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- #1
Saludos, es la primera vez que escribo un relato, espero no aburrirlos aunque es muy largo por ser la introducción, les prometo que las siguientes serán más picantes conforme le ayudo a mi jefa inmediata a explorar y probar cosas más perversas y lujuriosas
Eran las 7 am y recién llegaba a mi 2da semana en mi nueva área, en adquisiciones, en la empresa donde laboro. Recién había sabido que mi jefe se tomó sus vacaciones y que vendría otra persona a cubrirlo durante ese tiempo. Cuando llegué noté para mi sorpresa a una desconocida pero atractiva mujer de edad mediana en la oficina, probablemente un par de años mayor que yo (tengo 30), a quien con solo verla se le notaba una muy agradable personalidad por su amigable sonrisa... y un cuerpo esbelto muy bien dotado de eso encantos femeninos que a todos los hombres nos encanta: ligeramente curvilínea, con algo de nalgas y una blusa que te daba a la idea de que tenía un par de abundantes pechos. No era muy llamativa por su forma de vestir tan casual pero sí alguien digna de un buen piropo cuando se le apreciaba bien. Tenía la sospecha de que tenía unas buenas nalgas y un buen par de tetas. Daniela es su nombre y ufff, con sólo pronunciarla se me para. En fin.
Todo transcurrió normal durante las 2 semanas que estuvo. Llegamos a platicar un par de ocasiones de temas triviales. Nunca le coqueteé debido a que son muy chismosos ahí y siempre andan en todo y suelo ser reservado en el aspecto de tirarle la onda a compañeras del trabajo… además de ser algo tímido sumado al inconveniente de que era mi jefa directa. Sin embargo a veces cruzábamos miradas y me sonreía. No sé si era yo, pero tenía la ligera impresión de que había algo de atracción de parte de ella cuando me miraba. Pasaban los días y no podía evitar mirarle a veces esas nalgas y esos pechos que aunque muy bien ocultos (jamás usaba escotes ni pantalones o blusas pegados) aún así se podía apreciar su sabroso volumen.
No fue sino mi último día previo a salir de vacaciones que sucedió algo curioso antes de la hora de salida.
“Oye David, pásame tu whatsapp para invitarte a una comida con los compañeros antes de regresarme a mi área para festejar mi salida.” Me quedé tan extrañado ante su familiaridad.
“Ah… sí. Ahorita te lo paso” respondí pensando ‘qué raro… igual y sí está interesada y usa esto como excusa.’ Le pasé mi número y me fui de vacaciones. Regresando de mis viajes me decidí a saludarla por whatsapp.
YO: Y qué onda Dani, ¿ya hicieron su comida?
ELLA: Claro, ¡de lo que te perdiste!
YO: Qué mal, pero pues pienso llevarle a los compañeros algo de almorzar en cuanto regrese, ¿qué te latería que lleve, unas tortas?
ELLA: Ya no estoy ahí
YO: No importa, te tomaré en cuenta porque para mí sigues siendo la jefecita
ELLA: Jajaja, ah bueno, ¡entonces sí, lleva tortas! Menos a Raquel, ella anda cubriendo a otro compañero y me cae de la patada.
YO: Qué mala eres, jaja.
ELLA: ¿Yo? ¡Para nada, soy muy buena!
Para eso cuando le había enviado mensaje no pude evitar notar su foto de perfil: ¡Una foto de ella en un vestido azul cielo pegadito, muy bien arreglada y con un escote con el que se le apreciaba unas CHULAS TETAS que estaban para MORIRSE babeando! ¡Lo sabía, esta mujer tiene un cuerpazo pero es muy reservada para mostrarlo! Ya que era bastante amigable y hubo algo de confianza me decidí entonces a dar golpe. Era todo o nada.
YO: ¿Muy buena? Claro, por tu foto de perfil es evidente que lo estás ¿o cómo era?
ELLA: ¡Pinche David! Jajajajaja, harás que me muera de pena cuando te vea.
YO: Jajajaja.
