- Tema Autor
- #1
OTRO PAR DE RELATOS QUE ME PARECEN RICOS ESPERO LES GUSTEN YA SABEN BUENOS Y MALOS PERO COMENTENunzadita:
Mi profesor de la Universidad
por APASIONADA
A mis 20 años ya estaba divorciada y tenia un bebe. Mi ex marido me abandono. Yo no quería saber nada de los hombres, los evitaba, las recriminaciones de mi familia a mi fracaso, aumentaban esta conducta de rechazo. Un año después decidí dedicarme a mis estudios de ingeniería que había interrumpido y al cuidado de mi hijo. Pero aquel profesor llamado Julio, mucho mayor que yo, siempre estaba pendiente de mi, y siempre tenia un motivo para que al final de sus clases me quedara un poco mas o me invitaba al cafetín. Tenia gran respeto por mi profesor, lo consideraba mi guía: él busco y logro que le tuviera confianza como para llegar a comentarle mis problemas personales. Su presencia y autoridad, generaba un especial y notorio respeto de todos hacia él, pero mas era la mía.
En esa época como ahora, sigo siendo algo rellenita, blanca, de larga y negra cabellera y una cara atractiva con ojos negros y labios provocativos, a decir de mis admiradores. Además poseo unos bien formados grandes y llamativos senos naturales que me encanta insinuarlos, una cintura delgada que realza unas atractivas, redondas y bien pronunciadas nalgas, con piernas bien conformadas de muslos gruesos, atributos por lo que soy objeto de miradas y expresiones insinuantes de los hombres; lo que he sabido aprovechar en todos estos años de intensa y apasionada vida.
Siempre asistía a clase en pantalones ajustados, y por tener mis muslos gruesos, me sentaba con mis piernas entreabiertas, hasta un día que fui con una falda por encima de mis rodillas y de manera inconciente me senté entreabierta, dejando expuesto ante los ojos del profesor Julio, mis bien contorneados muslos y mi entrepierna, hasta poder ver mi diminuto blúmers, que escasamente cubría mi cosita de crecidos labios menores y carnosos labios mayores que sobresalían por los lados. Fue al final de la clase que supe me había visto; cuando me pidió quedarme un momento y me dijo que en mucho tiempo no había sido tan feliz, pues había disfrutado de mi belleza, como siempre, pero hoy mas, al contemplar durante toda la clase y en diferentes posiciones mis piernas y mi diminuto blúmers que dejaba a la vista mi hermoso y pronunciado sexo que lo mantuvo en un estado de excitación que aun era notorio. Sentí mucha pena, quería excusarme, no quería que pensara mal de mi y quise alejarme de allí, pero el profesor tomándome por los hombros me atrajo hacia él, me abrazo largamente mientras acariciaba mi pelo y me decía tiernas palabras que disiparon mi pena, restándole importancia a lo sucedido y que por lo demás todo era natural, palabras que hicieron que yo le abrasara también pegando mi cara a su pecho, y que me dieran mas confianza en él. La emoción del momento humedeció mis ojos.
De allí salimos, tomamos un café y me llevo en su auto a la casa, tiempo durante el cual, me pidió que fuéramos mas que amigos y que no pasaría con él lo que sucedió con mi ex; y que el tiempo diría a donde nos llevaría esta relación. Yo le respondí que no quería nada por el momento, quería terminar mis estudios y que seria el tiempo que también diría si esa relación era posible o conveniente para los dos. Acepto y nos despedimos depositando un beso en mi frente que produjo en mi cuerpo una ola de calor.
Pasaba el tiempo, todo era normal, hasta extrañe que no me propusiera nada y un día de clase de laboratorio, fui con falda, tenia cuidado al sentarme de que mi falda no se subiera, en algunos momentos se subía y al percatarme la bajaba y pude ver, por el rabillo del ojo, como el profesor Julio me seguía con su vista, buscando ver por entre mis piernas entreabiertas. Luego vi como trataba de ocultar su pene erecto de recrecida cabeza, colocándolo bajo el pantalón a lo largo de su pierna izquierda llegándole como hasta la mitad de su muslo. Esta imagen de mi respetado profesor, me fue excitando entre sensaciones de miedo y deseo. Había pasado un año sin tener ningún tipo de relación u acercamiento con algún hombre y esta situación me estaba despertando ese volcán de deseos contenidos, propios de una mujer de mi edad y sentir, después de mucho tiempo, como se me humedecía mi vagina.
