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Que tal a todos, en esta ocasión narraré una fantasía que quiero cumplir con mi esposa, para los que no han leído mis relatos anteriores, ella mide 1.62 y tiene unos pechos medianos, 32b, pero eso sí, un culazo de infarto, firme, paradito y muy blanquito como sus piernas y toda ella.
La fantasía la narraré como si ya hubiese sucedido.
Ya me había puesto de acuerdo con el sujeto (Fabio) el era un masajista profesional, y en una que otra ocasión también vendía "otros" servicios. Así que le dije que íbamos a ir a su servicio de masaje privado y que le iba a dar un masaje, pero tenía total libertad de tocar y calentar a mis esposa a su antojo, inclusive si la convencía, cogersela.
Ella creía que solo la iba a consentir con un masaje normal pues andaba un poco estresada esos días.
Así pues, llegamos al local, solo estaba la recepcionista quien nos indicó en qué habitación entrar, el lugar no tenía ventanas, casi al centro la cama para masajes y a unos dos metros un contacto, fui y puse mi cargador, el cual tenía una cámara ultra HD integrada, quería documentar todo. La recepcionista le dijo a mi esposa que se vistiera para su masaje (o desvistiera), le indicó donde estaban las batas, toallas y un antifaz para los ojos, para mejorar la sensación del masaje, así dijo ella, acto seguido se fue la recepcionista.
Mi esposa volteó a verme y me preguntó que como debía quedarse, yo le dije que pues en ropa interior si quería y que se recostara en la cama boca abajo, y así esperáramos al masajista, tan pronto se recostó, alguien tocó a la puerta y preguntó si ya estaba lista, mi esposa soltó un rotundo si, acto seguido entro Fabio, un hombre del tipo marcado, cuando le propuse la idea me aseguré que tuviera una herramienta más grande que la mía, en grosor y largo.
Ella estaba boca abajo con una toalla doblada cubriéndole las pompas, y en la parte superior se notaba el brasier, el inmediatamente desabrochó el brasier y se lo quitó, poniéndole una toalla a la mano para que cuando girara se cubriera los pechos.
Le pidió acomodarse bien boca abajo, fue a buscar unos aceites e inmediatamente inició con el masaje en la espalda de mi mujer, el masaje era en sus hombros y espalda, llegando casi al inicio de sus pompas, lo hacía con las palmas de las manos, después de masajear su espalda y brazos, fue hacia sus piernas, iniciando desde poco abajo del pliegue de las pompas hasta los pies, primero masajeando la parte trasera de las piernas, pero cuando pasó su mano por el interior de los muslos, pude notar como se estremeció mi esposa, supuse que aguantó el gemido, el volteó a verme como diciendo, y esto es solo el inicio.
Una vez que terminó el masaje en los pies, le pidió girarse a mi esposa, le dijo que el voltearia para que se cubriera los pechos con la toalla que le había dado, además de acomodarse la toalla para cubrirse la pelvis, aunque todavía llevaba su tanga.
Ya una vez acomodada, empezó a masajear su abdomen, y hombros, pasando las manos muy cerca de la toalla, como queriendo desacomodarla, siguió su masaje hacia las piernas, le pidió abriera un poco el compás para dar un mejor masaje, ella lo hizo y empezó a masajear suavemente, desde sus piernas hasta sus pies, se ve que el disfrutaba al igual que mi esposa, pero no sabía si ella dejaría ir más allá todo.
Una vez que concluyó el masaje en las piernas volvió el cuello, colocándose el a la altura de la cabeza de mi esposa, ya se notaba que tenía la herramienta algo alegre, estaba a unos centímetros de tocar su cabeza, el seguía masajeando el cuello, en eso se estiró hacia su abdomen, pasando más manos debajo de la toalla pero sin tocar los pechos, solo rozando, al estirarse todo su paquete golpeó la cabeza de mi esposa quien giro para ver y peló los ojos al percatarse del tamaño de herramienta que se cargaba Fabio, no dijo nada pero tampoco se quejó de la situación.
Fabio se colocó a un costado del rostro de mi mujer y le pidió ponerse de lado, ella se acomodó la toalla que cubría la tanga, pero la de los pechos se desacomodó un poco, dejando ver su bellas tetas con sus pezones que ya estaban erectos, estaba excitandose, Fabio aprovechó y tomo la toalla diciendo "permítame" y dejo sus pechos al descubierto, continuó con el masaje mientras mi mujer tenía el pene de Fabio prácticamente en la boca, de no ser por el pantalón del tipo.
Volvió a colocarla boca arriba y empezó a masajear sus pechos, cosa que ella no desaprobó, aprovechaba para de vez en vez dar un leve pellizco a sus pezones, el cual ella correspondía con un leve gemido, ella estaba moviendo su brazo hacia la orilla.
