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Mi Madre Monica.. escrito por Pedrito - Part 1-1

Chiales

Becerro
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8 Oct 2012
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Mi Madre era muy dedicada a mi Padre y a mí, todo el tiempo atendiéndonos y cuidándonos de la mejor manera, el resto de su tiempo lo dedicaba a sus Amigas y a las compras cómo todas las mujeres de Sociedad. Ella es una de las mujeres más prestigiosas de la Ciudad, ya que su elegancia, su porte y su belleza hacían sentir más orgulloso a mi Padre, tanto que hacía que todos sus Amigos lo envidiaran, ya que en algunas cenas les oía lo que le comentaban, que él era un privilegiado al tener a mi Madre cómo Esposa ya que ella era una mujer muy guapa y su estilo de vestir la ponía cómo una las mujeres más elegantes de esta Ciudad. Con sus vestidos carísimos de alta costura ajustados a su figura no había hombre que no volteara y le echara más de una mirada de lujuria.

Ella es una mujer nacida para modelar, su porte y sus largas piernas fácilmente podía posar en las mejores pasarelas de la moda, pero sus grandes atributos eran esos tremendos pechos ajustados por esos escotes que lucía con regularidad sin llegar a la vulgaridad claro está. También esa cinturita de avispa que le costaban miles de dietas y ejercicios, adornada con sus grandes piernas torneadas formadas por tantas horas de gimnasio, que estás eran su mejor carta de recomendación. Pero lo que más atraía a todo hombre era ese tremendo trasero que con lo que se pusiera le salía a relucir, eso era lo que le encantaba a mi Padre y a todos los hombres que la miraban o se encontraban por su camino. Mamá poseía el trasero más suculento y llamativo de la ciudad. Cualquier ropa que se pusiera la curvatura de su trasero llamaba la atención de todos, eso y su actitud arrogante y altiva hacía de ella la mujer más deseada de esta ciudad.

Pero la historia ahí no inicia, todo empezó en un verano muy caluroso, mi Madre se encontraba deprimida por el fallecimiento de mi Padre, duró un par de meses sin salir de la casa, sus Amigas trataban de darle ánimo de decirle que la vida seguía, que me tenía a mí que siguiera adelante. .. Un viernes por la mañana se levantó muy temprano, yo estaba viendo el televisor ya que estaba de vacaciones para entrar a otro grado más de escolaridad, cuando apareció ante mí con esas mallas que usa para hacer ejercicio, las cuáles se le pegan a su cuerpo cómo segunda piel y dibujan en ella cada curvatura y musculatura de su torneado cuerpo. Se miraba realmente buenísima, también con una camiseta ajustada mostrando el ombligo, que si la viera cualquier hombre se volvería loco. Venía sudorosa, yo creo que estuvo corriendo en la maquina caminadora que tenemos en la parte trasera de la casa.

- ¡Mamá ! ..qué bueno es verte levantada.- Le dije mientras dejaba el control del televisor sobre la mesa de centro.

- ¡Si mi amor, ..me levanté hacer mis ejercicio, y ahora que tu Padre no está mi amor tú y yo vamos a pasar todo el tiempo juntos !.- Decía con tal alegría, cosa que me daba gran felicidad.

- ¡Que bueno Mamá, ..me gusta verte así cómo antes !.- Le dije mientras le abrazaba.

La verdad estaba muy contento, Mamá era la persona más importante en mi vida, a la que yo debía mis éxitos, me cuidaba tanto que en ocasiones pensaba que era demasiado, ahora volvía a hacer la de antes, pero al voltearse a tomar su nutritivo licuado, el cuál toma casi todas las mañanas, no pude evitar verle ese par de nalgas prominentes, parecían dos globos enormes, la familia de mi Madre vienen de tener en todas las mujeres un tremendo trasero, más a parte por los enormes sacrificios que hace para mantenerlo firme, eso lo hace aún más apetecible, si yo no fuera su hijo seguro que le dedicaría dos o tres pajas, es que realmente lo tiene hermoso y más con esas mallas que se le repegan en cada cachete como una segunda piel, no podía evitar que se le incrustaran un poco en el trasero, que además por la fina lencería que usaba la cuál es bastante pequeñísima, lo digo ya que una vez que ayude a Mamá con la ropa sucia no pude evitar tropezarme y regarlas por todo el piso, ahí pude apreciar parte de su lencería que tenía sucia. Al recogerla encontré sostenes y bragas, estás eran realmente puros hilos, unas con un pequeño triangulito enfrente, otras eran transparentes totalmente, unas con encajes muy monas, pero todas de hilo, era por eso que Mamá cuando traía mallas parecía que no llevar ropa interior.

Pero cambiando de tema estábamos en la cocina desayunando muy tranquilamente cuando recibió una llamada, era del Notario, algo de la herencia que nos dejó mi Padre, bueno eso alcancé a escuchar.

Mi Madre atendió la llamada y quedó muy formal en presentarse, se metió a la ducha y me dijo que la acompañara ya que no quería ir sola. Más tarde la vi bajar de su recamara despampanante, para ese día se colocó un vestido de tirantes muy ligero de vuelo rosa, porque en ese entonces hacía mucho calor, su pelo relamido con una coleta hacía que su cuello se viera más grande, sus bellísimas piernas torneadas contoneándose con ese fino caminado de modelo de pasarela, más unas zapatillas de aguja y un fino collar que le había regalado mi Padre en un aniversario la hacían verse muy elegante, se miraba muy juvenil y a juego con su carísimo bolso y sus lentes para el sol, realmente se miraba muy hermosa.

El chófer, de nombre Arturo nos abrió la puerta, no sin antes recorrer el cuerpo de mi Madre con la mirada, pero a diferencia ella ni el saludo le brindaba, decía que no tenía que familiarizarse con la servidumbre.

- ¡Buenos días, Señora Tapia!!

- Al juzgado por favor, ..y rápido que tengo prisa.

Mi Madre si algo tiene es esa presencia de clase y de arrogancia en la forma cortante con la que se dirige a sus empleados, y este no fue la excepción, así que en forma firme y directa le ordenó al chófer que hiciera su trabajo.

Al llegar al edificio del juzgado sólo al entrar impuso su belleza en el lugar, ya que todos los hombres voltearon hacía dónde nos encontrábamos, parecía jauría de lobos, no podían simular su mirada a ese par de piernas largas y torneadas, además adornadas por un brazalete de plata que se había colocado en el tobillo, lo cual nunca se quitaba. Todas las miradas la acechaban y todas las envidias por parte de su mismo sexo eran más que evidentes, ella con su singular estilo para caminar cruzó todo el recibidor, dejando boquiabiertos a todo el personal del lugar. Nos dirigimos al último piso por el asesor, yo discretamente volteaba hacía atrás y cachaba a los hombres cómo se quedaban boquiabiertos observando a ese par de glúteos que con el ligero vestido y el calor, este se le pegaba en su trasero, haciendo que se le dibujara perfectamente ese par de nalgas, que al ser tan prominentes estos se comían esa fina tela, y debido a su lencería tan fina y tan pequeña, no producía que se notara nada en su delgada tela.

Todos los hombres que nos cruzábamos de frente amablemente le regalaban una sonrisa, pero ella ni se inmutaba porque no hacía ni gesto a nadie, ella era una dama y sabía darse a respetar; yo miraba hacia atrás y veía cómo algunos hombres se comentaban unos con otros, seguramente lo bien que tenía el cuerpo mi Mamy, aunque me imagino que pensaban puras vulgaridades ya que se reían, otros se tocaba discretamente el bulto de su pantalón provocados por el escultural cuerpo de esa ejemplar hembra.

Llegamos al último piso del edificio, en dónde había una gran oficina con grandes ventanales y un escritorio al centro, ahí se encontraba el Abogado que llevó el caso de la herencia de mi Padre, además Fernando Montiel, este último era el brazo derecho de Papá, también el Contador de la Empresa. Era un tipo de unos 55 años de pansa prominente, algo calvo pero de cuerpo muy velludo, de esos que tienen vello hasta por la espalda, era el que llevaba el control de los ingresos de Papá, aunque no era muy apegado a la familia siempre era muy cordial con nosotros y más con mi Madre, que a lejos se le notaba que se le caía la baba por ella. Aunque mi Mamá siempre lo trato de lejos, ya que no le gustaba aparentar con los empleados de Papá y además por las miradas lujuriosas que le echaba, sin duda eso la molestaba un poco porque algunas veces se lo escuché comentárselo a Papá. Lo cual él le decía que era normal ya que ella era una mujer muy bella y que debería de estar acostumbrada a eso. Ellos terminaban dándose un beso y olvidándose del tema.

En algunas ocasiones en las cenas que mi Padre brindaba en casa, le escuche a Fernando decir a sus otros colegas del trabajo que le encantaba mucho mi Madre, que lo volvía loco por esas tremendas nalgotas que tenía y que nunca descansaría hasta romperle ese culazo que se cargaba, sus Amigos le decían que tuviera cuidado porque era la mujer de su Jefe y si se enteraba le podía ir muy mal, pero el terminaba con una gran carcajada y decía que sólo estaba bromeando.

Al acercarse al escritorio, Fernando muy cordial se levantó de la silla y saludo a mi Madre, que de inmediato sin perder tiempo clavó sus ojos en el escote y en sus tetas, en las cuáles se podían distinguir algunas pequeñitas gotas de sudor recorrer el canal de sus dos portentos senos, que por el tremendo calor que nos azotaba esos días sus pechos brillaban suculentos. Ella la cuál fue tajante en el saludo le dijo que quería que las cosas fueran rápidas, ya que tenía otras cosas que hacer y que todavía no se sentía muy bien por todo lo ocurrido.

El Abogado nos pidió que nos sentáramos y revisó las cláusulas del testamento, en las cuáles mi Madre se quedaba con la casa y algunas joyas, yo cómo único hijo me tocaría parte de las acciones y dinero, pero esto no se me daría hasta que cumpliera la mayoría de edad y tuviera una carrera Universitaria. Mi Padre siempre fue muy estricto en ese modo, me daba lo que quería pero siempre decía que me lo tenía que ganar, ya sea con labores en casa o con altas notas de la escuela, según una de las clausulas Fernando quedaría cómo responsable de nosotros, él le daría una mensualidad acorde a nuestro modo de vida a Mamá y trabajaría el negocio de Papá hasta que yo pudiera encargarme de todo, así lo dejó estipulado.

Mamá protestó ante tal clausula y le dijo al Abogado que de cuánto sería la mensualidad, pero este sólo le dijo que Fernando tendría que otorgárnosla según lo conveniente, para esto mi Madre miró a Fernando muy sería y solamente le dijo que después lo discutirían ya que se quería ir a casa porque todavía el fallecimiento de mi Padre la tenía algo aturdida.

Entonces el Abogado sacó unos papeles de su cajón e hizo que los dos los firmaran, mi Madre algo desconfiada trató de leer algunas partes pero el sentir cerca la mirada Fernando, decidió no hacerlo. De verdad que el tipo le desagradaba mucho y no era para más, el Contador era demasiado asqueroso, sudaba por todos lados, además de los repugnantes pelos que le salían de todos lados de la camisa. .. Entonces se dirigió a la última hoja y colocó su firma, estampándola rápidamente. La cara de Fernando cambio enseguida y se le dibujó una pequeña sonrisa en el rostro. Mi Madre se levantó terminando de firmar, le dio las gracias al Abogado y salimos de la oficina hacía el elevador, pero antes de salir por la puerta, volteé a mi espalda y claramente miré a Fernando frotarse las manos y decirle no sé qué tantas cosas al Abogado, los cuáles por el comentario se echaron a reír.

Al salir nos alcanzó Fernando en el ascensor, dio tremenda corrida que llegó fatigado secándose la frente con un pañuelo, el sudor que le escurría era asqueroso, realmente este tipo sudaba cómo un cerdo. Le dijo a mi Madre que tendríamos noticias de él más tarde y que la dejaría descansar un poco, también le dijo que pasaría por la casa a dejarnos unas copias del testamento para que mi Madre pudiera leerlo con calma, ella le dijo que estaba bien que lo esperaría. Él trató de despedirse de ella con un beso pero mi Madre muy cortante nomás le tendió la mano y se dio la vuelta dejando solo el puro aroma de su piel en el ambiente. Antes de marcharnos pude observar cómo clavó su mirada en el trasero de mi Madre y se mordió ligeramente los labios, a mí sólo me despeino el cabello y me dijo:

- Chao, nene ¡Je, je, je..

En el trayecto a la casa, mi Madre si se veía cansada, aún los recuerdos de mi Padre estaban muy frescos, yo todavía venía cavilando las pequeñas risitas que el Abogado y Fernando hacían mientras salíamos, se me vino un presentimiento de que algo iba a salir mal, pero al momento de llegar a casa me olvidé por completo. Llegamos a la casa dónde mi Madre me dijo que tenía un poco de jaqueca que se daría un buen baño y se dormiría un rato, que si alguien la buscara que no la molestaran, yo sólo le dije que sí y me fui a mi computador a navegar por la red, como cualquier muchachito, nuestra vida sin mi Padre tenía que continuar, al menos yo ya lo estaba superando.

.....

