Bibilove
Becerro
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- 4 Mar 2012
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- #1
Bueno, aqui esta un relato mas, creo que me mantengo en mi estilo, escribo segun recuerdo y claro, lo enriquesco jeje, espero les guste
Aquel día me desperté como casi siempre a las 7 de la mañana, después de madrugar toda la semana es un poco difícil dormir más de lo que se acostumbra. Salí de mi habitación aun en pijama y baje ala cocina buscando algo de beber, debo aclarar que el pijama no era nada sexy jaja, pantalón largo y camisa amplia con dibujitos de los Simpson. Baje y tome un vaso de leche, al cerrar la puerta del refrigerador vi a Jorge, en boxers, lo mire de arriba abajo, luego a los ojos y luego otra vez de arriba abajo, el no decía ni hacia nada, como si se hubiera quedado petrificado y entonces decidí ser un poco mas agresiva y descaradamente lo mire al paquete
- nunca habías visto unos boxers? – pregunto el abruptamente
- boxers si, tiendas de campaña no – le conteste riéndome señalando su condición en ese momento
- me dejes sacar algo del refri? – dijo el haciéndose tonto
- coge lo que quieras – le respondí haciéndome apenas a un lado y sonriéndole
- ¡¡¡no juegues con eso te van a escuchar!!! – me recrimino como en un susurro
- no te he dicho nada malo – le respondí un poco brusca y luego más suave – si tu conciencia te traiciona no es mi culpa además – le mire de nuevo al paquete – tu amigo ya duro mucho de pie como para ser la erección esa con la que despiertan ¿no? –
- cállate – me volvió a recriminar en voz baja y claramente alterado
Y vi mi oportunidad…
- no me hables así - le dije en un susurro como si quisiera gritarle y lo empuje sin fuerza, tan sin fuerza que me pareció más una caricia a su pecho que un empujón – si… si crees que te equivocaste cuando lo hicimos dímelo y ya… te… te dije que tú me gustabas y no dudaste en cogerme allí en el jardín como a una vulgar putilla – susurraba lo más agresiva que podía, lo cierto es que me salió del alma todo
- no grites por favor – me decía asustado
- te descubro mirándome, sé muy bien cuando me miras, y me gusta que lo hagas, y cuando yo quiero coquetearte o corresponderte me tratas así, me evitas me ignoras y luego me andas mirando, solo falta que presumas que me has cogido –
- nunca haría eso –
Yo simplemente ignoraba todo lo poco o mucho que el pudiera alegar
- ¡¡¡Si no quieres saber nada de mi habérmelo dejado claro y ya!!! – y lo empuje con todas mis fuerza contra el refrigerador a donde fue a dar empujándolo y haciéndolo tambalearse mientras yo me apartaba
- ¿Qué pasa aquí? – pregunto Samantha, mi hermanastra, entrando por la cocina
- tu hermano… – lo señale con displicencia mirando hacia otro lado
- también es tu hermano – recalco ella interrumpiendo, como si supiera mis intenciones y quisiera dejarme claro que eso no pasaría, claro, ella no sabia que ya había empezado a pasar
- tu hermano – recalque mirándola a los ojos – tropezó conmigo y el se llevo la peor parte –
Ella lo miro inquisitiva, era... bueno es una cabrona jeje
- tenía prisa – dijo el un poco grosero
Y anticipándome a la salida de cualquiera de ellos, salí de la cocina y regrese a mi habitación muy fingiendo tranquilidad, no fue sino hasta estar sola cuando sonreí de gusto al ver que no se me daba tan mal eso de manipular, bueno, mi novio estaba en mis manos, pero él era mi novio jejeje
Habían pasado un par de semanas desde lo del jardín, y la verdad es que yo deseaba repetirlo, o mejorarlo, y ese sábado parecía tener la oportunidad de ello cuando en el desayuno se destapo la agenda del día. Mi madre y su marido saldrían a atender un compromiso, es decir, bueno, no hace falta decirlo, Samantha y su novio iban a ir a una comida en casa de los padres de él, no le creí pero bueno, yo también soy una malpensada y Jorge, trabajaría hasta medio día y luego tenia partido de futbol