El enseguida se fue a la altura de la cintura de mi esposa y empezó a masajear las piernas desde la cintura, pero le dijo que no se podía dar masaje bien por la tanga, así que ella solo levantó la cadera y dejó que Fabio se la quitará, siempre con la toalla cubriendo su intimidad. Una vez libre de la tanga, continuó con le masaje, pasando por los muslos interiores rozando en ocasiones los labios de mi mujer, yo ya notaba que estaba dispuesta a todo, y mi sonrisa era muy notoria, así como mi excitación. Fabio le pidió girar a mi esposa, la cual lo hizo así nada más, en el giro quedó totalmente libre de la toalla, dejando a la vista ese culazo tan impresionante que tiene, Fabio empezó a masajear ese culo, abriendo las pompas para ver su ano y darle también un merecido masaje, mi espoaa movía la mano como buscando algo, Fabio entonces se bajó el pantalón dejando su pene totalmente erecto de fuera, debía medir unos 24 CM y estaba bastante grueso, el lo colocó cerca de la mano, cuando mi esposa lo sintió empezó a masajearlo, suavemente en la cabeza, tomando todo el tronco también para percibir el tamaño, mientras Fabio comenzaba a masajear los muslos interiores y ya descaradamente masajeaba los labios de mi esposa y metía dos dedos en su ya empapada vagina, se colocó Fabio a la altura de la cara de mi esposa mientras seguía masajeando su culo y labios, ella vio esa herramienta y empezó a darle lengüetazos probandola, se metió la cabeza a la boca y se le veía una cara de posesa indescriptible.
Entonces Fabio la giró hacia el, colocándola boca arriba y levantando sus piernas al hombro, el apuntó su herramienta en la entrada de mi mujer y metió solo la cabeza, ella dio un gemido entre placer y dolor, el estaba metiendo y sacando la cabeza, acostumbrado a mi esposa al tamaño, cuando ella le pidió que le metiera toda de putazo, que la partiera en dos, cosa que el hizo, dejándosela ir toda, ella soltó un gemido impresionante, se veía como brincaban sus tetas mientras el la bombeaba, ella solo gritaba que quería más, que le diera con todo, entonces el la giró poniendola de perrito y volvió a embestirla, ella estaba disfrutando muchísimo siendo penetrada por semejante herramienta, en eso el paro, y empezó a meter un dedo en su ano, metió dos, se ayudó del aceite para lubricar más y empezó a meter su verga en el culo de mi esposa, la cual lo recibió con otro gemido impresionante, empezó a bombearla bestialmente, y ella gritaba que más que la partiera en dos, ya cuando estaba por venirse Fabio la giró sentada, y le echó todos los mecos en la cara y en las tetas. Al terminar todo le indicó donde estaban las duchas para que se lavara y ella tomándolo de la verga ya un poco flácida se lo llevó a las duchas, ahí ya no pude ver nada porque ella me pidió dejarlos solos.
La fantasía la narraré como si ya hubiese sucedido.
Ya me había puesto de acuerdo con el sujeto (Fabio) el era un masajista profesional, y en una que otra ocasión también vendía "otros" servicios. Así que le dije que íbamos a ir a su servicio de masaje privado y que le iba a dar un masaje, pero tenía total libertad de tocar y calentar a mis esposa a su antojo, inclusive si la convencía, cogersela.
Ella creía que solo la iba a consentir con un masaje normal pues andaba un poco estresada esos días.
Así pues, llegamos al local, solo estaba la recepcionista quien nos indicó en qué habitación entrar, el lugar no tenía ventanas, casi al centro la cama para masajes y a unos dos metros un contacto, fui y puse mi cargador, el cual tenía una cámara ultra HD integrada, quería documentar todo. La recepcionista le dijo a mi esposa que se vistiera para su masaje (o desvistiera), le indicó donde estaban las batas, toallas y un antifaz para los ojos, para mejorar la sensación del masaje, así dijo ella, acto seguido se fue la recepcionista.
Mi esposa volteó a verme y me preguntó que como debía quedarse, yo le dije que pues en ropa interior si quería y que se recostara en la cama boca abajo, y así esperáramos al masajista, tan pronto se recostó, alguien tocó a la puerta y preguntó si ya estaba lista, mi esposa soltó un rotundo si, acto seguido entro Fabio, un hombre del tipo marcado, cuando le propuse la idea me aseguré que tuviera una herramienta más grande que la mía, en grosor y largo.
Ella estaba boca abajo con una toalla doblada cubriéndole las pompas, y en la parte superior se notaba el brasier, el inmediatamente desabrochó el brasier y se lo quitó, poniéndole una toalla a la mano para que cuando girara se cubriera los pechos.
Le pidió acomodarse bien boca abajo, fue a buscar unos aceites e inmediatamente inició con el masaje en la espalda de mi mujer, el masaje era en sus hombros y espalda, llegando casi al inicio de sus pompas, lo hacía con las palmas de las manos, después de masajear su espalda y brazos, fue hacia sus piernas, iniciando desde poco abajo del pliegue de las pompas hasta los pies, primero masajeando la parte trasera de las piernas, pero cuando pasó su mano por el interior de los muslos, pude notar como se estremeció mi esposa, supuse que aguantó el gemido, el volteó a verme como diciendo, y esto es solo el inicio.
