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Mi exnovio me amarró y me compartió con sus amigos

Maggabit91

Becerro
Desde
16 Dic 2019
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22
Duré 3 años con Daniel, tuvimos una buena relación aunque al final se volvió muy monótona, además quedamos en diferentes turnos en la escuela por lo que ya no nos veíamos tanto. Yo comencé a tener amigos nuevos en mi nuevo grupo y él también. Siempre he sido muy seguida por los hombres, no creo ser bonita, una chica normal, pero desde niña he hecho mucho ejercicio por lo que mis nalgas han llamado la atención de todos siempre, de todos menos de mi novio últimamente, así poco a poco nos fuimos distanciando.

No terminamos muy bien, uno de esos amigos nuevos comenzó a caerme cada vez mejor y me terminé metiendo con él a escondidas, hasta que alguien nos vio en una plaza comercial, nos tomó una foto, le dijo a Daniel y fue el final de mi noviazgo.

Lo sexual siempre fue lo mejor con Dani, en ese aspecto me encantaba. Él jugaba americano en el equipo de la Universidad, por lo que era muy forzudo, clásico mamado que no tenía problema para cargarme, montarme y hacerme lo que él quisiera, sin duda el sexo era el mejor de nuestra relación. Tenía muy buen tamaño de herramienta, me encantaba ver su reacción mientras me la metía a la boca, y me gustaba tragarme su leche, la verdad extrañaba un poco eso, tal vez por eso cuando me buscó le hice caso.

Yo había iniciado una relación formal con Mario, pero en lo sexual no se comparaba en nada a mi ex. Daniel me escribió por Whatsapp, seguimos unos días en contacto hasta que me propuso vernos para tener algo, nada serio, solo de un día. La verdad sí me hacía falta por lo que accedí ir a un hotel con él.

Pasó por mí el día, lugar y hora acordados. Iríamos a un hotel y nos quedaríamos toda la noche. En mi casa había dicho que me quedaría a dormir con mi amiga Rebe, lo había hecho muchas veces por lo que no hubo problema. Como de la escuela me pasé a nuestro punto de encuentro no iba tan exuberante. Pantalón de mezclilla muy pegado y sin bolsas atrás y ombliguera con escote discreto, la verdad me veía muy bien. En la lencería es donde me había lucido. Un conjunto negro y en la mochila traía un liguero y medias.

Llegó por mí en uno que no era su carro, que para que no lo reconociera nadie me dijo, llegamos al hotel y pudimos meter el carro hasta la habitación. Bajamos del auto y subimos al cuarto, él también bajó una mochila, cuando subimos le dije que se sentara en la cama y fui a cambiarme. Hasta una selfie me tomé, el bra se me veía espectacular, las medias y el liguero me encantaron y la tanga prácticamente era una línea atrás que no me tapaba nada. Mi deseado trasero sería para él por completo.

Salí del baño y me vio, su mirada me prendió por completo, se levantó de inmediato y comenzó a besarme, sus besos me prendían cada vez más, parecía desesperado. Mientras me besaba me apretaba las nalgas. Se quitó la playera, ese abdomen perfecto salió ante mí, pasaba las manos por él, me seguía poniendo muy mal. Dirigí mis manos a su paquete y desabroché su cinturón, metí mi mano y pude sentirlo. Sentía las venas en mi mano y me urgía tenerlo por todos lados.

Como desesperada me hinqué y bajé de un tirón su pantalón y su bóxer. Me lo metí a la boca de inmediato, lo llené de saliva y ahora brillaba, se veía maravilloso. Le di la mejor mamada que pude. Me ayudaba con una mano, mientras le lamía las bolas, intentaba metérmelo todo a la boca aunque no me cabía.

Me paró y me aventó a la cama, caí boca abajo. De inmediato se abalanzó sobre mis nalgas, me las mordía, y pasaba su lengua por la tirita de la tanga que no tardó en hacer a un lado y comenzar a comerme mi cuevita. Como siempre lo hacía de maravilla, por intuición saqué más las nalgas y abrí las piernas para facilitarle las cosas. Continuó besando mi espalda, mis hombros, sentía su abdomen en mi espalda, y su miembro en medio de mis nalgas. Se paró y me cargó para girarme y volverme a tirar en la cama, ahora mi cabeza quedó en los pies de la cama.

-Te tengo una sorpresa.

Se dirigió a su mochila y sacó unas cadenas. Nunca habíamos usado algo así y me dio un poco de miedo, de nervios, pero estaba muy prendida, no le diría que no. Amarró las cadenas a las patas de la cama, y después con unas muñequeras que tenían a mis manos. No podía moverme mucho. Él se pasó para atrás y me cargó de la cintura para que pusiera mis rodillas en la cama.