Dos días después decidimos comenzar a salir. Para eso en cada salida siempre se le veía con esas ganas de que la besara aunque cada vez que le insinuaba algo sexual no parecía responder con el mismo entusiasmo. No estaba seguro de si realmente sería alguien que se prestara a algo casual.
Sin embargo en nuestra cuarta cita, en uno de esos días que fuimos a un parque y estaba solo, de nuevo comenzamos a besarnos. Esta vez estábamos aún más prendidos y decidí ser más audaz con mis manos al punto de llegar a un buen fajoneo: sus manos debajo de mi camisa, mis manos sobre sus piernas y apretándole las nalgas y sus abundantes pechos apretándose contra mí mientras su lengua se mezclaba con la mía y nos mordíamos los labios. Le jalé suavemente el cabello y se dejó llevar en cuanto le comencé a besar su cuello. Escuchaba sus gemidos y la apretaba más hacia mi tomándola de la cintura lo que hacía que aumentaran sus gemidos. Apretaba aún más sus nalgas con mis manos y después de unos minutos posé mi mano sobre su cuello mientras la seguía besando para después bajarla poco a poco hacia sus pechos. Como no hizo nada más que permitirme tocarla fue cuando pensé que era el momento.
YO: Noto que estás algo estresada, creo que necesitas masajes
ELLA: ¿Tú crees?
YO: Claro, puedo sentir en tus pechos sobre todo una gran cantidad de estrés que se debe quitar en el momento.
ELLA: Jajajaja, menso.
YO: Vámonos a algún lugar más privado, ¿te parece?
ELLA: Mmmmm, no sé Davo, vas a pensar que soy una zorra o algo.
YO: Para nada, no hay nada más sexy y atractiva para mí que una mujer que sabes disfrutar su sexualidad.
ELLA: Sí, pero yo no suelo acostarme con amigos.
YO: No pasará nada, sólo somos tú y yo, no soy cualquier persona y tú no eres cualquier mujer, es de lo más común que se acuesten entre amigos.
Después de un par de minutos más de besuqueo y de lavarle el coco, accedió a mi propuesta.
THE. GAME. IS. ON. BABY!
(Continúa en el mismo post más abajo)
Eran las 7 am y recién llegaba a mi 2da semana en mi nueva área, en adquisiciones, en la empresa donde laboro. Recién había sabido que mi jefe se tomó sus vacaciones y que vendría otra persona a cubrirlo durante ese tiempo. Cuando llegué noté para mi sorpresa a una desconocida pero atractiva mujer de edad mediana en la oficina, probablemente un par de años mayor que yo (tengo 30), a quien con solo verla se le notaba una muy agradable personalidad por su amigable sonrisa... y un cuerpo esbelto muy bien dotado de eso encantos femeninos que a todos los hombres nos encanta: ligeramente curvilínea, con algo de nalgas y una blusa que te daba a la idea de que tenía un par de abundantes pechos. No era muy llamativa por su forma de vestir tan casual pero sí alguien digna de un buen piropo cuando se le apreciaba bien. Tenía la sospecha de que tenía unas buenas nalgas y un buen par de tetas. Daniela es su nombre y ufff, con sólo pronunciarla se me para. En fin.
Todo transcurrió normal durante las 2 semanas que estuvo. Llegamos a platicar un par de ocasiones de temas triviales. Nunca le coqueteé debido a que son muy chismosos ahí y siempre andan en todo y suelo ser reservado en el aspecto de tirarle la onda a compañeras del trabajo… además de ser algo tímido sumado al inconveniente de que era mi jefa directa. Sin embargo a veces cruzábamos miradas y me sonreía. No sé si era yo, pero tenía la ligera impresión de que había algo de atracción de parte de ella cuando me miraba. Pasaban los días y no podía evitar mirarle a veces esas nalgas y esos pechos que aunque muy bien ocultos (jamás usaba escotes ni pantalones o blusas pegados) aún así se podía apreciar su sabroso volumen.
No fue sino mi último día previo a salir de vacaciones que sucedió algo curioso antes de la hora de salida.
