GrandPrime
Becerro
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- 12 Nov 2016
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Les contaré mi primer experiencia de con una sexo servidora, lo diré de esa manera ya que decir prostituta o puta es algo agresivo.
Por aquella ocasión no tenía mucho de haber terminado con mi novia, tenía unas ganas inmensas de tener sexo, el problema es que el trabajo no me dejaba mucho tiempo libre por lo que prácticamente no había opciones.
Un buen día se me ocurrió escribir "putas" en el buscador y por azares del destino fui a dar a una página de escorts, comencé a explorar el sitio hasta que unas fotos llamaron mi atención, una chica simpática, guardé su número. Días después, Viernes para ser exacto terminé los pendientes temprano y justo cuando iba a abordar el transporte, se me ocurrió llamar a esa chica. Daba el tono de celular, fue algo extraño cuando me contestó ya que en el fondo sabía que estaba hablando con una sexo servidora, me saluda y conservando una gran calma comienzo a conversar y preguntar detalles, me contesta todo en muy buen plan y me dice que me instale en algún hotel y después le confirme.
En ese entonces no sabía mucho de estos temas, me dirigí lo más céntrico que pude u me instalé en el primer hotel de bajo perfil que vi, en mi paranoia creía que algún conocido me vería cerca de algún lugar conocido, renté la habitación, me instalé y llamé a la chica nuevamente, luego de darle el número de habitación me marca al teléfono del hotel para corroborar y listo, en un rato llegaría.
Debo decir que sentía algo extraño mientras esperaba, me puse a ver una película y me recosté en la cama, pasaba el tiempo, me relajé tanto que estaba a punto de quedarme dormido cuándo en ese estado se somnolencia escucho el ruido de unos tacones por el pasillo, alguien toca a la puerta; unos nervios intensos comenzaron a invadirme y me dirigí a abrir, antes miré por el ojal de la puerta y pude ver a una muchacha afuera, si es joven, pensé, abrí y en efecto era una chavita, bonita de cara, tez blanca en particular si piel era blanca, ese día había llovido por lo que iba con un abrigo y un chongo, me saluda y me da un beso de piquito, la invito a pasar, intercambiamos unas palabras y me pide el dinero del servicio mas lo de taxi, pensé que era estafa pagar ello, me pide unos momentos en lo que pasa al baño a prepararse, al verla de espaldas pude ver que tenía unas pompas paraditas o al menos el pantalón era lo que dejaba ver, seguía algo desubicado y con esa sensación extraña de saber de que mas allá de que era una chica simpática y bonita no dejaba de ser sexo servidora.
Me recuesto nuevamente cuando abre la puerta del baño, ya casi estoy lista, ¿Que pedo con esta vieja, por qué abre antes?, pensé, cuando sale veo a una chica en ropa interior, delgada de senos medianos pero lindos con una cintura perfectamente distinguible, muy bonito cuerpo en particular, se mete a la cama conmigo, es momento de quitarse el miedo, me dije a mi mismo, comencé lo que sabía, cachondeo y juego previo, ella me decía que le gustaba lo que hacía y comenzó hacer lo suyo, me besaba, masajeaba, acariciaba, me desvistió poco a poco, luego seguimos cachondeado, me dijo que me estimularía y se puso mi pene en la boca comenzó a hacerme un sexo oral muy rico y de vez en cuando lo metía tanto que sus labios pegaban con mi cuerpo, le pedí me permitiera hacer lo mismo, debo decir que soy fanático del cuninlingus, cada quién sus perversiones, luego de un rato y de sentir como salía bastante fluido, me incorporé para lo siguiente, ella me puso el condón y comencé a penetrarla en misionero, escuchar los gemidos que hacía a ritmo en que la penetraba me hizo exitarme demasiad, cambiamos de posición, ahora de perrito, ver esas pompas, que si bien no eran muy grandes, si estaban en su lugar como dios manda y además paraditas, fue un agasajo, le daba nalgadas, ella pedía más no le gustaba el sexo anal, me dijo que lo fuera poner algún dentro, ni modo, me dije, seguí en lo mio, sentía que terminaría, así que regresamos al misionero, la tomé y comencé a penetrarla con la mayor intensidad que podía, ella gemía y pedía mas, que no parara, cuando llegó el momento, anunciado por esos pequeño calambres, cuando mi cuerpo se comenzó a poner rígido, obviamente ella sabía lo que pasaba y me apretó con su vagina la sensación fué indescriptible, fue el mejor sexo que había tenido en ese tiempo, nos quedamos recostados, comenzamos a platicar un poco.
Hablamos de lo que hacíamos, me enteré que era veinteañera, con mucha pena me contó que se dedicaba a eso para pagarse la escuela y mantener un hijo pequeño que tenía, ya que con un trabajo casi no tendría tiempo para ver al pequeño.