La visión que podía tener de mis nalgas debía ser maravillosa, yo me veía en el espejo que tenía de frente y me veía putísima, me gustaba lo que veía. Bajó mi tanga y volvió a meter su lengua en mi cuevita, se ayudaba metiendo dos dedos mientras lamía mi clítoris, yo ya gemía de placer, las rodillas me temblaban, ya había tenido varios orgasmos.

De la mochila sacó como una tabla y una como pelota, con la tabla me dio una nalgada que me dolió pero me gustó. Otra nalgada, me quemaba pero me gustaba, agarró la pelota y me la puso en la boca, la amarró por atrás de mi nuca y ahora tampoco podía hablar. Otra nalgada más fuerte, ahora sí grité pero mi grito fue ahogado pues tenía mi boca llena. Otra nalgada y otro grito, intenté decirle que no tan fuerte pero no podía hablar. Dejó la tabla en la cama y volvió a comerme, la mezcla de placer y dolor comenzaba a gustarme.
 
De repente se bajó de la cama y se dirigió a mis cosas, eso me intrigó mucho y más cuando sacó de mi pantalón mi celular. Comenzaba a asustarme, ¿Qué pretendía?

- Hoy le vas a llevar evidencia a tu novio de cómo debe cogerte.

Me mostró que abrió la cámara y se hincó detrás de mí. Me divirtió un poco la idea, obviamente no le enseñaría nada a mi novio, pero nunca me había grabado, le había enviado a Dani algunas fotos en lencería pero nada del otro mundo.

Sentí un pedazo de carne que se hacía pasó en mi vulva, yo estaba empapada por lo que no le costó trabajo, tenía mucho que no sentía un trozo así dentro de mí. Al estar amarrada me costaba subir la cara pero alcanzaba a ver en el espejo cómo grababa mientras me bombeaba. Siempre fue muy bueno en la cama, subía la velocidad y luego la bajaba y me penetraba más salvajemente, yo estaba en la gloria, mis gemidos eran ahogados por lo que tenía en la boca y prácticamente no me podía mover por estar amarrada.

Dejó de bombearme y se paró frente a mí, desamarró y dejó mi boca libre y me puso su hermoso miembro enfrente, yo no dudé y comencé a chuparlo, volteaba a verlo y veía a mi celular, me sentía actriz porno, me estaban grabando dando sexo oral. Me agarró el cabello y comenzó a bombearme, me ahogaba con su tamaño pero me encantaba. “Así se trata a las putitas” “A tu novio le va a encantar como la mamas” me decía cosas así que me hacían sentir muy zorra pero que me prendían. Volvió a amarrar la pelota a mi boca y de nuevo no pude volver a hablar. Estaba muy divertida, la situación me ponía muy caliente.

“Vamos a ver a la putita”, dijo. “¿Cuál es tu dedo para desbloquearlo?”. Sin saber lo que me esperaba cerré un puño y alcé el dedo que necesitaba, desbloqueó mi celular y no tardé en escuchar mis gemidos ahogados, estaba viendo los videos que me tomó.

- Vaya puta que te has vuelto, hasta una foto te tomaste, ¿Se la ibas a mandar a tu novio?

Con la cabeza le dije que no, sonrió muy divertido, y se sentó en el suelo, ahora podía ver lo que hacía con mi celular, revisó mis fotos, nada interesante. Entró a mi WhatsApp y a la conversación de mi novio.

- Jajajaja que tierno, él cree que estás haciendo tarea con Rebeca. ¿Y si le enseñamos lo que estás haciendo? Preguntó mientras se reía.

Me imaginé que pasaría si Mario se enterara pero todo era un juego para mí, no sabía que estaba hablando en serio. Revisó otras conversaciones y regresó a la de Mario.

- Vamos a saludarlo, me dijo mientras escribía “Hola príncipe” que es como lo saludaba siempre.

Esto ya no me gustaba e intenté decírselo pero no podía hablar ni moverme mucho. Hacía sonidos con la boca y me movía pero él me dijo “tranquila, no va a pasar nada, estamos jugando”.

Dejó mi celular a un lado mío y regresó a lo que estábamos. De nuevo comenzó a meter un dedo en mí mientras con su lengua taladabra mi clítoris, otra vez estaba en la gloria, dos y hasta tres dedos entraron con facilidad, ya me había arrancado otros orgasmos deliciosos.