-¿tú que harás hoy?- pregunto mi madre dirigiéndose a mi
- tengo un examen el lunes así que si no te importa me voy a estudiar con mis amigas – mentí mientras sentía esos ojos de mi hermanastra clavándoseme como puñales, era divertido ver como defendía a su hombres, debo confesar que en algún momento pensé que había una actitud incestuosa en ellos, pero afortunadamente, ella es simple y llanamente territorialista
Para las 10 de la mañana ya estaba sola en casa, pero aun necesitaba planear bien nuestro "accidental encuentro" así que sin más dilación, me duche, me planche el cabello y me arregle. Nada especial, debía parecer casual, unas mallas negras y una camisa de tirantitos, un poco larga, no quería ir enseñando el trasero, roja con mis sandalias de tacón favoritas, claro, por debajo, la ropa interior, un sostén mas bien sport pero una talla más pequeña de lo que usualmente usaba y una tanga blanca con los hilitos en forma de T y el triangulito de delante semitransparente, entonces me senté en la sala a ver la tele y con mi laptop en las piernas a hacer tiempo hasta que el llegara. pasaron un par de horas y debo confesar que me aburrí, por un instante casi me dieron ganas de dejar de lado mi plan y de irme a dar una vuelta o llamar a mi novio, me llegue a plantear si lo que hacía estaba bien o mal, y pensé en dejar de lado mi gusto por Jorge, pero no pude, sin darme cuenta me descubrí a mi misma pensando en su cuerpo, en su erección esa mañana y recordando cómo me había tomado en el jardín, sus embestidas, esos empujones y sus manos en mis pechos, su olor, su sabor y de nuevo por sorpresa el recuerdo de su dedo en mi ano, debo aclarar que nunca había echo sexo anal, una vez, mi novio me había puesto un dedito y lo empuje, sin embargo, seria mentir si dijera que con Jorge no me había gustado, tanto me gusto, que me había humedecido un poco solo de recordarlo, mis pezones se pusieron duritos e instintivamente me acaricie unote ellos, me estremecí de gusto, lo volví a hacer esa peculiar descarga que recorre el cuerpo desde la nuca hasta hummm bendito sea su destino, me hizo suspirar, lleve una mano a mi entrepierna y palpe mi sexo a la perfección debido a las mallas. Estuve a punto de masturbarme allí mismo en el sofá pero me gustaba disfrutar esa extraña sensación de querer hace algo y resistirse, también, me detenía, el echo de dudar si era lo correcto jugar con el, sin embargo, y como después me daría cuenta, no querría jugar con el, que querría que jugáramos juntos
- no ibas a salir a estudiar – escuche su voz a mis espaldas y si, mis pezones también
- mi amiga tenia un compromiso familiar de emergencia – improvise sin darme la vuelta, seria, escondiendo mi excitación y a su vez haciéndome la interesante
-¿Podemos hablar?- dijo el
-¿no estamos hablando ya?- le conteste, yo en mi línea
Escuche que había dejado caer algo y se acercaba, venia de jugar futbol, sudado, mas moreno de lo normal y parecía cansado. Recordé como mis amigos entre bromas se insinuaban a mis amigas y mi cuando acababan de jugar, decían que terminaban con la adrenalina disparada
-¿Qué quieres?- le dije al cuando se sentó delante de mí en la mesilla de centro, yo me cubría el pecho con la pantalla de la compu
- lo que hicimos no estuvo bien – dijo, y yo solo pude pensar “dios, porque de todos los cabrones de este planeta me vino a tocar uno con conciencia”… -somos hermanos
-medio hermanos – interrumpí
- da igual – me interrumpió el
- no, no da igual, no es lo mismo – lo volví a interrumpir -¿te cogerias a Samantha? ¿Verdad que no?