Haciéndome la desentendida empecé a asumir, poses que le permitieran ver mi entrepierna o buena parte de mis muslos, y cuando estaba de pie me inclinaba mas de lo normal sobre los equipos de forma que mis nalgas se vieran mas pronunciadas y provocativas. Al concluir la clase, mis compañeros se fueron retirando, y a propósito me quede para salir de última para saber que me diría el profesor; pero cuando me disponía a salir, él, de manera rápida cerro la puerta y paso el seguro; sentí miedo, se aproximo y tomándome por los hombros con firmeza, me atrajo hacia él y diciéndome que ya no soportaba mas la excitación que mi presencia le producía, y me empezó a besar, quise evitarlo, pero su fuerza y determinación era superior, mi cuerpo se entrego sin resistencia a sus caricias y él desesperado me traslado mientras me besaba en la boca y cuello, hasta su escritorio y allí me coloco de espaldas a él e hizo que me inclinara sobre la mesa, subió mi falda quedando expuesto a ante sus ojos, mis firmes, robustas y redondas nalgas que escondían entre ellas el hilo de mi diminuto blúmers. Las acaricio y procedió a bajar mi blúmers, sentí toda mi cosita recrecida y húmeda y de repente sentí el calor de la proximidad de su verga rígida que empezó a pasarme por mi rajita buscando entrar en mi vagina mientras me decía: que buen culo tienes mujer.
De pronto su recrecida cabeza empezó a penetrarme y abrí mas las piernas para facilitarle que entrara, me dolía mucho, aquel miembro era como de unos 19 cm, y el doble de grueso que el de mi ex esposo, que solo alcanzaba a unos 13 cm. de largo y delgado. Su cuerpo venoso y sobresaliente cabeza rozaba el interior de mi vagina llegando hasta lo mas profundo de ella, tocando mi útero en un prolongado metí y saca mientras me tenia tomada de mis caderas o de mis voluminosas tetas produciéndome una gran excitación. No hacia fuertes movimientos para no lastimarme, pero sus reiteradas envestidas taladraban mis entrañas que disfrutaban de aquel caliente y maravilloso instrumento viril. Julio abría mis nalgas para lograr penétrame mas profundamente, y aquella inmensa verga se alojaba cada vez mejor en mi vagina que lo acogía placentera. Pasados algunos minutos, me pidió que me volteara, me alzo y me coloco de espalda sobre el mesón con las piernas en alto y bien abiertas y fue cuando con asombro pude ver aquel instrumento venoso, grueso con una cabeza recrecida grande y brillante que imponente se acercaba tomado por la mano de julio y lo colocaba entre mis labios mayores y menores recrecidos e brillosos e hinchados que se abrían para recibirlo y alojarlo dentro de mi. Nuevamente sentí lo ardiente que estaba y como palpitaba mientras me penetraba lenta pero firmemente hasta llegar hasta lo mas profundo de mi y sentía su testículos golpear mi culito. Con rítmicos y acoplados movimientos con un ruidoso tac tac tac, fallábamos apasionadamente, sentía próximo mi orgasmo y se lo dije y entonce Julio acelero sus envestidas y gemíamos de placer mientras disfrutábamos de un largo e inolvidable orgasmo mientras el se descargaba con repetidas y profundas embestidas que depositaban en lo mas profundo de mi vagina su abundante y espesa leche caliente, que parecía interminable y brotaba hacia afuera dejando nuestros sexos totalmente embadurnados de nuestros fluidos.
Julio ya satisfecho sacaba lentamente su aun erecta verga, me parecía que no terminaba de salir, nuevamente pude observar de cerca su magnifico e imponente pene. Me dijo que si me había gustado y que si podíamos volver a hacerlo en los próximos días; a lo cual le respondí que si, que me parecía maravilloso todo y nos dimos un profundo beso antes de salir del laboratorio y me llevara a casa.
