se ponían duros, la mano que tenia libre la coloque en la parte trasera de su cintura y la atraje hacia mi de forma muy suave.
Claramente pude notar como su respiración se aceleraba suavemente, mi pene por lógica respondía y cobraba vida, puedo jurar que ella sintió claramente esto, pues con la punta de mi pene y a pesar de la tela de mi bóxer y mi bermuda, claramente sentí la presión que hizo este con su vientre, una de sus manos fue a mi nuca y acaricio con delicadeza mi cabello, estaba yo a punto de dar el siguiente paso, cuando justo en ese momento, se escucha que tocan la puerta de la casa y al mismo tiempo la voz de mi madre, “hola, aun no termina Eduardo la reparación”.
De inmediato nos separamos, pude notar lo agitado de su respiración, “si, este si ya termino, ahora va”, dijo ella con voz un poco acelerada, “anda ya vete”, dijo, -si, ya me voy-dije yo, ella de inmediato giro y fue hasta su cuarto, yo me acomode la bermuda pues mi pene estaba duro y rígido, no podía salir así, por lo cual la acomode como pude a forma que no se notara y me tape de forma muy discreta con la herramienta.
Mi madre estaba en la puerta y al verme me dijo, “ya terminaste hijo, es que necesito que me hagas un mandado”, -si mama, ya termine-, al decir esto ya estaba frente a mi madre, “y quedo bien”, pregunto ella, y justo en ese momento apareció Isabel, quien ya traía puesta una chamarra de pants, con la cual cubrió sus senos, al final de cuentas no podía salir solo con la playera, mi madre se hubiera dado cuenta que no traía brasier.
“Si, quedo muy bien todo, Eduardo lo arreglo y lo dejo perfectamente bien”, mi madre sonrió y le dijo, “pues que bueno que le pudo ayudar, ya sabe cuando necesite algo y si este niño le puede ayudar, no dude en decirlo, para eso estamos los vecinos”, Isabel sonrió pero en verdad que solo yo pude darme cuenta de lo maliciosa de su sonrisa, “si, muchas gracias, lo tomare en cuenta y no tenga duda de cuando necesite de algún servicio de Eduardo, lo llamare”, mi madre toda inocente solo sonrió, me dijo que ya nos fuéramos y con una sonrisa de satisfacción por haber ayudado a la vecina, subimos a la casa.
Hice el mandado para el que me requería mi madre y al regresar, me di un encerron en el baño pues estaba muy excitado y me di la masturbada de mi vida, luego me dispuse a hacer mis quehaceres de forma un tanto mas tranquila, pero era obvio que lo acontecido con Isabel, me hacia tener gratos recuerdos y mi deseo había incrementado en demasía.
Ese día por la noche salí con mis amigos, nos fuimos a un billar a jugar y a tomarnos unas cervezas, regresamos pasada la una de la mañana, todavía nos quedamos por unos instantes mas en la calle platicando, yo miraba hacia la casa de Isabel y pude notar que las luces estaban apagadas, justo en ese momento llego el señor Arturo, el esposo de Isabel, quien estaciono su auto con notable dificultad, luego al bajar notamos que iba ebrio, nos miro y ni saludo, siguió su camino hasta subir de forma curiosa y zigzagueando.
No falto el comentario oportuno de uno de mis amigos, “mira que suerte de cabron, llega tarde, totalmente ebrio y con la posibilidad de cogerse a la sabrosa de su esposa”, todos reímos por el comentario, diez minutos después nos despedimos y cada quien subió a sus casas, uno de mis amigos llamado Martin, vivía en el mismo edificio que yo, pero el en la planta baja, así que caminamos al edificio y nos despedimos frente a su puerta, yo comencé a subir las escaleras y justo pasaba frente a la casa de Isabel y note que la luz estaba prendida y una pequeña parte de la cortina estaba corrida.
Dicen que la curiosidad mato al gato, pero no me importo, lentamente y de forma sigilosa me acerque a la ventana y me incline para poder ver con mi ojo izquierdo, pues no era tan grande la abertura, lo que vi fue a Isabel y su marido en la sala, como que discutían, trate de afinar mi oído y fue cuando alcance a escuchar como Isabel le decía, “es que no puede ser posible, llegas tarde, borracho y todavía quieres tener sexo conmigo, eso no es justo, me dejas todo el día sola y aburrida por irte con tus amigos y ahora quieres que este a tu disposición, pero que tal cuando yo quiero tener sexo y tu sales con que estas cansado”.
Pero su marido le insistió y de pronto se abalanzo sobre ella, la recostó de forma brusca en el sillón y le abrió la bata que traía puesta Isabel, luego de forma torpe y con trabajo pudo desabrochar su pantalón y lo bajo junto con su truza, enseguida despojo a Isabel de su pantaleta y sin mas la penetro, de inmediato mi atención se centro en los senos de ella que habían quedado libres y en su cara, quería ver sus gestos ahora que su marido la estaba penetrando.
Pero poco me duro el gusto de disfrutar sus senos pues su marido la abrazo y con su cuerpo los tapo, mientras que de forma brusca y torpe le besaba el cuello, así que mi atención ahora se centro en la cara de ella, quien casi de inmediato comenzó a hacer gestos de placer y gusto.
Pero cual fue mi sorpresa que apenas habían pasado cuatro minutos, cuando de pronto alcance a escuchar un grito de don Arturo y de forma inmediata dejo de moverse, sin duda alguna se había corrido, luego voltie a ver la cara de ella, pude notar un gran gesto de frustración, sin duda se había quedado poco menos que a medias y completamente insatisfecha.
Su marido se levanto, se subió la truza y el pantalón y torpemente se fue hacia su recamara, mientras que Isabel se subía su pantaleta, en este movimiento apenas y alcancé a ver por un fugaz momento su vagina, pues de inmediato la pantaleta la cubrió, luego cerro su bata y de nuevo se sentó en el sillón, se miraba pensativa, molesta, insatisfecha, juro que en ese momento me dio ternura y lastima al mismo tiempo, por mi mente paso la idea de tocar su puerta y decirle que yo podía satisfacerla y quitarle ese mal sabor de boca, pero era imposible, el saber que estaba ahí su marido y el pensar que el tipo se había vaciado dentro de ella me hizo reflexionar y alejar esa idea.
Isabel se quedo por unos instantes mas en el sillón, se notaba pensativa, de pronto se puso de pie y camino hacia su cuarto, pero no apago la luz, así que pensé en ese momento si ya irme o seguir viendo, además de que la posición que yo tenia no era muy cómoda y ya me estaba cansando, pero decidí esperar un poco mas, darle un par de minutos y si no salía de nuevo ya subir a mi casa.
Y justo estaba ya por irme cuando la vi aparecer de nuevo, en su mano traía algo pero no sabia que era, podía notar una funda de tela en color rojo, luego se paro frente al sillón, volteo hacia su recamara y claramente escuche como le grito a su marido, “tu sigue durmiendo maldito borracho, mientras yo aquí termino lo que tu no eres capaz de hacer”, enseguida de esto, puso lo que traía en la mano sobre el sillón, llevo sus manos a la bata y la abrió de par en par.
Orgullosos, enormes y hermosos se mostraban sus senos, me dejo con la boca abierta, impresionado y completamente anonadado, la aureola era grande en color café claro, sus pezones duros y desafiantes, pero ahí no terminaba todo, claro que no, la bata la dejo en el reposa brazos de su sillón, luego se agacho y le toco el turno a su pantaleta, la cual no era nada sexy pero en cuanto esta bajo por completo, ella se incorporo y pude ver su vagina, la cual estaba cubierta por una gran cantidad de vello.
Pero las sorpresas seguían, pues ella se sentó en su sillón, tomo lo que había dejado en el sillón y de esa funda salio un vibrador, si, esta mujer me seguía impresionando, aunque entendía el porque de este vibrador, el cual era de un tamaño regular, no se miraba muy grande, en color carne y con la forma bien definida de un pene.
Isabel lo tomo entre sus manos, lo acaricio suavemente, luego vi que giro una perilla que se encontraba en la base del vibrador, se acomodo en el sillón y luego llevo el vibrador hasta su vagina, pasándolo por cada centímetro de esta, haciendo que los labios se abrieran como para abrazar el intruso de plástico, luego sin mas coloco la cabeza de este objeto sobre su clítoris y lo dejo ahí por unos instantes, luego suavemente comenzó a moverlo en forma que le acariciara su botoncito en forma circular.
Mientras con la mano derecha tomaba el objeto y acariciaba su clítoris, con su otra mano acariciaba su pierna izquierda, en su cara comenzaba a dibujarse unos gestos que denotaban el placer que comenzaba a sentir, la mano que acariciaba su pierna ahora recorría su cuerpo hacia arriba hasta llegar a uno de sus senos, el cual comenzó a apretar de forma suave, recorriendo toda la piel que cubría a este, luego dos de sus dedos aprisionaron su durísimo pezón y le daba suaves apretones, mientras que la mano que tenia el artefacto de plástico, se movía un poco mas rápido.
Imagine que alcanzaba un orgasmo pues sus ojos se abrieron al máximo, la mano que tenia en su seno dejo de moverse y lo apretó con fuerza, al mismo tiempo que su boca se abría y dejaba escapar un fuerte gemido, sus piernas las abría y cerraba con algo de desesperación, pero de pronto note que el vibrador dejaba en paz el clítoris y se deslizaba hacia abajo, Isabel hizo hacia delante sus caderas, abrió un poco mas las piernas y de pronto note como lentamente, se perdía en el interior de su vagina, el pene de plástico que segundos antes, la había echo alcanzar un orgasmo.
Una vez que entro casi todo, lo dejo por unos instantes así, de pronto echo la cabeza hacia atrás en el respaldo del sillón, la mano que antes había ocupado para acariciar su seno, bajo hasta su velludo monte y postro dos dedos en su hinchado botón y comenzó a acariciarlo, al mismo tiempo que con la otra mano sacaba y metía el placentero juguete.
A mi ya me estaba matando la espalda, estaba cansado por la posición y trate de acomodarme de una mejor forma pero sin dejar de ver lo que ahí acontecía, no podía ver bien la cara de Isabel pues la tenia apuntando hacia el techo, pero si deleitaba mis ojos con esos deseados senos, con el movimiento de su mano izquierda acariciando su clítoris y el entrar y salir del miembro falso, mientras que sentía como mi pene, estaba completamente mojado por el liquido pre seminal que de el emanaba por la enorme excitación.
En ese momento deseaba que mi miembro fuera el que ocupara el lugar del intruso falso, si ya deseaba a esa mujer, ahora el deseo era inmenso, daría lo que fuera por tenerla en mis brazos y hacerle todo lo que ella tanto deseaba, eso que su marido le estaba negando y escaseando.
No me moví de ese lugar hasta que pude ver como ella tensaba sus piernas, el movimiento de la mano que acariciaba su clítoris y de penetrarse con mayor rapidez daban resultado, pues ella dejo escapar otro fuerte gemido, pareciera que su intención fuera que su marido la escuchara, al momento de alcanzar otro orgasmo, el cual pude notar había sido intenso.
De pronto regreso la calma, su mano dejo de acariciar su clítoris y dejo por un momento el vibrador dentro de su vagina, seguía descansando su cabeza en el respaldo del sillón, respiraba aceleradamente, podía ver como sus grandes pechos se inflamaban cada que respiraba de forma profunda, hasta que pudo relajarse por completo, fue entonces que saco lentamente su juguete de plástico, el cual salio completamente bañado de jugos, se incorporo y fue hasta su comedor para tomar una servilleta y limpiar su juguete, fue entonces que pude ver su bonito par de nalgas, luego regreso, lo guardo en su funda, tomo su pantaleta y se la coloco, le siguió la bata, tomo la funda y camino, apago la luz y se fue a su recamara.
Yo me incorpore con un fuerte dolor de espalda y con las piernas temblando por la posición incomoda en la que estuve y por la excitación tan grande que tenia, subí a mi casa, pase al baño por gran cantidad de papel y luego fui hasta mi cuarto, donde me tumbe en la cama y me masturbe con los recuerdos de Isabel, hasta que estalle de forma abundante, llenando por completo el papel de baño que tenia para este fin, termine de limpiarme y fui a tirar el papel, regrese a mi cuarto y me recosté en mi cama, me costo mucho trabajo poder conciliar el sueño, no podía dejar de pensar en Isabel, en pensar una y otra vez como podría hacerle para estar con ella, deseaba poder tener sexo con esta mujer, la deseaba de forma inmensa.
Paso una semana más desde ese día en que tuve la suerte de ver auto complacerse a Isabel, no la había logrado ver pues en esa semana me encontré en exámenes y entregas de trabajo, así que salía muy temprano a la escuela, regresaba tarde y me encerraba para estudiar y hacer mis trabajos, así que para el viernes termine completamente exhausto, por lo cual no salí en toda la tarde, llegue de la escuela y me encerré en casa.
Para el día sábado, me levante temprano, desayune y luego hice mis quehaceres, casi a medio día tome mis cosas pues tenia juego de fútbol y baje pues ya me esperaban dos de mis amigos que jugaban conmigo, al pasar frente a la casa de Isabel, esta se encontraba en la puerta y su esposo en el pasillo con una maleta de viaje, cuando ella me vio, en su cara se dibujo una hermosa sonrisa, “hola Eduardo, buenos días”, -hola Isabel, buenos días”, su marido se me quedo viendo de forma seria, yo solo por no dejar le dije también buenos días y apenas y a regañadientes alcancé a escuchar que respondía mi saludo.
Seguí mi camino hasta llegar con mis amigos, quienes me dijeron que solo esperaban a otro amigo que aunque no jugaba, quería acompañarnos, fue cuando vi un taxi estacionado y con el conductor de este sentado al volante, luego bajo el esposo de Isabel, el taxista le abrió la cajuela, metió su maleta y abordo el taxi, casi de inmediato se pusieron en marcha, uno de mis amigos de inmediato dejo escapar un comentario, “huy mira, dejaron solita a Isabel, con ganas de ir a acompañarla”, los demás reímos aunque a mi no me gusto tanto el comentario, un minuto después llego a quien esperábamos y nos fuimos al juego de fútbol.
En el camino mis amigos me pusieron al tanto de que en la noche había una fiesta, así que nos pusimos de acuerdo en que a las ocho de la noche iríamos a esta.
Luego del juego regresamos a casa, nos despedimos y subía a mi casa cuando casi me cae una cubetada de agua encima, era Isabel que estaba lavando su pasillo y las escaleras, “hay Eduardo, casi te mojo discúlpame”, -no te preocupes, al final me hace falta un buen baño, imagina después de haber jugado como vengo-, seguí subiendo las escaleras hasta llegar donde ella estaba, me pare frente a ella y justo en ese momento me dijo, “oye no te eh visto para nada, has estado enfermo o algo por el estilo”, -no claro que no, lo que pasa es que estuve en exámenes y todo eso, me absorbió por completo-.
“Ah con razón, ya estaba yo preocupada y pensaba que si no te veía en estos días, subiría a preguntarle a tu madre por ti”, -ah pues muchas gracias por la preocupación, pero no, ya te comente que fue lo que paso-, “ah muy bien y que vas a hacer hoy”, -pues en la noche tengo una fiesta y tu-, “no pues yo nada, quedarme en casa solita, (justo en este momento hizo una pequeña pausa y luego continuo), y aburrida”, aunque yo note que su marido había tomado un taxi con una maleta, me hice el desentendido y le pregunte, -pero y porque solita-, “es que mi marido que tiene una convención o no se que cosa para la semana que viene, es para el lunes pero pues según el tenia que llegar desde hoy, puro pretexto para tener dos días de vacaciones”.