La tarde pasó, la servidumbre se fue y la enorme casa quedó completamente vacía, mi Madre seguramente se encontraba dormida y probablemente no bajaría hasta la hora de la cena, estuve a punto de meterme a bañar cuando de pronto. Eran cómo eso de las 6 de la tarde sonó el timbre de la puerta, enseguida recordé lo que me había dicho Mamá, que por ningún tipo de motivo nadie la molestara, así que me dispuse abrir la enorme puerta que tenemos al centro de la casa; no me imaginaba quién podría ser, a esa hora no acostumbramos a recibir ningún tipo visitas, excepto cuando suelen llamar a Mamá con anticipación. Al hacerlo me encontré con la asquerosa figura de Fernando Montiel, el Contador de la Empresa de Papá muy contento y sonriendo, cargando con un maletín y unos papeles en la mano, no alcancé ni a decirle que mi Madre estaba dormida cuando me hizo aún lado y la buscó por todos los rincones de la casa.

- ¡Escuincle! ..¿dónde se ha metido tu Madre?.- Eso de que me llamara de ese modo no me gustó en absoluto, además no me había caído nada bien que se le quedara viendo a mi Madre de aquella manera tan desesperada.

- ¡E-está durmiendo, pero... !- Traté de responderle algo molesto.

- ¡Hazte a un lado ! ..necesito hablar con ella, es muy urgente ...

Me hizo a un lado de un empujón y sin más subió las escaleras al segundo piso dónde se encuentra la recamara de mi Madre. Al llegar ni se molestó en tocar la puerta, la abrió de par en par cómo si fuera el gran dueño de la casa y sin importarle que mi Madre estuviera durmiendo. Ella se encontraba aún recostada en su lujosa cama matrimonial, dónde había derrochado tanto cariño y amor con mi Padre ( y porque no decirlo, mucha pasión.. quizás dónde estoy seguro me habían procreado ), junto a ella se encontraba una foto de mi Padre con la que me imagino estuvo hablando mientras el sueño se apoderaba de su cabeza. Lo malo fue que al ducharse, mi Madre sólo se había colocado una camisa blanca que le llegaba a tapar apenas los glúteos.

Los ojos de Fernando se quedaron cómo platos al presenciar la belleza de mi Madre en todo su esplendor. Ella se encontraba boca abajo recargando su cabeza en uno de sus brazos, dándole una buena visión al panzón de sus lindas piernas blancas completamente desnudas. Así dormida recogió un poco la pierna, me imagino que al abrir la puerta bruscamente la recamara perdió algo de calor e hizo que mi Madre se removiera un poco resintiéndolo, lo cual la blusa se recorrió un poco hacía arriba, mostrando parte de su trasero y sus bragas de encaje blanco de esos que le llaman “cacheteros” Ya que se muestra medía nalga, si se hubiera quedado otro rato más observando tal vez Fernando hubiera alcanzado a ver hasta la mata de pelos de su chocho, ya que la panty era casi transparente y se le metía por completo entre sus dos cachetes traseros.

- ¡¿Que le pasa? !, ..le digo que mi Mamy está dormida.

Llegué deprisa al rescate y le coloqué una almohada a Mamá para tratar de cubrirla, la cual hizo que se despertara. Estaba a punto de regañarme cuando se percató de la otra persona que también había irrumpido su sagrado recinto. Lo primero que vio fue a Fernando que se encontraba todavía inmóvil, viéndola totalmente ido sin quitarle los ojos de sus piernas y lo que muy apenas lograba ver de su pachoncita vagina. De inmediato exclamó:

- ¡P-pero! ..¿q-qué demonios estás haciendo en mi recamara Fernando?, .. ¡Sal inmediatamente de mi cuarto!!! ...- Le gritó totalmente histérica.

Inmediatamente alcanzó una bata color rosa que tenía en el buro para ponérsela. Los ojos del viejo volaban sobre el cuerpo de mi Mamy, su manera de mirarla era de un pervertido, su vista recorría descaradamente cada rincón de su cuerpo que para su mala suerte uno de sus brazos no lograba colocarse sobre uno de los huecos, haciendo más largo el tiempo de exhibición para regocijo de Fernando.

- ... L-lo siento, Mónica ..pero este asunto es muy serio y no puede esperar. De él depende tu futuro y el de tu hijo.

- ¡Estás completamente loco Fernando !, ..no puedes entrar así a mi casa y mucho menos a mí recamara. Aunque una vida dependiera de ello.- Le respondió Mamá tremendamente molesta.

Mi Madre apuntando el dedo hacía la puerta le exigió para que saliera, en eso Fernando lanzó unos los papeles a la cama y le dijo que los leyera. Mamá reacomodándose la bata bastante molesta tomó el puñado de papeles que se habían regado por la cama y empezó a leerlos. Un silencio absoluto se llenó en la habitación, mientras mi Madre los leía el desgraciado embozaba su maldita sonrisa, en eso la cara de receptividad e incomprensión de mi Madre era absoluta, parecía que esperaba que le confesaran que le habían detectado alguna enfermedad incurable. Mientras ella seguía leyendo, Fernando le explicó que aquello también le afectaba a ella en gran medida pero que no sabía cómo contárselo. El cambio entre ser comprensiva a ponerse en guardia respecto de ella fue súbito. Sus facciones se endurecieron irguiendo su cuerpo cómo si esperara tener que saltar de un momento a otro. Continúo explicándole que tras darle muchas vueltas sólo había encontrado el valor para mostrarle de lo que se trataba puesto que sólo se lo tenía que decir personalmente. La incertidumbre cubría su rostro. Se notaba indecisa leyendo todos esos papeles, yo sin saber de qué se trataba o si era mejor salirme de la recamara para dejarlos hablar. Para mi desgracia, la opción que tenía se me olvidó al momento que mi Mamy empezó a gritar:

- ¡QUÉ!! ...¡¡SOLO MIL EUROS AL MES!!! ...¿estás loco?, con ese dinero no compraría ni la comida del perro. Eso no puede ser.

Ella estaba acostumbrada a darse la gran vida, a tener los mejores lujos y mi Padre se los daba. Trató de agarrar el teléfono para llamar al notario pero en eso Fernando la detuvo:

- Ni te molestes, Mónica ..tú misma firmaste los papeles está mañana. En los cuáles yo me encargaría de los negocios y el dinero de su manutención.

Fue ahí donde me cayó el veinte del porque esa maliciosa risita en el despacho. Estos dos desgraciados le habían puesto una trampa a Mamá, y la muy inocente había caído redondita. Los papeles no mentían, mi Madre sin darse cuenta le había entregado a este desgraciado cerdo nuestro futuro. A lo cual él tendría todo el derecho a darnos la cantidad de dinero que se le viniera en gana.

- ¿T-tú no, nos vas a ser esto Fernando?, ..¿verdad?.- Respondió mi Madre ya con su tono voz más bajo.

- Ya ves Mónica, ..que te cuesta hablarme de ese modo, más calmada. Así cómo la fina y educada mujer que eres.- Dijo el desgraciado con la misma sonrisa maliciosa dibujada en su rostro.

- E-esto no me puede estar pasando, ..¡q-que hice, dios mío no!.- Se repetía mi Madre jalándose la cabellera.

- Mil euros está bien para una sola persona Mónica, ..además, la situación de la Empresa está a la baja y no podemos solventar grandes gastos.

Eso era mentira, nosotros sabíamos perfectamente que la Empresa de Papá era una de las mejores del país y pasaba por un gran momento, además si tuviera problemas financieros los Inversionistas solventaría los gastos.

- ¿P-para una sola persona?, ..¿y Pedrito qué?, él tiene que ir a la escuela y pagar los cursos de música e inglés.

- No te preocupes por Pedrito, ..él se irá al extranjero. Le solicité una escuela muy prestigiosa en Madrid, ..se irá a Europa, ya me encargué de todo.

Enseguida me pegué al vientre de mi Madre, con lágrimas en los ojos le dije que no me quería ir, que no me desapartaría de ella nunca. A mi Madre se le dibujo una angustia en la cara, sabía que si ella no hacía algo, Fernando lo podía hacer sin ningún problema.

- ¡No, Mamy! ..dile que no me lleve.- Le rogaba a mi Madre en su regazo.

- Ya no hay nada que alegar, Pedrito ..alista tus cosas, mañana saldrás para el viejo Continente.

Así lo dijo el muy cínico, como si nada, cómo si yo fuera un simple objeto o una mercancía, es más cómo si se deshiciera de un perro o una cosa. Sacando un boleto de avión me dijo que me recogerían mañana en el aeropuerto de Madrid, que él ya lo había preparado todo.

- T-tranqui-quilo mi amor, ...d-debe de haber un error. T-tú no te vas a ir.- Trató de calmarme mi Mamy con mucho nerviosismo.

- ¿Por qué no sales un rato, Pedrito?, ..mientras tú Madre y yo lo dialogamos con calma. Ve a jugar al jardín.

Esa fue la orden que me dio el desgraciado con su asquerosa sonrisa en su rostro, mi Madre temblando nerviosamente me dio un par de billetes y me dijo que fuera a comprarme algo, que invitara a mi vecino. Tal vez para que me calmara un poco porque estaba a punto de llorar, me dijo que ella no dejaría que me llevaran a ningún lado, me limpie las lágrimas y salí de la habitación rogando a dios porque no fueran a enviarme a Europa.

Cuando iba bajando las escaleras recordé la ventana que dejaba Mamá ligeramente abierta para su ventilación y que por la parte de atrás del jardín había una escalera, estaba seguro que si me subía en ella seguramente podría alcanzar a escuchar lo que decidieran sobre mi futuro. Sin pensarlo dos veces me dirigí hacía el jardín, al subirme con cuidado, tratando de no ser pillado claramente podía observar toda la habitación y escuchar un poco de lo que sucedía ahí dentro. El escondite era muy bueno ya que si volteaban hacía dónde yo estaba, el enorme árbol me disfrazaría por completo. Con unas ansias nerviosas me dispuse a escuchar que era lo que me tenía planeado. En el interior de la habitación se miraba cómo mi Madre nerviosa se agarraba el pelo, se sentaba, se volvía a parar, caminaba por la habitación, trataba de cambiar la opinión de Fernando, pero este se veía decidido en no querer cambiar de decisión y decía que era lo mejor para mí y para el futuro de la Empresa, la cual yo sería responsable.

Tratando de no ser descubierto empujé con mucho cuidado la ventana hasta que esta se abrió sólo un poquito, lo suficiente para ayudarme a escuchar todo lo que ocurría en el interior de la habitación de mi Madre.

- P-pero Fernando, ..no nos puedes hacer esto, ¿cómo se te ocurrió pensar tal cosa?

- Si puedo Mónica, tú misma me diste la potestad de ti y de tu hijo, ..así que puedo hacer lo que más les convenga a los dos. Y eso es lo que más le conviene a tu hijo.

- ¿P-pero porqué lo decidiste sin mi consentimiento?, ..yo soy su Madre.

- Mira, lo hice porque en una ocasión se lo escuché a Rodolfo y se me hizo prudente hacerlo ahora.

- Si, lo platicamos él y yo alguna vez, ..p-pero no en éstos momentos, ahora las cosas han cambiado.- Le trataba de explicar Mamá bastante nerviosa.

- No te preocupes Mónica, ..irá a uno de los mejores internados de ese país. Estará bien y tú también.

- Por favor Fernando, no lo separes de mí, ..ahora no, mira que acabamos de perder a Rodolfo y yo me quedaré completamente sola .. Hago lo que quieras pero no lo hagas, ..no te lo lleves de mi lado.- Le suplicó Mamá con el llanto en los ojos.

- Bueno, ..quizás pueda cambiar de opinión si ...

Entre los dos se hizo un silencio, se nos dibujó una sonrisa a mi Madre y a mí al escuchar que había una pequeña oportunidad cuando dijo eso, pero sólo por unos instantes ya que no nos imaginábamos las intenciones de este desgraciado.

- Si trataras de cambiar la manera de ser conmigo y me tratas mejor... tal vez cambie de parecer y lo deje contigo.

Ella de inmediato le dijo que sí, que si lo trataba de una manera no muy cordial era porque no le gustaba tener relación con los empleados de su Marido, pero que de aquí en adelante las cosas cambiarían y que él desde éstos momentos sería ya parte de la familia.

- No me entendiste bien Mónica, ..tú sabes que mi Esposa está muy enferma, tiene diabetes y mi relación en la cama con ella pues... ya no anda nada bien, en cambio tú eres una mujer muy hermosa y ya has enviudado... y pues..

- ¡Espera, espera !, ..¿a dónde quieres llegar?

El rostro de Mamá cambio drásticamente de la alegría a la angustia…

- Bueno yo sólo quería que me dieras un poco de alegría otra vez, ..cómo en mis mejores días, cómo cuando mi Esposa estaba al tope conmigo.

- ¡ESTÁS LOCO!! ...¡SAL INMEDIATAMENTE DE MI CASA ASQUEROSO!! ¡TE DEMANDARÉ POR ACOSO Y TE QUITARÉ TODOS LOS DERECHOS !, TE QUEDARAS SIN NADA BASURA !! ..- Mi Madre estaba histérica, jamás la había visto enojarse de ese modo, casi echaba lumbre por los ojos, tenía ganas de sacarle los ojos, de arrancarle las vísceras y tirarlas a la calle.