- no digas esas cosas por favor – parecía abrumado y sincero – yo y mi novia no estamos pasando por un buen momento, pero la quiero, y luego viene y pasa lo del jardín –
- podemos ser algo así como amigos con derechos – dije, seria, sin actuar, sin exagerar, sincera – me gustas de verdad, nadie tiene por que saberlo –
- Samantha me ha visto mirándote, no dice nada pero… lo intuye –
- ella también tiene mucha cola que le pisen – dije yo – como todos – me quite la laptop de las piernas y me senté al filo del sillón acercándome a el – si… si no quieres nada lo entiendo, pero tu entiende que…- y en ese momento vi sus ojos fijos en mi, en mis pezones que seguían duritos
- ¿que debo entender? – me pregunto serio
- que me gustas y me costara dejar de coquetearte –
- ¿Por qué estas así? – volvió a preguntar serio
- me acorde de la noche del jardín – dije
- ¿solo Sera sexo? – me pregunto frío, con una voz un tanto dominante, estirando ligeramente, casi imperceptible el cuello dispuesto a besarme
- y amistad, sexo y amistad no están peleados – Estire el cuello para besarlo. El adivino mis intenciones y me correspondió. No fue para nada un beso romántico, fue más bien algo como posesivo. Se estaba rindiendo a mi para hacerme suya, un trato justo creo yo
Después de besarnos nos vimos a los ojos unos instantes, después, volvió a besarme, le sentí que dudaba al mismo tiempo que me abrazaba y yo a el, seguramente la culpa
Lo abrasé por el cuello y mis piernas rodearon su cintura, el se me echo encima y seguimos besándonos tirados en el sofá, sujeto y levanto mis brazos y empezó a besar mi cuello, bajando lentamente a mi pecho y luego el contorno de mis senos, lamió suavemente el canalillo entre mis senos y paso a mordisquear un pesos que se alcanzaba a adivinar sin problemas a través de mi ropa, soltó mis brazos y sin miramientos me fue levantando el top junto con el sostén, entonces se puso de rodillas frente a mi, no puedo asegurarlo, peo por el calor que me dio en la cara seguramente me sonroje, algo, que no solía pasarme. Entonces, se puso en pie y se sentó en el sillón de enfrente
- ¿que pasa? – le pregunte muy desconcertada, creí que se había arrepentido
- quítate las mallas – me ordeno, si, lo ordeno, por que aquella no era su voz habitual, no era ese chico amable que me daba morbo y ternura, estaba siendo dominante, y mas morbo me dio.
- ponte los zapatos de nuevo – ordeno, yo me moleste un poco, sin embargo, obedecí y fui mas allá… de un paso me subí a la mesita de centro, no le baile jejeje, aunque si lo pensé, solo, deje que me mirara y mientras lo hacia se desabrocho el pantalón y se la saco comenzando a masturbarse
- ven – me dijo, mas como una petición, me divertía el echo que no encontrara su personalidad a la hora de tener sexo, era tierno ya veces dominante
- móntame – me dijo con su verga entre las manos, debió ser la excitación del momento pero se la veía enorme
- primero lo primero – le respondí poniéndome de rodilla y sin ningún reparo acerque la cara a su pene y empecé a lamer desde la base hasta el glande, lentamente pero arrastrando la lengua con fuerza de manera que sintiera muy bien cuando mi saliva pasaba de un cuerpo a otro, le sujete la verga con ambas manos y comencé relamer la cabecita como si mi vida dependiera de ello, chupaba, lamia, besaba y no le apartaba la mirada de los ojos, me encantaba ver como disfrutaba y como aguantaba las ganas de venirse
- móntame – repitió –vamos móntame por favor quiero cogerte –
Lo ignore, sujete mis pechos con mis propias manos y los puse sobre su verga la cual sobresalía un poco, debo admitir que hacer una rusa en la vida real es mas complicado de lo que parece en las películas, aun así, lo intentaba, lamia la puntita, la besaba mientras con mis pechos le apretaba la verga, entonces el ya no se aguanto mas, volví a ser el dominante de nuevo. Metió las manos por debajo de mis brazos y me hizo levantarme para así, guiarme encima de el
- deja me quito la tanga -
- hastela por un lado – me respondió, y así lo hice, tenia el triangulito de tela mojadito y mis labios gorditos, estaba calientísima. Puse una rodilla a cada lado de el sintiendo contra mi sexo el calor que el suyo desprendía y poco a poco me fue bajando, despacito, suave, sentí la cabecita acariciar mis labios y luego abrirse paso, sentía como palpitaba, yo no le quitaba la mirada de sus ojos, el me subió de nuevo, o al menos lo intentaba, yo adivinando sus movimiento me movía arriba y abajo ayudando a la pose para después, tomar una mano de el y chupar el dedo medio de su mano mientras con la otra me amasaba un pecho
- cogeme papi – le dije y sentí como nos estremecíamos – cogete a tu putita –
Comencé a bajar la cadera moviéndome como dibujando un símbolo de infinito con ellas, su rostro era un poema, me encantaba, tome sus manos y las lleve a mis pechos, comenzó a amasarlos y a estirar mis pezones, yo seguía moviendo las caderas de un lado a otro y en círculos, sentía sus bolas chocar en mis labios, su pelvis en mis muslos y sus dedos estirando mis pezones, entonces empecé a saltar, a moverme mas y mas fuerte, estaba a punto de venirme. Por primera vez hinca a venirme antes que mi pareja, yo me movía y el me amasaba, me manoseaba y hasta alguna nalgada me dio hasta que de pronto sentí como me vaciaba encima de el y me detuve temblorosa con ganas de abrazarlo y besarlo cuando le escuche decir
- sigo yo -
me bajo de encima de el y me coloco a 4 patas en el sillón, sin ningún miramiento me tomo por la cintura e hizo algo que si me hubiera echo otro le habría respondido con un codazo en la nariz, empezo a dar golpesitos a mi ano con su pene
- a si que eres mi putita -
No respondí, estaba disfrutando tanto esos golpecitos y estaba tan caliente que la verdad me valía madres todo.