-Y porque no te llevo-, “pues según el porque no podía, ya sabes puros pretextos”, se hizo un ligero silencio, luego me dijo, “así que te vas a ir a una fiesta”, -si tu crees-, “ah mira es que se me vino una idea a la mente pero no, mejor no”, -dime cual fue tu idea-, “no nada de verdad”, -anda dime-, “bueno es que pensé por un momento que vinieras a visitarme para no estar tan solita, no se podríamos ver unas películas, las que tu quieras y comer algo aquí, hacer palomitas no se, tonterías que se me ocurrieron, pero pues tu tienes tu fiesta y me imagino que ya quedaste con tus amigos, así que olvida lo que te dije”.
Yo no lo pensé ni dos veces y de inmediato le dije que si quería no había problema, que me quedaba con ella y no iba a la fiesta, pero ella dijo que no, que si ya había quedado con mis amigos que me fuera, todavía hasta le dije que si quería que fuera con nosotros, pero ella echo a reír y dijo, “jajajaja como crees, que va a hacer una vieja como yo en una fiesta de jóvenes como tu, nada que ver”, me quede pensativo por unos instantes y luego le dije, -que te parece si me voy un rato con mis amigos a la fiesta y me regreso temprano y vengo a visitarte, claro si no tienes planeado dormirte temprano-, ella se quedo pensando por unos instantes, luego volteo a verme, pensé que diría que no, pues ya seria muy tarde, mas sin embargo para mi sorpresa me dijo, “a que hora llegarías aquí”.
-Mira la fiesta es a las ocho, te parece bien si voy un rato, pongo algún pretexto y me regreso para llegar aquí como a las diez, no es muy tarde-, mis oídos se alegraron al escucharla decir, “esta bien, me parece perfecto, te veo a las diez entonces”, quise brincar de gusto, pero tuve que contenerme y de forma muy tranquila le dije, -bueno pues aquí te veo a las diez, quieres que traiga algo-, “no o bueno si, te parece si de la fiesta te robas una cerveza y me la traes”, -si claro que si y si no, pues paso y compro algunas-, “esta bien, entonces te veo al rato”, -si, esta bien-, ella me sonrió y luego se puso como si nada a seguir barriendo su pasillo y las escaleras, yo subí a casa pero me sentía contento, estaría con ella en la noche y claro esta, mi imaginación volaba y pensaba en que tal vez, esa era mi oportunidad para tener sexo con ella.
Estuve en casa pensando una y otra vez, tratando de mentalizarme en que si se me hacia con ella, debía tener paciencia y esforzarme al máximo, pues debería darle el mayor placer y no defraudarla como su marido, aunque la otra parte de mi cerebro decía que no me hiciera ilusiones, el caso esta que me la pase muy nervioso, cuando llego la hora me di un baño a conciencia, me vestí, me perfume y en cuanto mis amigos chiflaron, salí de la casa, al pasar por la casa de Isabel note las luces prendidas, busque algún rendijo por la cortina pues quería ver si podía ver algo, pero esta estaba perfectamente bien cerrada.
Fui con mis amigos y nos fuimos a la fiesta, pero la verdad es que ni atención les ponía, mi mente estaba en otra parte y con otra persona, la fiesta estaba divertida, pero yo no me encontraba en ella, había chicas muy linda y guapas, mis amigos las miraban y se ponían de acuerdo para abordarlas, a mi me decían pero yo ni atención les ponía, hasta que uno de ellos me dijo, “bueno wey, que te pasa”, -no nada es que me siento cansado, tu sabes la semana fue muy pesada para mi-, “wey no inventes, hay un buen de viejas bien buenas y tu ni atención les pones, mira esa chava de allá no te quita los ojos de encima y tu ni cuenta”, -a si, cual-, “esa mira”, me señalo una chica muy bonita, de cabello negro lacio, de cuerpo delgado y nada voluptuoso, estaba linda la niña pero la verdad, es que en mi mente solo estaba Isabel.
Para quitármelo de encima le dije que en un ratito iría a sacarla a bailar, pero nunca lo hice, así que paso el tiempo y cuando vi mi reloj, ya marcaban las nueve cincuenta, así que sin mas les dije, -saben que, la neta es que yo estoy muy cansado, tengo sueño y no quiero aguadarles la fiesta, así que mejor me voy a descansar a mi casa, ya mañana me platican que tal les fue-, ellos insistieron en que me quedara, pero al ver mi negativa y saber que yo nunca le rehuía a las fiestas, creyeron que realmente estaba cansado y optaron por decir que mejor me fuera a descansar, todavía uno me dijo antes de salirme, “eres re wey, esa cabía esta re bien y tu ya te vas”, yo solo sonreí y salí de la fiesta.
Como era una colonia que estaba cerca de la mía, me fui caminando rápidamente, antes de llegar a mi colonia, pase por una tienda y compre cuatro botes de cerveza, luego seguí mi camino, al estar cerca de mi edificio, me fije que no estuviera mi madre o mi padre en la ventana, una vez que vi libre el camino rápidamente me introduje en el edificio, subí las escaleras, mire mi reloj y ya eran las 10:08, me pare frente a la puerta de Isabel, la luz de la sala se miraba apagada, pensé que ya se había dormido, toque una vez el timbre, espere a ver si me abría, mientras nerviosamente miraba a uno y otro lado, esperando que no subiera o bajara algún vecino.
Pasaban los segundos que se me hacían horas y no abría, yo nervioso y pensando que tal vez ya se había dormido, de pronto se prendió la luz de la sala, casi enseguida se corrió la cortina y ella se asomo, de inmediato abrió la puerta y me dijo que pasara, lo cual hice rápidamente y ella de inmediato cerro la puerta, note que su cabello se encontraba un poco húmedo, “hola, la verdad es que pensé que no vendrías y que ahora estarías en la fiesta ligando chicas”, -no claro que no, yo siempre cumplo-, ella me miro con una sonrisa maliciosa y me dijo en un tono muy sugestivo, “de verdad, siempre cumples”, -le sonreí y le dije, -si claro, siempre cumplo mi palabra-.
Mientras me sentaba en uno de sus sillones, pude notar como estaba vestida, traía una bata de color azul marino de tela brillosa y unas sandalias de baño, fue que le dije, -la verdad es que al ver la luz apagada pensé que ya te habías dormido-, “no claro que no, te estaba esperando, solo que como me di un baño, estaba en el cuarto de atrás, arreglando una ropa, por eso se miraba todo apagado”, -ah por cierto, no te pude traer una cerveza de la fiesta pero compre estas cuatro latas, no se si quieras que vaya por mas-, “no con estas esta bien, yo me tomo dos y tu te tomas dos”, -esta bien-, “o acaso quieres traer mas para emborracharme y luego aprovecharte de mi”, al decir esto dejo escapar una sonrisa maliciosa.
Para este entonces yo ya tenia mas confianza en mí, así que de forma tranquila le dije, -no claro que no, o acaso necesitaría de eso para hacerlo-, ella me miro al tiempo de sentarse en el mismo sillón donde la había visto auto complacerse una semana antes, haciendo que vinieran a mi algunos recuerdos, sonriendo me dijo, “oye, eso que me dices es una insinuación eh, haber donde quedo ese chico tímido que presumiste un día”, yo solo sonreí al tiempo de tomar una lata de cerveza y ofrecérsela, ella estiro su mano y en cuanto la tomo, sus dedos se postraron sobre los míos.
Fue un contacto breve, de inmediato ella abrió su lata y comenzó a tomar el contenido al igual que hice con la mía, “y que tal estaba la fiesta”, -pues se miraba que estaba buena-, “y porque no te quedaste, acaso no había niñas lindas por las cuales pudieras quedarte en la fiesta”, -si, había algunas pero yo ya había echo cita con una mujer muy guapa, así que no podía dejarla-, ella se sonrojo tras mis palabras, creo que hasta yo me sorprendí de lo bien que lo había dicho, además el nervio que ella me producía había disminuido, había tomado mas confianza en mi.
“Huy que lindo, gracias por el comentario pero digo, no hay comparación en una niña de tu edad y una vieja como yo”, dijo ella y antes de que yo pudiera decir algo, dijo algo que claro estaba era para ver que decía yo, tonta no era eso me quedaba claro, “dime si no es cierto, no puedes comparar a una chica linda y joven de 20 años a una señora vieja y fea de 42”, sabia por donde iba su comentario, así que mi mente rápidamente trabajo para la respuesta y esta llego por si sola, -bueno la única diferencia que veo es la edad, pero esta no la veo como una desventaja, por el contrario, es un punto mas a tu favor, la experiencia es básica y esa solo los años la da, además tu eres una mujer muy guapa, nada vieja, madura si, pero muy guapa y con un cuerpo que ya quisieran muchas niñas tener y claro esta, muchos chicos también-, pero esto ultimo lo dije en un tono mas perverso, dándole a entender perfectamente en que forma quisiera tener un chico su cuerpo.
“Eso si, la experiencia es una buena arma que puede tener una vieja como yo”, -además una vez dijiste que te gustaría estar con un chico como yo-, “yo no dije eso”, -si claro que si lo dijiste, porque crees que hasta me emocione-, ella en ese momento dijo, luego en tono serio ella dijo, -bueno ya recuerdo, pero dije que un joven y guapo como tu, mas no dije que fueras ese chico del que hablaba”, cuando dijo eso no puedo negar que me dio un bajón, me sentí frustrado y hasta un tanto desmoralizado, pero después de unos segundos ella echo a reír, volteo a verme y me dijo, “jajaja no te creas, anda ven, siéntate a mi lado”, yo de inmediato me puse de pie y fue hasta donde ella estaba y me senté a su lado.
Dejo su cerveza en la mesita de centro y mirándome me dijo, “haber Eduardo, me halaga mucho lo que me dices, pero debes estar muy consiente de que yo soy mucho mayor que tu, te doblo la edad y pues no quisiera tener problemas”, -espera, yo se muy bien todo eso que me estas diciendo, creeme que lo que menos quiero es que tengas problemas, pero Isabel no tienes idea de cuanto me gustas, de que tan grande es mi deseo por ti”, note que al decir esto ella se sorprendió un poco, pero ya estaba yo encarrerado, así que sin mas le dije, -acaso yo no te gusto, no tienes el mismo deseo por mi-, ella sonrió y dijo, “bueno es que tu sabes, la distancia de edades y todo eso”.
En ese momento yo también puse mi lata en la mesita y le dije, -vamos que yo no te estoy pidiendo matrimonio ni mucho menos, no te estoy diciendo que dejes a tu marido, solo digo cuanto deseo tengo por ti y quiero saber si tu sientes el mismo deseo por mi-.
“Pues si Eduardo, tengo mucho deseo por ti, me gustas mucho, me atraes demasiado”, -entonces que esperas, aquí estoy y soy todo tuyo-, esto lo dije sonriendo, tratando de suavizar el momento pero dejando en claro que hablaba muy enserio, ella sonrió y me dijo, “debes saber que soy muy exigente”, -me esforzare porque quedes complacida-, “solo sexo y nada de sentimientos, sin problema alguno y sobre todo, completa discreción”, -te lo juro, seré una tumba-.
Ella me miro por unos instantes mas, luego me dijo, “antes dime algo, que te gusta de mi”, -todo, tu cara, tu cabello, tu cuerpo-, “que te gusta de mi cuerpo”, -todo, todo tu cuerpo me gusta-, “algo en especial”, -si, tus senos, me traen loco-, ya no dijo mas, de nuevo me sonrió, se puso de pie frente a mi, sin quitar el cinto que mantenía la bata cerrada, con sus manos la abrió de la parte superior y ante mis ojos aparecieron ese hermoso, voluptuoso e imponente par de senos, “así que esto es lo que tanto deseas”, si la verdad es que me impresiono demasiado, mis ojos estaban perdidos en tan hermosa visión.
De pronto ella soltó la bata, la cual no cerró por completo y dejaba ver sus duros pezones, con sus manos ahora quito el cinto de la bata y sin mas la abrió de par en par, “y esto, también te gusta, también lo deseas”, wow, estaba desnuda, solo la cubría una pantaleta nada sexy, la verdad, en color rosa, pero mis ojos recorrieron cada centímetro de su cuerpo, sus orgullosos senos, su estomago que dejaba ver unas ligeras llantitas, su pantaleta cubriendo su sexo, sus torneadas piernas, de pronto me dijo, “bueno niño, esto es lo que querías ver no es así, ahora veamos que eres capaz de hacer”.
Me dio la mano y me hizo que me pusiera de pie, cuando quede frente a ella me abrazo y solo vi como acercaba su boca y sus labios se prendieron de los míos, sintiendo su aliento con una mezcla de pasta de dientes y cerveza, su lengua profano mi boca y se introdujo por completo, mis manos rodearon su cintura, atrayendo su cuerpo al mío, sintiendo sus senos pegarse a mi pecho, y mi pene que ya estaba duro postrándose en su vientre.
La fui jalando al sillón y la recosté en el, ella abrió sus piernas y quede justo en medio de ellas, sin dejar de besarnos introduje entre nosotros mis manos y las lleve hasta sus senos, el sentir la suavidad de su piel y lo duro de sus pezones era lo máximo, eran tan grandes que ninguno cabía en mi mano, mientras movía mi cintura y tallaba en su vientre mi endurecido miembro.
Llevo sus manos a mi playera y jalo hacia arriba, por un momento dejamos de besarnos y me incorpore, me senté en el sillón y ella hizo lo mismo, termine de quitar mi playera y la avente a otro sillón, iba a quitarme el pantalón, pero ella se acerco y con sus manos acaricio mi pecho, luego mis brazos y se acomodo a forma de poder acercar su cabeza, llevo su cara a mi pecho y con su boca se apodero de mis pezones, los cuales lamió, chupo y mordisqueo levemente, mientras besaba y lamía mi pecho, llevo sus manos a mi cinturón y quiso quitarlo, pero no podía, le era complicado.
Al notar que no podía, le quite las manos y fui yo quien intento ahora quitar el cinturón, pero ella despego su boca de mi pecho y me dijo, “haber nene, espera, ven y ponte de pie frente a mi”, así lo hice y ella sentada en el sillón y yo de pie frente a ella, fue como llevo sus manos a mi cinturón y comenzó a quitarlo, “hay nene que me tienes muy intrigada por ver que es lo que te cargas, quiero ya ver y sentir lo que va a intentar complacerme”, cuando termino de decir esto, mi cinturón ya estaba fuera y ya había desabrochado el botón de mi pantalón, luego bajo el cierre y tomo el pantalón de los costados y tiro hacia abajo.
Mientras que con mis pies me deshacía de mis tenis, Isabel no se detuvo hasta que solo quede con mis boxers, ella miro el bulto que había en ellos y de forma suave llevo sus manos a mi pene, “bien nene, se siente muy bien, sin duda creo que esto me va a hacer muy feliz”, una vez que dijo esto, llevo sus manos hasta mis piernas y las acaricio, “me gustan tus piernas, me gustan mucho”, luego regreso a acariciar mi miembro, “ahora si nene, ya quiero verlo”, así que llevo sus manos al elástico de mi bóxer y jalo un poco y tiro hacia abajo, se atoro por uno momento en mi endurecido pene, así que con toda calma, llevo una mano dentro y tomo mi miembro, lo hizo a un lado y con la otra mano jalo de nuevo mi bóxer, fue cuando soltó mi pene y por fin se presento este frente a ella.