- Bueno, .. yo sólo quería tener un trato amable contigo, ..pero cómo no se pudo mañana vendrán por Pedrito y lo enviaré tan lejos que cuando lo vuelvas a ver ya serás abuela… ¡Y TÚ OLVIDATE DE TUS LUJOS !!, ..TE QUITARÉ TUS CARROS, TUS TARJETAS, HABER COMO VIVE DE AHORA EN ADELANTE LA GRAN SRA TAPIA, SIN SU HIJO Y SIN DINERO.- La amenazó gritando el panzón.

Diciendo esto se levantó hacía la puerta, estaba a punto de salir cuando…

- E-espera, Fernando.- Contestó Mamá con voz de desesperación. Se le empezaban a acumular las lágrimas en los ojos.

- Escucha, Mónica. Si quieres seguir teniendo la misma vida, necesito saber que estás dispuesta a cambiar conmigo, ..y tranquila, Pedrito no se irá de tu lado.- Continuó más conciliador.

- Fernando entiéndeme por favor, no me puedes proponer tal cosa. Piensa en Rodolfo, ¡tu Esposa, tus hijos !.- Le decía Mamá con la esperanza vana de hacerlo cambiar de parecer y tratar de llegar a otro acuerdo en el cual no estuviera de por medio su dignidad.

- Mira Mónica, no estoy aquí para sermones ni nada, .. simplemente te ofrezco la puerta para que sigas teniendo la hermosa vida que hasta entonces has llevado. Sé que buscas lo mejor para tu hijo y para ti, .. Además no estés triste, mira que un hombre confiado como yo esté al pendiente ahora de ustedes deberías sentirte tranquila. Ahora que Rodolfo no está necesitas de un hombre de verdad, que te de seguridad, y creo que la llevaremos bien, ¿no es cierto?.- Entonces bajó una de sus manos al terrible bulto que figuraba entre sus piernas, y lo agarró con firmeza.

- ¡Por dios Fernando recapacita, ..yo jamás te di motivos !

- Si es verdad, ..pero como también es verdad que siempre me has hecho sentir menos.

- Fernando eso no es cierto, ..lo que pasa es que yo.. mira que no gusta relacionarme con los negocios de Rodolfo.

- Mira Mónica te lo voy a cantar al chile como se dice allá donde vivía. Desde que te vi por primera vez siempre quise meterte mano, ..y al ser la flamante Esposa de mi Jefe eso lo incrementaba mucho más. Ahora que yo estoy acargo de tu hijo y de tu dinero, no querrás que eso se acabe, ¿me equivoco?

Mi Madre se quedó callada, mirando hacia abajo, sin saber qué contestar. Fernando se le acercó y la tomó de la barbilla con sus dedos y le hizo levantar la mirada.

- Me gustas mucho Mónica, me excitas como no tienes idea .. ¿quieres seguir teniendo todo esto?.- Le preguntó con voz serena y segura.

- .. S-si hago lo que dices, ¿no lo alejaras de mí? ...- Dijo ella con la voz entrecortada y volviendo a agachar la cabeza.

- Ya lo dije, ..soy hombre de palabra.

- Prométeme que no dirás nada.

Pude ver cómo en el rostro de mi Madre, por el que corrían dos lágrimas provocadas por el cruel chantaje de ese desgraciado, se dibujaba una angustia la cual parecía presentir que esto iba a terminar muy mal, y volviendo a agachar la mirada, su rostro se acercó al de Fernando. Mi Madre asintió ligeramente con la cabeza.

- Entonces, aquí tienes tu primera orden. Bésame, .. pero hazlo bien.

Fernando estaba parado frente a ella rosándole la zona de la pelvis con su verga casi rompiéndole el pantalón, la idea de que yo me fuera a vivir lejos provocó que aceptara el abuso que se avecinaba.

- Todo depende como te comportes, ..lo único que quiero es hacerte el amor, que participes, ..anda no que te quedes como pendeja sin hacer nada. Quiero que me cojas como si yo fuera tu Marido, que me digas mi amor, que me digas cuanto te gusta lo que te hago, que seas mi amante, si lo haces, juro que nunca enviare a tu hijo lejos ni tampoco les faltara nada ¿está claro?.- Mamá comprendió al momento, quería salvar su familia y sin responder, se incorporó y tragando saliva, lo tomó de la nuca diciéndole:

- Como tú digas Fer.. mi amor, .. haré lo que me digas, tendrás lo que quieres, solo se bueno conmigo.

Y Mamá, alcanzando con su tibia boca la de él, se fundieron en un beso largo y divino para él, pero repugnante y asquerosamente desagradable para ella. Comprendí que nuestras vidas ya no serían igual, que este asqueroso ser nos estaba destruyendo, que todo aquello que había construido Papá para nosotros se iba al carajo, este inmundo viejo jamás se iría y por otro lado nunca dejaría en paz a mi Madre.

Quien pudiera creerlo, Mónica de Tapia besando eufóricamente a Fernando Montiel, el obeso Contador de la Empresa Tapia la tomaba de la cintura atrayéndola, en su vida una mujer como mi Madre lo había besado así, ella con sus manos tiernas lo abrazaba de la cabeza, ya no importaba lo que le sucediera, mientras su pequeño hijo estuviera a salvo; con un poco de coraje y para desquitarse empezó a jalarle los cabellos de la nuca, provocándole algo de dolor y un ligero escozor provocado por los jalones.

- ¡Ah! Espérate Mamita, me vas a dejar sin pelo, mira nada más como me has dejado.

El viejo se quejó ante lo que Mamá le había hecho, pero de nueva cuenta la tomó de la cintura para seguir con el beso, pero ahora con unas manos le apretaba y pellizcaba las nalgas, vengándose de mi Madre lastimándola ahora a ella. Mamá comprendió que había hecho mal en quererlo lastimar y para que el viejo dejara en paz sus piernas y posaderas, lo comenzó a besar con más cariño, no sé qué era lo que estaba saboreando ella pero por sus gestos sería un sabor a sal, le repugnaba pero tenía que hacerlo, en su mente seguro decía “Termina cuanto antes maldito, ya no te soporto, eres una asquerosa bola de grasa ” Conociendo el carácter de Mamá seguro que lo ofendía mucho más, pero él se lo merecía, el desgraciado Contador estaba feliz por la acción realizada por ella.

- ¡Haber Cabrona, bésame como debe ser, que ya no estás en el puto bachiller sentada en una banca con alguno de tus Novietes!, ..quiero un beso de amantes, de Puta a cliente, que se vea que tienes ganas chingado.- Fernando le hablaba ya de una manera muy dominante, tomándola del mentón levantándole el rostro.

Los dos se miraron, los ojos azules de Mamá estaban llenos de lágrimas, por lo que debía hacer, apenada sintió como el viejo se acercó más y más, su dedo gordo que tomaba su mentón, hizo un movimiento hacia abajo abriéndole la boca, para después juntar los labios con los de ella, en un beso que al instante sorprendió a mi Madre y a mí me dejó perplejo. Mamá abrió lo máximo que pudo la boca y, uniendo sus labios a los suyos, dieron comienzo a una batalla de lenguas excitadas y gemidos incesantes. Mamá le metía la lengua lo más profundamente que podía, pero Fernando la detuvo con la suya y se introdujo en la de ella. Fernando entonces, tomó los brazos de ella y los dirigió a sus hombros, Mamá solo se dejó llevar justo como el viejo le estaba indicando, sintiendo por primera vez lengua y babas de otro hombre que no era mi Padre en sus aterciopelados labios.

Fernando la tomó de la cintura atrayéndola más hacía su cuerpo, sintiendo la delgadez de su silueta entre sus manos, Mamá se mantenía pegada a él, soportando su lengua enredándose a la suya, sintiendo como el viejo entraba en su boca y la impregnaba de apestosos fluidos. El cerdo asqueroso comenzó a hacer círculos en su espalda, ella lo tomó de sus brazos sintiendo la anchura y los horribles pelos largos que llevaba por todo el cuerpo, los sentía fuertes duros como una piedra, los quería apretar pero sus pequeñas manos no los abarcaban, se sentía asfixiada por ese hombre mayor que podría ser hasta su Padre. Ella trató de separarse pero era el viejo que no la dejaba, la quería seguir besando, no quería que ese beso terminara. Fernando le comenzó a besar el cuello, sentía que Mamá se le derretía en sus brazos.

- Que rica estas Mamacita, ..ahora sabrás lo que es un verdadero hombre.- Le escuchó decir como un susurro, mientras le besuqueaba de manera horrenda los hombros.

Mamá no se podía mover, además de que no podía, tenía a ese cerdo sujetándola sin poderse escapar, además de que empezaba a observar como poco a poco empezaba a bajar para sentir su boca llegando al principio de sus senos. Fernando solo le murmuraba cosas al oído, cosas que debían ser obscenas y desagradables, como su físico y su comportamiento, en cambio ella que casi de puntitas trataba de liberarse no solo de sus manos si no de su asquerosa y repugnante boca que no dejaba que babosearle los pechos. Parecía un maniaco, tomó la abertura de su bata y metió su dedo en medio de los senos, bajando lentamente la parte de arriba, los pechos de mi Mamy aparecieron casi desnudos solo detrás de esa minúscula blusa que casi parecía de velo, por lo delgada y trasparente, sus pechos estaban firmes, duros, carnosos, Mamá que respiraba aceleradamente los movía como si ellos tuvieran vida propia. El cerdo se agachó enseguida impregnándolos de su asquerosa baba y penetrándolos de su hediondo hedor. Y cuando su boca trató de tomar unos de sus pezones, ella al sentir lo que pretendía, como primera reacción echó su cuerpo hacía atrás tomando de la cabeza al viejo, soltando un gemido. Mamá comenzaba a respirar entrecortadamente, y más cuando él llevó sus dos toscas manos a la parte trasera de sus muslos, subió acariciándoselos y directamente comenzó a catarle las nalgas.

- ¡Fernando, no !!.- Se negaba inútilmente.

El desgraciado empezó por debajo de su bata un desesperado magreo de sus nalgas que no hizo más que aumentar la desesperación en mi Madre. Yo, por el contrario, casi no podía respirar ni apartar los ojos de lo que estaba viendo, mi garanta estaba seca y mis brazos que se sostenían férreamente a la escalera para no caerme empezaron a flaquear. Lo que estaba viendo no podía ser, era irreal, debía ser una pesadilla lo que estaba pasando. El cerdo no tardó en intentar sacarle los pechos de la blusa que habían quedado casi descubiertos al abrir su bata de par en par, ella trató de cerrarla para aferrarse a su dignidad, pero algo que comprendió enseguida y desistió para que lo hiciera, eran esos papeles que Fernando ahora tenía en sus manos, cosa que hizo recapitular nuestra situación y desistir bajando nuevamente sus brazos.

Cuando mi Madre desistió en su último intento por resistirse aceptando el trato, a Fernando se le dibujó de nuevo esa sonrisa malévola, soltándola y separándose de ella le dijo:

- Haber, Moniquita, ..quítate esa bata, déjame ver que me dejó mi socio ¡Je, je!..- El desgraciado se regocijaba humillando la fresca imagen de mi Padre.

Casi me caigo de la escalera al escuchar eso, ¡No podía ser posible que este canalla, que era un simple empleado de mi Padre le pidiera eso a Mamá de tal manera!

- ¡A-ahora, yaa!!! ..p-pero puede venir mi hijo.- Respondió incrédula a lo que proponía.

- Bueno ya, estas son mis condiciones, las tomas o las dejas, ..y hazlo rápido que tengo asuntos en la oficina.- Le dijo el desgraciado agarrando los papeles y haciendo intento cómo de marcharse.

Mi Madre con sus mejillas coloradas colocó sus manos en el nudo de la bata desabrochándola, la pobre era consciente de su gran sacrificio por retener a su hijo a su lado. Y con sus ojos ahogados en llanto tomó las laterales de su bata lanzándolo hacía atrás, quedando ante nuestros ojos tan sólo con esa pequeña blusita tan delgada y sus minúsculas bragas trasparentes.

- Ya vez Moniquita, ..que te cuesta ser un poco comprensiva conmigo, estoy seguro que así nos llevaremos mejor ¡Je, je, je!..

De pie así cómo estaba, la blusita apenas le llegaba a cubrir la mitad de su bombacha, hasta yo desde dónde me hallaba podía apreciar los pequeños pelitos dorados de la entrepierna de Mamá, ya que la delicada pieza no dejaba nada a la imaginación. Mi Madre en estos momentos cómo se debió de haber arrepentido comprar ese sensual conjunto, ella con sus dos manos trataba de cubrir su delicado vientre con vergüenza, y es que seguramente Fernando era el segundo hombre que la miraba así, semidesnuda.

- El trato es este Mónica, ..tú serás mi Puta, ..yo te follaré cuando me venga y cómo se me venga en gana. Me harás caso sin protestar, ..sin tus estúpidos jueguitos de vieja remilgosa y estirada, ..así y solo así, tú y tu delicado hijito estarán siempre juntos, ..lo cual yo me encargaré que no les falte nada. ¡¡Estamos todos claros!! ..

Mamá que no podía aguantar tanta humillación y tragándose todo su orgullo de mujer con carácter dijo:

- Eres un sucio bastardo, pero las personas tan rastreras como tú tienen un castigo. Te vas a arrepentir de todo lo que nos estás haciendo.