- dame papi, dame papi - gemía una y otra vez sintiendo como embestía
Y sin miramientos clavo su falo en mi interior sujetándome por la cintura, entraba y salía entraba y salía y yo gemía y pujaba con cada ensartada que me metía, mis pechos bailoteaban al compás de sus empujones y mi sexo seguía escurriendo por sus embestidas. De pronto se detuvo, y pude sentir como se le hinchaba la verga para luego soltar ese chorro cremoso y caliente en mi interior. Nos quedamos quietos, uno disfrutando del otro, agotados, entonces me di cuenta que tenia ganas de abrazarlo y besarlo como solía hacer cuando acababa de hacer el amor, pero… esta vez no era así
- ¿estas bien? – me pregunto
- de maravilla – yo respondí, rompiendo la posición y sentándome allí con el a mi lado vimos el tiempo pasar acompañados de un cigarro cada uno, una costumbre poco saludable si, pero ya haríamos ejercicio para contrarrestarla jeje
*********************************
Contra todo lo que había imaginado, después de haber hecho lo del jardín, Jorge se comportaba extraño, o tal vez no. Generalmente los chicos suelen decir que si una es la que va pidiendo guerra, pues guerra nos dan, en mi experiencia no es así, debemos parecer víctimas, pero eso es otro tema. Tal vez era que se sentía culpable por serle infiel a su chica, o que no le gustara que yo tuviera novio y a pesar de eso le coqueteara, tal vez podía ser que yo no le gustara… pero era recordar cómo me miro cuando bailamos, y como me embestía cuando… volvimos a bailar y estaba segura que al menos le gustaba un poco. La situación con mi nueva familia era digamos casi como la de cualquier familia, mi “hermano mayor me ignoraba” y “mi hermana la mediana me tomaba por idiota”. La diferencia era con mi madre y su marido, ella me daba libertades pensando, equivocadamente, que pudiera no aceptarle sus decisiones y el me consentía con regalitos para que le aceptara, o eso pensaba. En fin.Aquel día me desperté como casi siempre a las 7 de la mañana, después de madrugar toda la semana es un poco difícil dormir más de lo que se acostumbra. Salí de mi habitación aun en pijama y baje ala cocina buscando algo de beber, debo aclarar que el pijama no era nada sexy jaja, pantalón largo y camisa amplia con dibujitos de los Simpson. Baje y tome un vaso de leche, al cerrar la puerta del refrigerador vi a Jorge, en boxers, lo mire de arriba abajo, luego a los ojos y luego otra vez de arriba abajo, el no decía ni hacia nada, como si se hubiera quedado petrificado y entonces decidí ser un poco mas agresiva y descaradamente lo mire al paquete
- nunca habías visto unos boxers? – pregunto el abruptamente
- boxers si, tiendas de campaña no – le conteste riéndome señalando su condición en ese momento
- me dejes sacar algo del refri? – dijo el haciéndose tonto
- coge lo que quieras – le respondí haciéndome apenas a un lado y sonriéndole
- ¡¡¡no juegues con eso te van a escuchar!!! – me recrimino como en un susurro
- no te he dicho nada malo – le respondí un poco brusca y luego más suave – si tu conciencia te traiciona no es mi culpa además – le mire de nuevo al paquete – tu amigo ya duro mucho de pie como para ser la erección esa con la que despiertan ¿no? –
- cállate – me volvió a recriminar en voz baja y claramente alterado
Y vi mi oportunidad…
- no me hables así - le dije en un susurro como si quisiera gritarle y lo empuje sin fuerza, tan sin fuerza que me pareció más una caricia a su pecho que un empujón – si… si crees que te equivocaste cuando lo hicimos dímelo y ya… te… te dije que tú me gustabas y no dudaste en cogerme allí en el jardín como a una vulgar putilla – susurraba lo más agresiva que podía, lo cierto es que me salió del alma todo
- no grites por favor – me decía asustado