“Bien nene, muy bien, me gusta mucho”, decía ella mientras lo acariciaba con sus manos, mientras que yo lleve mis manos a su cabeza y jale muy suavemente hacia mi, “mmm que es lo que quieres nene”, dijo ella mientras me miraba con una cara de niña inocente, mientras que yo le sonreía y le daba a entender lo que yo deseaba, lo cual entendió de inmediato, así que acerco su cara mientras que sus manos lo seguían acariciando, jalo suavemente hacia abajo, haciendo que la piel de este dejara al descubierto la roja cabeza de mi miembro, además esta brillaba por el liquido que salía de esta por la gran excitación que ya tenia.
Suavemente acerco su cara, saco un poco su lengua, y como niña que da su primer lenguetazo a una deseada paleta, ella paso su lengua por toda la circunferencia de la cabeza de mi miembro, limpiando por un momento de ese brilloso liquido que la cubría, luego otro y otro lenguetazo mas, comenzó a besar todo y cada parte de el, hasta que llego a mis testículos, los cuales lamió e introdujo uno de forma suave en su boca, esto me gusto mucho, luego lo saco de su boca, recorriendo con su lengua desde el tallo del pene hasta llegar de nuevo al glande.
Luego sin mas introdujo mi pene en su boca, mis piernas flaquearon al sentir la calida y húmeda sensación de su boca, sus labios aprisionaron mi pene y suavemente movió su cabeza hacia atrás y hacia delante, regalándome una deliciosa felacion, mientras que mis manos acariciaban su cabello, pero dejando libre su movimiento, dejándola a ella misma llevar el ritmo a como ella mas quisiera.
Utilizaba solamente su boca, aprisionando con sus labios, pero podía sentir como también utilizaba su lengua, esto era delicioso, sin duda la mejor felacion que me habían echo hasta entonces, luego por fin utilizo sus manos, con una tomo mi pene desde el tallo y lo movía en el mismo sentido de su boca, apretándolo de forma suave pero deliciosa, mientras que la otra mano la alternaba acariciando una de mis piernas y mis testículos.
Nunca arremetió con mayor velocidad, todo el tiempo lo hizo con calma, de forma un tanto lenta pero deliciosa, simplemente yo lo estaba disfrutando como nunca, pero era lógico, algo tan fantástico tiene su consecuencia, pues comencé a sentir que si la dejaba seguir, en un par de minutos mas estallaría, así que le dije que se detuviera, ella suavemente saco mi pene de su boca, volteo a mirarme y me pregunto si pasaba algo, -no linda, solo que si sigues así juro que terminare un muy poco tiempo y yo quiero disfrutarte al máximo-.
Ella sonrió, luego le dio un beso a la cabeza de mi pene, la mano con la que lo tenia agarrado lo soltó, ella comenzó a incorporarse y yo le ayude, “muy bien nene, entonces ahora quiero que tu me regreses este favor, que te parece”, -por supuesto, claro que te voy a regresar el favor, con todo gusto creeme-, así que ella por fin se quito su bata, mis ojos miraban ese deseado par de enormes senos, luego ella misma se despojo de su pantaleta, se incorporo y mis ojos ahora se postraron en su monte de venus, el cual estaba lleno de abundante vello, “bueno nene, ahora si quiero que me des gusto como yo te lo di a ti”.
La hice sentar en el sillón, luego le indique que pusiera sus nalgas en la orilla de este, ella esperaba que yo le diera gusto con mi lengua y boca en su sexo, pero primero preferí agacharme un poco y posicionarme de su boca, ahora fue mi lengua la que invadió el interior de la suya, pudo sentir todo el deseo que tenia por ella, por lo cual sus manos fueron hasta mi nuca y apretaron su boca con la mía, fundiéndonos en un beso cargado de infinito deseo.
Por algunos minutos bese y deguste de su boca, luego por fin me separe de esta, ella fijo su mirada en la mía, se notaba la excitación y el deseo que llevaba por dentro, le sonreí y luego me agache mas hasta que mi cara quedo frente a sus enormes senos, eran hermosos, voluptuosos, carnosos, su aureola era grande y sus pezones duros y firmes como rocas, mis manos los acariciaron y levemente apretujaron, lentamente acerque mi boca y con mis labios me posicione de uno de sus pezones, dándole ligeras succiones, pasaba mi lengua por toda su circunferencia, con mi otra mano seguía amasando el otro seno, luego con dos dedos aprisionaba su pezón y le daba ligeros apretones.
Luego pase al otro pecho y también me apodere de su pezón, de igual forma lo succionaba y lengüeteaba, ahora con mi otra mano amasaba el otro seno, luego con mi lengua recorrí cada centímetro de la suave piel de su seno, deje de lamerlo y tome los dos senos con las manos, los acaricie, apretuje y luego los junte, haciendo que sus dos pezones quedaran juntos y con mi boca me posicione de ambos, una y otra vez los succione, les di mordiscos y los lamí, me di el gusto que hacia meses tenia, de esa fantasía y deseo que se había formado en mi cabeza, por la cual me había masturbado en una infinidad de ocasiones.
Aunque Isabel daba ligeros gemiditos y muchos suspiros y aunque estaba gozando del gusto que me estaba dando con sus senos, ella quería que ahora mi boca y lengua le dieran el mismo gusto pero en su sexo, así que me dijo, “vamos nene que mi monte esta llorando por ser atendida de la misma forma que mis pechos”, así que sin decir nada, deje sus voluminosos senos y ahora si coloque mis rodillas en el piso, ella abrió mas sus piernas para que mi acceso fuera mejor y mas fácil, todavía bese y lamí su ombligo y sus pequeñas lonjitas, mis ojos tenían frente a ellos su sexo con todo y sus vellos, mis manos acariciaron sus piernas.
Luego baje mas mi cara y comencé a lamer sus piernas, sobre todo en la parte interna de esta, note que esto le gusto mucho, pero después de unos segundos de estarlo haciendo ella comenzó a reírse, yo la mire y ella sonrojada me dijo, “perdón pero es que comencé a sentir cosquillas”, solo sonreí un poco pero no dije nada, así que ahora lleve mis manos hasta su sexo, con mis dedos me abrí camino entre sus vellos hasta dejar al descubierto los labios exteriores de su vagina, los cuales abrí y deje ahora descubierto la parte interna de esta, pude ver ese botoncillo que tanto placer puede darle a las mujeres, además pude notar el brillo de su interior, estaba ya muy excitada, por lo cual esta se encontraba ya muy húmeda.
Lentamente acerque mi cara, en especial mi boca, respire el delicioso aroma que esta desprendía, saque mi lengua y comencé a recorrer cada milímetro de ella, “ohhh nene que rico ohhh”, exclamo ella en aprobación a lo que le estaba comenzando a hacer, ahora mis manos las lleve a sus piernas y mientras mi lengua y boca degustaba de todo su sexo, con ellas acariciaba sus piernas, me gustaba sentir la suavidad de estas.
Mire hacia arriba y pude ver que ella había cerrado sus ojos, su pecho se inflamaba ya con mayor rapidez, podía escuchar como suspiraba cada vez con mas fuerza, hasta que estos se transformaron en suaves gemidos, sobre todo cuando ella sintió como mi lengua se introducía en el interior de su sexo, exactamente en el lugar donde minutos después entraría mi pene, fue que pude sentir como mi saliva se mezclaba con sus ya abundantes jugos, dejo escapar un gemido mas fuerte y luego regreso a los gemiditos suaves.
Ahora saque mi legua de su sexo y recorrí hacia arriba hasta posicionarla sobre su clítoris, el cual primero lamí con la punta de esta, luego mis labios se posicionaron de este y di ligeras succiones, volví a mirar hacia arriba, ahora ella tenia los ojos bien abiertos y me miraba, mientras que respiraba con mayor rapidez, sus piernas se abrían y cerraban un poco, sus manos se movían como queriendo posicionarse en algo pero sin saber en donde, fue cuando ahora arremetí con mayor velocidad con mi lengua, lo movía en círculos al tiempo de hacer presión en su clítoris.
“Ohhh nene, así, muy bien, ahhh que delicia, ahhh me esta gustando mucho, ahhh si nene, así, sigue así ahhh”, sus palabras me alentaban a seguir, sabia que le estaba gustando mucho, así que deje de mirarla y me concentre para poder arrancarle el primer orgasmo, el cual supe que estaba por llegar cuando escuche como sus gemidos incrementaron de volumen, sus piernas comenzaron a moverse con cierta desesperación, al mismo tiempo que podía sentir como se tensaban, por fin encontró donde poner sus manos y fueron en mi nuca, pero solo para aprisionar por completo mi cara en su sexo.
Solo alcancé a escuchar como entre gemidos decía, “ahhh me voy a venir, me voy a venir”, y de pronto ahogo por un instante sus gemidos, sus piernas se tensaron por completo, justo en el momento que sentí como un liquido muy caliente bañaba mi barbilla, de pronto un fuerte gemido pude escuchar, de nuevo mira hacia arriba y ella con su cabeza hacia el techo y los ojos cerrados, dejo escapar una gran cantidad de gemidos, mientras que su sexo seguía dejando escapar una gran cantidad de néctar.
Aunque yo quisiera hacer mi cabeza hacia atrás no podía, pues ella me tenia bien aprisionado con sus manos, así que solo movía ya de forma muy suave mi lengua, fue hasta que ella pudo sentir que su orgasmo había terminado que sus manos soltaron mi nuca, de nuevo volví a mirarla al tiempo de despegar mi cara de su sexo, ella me miro mientras respiraba aceleradamente, “ven nene, anda, quiero tenerte ya dentro de mi”, y a punto estuve de incorporarme para ya penetrarla, pero yo sabia que una mujer con tanto deseo y tan olvidada como Isabel, seria muy difícil de complacer por completo, así que decidí que debería adelantarla mucho mas, debía darle mas placer y mas gusto, así que decidí que tenia que hacerla llegar a mas orgasmos antes de por fin estar dentro de ella.
“Anda corazón que esperas, ven ya”, pero le dije que esperara un poco, así que de nuevo volví a pegar mi boca en su sexo, solo que ahora me vino a la mente utilizar mis dedos, por lo cual localice e introduje dos de ellos en su sexo, primero comencé a moverlos lentamente, adentro y afuera, mientras mi lengua seguía acariciando su clítoris.
Por un momento ella desistió de su llamado, de nuevo se acomodo y se dispuso a volver a disfrutar, por varios minutos mas mi lengua masajeo y acaricio su clítoris, ahora mis dedos entraban y salían con mayor fuerza, una y otra y otra vez, hasta que ella de nuevo volvió a llevar sus manos a mi nuca, de nuevo me aprisiono contra su sexo, de nuevo volvió a gritar de placer y mis dedos sintieron como de nueva cuenta, ella alcanzaba otro orgasmo, pues su néctar baño por completo mis dedos.
“Ahhh nene, ahhh cuanto gusto, ahhh cuanto placer, ahhh que delicia, que delicia, ahhh”, de nuevo sus manos volvieron a aprisionar mi cara con su sexo, mis dedos quedaron inertes en el interior de su sexo, sintiendo como una abundante cantidad de néctar se desbordaba hacia la orilla del sillón, mojándolo por completo.
De nuevo una vez que paso su orgasmo volvió a soltar mi cabeza, solo que en esta ocasión si fue un poco doloroso para mi, pero de verdad que yo estaba empecinado en arrancarle mas orgasmos, solo que ya no quería que me volviera a apretar la cabeza, ella de nuevo volvió a llamarme para que ya me introdujera en ella, yo solo la mire y le sonríe y le dije que aun no.
Comencé a mover los dedos que tenia dentro de su sexo y con la otra mano, lleve dos de mis dedos hasta su clítoris y comencé a acariciarlo, al mismo tiempo que metía y sacaba mis dedos de su sexo, ella se acomodo en el sillón y se dedico a disfrutar de las caricias.
Poco a poco fui incrementando la velocidad tanto de los dedos que la penetraban, como de los dedos que acariciaban y masajeaban su clítoris, esto provoco que Isabel comenzara a jadear y gemir con mayor fuerza, sus manos buscaron de nuevo mi cabeza, solo que ahora esta no estaba ahí, así que sus manos ahora las llevo a sus senos, los cuales comenzó a acariciar y sin duda esto le gusto, le gusto tanto que sus gemidos se hicieron mas fuertes, lo estaba disfrutando como nunca y su cuerpo sin duda alguna, estaba experimentando sensaciones jamás vividas.
Para entonces su clítoris estaba completamente sensible, tanto que en pocos segundos alcanzo otro orgasmo, lo cual me incentivo a seguir y ella a recibirlo, pues completamente entregada a este placer, me pedía no detenerme, me pedía que siguiera, que le estaba gustando y lo estaba disfrutando al máximo, tanto que rápidamente llego a un cuarto orgasmo, el cual fue enorme, pues la cantidad de néctar en esta ocasión fue mucho mas abundante.
Aun se encontraba sumergida en las sensaciones que el orgasmo le había provocado, cuando de forma tajante me pidió que sacara mis dedos, lo cual hice de inmediato y también deje de acariciar su botoncito, con la voz completamente agitada volvió a pedirme que la penetrara, que ya no podía mas, que ya acabara con ese fuego que la estaba consumiendo, yo pensé que era hora, que ya debía penetrarla, ya la había adelantado lo suficiente y ahora si, podría entrar en ella y así cumplir tan enorme deseo que también a mi me consumía por dentro.
Así que tome mi pene y lo encamine a su monte, ella miro esto y sonrió feliz de saber que por fin entraría en ella, todavía pase todo mi miembro por su sexo, mojándolo del néctar que cubría a este, coloque el glande en su clítoris y con movimientos circulares suaves lo masajeaba, “ahhh ya, hazlo, por favor, hazlo ya, ahhh”, con mi mano empuje hacia abajo mi pene, lo coloque en la entrada de su inundada cueva y empuje suavemente, sintiendo como este entraba y se deslizaba en su interior, mientras dejaba escapar un sugerente gemido.
Suavemente y sin detenerme la penetre por completo, justo hasta que no quedo ni un milímetro fuera, justo hasta que mis testículos quedaron pegados a sus nalgas, quedándome por unos segundos sin moverme ni un milímetro, fue entonces que con mis manos tome sus piernas y las levante, ella de inmediato supo lo que yo quería, así que ayudo y las apoyo en mis hombros, coloque mis manos en sus muslos y comencé a moverme muy suavemente, sacaba mi miembro hasta que solo quedaba la cabeza dentro y luego volvía a penetrarla por completo, una y otra vez lo hice así, siempre suave y lento.
Podía sentir como las paredes de su sexo abrazaban por completo mi ya mojado miembro, poco a poco fui incrementando el ritmo, sin precipitarme, poco a poco, hasta que ya la velocidad era mayor, ya la penetraba con mas velocidad, ella gemía y jadeaba, me miraba, me lanzaba miradas de placer y lujuria, mientras que yo miraba el vaivén de sus grandes senos.
Hasta que sentí que el piso comenzaba a lastimar mis rodillas, di las ultimas estocadas, hasta dentro, como si yo mismo quisiera entrar por completo en ella, me detuve, mi pene estaba llenando por completo su sexo, luego lentamente lo saque, lo mire y brillaba y escurría de néctar, me puse de pie, la tome de la mano y la hice levantar, la abrace por la cintura y la atraje hacia mi cuerpo, mi pene quedo entre los labios vaginales, mi boca se prendió de la suya y mi lengua de nuevo hurgo por todo su interior.
Mis manos bajaron hasta tomar sus nalgas, sus grandes senos eran aplastados por mi pecho, podía sentir lo duro de sus erguidos pezones, mis manos acariciaban y apretujaban sus nalgas, luego gire y deje de besarla, me senté en el sillón y la jale hacia mi, pero ella me dijo que no, que mejor fuéramos a su cuarto, así que me puse de pie y me coloque detrás de ella, la abrace primero por la cadera hasta que mis manos se colocaron sobre su estomago, pegue mi pene a su trasero y este se deslizo entre la línea que divide sus nalgas, mi pecho quedo pegado a su espalda y mis manos subieron hasta postrarse en sus senos, mi boca se apodero de la parte alta de sus hombros, le daba suaves mordiscos y los recorrí hasta la parte trasera de su cuello.