Agradezco tu comentario que me animaran a seguir narrándoles mis reales experiencias
Mi profesor de universidad II
por APASIONADA
Pasaron unos 15 días después de haber hecho el amor en el laboratorio, tiempo en el que casi todas las noches me excitaba recordando todo lo sucedido ese día. Sobre todo después de un año y algo mas de no tener relaciones y de como mi vagina en ese tiempo se estrecho un poco, y podia adaptarse a aquella verga de unos 19 o 20 cm de largo y 16 cm de circunferencia o grosor, que Julio, mi profesor mostraba orgulloso y que me causaba un dolor excitante cuando me penetraba. A medida que pasaban los días aumentaba mi deseo y curiosidad por estar nuevamente con él, pero Julio no daba muestras de querer hacerlo, lo que me hacia dudar de su interés por mi; y fue una tarde, cuando salimos de la ultima clase, inesperadamente me sorprendió pidiéndome que le acompañara a tomar unas cervezas y que luego me llevaría a casa. Dude, pero su insistencia y mi “yo” interno me motivaron a aceptar.
Nos trasladamos a las afueras de la ciudad, a un bar ubicado en una vieja casona acondicionada, en cuyos amplios corredores estaban las mesas y al fondo, entre arbustos, los baños. Ya la noche se aproximaba y tenues luces alumbraban el lugar. Nos ubicamos en un sitio apartado donde pasábamos casi inadvertidos ante los escasos parroquianos que allí bebían y jugaban cartas o domino, que en alta voz hacían comentarios de todo tipo.
Julio pidió una primera ronda y comenzamos por hablar sobre mis estudios y de su trabajo y luego empezó por decirme lo bella que era y que todos los días me recordaba y que el recuerdo de aquella primera vez en el laboratorio le excitaba. Igual le dije me sucedía pero que no quería que esta relación se prolongara de manera formal, a lo que accedió. Seguimos bebiendo unas cuantas cervezas mas; yo no era experta bebiendo, escasamente había bebido ocasionalmente algún licor, pero no como lo hacia ese dia, lo que me hizo desinhibir de tal manera, que Julio muy diestramente acercándose a mi tomo mi cara entre sus grandes manos y acercando su boca a la mia me dio un largo y profundo beso que disfrute y que no quería que terminara. Un intenso calor recorrió todo mi cuerpo y mi piel se erizaba con su contacto. Me retire un poco tome aire y bebí un largo trago de cerveza. El hizo lo mismo.
Seguimos asi hasta que acercando su silla a la mía paso su mano por detrás de mi cuello dejándola caer por entre mi blusa buscando acariciar mis atractivas tetas, deje que lo hiciera y yo a la vez puse mi mano sobre su muslo, encontrando una fuerte erección de su verga calida y rígida a la que suavemente empece a acariciar sobre el pantalón, la cabeza recrecida sobresalía del tronco de aquel instrumento que Julio hacia que se moviera seguido con rítmicos impulsos como queriendo liberarse del amplio pantalón que lo contenia. Ya no hablábamos, solo nos acariciábamos y besábamos mientras oíamos las risas y comentarios de los clientes en medio de una alegre y fuerte música que invadía todo el lugar, ya la noche hacia aparecer mas oscura la vieja casona.
Sentí como mi vagina se humedecía y contraía, y el deseo reprimido de orinar hizo que me dirigiera al baño para damas. Me sentía un poco mareada, Julio me acompaño al retirado sitio. Entre y un prolongado, ruidoso y fuerte chorro, placenteramente desocupo mi vejiga. Mis labios mayores y menores estaban recrecidos por la excitación y mi vagina estaba abierta, me limpie y al salir Julio estaba junto a la puerta del pequeño baño, y me comento que había oído con placer y excitación como orinaba, me abrazo y tomo mi mano llevándola a su verga que se la había sacado; lo agarre y pude comprobar lo grueso que era, mis pequeñas manos escasamente podían abarcarlo en su totalidad, y su tamaño entre 19 y 20 cm. era lo mas grande que había visto y no comprendía como aquella verga, ese dia en el laboratorio, ya me la había metido sin causarme daño.
Con firmeza pero suavemente hizo que bajara hacia su miembro y con apasionada voz me dijo “anda bebita, dame una buena mamada que es lo que mas deseo…. Mi amor”, lo tome y difícilmente lo introduje en mi boca, Julio presionaba mi cabeza contra su verga para meterlo lo mas que podía, pero su tamaño y grosor no me lo permitía, acariciaba sus bolas y lamia seguido, puse la cabeza dentro de mi boca y se la lamia con mi lengua suavemente mientras que con mi mano acariciaba de adelante hacia atrás su largo tronco hasta que sentí como se recrecía mas su verga y seguidamente una fuerte y explosiva eyaculación que llego hasta lo mas profundo, lleno mi boca de su calido, espeso y acido semen, que trague en parte y otra callo en mi cara y entre mis tetas, y Julio hizo que con mis dedos lo recogiera y lamiera hasta tragarlo todo. Aquella fue una primera experiencia en que tragaba la leche de un hombre, confieso que no fue del todo agradable, pero me gusto como Julio estaba feliz y yo lo había logrado. Saco su pañuelo, me limpio y nos fuimos a nuestra mesa a tomar unas cervezas mas.