- te descubro mirándome, sé muy bien cuando me miras, y me gusta que lo hagas, y cuando yo quiero coquetearte o corresponderte me tratas así, me evitas me ignoras y luego me andas mirando, solo falta que presumas que me has cogido –
- nunca haría eso –
Yo simplemente ignoraba todo lo poco o mucho que el pudiera alegar
- ¡¡¡Si no quieres saber nada de mi habérmelo dejado claro y ya!!! – y lo empuje con todas mis fuerza contra el refrigerador a donde fue a dar empujándolo y haciéndolo tambalearse mientras yo me apartaba
- ¿Qué pasa aquí? – pregunto Samantha, mi hermanastra, entrando por la cocina
- tu hermano… – lo señale con displicencia mirando hacia otro lado
- también es tu hermano – recalco ella interrumpiendo, como si supiera mis intenciones y quisiera dejarme claro que eso no pasaría, claro, ella no sabia que ya había empezado a pasar
- tu hermano – recalque mirándola a los ojos – tropezó conmigo y el se llevo la peor parte –
Ella lo miro inquisitiva, era... bueno es una cabrona jeje
- tenía prisa – dijo el un poco grosero
Y anticipándome a la salida de cualquiera de ellos, salí de la cocina y regrese a mi habitación muy fingiendo tranquilidad, no fue sino hasta estar sola cuando sonreí de gusto al ver que no se me daba tan mal eso de manipular, bueno, mi novio estaba en mis manos, pero él era mi novio jejeje
Habían pasado un par de semanas desde lo del jardín, y la verdad es que yo deseaba repetirlo, o mejorarlo, y ese sábado parecía tener la oportunidad de ello cuando en el desayuno se destapo la agenda del día. Mi madre y su marido saldrían a atender un compromiso, es decir, bueno, no hace falta decirlo, Samantha y su novio iban a ir a una comida en casa de los padres de él, no le creí pero bueno, yo también soy una malpensada y Jorge, trabajaría hasta medio día y luego tenia partido de futbol
-¿tú que harás hoy?- pregunto mi madre dirigiéndose a mi
- tengo un examen el lunes así que si no te importa me voy a estudiar con mis amigas – mentí mientras sentía esos ojos de mi hermanastra clavándoseme como puñales, era divertido ver como defendía a su hombres, debo confesar que en algún momento pensé que había una actitud incestuosa en ellos, pero afortunadamente, ella es simple y llanamente territorialista
Para las 10 de la mañana ya estaba sola en casa, pero aun necesitaba planear bien nuestro "accidental encuentro" así que sin más dilación, me duche, me planche el cabello y me arregle. Nada especial, debía parecer casual, unas mallas negras y una camisa de tirantitos, un poco larga, no quería ir enseñando el trasero, roja con mis sandalias de tacón favoritas, claro, por debajo, la ropa interior, un sostén mas bien sport pero una talla más pequeña de lo que usualmente usaba y una tanga blanca con los hilitos en forma de T y el triangulito de delante semitransparente, entonces me senté en la sala a ver la tele y con mi laptop en las piernas a hacer tiempo hasta que el llegara. pasaron un par de horas y debo confesar que me aburrí, por un instante casi me dieron ganas de dejar de lado mi plan y de irme a dar una vuelta o llamar a mi novio, me llegue a plantear si lo que hacía estaba bien o mal, y pensé en dejar de lado mi gusto por Jorge, pero no pude, sin darme cuenta me descubrí a mi misma pensando en su cuerpo, en su erección esa mañana y recordando cómo me había tomado en el jardín, sus embestidas, esos empujones y sus manos en mis pechos, su olor, su sabor y de nuevo por sorpresa el recuerdo de su dedo en mi ano, debo aclarar que nunca había echo sexo anal, una vez, mi novio me había puesto un dedito y lo empuje, sin embargo, seria mentir si dijera que con Jorge no me había gustado, tanto me gusto, que me había humedecido un poco solo de recordarlo, mis pezones se pusieron duritos e instintivamente me acaricie unote ellos, me estremecí de gusto, lo volví a hacer esa peculiar descarga que recorre el cuerpo desde la nuca hasta hummm bendito sea su destino, me hizo suspirar, lleve una mano a mi entrepierna y palpe mi sexo a la perfección debido a las mallas. Estuve a punto de masturbarme allí mismo en el sofá pero me gustaba disfrutar esa extraña sensación de querer hace algo y resistirse, también, me detenía, el echo de dudar si era lo correcto jugar con el, sin embargo, y como después me daría cuenta, no querría jugar con el, que querría que jugáramos juntos