Fue así que sin despegarnos comenzamos a caminar y recorrer su pasillo hasta llegar a su cuarto, hasta llegar a su cama, donde la hice recostar boca abajo, luego subí yo a la cama y me recosté sobre ella, colocando mis piernas a los costados de sus caderas, y comencé a besar de nuevo la parte trasera de su cuello, lentamente fui recorriendo con mi lengua su espalda, sintiendo como su piel se erizaba, luego subí y lamí, bese y mordí sus hombros, para después de nuevo llenarle de besos la espalda, hasta llegar al nacimiento de sus nalgas, ella mantenía su cara pegada a la cama, pero podía escuchar los suspiros que escapaban de su boca.
Con mis ojos admire sus nalgas, luego las llene de besos, las recorrí con mi lengua, ella por instinto levanto un poco su trasero y abrió un poco sus piernas, así que con mis manos suavemente le separe las nalgas, deje al descubierto su ano, el cual se mostraba completamente cerrado, posicione mi lengua en la parte alta de la línea que separa sus nalgas y recorrí con mi lengua hacia abajo, justo cuando mi lengua toco su ano, ella dio un pequeño respingo, yo solo pase por un par de segundos mi lengua en su ano, luego seguí hasta que deguste de su vagina.
Pero solo fueron unos instantes, luego regrese mi lengua hacia arriba, de nuevo pase por su ano y subí hasta su cintura, seguí por su espina dorsal hasta llegar a su nuca, luego pase mi lengua por su oreja derecha y en voz suave le dije que deseaba que ella me cabalgara, así que de inmediato me recosté boca arriba en la cama, ella se incorporo, agacho su cabeza y me dio un ligero beso en la boca, de inmediato se monto en mi, tomo mi pene con su mano y lo encamino a su sexo, sosteniéndolo hasta que el glande entro, luego lo soltó y ella misma fue dejándose caer, hasta que estuve de nuevo por completo dentro de ella.
Coloco sus manos sobre la cama a los costados de mis brazos y comenzó a moverse arriba y abajo, suave y lentamente, sus senos quedaron frente a mi, en esta perspectiva se miraban mas grandes y voluptuosos, no me pude contener y me prendí de ellos, esto le gusto a Isabel, quien comenzó a moverse con mayor velocidad, se daba de sentones a placer y a su gusto, llevando el ritmo que a ella mas le gustaba, mientras que yo degustaba por completo de sus senos, sin duda me di el atracón de mi vida, había deseado tanto sus senos y ahora los estaba disfrutando a mi gusto.
De pronto ella se incorporo un poco, quedando sentada sobre mi pene, coloco sus manos sobre mi estomago y comenzó a mover sus caderas de una forma tan cachonda, que me hizo subir a la gloria, lo hacia de forma tan fenomenal que yo solo aferre mis manos a la cobija de su cama, ella llevo sus manos a su cabello mientras movía sus caderas, luego yo lleve mis manos a sus pechos y los acariciaba y apretujaba, con mis dedos oprimía sus pezones, mientras ella gemía de gusto.
De pronto dejo de moverse, me miro y dejo caer su cuerpo sobre el mío, su boca se apodero de la mía y comenzó a besarme con mucha pasión, ya no movía sus caderas, mi pene había quedado incrustado en ella, así que con mis manos hice que deslizara un poco mas hacia delante sus rodillas, al tiempo de que yo flexionaba las mías, poniendo las plantas de mis pies sobre la cama, lleve mis manos a sus nalgas, las cuales tome con fuerza y comencé a mover mi cadera, sintiendo como entraba por completo, deslizándolo con la facilidad que me proporcionaba la gran lubricación que ella tenia.
Isabel comenzó a besarme con más pasión, ahogando sus gemidos en mi boca, hasta que arremetí con todas mis fuerzas, fue que ella dejo de besarme y coloco su cara a un costado de la mía, mi oído podía escuchar claramente como gemía con fuerza, mientras que yo arremetía con todo, hasta que sentí que ya pronto estallaría, fue que ella entre gemidos me decía, “ahhh si, así, sigue no pares, ahhh sigue cariño, sigue que siento que me voy a venir, ahhh no pares por favor, sigue, sigue ahhh, ya casi nene, ya casi ahhh, no pares, no pares ahhh”, yo rogaba porque ella terminara antes, pues ya me sentía explotar.
“Ahhh cariño, me voy a venir, ahhh me voy a venir ahhh no pares que me vengo, ahhh si ahhh, me vengo, me vengooooooooo ahhhhhhhhhhhh”, justo en ese momento sentí como su néctar bañaba por completo mi pene, fue cuando ya no pude mas y sin decir nada y dejando escapar un fuerte gemido, estalle inundando por completo su cueva con toda mi semilla, sintiendo como le llenaba su interior con abundante semen.
Era un concierto de gemidos por parte de ambos, quienes completamente extasiados sentíamos como se mezclaban mi semen y su néctar, no decíamos palabra alguna, los gemidos lo decían todo, habíamos alcanzado el éxtasis y sin duda estábamos por demás complacidos, fue hasta que sentí que había salido la ultima gota que deje de moverme, asegurándome que mi pene completamente dentro de ella, quien dejo caer por completo su cuerpo, mis nalgas quedaron recargadas sobre la cama, comenzó a llenar de besos mi cara mientras acariciaba mi cabello.
Luego la calma, dejo de besarme y recargo de nuevo su cabeza a un costado de mi cara, ambos respirábamos aceleradamente, nuestros cuerpos se encontraban bañados en sudor, mis manos acariciaban su espalda y sus nalgas, mi pene comenzó a perder firmeza, ella sintió esto y movió sus caderas, haciendo que este saliera de ella, se recostó boca abajo sobre la cama, se acomodo y su cara quedo sobre mi pecho y así nos quedamos, inertes y satisfechos.
Justo en ese tiempo los vecinos del departamento que estaba justo debajo del mío, decidieron cambiar de residencia, para lo cual vendieron su departamento, a las dos semanas que ellos desalojaron, llegaron inquilinos nuevos, sus nombres, Arturo e Isabel.
Arturo un señor de 45 años, alto, medio gordito, moreno y feo, el cual ya se estaba quedando calvo, su esposa Isabel, una mujer de 42 años, alta, de tez blanca, no era una mujer hermosa, pero si bonita, de cabello rizado y con tinte color pelirrojo.
Tampoco puedo decir que era la mujer con mejores curvas de toda la colonia, no para nada, podría decirse que tenia sus llantitas, nada preocupante pero si se notaban un poco, sus caderas tenían buena forma, no eran las mas redondas ni mucho menos pero hacia el juego perfecto con sus nalgas, pero sin duda lo que llamo poderosamente mi atención y esto fue el causante de que despertara en mi un gran deseo, fue el grandioso par de senos del cual era poseedora.
Esto no paso desapercibido ni por mí y mucho menos por mis amigos, quienes de inmediato le echaron ojo, siempre que platicaba con ellos y ella pasaba, era el blanco de sus ojos, de esas miradas lujuriosas de un grupo de jóvenes calenturientos.
Siempre en nuestras platicas salía a relucir en nombre de Isabel, para todo el grupo el cual estaba compuesto por 5 muchachos de 19,20 y 21 años, todos fantaseábamos con ella y salía a relucir que si la habían visto con pantalón de mezclilla, que si con pants, que con blusas o playeras ajustadas, en fin que siempre había un espacio dedicado a ella.
Y es que Isabel era una mujer que siempre estaba sonriendo, cuando pasaba por donde estábamos nos sonreía y nos saludaba, pero eso si, solo eso y nunca nada mas, al contrario de su marido que siempre se miraba serio, enojado y jamás saludaba, el si nos caía mal, por su carácter y claro esta, por ser el poseedor de aquella mujer que tantas masturbaciones nos hizo tener a su salud.
Un día por la tarde, al llegar de la escuela, llego a casa y al abrir la puerta me encuentro que sentada en la sala de mi casa, estaba ni mas ni menos que Isabel, con ella mi madre, la verdad es que el verla me asombre, pero ella me regalo una hermosa sonrisa, al mismo tiempo de darme las buenas tardes.
Justo en ese momento mi madre le dijo, “el es mi hijo Eduardo, esta estudiando una licenciatura y es el único que nos queda soltero”, yo apenas y atine a sonreír, pero ella mirándome pregunto que era lo que estudiaba, así que ahí de pie le dije la carrera que estaba cursando, luego mi madre menciono que a Isabel, se le habían quedado las llaves de su casa dentro, luego remato Isabel diciendo, “si tu crees, fui a la tienda y no me di cuenta que no llevaba mis llaves, luego de estar mas de media hora fuera, paso tu mami y me ofreció venir a tu casa en lo que llega mi esposo”.
Lo primero que vino a mi mente fue una gran alegría, pues Isabel estaría toda la tarde en mi casa, mi madre me pregunto si tenia tarea, le dije que era poca y que mas tarde la aria sin problema alguno, la verdad es que si tenia mucha, pero quería estar ahí en la sala para poder admirar a Isabel, quien llevaba puesto un pantalón de mezclilla negro, el cual si bien no se le ajustaba por completo al cuerpo, si le hacia ver bien su figura y una playera azul, la cual le quedaba muy ajustada, lo malo era que encima traía una chamarra de pants en color negro y a cada rato la jalaba para no mostrar sus senos.
Luego mi madre se levanto pues fue a calentar la comida, yo feliz porque me quedaría ahí con Isabel, pero esta se puso de pie y dijo que le ayudaría a mi madre, quien no quería pero a base de la insistencia de Isabel, no le quedo mas remedio que aceptar y yo, pues lo lamente.
Una vez que sirvieron la comida, Isabel se sintió acalorada por la lumbre, así que antes de sentarse a la mesa, se despojo de su chamarra y mis ojos por instinto se clavaron en ese enorme par de senos, la playera no era nada escotada, pero se le pegaba a su cuerpo y esto ayudaba para que se pudieran admirar mucho mejor ese suculento par de senos.
Sentí su mirada y me sonroje por lo cual baje mi vista y me dispuse a comer, ya no hable, solo comía y de vez en cuando levantaba la mirada para ver su pecho y luego volvía a bajarla, justo termine de comer y me disponía a levantarme cuando sonó el teléfono, mi medre me hizo ir a contestar y era una tía, así que le pase el teléfono y ella se fue a meter a la cocina para hablar con ella.
Me quede ahí solo con Isabel, lo curioso es que yo no era nada penoso, por el contrario, siempre eh sido muy platicador, muy sociable, por eso conocía mucha gente, tenia muchos amigos y cuates, por eso había tenido suerte con muchas mujeres, siempre había sido muy abierto y hasta un poco cínico con ellas, pero esta mujer me imponía, me hacia sonrojar, no encontraba palabras para iniciar una charla con ella.
Ella fue quien comenzó la platica, me pregunto cosas de la escuela, de mis amigos, cosas de la colonia, hasta que sin mas me pregunto si tenia novia, “dime algo Eduardo, tienes novia, porque siempre te miro con tus amigos platicando y nunca te eh visto con alguna chica”, -este pues no, no tengo novia-, “y eso porque, no eres nada feo”, queeee, como que no era nada feo, esas palabras me sacaron mucho de onda, así que tímidamente dije, -no, pues no tengo novia por el momento-.
Y era cierto, en ese tiempo estaba soltero, aunque a decir verdad, tenía una amiguita con derechos, una compañera de la escuela, la cual tenía novio, pero como los dos nos gustábamos, de vez en cuando nos dábamos nuestras escapadas para pasarla bien, pero eso no se lo podía decir a Isabel, se que no tenia nada de malo, pero me daba pena con ella.
Pero Isabel continuo, “pues yo siempre te eh visto muy alegre con tus amigos, acaso será que solo con ellos eres así y te intimidan las mujeres”, claro que no, solo tu pensaba contestar, pero preferí seguirle la corriente, -pues si, la verdad es que soy muy tímido con las mujeres, sobre todo si estas son bonitas-, “pues que raro, normalmente los chicos de tu edad son mucho mas abiertos, además hoy en día viven su sexualidad de forma mas plena y mas abierta”, -pues si, pero yo no-, “pero apoco nunca has tenido novias”, -bueno si, eh tenido algunas, bueno muy pocas y siempre han sido relaciones muy tranquilas-.
Ella sonrió y me dijo, “ahora me vas a salir con que a tu edad aun sigues siendo virgencito, esa no te la creo”, la verdad nunca me espere que me dijera eso, por lo cual me vi sorprendido, justo en ese momento mi madre apareció y se sentó con nosotros, Isabel le menciono el tema del que platicábamos, le dijo, “dice aquí su hijo que es muy seriecito y tímido con las mujeres y que por eso no tiene novia”.
Y pues ya saben como son a veces las madres, “no que va, este es el menos seriecito de todos mis hijos, debería de ver, a cada rato le andan llamando por teléfono y casi siempre son mujeres las que lo buscan”, yo solo pensaba que en ese momento me tragara la tierra, no conforme con eso mi madre se siguió, “no si este me ah salido re noviero, yo le digo que es un pirujo” y echo a reír mi madre, yo agarre mi plato y dije con permiso y me retire del lugar.
Me fui directo a mi cuarto mientras escuchaba las carcajadas de mi madre y de Isabel.
Mas tarde baje por mi mochila para hacer mi tarea y fue cuando sonó el teléfono de la casa, mi madre contesto y le dio el teléfono a Isabel, diciendo que era su esposo, ella de inmediato colgó y nos dijo, “bueno ya llego mi marido, me esta marcando para decirme que ya esta aquí abajo estacionando el auto, muchas gracias por todo, le dio la mano a mi madre y un beso en la mejilla, luego se dirigió a mi, me sonrió y también se despidió dándome un beso en la mejilla, luego al hacerse hacia atrás me sonrió y en un tono muy suave me dijo, “con que serio y tímido”, luego sonrió y salio de la casa.
La verdad yo me quede apenado y sorprendido, pero en ese momento no me di cuenta que mi madre al final, me había echo un favor y eso lo vería reflejado tiempo después.
A partir de ese día, cuando me encontraba a Isabel, la notaba mas sonriente para conmigo, me miraba de forma diferente y de esto no solo me di cuenta yo, si no también mis amigos, quienes entre broma y broma, me decían que me aventara, que yo le gustaba y muchas cosas mas.
Pero en verdad que había algo de esta mujer que me intimidaba, lo desvergonzado que era con otras mujeres, no podía serlo con ella, me costaba trabajo hasta sostenerle la mirada y yo notaba que ella disfrutaba con hacerme sufrir y sonrojar.
Un sábado por la mañana, estaba en la sala viendo televisión, cuando mi madre llego de la tienda y al verme ahí me dijo, “anda, ve con la señora Isabel, que tiene un problema en casa y necesita ayuda, ya le dije que tu bajarías así que anda a ayudarla”, yo me encontraba en bermuda y una playera vieja y despeinado, así que solo tome una gorra y baje, toque su puerta y ella me abrió, traía puesto un short de mezclilla corto y una playera blanca, la cual se notaba ya vieja y se transparentaba su brasier de color negro, el cual sostenía con total heroísmo ese hermoso y voluptuoso par de senos.