Me sentía súper excitada, Julio también un poco mareado y excitado saco mis tetas del brasier y las lamia suave y divinamente, soltó mi broche del pantalón, le abrí lo mas que pude mis gruesos muslos y me acariciaba mi excitada vulva hasta lograr introducir uno de sus dedos en mi vagina. Ya no aguantaba mas. Le pedí que saliéramos de allí. Cancelo el consumo y un tanto mareados y excitados me condujo a su vehiculo. Por el camino de regreso a la ciudad, Julio se saco otra vez su verga imponente que empecé nuevamente a besar y acariciar. De repente se detuvo en un lugar apartado y me pidió que me bajara el pantalón a lo que accedí, salio del auto y abrió la puerta de mi lado y me recostó sobre el cojín del auto, bajo mi diminuto blúmers, abrí y levante mis gruesas piernas, doblándolas sobre mis tetas, dejando ante su vista mi recrecida y abierta vulva, iluminada por una hermosa luna llena, dispuesta a recibir ansiosa su rígida verga, que Julio bajando su pantalón saco y la vi imponente, la tomo con su mano derecha y la paso por mi raja repetidas veces abriéndomela mas con su gruesa, brillante y caliente cabeza hasta que la puso en la entrada de mi vagina, se coloco sobre mi y empezó a penetrarme, abriéndose paso por entre mis labios mayores y menores también recrecidos que lo rodeaban y empecé a recibir lenta pero firmemente aquella caliente, gruesa e inmensa verga que lentamente entraba y mi ávida vagina se acoplaba y llenaba de tan monumental trozo de carne, hasta que la metió todita y tocaba lo mas profundo de mi, causándome a veces un poco de dolor.
Lo hacia suave pero firmemente, sentía sus bolas chocar entre mis nalgas en un continuo y cada vez mas rápido metí y saca, que dejaba oír un excitante tac, tac, tac, mientras le decía: ¡dame así papito, dame guebo…. asi!…..así! ….dame mas….mas…. quiero mas … ¡Oh mi amor lo siento grandísimo!…..que grande y rico lo tienes papito… dame duro papito…. dame.. dame asi…no lo vayas a sacar.. dame mas papi. A lo que Julio me respondía: eres mía mi amor…. eres mi perrita adorada… Te gusta así?-… duro?… así duro te doy… así duro…duro… duro… Y así lo hacia y seguimos dándole duro y seguido, hasta que Julio con un fuerte gemido mientras se hinchaba su verga se venia en un abundante chorro de leche, y yo levantaba mi cuerpo tenso por el orgasmo que tenia, para recibir toda su verga, mientras mi vagina en húmedo orgasmo recibía aquella caliente leche que la llenaba y se salía mojando mis robustas nalgas. Julio me sentó y se paro frente a mi y sin darme tiempo de nada, introdujo su guebo en mi boca, que se lo lamí todito hasta dejárselo limpio, a la vez que tragaba la leche que lo cubría.
Con su pañuelo limpiaba mi cuca de la leche que seguía saliendo de mi vagina, le di mi espalda y le pedí me limpiara las nalgas a las que después de hacerlo lamió y beso y me dijo: a buen culaso tienes bebita, cuando me lo das? Y seguidamente me dio unas sonoras nalgadas que hicieron arder la blanca piel de mis robustas y redondas nalgas. Las beso tiernamente, me las acaricio y las abrió y puso su guebo entre ellas y seguidamente las soltó y su verga quedo aprisionado por ellas y después las volvio a abrir y pasaba la verga de arriba abajo. La guardo y me ayudo a subir el pantalón mientras me volvía a decir: “que ricura y hermosura de culo tienes mujer”… ¡Me lo tienes que dar muy pronto mi reina!…
Puso en marcha el auto y me llevo a casa, por el camino acariciaba su miembro un tanto flácido pero imponente. Al llegar nos besamos y me acaricio íntimamente y convenimos volver a salir en los próximos días. Entre a casa y empecé a imaginar cuando y donde será esa próxima vez.