Pasó el tiempo contratado, se arregló, se despidió y marchó, todavia me quedé un rato pensando en el faje y la experiencia que al menos para mí había sido muy placentera...
Por aquella ocasión no tenía mucho de haber terminado con mi novia, tenía unas ganas inmensas de tener sexo, el problema es que el trabajo no me dejaba mucho tiempo libre por lo que prácticamente no había opciones.
Un buen día se me ocurrió escribir "putas" en el buscador y por azares del destino fui a dar a una página de escorts, comencé a explorar el sitio hasta que unas fotos llamaron mi atención, una chica simpática, guardé su número. Días después, Viernes para ser exacto terminé los pendientes temprano y justo cuando iba a abordar el transporte, se me ocurrió llamar a esa chica. Daba el tono de celular, fue algo extraño cuando me contestó ya que en el fondo sabía que estaba hablando con una sexo servidora, me saluda y conservando una gran calma comienzo a conversar y preguntar detalles, me contesta todo en muy buen plan y me dice que me instale en algún hotel y después le confirme.
En ese entonces no sabía mucho de estos temas, me dirigí lo más céntrico que pude u me instalé en el primer hotel de bajo perfil que vi, en mi paranoia creía que algún conocido me vería cerca de algún lugar conocido, renté la habitación, me instalé y llamé a la chica nuevamente, luego de darle el número de habitación me marca al teléfono del hotel para corroborar y listo, en un rato llegaría.
Debo decir que sentía algo extraño mientras esperaba, me puse a ver una película y me recosté en la cama, pasaba el tiempo, me relajé tanto que estaba a punto de quedarme dormido cuándo en ese estado se somnolencia escucho el ruido de unos tacones por el pasillo, alguien toca a la puerta; unos nervios intensos comenzaron a invadirme y me dirigí a abrir, antes miré por el ojal de la puerta y pude ver a una muchacha afuera, si es joven, pensé, abrí y en efecto era una chavita, bonita de cara, tez blanca en particular si piel era blanca, ese día había llovido por lo que iba con un abrigo y un chongo, me saluda y me da un beso de piquito, la invito a pasar, intercambiamos unas palabras y me pide el dinero del servicio mas lo de taxi, pensé que era estafa pagar ello, me pide unos momentos en lo que pasa al baño a prepararse, al verla de espaldas pude ver que tenía unas pompas paraditas o al menos el pantalón era lo que dejaba ver, seguía algo desubicado y con esa sensación extraña de saber de que mas allá de que era una chica simpática y bonita no dejaba de ser sexo servidora.
Me recuesto nuevamente cuando abre la puerta del baño, ya casi estoy lista, ¿Que pedo con esta vieja, por qué abre antes?, pensé, cuando sale veo a una chica en ropa interior, delgada de senos medianos pero lindos con una cintura perfectamente distinguible, muy bonito cuerpo en particular, se mete a la cama conmigo, es momento de quitarse el miedo, me dije a mi mismo, comencé lo que sabía, cachondeo y juego previo, ella me decía que le gustaba lo que hacía y comenzó hacer lo suyo, me besaba, masajeaba, acariciaba, me desvistió poco a poco, luego seguimos cachondeado, me dijo que me estimularía y se puso mi pene en la boca comenzó a hacerme un sexo oral muy rico y de vez en cuando lo metía tanto que sus labios pegaban con mi cuerpo, le pedí me permitiera hacer lo mismo, debo decir que soy fanático del cuninlingus, cada quién sus perversiones, luego de un rato y de sentir como salía bastante fluido, me incorporé para lo siguiente, ella me puso el condón y comencé a penetrarla en misionero, escuchar los gemidos que hacía a ritmo en que la penetraba me hizo exitarme demasiad, cambiamos de posición, ahora de perrito, ver esas pompas, que si bien no eran muy grandes, si estaban en su lugar como dios manda y además paraditas, fue un agasajo, le daba nalgadas, ella pedía más no le gustaba el sexo anal, me dijo que lo fuera poner algún dentro, ni modo, me dije, seguí en lo mio, sentía que terminaría, así que regresamos al misionero, la tomé y comencé a penetrarla con la mayor intensidad que podía, ella gemía y pedía mas, que no parara, cuando llegó el momento, anunciado por esos pequeño calambres, cuando mi cuerpo se comenzó a poner rígido, obviamente ella sabía lo que pasaba y me apretó con su vagina la sensación fué indescriptible, fue el mejor sexo que había tenido en ese tiempo, nos quedamos recostados, comenzamos a platicar un poco.
Hablamos de lo que hacíamos, me enteré que era veinteañera, con mucha pena me contó que se dedicaba a eso para pagarse la escuela y mantener un hijo pequeño que tenía, ya que con un trabajo casi no tendría tiempo para ver al pequeño.
Pasó el tiempo contratado, se arregló, se despidió y marchó, todavia me quedé un rato pensando en el faje y la experiencia que al menos para mí había sido muy placentera...