-Buenos días, mi madre me dijo que me necesitaba para algo-, ella sonrió al verme y pude notar un poco de picardía en su sonrisa, “pues si, te necesito para varias cosas pero por lo pronto, quisiera que me ayudaras con la llave de mi regadera, se esta goteando mucho agua y ya la cerré por completo, no quiero que se desperdicie”, -esta bien, vamos a ver que puedo hacer-, ella me dijo que la siguiera, dio la vuelta y camino hacia el baño, yo iba detrás de ella y pude ver que su short, se ajustaba de forma deliciosa a sus caderas y nalgas, además de la parte superior de la bolsa derecha, el short estaba desgastado y un poco rasgado, por lo cual pude notar la tela de su calzón en color negro, pero eso era lo de menos, mis ojos se perdieron en el rítmico vaivén de sus nalgas.
Y así mientras mis ojos seguían el movimiento de sus bonitos glúteos, llegamos al baño, ella entro primero y me mostró que la regadera se goteaba en forma abundante, así que le hice mención de que tenia que cerrar la llave de paso, esa se encuentra abajo del edificio y que mientras ella lo hacia, yo subiría por lo necesario para quitar la llave y ver que tenia, ella dijo que estaba bien, así que salimos juntos, yo fui a mi casa y ella a cerrar la llave.
Al regresar la puerta estaba abierta, así que me introduje en la casa y fui directo al baño, ahí estaba Isabel, sentada en la taza del baño y mirando hacia la regadera, por lo cual vi su espalda, pero no preste atención a un pequeño detalle, simplemente me pase, entre en la regadera y comencé a quitar la llave.
Una vez que hice esto note que el empaque estaba roto, por lo cual se goteaba el agua, -este es el detalle, el empaque ya no sirve-, dije sin voltear a mirarla, “hay en serio y eso donde se consigue”, dijo ella, fue cuando voltie a mirarla para decirle que no se apurara, pues yo de forma provisoria, había tomado unos por si acaso, de la caja de herramientas de mi padre.
Fue entonces cuando mis ojos hicieron que me llevara una muy agradable sorpresa, pues mis ojos vieron como debajo de esa vieja y desgastada playera, el color y la forma de sus senos se marcaban de forma exquisita, el motivo de esto, pues que Isabel, no traía puesto ya su brasier negro.
Apenas y termine la frase pues me quede completamente atónito, mirar esas voluptuosidades y ver como se marcaba la gran aureola y el grande pezón de sus senos, me dejaron petrificado, mas sin embargo ella de forma muy natural, como si nada pasara, me sonrió y dijo, “hay que bueno que tienes eso para arreglar mi llave, el flojo de mi marido se dio cuenta pero como ya se le hacia tarde para su trabajo lo dejo así”.
Me costo trabajo quitar mi mirada de sus senos, eran como un fuerte imán que me atraían por completo, de pronto volví a escuchar su voz, “y como son esos empaques que dices”, por instinto metí mi mano al bolsillo de mi bermuda y saque tres empaques negros y se los mostré sin decir nada, “y esa cosa tan pequeña es la que va a hacer que ya no gotee mi regadera”, yo solo moví mi cabeza asintiendo su pregunta, fue cuando por fin pude quitar mis ojos de sus senos y me gire para comenzar a ponerlo, pero la verdad me sentía muy nervioso, mi frente comenzó a sudar, sentía como mi cuerpo era tomado por un fuerte calor y claro esta, mi pene también lo resintió y sentí como quería comenzar a ponerse duro.
Sin duda ella noto esto y sonrió de forma maliciosa y triunfal, me dispuse a cambiar el empaque cuando ella me dijo, “oye y porque me mentiste eh”, sin voltear a mirarla solo respondí, -este no se porque me dice eso, no se en que le mentí-, “bueno en primera quitémonos formalidades, esta bien que soy mucho mayor que tu, pero no me llames como le hablas a una persona adulta, háblame normal como si lo hicieras con tus amigas”.
-En segunda, me dijiste que no tenias novia y que eras un chico muy serio y mira, tu madre te echo de cabeza, diciendo que eras bien noviero”, -bueno es que yo, pues no mentí al decir que no tenia novia, pues no la tengo-, “bueno eso lo creo, pero ya no eso de que eras muy seriecito y tímido”, -no le haga, digo, no le hagas caso a mi madre, solo son amigas las que me llaman-, “amigas con derechos”, dijo ella y echo a reír.
-No, bueno si, bueno no, solo son amigas y solo eso-, “jajaja ya vez, hasta nervioso estas, no hace tanto calor y estas sudando mucho, que fue lo que te puso así, lo que dije de tus amigas o fui yo quien te puso así”, ella disfrutaba de verme sufrir, y la verdad es que no se que me pasaba, siempre era muy abierto y cínico con las mujeres, pero Isabel me imponía, y ella lo sabia y lo estaba disfrutando.
“Entonces ya no eres virgencita como lo había dicho”, -bueno, yo este pues no, ya no-, “y que tal, con cuantas niñas has estado”, -pues no muchas-, “y eres bueno en el sexo”, queee, esa pregunta era la que menos me esperaba, sin duda eso me puso mucho mas nervioso y excitado a la vez, -este pues no lo se-, “como que no lo sabes”, -bueno pues eso lo deberían decir ellas no crees-, “mmm haber dime algo, después de estar con alguna de esas chicas, te han vuelto a buscar”, -eso que tiene que ver- conteste, “ah pues si a una chica le gusto tener sexo contigo y como se lo hiciste, pues es lógico que te vuelva a buscar, si no lo hace es porque no le gusto y no eres bueno”.
-Ah pues entonces tal vez si lo soy, porque si me volvieron a buscar-, justo en ese momento se hizo un silencio, yo terminaba ya de poner la llave, -listo ya puedes abrir la llave de paso-, ella se puso de pie y dio la vuelta para ir a abrir la llave, yo me quede esperándola, cuando regreso vio que ya no goteaba y me dijo, “hay que bien, ya quedo y ya no se tira el agua, muchas gracias Eduardo, te agradezco mucho tu ayuda, que lindo”.
-No hay de que de verdad-, nos quedamos en silencio por unos instantes, mis ojos luchaban por voltear a ver sus senos pues la tenia parada frente a mí, “bueno, pero haber antes de que te vayas, no hemos terminado el tema, haber sígueme contando, que tal te ah ido con esas chicas con las que has tenido sexo”, otra vez ella regresaba a ese tema que yo había pensado que ya pasaría a segundo termino.
-Bueno pues me ah ido bien, no me puedo quejar la verdad-, “con cuantas chicas has estado”, -bueno pues yo creo que como dos nada mas-, mentía, la verdad es que mentía, no quiero que suene a presunción ni mucho menos, pero afortunadamente tenia química con las chicas y bueno, tampoco presumiré que en ese tiempo había estado con toda la escuela, pero si había tenido suerte de haber tenido sexo con cinco chicas.
“Mmm no se porque pero tengo la sensación de que me estas mintiendo”, -no de verdad que no-, “ok te voy a creer”, fue entonces que le revire su interrogatorio, para entonces ya estaba yo mas tranquilo, me seguía imponiendo su presencia, pero ya me sentía un poco mas seguro, -ahora dime tu, en tu vida has tenido sexo con muchos hombres-, “oye, recuerda que soy una mujer casada y le soy fiel a mi marido, como me haces esa pregunta”, -bueno pero no siempre fuiste casada, así que en tus años de soltera pudiste tener aventuras-.
“Eres muy listo y ahora me quieres poner en aprietos a mi, pero bueno, te lo voy a contestar y sin tanta pena como tu la tuviste, pues de soltera siempre fui una niña de casa, acostumbrada a la educación mojigata de mi familia, recuerda que antes eran otros tiempos, así que mi virginidad la perdí hasta que tenia tu edad mas o menos, no como ahora que la pierden hasta desde los quince años, no yo ya era mayor de edad y fue con un novio al que quise mucho”.
“Y pues como dicen, todo es cuestión de que se pruebe por primera vez para que tomes carrera jajaja, así que ya después tuve como siete hombres mas, hasta que conocí a mi esposo, porque deja te digo que a el ya lo conocí mas grande, yo tenia como treinta años mas o menos, duramos de novios tres años y luego nos casamos, tenia ya treinta y tres, ahora tengo cuarenta y dos, así que llevamos nueve años de casados”.
-Órale, entonces en total con tu esposo en total has tenido nueve hombres-, “mmm pues si, podría decirse que si”, -oye y ahora de casada, nunca le has sido infiel a tu marido-, “hay como crees, claro que no”, -como dices tu, no se porque pero tengo el presentimiento de que me estas engañando-, ella echo a reír y solo dijo, “ya basta de preguntas ok, ya te dije que soy casada, (esto lo decía con una sonrisa muy maliciosa), además yo soy una mujer ya madura”, -bueno pero el que seas madura no quita que seas una mujer bonita y deseable para los demás señores-.
“Pues si, no puedo negar que hay alguno que otro señor que de pronto me lanzan piropos, pero yo ni caso les hago, con ninguno de ellos le pondría el cuerno a mi esposo, ahora que si hubiera un chico joven y guapo algo así como tu, pues tal vez lo pensaría un poco”, zaz, esta mujer me seguía sorprendiendo, había muchas cosas que no me esperaba y esta fue algo que lejos estaba de imaginarlo.
“Bueno, ya hablamos mucho de este tema, creo que ya es hora de que te vayas, yo todavía tengo que bañarme y hacer muchas cosas mas”, -este si esta bien, ya me voy-, ella tomo una de mis manos, pues en la otra tenia la herramienta con la que quite la llave, “de nuevo muchas gracias Eduardo, eres muy lindo y agradezco mucho tu ayuda”, en ese momento ella me abrazo en forma de agradecimiento, pero el agradecido fui yo, pude sentir esos grandes senos pegarse a mi pecho, claramente pude sentir como sus pezones se ponían duros, la mano que tenia libre la coloque en la parte trasera de su cintura y la atraje hacia mi de forma muy suave.
Claramente pude notar como su respiración se aceleraba suavemente, mi pene por lógica respondía y cobraba vida, puedo jurar que ella sintió claramente esto, pues con la punta de mi pene y a pesar de la tela de mi bóxer y mi bermuda, claramente sentí la presión que hizo este con su vientre, una de sus manos fue a mi nuca y acaricio con delicadeza mi cabello, estaba yo a punto de dar el siguiente paso, cuando justo en ese momento, se escucha que tocan la puerta de la casa y al mismo tiempo la voz de mi madre, “hola, aun no termina Eduardo la reparación”.
De inmediato nos separamos, pude notar lo agitado de su respiración, “si, este si ya termino, ahora va”, dijo ella con voz un poco acelerada, “anda ya vete”, dijo, -si, ya me voy-dije yo, ella de inmediato giro y fue hasta su cuarto, yo me acomode la bermuda pues mi pene estaba duro y rígido, no podía salir así, por lo cual la acomode como pude a forma que no se notara y me tape de forma muy discreta con la herramienta.
Mi madre estaba en la puerta y al verme me dijo, “ya terminaste hijo, es que necesito que me hagas un mandado”, -si mama, ya termine-, al decir esto ya estaba frente a mi madre, “y quedo bien”, pregunto ella, y justo en ese momento apareció Isabel, quien ya traía puesta una chamarra de pants, con la cual cubrió sus senos, al final de cuentas no podía salir solo con la playera, mi madre se hubiera dado cuenta que no traía brasier.
“Si, quedo muy bien todo, Eduardo lo arreglo y lo dejo perfectamente bien”, mi madre sonrió y le dijo, “pues que bueno que le pudo ayudar, ya sabe cuando necesite algo y si este niño le puede ayudar, no dude en decirlo, para eso estamos los vecinos”, Isabel sonrió pero en verdad que solo yo pude darme cuenta de lo maliciosa de su sonrisa, “si, muchas gracias, lo tomare en cuenta y no tenga duda de cuando necesite de algún servicio de Eduardo, lo llamare”, mi madre toda inocente solo sonrió, me dijo que ya nos fuéramos y con una sonrisa de satisfacción por haber ayudado a la vecina, subimos a la casa.
Hice el mandado para el que me requería mi madre y al regresar, me di un encerron en el baño pues estaba muy excitado y me di la masturbada de mi vida, luego me dispuse a hacer mis quehaceres de forma un tanto mas tranquila, pero era obvio que lo acontecido con Isabel, me hacia tener gratos recuerdos y mi deseo había incrementado en demasía.
Ese día por la noche salí con mis amigos, nos fuimos a un billar a jugar y a tomarnos unas cervezas, regresamos pasada la una de la mañana, todavía nos quedamos por unos instantes mas en la calle platicando, yo miraba hacia la casa de Isabel y pude notar que las luces estaban apagadas, justo en ese momento llego el señor Arturo, el esposo de Isabel, quien estaciono su auto con notable dificultad, luego al bajar notamos que iba ebrio, nos miro y ni saludo, siguió su camino hasta subir de forma curiosa y zigzagueando.
No falto el comentario oportuno de uno de mis amigos, “mira que suerte de cabron, llega tarde, totalmente ebrio y con la posibilidad de cogerse a la sabrosa de su esposa”, todos reímos por el comentario, diez minutos después nos despedimos y cada quien subió a sus casas, uno de mis amigos llamado Martin, vivía en el mismo edificio que yo, pero el en la planta baja, así que caminamos al edificio y nos despedimos frente a su puerta, yo comencé a subir las escaleras y justo pasaba frente a la casa de Isabel y note que la luz estaba prendida y una pequeña parte de la cortina estaba corrida.
Dicen que la curiosidad mato al gato, pero no me importo, lentamente y de forma sigilosa me acerque a la ventana y me incline para poder ver con mi ojo izquierdo, pues no era tan grande la abertura, lo que vi fue a Isabel y su marido en la sala, como que discutían, trate de afinar mi oído y fue cuando alcance a escuchar como Isabel le decía, “es que no puede ser posible, llegas tarde, borracho y todavía quieres tener sexo conmigo, eso no es justo, me dejas todo el día sola y aburrida por irte con tus amigos y ahora quieres que este a tu disposición, pero que tal cuando yo quiero tener sexo y tu sales con que estas cansado”.
Pero su marido le insistió y de pronto se abalanzo sobre ella, la recostó de forma brusca en el sillón y le abrió la bata que traía puesta Isabel, luego de forma torpe y con trabajo pudo desabrochar su pantalón y lo bajo junto con su truza, enseguida despojo a Isabel de su pantaleta y sin mas la penetro, de inmediato mi atención se centro en los senos de ella que habían quedado libres y en su cara, quería ver sus gestos ahora que su marido la estaba penetrando.
Pero poco me duro el gusto de disfrutar sus senos pues su marido la abrazo y con su cuerpo los tapo, mientras que de forma brusca y torpe le besaba el cuello, así que mi atención ahora se centro en la cara de ella, quien casi de inmediato comenzó a hacer gestos de placer y gusto.
Pero cual fue mi sorpresa que apenas habían pasado cuatro minutos, cuando de pronto alcance a escuchar un grito de don Arturo y de forma inmediata dejo de moverse, sin duda alguna se había corrido, luego voltie a ver la cara de ella, pude notar un gran gesto de frustración, sin duda se había quedado poco menos que a medias y completamente insatisfecha.
Su marido se levanto, se subió la truza y el pantalón y torpemente se fue hacia su recamara, mientras que Isabel se subía su pantaleta, en este movimiento apenas y alcancé a ver por un fugaz momento su vagina, pues de inmediato la pantaleta la cubrió, luego cerro su bata y de nuevo se sentó en el sillón, se miraba pensativa, molesta, insatisfecha, juro que en ese momento me dio ternura y lastima al mismo tiempo, por mi mente paso la idea de tocar su puerta y decirle que yo podía satisfacerla y quitarle ese mal sabor de boca, pero era imposible, el saber que estaba ahí su marido y el pensar que el tipo se había vaciado dentro de ella me hizo reflexionar y alejar esa idea.