Una vez que terminó el masaje en los pies, le pidió girarse a mi esposa, le dijo que el voltearia para que se cubriera los pechos con la toalla que le había dado, además de acomodarse la toalla para cubrirse la pelvis, aunque todavía llevaba su tanga.
Ya una vez acomodada, empezó a masajear su abdomen, y hombros, pasando las manos muy cerca de la toalla, como queriendo desacomodarla, siguió su masaje hacia las piernas, le pidió abriera un poco el compás para dar un mejor masaje, ella lo hizo y empezó a masajear suavemente, desde sus piernas hasta sus pies, se ve que el disfrutaba al igual que mi esposa, pero no sabía si ella dejaría ir más allá todo.
Una vez que concluyó el masaje en las piernas volvió el cuello, colocándose el a la altura de la cabeza de mi esposa, ya se notaba que tenía la herramienta algo alegre, estaba a unos centímetros de tocar su cabeza, el seguía masajeando el cuello, en eso se estiró hacia su abdomen, pasando más manos debajo de la toalla pero sin tocar los pechos, solo rozando, al estirarse todo su paquete golpeó la cabeza de mi esposa quien giro para ver y peló los ojos al percatarse del tamaño de herramienta que se cargaba Fabio, no dijo nada pero tampoco se quejó de la situación.
Fabio se colocó a un costado del rostro de mi mujer y le pidió ponerse de lado, ella se acomodó la toalla que cubría la tanga, pero la de los pechos se desacomodó un poco, dejando ver su bellas tetas con sus pezones que ya estaban erectos, estaba excitandose, Fabio aprovechó y tomo la toalla diciendo "permítame" y dejo sus pechos al descubierto, continuó con el masaje mientras mi mujer tenía el pene de Fabio prácticamente en la boca, de no ser por el pantalón del tipo.
Volvió a colocarla boca arriba y empezó a masajear sus pechos, cosa que ella no desaprobó, aprovechaba para de vez en vez dar un leve pellizco a sus pezones, el cual ella correspondía con un leve gemido, ella estaba moviendo su brazo hacia la orilla.
El enseguida se fue a la altura de la cintura de mi esposa y empezó a masajear las piernas desde la cintura, pero le dijo que no se podía dar masaje bien por la tanga, así que ella solo levantó la cadera y dejó que Fabio se la quitará, siempre con la toalla cubriendo su intimidad. Una vez libre de la tanga, continuó con le masaje, pasando por los muslos interiores rozando en ocasiones los labios de mi mujer, yo ya notaba que estaba dispuesta a todo, y mi sonrisa era muy notoria, así como mi excitación. Fabio le pidió girar a mi esposa, la cual lo hizo así nada más, en el giro quedó totalmente libre de la toalla, dejando a la vista ese culazo tan impresionante que tiene, Fabio empezó a masajear ese culo, abriendo las pompas para ver su ano y darle también un merecido masaje, mi espoaa movía la mano como buscando algo, Fabio entonces se bajó el pantalón dejando su pene totalmente erecto de fuera, debía medir unos 24 CM y estaba bastante grueso, el lo colocó cerca de la mano, cuando mi esposa lo sintió empezó a masajearlo, suavemente en la cabeza, tomando todo el tronco también para percibir el tamaño, mientras Fabio comenzaba a masajear los muslos interiores y ya descaradamente masajeaba los labios de mi esposa y metía dos dedos en su ya empapada vagina, se colocó Fabio a la altura de la cara de mi esposa mientras seguía masajeando su culo y labios, ella vio esa herramienta y empezó a darle lengüetazos probandola, se metió la cabeza a la boca y se le veía una cara de posesa indescriptible.
Entonces Fabio la giró hacia el, colocándola boca arriba y levantando sus piernas al hombro, el apuntó su herramienta en la entrada de mi mujer y metió solo la cabeza, ella dio un gemido entre placer y dolor, el estaba metiendo y sacando la cabeza, acostumbrado a mi esposa al tamaño, cuando ella le pidió que le metiera toda de putazo, que la partiera en dos, cosa que el hizo, dejándosela ir toda, ella soltó un gemido impresionante, se veía como brincaban sus tetas mientras el la bombeaba, ella solo gritaba que quería más, que le diera con todo, entonces el la giró poniendola de perrito y volvió a embestirla, ella estaba disfrutando muchísimo siendo penetrada por semejante herramienta, en eso el paro, y empezó a meter un dedo en su ano, metió dos, se ayudó del aceite para lubricar más y empezó a meter su verga en el culo de mi esposa, la cual lo recibió con otro gemido impresionante, empezó a bombearla bestialmente, y ella gritaba que más que la partiera en dos, ya cuando estaba por venirse Fabio la giró sentada, y le echó todos los mecos en la cara y en las tetas. Al terminar todo le indicó donde estaban las duchas para que se lavara y ella tomándolo de la verga ya un poco flácida se lo llevó a las duchas, ahí ya no pude ver nada porque ella me pidió dejarlos solos.