- no ibas a salir a estudiar – escuche su voz a mis espaldas y si, mis pezones también
- mi amiga tenia un compromiso familiar de emergencia – improvise sin darme la vuelta, seria, escondiendo mi excitación y a su vez haciéndome la interesante
-¿Podemos hablar?- dijo el
-¿no estamos hablando ya?- le conteste, yo en mi línea
Escuche que había dejado caer algo y se acercaba, venia de jugar futbol, sudado, mas moreno de lo normal y parecía cansado. Recordé como mis amigos entre bromas se insinuaban a mis amigas y mi cuando acababan de jugar, decían que terminaban con la adrenalina disparada
-¿Qué quieres?- le dije al cuando se sentó delante de mí en la mesilla de centro, yo me cubría el pecho con la pantalla de la compu
- lo que hicimos no estuvo bien – dijo, y yo solo pude pensar “dios, porque de todos los cabrones de este planeta me vino a tocar uno con conciencia”… -somos hermanos
-medio hermanos – interrumpí
- da igual – me interrumpió el
- no, no da igual, no es lo mismo – lo volví a interrumpir -¿te cogerias a Samantha? ¿Verdad que no?
- no digas esas cosas por favor – parecía abrumado y sincero – yo y mi novia no estamos pasando por un buen momento, pero la quiero, y luego viene y pasa lo del jardín –
- podemos ser algo así como amigos con derechos – dije, seria, sin actuar, sin exagerar, sincera – me gustas de verdad, nadie tiene por que saberlo –
- Samantha me ha visto mirándote, no dice nada pero… lo intuye –
- ella también tiene mucha cola que le pisen – dije yo – como todos – me quite la laptop de las piernas y me senté al filo del sillón acercándome a el – si… si no quieres nada lo entiendo, pero tu entiende que…- y en ese momento vi sus ojos fijos en mi, en mis pezones que seguían duritos
- ¿que debo entender? – me pregunto serio
- que me gustas y me costara dejar de coquetearte –
- ¿Por qué estas así? – volvió a preguntar serio
- me acorde de la noche del jardín – dije
- ¿solo Sera sexo? – me pregunto frío, con una voz un tanto dominante, estirando ligeramente, casi imperceptible el cuello dispuesto a besarme
- y amistad, sexo y amistad no están peleados – Estire el cuello para besarlo. El adivino mis intenciones y me correspondió. No fue para nada un beso romántico, fue más bien algo como posesivo. Se estaba rindiendo a mi para hacerme suya, un trato justo creo yo
Después de besarnos nos vimos a los ojos unos instantes, después, volvió a besarme, le sentí que dudaba al mismo tiempo que me abrazaba y yo a el, seguramente la culpa
Lo abrasé por el cuello y mis piernas rodearon su cintura, el se me echo encima y seguimos besándonos tirados en el sofá, sujeto y levanto mis brazos y empezó a besar mi cuello, bajando lentamente a mi pecho y luego el contorno de mis senos, lamió suavemente el canalillo entre mis senos y paso a mordisquear un pesos que se alcanzaba a adivinar sin problemas a través de mi ropa, soltó mis brazos y sin miramientos me fue levantando el top junto con el sostén, entonces se puso de rodillas frente a mi, no puedo asegurarlo, peo por el calor que me dio en la cara seguramente me sonroje, algo, que no solía pasarme. Entonces, se puso en pie y se sentó en el sillón de enfrente
- ¿que pasa? – le pregunte muy desconcertada, creí que se había arrepentido
- quítate las mallas – me ordeno, si, lo ordeno, por que aquella no era su voz habitual, no era ese chico amable que me daba morbo y ternura, estaba siendo dominante, y mas morbo me dio.