Su coraje era de admiración pero en ocasiones su arrogancia la hacía vulnerable. Mamá todavía en un evidente estado de shock, estaba intentando defenderse de ese desgraciado pero muy en el fondo sabía que no había otra salida para retenerme a su lado. Si tan solo se hubiera tomado unos instantes para leer ese contrato, si tan solo hubiera dejado de lado su arrogancia para pedir que le explicaran, si tan siquiera dejara de lado su fuerte carácter para tratar mejor a las personas nada de esto estuviera pasando, ..aunque también pudo negarse, demandar a este desgraciado por acoso sexual y con ayuda de nuestros allegados refundirlo en la cárcel para siempre, quizás hubiera tenido una posibilidad de escapar airosa, pero siendo ella tan orgullosa seguro que para no hacer un escándalo entre sus amistades pensó que podría solucionarlo, aunque cuando trató de recapacitar se dio cuenta que no había negociación posible. Este desgraciado había movido muy bien sus piezas, la había derrotado sin siquiera presentarle dicho juego, Mamá era ahora mi botín y como tal podía hacer el uso que se propusiera del mismo. Comprendiendo esta su realidad, Mamá levantó el rostro derrotado para verle.

- Mónica, creo que no entiendes cuál es la situación, ..a partir de ahora tu y yo vamos a pasar mucho tiempo juntos ¡Je je je!..

Fernando sabía que ya estaba vencida y se lo iba a demostrar. Sin que se resistiera le quitó las manos como las que ella resguardaba como última barrera de su derrumbada dignidad su entrepierna. Mamá seguía impasible exponiendo con descaro su entrepierna mientras que de nuevo unas lágrimas se derramaron por sus mejillas.

- A partir de ahora vas a hacer lo que yo te diga, ..y más te vale no resistirte, puesto que si lo haces, si me desobedeces respecto a cualquier cosa que te pida o no haces bien lo que te mande, ..haré que tu querido escuincle se vaya lejos, donde tú ni nadie de tu familia lo pueda encontrar. .. Sabes que puedo hacerlo, conozco a gente mucho más poderosa que los amigos de Rodolfo y a los círculos en los que te has relacionado. ¿Me estás entendiendo?

Mamá permanecía en silencio superada por la situación que estaba sufriendo. Entendí que si no decía nada ni impedía que ese cerdo le estuviera viendo el cuerpo con total descaro era porque la tenía a su completa merced. No comprendía cómo era posible que nos encontráramos así, como ese hombre, mano derecha siempre de mi Padre estaba aprovechando esta oportunidad de someterla, era como un mal sueño en el que no podía despertar por más que quisiera. Ansioso como un niño por abrir sus regalos el día de su cumpleaños, sujetó con un dedo el elástico de sus bragas para estirarlo y ver en directo lo que había dentro.

- ¡Vaya, muy bonito!, veo que si eres rubia natural ¡Je je je!..- Se burló el maldito al observar la entrepierna de mi Mamy dentro de su braga.- Pero aun no me has respondido, ..¿está claro?.- Le volvió a preguntar.

- E-está claro.- Le respondió mi Madre en voz baja.

- ¿Q-que dijiste?, ..no lo logré escuchar nada Mónica.- El desgraciado panzón disfrutaba en humillarla.

- Q-que sí, ..e-está bien.- Confirmó su respuesta derrotada.

- ¿Que si, qué? ..- Volvió a insistir el desgraciado jugando con su braga enterrándosela en la entrepierna a modo de tanga haciendo más grande la humillación de mi Madre.

- Q-que sí, ..que si te haré caso en todo.- Una tibia lágrima producida por la humillación e impotencia volvía a escurrir de sus sonrojadas mejillas.

- ¿Y qué más? ..- Se deleitaba el muy cabrón ahora masturbándola con sus propias bragas.

- ¡Fernando por dios!, ..no nos puedes estar haciendo esto.- Le suplicaba Mamá alejándose de sus perversas manos y llevándose las suyas a la cara para cubrir su llanto.

Pero el tipo permanecía frio y calculador, estaba dispuesto a llegar al final de sus maquiavélicos planes. Nos tenía totalmente en sus manos y Mamá estaba enterada de ello. Después de liberar su frustración con suplicas inútiles se dejó caer llorando en el suelo. Fernando prosiguió con su despiadado ataque, quería hundirla por completo, vencer cualquier resto de orgullo que un conservara.

- Ahora te das cuenta de lo que es el mundo real, ..ahora te das cuenta de que toda esa vida de ensueño que imaginaste se puede ir al carajo con una simple mala decisión. Dime, ¿quién te va a salvar ahora, tus Amistades? .. Las putas esas que no saben ni mierda del valor de las personas, que lo único que hacen es menospreciar aquellos por la marca de sus zapatos. ¿Verdad que ahora te gustaría haber sido más atenta con los empleados de tu Marido? ¿Verdad que ahora te gustaría haberte tomado unos minutos para haber leído ese contrato? Lo vi Mónica, vi el rostro de menosprecio que pusiste a la hora de entrar en el juzgado, ..ese gesto de menosprecio que siempre pones cuando estás conmigo. Pero no te preocupes que ahora vas a aprender, puta. ¡Te voy a enseñar buenos modales, zorra !

La agarró violentamente del pelo y la obligó a incorporarse tirando despiadadamente de ella. Yo empecé a llorar, empecé a sentir un terrible miedo hacía ese sujeto, ¿que nos esperaría ahora?, este viejo era capaz de golpearnos y hasta matarnos. Esto no podía ser, mi vida no se podía convertir en esto, estaba seguro que Mamá obtendría una solución. Pero en cambio no escuché ni sus gritos ni sus súplicas, creo que estaba consiente en recibir su escarmiento. La abrazó con suma rudeza al tiempo que se aseguraba de que no pudiera escapar rodeándola con su poderoso brazo. Con la mano que tenía libre comenzó a propinarle fuertes azotes en su blanco y expuesto trasero.

Sus blancas pompas no tardaron en tomar color. El hijo de puta no paró hasta que comenzó a dolerle la mano. Para entonces, Mamá no pataleaba ni luchaba, sólo lloraba y suplicaba. Estaba realmente aterrorizada, a merced de ese desgraciado que había aparecido de repente en nuestras vidas y que ahora con un poder que por descuido Mamá le otorgó, podría hacernos cualquier cosa.

- ¿Ves lo que te pasa por ser tan arrogante?, ¿por ser una vieja orgullosa y malcriada? .. ¿Ves lo que pasa cuando te dejas llevar por tu tonto orgullo?

- ¡Sí.. sí… basta, por favor no me lastimes más ! ¡sniff!! .. No lo volveré hacer.

Era evidente de Mamá estaba igual o más aterrorizada que yo y que diría cualquier cosa con tal de que la dejara en paz y se largara. Pero Fernando quería doblegarla y que lo hiciera voluntariamente, que fuera como él dijo su mujerzuela. Y cuando Mamá se doblegó a sus peticiones e insultos dejó de azotarla, ahora volvía a acariciarla suavemente y a tratarla con ternura. Sus gordas y toscas manos apenas si rozaban la sensibilizada y adolorida superficie de sus sonrosados glúteos. El desgraciado panzón estaba disfrutando al máximo el tener el control de la situación, gozaba al saber que mi Madre no tenía de otra que doblegarse a sus demandas.

- Yo no quería pegarte pero me has obligado a ello, ..simplemente quiero que entiendas que yo cuidaré de ustedes a partir de ahora. Lo comprendes ¿verdad?

- Sí.. sí.. por favor suéltame ya .. ¡sniff!! no volveré hacer nada que te incomode o te haga sentir menos. Te lo prometo.

- ¡Je je je!.. Ya ves que diferente eres cuando te comportas como deberías. Ahora quiero que me digas que serás para mí y que podré hacer contigo.

Ella apretó sus nudillos lo más fuerte que pudo para contestarle:

-.. Que.. podrás.. ¡sniff!! que me podrás tomar .. y seré tuya cuanto gustes ”. Respondió mi Madre con el corazón hecho trizas.

- ¡Je je je!.. Así debe ser .. ¿y que serás para mí? ..

-.. ¡Tu mujer!, ¡sniff!! seré tu mujer para lo que gustes.- Dijo Mamá tragándose el orgullo.

-.. ¿Mí, qué? ..¿mi mujer?, no, no Mónica tu no serás mi mujer, ..tú serás mi puta personal, mi concubina para mis caprichos, me atenderás como a Rodolfo y me satisfarás como la más zorras. ..¿Entiendes? ..- Sus palabras rasgaron su corazón.

- ¿Por qué me haces esto Fernando? ¡sniff!! ..Rodolfo siempre te apreció por tu buen trabajo.

- ¿Entiendes?. - Volvió a repetirle. El muy desgraciado seguía doblegándola, esta era su gran oportunidad y no la iba a desaprovechar.

- ..Si

- ¿Si qué Mónica?.- Fernando siguió probando su resistencia.

- ¡sniff!! .. Que voy hacer lo que tú dices.

- ¿Y que dije?.- Siguió acosándola.

- ¡Que voy hacer TÚ PUTA!! ..tú hembra.. tú, tú .. ¡sniff!!.- Dijo ahora en voz alta y clara.- ¿Porque me haces esto, Fernando? ...yo ¡sniff!! ”. Lloraba mi Madre sintiéndose devastada.

- Ya ves Mónica, ..que te cuesta. De ahora en adelante me perteneces, ..ahora date la vuelta. Quiero que me muestres tu mejor rostro ¡Je je je!..

¡Yo sabía a qué se refería este desgraciado, quería verle el trasero a mi Mamy !, ese par de cachetes imponentes y redondos con los que él siempre soñó y tantas fantasías les dedicó, ese viejo asqueroso siempre observaba a mi Madre de una manera bastante obscena, ya sea en las celebraciones de la Empresa que Papá siempre realizaba o cuando venía a entregarles papeles a la casa. Ahora estaba a sólo unos pasos de disfrutarlos y el muy cerdo sudaba. Mi Madre totalmente avergonzada metió sus deditos por la parte de atrás de la costura de sus pantaletas tratando de sacarse la tela, ya que tenía todo el panty metido en su raja. Ella trataba de no darle más gusto a ese desgraciado, de no verse más provocativa, pero era imposible ya que las nalgotas de Mamá se tragaban por completo toda la delicada tela.

- Anda Mónica, que no tengo todo el puto día, ..enséñame esas cosotas que tienes por detrás ¡Je, je, je!..

Esto era por demás humillante para Mamá, todo esto se estaba convirtiendo en un ultraje para ella y una horrible pesadilla para mí, nunca imaginaría que mi Madre, la flamante Esposa de Empresario más grande de esta ciudad estuviera pasando por tal cosa, y lo que era peor, ¡ Por el horrible empleado que supuestamente era mano derecha de mi Padre !, ese gordo desgraciado al cual yo siempre le mostraba respeto ( y algo de miedo por la mirada que tenía ) por lo que significaba él hacía mi Padre ahora lo estaba viendo ultrajar de la manera más vil y ventajosa a la persona que yo más quería en esta vida. Yo con el llanto en los ojos observé como ella, ahogada por el abatimiento y la humillación que significaba mostrarse desnuda ante el supuesto tutor que ahora significaba para nosotros, lentamente voltearse, aunque sintiéndose bastante humillada por la inapropiada exposición y situación en que se encontraba, juntó sus brazos al frente de su cuerpo mientras que se giraba tal y cómo le había ordenado el malnacido. La vuelta fue muy despacio y tímidamente, sintiendo toda la vergüenza del mundo hasta darle la espalda, exponiéndose ante el ser más repugnante que ella conocía su mayor atributo, y ahí estaban, en su máximo esplendor y para deleite de ese viejo miserable, ese par de carnes rosadas perfectamente decoradas y exquisitamente llamativas por esa panty cachetera de encaje blanco, que por tenerlas tan carnosas, me refiero a sus posaderas, estas prácticamente absorbían la tela sin ningún problema. Ella avergonzada por la imagen que estaba provocándole a ese horrible hombre, trató nuevamente de sacarse la pantaleta de entre sus cachetes pero Fernando la detuvo:

- No, no ..déjate cariño, ..yo te ayudo ¡Je, je, je!..

Y sin más preámbulo, el cerdo desgraciado aprovechando que Mamá esta aun confundida por lo que estaba sucediendo tomó la panty por las costuras y de un fuerte jalón la subió violentamente haciendo que toda la tela se enterrara prácticamente bajo sus dos cachetes rosados, formando ese famoso calzón chino. Mi Madre que pensó que ya nada podía ser peor, tuvo la denigrante sensación de soportar como sus delicadas pantaletas de catálogo se sumergían dentro de su entrepierna y de su cola.

- Así ricura, déjatelo así, ..así me gusta mucho más ¡Je, je!.. - Reía el mal nacido, embelesado por la maravillosa panorámica que tenía.