Isabel se quedo por unos instantes mas en el sillón, se notaba pensativa, de pronto se puso de pie y camino hacia su cuarto, pero no apago la luz, así que pensé en ese momento si ya irme o seguir viendo, además de que la posición que yo tenia no era muy cómoda y ya me estaba cansando, pero decidí esperar un poco mas, darle un par de minutos y si no salía de nuevo ya subir a mi casa.
Y justo estaba ya por irme cuando la vi aparecer de nuevo, en su mano traía algo pero no sabia que era, podía notar una funda de tela en color rojo, luego se paro frente al sillón, volteo hacia su recamara y claramente escuche como le grito a su marido, “tu sigue durmiendo maldito borracho, mientras yo aquí termino lo que tu no eres capaz de hacer”, enseguida de esto, puso lo que traía en la mano sobre el sillón, llevo sus manos a la bata y la abrió de par en par.
Orgullosos, enormes y hermosos se mostraban sus senos, me dejo con la boca abierta, impresionado y completamente anonadado, la aureola era grande en color café claro, sus pezones duros y desafiantes, pero ahí no terminaba todo, claro que no, la bata la dejo en el reposa brazos de su sillón, luego se agacho y le toco el turno a su pantaleta, la cual no era nada sexy pero en cuanto esta bajo por completo, ella se incorporo y pude ver su vagina, la cual estaba cubierta por una gran cantidad de vello.
Pero las sorpresas seguían, pues ella se sentó en su sillón, tomo lo que había dejado en el sillón y de esa funda salio un vibrador, si, esta mujer me seguía impresionando, aunque entendía el porque de este vibrador, el cual era de un tamaño regular, no se miraba muy grande, en color carne y con la forma bien definida de un pene.
Isabel lo tomo entre sus manos, lo acaricio suavemente, luego vi que giro una perilla que se encontraba en la base del vibrador, se acomodo en el sillón y luego llevo el vibrador hasta su vagina, pasándolo por cada centímetro de esta, haciendo que los labios se abrieran como para abrazar el intruso de plástico, luego sin mas coloco la cabeza de este objeto sobre su clítoris y lo dejo ahí por unos instantes, luego suavemente comenzó a moverlo en forma que le acariciara su botoncito en forma circular.
Mientras con la mano derecha tomaba el objeto y acariciaba su clítoris, con su otra mano acariciaba su pierna izquierda, en su cara comenzaba a dibujarse unos gestos que denotaban el placer que comenzaba a sentir, la mano que acariciaba su pierna ahora recorría su cuerpo hacia arriba hasta llegar a uno de sus senos, el cual comenzó a apretar de forma suave, recorriendo toda la piel que cubría a este, luego dos de sus dedos aprisionaron su durísimo pezón y le daba suaves apretones, mientras que la mano que tenia el artefacto de plástico, se movía un poco mas rápido.
Imagine que alcanzaba un orgasmo pues sus ojos se abrieron al máximo, la mano que tenia en su seno dejo de moverse y lo apretó con fuerza, al mismo tiempo que su boca se abría y dejaba escapar un fuerte gemido, sus piernas las abría y cerraba con algo de desesperación, pero de pronto note que el vibrador dejaba en paz el clítoris y se deslizaba hacia abajo, Isabel hizo hacia delante sus caderas, abrió un poco mas las piernas y de pronto note como lentamente, se perdía en el interior de su vagina, el pene de plástico que segundos antes, la había echo alcanzar un orgasmo.
Una vez que entro casi todo, lo dejo por unos instantes así, de pronto echo la cabeza hacia atrás en el respaldo del sillón, la mano que antes había ocupado para acariciar su seno, bajo hasta su velludo monte y postro dos dedos en su hinchado botón y comenzó a acariciarlo, al mismo tiempo que con la otra mano sacaba y metía el placentero juguete.
A mi ya me estaba matando la espalda, estaba cansado por la posición y trate de acomodarme de una mejor forma pero sin dejar de ver lo que ahí acontecía, no podía ver bien la cara de Isabel pues la tenia apuntando hacia el techo, pero si deleitaba mis ojos con esos deseados senos, con el movimiento de su mano izquierda acariciando su clítoris y el entrar y salir del miembro falso, mientras que sentía como mi pene, estaba completamente mojado por el liquido pre seminal que de el emanaba por la enorme excitación.
En ese momento deseaba que mi miembro fuera el que ocupara el lugar del intruso falso, si ya deseaba a esa mujer, ahora el deseo era inmenso, daría lo que fuera por tenerla en mis brazos y hacerle todo lo que ella tanto deseaba, eso que su marido le estaba negando y escaseando.
No me moví de ese lugar hasta que pude ver como ella tensaba sus piernas, el movimiento de la mano que acariciaba su clítoris y de penetrarse con mayor rapidez daban resultado, pues ella dejo escapar otro fuerte gemido, pareciera que su intención fuera que su marido la escuchara, al momento de alcanzar otro orgasmo, el cual pude notar había sido intenso.
De pronto regreso la calma, su mano dejo de acariciar su clítoris y dejo por un momento el vibrador dentro de su vagina, seguía descansando su cabeza en el respaldo del sillón, respiraba aceleradamente, podía ver como sus grandes pechos se inflamaban cada que respiraba de forma profunda, hasta que pudo relajarse por completo, fue entonces que saco lentamente su juguete de plástico, el cual salio completamente bañado de jugos, se incorporo y fue hasta su comedor para tomar una servilleta y limpiar su juguete, fue entonces que pude ver su bonito par de nalgas, luego regreso, lo guardo en su funda, tomo su pantaleta y se la coloco, le siguió la bata, tomo la funda y camino, apago la luz y se fue a su recamara.
Yo me incorpore con un fuerte dolor de espalda y con las piernas temblando por la posición incomoda en la que estuve y por la excitación tan grande que tenia, subí a mi casa, pase al baño por gran cantidad de papel y luego fui hasta mi cuarto, donde me tumbe en la cama y me masturbe con los recuerdos de Isabel, hasta que estalle de forma abundante, llenando por completo el papel de baño que tenia para este fin, termine de limpiarme y fui a tirar el papel, regrese a mi cuarto y me recosté en mi cama, me costo mucho trabajo poder conciliar el sueño, no podía dejar de pensar en Isabel, en pensar una y otra vez como podría hacerle para estar con ella, deseaba poder tener sexo con esta mujer, la deseaba de forma inmensa.
Paso una semana más desde ese día en que tuve la suerte de ver auto complacerse a Isabel, no la había logrado ver pues en esa semana me encontré en exámenes y entregas de trabajo, así que salía muy temprano a la escuela, regresaba tarde y me encerraba para estudiar y hacer mis trabajos, así que para el viernes termine completamente exhausto, por lo cual no salí en toda la tarde, llegue de la escuela y me encerré en casa.
Para el día sábado, me levante temprano, desayune y luego hice mis quehaceres, casi a medio día tome mis cosas pues tenia juego de fútbol y baje pues ya me esperaban dos de mis amigos que jugaban conmigo, al pasar frente a la casa de Isabel, esta se encontraba en la puerta y su esposo en el pasillo con una maleta de viaje, cuando ella me vio, en su cara se dibujo una hermosa sonrisa, “hola Eduardo, buenos días”, -hola Isabel, buenos días”, su marido se me quedo viendo de forma seria, yo solo por no dejar le dije también buenos días y apenas y a regañadientes alcancé a escuchar que respondía mi saludo.
Seguí mi camino hasta llegar con mis amigos, quienes me dijeron que solo esperaban a otro amigo que aunque no jugaba, quería acompañarnos, fue cuando vi un taxi estacionado y con el conductor de este sentado al volante, luego bajo el esposo de Isabel, el taxista le abrió la cajuela, metió su maleta y abordo el taxi, casi de inmediato se pusieron en marcha, uno de mis amigos de inmediato dejo escapar un comentario, “huy mira, dejaron solita a Isabel, con ganas de ir a acompañarla”, los demás reímos aunque a mi no me gusto tanto el comentario, un minuto después llego a quien esperábamos y nos fuimos al juego de fútbol.
En el camino mis amigos me pusieron al tanto de que en la noche había una fiesta, así que nos pusimos de acuerdo en que a las ocho de la noche iríamos a esta.
Luego del juego regresamos a casa, nos despedimos y subía a mi casa cuando casi me cae una cubetada de agua encima, era Isabel que estaba lavando su pasillo y las escaleras, “hay Eduardo, casi te mojo discúlpame”, -no te preocupes, al final me hace falta un buen baño, imagina después de haber jugado como vengo-, seguí subiendo las escaleras hasta llegar donde ella estaba, me pare frente a ella y justo en ese momento me dijo, “oye no te eh visto para nada, has estado enfermo o algo por el estilo”, -no claro que no, lo que pasa es que estuve en exámenes y todo eso, me absorbió por completo-.
“Ah con razón, ya estaba yo preocupada y pensaba que si no te veía en estos días, subiría a preguntarle a tu madre por ti”, -ah pues muchas gracias por la preocupación, pero no, ya te comente que fue lo que paso-, “ah muy bien y que vas a hacer hoy”, -pues en la noche tengo una fiesta y tu-, “no pues yo nada, quedarme en casa solita, (justo en este momento hizo una pequeña pausa y luego continuo), y aburrida”, aunque yo note que su marido había tomado un taxi con una maleta, me hice el desentendido y le pregunte, -pero y porque solita-, “es que mi marido que tiene una convención o no se que cosa para la semana que viene, es para el lunes pero pues según el tenia que llegar desde hoy, puro pretexto para tener dos días de vacaciones”.
-Y porque no te llevo-, “pues según el porque no podía, ya sabes puros pretextos”, se hizo un ligero silencio, luego me dijo, “así que te vas a ir a una fiesta”, -si tu crees-, “ah mira es que se me vino una idea a la mente pero no, mejor no”, -dime cual fue tu idea-, “no nada de verdad”, -anda dime-, “bueno es que pensé por un momento que vinieras a visitarme para no estar tan solita, no se podríamos ver unas películas, las que tu quieras y comer algo aquí, hacer palomitas no se, tonterías que se me ocurrieron, pero pues tu tienes tu fiesta y me imagino que ya quedaste con tus amigos, así que olvida lo que te dije”.
Yo no lo pensé ni dos veces y de inmediato le dije que si quería no había problema, que me quedaba con ella y no iba a la fiesta, pero ella dijo que no, que si ya había quedado con mis amigos que me fuera, todavía hasta le dije que si quería que fuera con nosotros, pero ella echo a reír y dijo, “jajajaja como crees, que va a hacer una vieja como yo en una fiesta de jóvenes como tu, nada que ver”, me quede pensativo por unos instantes y luego le dije, -que te parece si me voy un rato con mis amigos a la fiesta y me regreso temprano y vengo a visitarte, claro si no tienes planeado dormirte temprano-, ella se quedo pensando por unos instantes, luego volteo a verme, pensé que diría que no, pues ya seria muy tarde, mas sin embargo para mi sorpresa me dijo, “a que hora llegarías aquí”.
-Mira la fiesta es a las ocho, te parece bien si voy un rato, pongo algún pretexto y me regreso para llegar aquí como a las diez, no es muy tarde-, mis oídos se alegraron al escucharla decir, “esta bien, me parece perfecto, te veo a las diez entonces”, quise brincar de gusto, pero tuve que contenerme y de forma muy tranquila le dije, -bueno pues aquí te veo a las diez, quieres que traiga algo-, “no o bueno si, te parece si de la fiesta te robas una cerveza y me la traes”, -si claro que si y si no, pues paso y compro algunas-, “esta bien, entonces te veo al rato”, -si, esta bien-, ella me sonrió y luego se puso como si nada a seguir barriendo su pasillo y las escaleras, yo subí a casa pero me sentía contento, estaría con ella en la noche y claro esta, mi imaginación volaba y pensaba en que tal vez, esa era mi oportunidad para tener sexo con ella.
Estuve en casa pensando una y otra vez, tratando de mentalizarme en que si se me hacia con ella, debía tener paciencia y esforzarme al máximo, pues debería darle el mayor placer y no defraudarla como su marido, aunque la otra parte de mi cerebro decía que no me hiciera ilusiones, el caso esta que me la pase muy nervioso, cuando llego la hora me di un baño a conciencia, me vestí, me perfume y en cuanto mis amigos chiflaron, salí de la casa, al pasar por la casa de Isabel note las luces prendidas, busque algún rendijo por la cortina pues quería ver si podía ver algo, pero esta estaba perfectamente bien cerrada.
Fui con mis amigos y nos fuimos a la fiesta, pero la verdad es que ni atención les ponía, mi mente estaba en otra parte y con otra persona, la fiesta estaba divertida, pero yo no me encontraba en ella, había chicas muy linda y guapas, mis amigos las miraban y se ponían de acuerdo para abordarlas, a mi me decían pero yo ni atención les ponía, hasta que uno de ellos me dijo, “bueno wey, que te pasa”, -no nada es que me siento cansado, tu sabes la semana fue muy pesada para mi-, “wey no inventes, hay un buen de viejas bien buenas y tu ni atención les pones, mira esa chava de allá no te quita los ojos de encima y tu ni cuenta”, -a si, cual-, “esa mira”, me señalo una chica muy bonita, de cabello negro lacio, de cuerpo delgado y nada voluptuoso, estaba linda la niña pero la verdad, es que en mi mente solo estaba Isabel.
Para quitármelo de encima le dije que en un ratito iría a sacarla a bailar, pero nunca lo hice, así que paso el tiempo y cuando vi mi reloj, ya marcaban las nueve cincuenta, así que sin mas les dije, -saben que, la neta es que yo estoy muy cansado, tengo sueño y no quiero aguadarles la fiesta, así que mejor me voy a descansar a mi casa, ya mañana me platican que tal les fue-, ellos insistieron en que me quedara, pero al ver mi negativa y saber que yo nunca le rehuía a las fiestas, creyeron que realmente estaba cansado y optaron por decir que mejor me fuera a descansar, todavía uno me dijo antes de salirme, “eres re wey, esa cabía esta re bien y tu ya te vas”, yo solo sonreí y salí de la fiesta.
Como era una colonia que estaba cerca de la mía, me fui caminando rápidamente, antes de llegar a mi colonia, pase por una tienda y compre cuatro botes de cerveza, luego seguí mi camino, al estar cerca de mi edificio, me fije que no estuviera mi madre o mi padre en la ventana, una vez que vi libre el camino rápidamente me introduje en el edificio, subí las escaleras, mire mi reloj y ya eran las 10:08, me pare frente a la puerta de Isabel, la luz de la sala se miraba apagada, pensé que ya se había dormido, toque una vez el timbre, espere a ver si me abría, mientras nerviosamente miraba a uno y otro lado, esperando que no subiera o bajara algún vecino.
Pasaban los segundos que se me hacían horas y no abría, yo nervioso y pensando que tal vez ya se había dormido, de pronto se prendió la luz de la sala, casi enseguida se corrió la cortina y ella se asomo, de inmediato abrió la puerta y me dijo que pasara, lo cual hice rápidamente y ella de inmediato cerro la puerta, note que su cabello se encontraba un poco húmedo, “hola, la verdad es que pensé que no vendrías y que ahora estarías en la fiesta ligando chicas”, -no claro que no, yo siempre cumplo-, ella me miro con una sonrisa maliciosa y me dijo en un tono muy sugestivo, “de verdad, siempre cumples”, -le sonreí y le dije, -si claro, siempre cumplo mi palabra-.