- ponte los zapatos de nuevo – ordeno, yo me moleste un poco, sin embargo, obedecí y fui mas allá… de un paso me subí a la mesita de centro, no le baile jejeje, aunque si lo pensé, solo, deje que me mirara y mientras lo hacia se desabrocho el pantalón y se la saco comenzando a masturbarse
- ven – me dijo, mas como una petición, me divertía el echo que no encontrara su personalidad a la hora de tener sexo, era tierno ya veces dominante
- móntame – me dijo con su verga entre las manos, debió ser la excitación del momento pero se la veía enorme
- primero lo primero – le respondí poniéndome de rodilla y sin ningún reparo acerque la cara a su pene y empecé a lamer desde la base hasta el glande, lentamente pero arrastrando la lengua con fuerza de manera que sintiera muy bien cuando mi saliva pasaba de un cuerpo a otro, le sujete la verga con ambas manos y comencé relamer la cabecita como si mi vida dependiera de ello, chupaba, lamia, besaba y no le apartaba la mirada de los ojos, me encantaba ver como disfrutaba y como aguantaba las ganas de venirse
- móntame – repitió –vamos móntame por favor quiero cogerte –
Lo ignore, sujete mis pechos con mis propias manos y los puse sobre su verga la cual sobresalía un poco, debo admitir que hacer una rusa en la vida real es mas complicado de lo que parece en las películas, aun así, lo intentaba, lamia la puntita, la besaba mientras con mis pechos le apretaba la verga, entonces el ya no se aguanto mas, volví a ser el dominante de nuevo. Metió las manos por debajo de mis brazos y me hizo levantarme para así, guiarme encima de el
- deja me quito la tanga -
- hastela por un lado – me respondió, y así lo hice, tenia el triangulito de tela mojadito y mis labios gorditos, estaba calientísima. Puse una rodilla a cada lado de el sintiendo contra mi sexo el calor que el suyo desprendía y poco a poco me fue bajando, despacito, suave, sentí la cabecita acariciar mis labios y luego abrirse paso, sentía como palpitaba, yo no le quitaba la mirada de sus ojos, el me subió de nuevo, o al menos lo intentaba, yo adivinando sus movimiento me movía arriba y abajo ayudando a la pose para después, tomar una mano de el y chupar el dedo medio de su mano mientras con la otra me amasaba un pecho
- cogeme papi – le dije y sentí como nos estremecíamos – cogete a tu putita –
Comencé a bajar la cadera moviéndome como dibujando un símbolo de infinito con ellas, su rostro era un poema, me encantaba, tome sus manos y las lleve a mis pechos, comenzó a amasarlos y a estirar mis pezones, yo seguía moviendo las caderas de un lado a otro y en círculos, sentía sus bolas chocar en mis labios, su pelvis en mis muslos y sus dedos estirando mis pezones, entonces empecé a saltar, a moverme mas y mas fuerte, estaba a punto de venirme. Por primera vez hinca a venirme antes que mi pareja, yo me movía y el me amasaba, me manoseaba y hasta alguna nalgada me dio hasta que de pronto sentí como me vaciaba encima de el y me detuve temblorosa con ganas de abrazarlo y besarlo cuando le escuche decir
- sigo yo -
me bajo de encima de el y me coloco a 4 patas en el sillón, sin ningún miramiento me tomo por la cintura e hizo algo que si me hubiera echo otro le habría respondido con un codazo en la nariz, empezo a dar golpesitos a mi ano con su pene
- a si que eres mi putita -
No respondí, estaba disfrutando tanto esos golpecitos y estaba tan caliente que la verdad me valía madres todo.
- dame papi, dame papi - gemía una y otra vez sintiendo como embestía
Y sin miramientos clavo su falo en mi interior sujetándome por la cintura, entraba y salía entraba y salía y yo gemía y pujaba con cada ensartada que me metía, mis pechos bailoteaban al compás de sus empujones y mi sexo seguía escurriendo por sus embestidas. De pronto se detuvo, y pude sentir como se le hinchaba la verga para luego soltar ese chorro cremoso y caliente en mi interior. Nos quedamos quietos, uno disfrutando del otro, agotados, entonces me di cuenta que tenia ganas de abrazarlo y besarlo como solía hacer cuando acababa de hacer el amor, pero… esta vez no era así
- ¿estas bien? – me pregunto
- de maravilla – yo respondí, rompiendo la posición y sentándome allí con el a mi lado vimos el tiempo pasar acompañados de un cigarro cada uno, una costumbre poco saludable si, pero ya haríamos ejercicio para contrarrestarla jeje