Mi Madre quedó con toda su braga bien retacada en su trasero, sus hermosos glúteos tenues y rosados estaban a la vista de ese mal parido, ella no podía dar crédito a lo que le estaba sucediendo, en un par de minutos su prestigio, su dignidad, su reputación cómo mujer intachable y casi su hijo se había perdido, esto debía ser una horrible pesadilla para ella. Mamá estaba de espaldas a Fernando llorando de rabia y humillación, yo podía observar como apretaba los puños de su mano con desesperación, impotente por la situación que estaba sufriendo, y para colmo de males, cuando el muy hijo de puta no bastándole con humillarla de esa manera le dijo que se empinara hacía adelante:

- Inclínate hacía delante, mi amor, ..hazlo así, sin flexionar las rodillas, cómo viendo por la ventana ¡Je, je, je!..- Se burlaba el muy capullo.

Al viejo se le caía la baba con el mujerón que tenía en frente, mi Madre se sentía muy humillada con su trasero en popa doblada hacía adelante, las lágrimas ya empezaba a caer de sus mejillas y sus ojos azul hermoso, ya empezaban a ponerse colorados. Sin avisarle nuevamente, le metió la mano entre las piernas, como si fuera un cuchillo partiendo el pan, haciendo que la pantaleta se le metiera en la vagina ahora por el frente.

- Ya está, así, ..date la vuelta, cariño.

Quedé con los ojos bien abiertos, impresionado. Estaba viendo a mi Madre cómo se le metía la finísima tela por enfrente, ( cómo esa famosa pata de camello cómo le dicen en algunos videos que me he encontrado por la red ). Aunque ahora a la que estaba viendo era a mi Madre que estaba en esa situación tan humillante. Lo pensé enseguida y quise sacar a patadas a ese viejo asqueroso para que dejara a mi Mamita en paz.. pero enseguida recapacité, pensé, que si él me alejaba de ella y me mandaba lejos quién sabe qué tantas cosas le obligaría a hacer cuando yo no estuviese, ¡Quizás hasta obligarla a casarse con él!, no eso no podía hacer, tenía que buscar otra solución, mantenerme fuerte y tratar de encontrar algo para salvar a mi Madre de ese viejo asqueroso. Así que decidí quedarme dónde estaba, además él era mucho más fuerte que mi Madre y que yo, me iría peor si me le enfrentara. Decidí seguir mirando con todo el dolor de mi corazón a ver hasta dónde podría llegar ese viejo desgraciado.

Mi Madre quedó inmóvil frente al viejo, con sus manos tapándose el rostro totalmente humillada, sentía su orgullo y dignidad pisoteados, una mujer de buena familia, de intachable imagen y buenos principios morales semidesnuda delante de un viejo gordo, feo que no era su Esposo y que además odiaba a morir, me imagino que ella nunca había dejado que otro hombre que no fuera Papá la viera desnuda y mucho menos así de esa manera tan obscena, ya que mi Madre se casó muy joven y tal vez mi Padre fue uno de los pocos novios si no el único que tuvo Mamá, a lo que ella siempre decía y aseguraba que había llegado virgen al altar…

Mi Madre debió de pensar que se encontraba en una horrible pesadilla, que todavía estaba dormida porque movía la cabeza en forma de negación cómo tratando de despertar; con una triste mirada volteó hacía ese retrato que se encontraba sobre la cama en el cuál se encontraba la figura de Padre con una sonrisa; se le nublaron los ojos y salieron de ellos una pequeña lágrima que resbaló por sus empapadas mejillas, jamás hubiera imaginado que estaría en una situación cómo en la que se encontraba ahora, enseñando sus intimidades a un empleado de Papá y peor aún al más desagradable de todos, al que odiaba tanto y que tan sólo con verlo se le hacía nudo el estómago, esto realmente era una humillación para ella y por si fuera poco en su propia habitación matrimonial en espera de que su hijo de 12 años volviera y la viera en esa situación. Los pensamientos se amontonaban en su cabeza pero la voz ronca de Fernando la hizo volver a la realidad, a su realidad que tendría que encarar ahora.

- ¡Que esperas vamos!, ..vamos, quítate la camisa mi amor, quiero verte bien esas enormes tetas que te cargas ..- Le dijo de manera vulgar.

Mi Mamá salió del trance en el que se encontraba y se dio cuenta de que no era un sueño, que realmente estaba sucediendo y que lo peor para ella estaba a punto de pasar…

- ¡Por favor Fernando, ..no hagas esto, mira que soy la mujer de Rodolfo, tu ex-jefe, el que te brindo la mano y te dio el empleo ! Él confío en ti, ..mira que hasta te dejó a cargo de nosotros por favor Fernando no ..

Mamá trató de sacar un mínimo de remordimiento en Fernando, con la esperanza de que este se arrepintiera, pero el desgraciado estaba empecinado en disfrutarla, se le hacía agua la boca y sudaba a chorros pensando en nada más que su cuerpo.

- Tú sabes lo mucho que me gustas Mónica, ..mira que siempre me gustaba venir a tu casa a entregarle papeles a Rodolfo tan sólo para verte, siquiera un ratito, sentir tu aroma, verte unos instantes y llevarme en la memoria a la casa todo tu exquisito cuerpo que tienes. ¿Tú crees que ahora que te tengo aquí al frente voy a arrepentir ¡Je, je!.. Quítate esos pinches trapos.

Y si, era cierto lo que este cerdo decía, el muy pervertido buscaba cualquier pretexto para venir a la casa, lo que mi Madre siempre le molestó y le recriminó a mi Padre en ocasiones, cuando sin querer les escuchaba discutir, siempre le decía que no trajera el trabajo a la casa, que lo arreglaran allá en la oficina, pero mi Padre decía que era cuestión de un ratito que en un instante se desocupaba.

- ¡Sácate esa maldita camisa que quiero verte esas pinches tetas, ..¿que no escuchas? !!!

Sin más remedio y asustada por el repentino cambio de humor del panzón, empezó a desabrocharse la camisa botón por botón, los dedos de mi Madre temblaban separando los botones de su camisa, Fernando se acarició los testículos mientras disfrutaba de las imágenes sensuales que le brindaba mi Madre. Ella desabotonó la camisa hasta dejarla ligeramente abierta, apenas mostrando el broche de su sostén, pero la mirada fría y ansiosa del viejo incitándole a continuar; tomó aire y deslizó la camisa por sus hombros dejándola caer sobre sus pies, sin provocarlo la dejó caer con gran avidez y sensualidad, cosa que maldijo de inmediato. Yo me encontraba temblando detrás de la ventana, me sentía impotente, por un momento dudé entre continuar viendo la escena o retirarme a mi cuarto a llorar, ya que no podía seguir soportando ver a mi Mamita en esa situación, pero créanme que no podía moverme, algo me tenía paralizado, ya que mi cuerpo se aferraba a la escalera para no caerme pero igual no me hacía caso.

- ¡Pero mira que par de melones tienes!, ..sabía que los tenías bonitos, ¡pero no me los imaginaba tan grandes!!!

Ahora si mi Madre quedó sólo en ropa interior frente a ese extraño, con su fina lencería de encaje que prácticamente le traslucía todo, sus pechos se veían enormes aprisionados en su sostén, perfectos, con un pezón rosado y su pequeño lunar en su pecho izquierda que le daba más sensualidad.

- ¡Vamos amor!.. Quítate el chichero, enséñame esos pinches melones, quiero ver tus tetas libres. - dijo el cerdo a mi Madre.

- Por favor Fernando, ..m-mi hijo no tardará en llegar, .. y si nos llega a cachar mira qué..

- ¡Quítatelo o te lo arranco puta!, ..¿lo quieres por las buenas o por las malas?.

Ella asustada por el cambio repentino del carácter de Fernando lo hizo, cumplió sus deseos con diligencia. Ya se encontraba sin la blusa que cubría aquella parte de su cuerpo. Desabrochó el corchete de la espalda y bajó una tira primero, luego la otra. Noté el considerable tamaño de sus pechos cayendo sobre sus manos, quien trataba de cubrirse lo más que podía, en un intento vano por al menos sentirse un poco menos expuesta ante la penetrante mirada de su invitado, trataba de mantener su dignidad lo más que pudiera. La finísima prenda no cayó por completo, si no que permaneció algo ajustada sobre sus senos y no fue así, si no hasta que haciendo por terminar con esa tortura lentamente se fue deshaciendo de su íntima prenda, hasta que dejó libres ese par de pechos enormes que me amamantaron cuando era pequeño.. Nunca pensé que mi Madre tendría razonable tamaño de busto, sin embargo en esta ocasión me parecían más grandes, más carnosos y curvilíneos que cuando la veía con esas blusitas cuando andaba por la noche. Mamá trataba inevitablemente de cubrir sus senos con sus pequeñas manos, pero sus enormes pechos parecían querer saltar libres de sus manos.

- ¡Perfectas!, son perfectas ..todavía mantienen su firmeza.

Fue lo último que le alcancé a escuchar antes de que ese viejo asqueroso se acercara a mi Mamy y comenzara a besuquearlas y restregarse contra ellas mientras que las apretujaba fuertemente entre sus robustas manos, como si quisiera ordeñarlas en busca de algún rastro de leche que después de haberme amamantado ya hace muchos años pudiera haber quedado.

No suficiente con eso y para la pisoteada dignidad de ella, tomó uno de sus pechos con la mano y lo cargó cómo si quisiera adivinar su peso. Continuó haciéndolo así por varios segundos hasta que los pechos de mi Mamy palpitaban por el inesperado flujo de sangre que tan tosco masaje les había producido, sus pechos parecían querer estallar entre sus manos y boca mientras el desgraciado se deleitaba; cuando afortunadamente para ella él detuvo su ataque para continuarlo únicamente con sus labios que se alternaban entre mordisquear y succionar sus pezones; en tanto que sus manos ya se dirigían hacia sus pantaletas para hurgar en su interior.

- ¡No Fernando por favor, no lo hagas!.- Le detuvo la mano que ya intentaba colarla por debajo de las bragas.

- Quédate así y no te muevas.

Se arrodilló frente a ella, separó ligeramente sus piernas y desde abajo contempló su cuerpo. Posó las manos sobre sus rodillas y fue acariciando sus piernas hasta llegar a la cadera donde se entretuvo antes de continuar su viaje ascendente hasta llegar de nueva cuenta a sus pechos, con los que se llenó de nuevo las manos. Los apretó y manoseó, rozó sus pezones con los dedos y los sostuvo entre ellos. Mamá miraba hacía el retrato de mi Padre casi llorando. Después volvió a deslizar las manos hasta las caderas. Comenzó a jugar con las costuras de sus pantaletas, deleitándose de las trasparecías de estas y como su pubis, cubierto por un enmarañado vello entre dorado y rojizo se traslucía entre la tela. Cuando hubo tirado del elástico contempló por dentro. Era imponente. Fernando, totalmente excitado, estaba absorto en lo que veía, el deseo de aquel cuerpo era más fuerte que la más poderosa de las razones o la cordura. Posó su mano sobre su pelvis y palpó su mullido bulto. Arrodillado entre sus piernas acercó su cara al pubis y acarició sus mejillas con él. Metió toda su carota entre las piernas de mi Mamy y absorbió el aroma, la besó, cada vez con mayor deseo hasta que el aroma de la intimidad quedara impregnado a él. Después comenzó a subir hacia sus pechos que también besó, lamió y chupó. No podía más, colocó su exagerado bulto en la entrepierna de mi Mamy empujo suavemente, luego con un simple cachetazo en uno de sus glúteos le dijo, o más bien le ordenó:

- Ahora quiero verte caminado por toda la habitación, ..anda, quiero ver cómo se mueven todas tus carnes ¡Je, je!..

Dicho esto se sentó en el sofá dónde mi Padre solía revisar el periódico o sus asuntos importantes de oficina por las mañanas, era un sofá rustico, con empuñaduras forjadas a mano, una preciosa obra de arte de la mano de un artista en el uso de la madera, el desgraciado ahora lo usaría como asiento en primera fila para la forzada y no consentida pasarela que pretendía que ella hiciera.

- Aquí estaré más cómodo ¡Je, je!..

El desgraciado marrano se dejó caer sobre el sillón cómo costal de papas, comprobando la maravillosa comodidad que esa obra de la carpintería había esculpido. Se aflojó el cinturón y se sacó unos botones de su camisa, dejando a la vista unos cuántos pelos salidos de su pecho. El desgraciado no solo disfrutaba el exquisito panorama que le ofrecía mi Madre semidesnuda, si no que disfrutaba humillarla y darle en cara que ahora él era el que mandaba, se deleitaba en pisotearle la dignidad y se regodeaba al ver que su amor imposible, aquella mujer que siempre lo trataba y miraba con desprecio, ahora se ahogaba en llanto y le suplicaba respeto.

- ¡Ándale Mónica, ¿no que tenías prisa? !, ..si no, tu hijo no tardará en llegar y te mirara así. Buen ejemplo dará su Madre ahora que su Padre ya no está. - Seguía burlándose el maldito.

Mi Madre no tenía más, si quería salir de esa situación humillante rápido tenía que actuar ahora. Resignada empezó a modelar por toda la habitación su ropa interior, usando sus mejores pasos de modelaje le dio varias vueltas cerca de Fernando, cuando pasaba por un lado del marrando este le soltaba un cachetadón en sus nalgas, “¡SPLASHHH!!!” lo cual hacía que mi Madre sólo diera un pequeño brinquito por la sorpresa y el dolor, la mano de Fernando quedaba dibujada perfectamente sobres sus pompas, que poco a poco se iba borrando sólo dejando una mancha roja en sus glúteos, ya que la piel de mi Madre es muy blanca y suele ponerse colorada con facilidad.