“Oye David, pásame tu whatsapp para invitarte a una comida con los compañeros antes de regresarme a mi área para festejar mi salida.” Me quedé tan extrañado ante su familiaridad.
“Ah… sí. Ahorita te lo paso” respondí pensando ‘qué raro… igual y sí está interesada y usa esto como excusa.’ Le pasé mi número y me fui de vacaciones. Regresando de mis viajes me decidí a saludarla por whatsapp.
YO: Y qué onda Dani, ¿ya hicieron su comida?
ELLA: Claro, ¡de lo que te perdiste!
YO: Qué mal, pero pues pienso llevarle a los compañeros algo de almorzar en cuanto regrese, ¿qué te latería que lleve, unas tortas?
ELLA: Ya no estoy ahí
YO: No importa, te tomaré en cuenta porque para mí sigues siendo la jefecita
ELLA: Jajaja, ah bueno, ¡entonces sí, lleva tortas! Menos a Raquel, ella anda cubriendo a otro compañero y me cae de la patada.
YO: Qué mala eres, jaja.
ELLA: ¿Yo? ¡Para nada, soy muy buena!
Para eso cuando le había enviado mensaje no pude evitar notar su foto de perfil: ¡Una foto de ella en un vestido azul cielo pegadito, muy bien arreglada y con un escote con el que se le apreciaba unas CHULAS TETAS que estaban para MORIRSE babeando! ¡Lo sabía, esta mujer tiene un cuerpazo pero es muy reservada para mostrarlo! Ya que era bastante amigable y hubo algo de confianza me decidí entonces a dar golpe. Era todo o nada.
YO: ¿Muy buena? Claro, por tu foto de perfil es evidente que lo estás ¿o cómo era?
ELLA: ¡Pinche David! Jajajajaja, harás que me muera de pena cuando te vea.
YO: Jajajaja.
Dos días después decidimos comenzar a salir. Para eso en cada salida siempre se le veía con esas ganas de que la besara aunque cada vez que le insinuaba algo sexual no parecía responder con el mismo entusiasmo. No estaba seguro de si realmente sería alguien que se prestara a algo casual.
Sin embargo en nuestra cuarta cita, en uno de esos días que fuimos a un parque y estaba solo, de nuevo comenzamos a besarnos. Esta vez estábamos aún más prendidos y decidí ser más audaz con mis manos al punto de llegar a un buen fajoneo: sus manos debajo de mi camisa, mis manos sobre sus piernas y apretándole las nalgas y sus abundantes pechos apretándose contra mí mientras su lengua se mezclaba con la mía y nos mordíamos los labios. Le jalé suavemente el cabello y se dejó llevar en cuanto le comencé a besar su cuello. Escuchaba sus gemidos y la apretaba más hacia mi tomándola de la cintura lo que hacía que aumentaran sus gemidos. Apretaba aún más sus nalgas con mis manos y después de unos minutos posé mi mano sobre su cuello mientras la seguía besando para después bajarla poco a poco hacia sus pechos. Como no hizo nada más que permitirme tocarla fue cuando pensé que era el momento.
YO: Noto que estás algo estresada, creo que necesitas masajes
ELLA: ¿Tú crees?
YO: Claro, puedo sentir en tus pechos sobre todo una gran cantidad de estrés que se debe quitar en el momento.
ELLA: Jajajaja, menso.
YO: Vámonos a algún lugar más privado, ¿te parece?
ELLA: Mmmmm, no sé Davo, vas a pensar que soy una zorra o algo.
YO: Para nada, no hay nada más sexy y atractiva para mí que una mujer que sabes disfrutar su sexualidad.
ELLA: Sí, pero yo no suelo acostarme con amigos.
YO: No pasará nada, sólo somos tú y yo, no soy cualquier persona y tú no eres cualquier mujer, es de lo más común que se acuesten entre amigos.
Después de un par de minutos más de besuqueo y de lavarle el coco, accedió a mi propuesta.
THE. GAME. IS. ON. BABY!
(Continúa en el mismo post más abajo)