APASIONADA.
¡ESPERO TUS COMENTARIOS!.
Mi profesor de la Universidad
por APASIONADA
A mis 20 años ya estaba divorciada y tenia un bebe. Mi ex marido me abandono. Yo no quería saber nada de los hombres, los evitaba, las recriminaciones de mi familia a mi fracaso, aumentaban esta conducta de rechazo. Un año después decidí dedicarme a mis estudios de ingeniería que había interrumpido y al cuidado de mi hijo. Pero aquel profesor llamado Julio, mucho mayor que yo, siempre estaba pendiente de mi, y siempre tenia un motivo para que al final de sus clases me quedara un poco mas o me invitaba al cafetín. Tenia gran respeto por mi profesor, lo consideraba mi guía: él busco y logro que le tuviera confianza como para llegar a comentarle mis problemas personales. Su presencia y autoridad, generaba un especial y notorio respeto de todos hacia él, pero mas era la mía.
En esa época como ahora, sigo siendo algo rellenita, blanca, de larga y negra cabellera y una cara atractiva con ojos negros y labios provocativos, a decir de mis admiradores. Además poseo unos bien formados grandes y llamativos senos naturales que me encanta insinuarlos, una cintura delgada que realza unas atractivas, redondas y bien pronunciadas nalgas, con piernas bien conformadas de muslos gruesos, atributos por lo que soy objeto de miradas y expresiones insinuantes de los hombres; lo que he sabido aprovechar en todos estos años de intensa y apasionada vida.
Siempre asistía a clase en pantalones ajustados, y por tener mis muslos gruesos, me sentaba con mis piernas entreabiertas, hasta un día que fui con una falda por encima de mis rodillas y de manera inconciente me senté entreabierta, dejando expuesto ante los ojos del profesor Julio, mis bien contorneados muslos y mi entrepierna, hasta poder ver mi diminuto blúmers, que escasamente cubría mi cosita de crecidos labios menores y carnosos labios mayores que sobresalían por los lados. Fue al final de la clase que supe me había visto; cuando me pidió quedarme un momento y me dijo que en mucho tiempo no había sido tan feliz, pues había disfrutado de mi belleza, como siempre, pero hoy mas, al contemplar durante toda la clase y en diferentes posiciones mis piernas y mi diminuto blúmers que dejaba a la vista mi hermoso y pronunciado sexo que lo mantuvo en un estado de excitación que aun era notorio. Sentí mucha pena, quería excusarme, no quería que pensara mal de mi y quise alejarme de allí, pero el profesor tomándome por los hombros me atrajo hacia él, me abrazo largamente mientras acariciaba mi pelo y me decía tiernas palabras que disiparon mi pena, restándole importancia a lo sucedido y que por lo demás todo era natural, palabras que hicieron que yo le abrasara también pegando mi cara a su pecho, y que me dieran mas confianza en él. La emoción del momento humedeció mis ojos.
De allí salimos, tomamos un café y me llevo en su auto a la casa, tiempo durante el cual, me pidió que fuéramos mas que amigos y que no pasaría con él lo que sucedió con mi ex; y que el tiempo diría a donde nos llevaría esta relación. Yo le respondí que no quería nada por el momento, quería terminar mis estudios y que seria el tiempo que también diría si esa relación era posible o conveniente para los dos. Acepto y nos despedimos depositando un beso en mi frente que produjo en mi cuerpo una ola de calor.
Pasaba el tiempo, todo era normal, hasta extrañe que no me propusiera nada y un día de clase de laboratorio, fui con falda, tenia cuidado al sentarme de que mi falda no se subiera, en algunos momentos se subía y al percatarme la bajaba y pude ver, por el rabillo del ojo, como el profesor Julio me seguía con su vista, buscando ver por entre mis piernas entreabiertas. Luego vi como trataba de ocultar su pene erecto de recrecida cabeza, colocándolo bajo el pantalón a lo largo de su pierna izquierda llegándole como hasta la mitad de su muslo. Esta imagen de mi respetado profesor, me fue excitando entre sensaciones de miedo y deseo. Había pasado un año sin tener ningún tipo de relación u acercamiento con algún hombre y esta situación me estaba despertando ese volcán de deseos contenidos, propios de una mujer de mi edad y sentir, después de mucho tiempo, como se me humedecía mi vagina.