- Ahora ponte ágatas, ..te quiero ver cómo una perrita. ¡Guuauu!! ¡Guuau!! ¡Je je je!..

Esto ya era demasiado, créanme que me dieron ganas de bajar e ir por la pistola que Papá guardaba con seguro en su despacho, pero cuando pensaba en esto, observé como mi Madre, sin decir nada ni reclamar ya nada, cerró sus ojos y totalmente humillada y pisoteada se puso en cuatro patas, desde dónde me encontraba podía ver cómo sus mejillas se le inundaban aún más por esa humillación, este desgraciado la estaba denigrando de la peor manera. La pobre se paseaba sobre la alfombra a cuatro patas, sintiendo cómo su orgullo era pisoteado por este desgraciado que la estaba chantajeando.

- Hey perrita ven, “guau, guan” ..te quiero dar tu premio por obediente ¡Je je je!..- Le decía el malnacido golpeándose la rodilla para que mi Madre fuera hasta él cómo una mascota.

Mi madre se dirigió hacia él, haciendo un intento de levantarse.

- ¡Hey, no te levantes!, ..así ágatas cómo estás, ven aquí. Y contonéate cómo gata en celo “Miauu, miauu” ¡Je, je, je!..

La flamante y Gran Señora de Tapia tuvo la terrible humillación de cruzar toda la habitación de rodillas, con las mejillas cómo tomates apenada por lo que estaba sufriendo; se dirigió hasta dónde se encontraba Fernando sentado, y así cómo él le había ordenado tuvo que mover las caderas cómo si de una gata en celo se tratara. Se sitúo frente a Fernando esperando nuevas órdenes cómo si realmente fuera su dueño. Como una mascota mi Madre esperó hincada sobre el piso a que Fernando le ordenara otra cosa, este estiró su brazo y le palpó de nuevo los pechos, ya que le colgaban cómo una fruta sobre un árbol por la postura en que se encontraba; estuvo manoseándolas un buen rato cómo si estuviera ordeñando vacas.

Yo me encontraba totalmente absorto observando la escena, viendo como ese viejo desgraciado le estaba tocando las partes privadas a mi Mamy.. yo, no sabía que hacer, que debía hacer, por favor alguien que me dijera que hacer. Pero extrañamente Mamá ya no se resistía a ser tocada por ese cerdo, es más me pareció verla cooperar, no se oponía al contrario, sentía las toscas manos en su cuerpo y parecía que le pedía que se las tocara con más rudeza, el viejo al no escuchar más reclamos por parte de ella paró de manosearla separándose de ella, levantándose y mirando que su cuerpo estaba totalmente sudado y caliente.

- Te voy a mostrar algo que nunca has visto, Mamacita ¡Je je je!..

Mamá estaba inerte sin saber que era lo que ahora se proponía ese cerdo, se había quedado de rodillas justo enfrente de él, viendo cómo se desabrochaba el pantalón, ante mi asombro y el de mi Madre, Fernando se bajó el cierre del pantalón, a lo que ella deprisa se levantó…

- .. ¡A NO!!! eso sí que no, ..¡No te la vas a sacar aquí!

- Mira Mónica, me estoy cansando de tus jueguitos tontos, ..o vienes y me la chupas, o pasaras muchas navidades sin tu pequeño querubín.

- ¡P-por favor Fernando!, eso no… m-mira que me da mucho asco hacer eso, ..a-a Rodolfo nunca se lo quise hacer. ¡N-no puedo de verdad! - Le suplicaba ella.

- Nadie dijo que sería fácil, ..tendrás que sacrificarte por tu hijo ... Anda ven ya, ..haber gatita aquí tiene su mamilita ¡Je je je!..

¡No lo podía creer, ese asqueroso viejo quería que mi Mamá, .. que mi Mamita se la mamara!!, que le hiciera una felación en su habitación, en ese recinto matrimonial donde mi Padre, .. donde ella y él se demostraban su amor como una pareja feliz, como la pareja perfecta que yo siempre vi y soñaba con tener; Mamá y Papá siempre fueron perfectos para mí, tan dedicados hacía mí, mi Padre tan inteligente, uno de los Empresarios más prestigiosos de este País, mi Madre tan dedicada, tan perfeccionista en todo, tan cuidadosa hacía nosotros, tan hermosa, que con una simple mirada podría matar o podía derretir el más duro de los hielos, ..ahora estaba en una encrucijada, degradarse a hacer lo que le ese cerdo le demandaba o insultarlo y sacarlo a patadas de la casa, después con Abogados meterlo a la cárcel por su insulto y no verlo nunca más, .. pero Fernando también era muy inteligente, no por nada era el Contador de la Empresa de mi Padre, de los pocos Contadores aviles capaces de moverse por todo el País y el Extranjero, seguro que ese desgraciado ya venía planeándolo todo, seguro que ya tenía un As bajo la manga. Mamá debía de estar pensando lo mismo porque se daba cuenta de que no tenía más opción, al menos por ahora, ..si quería tenerme a su lado tenía que hacer todo lo que este malnacido se le antojara, tenía que sucumbir ante los caprichos y las perversiones de este hijo de Puta.

Así que decidida y consciente de que lo que hacía lo estaba haciendo sólo por su hijo, respiró profundo y tímidamente se fue colocando, si quería que no me alejan de su lado tenía que hacer todo lo que Fernando le ordenara. Se acercó tímidamente hasta colocarse de nuevo de rodillas frente a Fernando. Y ahí se quedó sentadita sobre sus rodillas esperando instrucciones. Fernando también se quedó inmóvil esperando…

- ¡Y que!, ¿qué esperas?.- Le dijo el maldito ya impaciente.

- P-pues a que te lo saques ..- Le respondió mi Madre algo inocente.

- No, no, no Móniquita, ..no has entendido bien, tendrás que ir tú sólita aprendiendo a tratar a tu macho. ¡Tú sácalo!, ..es tu alimento de ahora en adelante, ¡Je, je, je!.. Carne en barra ¡Je, je!..

Mi Madre volteó a verlo algo incrédula, todavía no creía lo que el tipo le estaba ordenando. Lo miró intrigada, cómo diciéndole si era enserio lo que le estaba pidiendo, pero él bastante impaciente le tomó su delicada mano y se la puso sobre su enorme bulto.

- Tómalo es tuyo. Vele tomando cariño, ..pues será con lo único que juegues de ahora en adelante.

Ella comprendió que el desgraciado no jugaba, en realidad quería que ella sola se encargara de sacarle su cosa para que se la chupara, la estaba tratando cómo la peor de las Putas, cómo una simple fulana que vende sus caricias en callejón. Resignada y volteando tímidamente a la puerta cuidando de que yo no apareciera, con mucho cuidado y con un asco inmenso que se le formaba en su estómago abrió el cierre de su pantalón para después meter su delicada mano dentro de su prenda para buscarlo, cuando sintió algo dentro abrió los ojos como platos y exclamó:

- .. ¡OH POR DIOS!!, ..¡QUE ES ESTO!!! - Exclamó mi Madre con sus ojos bien abiertos al sentir ese animal.

- ¡Je, je!.. Ahora vas a saber por qué mi mujer me huye por las noches ... - Mamá no podía ver que había ahí por la camisa que lo tapaba, Fernando la levantó para mostrarle una cosa llena de venas, toda gruesa y larga, con una punta roja en forma de hongo y en su orificio un líquido trasparente goteaba haciéndola brillar.

Mamá quedó impactada al igual que yo, nunca había visto cosa semejante en un hombre, en un acto reflejo se tapó la cara con sus manos, Fernando miró a mi Madre que le pareció graciosa su actitud infantil al ver su garrote; le sujetó la mano para volver a colocársela sobre su cosota, ella no tuvo más remedio que abrir los ojos para ver, que era esa cosa enorme que salía del pantalón de ese hombre. Dicho eso, mi Madre temblorosa y sumamente asustada, sacó de ese pantalón un pedazo de carne enorme, esa cosa era completamente peluda con unas enormes venas que abrazaban todo ese monstruoso falo; viéndolo desde dónde yo me encontraba era de ancho cómo mi brazo o quizás más. Mi Madre sorprendida por el grosor de esa cosa no podía abarcarla con la mano, era realmente ancha, mi pene era insignificante al lado de esa cosota. Ella se quedó con los ojos bien abiertos sin poder reaccionar, seguramente pensando en cómo un hombre cómo él podía tener “eso” entre sus piernas, y cómo ella tan delicada podía albergarlo.

- ¡E-esto no puede ser posible!!!, ..¡por dios que es esto!! - Se repetía así misma sin poder todavía creer.

- ¿Te gusta?, .. mi mujer todavía no puede acostumbrarse a él, .. en ocasiones dice que piensa que esta con un caballo. Pero anda, tómalo mi amor, ..así con tus manitas blancas y bien cuidadas, con esas manitas que acariciabas a Rodolfo ¡Ohh! - El desgraciado guio las manos de mi Madre, ella tomó la verga y la apretó, no lograba cerrar su mano en su totalidad, Fernando comenzó a bajar y subir las manos de ella enseñándole como debía hacerlo. - Así, siéntelo, disfruta cada centímetro, pálpalo, ..verás cómo vas a disfrutarlo.- Mamá ni le escuchaba, no podía dejar de mirar lo que sus manos le hacían a ese grueso mástil de carne.

Fernando soltó sus manos y disfrutaba al verle, ella por si sola se guiaba acariciando ese grueso tolete, lo miraba incrédula mientras lo masturbaba.

- ¡Je, je, je!.. ¿Te gusta?, ..y te falta ver los güevos, Mamita.

Fernando se abrió todo lo que pudo la bragueta, metió toda su mano dentro y sacó todo el resto de su aparato para mostrárselo. Dos enormes aguacates llenos de pelos salieron de ese pantalón, este infeliz era muy peludo parecido a un gorila, a mi Madre se le podía perder fácilmente la mano dentro de ese matorral de pelos.

- Anda querida, ..bésame los güevos. Que están llenos de yogurt para que no te falten vitaminas ¡Je, je, je!..- Le decía el maldito apretándose de la base sus enormes bolas para hacérselas más grandes.

Pero Mamá no reaccionaba, seguía sin decir nada, los órganos genitales de ese hombre eran cosas de otro mundo, sin duda que causaba el mismo efecto en todas las mujeres. Gordo, chaparrón y con el cuerpo lleno de asquerosos vellos, este sujeto bien podría pasar por un animal o aborigen si lo vieran desnudo dentro de una jungla, Fernando sí que era una persona desagradable. Mi Madre miraba embobada su tripa y esos gordos güevos !Dios!! Que cosa tan grande¡ Ella no podía soltar la mano parecía querer resistir en tocarla, como asegurándose de que aquello fuese real. Aquellos pectorales bofos, aquella pansa cervecera y comida en demasía.. papada, cachetes y sus horribles pelos saliéndole de todas partes de su cuerpo, sin duda que era asqueroso, sin mencionar que sudaba como cerdo. Ella tontamente enajenada subió la mirada para verle. Fernando sonrió comprensivamente, iluminando su cara una amplísima sonrisa. Obviamente, estaba acostumbrado a causar la misma impresión en las mujeres.

- No te quedes ahí embobada cariño, ..anda, bésame los güevos para que podamos empezar.- Mamá lo miró absorta, como sin entender. Tal era tal su sorpresa que le había despertado.- Dale unos besitos a cada uno no seas tímida, salúdalos ellos están contentos de conocerte ¡Je je je!...- Le decía el muy canalla acercando los aguacates a su cara.

- ¡Fernando, no me obligues a eso por dios! ...- Mamá por fin reaccionó.

- ¡Que lo hagas chingado!, ..¡ya me estas hartando!!

El tipo la tomó de la nuca y la repegó a sus dos sacos de esperma violentamente sobre el rostro, embadurnándoselo de su horrible hedor y sus asquerosos pelos. Mi Mamy con el asco y la humillación que todo eso significaba no le quedó de otra que tomar los güevos con las manos, sus delicadas manos acariciaban esas enormes bolsas arrugadas llenas de leche. Cerró los ojos y con la cara completamente llena de repulsión abrió los labios para darles un beso de piquito, el viejo suspiro, ella probó el sabor saldo del sudor que les cubría, degustándolo con la lengua para después volver a darles besitos uno detrás de otro.

- Habré tu boca Móniquita, ..déjalos entrar, encúbalos como si de unos pollitos se trataran, ¡Je je je!.. Lámelos así, así cariño.- Mamá entonces abrió la boca lo más que pudo, y de un bocado absorbió uno dentro de su boca, era difícil pensar que ella se prestara para hacer eso, pero el simple hecho de pensar en que sería despojada de su pequeño perdió la batalla en contra de la repulsión que sentía.

Pero al momento de sentirlo en su exigente paladar de prisa lo sacó y empezó a escupir pelos que se había tragado. Fernando gruñó de nuevo. Mi Madre no podía quitarse ese horrible sabor de su boca y esos horribles pelos que se le habían pegado al paladar.

- .. ¡Cofff, cofff!!, No puedo Fernando, ..no me obligues por lo que más quieras.- Le dijo mi Madre reprimiendo una arcada.

- ¡Pero que chingados haces!, ..¿que no sabes ni chupar un pinche güevo?.

- Son peludos. - Dijo Mamá con el rostro convertido en repulsión.