Mientras me sentaba en uno de sus sillones, pude notar como estaba vestida, traía una bata de color azul marino de tela brillosa y unas sandalias de baño, fue que le dije, -la verdad es que al ver la luz apagada pensé que ya te habías dormido-, “no claro que no, te estaba esperando, solo que como me di un baño, estaba en el cuarto de atrás, arreglando una ropa, por eso se miraba todo apagado”, -ah por cierto, no te pude traer una cerveza de la fiesta pero compre estas cuatro latas, no se si quieras que vaya por mas-, “no con estas esta bien, yo me tomo dos y tu te tomas dos”, -esta bien-, “o acaso quieres traer mas para emborracharme y luego aprovecharte de mi”, al decir esto dejo escapar una sonrisa maliciosa.
Para este entonces yo ya tenia mas confianza en mí, así que de forma tranquila le dije, -no claro que no, o acaso necesitaría de eso para hacerlo-, ella me miro al tiempo de sentarse en el mismo sillón donde la había visto auto complacerse una semana antes, haciendo que vinieran a mi algunos recuerdos, sonriendo me dijo, “oye, eso que me dices es una insinuación eh, haber donde quedo ese chico tímido que presumiste un día”, yo solo sonreí al tiempo de tomar una lata de cerveza y ofrecérsela, ella estiro su mano y en cuanto la tomo, sus dedos se postraron sobre los míos.
Fue un contacto breve, de inmediato ella abrió su lata y comenzó a tomar el contenido al igual que hice con la mía, “y que tal estaba la fiesta”, -pues se miraba que estaba buena-, “y porque no te quedaste, acaso no había niñas lindas por las cuales pudieras quedarte en la fiesta”, -si, había algunas pero yo ya había echo cita con una mujer muy guapa, así que no podía dejarla-, ella se sonrojo tras mis palabras, creo que hasta yo me sorprendí de lo bien que lo había dicho, además el nervio que ella me producía había disminuido, había tomado mas confianza en mi.
“Huy que lindo, gracias por el comentario pero digo, no hay comparación en una niña de tu edad y una vieja como yo”, dijo ella y antes de que yo pudiera decir algo, dijo algo que claro estaba era para ver que decía yo, tonta no era eso me quedaba claro, “dime si no es cierto, no puedes comparar a una chica linda y joven de 20 años a una señora vieja y fea de 42”, sabia por donde iba su comentario, así que mi mente rápidamente trabajo para la respuesta y esta llego por si sola, -bueno la única diferencia que veo es la edad, pero esta no la veo como una desventaja, por el contrario, es un punto mas a tu favor, la experiencia es básica y esa solo los años la da, además tu eres una mujer muy guapa, nada vieja, madura si, pero muy guapa y con un cuerpo que ya quisieran muchas niñas tener y claro esta, muchos chicos también-, pero esto ultimo lo dije en un tono mas perverso, dándole a entender perfectamente en que forma quisiera tener un chico su cuerpo.
“Eso si, la experiencia es una buena arma que puede tener una vieja como yo”, -además una vez dijiste que te gustaría estar con un chico como yo-, “yo no dije eso”, -si claro que si lo dijiste, porque crees que hasta me emocione-, ella en ese momento dijo, luego en tono serio ella dijo, -bueno ya recuerdo, pero dije que un joven y guapo como tu, mas no dije que fueras ese chico del que hablaba”, cuando dijo eso no puedo negar que me dio un bajón, me sentí frustrado y hasta un tanto desmoralizado, pero después de unos segundos ella echo a reír, volteo a verme y me dijo, “jajaja no te creas, anda ven, siéntate a mi lado”, yo de inmediato me puse de pie y fue hasta donde ella estaba y me senté a su lado.
Dejo su cerveza en la mesita de centro y mirándome me dijo, “haber Eduardo, me halaga mucho lo que me dices, pero debes estar muy consiente de que yo soy mucho mayor que tu, te doblo la edad y pues no quisiera tener problemas”, -espera, yo se muy bien todo eso que me estas diciendo, creeme que lo que menos quiero es que tengas problemas, pero Isabel no tienes idea de cuanto me gustas, de que tan grande es mi deseo por ti”, note que al decir esto ella se sorprendió un poco, pero ya estaba yo encarrerado, así que sin mas le dije, -acaso yo no te gusto, no tienes el mismo deseo por mi-, ella sonrió y dijo, “bueno es que tu sabes, la distancia de edades y todo eso”.
En ese momento yo también puse mi lata en la mesita y le dije, -vamos que yo no te estoy pidiendo matrimonio ni mucho menos, no te estoy diciendo que dejes a tu marido, solo digo cuanto deseo tengo por ti y quiero saber si tu sientes el mismo deseo por mi-.
“Pues si Eduardo, tengo mucho deseo por ti, me gustas mucho, me atraes demasiado”, -entonces que esperas, aquí estoy y soy todo tuyo-, esto lo dije sonriendo, tratando de suavizar el momento pero dejando en claro que hablaba muy enserio, ella sonrió y me dijo, “debes saber que soy muy exigente”, -me esforzare porque quedes complacida-, “solo sexo y nada de sentimientos, sin problema alguno y sobre todo, completa discreción”, -te lo juro, seré una tumba-.
Ella me miro por unos instantes mas, luego me dijo, “antes dime algo, que te gusta de mi”, -todo, tu cara, tu cabello, tu cuerpo-, “que te gusta de mi cuerpo”, -todo, todo tu cuerpo me gusta-, “algo en especial”, -si, tus senos, me traen loco-, ya no dijo mas, de nuevo me sonrió, se puso de pie frente a mi, sin quitar el cinto que mantenía la bata cerrada, con sus manos la abrió de la parte superior y ante mis ojos aparecieron ese hermoso, voluptuoso e imponente par de senos, “así que esto es lo que tanto deseas”, si la verdad es que me impresiono demasiado, mis ojos estaban perdidos en tan hermosa visión.
De pronto ella soltó la bata, la cual no cerró por completo y dejaba ver sus duros pezones, con sus manos ahora quito el cinto de la bata y sin mas la abrió de par en par, “y esto, también te gusta, también lo deseas”, wow, estaba desnuda, solo la cubría una pantaleta nada sexy, la verdad, en color rosa, pero mis ojos recorrieron cada centímetro de su cuerpo, sus orgullosos senos, su estomago que dejaba ver unas ligeras llantitas, su pantaleta cubriendo su sexo, sus torneadas piernas, de pronto me dijo, “bueno niño, esto es lo que querías ver no es así, ahora veamos que eres capaz de hacer”.
Me dio la mano y me hizo que me pusiera de pie, cuando quede frente a ella me abrazo y solo vi como acercaba su boca y sus labios se prendieron de los míos, sintiendo su aliento con una mezcla de pasta de dientes y cerveza, su lengua profano mi boca y se introdujo por completo, mis manos rodearon su cintura, atrayendo su cuerpo al mío, sintiendo sus senos pegarse a mi pecho, y mi pene que ya estaba duro postrándose en su vientre.
La fui jalando al sillón y la recosté en el, ella abrió sus piernas y quede justo en medio de ellas, sin dejar de besarnos introduje entre nosotros mis manos y las lleve hasta sus senos, el sentir la suavidad de su piel y lo duro de sus pezones era lo máximo, eran tan grandes que ninguno cabía en mi mano, mientras movía mi cintura y tallaba en su vientre mi endurecido miembro.
Llevo sus manos a mi playera y jalo hacia arriba, por un momento dejamos de besarnos y me incorpore, me senté en el sillón y ella hizo lo mismo, termine de quitar mi playera y la avente a otro sillón, iba a quitarme el pantalón, pero ella se acerco y con sus manos acaricio mi pecho, luego mis brazos y se acomodo a forma de poder acercar su cabeza, llevo su cara a mi pecho y con su boca se apodero de mis pezones, los cuales lamió, chupo y mordisqueo levemente, mientras besaba y lamía mi pecho, llevo sus manos a mi cinturón y quiso quitarlo, pero no podía, le era complicado.
Al notar que no podía, le quite las manos y fui yo quien intento ahora quitar el cinturón, pero ella despego su boca de mi pecho y me dijo, “haber nene, espera, ven y ponte de pie frente a mi”, así lo hice y ella sentada en el sillón y yo de pie frente a ella, fue como llevo sus manos a mi cinturón y comenzó a quitarlo, “hay nene que me tienes muy intrigada por ver que es lo que te cargas, quiero ya ver y sentir lo que va a intentar complacerme”, cuando termino de decir esto, mi cinturón ya estaba fuera y ya había desabrochado el botón de mi pantalón, luego bajo el cierre y tomo el pantalón de los costados y tiro hacia abajo.
Mientras que con mis pies me deshacía de mis tenis, Isabel no se detuvo hasta que solo quede con mis boxers, ella miro el bulto que había en ellos y de forma suave llevo sus manos a mi pene, “bien nene, se siente muy bien, sin duda creo que esto me va a hacer muy feliz”, una vez que dijo esto, llevo sus manos hasta mis piernas y las acaricio, “me gustan tus piernas, me gustan mucho”, luego regreso a acariciar mi miembro, “ahora si nene, ya quiero verlo”, así que llevo sus manos al elástico de mi bóxer y jalo un poco y tiro hacia abajo, se atoro por uno momento en mi endurecido pene, así que con toda calma, llevo una mano dentro y tomo mi miembro, lo hizo a un lado y con la otra mano jalo de nuevo mi bóxer, fue cuando soltó mi pene y por fin se presento este frente a ella.
“Bien nene, muy bien, me gusta mucho”, decía ella mientras lo acariciaba con sus manos, mientras que yo lleve mis manos a su cabeza y jale muy suavemente hacia mi, “mmm que es lo que quieres nene”, dijo ella mientras me miraba con una cara de niña inocente, mientras que yo le sonreía y le daba a entender lo que yo deseaba, lo cual entendió de inmediato, así que acerco su cara mientras que sus manos lo seguían acariciando, jalo suavemente hacia abajo, haciendo que la piel de este dejara al descubierto la roja cabeza de mi miembro, además esta brillaba por el liquido que salía de esta por la gran excitación que ya tenia.
Suavemente acerco su cara, saco un poco su lengua, y como niña que da su primer lenguetazo a una deseada paleta, ella paso su lengua por toda la circunferencia de la cabeza de mi miembro, limpiando por un momento de ese brilloso liquido que la cubría, luego otro y otro lenguetazo mas, comenzó a besar todo y cada parte de el, hasta que llego a mis testículos, los cuales lamió e introdujo uno de forma suave en su boca, esto me gusto mucho, luego lo saco de su boca, recorriendo con su lengua desde el tallo del pene hasta llegar de nuevo al glande.
Luego sin mas introdujo mi pene en su boca, mis piernas flaquearon al sentir la calida y húmeda sensación de su boca, sus labios aprisionaron mi pene y suavemente movió su cabeza hacia atrás y hacia delante, regalándome una deliciosa felacion, mientras que mis manos acariciaban su cabello, pero dejando libre su movimiento, dejándola a ella misma llevar el ritmo a como ella mas quisiera.
Utilizaba solamente su boca, aprisionando con sus labios, pero podía sentir como también utilizaba su lengua, esto era delicioso, sin duda la mejor felacion que me habían echo hasta entonces, luego por fin utilizo sus manos, con una tomo mi pene desde el tallo y lo movía en el mismo sentido de su boca, apretándolo de forma suave pero deliciosa, mientras que la otra mano la alternaba acariciando una de mis piernas y mis testículos.
Nunca arremetió con mayor velocidad, todo el tiempo lo hizo con calma, de forma un tanto lenta pero deliciosa, simplemente yo lo estaba disfrutando como nunca, pero era lógico, algo tan fantástico tiene su consecuencia, pues comencé a sentir que si la dejaba seguir, en un par de minutos mas estallaría, así que le dije que se detuviera, ella suavemente saco mi pene de su boca, volteo a mirarme y me pregunto si pasaba algo, -no linda, solo que si sigues así juro que terminare un muy poco tiempo y yo quiero disfrutarte al máximo-.
Ella sonrió, luego le dio un beso a la cabeza de mi pene, la mano con la que lo tenia agarrado lo soltó, ella comenzó a incorporarse y yo le ayude, “muy bien nene, entonces ahora quiero que tu me regreses este favor, que te parece”, -por supuesto, claro que te voy a regresar el favor, con todo gusto creeme-, así que ella por fin se quito su bata, mis ojos miraban ese deseado par de enormes senos, luego ella misma se despojo de su pantaleta, se incorporo y mis ojos ahora se postraron en su monte de venus, el cual estaba lleno de abundante vello, “bueno nene, ahora si quiero que me des gusto como yo te lo di a ti”.
La hice sentar en el sillón, luego le indique que pusiera sus nalgas en la orilla de este, ella esperaba que yo le diera gusto con mi lengua y boca en su sexo, pero primero preferí agacharme un poco y posicionarme de su boca, ahora fue mi lengua la que invadió el interior de la suya, pudo sentir todo el deseo que tenia por ella, por lo cual sus manos fueron hasta mi nuca y apretaron su boca con la mía, fundiéndonos en un beso cargado de infinito deseo.
Por algunos minutos bese y deguste de su boca, luego por fin me separe de esta, ella fijo su mirada en la mía, se notaba la excitación y el deseo que llevaba por dentro, le sonreí y luego me agache mas hasta que mi cara quedo frente a sus enormes senos, eran hermosos, voluptuosos, carnosos, su aureola era grande y sus pezones duros y firmes como rocas, mis manos los acariciaron y levemente apretujaron, lentamente acerque mi boca y con mis labios me posicione de uno de sus pezones, dándole ligeras succiones, pasaba mi lengua por toda su circunferencia, con mi otra mano seguía amasando el otro seno, luego con dos dedos aprisionaba su pezón y le daba ligeros apretones.
Luego pase al otro pecho y también me apodere de su pezón, de igual forma lo succionaba y lengüeteaba, ahora con mi otra mano amasaba el otro seno, luego con mi lengua recorrí cada centímetro de la suave piel de su seno, deje de lamerlo y tome los dos senos con las manos, los acaricie, apretuje y luego los junte, haciendo que sus dos pezones quedaran juntos y con mi boca me posicione de ambos, una y otra vez los succione, les di mordiscos y los lamí, me di el gusto que hacia meses tenia, de esa fantasía y deseo que se había formado en mi cabeza, por la cual me había masturbado en una infinidad de ocasiones.
Aunque Isabel daba ligeros gemiditos y muchos suspiros y aunque estaba gozando del gusto que me estaba dando con sus senos, ella quería que ahora mi boca y lengua le dieran el mismo gusto pero en su sexo, así que me dijo, “vamos nene que mi monte esta llorando por ser atendida de la misma forma que mis pechos”, así que sin decir nada, deje sus voluminosos senos y ahora si coloque mis rodillas en el piso, ella abrió mas sus piernas para que mi acceso fuera mejor y mas fácil, todavía bese y lamí su ombligo y sus pequeñas lonjitas, mis ojos tenían frente a ellos su sexo con todo y sus vellos, mis manos acariciaron sus piernas.
Luego baje mas mi cara y comencé a lamer sus piernas, sobre todo en la parte interna de esta, note que esto le gusto mucho, pero después de unos segundos de estarlo haciendo ella comenzó a reírse, yo la mire y ella sonrojada me dijo, “perdón pero es que comencé a sentir cosquillas”, solo sonreí un poco pero no dije nada, así que ahora lleve mis manos hasta su sexo, con mis dedos me abrí camino entre sus vellos hasta dejar al descubierto los labios exteriores de su vagina, los cuales abrí y deje ahora descubierto la parte interna de esta, pude ver ese botoncillo que tanto placer puede darle a las mujeres, además pude notar el brillo de su interior, estaba ya muy excitada, por lo cual esta se encontraba ya muy húmeda.