Haciéndome la desentendida empecé a asumir, poses que le permitieran ver mi entrepierna o buena parte de mis muslos, y cuando estaba de pie me inclinaba mas de lo normal sobre los equipos de forma que mis nalgas se vieran mas pronunciadas y provocativas. Al concluir la clase, mis compañeros se fueron retirando, y a propósito me quede para salir de última para saber que me diría el profesor; pero cuando me disponía a salir, él, de manera rápida cerro la puerta y paso el seguro; sentí miedo, se aproximo y tomándome por los hombros con firmeza, me atrajo hacia él y diciéndome que ya no soportaba mas la excitación que mi presencia le producía, y me empezó a besar, quise evitarlo, pero su fuerza y determinación era superior, mi cuerpo se entrego sin resistencia a sus caricias y él desesperado me traslado mientras me besaba en la boca y cuello, hasta su escritorio y allí me coloco de espaldas a él e hizo que me inclinara sobre la mesa, subió mi falda quedando expuesto a ante sus ojos, mis firmes, robustas y redondas nalgas que escondían entre ellas el hilo de mi diminuto blúmers. Las acaricio y procedió a bajar mi blúmers, sentí toda mi cosita recrecida y húmeda y de repente sentí el calor de la proximidad de su verga rígida que empezó a pasarme por mi rajita buscando entrar en mi vagina mientras me decía: que buen culo tienes mujer.
De pronto su recrecida cabeza empezó a penetrarme y abrí mas las piernas para facilitarle que entrara, me dolía mucho, aquel miembro era como de unos 19 cm, y el doble de grueso que el de mi ex esposo, que solo alcanzaba a unos 13 cm. de largo y delgado. Su cuerpo venoso y sobresaliente cabeza rozaba el interior de mi vagina llegando hasta lo mas profundo de ella, tocando mi útero en un prolongado metí y saca mientras me tenia tomada de mis caderas o de mis voluminosas tetas produciéndome una gran excitación. No hacia fuertes movimientos para no lastimarme, pero sus reiteradas envestidas taladraban mis entrañas que disfrutaban de aquel caliente y maravilloso instrumento viril. Julio abría mis nalgas para lograr penétrame mas profundamente, y aquella inmensa verga se alojaba cada vez mejor en mi vagina que lo acogía placentera. Pasados algunos minutos, me pidió que me volteara, me alzo y me coloco de espalda sobre el mesón con las piernas en alto y bien abiertas y fue cuando con asombro pude ver aquel instrumento venoso, grueso con una cabeza recrecida grande y brillante que imponente se acercaba tomado por la mano de julio y lo colocaba entre mis labios mayores y menores recrecidos e brillosos e hinchados que se abrían para recibirlo y alojarlo dentro de mi. Nuevamente sentí lo ardiente que estaba y como palpitaba mientras me penetraba lenta pero firmemente hasta llegar hasta lo mas profundo de mi y sentía su testículos golpear mi culito. Con rítmicos y acoplados movimientos con un ruidoso tac tac tac, fallábamos apasionadamente, sentía próximo mi orgasmo y se lo dije y entonce Julio acelero sus envestidas y gemíamos de placer mientras disfrutábamos de un largo e inolvidable orgasmo mientras el se descargaba con repetidas y profundas embestidas que depositaban en lo mas profundo de mi vagina su abundante y espesa leche caliente, que parecía interminable y brotaba hacia afuera dejando nuestros sexos totalmente embadurnados de nuestros fluidos.
Julio ya satisfecho sacaba lentamente su aun erecta verga, me parecía que no terminaba de salir, nuevamente pude observar de cerca su magnifico e imponente pene. Me dijo que si me había gustado y que si podíamos volver a hacerlo en los próximos días; a lo cual le respondí que si, que me parecía maravilloso todo y nos dimos un profundo beso antes de salir del laboratorio y me llevara a casa.
Agradezco tu comentario que me animaran a seguir narrándoles mis reales experiencias
Mi profesor de universidad II
por APASIONADA
Pasaron unos 15 días después de haber hecho el amor en el laboratorio, tiempo en el que casi todas las noches me excitaba recordando todo lo sucedido ese día. Sobre todo después de un año y algo mas de no tener relaciones y de como mi vagina en ese tiempo se estrecho un poco, y podia adaptarse a aquella verga de unos 19 o 20 cm de largo y 16 cm de circunferencia o grosor, que Julio, mi profesor mostraba orgulloso y que me causaba un dolor excitante cuando me penetraba. A medida que pasaban los días aumentaba mi deseo y curiosidad por estar nuevamente con él, pero Julio no daba muestras de querer hacerlo, lo que me hacia dudar de su interés por mi; y fue una tarde, cuando salimos de la ultima clase, inesperadamente me sorprendió pidiéndome que le acompañara a tomar unas cervezas y que luego me llevaría a casa. Dude, pero su insistencia y mi “yo” interno me motivaron a aceptar.