- Sí... sí, que lo son, ..güevos de macho, preparados para descargar... Espera, te enseñaré...- Ante lo abultado de su barriga y con algo de trabajo, Fernando consiguió agacharse para sujetárselos desde la base, apretándolos para que estos más se hincharan. Sujetó a mi Madre de su dorada caballera haciéndole daño, con un odio reflejado en sus ojos le dijo. - Mira Mónica, esto es lo que debe hacerse. - Le dijo, al mismo tiempo que la repegaba sobre sus sacos.

Mamá no le quedó de otra que soportar, dispuesta a no dar paso atrás. Ella con el terrible asco reflejado en su rostro y el miedo por la actitud de Fernando, se volvió a colocar frente a esos dos aguacates maduros. Fernando dirigía su paso, sujetándola por la nuca, incitándola a succionarle las bolas, una y otra vez, a que deslizara su lengua por sus testículos y el escroto, antes de soltarla de nuevo para que ella por si sola lo hiciera.. y empezó a lamerle los güevos, uno por uno, yo veía desde mi posición cómo la rosada lengua de mi Mamy pasaba una y otra vez por encima de esas bolsas arrugadas, la lengüeteaba de tal manera que le peinaba los pelos, dejándoselos empapados.

- !Vaya. . . ¡- Rio el hijo de puta que, no obstante, seguía disfrutando de nuestra humillación.- Parece que no eras tan tontita después de todo, ..y eso de que nunca se lo hiciste a Rodolfo, pues que estúpido. Pero no te preocupes cariño, conmigo vas a aprender a disfrutar de muchas cosas. Yo estoy acostumbrado a follar con todo tipo de mujeres, en callejones por dinero o modositas como tú, ..luego tendrás que ir aprendiendo para complacerme.

Ya sin la presión de las manos de Fernando apretando su nuca, mi Madre quedó un rato sola lamiendo ese par de pelotas, dejándole los güevos brillosos y sus pelos bañados de la baba que producía. Quizás ella pensó que con eso bastaría, hasta que Fernando la apartó.

- Ya, ya cariño, ..ahora le toca a mí verga. Chúpame la corneta.

Arrodillada como se encontraba no le costó mucho trabajo a Fernando sujetar su grueso falo y pasárselo por los labios. ¡No podía creer cómo habíamos llegado a esto, mi altiva y arrogante Madre ágatas iba a chuparle la verga a un empleado de Papá y yo a escasos pasos nada más viéndolos!!, no entendía cómo habían cambiado nuestras vidas en tan sólo un día. Ella totalmente sumisa se le quedó viendo al cipote con cara angustiada, tal vez pensando cómo iba a lograr albergar tremendo pedazo de carne dentro de su boquita, (ya que mi Mamy no es de boca muy grande). Resignada y completamente decidida a su enorme sacrificio por mantenerme a su lado, tomó con su manita el tronco y lo fue dirigiendo hacía sus rosados labios, tuvo que abrir al máximo la boca para lograr que entrara la punta de esa manguera.

- .. ¡Nogh!! ¡mehg!! ¡cagehg!! - Logró decir con su boca completamente abierta y llena de carne.

Yo sentí que la sangre abandonaba mi rostro dejándome pálido después de lo que estaba presenciando. Una parte de mí sospechaba que Mamá ya había hecho ese tipo de cosas con mi Padre, pero confirmarlo así, con otro hombre que no era él fue un shock para mí. Además, jamás habría esperado un comportamiento así por parte de ella, para mi ella era sagrada, la mujer perfecta, el tipo de diosa que uno cree que solo existe en el cielo. Por lo que cuenta Mamá dice que no fue muy noviera, si acaso una relación muy corta antes de comenzar a salir con mi Padre, y le había parecido un muchacho bastante agradable por eso enseguida decidieron casarse.

- Aaghh aagghhhhh!- Se escuchaban ruidos que salían de su boca bloqueada.

- ¿Que dijo mi gatita?, ¡ah, mira!, ..primero debes desenvolver el chocolate hacía atrás para luego degustarlo.

Dicho esto, mi Madre con las dos manos hecho el cuero hacía atrás logrando que el glande se pelara por completo. ¡No lo podía creer, apareció un enorme hongo de color guinda!! ¡La punta de la cabeza del falo era del tamaño de mi puño!! Ese enorme hongo pelón apareció frente a mi Madre. Pero al parecer Fernando no mantenía mucha higiene, ya que mi Madre al estar muy cerca de él, percibió un extraño olor que enseguida se lo comentó a su dueño:

- ¡Hu-huele muy feo!, ..quizás deberías irte a lavar, aquí te espero.

- ¡Je, je!.. No te preocupes cariño, ..las Putas que me cojo dicen que me huele a camarón ¡Je, je, je, je!..- Fernando se descapulló hasta atrás dejando ver abundante líquido pre seminal rodeando más su glande, con algo de color blanco que parecía la suciedad de una mala limpieza de la zona.

La mano de mi Madre tenía restos de líquido pre seminal y bastantes pelos, trató de limpiarse en la alfombra pero él le cogió la mano y se la hizo llevar a la boca.

- No puedo, ..huele horrible, por favor no me obligues. ¡Es asqueroso!

- ¡Hazlo!, ..no te lo estoy preguntando, ¡te lo estoy ordenando!

Mi Madre volteó a verlo con la mirada suplicante, pero sólo encontró la sonrisa maquiavélica del gordo que con su dedo le apuntaba a hacía su mano. Con todo y el asco que reflejaba hacer eso, mi Mamy no tuvo rechazo en lamerse la palma de su mano, con restos de nata de las pasadas estimulaciones; la pobre se llevó en su lengua resto de sociedad de la verga de Fernando. El sabor debía ser fuerte y asqueroso, pero no tenía de otra más que acabar pronto. Al sentir lo espeso y amargo de esa suciedad se le deformo su rostro haciendo horcajadas, sus hermosos ojos celestes se le pusieron rojos y empezó a escupir con ganas de devolver el estómago. Ella no estaba acostumbrada a eso, mi Mamy siempre fue muy limpia y mi Padre también, estaba acostumbrada a la completa higiene, siempre fue fanática de la limpieza personal, tanto así que si yo no me lavaba las manos no podía ni tomar una fruta de la mesa.

- ¿Qué no te gustó?, .. ¡Maldita Zorra!, ..pero ahorita vas a ver. ¡Chúpamela!!

- Deja que te limpie primero, por favor.

- ¡Que la limpie ni que la chingada, ..ahora la limpias pero con la lengua !!- Mamá se quedó paralizada por un instante pero Fernando levantando el brazo en forma de amenaza le hizo ver quien mandaba.- Última vez que te digo, haces todo lo que yo digo o me llevó a tu escuincle lejos.

Fernando bastante enojado por el rechazó de mí Madre hacía su capullo, la agarró por la nunca y le dijo:

- ¡Abre esa maldita boca !!

- ¡Por favor Fernando, ..de veras que no puedo !!

Ella miró los ojos de Fernando y este se encontraba realmente molesto, tenía la cara como de diablo, es más, hasta a mí me dio muchísimo miedo de que fuera a lastimarla. Con el miedo reflejado en su rostro, Mamá no pudo más que seguir sus instrucciones y disponerse a limpiar el capullo de ese cerdo con la lengua. Tomó el pene por el tronco y dirigió ese tremendo falo directo a su boquita, la abrió todo lo que pudo, el contacto de esas sustancias en su lengua y el fuerte sabor la hicieron tener arcadas, pero trató de juntar mucha saliva para disminuir el mal sabor, por desgracia tenía la boca reseca de tanto llorar. Cuando su lengua rodeaba el capullo de ese cerdo, la cosa se ponía más dura como una roca; Fernando se impacientó y adelantó sus caderas para meterle su cosa a la boca de mi pobre Mamita.

Ella cómo primer reacción trató de echarse hacia atrás al sentir ese tremendo agresor rosarle las anginas, trataba de liberarse pero el malnacido no la soltaba por la nuca.

- ¡Así te vas a quedar hasta que te acostumbres al sabor desgraciada!, ..a ver si para la otra lo vuelves a rechazar.

Mi Madre no tuvo otra opción, ya que el desgraciado la mantenía firme agarrada por la nuca. La pobre tenía bien abiertos los ojos sintiendo todo ese monstruo en su cavidad bucal, de pronto se le empezaron a nublar los ojos ya que no podía ni respirar, trató de dar horcajadas pero este infeliz no la soltaba, ella se estaba ahogando pero Fernando sin misericordia mantenía firmemente sus manos sobre su nuca, hasta que sintió cómo mi Madre se desfallecía por asfixia y solamente así la soltó; ella quedó tirada escupiendo baba y agarrando el máximo de oxigeno con sus pulmones.

- ¡Cofff!, ¡cof! ¡ha!! ¡haaa!!

- ¡Ya ves que si puedes!, ..haber tu sólita. Ya me la limpiaste, ..se te será más fácil.

- ¡Argh!, .. Dame un poco de agua que tengo la boca seca.- Apuntó a una jarra de cristal que Mamá siempre tenía en una mesita.

Pero Fernando no se la dio, la sujetó del cabello y le hizo echar la cabeza hacia atrás para abrir la boca. Ella no podía creer lo que iba a pasar pero no podía resistirse. El asqueroso dejó caer gran cantidad de su repugnante saliva desde su boca a la de mi Madre, y antes de que ella la fuese a vomitar o la escupiera fruto de una arcada, el desgraciado le volvió a meter su carne gruesa en la boca. Cuando Mamá trató de zafarse él comenzó un mete saca violento en el interior de su boca. Mi pobre Mamita con los ojos en llanto lo miraba mientras lo hacía. Cada vez se la metía más profundo. A veces se la sacaba y le golpeteaba la cara con eso, otras veces le dirigía para que con su lengua lamiese toda su longitud hasta sus horribles güevos. Yo me sentía a punto de llorar pero no podía moverme de ahí, por muy mal que la estuviera haciendo pasar. Mi hermosa Madre tenía la verga del empleado de mi Padre en su boca, y para colmo de males al ser que más detestaba de todos, para su propio orgullo en su propia recamara, su preciado recinto matrimonial, ya no podía rebajarla más. Se sentía aún peor estar rodeada de todos los recuerdos de su adorado Esposo, el hombre que más la amo y que jamás la hubo lastimado ni con el pétalo de rosa.

- ¡Pero mira nomás como chupas esa tranca, ..si hasta parece que los has hecho toda la vida!! ¡Jajaja!.. Acostúmbrate a su sabor que de esto comerás todos los días.

Mamá sacaba fuerzas de flaqueza para evitar llorar más y darle más placer a ese hijo de la gran puta que parecía disfrutar más y más cuanto más la humillaba. Cuando el desgraciado se cansó de estar de pie, se volvió a desparramar sobre el sillón de mi Padre, colocó sus asquerosas y sudorosas nalgas desnudas sobre este, jamás me volvería a sentar sobre él, ni aun que ese mueble me trajera tantos recuerdos de mi Padre. El corazón me latía con fuerza. ¡Esto era una pesadilla! ¿Cómo podía ese desgraciado aprovecharse de esa manera? Ni siquiera porque Papá lo había sacado de la miseria. No sé qué fue lo que hizo que Papá confiara tanto en él si es un ser despreciable. Claro que Fernando era muy bueno para los números y la administración, pero no pensó que fuera tan… tan desgraciado.

No sé si el olor a orín ya casi había desaparecido, pero estoy seguro que el mal sabor no se movía, y más aún con los escupitajos en su boca que una y otra vez vertía ese cerdo sobre ella. Mamá se sentía humillada a más no poder y es que la situación era cada vez más penosa. Mientras su boca y sus labios envolvían el tronco de la verga de Fernando, esté se encendía un abano y echaba bocanadas de humo como triunfador. El miserable se echó su cosa sobre la barriga dejándole acceso a los güevos sudorosos y malolientes para que ella también los lamiese. La piel velluda de esos aguacates era otra humillación mientras los envolvía con sus labios. El desgraciado le obligaba a lamer y a chupar, a succionar e introducir alternativamente los tanates en su boca mientras se masturbaba.

Por extraño que parezca cada mi Madre ya no sentía tan asco, tal vez por el miedo a que Fernando se enojara y la obligara hacer cosas cada vez más humillantes. La pobre, sacrificándose por mí le lamia todo el tronco hasta el capullo, bajaba hasta los güevos y los lamia cómo él le había enseñado, meneaba la verga con su manita izquierda mientras le daba unos besitos sobre el repugnante capullo; tal vez quizás Mamá trataba de hacérselo lo mejor que podía para que todo eso terminara enseguida y así el desgraciado ese se marchara de una vez, pero este malnacido no tenía prisa alguna, quería seguir disfrutando a mi Madre a sus anchas, sin prisas, quería gozar y humillar a la mujer de su Ex-jefe, la que le fue indiferente durante tantas veces.

- Haber bonita mírame a los ojos, ..quiero ver esos tremendos ojazos azules mientas me la chupas, ..quiero ver cómo disfruta la Señora Tapia de su nueva verga ¡Je, je, je!..

