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Mi profesora de francés.

SasukeUchija

Becerro
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19 Ago 2008
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3
Hola queridos bacuneros, quería aportar al foro con un simple relato.
Se trata de una fantasía que tuve con mi profesora de francés.
Ella, realmente es francesa. Tiene el pelo liso y por los hombros, color castaño. Los ojos castaños, una mirada muy sexy y tiene la nariz respingona, los labios carnosos y el cuerpo genial. No tenía tetas apenas, pero tenía un culo que nos hacía mirarlo cuando se daba la vuelta al escribir en la pizarra y cuando llevaba aquellas mallas...
Es una chica bastante deportista, así que tiene unas piernazas que dan gusto.
Era en la etapa en la que iba al instituto.
Una fría mañana de Diciembre, en la que desayunaba tan tranquilamente y luego me vestía bien abrigado para no pasar frío, aunque igualmente se pasaba bastante, me dirigía al instituto. Primera hora francés, ¡genial! Me gustaba la asignatura, además que teníamos una profesora bastante pontentorra.
Entraba en clase, dejando la mochila en mi sitio. Suspiraba, porque me quedaba solo, pues los demás compañeros de clase eran pijos, y yo totalmente diferente: metalero-hardcore. Prueba de ello son mis dilataciones en la oreja, el pelo largo, las camisetas de grupos metaleros y demás cosas que me diferenciaban al resto.
Entonces, entraba la profesora de francés. Joder, cuando dejaba todo su material en la mesa y observaba ese coño que se marcaba con las mallas... qué profesora más atractiva.
Esto era que empezaba la clase. Como todas las clases, empezábamos la explicación y yo, como es de entender, prestaba atención a las explicaciones, pero también a su cuerpazo.
Más tarde nos mandaba ejercicios. Ejercicios fáciles de hacer y que no tenían muchos comederos de cabeza, pero igualmente ella se pasaba por los sitios por si alguien tenía alguna duda. Cuando pasaba por mi sitio, me decía: Miguel, ¿alguna duda?, yo negaba con la cabeza, sonriendo. Ella sonreía y asentía con la cabeza, pasando a otro sitio. Aprovechando ese otro sitio, le miraba el cuerpo, mordiéndome el labio. Aunque claro, tenía que mirar disimuladamente, porque además era muy espabilada la muchacha.
Al terminar la clase, tenía que ir al departamento y preguntarle sobre el viaje a Francia que íbamos a hacer. Le dije que no podía ir, porque la clase era completamente diferente a como era yo y no iban a hacerme mucho caso. Pero ella me decía que no había problema, porque si no encajaba bien en el resto del grupo, ella se iría conmigo, incluso si era necesario, me dormiría con ella en la misma habitación.
Es una evidente indirecta, ¿o no? Os pido que me contestéis en un comentario, por favor.
Bueno, sigamos con la situación. En esto que me voy a marchar, y me pregunta: Miguel, ¿después en la hora libre que tienes te podrías pasar por aquí de nuevo? Para preguntarte sobre la situación en clase... Yo le asentí, con una sonrisa.
Entonces, pasan las horas, con asignaturas aburridas, atendiendo a clase pero dando cabezadas, y llega la hora libre, en la que mi amigo me dice que si le gustaría ir a la cafetería, y le dije que tenía que ir al departamento de Francés a hablar con la profesora, y entonces mi amigo, para hacer la broma, da un silbido y dice: Que Miguel se va a ligar a la profe... jujuju... Yo reía. Iba al departamento, y allí me esperaba mi profesora sentada, y me dijo que me sentara justo enfrente. Me miraba fijamente a los ojos, sonriéndome, y empezó a preguntarme: Miguel, ¿de todas las lecciones de francés te enteras, no? ¿Hay algún problema con ello? Le dije que no. Que todo estaba estupendamente. Y me preguntaba: ¿Y por qué dices que no encajarías con el grupo? Le expliqué todo. Que a mi me gustaba el metal, el rock, mientras que a ellos les gustaba la música electrónica comercial y la música sin sentido. Visten de otra manera, se divierten de otra manera... sus piercings son de una manera y los míos de otra... en ese momento me dijo: ¿Piercings de otra manera? Es evidente que al ser francesa, algunas expresiones españolas no las entienda.
 