Nos trasladamos a las afueras de la ciudad, a un bar ubicado en una vieja casona acondicionada, en cuyos amplios corredores estaban las mesas y al fondo, entre arbustos, los baños. Ya la noche se aproximaba y tenues luces alumbraban el lugar. Nos ubicamos en un sitio apartado donde pasábamos casi inadvertidos ante los escasos parroquianos que allí bebían y jugaban cartas o domino, que en alta voz hacían comentarios de todo tipo.
Julio pidió una primera ronda y comenzamos por hablar sobre mis estudios y de su trabajo y luego empezó por decirme lo bella que era y que todos los días me recordaba y que el recuerdo de aquella primera vez en el laboratorio le excitaba. Igual le dije me sucedía pero que no quería que esta relación se prolongara de manera formal, a lo que accedió. Seguimos bebiendo unas cuantas cervezas mas; yo no era experta bebiendo, escasamente había bebido ocasionalmente algún licor, pero no como lo hacia ese dia, lo que me hizo desinhibir de tal manera, que Julio muy diestramente acercándose a mi tomo mi cara entre sus grandes manos y acercando su boca a la mia me dio un largo y profundo beso que disfrute y que no quería que terminara. Un intenso calor recorrió todo mi cuerpo y mi piel se erizaba con su contacto. Me retire un poco tome aire y bebí un largo trago de cerveza. El hizo lo mismo.
Seguimos asi hasta que acercando su silla a la mía paso su mano por detrás de mi cuello dejándola caer por entre mi blusa buscando acariciar mis atractivas tetas, deje que lo hiciera y yo a la vez puse mi mano sobre su muslo, encontrando una fuerte erección de su verga calida y rígida a la que suavemente empece a acariciar sobre el pantalón, la cabeza recrecida sobresalía del tronco de aquel instrumento que Julio hacia que se moviera seguido con rítmicos impulsos como queriendo liberarse del amplio pantalón que lo contenia. Ya no hablábamos, solo nos acariciábamos y besábamos mientras oíamos las risas y comentarios de los clientes en medio de una alegre y fuerte música que invadía todo el lugar, ya la noche hacia aparecer mas oscura la vieja casona.
Sentí como mi vagina se humedecía y contraía, y el deseo reprimido de orinar hizo que me dirigiera al baño para damas. Me sentía un poco mareada, Julio me acompaño al retirado sitio. Entre y un prolongado, ruidoso y fuerte chorro, placenteramente desocupo mi vejiga. Mis labios mayores y menores estaban recrecidos por la excitación y mi vagina estaba abierta, me limpie y al salir Julio estaba junto a la puerta del pequeño baño, y me comento que había oído con placer y excitación como orinaba, me abrazo y tomo mi mano llevándola a su verga que se la había sacado; lo agarre y pude comprobar lo grueso que era, mis pequeñas manos escasamente podían abarcarlo en su totalidad, y su tamaño entre 19 y 20 cm. era lo mas grande que había visto y no comprendía como aquella verga, ese dia en el laboratorio, ya me la había metido sin causarme daño.
Con firmeza pero suavemente hizo que bajara hacia su miembro y con apasionada voz me dijo “anda bebita, dame una buena mamada que es lo que mas deseo…. Mi amor”, lo tome y difícilmente lo introduje en mi boca, Julio presionaba mi cabeza contra su verga para meterlo lo mas que podía, pero su tamaño y grosor no me lo permitía, acariciaba sus bolas y lamia seguido, puse la cabeza dentro de mi boca y se la lamia con mi lengua suavemente mientras que con mi mano acariciaba de adelante hacia atrás su largo tronco hasta que sentí como se recrecía mas su verga y seguidamente una fuerte y explosiva eyaculación que llego hasta lo mas profundo, lleno mi boca de su calido, espeso y acido semen, que trague en parte y otra callo en mi cara y entre mis tetas, y Julio hizo que con mis dedos lo recogiera y lamiera hasta tragarlo todo. Aquella fue una primera experiencia en que tragaba la leche de un hombre, confieso que no fue del todo agradable, pero me gusto como Julio estaba feliz y yo lo había logrado. Saco su pañuelo, me limpio y nos fuimos a nuestra mesa a tomar unas cervezas mas.