Esto era cada vez era más vil y más bajo para Mamá, con su boca completamente llena de la cosota de Fernando volteó hacía arriba a verlo a los ojos, totalmente humillada deslizaba el glande por sus carnosos labios sin quitar la vista hacía su captor, sus ojos azules se encontraban rojizos y llenos de lágrimas tras la humillación que estaba siendo obligada. De vez en cuando le hacía sacar la lengua para golpearle con su cosa en ella y le hacía seguir el capullo y chuparla mientras se la apartaba, como si fuera ella la deseosa de hacérselo.

- Ahora sí, sin manos Mónica, ..quita tus manitas, sólo quiero que uses tu boquita gatita ¡Je, je, je!..

Ella obligada y sin saber que era lo que le tenía planeado ese desgraciado bajó los brazos colocándolos sobre sus rodillas, de esta manera sólo su boca era la que la mantenía unida a Fernando, pero este desgraciado tenía otros planes, esperó a que Mamá empezara con su movimiento de cuello para satisfacerlo cuando este apretó sus piernas atrapándole la cabeza, la tenía bien sujeta del cuello, hacía cómo una pinza con sus piernas, impidiendo que Mamá sacara la tranca o moviera su cabeza. Ella volteó a verlo asustada no sabía que pretendía este desgraciado y el muy canalla le dijo:

- ¡Fondo Mónica, ..quiero ver hasta dónde eres capaz de llegar!!

Y diciendo esto apretó sus piernas hacía él haciendo fuerza, lo que atrajo la cabeza de mi Mamy hacía su descomunal miembro, haciendo que le entrara un buen pedazo de su cosota en la garganta.

- ¡Maás, máss!! .. Tú puedes Mónica cométela ¡todaaarrgghhh!!- Decía el infeliz haciendo fuerza con sus piernas, sintiendo cómo su descomunal miembro ensanchaba la garganta de Mamá centímetro a centímetro, mientras que ella trataba inútilmente de decirle que no con la cabeza.

Ella trató de zafarse pero su esfuerzo no fue suficiente para mover las anchas piernas de Fernando de su cuello, el muy infeliz no complacido con eso le apretó la nariz con sus manos impidiendo que pudiera tomar aire, fue entonces que ella tuvo que abrir más aún la garganta buscado oxígeno, pero lo único que encontró fue otro pedazo más de la tranca de Fernando que le entró por la garganta. Ella lo miraba desde abajo con sus lindos ojitos azules ahora sonrojados por el terrible esfuerzo que estaba haciendo, ella sintiendo toda la verga en su garganta trató de dar sus últimos esfuerzos para liberarse, se miraba cómo un pez sin agua. Ya cuando mi Madre volteaba los ojos cómo queriendo desfallecer este la soltó.

- ... ¡Arrrghhhhh!!! Coffff, cofff... ¡Arrgghhh!! .. Maldi.. Arghh!!

- Ooh!!, así, así, ¡hasta el goguete linda!! ... Ahora ya te gusta, dime cosas de puta ¿te gusta mi verga verdad?

Fernando la soltó, Mamá se separó enseguida necesitaba aire. Ella se encontraba en el suelo con mucha baba escurriéndole de la boca, por poco y este desgraciado la asfixia, ella trataba de recoger lo máximo de aire con sus pulmones, tratando de regularizar su ritmo cardíaco.

- Ya vez, ahí la llevas, ..te entró poquito más de la mitad. Cuando termine contigo podrás tragar cualquiera que te lo propongas ¡Je, je, je!.. Vas a ser una tremenda chupa pollas ¡Je, je!..

- Coff, cof... ¡HAA!! ¡HAAA!! .. ¡Canalla, ..Ah!, no vuelvas hacer eso! ¡cof, coff!!

- Haber ya, ya, ..ven acá que todavía no terminas.

La imagen de Mamá estaba deplorable, se encontraba desalineada, llena de sus propias babas, sus mejillas sonrojadas con sus lágrimas secas, sus ojos bastante enrojecidos, ligeramente despeinada por los jalones de Fernando, se miraba tan maltratada cómo si la hubieran violado un batallón de infantería. Ella cómo pudo se volvió a poner sobre sus rodillas delante de Fernando totalmente sumisa. Una vez recuperado el aliento el desgraciado volvió acercarle el glande para metérselo en la boca, sorprendiéndome ahora que ella ya no dijo nada ni impidió que lo hiciera, hasta parecía que con gusto se dejó hacer lo que Fernando quería. El infeliz la tomó de las orejas y comenzó a hacer movimientos despacio, como haciéndoselo por la boca, su cosa se introducía más y más haciendo que Mamá soltara abundantes babas; ella que no se explicaba cómo podía estar soportando todo aquello lo miraba desde abajo, humillándose más al verle las asquerosas facciones del rictus de placer que tenía el viejo. El infeliz le metía gran cantidad de su cosa pero para él no era suficiente y le empujaba para tratar de que se la tragara entera, cosa que para la pequeña boquita de mi Mamy era imposible. Solo se la dejaba sacar cuando las arcadas le hacían perder el aire y entonces era ella misma la que tenía que retroceder para tomar oxígeno, lo que provocaba que una espesa baba al separarse iba desde la cosa de Fernando a su boca.

Con todo su rostro desecho y deplorable, y cómo si eso no fuera poco todavía, Fernando le colocó la verga sobre la cara, ¡el glande de ese desgraciado era impresionantemente grande!!, la verga le colgaba por la frente, ¡tenía su cosota más grande que la cara de Mamá!! La punta le colgada por la frente y los güevos de ese maldito quedaron justo en la boca de Mamá, ella trataba de respirar pero los bellos de los güevos se lo impedían. Fernando retiró su descomunal miembro y la empezó a bofetear por todo el rostro. Ella sólo cerraba los ojos y aguantaba ahora sí que los vergazos ( Como vulgar mente se usa ). “¡PLAF!! ¡PLAF!! ¡PLAFFF!!”

- Mala, mala, gatita mala, ..de aquí en adelante este pedazo va a ser lo único que te va a llenar Móniquita ¿has comprendido? ...

Entre golpe y golpe quería que Mamá le respondiera.

- ¡Auch!! si... ¡Ouch!!

Le dio unos cuántos macanazos más y le volvió a meter la tranca en la boca, con la verga en la boca quería seguir humillándola, quería que Mamá le contestara…

- Haber cariño, ..¿de quién es este pedazo que te estás tragando?

- ¡Glogghhh!! guhggg… ggaaahh…- Por lo que le entendía le decía que suya.

- ¿De quién?, ..no sé qué dices bonita.- Se burlaba el muy maldito.

- Geggg.. Feggganggo…- De Fernando le entendía.

- Bien mi amor, ya vas comprendiendo ¡Je je!.. ¿Y yo que era de tu Marido antes? ...

- Guggg engggleaggooo…- Por lo que podía deducir mi Mami le contestó “su empleado…”

- Pues desde hoy soy la verga que te va a llenar todos los días, ..¿qué te parece?. No me das las gracias ...

- ¡Glag, giiashhh! ...

- De nada amorcito, ..sigue chupando ¡Je je!..

El muy infeliz trataba de humillar a Mamá lo más que podía y sabía que de ahora en adelante la tenía en sus manos para hacerle lo que quisiera y a la hora que se le antojara. Como todo un triunfador acariciaba la sedosa cabellera de Mamá con las manos, alborotándosela aún más, Fernando estaba feliz, todos sus planes se habían completado a la perfección, si estoy seguro que todo eso del notario el desgraciado ya lo había preparado desde mucho antes. Yo me se sequé el sudor de la frente. En el fondo de mi mente una vocecita me decía que me alejara de la ventana antes de que nuevas y alarmantes revelaciones me hundieran aún más. Pensé también en llamar a la Policía y suplicarles que vinieran a salvar a mi Madre. Sin embargo no hice ninguna de las dos cosas. Mis manos seguían aferradas con fuerza a la escalera donde estaba trepado, mis ojos fijos en el vidrio. Mientras Mamá se la chupaba el tipo se regocijaba diciendo:

- ¿Sabes?, recuerdo cómo me mirabas con superioridad frente a tu Marido, ..cómo si todos los demás fuéramos basura, cómo si todos valiéramos menos. ¡Pues mira ahora cómo te miro yo!, ¡Je, je!.. Con mi verga incrustada en el hocico, ..miles de noches soñé con esto, tenerte toda para mí, a la hora que se me ocurra encularte ¡Je, je!..

Pasaba su verga de una mejilla a la otra por dentro, estirándoselas al máximo, se lo sacaba y la cacheteaba nuevamente embarrando aún más el rostro de mi hermosa Mamy, embadurnándose de sus mismas babas. Así estuvo un buen rato.

- ¿No esta tan malo después de todo no?, ..¡Dilo!!

- .. No.- Dijo entrecortada.

- ¡Qué Puta eres! Ja ja ja..- Mamá chupaba los güevos de ese cerdo, y no se podía sentir más humillada, o eso creía ella.

- ¿Sabes lo que nos gusta más a los hombres?

- No.- Respondió desconcertada.

- ¡Que nos chupen el culo!

- ......- ¡Mamá no lo podía creer y mucho menos yo!!

- ¡Chupa con la lengua!

El asqueroso se recostó más sobre el sofá echando las piernas no sé cómo, con una agilidad y una elasticidad que me sorprendió, las echó hacia arriba y agarrándoselas con las manos quedó en posición, .. sí, tenía el culo del empleado de mi Padre, con pelos asquerosos que olía fatal, sin olvidar su cosa y los güevos por encima. Mamá se dio el levantón y le dijo que eso era demasiado, Pero enseguida Fernando se levantó y la sujetó del cuello, estaba realmente furioso, la amenazó con hacerme daño como volviese a decir que no a alguna cosa que él dijera. Llorando nuevamente no le quedó más remedio que cumplir los deseos de ese enfermo.

- Cuando voy de Putas, me encanta que me chupen el culo. ¿Vas a chupármelo un poco no? Me excita mucho…

- ¡Fernando por dios, no me hagas hacer eso!. - Suplicó tragando saliva.

- Imagina que eres una Puta y te pido que me chupes el culo -. El desgraciado estaba como enfermo -. ¿Quieres chupármelo, Puta?

- Fernando por dios ..- Suplicaba.

- ¿Quieres chupármelo Puta?.. - Volvió a repetir, en un tono más grave.

- C-como tú quieras.- Fernando jaló el mueble para darse la vuelta y subirse a cuatro patas encima de él, con las rodillas en el borde y los pies por fuera.

- No me hagas esperar, ..mira que no quiero hacerle daño a nadie.

Ante esa rotunda amenaza Mamá se animó, no le quedaba de otra, estábamos a su merced, lejos de nuestros allegados e incapaces de reaccionar y pensar todavía. Incrédula se colocó de rodillas detrás de él. Ella tuvo ante sí el gran culo de Fernando, de nalgas carnosas y peludas de un color muy blanco. La enorme barriga le colgaba hacia abajo, al igual que sus asquerosos aguacates que se le balanceaban entre los muslos. Vi que los güevos comenzaban a mecerse porque el asqueroso se había metido la mano bajo la barriga para sacudirse su cosa, sostenía todo el cuerpo con un solo brazo. Mamá sufrió una arcada al acercar su rostro aquel culo, viéndose envuelta en una mueca de asco por el hedor que desprendía. Timorata y asqueada, le abrió las nalgas con ambas manos, descubriendo el fondo de su raja velluda donde apreció el ano, un inmundo orificio de esfínteres muy fruncidos, con pelos ondulados sobresaliendo del interior.

- ¡Anda, hazlo de una puta ves!, ..¡Oh, oh! - Jadeaba el asqueroso mientras se la pelaba.- ¿Qué esperas?.

Mamá primero se chupó el dedo y lo acercó a la superficie rugosa del esfínter. Nunca había hecho nada parecido, es más, jamás se le había pasado por la cabeza que alguien pudiera hacer tal cosa, pero tenía que hacer lo que fuera mientras ese desgraciado nos tuviera en las manos.

- ¡Chupa Joder!- Asustada, Mamá se lanzó de golpe a lamer ese culo tan repugnante.

Le pasó la lengua por encima apartando los pelos. Fernando jadeaba como un cerdo mientras se masturbaba. En varias ocasiones Mamá bajó la cabeza y boca hacia los güevos para lamérselos, buscando compensar y no estar obligada hacer aquella vil asquerosidad, pero él le volvía a subir la misma hacia su culo. Por más que tratara ella de evadirlo se sentía en la más absoluta humillación, el asqueroso sabor de ese culo se le impregnaba en el paladar, además de no poder impedir las arcadas al tener que introducir su lengua entre los pelos para llegar a su ano. Si solo el hecho de lamer ya le parecía asqueroso, aquello ya rozaba lo enfermizo. Fernando no dejaba de jadear y la tuvo chupando por un par de minutos ...


Bueno hasta aqui llegamos por esta ves, desafortunadamente en esta pag. no admite tantos caracteres como para colocarlo completo, pero si les gustó y desean leer toda mi historia pues los invito a mi blog, creanme que no se van arrepentir. Les mando un saludo y espero que les haya gustado. Espero sus comentarios.. Un saludo de su pequeño gran amigo Pedrito y otro de mi Mamy...

pedritapia08@hotmail.com
http://pedritotapia.blogspot.com





 
mas que relato, parece novela! esta muy extenso el relato y ademas parece copy past, si hablan de euros, de donde es la mamy y pedrito!? :cansado:
 
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