Yo le enseñé mis dilataciones, apartando mi pelo largo y liso y ella asintió con la cabeza, algo rara. No parecía ser la misma, pero igualmente siguió con la conversación: Eso es porque tú eres diferente y ellos son todos iguales. Asintía con la cabeza, casi riendo cuando me dijo eso. Apartando la mirada, me fijé en sus pezones, estaban marcándose en su camiseta, a pesar de tener el sujetador puesto. No hacía tanto frío a aquella hora de la mañana, ya podría ser tarde. Sin embargo, estaba así. Era entonces cuando me dijo que ya me podía ir, pero yo fingí querer preguntarle más cosas, porque en ese momento mi pene estaba en erección por debajo del pantalón, y pensar en otras cosas. Pero mientras más pensaba, más duro se me ponía. Entonces, me levanté, con un poco de vergüenza, y con el pene erecto, que evidentemente ella había mirado, y antes de abrir la puerta y marcharme, me dijo que esperara un momento. Entonces, me paré, y me di la vuelta, mirándole. Se había fijado en mi pene erecto, y se levantó, cogiendo unas llaves. Me dijo: Miguel... ¿qué te pasa ahí? Señaló mi pene. Se acercaba a mi y cerraba la puerta del departamento con llave. Me cogió de la cintura, y yo estaba poniéndome algo nervioso, pues no esperaba que ella hiciera cosas así. Pero decidí darle valor y mirarla a los ojos, además que ella era igual de alta que yo, por lo que no habría problema. Se acercó a mi, y me besó en los labios, ambos se humedecieron. Empezó a usar la lengua, y mi pene empezaba a humedecerse por dentro. Es entonces cuando me tocó el paquete, y yo noté un mariposeo en el estómago, y ella empezaba a masajearme. Cada vez se ponía más duro, y me desabrochó el pantalón y me bajó la cremallera. Entonces, me bajó los pantalones y los calzoncillos, y mientras me acariciaba el pecho, me empezó a masturbar. Cuando hacía todo esto, me mordía el labio del placer, del tan grande placer, pues nunca antes me había imaginado que todo esto iba a pasar. Entonces, volvió a pedir mis labios besándola, y luego se puso de rodillas y empezó a chupármela. Lamía con la lengua la punta, y luego presionó sus labios contra el glande, moviéndose húmedo lentamente hasta la piel y llegando hasta la pelvis, haciendo garganta profunda. Luego, se sacó el pene y lo masturbaba, mirándome con una sonrisa traviesa y con una mezcla de placer. Continuó chupándola mientras me cogía las pelotas con otra mano y jugaba con ellas, hasta que al cabo de un rato (quizás unos quince minutos) me iba a correr. *****... -decía yo- me voy a correr... (el nombre de ella está entre paréntesis para su privacidad) y ella abrió la boca, masturbando rápidamente para que me corriera en su boca y se tragara el semen. Satisfechos, ella se levantó y una vez que su boca estuvo libre del semen, me besó de nuevo.
Me puse de nuevo los calzones y me puse los pantalones, cuando tocó la campana de la siguiente hora. Debía irme. Antes de irme, le toqué el culo, y me abrió la puerta con la llave. Le guiñé un ojo, ella me devolvió el gesto, y me fui. Quizás la cosa no volvería a repetirse, pero yo tenía la corazonada de que sí. Al volver a clase, mi amigo me preguntó qué había pasado, y yo le dije que lo típico, que me habló de la situación de clase, y nada más. Pero era sospechoso, porque había ocupado toda la hora, y en toda la hora no se puede hablar de tan poco. Pero bueno, empezábamos la siguiente clase, y yo con toda esta situación no podía concentrarme...

Éste es el primer relato que escribo. Espero que os guste, dejad comentarios y si son muchos, escribiré otro relato, y el próximo será del viaje a Francia, aquel que nunca hice, pero como os dije, son fantasías sexuales. Muchas gracias.
 
fantasia ja ja ja osea puñetas mentales ja ja ja ja

pero aun asi esta bueno gracias
 
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