Lentamente acerque mi cara, en especial mi boca, respire el delicioso aroma que esta desprendía, saque mi lengua y comencé a recorrer cada milímetro de ella, “ohhh nene que rico ohhh”, exclamo ella en aprobación a lo que le estaba comenzando a hacer, ahora mis manos las lleve a sus piernas y mientras mi lengua y boca degustaba de todo su sexo, con ellas acariciaba sus piernas, me gustaba sentir la suavidad de estas.
Mire hacia arriba y pude ver que ella había cerrado sus ojos, su pecho se inflamaba ya con mayor rapidez, podía escuchar como suspiraba cada vez con mas fuerza, hasta que estos se transformaron en suaves gemidos, sobre todo cuando ella sintió como mi lengua se introducía en el interior de su sexo, exactamente en el lugar donde minutos después entraría mi pene, fue que pude sentir como mi saliva se mezclaba con sus ya abundantes jugos, dejo escapar un gemido mas fuerte y luego regreso a los gemiditos suaves.
Ahora saque mi legua de su sexo y recorrí hacia arriba hasta posicionarla sobre su clítoris, el cual primero lamí con la punta de esta, luego mis labios se posicionaron de este y di ligeras succiones, volví a mirar hacia arriba, ahora ella tenia los ojos bien abiertos y me miraba, mientras que respiraba con mayor rapidez, sus piernas se abrían y cerraban un poco, sus manos se movían como queriendo posicionarse en algo pero sin saber en donde, fue cuando ahora arremetí con mayor velocidad con mi lengua, lo movía en círculos al tiempo de hacer presión en su clítoris.
“Ohhh nene, así, muy bien, ahhh que delicia, ahhh me esta gustando mucho, ahhh si nene, así, sigue así ahhh”, sus palabras me alentaban a seguir, sabia que le estaba gustando mucho, así que deje de mirarla y me concentre para poder arrancarle el primer orgasmo, el cual supe que estaba por llegar cuando escuche como sus gemidos incrementaron de volumen, sus piernas comenzaron a moverse con cierta desesperación, al mismo tiempo que podía sentir como se tensaban, por fin encontró donde poner sus manos y fueron en mi nuca, pero solo para aprisionar por completo mi cara en su sexo.
Solo alcancé a escuchar como entre gemidos decía, “ahhh me voy a venir, me voy a venir”, y de pronto ahogo por un instante sus gemidos, sus piernas se tensaron por completo, justo en el momento que sentí como un liquido muy caliente bañaba mi barbilla, de pronto un fuerte gemido pude escuchar, de nuevo mira hacia arriba y ella con su cabeza hacia el techo y los ojos cerrados, dejo escapar una gran cantidad de gemidos, mientras que su sexo seguía dejando escapar una gran cantidad de néctar.
Aunque yo quisiera hacer mi cabeza hacia atrás no podía, pues ella me tenia bien aprisionado con sus manos, así que solo movía ya de forma muy suave mi lengua, fue hasta que ella pudo sentir que su orgasmo había terminado que sus manos soltaron mi nuca, de nuevo volví a mirarla al tiempo de despegar mi cara de su sexo, ella me miro mientras respiraba aceleradamente, “ven nene, anda, quiero tenerte ya dentro de mi”, y a punto estuve de incorporarme para ya penetrarla, pero yo sabia que una mujer con tanto deseo y tan olvidada como Isabel, seria muy difícil de complacer por completo, así que decidí que debería adelantarla mucho mas, debía darle mas placer y mas gusto, así que decidí que tenia que hacerla llegar a mas orgasmos antes de por fin estar dentro de ella.
“Anda corazón que esperas, ven ya”, pero le dije que esperara un poco, así que de nuevo volví a pegar mi boca en su sexo, solo que ahora me vino a la mente utilizar mis dedos, por lo cual localice e introduje dos de ellos en su sexo, primero comencé a moverlos lentamente, adentro y afuera, mientras mi lengua seguía acariciando su clítoris.
Por un momento ella desistió de su llamado, de nuevo se acomodo y se dispuso a volver a disfrutar, por varios minutos mas mi lengua masajeo y acaricio su clítoris, ahora mis dedos entraban y salían con mayor fuerza, una y otra y otra vez, hasta que ella de nuevo volvió a llevar sus manos a mi nuca, de nuevo me aprisiono contra su sexo, de nuevo volvió a gritar de placer y mis dedos sintieron como de nueva cuenta, ella alcanzaba otro orgasmo, pues su néctar baño por completo mis dedos.
“Ahhh nene, ahhh cuanto gusto, ahhh cuanto placer, ahhh que delicia, que delicia, ahhh”, de nuevo sus manos volvieron a aprisionar mi cara con su sexo, mis dedos quedaron inertes en el interior de su sexo, sintiendo como una abundante cantidad de néctar se desbordaba hacia la orilla del sillón, mojándolo por completo.
De nuevo una vez que paso su orgasmo volvió a soltar mi cabeza, solo que en esta ocasión si fue un poco doloroso para mi, pero de verdad que yo estaba empecinado en arrancarle mas orgasmos, solo que ya no quería que me volviera a apretar la cabeza, ella de nuevo volvió a llamarme para que ya me introdujera en ella, yo solo la mire y le sonríe y le dije que aun no.
Comencé a mover los dedos que tenia dentro de su sexo y con la otra mano, lleve dos de mis dedos hasta su clítoris y comencé a acariciarlo, al mismo tiempo que metía y sacaba mis dedos de su sexo, ella se acomodo en el sillón y se dedico a disfrutar de las caricias.
Poco a poco fui incrementando la velocidad tanto de los dedos que la penetraban, como de los dedos que acariciaban y masajeaban su clítoris, esto provoco que Isabel comenzara a jadear y gemir con mayor fuerza, sus manos buscaron de nuevo mi cabeza, solo que ahora esta no estaba ahí, así que sus manos ahora las llevo a sus senos, los cuales comenzó a acariciar y sin duda esto le gusto, le gusto tanto que sus gemidos se hicieron mas fuertes, lo estaba disfrutando como nunca y su cuerpo sin duda alguna, estaba experimentando sensaciones jamás vividas.
Para entonces su clítoris estaba completamente sensible, tanto que en pocos segundos alcanzo otro orgasmo, lo cual me incentivo a seguir y ella a recibirlo, pues completamente entregada a este placer, me pedía no detenerme, me pedía que siguiera, que le estaba gustando y lo estaba disfrutando al máximo, tanto que rápidamente llego a un cuarto orgasmo, el cual fue enorme, pues la cantidad de néctar en esta ocasión fue mucho mas abundante.
Aun se encontraba sumergida en las sensaciones que el orgasmo le había provocado, cuando de forma tajante me pidió que sacara mis dedos, lo cual hice de inmediato y también deje de acariciar su botoncito, con la voz completamente agitada volvió a pedirme que la penetrara, que ya no podía mas, que ya acabara con ese fuego que la estaba consumiendo, yo pensé que era hora, que ya debía penetrarla, ya la había adelantado lo suficiente y ahora si, podría entrar en ella y así cumplir tan enorme deseo que también a mi me consumía por dentro.
Así que tome mi pene y lo encamine a su monte, ella miro esto y sonrió feliz de saber que por fin entraría en ella, todavía pase todo mi miembro por su sexo, mojándolo del néctar que cubría a este, coloque el glande en su clítoris y con movimientos circulares suaves lo masajeaba, “ahhh ya, hazlo, por favor, hazlo ya, ahhh”, con mi mano empuje hacia abajo mi pene, lo coloque en la entrada de su inundada cueva y empuje suavemente, sintiendo como este entraba y se deslizaba en su interior, mientras dejaba escapar un sugerente gemido.
Suavemente y sin detenerme la penetre por completo, justo hasta que no quedo ni un milímetro fuera, justo hasta que mis testículos quedaron pegados a sus nalgas, quedándome por unos segundos sin moverme ni un milímetro, fue entonces que con mis manos tome sus piernas y las levante, ella de inmediato supo lo que yo quería, así que ayudo y las apoyo en mis hombros, coloque mis manos en sus muslos y comencé a moverme muy suavemente, sacaba mi miembro hasta que solo quedaba la cabeza dentro y luego volvía a penetrarla por completo, una y otra vez lo hice así, siempre suave y lento.
Podía sentir como las paredes de su sexo abrazaban por completo mi ya mojado miembro, poco a poco fui incrementando el ritmo, sin precipitarme, poco a poco, hasta que ya la velocidad era mayor, ya la penetraba con mas velocidad, ella gemía y jadeaba, me miraba, me lanzaba miradas de placer y lujuria, mientras que yo miraba el vaivén de sus grandes senos.
Hasta que sentí que el piso comenzaba a lastimar mis rodillas, di las ultimas estocadas, hasta dentro, como si yo mismo quisiera entrar por completo en ella, me detuve, mi pene estaba llenando por completo su sexo, luego lentamente lo saque, lo mire y brillaba y escurría de néctar, me puse de pie, la tome de la mano y la hice levantar, la abrace por la cintura y la atraje hacia mi cuerpo, mi pene quedo entre los labios vaginales, mi boca se prendió de la suya y mi lengua de nuevo hurgo por todo su interior.
Mis manos bajaron hasta tomar sus nalgas, sus grandes senos eran aplastados por mi pecho, podía sentir lo duro de sus erguidos pezones, mis manos acariciaban y apretujaban sus nalgas, luego gire y deje de besarla, me senté en el sillón y la jale hacia mi, pero ella me dijo que no, que mejor fuéramos a su cuarto, así que me puse de pie y me coloque detrás de ella, la abrace primero por la cadera hasta que mis manos se colocaron sobre su estomago, pegue mi pene a su trasero y este se deslizo entre la línea que divide sus nalgas, mi pecho quedo pegado a su espalda y mis manos subieron hasta postrarse en sus senos, mi boca se apodero de la parte alta de sus hombros, le daba suaves mordiscos y los recorrí hasta la parte trasera de su cuello.
Fue así que sin despegarnos comenzamos a caminar y recorrer su pasillo hasta llegar a su cuarto, hasta llegar a su cama, donde la hice recostar boca abajo, luego subí yo a la cama y me recosté sobre ella, colocando mis piernas a los costados de sus caderas, y comencé a besar de nuevo la parte trasera de su cuello, lentamente fui recorriendo con mi lengua su espalda, sintiendo como su piel se erizaba, luego subí y lamí, bese y mordí sus hombros, para después de nuevo llenarle de besos la espalda, hasta llegar al nacimiento de sus nalgas, ella mantenía su cara pegada a la cama, pero podía escuchar los suspiros que escapaban de su boca.
Con mis ojos admire sus nalgas, luego las llene de besos, las recorrí con mi lengua, ella por instinto levanto un poco su trasero y abrió un poco sus piernas, así que con mis manos suavemente le separe las nalgas, deje al descubierto su ano, el cual se mostraba completamente cerrado, posicione mi lengua en la parte alta de la línea que separa sus nalgas y recorrí con mi lengua hacia abajo, justo cuando mi lengua toco su ano, ella dio un pequeño respingo, yo solo pase por un par de segundos mi lengua en su ano, luego seguí hasta que deguste de su vagina.
Pero solo fueron unos instantes, luego regrese mi lengua hacia arriba, de nuevo pase por su ano y subí hasta su cintura, seguí por su espina dorsal hasta llegar a su nuca, luego pase mi lengua por su oreja derecha y en voz suave le dije que deseaba que ella me cabalgara, así que de inmediato me recosté boca arriba en la cama, ella se incorporo, agacho su cabeza y me dio un ligero beso en la boca, de inmediato se monto en mi, tomo mi pene con su mano y lo encamino a su sexo, sosteniéndolo hasta que el glande entro, luego lo soltó y ella misma fue dejándose caer, hasta que estuve de nuevo por completo dentro de ella.
Coloco sus manos sobre la cama a los costados de mis brazos y comenzó a moverse arriba y abajo, suave y lentamente, sus senos quedaron frente a mi, en esta perspectiva se miraban mas grandes y voluptuosos, no me pude contener y me prendí de ellos, esto le gusto a Isabel, quien comenzó a moverse con mayor velocidad, se daba de sentones a placer y a su gusto, llevando el ritmo que a ella mas le gustaba, mientras que yo degustaba por completo de sus senos, sin duda me di el atracón de mi vida, había deseado tanto sus senos y ahora los estaba disfrutando a mi gusto.
De pronto ella se incorporo un poco, quedando sentada sobre mi pene, coloco sus manos sobre mi estomago y comenzó a mover sus caderas de una forma tan cachonda, que me hizo subir a la gloria, lo hacia de forma tan fenomenal que yo solo aferre mis manos a la cobija de su cama, ella llevo sus manos a su cabello mientras movía sus caderas, luego yo lleve mis manos a sus pechos y los acariciaba y apretujaba, con mis dedos oprimía sus pezones, mientras ella gemía de gusto.
De pronto dejo de moverse, me miro y dejo caer su cuerpo sobre el mío, su boca se apodero de la mía y comenzó a besarme con mucha pasión, ya no movía sus caderas, mi pene había quedado incrustado en ella, así que con mis manos hice que deslizara un poco mas hacia delante sus rodillas, al tiempo de que yo flexionaba las mías, poniendo las plantas de mis pies sobre la cama, lleve mis manos a sus nalgas, las cuales tome con fuerza y comencé a mover mi cadera, sintiendo como entraba por completo, deslizándolo con la facilidad que me proporcionaba la gran lubricación que ella tenia.
Isabel comenzó a besarme con más pasión, ahogando sus gemidos en mi boca, hasta que arremetí con todas mis fuerzas, fue que ella dejo de besarme y coloco su cara a un costado de la mía, mi oído podía escuchar claramente como gemía con fuerza, mientras que yo arremetía con todo, hasta que sentí que ya pronto estallaría, fue que ella entre gemidos me decía, “ahhh si, así, sigue no pares, ahhh sigue cariño, sigue que siento que me voy a venir, ahhh no pares por favor, sigue, sigue ahhh, ya casi nene, ya casi ahhh, no pares, no pares ahhh”, yo rogaba porque ella terminara antes, pues ya me sentía explotar.
“Ahhh cariño, me voy a venir, ahhh me voy a venir ahhh no pares que me vengo, ahhh si ahhh, me vengo, me vengooooooooo ahhhhhhhhhhhh”, justo en ese momento sentí como su néctar bañaba por completo mi pene, fue cuando ya no pude mas y sin decir nada y dejando escapar un fuerte gemido, estalle inundando por completo su cueva con toda mi semilla, sintiendo como le llenaba su interior con abundante semen.
Era un concierto de gemidos por parte de ambos, quienes completamente extasiados sentíamos como se mezclaban mi semen y su néctar, no decíamos palabra alguna, los gemidos lo decían todo, habíamos alcanzado el éxtasis y sin duda estábamos por demás complacidos, fue hasta que sentí que había salido la ultima gota que deje de moverme, asegurándome que mi pene completamente dentro de ella, quien dejo caer por completo su cuerpo, mis nalgas quedaron recargadas sobre la cama, comenzó a llenar de besos mi cara mientras acariciaba mi cabello.
Luego la calma, dejo de besarme y recargo de nuevo su cabeza a un costado de mi cara, ambos respirábamos aceleradamente, nuestros cuerpos se encontraban bañados en sudor, mis manos acariciaban su espalda y sus nalgas, mi pene comenzó a perder firmeza, ella sintió esto y movió sus caderas, haciendo que este saliera de ella, se recostó boca abajo sobre la cama, se acomodo y su cara quedo sobre mi pecho y así nos quedamos, inertes y satisfechos.