Me sentía súper excitada, Julio también un poco mareado y excitado saco mis tetas del brasier y las lamia suave y divinamente, soltó mi broche del pantalón, le abrí lo mas que pude mis gruesos muslos y me acariciaba mi excitada vulva hasta lograr introducir uno de sus dedos en mi vagina. Ya no aguantaba mas. Le pedí que saliéramos de allí. Cancelo el consumo y un tanto mareados y excitados me condujo a su vehiculo. Por el camino de regreso a la ciudad, Julio se saco otra vez su verga imponente que empecé nuevamente a besar y acariciar. De repente se detuvo en un lugar apartado y me pidió que me bajara el pantalón a lo que accedí, salio del auto y abrió la puerta de mi lado y me recostó sobre el cojín del auto, bajo mi diminuto blúmers, abrí y levante mis gruesas piernas, doblándolas sobre mis tetas, dejando ante su vista mi recrecida y abierta vulva, iluminada por una hermosa luna llena, dispuesta a recibir ansiosa su rígida verga, que Julio bajando su pantalón saco y la vi imponente, la tomo con su mano derecha y la paso por mi raja repetidas veces abriéndomela mas con su gruesa, brillante y caliente cabeza hasta que la puso en la entrada de mi vagina, se coloco sobre mi y empezó a penetrarme, abriéndose paso por entre mis labios mayores y menores también recrecidos que lo rodeaban y empecé a recibir lenta pero firmemente aquella caliente, gruesa e inmensa verga que lentamente entraba y mi ávida vagina se acoplaba y llenaba de tan monumental trozo de carne, hasta que la metió todita y tocaba lo mas profundo de mi, causándome a veces un poco de dolor.
Lo hacia suave pero firmemente, sentía sus bolas chocar entre mis nalgas en un continuo y cada vez mas rápido metí y saca, que dejaba oír un excitante tac, tac, tac, mientras le decía: ¡dame así papito, dame guebo…. asi!…..así! ….dame mas….mas…. quiero mas … ¡Oh mi amor lo siento grandísimo!…..que grande y rico lo tienes papito… dame duro papito…. dame.. dame asi…no lo vayas a sacar.. dame mas papi. A lo que Julio me respondía: eres mía mi amor…. eres mi perrita adorada… Te gusta así?-… duro?… así duro te doy… así duro…duro… duro… Y así lo hacia y seguimos dándole duro y seguido, hasta que Julio con un fuerte gemido mientras se hinchaba su verga se venia en un abundante chorro de leche, y yo levantaba mi cuerpo tenso por el orgasmo que tenia, para recibir toda su verga, mientras mi vagina en húmedo orgasmo recibía aquella caliente leche que la llenaba y se salía mojando mis robustas nalgas. Julio me sentó y se paro frente a mi y sin darme tiempo de nada, introdujo su guebo en mi boca, que se lo lamí todito hasta dejárselo limpio, a la vez que tragaba la leche que lo cubría.
Con su pañuelo limpiaba mi cuca de la leche que seguía saliendo de mi vagina, le di mi espalda y le pedí me limpiara las nalgas a las que después de hacerlo lamió y beso y me dijo: a buen culaso tienes bebita, cuando me lo das? Y seguidamente me dio unas sonoras nalgadas que hicieron arder la blanca piel de mis robustas y redondas nalgas. Las beso tiernamente, me las acaricio y las abrió y puso su guebo entre ellas y seguidamente las soltó y su verga quedo aprisionado por ellas y después las volvio a abrir y pasaba la verga de arriba abajo. La guardo y me ayudo a subir el pantalón mientras me volvía a decir: “que ricura y hermosura de culo tienes mujer”… ¡Me lo tienes que dar muy pronto mi reina!…
Puso en marcha el auto y me llevo a casa, por el camino acariciaba su miembro un tanto flácido pero imponente. Al llegar nos besamos y me acaricio íntimamente y convenimos volver a salir en los próximos días. Entre a casa y empecé a imaginar cuando y donde será esa próxima vez.
APASIONADA.
¡ESPERO TUS COMENTARIOS!.