Hola!

Registrándote como bakuno podrás publicar, compartir y comunicarte en privado con otros bakuos :D

Regístrame ya!

Mi primer amor y mi esposo [ Trio HmH]

IngeTrabalengua

Bovino adolescente
Desde
12 Nov 2012
Mensajes
52
Pedro, el chico al que por primera vez le mamé la verga, el a quien le gustaba llenar mi boca con su miembro, para después vaciar su leche en mi cara, nos conocimos en el bachiller, fue para mí muy especial. Después de un tiempo trasladaron a su papa a otra ciudad por razones de trabajo y no nos habíamos vuelto a ver.

Resulta que un día como cualquier otro, me encontraba en la casa, cuando recibí una llamada suya, la que me sorprendió después de tanto tiempo. Le había dado mi teléfono otra amiga en común con el que aun mantengo contacto. Venía a nuestra Ciudad por razones de trabajo y quería verme después de tanto tiempo. El ahora ya está casado, tiene dos hijos. Yo le dije que también estaba casada y que, si quería verme, me gustaría presentarle a mi marido y los tres tomar algo. Estuvo de acuerdo y quedamos de ir por el al Hotel donde se hospedaba.

Me vestí de forma provocativa, me apetecía gustarle, así que me puse una falda por encima de la rodilla, medias negras y una blusa que insinuaba muy bien mis pechos. Por ropa interior solo una tanguita. Cuando llegamos nos esperaba en la recepción, nos saludamos e hizo comentarios sobre lo guapa que estaba, correspondí de la misma manera diciéndole no habían pasado los años en él y que lo encontraba igual de guapo. Se lo presenté a mi marido como mi primer novio y Pedro se ruborizó un poquito contestando que yo tenía en aquella época muchos enamorados.
Decidimos pasar a comprar un par de cervezas para tomar e ir recorriendo algunos lugares de la Ciudad, para que nuestro invitado recordara parte de la Ciudad. ya entrando la noche, fuimos a seguir la fiesta a un bar conocido con bastante ambiente. La conversación era animada y las cervezas que estábamos tomando nos hacía estar alegres disfrutando de nuestro encuentro. Mi marido también se encontraba a gusto, ya llevábamos varias cervezas y yo particularmente me encontraba cada vez más desinhibida.

Pedro seguía siendo un hombre atractivo, si mi marido no nos hubiera acompañado hacía rato le habría dejado meterme mano. Aproveché que Pedro fue al baño para decirle a mi marido: ¿Te gustaría verme coger con Pedro, como siempre me has dicho cuando cogemos tu y yo, o es solo un juego para excitarme más cuando lo hacemos?
Me contestó afirmativamente y reiteró que esa fantasía hace tiempo le rondaba por la cabeza. "Pues te voy a satisfacer con Pedro, le dije, solo con una condición, que tu solo mirarás. Le pareció bien. Yo estaba excitadísima y con la adrenalina por las nubes.

Regresó Pedro y no perdí el tiempo en coquetear con él de forma descarada, con disimulo desabroché un botón más de mi blusa y ya mis pechos se podían ver casi al completo al menor movimiento. Cuando estaba sentada cruzaba las piernas subiendo la falda con intención y haciendo por que se viera lo más posible. Mientras conversábamos le ponía la mano en su brazo o en su pierna, o me acercaba a él haciendo que notara en su brazo mi pecho, incluso ante un comentario divertido llegué a besarlo en la cara.

Aproveché que mi marido fue al baño, para aumentar mi provocación y acercarme más a él, su mano se posó en mi cintura y entendí era una invitación a tomarme la libertad para ponerme frente a él y besarle en los labios. No se retiró y respondió a mi beso metiéndome la lengua y apretándome contra él, sentí su bulto duro a la altura de mi pubis. Así nos encontró mi marido que comentó: "Veo no pierden el tiempo para ponerme cuernos". Pedro se quedó tenso, pero mi marido le tranquilizó diciéndole que no se preocupara, que le parecía normal que estuviéramos tan alegres después de tanto tiempo sin vernos.

Se había hecho tarde y decidimos retirarnos, pero mi marido dijo de tomar la última en casa, mañana no hay que trabajar y podemos levantarnos tarde, así además conoce Pedro nuestra casa. Así lo hicimos.
Subimos al auto, Pedro y yo en la parte trasera. Nada más al arrancar puse mi mano en el paquete de Pedro, lo que a él le dio confianza para besarme y tocarme los senos que estaban ya más fuera que dentro, su mano subió por mi entrepierna y empezó a deslizar la yema de su dedo por mi raja que ardía de deseo. Yo le había bajado el cierre y sacado su verga, se la masajeaba haciéndola crecer a su punto máximo. Paró el auto y mi marido nos veía disfrutando del espectáculo.

Bajamos arreglándonos la ropa apresuradamente y entramos a la casa y ya adentro nos seguimos metiendo mano delante de mi marido, comenzamos a quitarnos la ropa mutuamente, besándonos apasionadamente, mientras mi marido solo nos miraba. Ya estábamos desnudos en el sofá recorriéndonos con las manos y descubriendo cada rincón del otro. Mi marido se había sentado en un sillón enfrente.
Pedro me comía el cuello, la boca, las senos, mientras yo le masajeaba su verga, me arrodillé para comérsela, aquella verga que le comía en mi época de colegiala. Le hice una mamada, lanzándole miraditas con carita de puta y se la puse a punto de explotar. Me puso en pie y él sentado empezó a comerme la panochita, mientras sus manos masajeaban mis senos, su lengua lamía mi clítoris y entraba con su lengua en mi panochita que ya escurría flujos en abundancia mojándole la cara. Así seguimos un buen rato haciendo que nuestros cuerpos llegaran al clímax. A todo esto, mi marido ya tenía su verga de fuera y se la estaba meneando.

Pedro me puso en cuatro apoyada la cabeza en el sofá, y colocó su verga en la entrada de mi panochita, me la empujo como un semental metiéndola de un golpe y empezó a bombear como un poseído. Sentía que me rompía al chocar su verga con mi útero y me hacía gozar como una puta. Chocaban sus huevos contra mi y él jadeaba y gritaba ¡Uta’ madre que buena puta! ¡cabrona que sapito tienes!
Sentía su verga en lo más profundo y de repente sentí su gran chorro inundar el preservativo, confirmándolo por sus espasmos que me indicaban que seguía echando más leche. Me vino un gran orgasmo estremeciendo todo mi cuerpo con temblores, acompañados de palpitaciones en mi panochita hasta que nos dejamos caer en el sofá.

Mi marido se levantó entonces con la verga a reventar, se arrodilló y la metió en mi boca, comenzó un mete y saca, hasta que terminó soltando su leche en mi boca.
Descansamos un momento, tomamos un par más de cervezas, hasta que Pedro se despidió para irse a su hotel. Eran más de las cinco de la mañana. Nos pidió que en su próxima visita lo recibiéramos tan bien como en esta ocasión y así se lo prometimos.
 
Interesante Relato, algunas fotos serian genialesy se agradecerian... !! :oops:
 
Muy buen relato ... ! Ojala subas mas y con alguna foto .. ;)
 
Me encanto la historia, lo relataste muy bien. Una pregunta...Tu marido no condiciono tu fantasia? o te pidio unas por otras?
 
Volver
Arriba