Mi novio contestó y mi celular sonó por lo que se detuvo. Me cortó el rollo, estaba a punto de venirme de nuevo. Agarró el celular y me leyó el mensaje “Princesa hermosa, cómo vas” lo leyó con tono ridículo, burlándose.

Mandó un mensaje en su celular y siguió revisando el mío, no tardaron en contestarle y la respuesta le gustó mucho por su cara.

- Te tengo otra sorpresa, ahora sí me voy a divertir contigo, nunca la vas a olvidar.

Me intrigó un poco lo que me dijo pero yo seguía pensando que todo era un juego. De su mochila sacó un antifaz y me lo puso, ahora tampoco veía nada. Escuché la puerta de la habitación abrirse, y al rato escuché a Daniel pero ¡VENÍA PLATICANDO CON ALGUIEN!

Me puse más nerviosa y hasta asustada. La visión que debía tener su acompañante. Ahí estaba empinada, con la tanga en los muslos y amarrada a la cama. Prácticamente no podía moverme.

Estaba muerta de miedo, no sabía quién era el otro ni qué harían. Sentí una mano en mi nalga y me dejé caer quedando acostada boca abajo. Intentaba moverme pero era inútil con las cadenas, mis gritos tampoco se escuchaban y ya sentía mis ojos húmedos.

Me cargaron, me pusieron en cuatro y sentí otras cadenas en mis tobillos que me obligaban a quedar empinada, a merced de lo que quisieran. Moría de miedo, no entendía bien lo que pasaba.

Una lengua comenzó a lamer mis nalgas, por como las apretaban sabía que era Dani, seguro su compañero no perdía detalle. Quitó mi tanga y comenzó a lamerme. Tenía muchas sensaciones, mi cuerpo reaccionaba a las caricias y estaba súper excitada, pero también tenía un miedo terrible de lo que pasara.

Daniel era muy bueno y sabía lo que me gustaba, mi cuerpo estaba prendidísimo pero yo no dejaba de llorar de miedo, de culpa, de nervios. Se detuvo y después de un rato alguien se hincó detrás de mí. Intenté moverme con todas mis fuerzas pero era inútil, no sabía quien estaba detrás de mí. Ellos no decían nada, no podía identificar donde estaban.

Alguien comenzó a penetrarme, por el tamaño podía ser Daniel pero no estaba segura. Lo único de lo que estaba segura es de lo bien que se sentía, me daba muy rápido, me jaló el cabello y me hizo la cara para atrás, me sentía muy mal, me gustaba mucho pero no estaba bien sentir tanto placer.
 
Lento y muy profundo y después muy rápido, sin duda era Daniel. Cuando estaba a punto de venirme se detuvo. Unos segundos después escuché como un motor, era un vibrador. Comenzaron a jugar con él y mi vulva, yo estaba muy excitada pero al mismo tiempo me sentía muy mal, lo metieron en mí y comenzó a vibrar. La sensación era deliciosa. De pronto una nalgada, me quemó horrible, grité pero no se escuchaba casi nada. Otra nalgada y otro grito. Era una mezcla de placer y dolor que no me dejaba ni pensar.

Detuvieron el vibrador, Dani se acercó a mi oido y me dijo “Te voy a quitar la pelota para que me la mames, si gritas, me muerdes o haces alguna tontería voy a publicar todas las fotos y los videos que te hemos tomado, ¿ok?”

Asentí con la cabeza y sentí que desamarraban la pelota, estaba tan asustada que no pensé en gritar ni en nada, de inmediato me llenaron la boca con un miembro. No era el de Daniel, era más pequeño. Me dio un poco de asco pero no podía hacer nada.

El vibrador de nuevo hacía los suyo, sentía delicioso. Alguien lo metía y lo sacaba y tenía una como pestaña que daba exactamente en mi clítoris, sentía delicioso y sin pensarlo comencé a acelerar mi mamada. Me tomaron del cabello y prácticamente me follaban la boca.

No dejaba de llorar, aunque estaba muy excitada me estaban violando. De repente sentí un líquido por mis nalgas, era lubricante y sabía lo que seguía. Un dedo comenzó a hacerse paso en mi culito, Mi corazón se aceleró más por lo que estaba a punto de pasar y porque tenía muchas manos en mi cuerpo, eran tres personas y no dos como había pensado.

Dani me dijo al oído “Imagínate el video que tenemos tuyo. Te estás cogiendo a tres y lo estás disfrutando, ¿Sabes quién te va a creer que te obligamos con lo puta que eres?”. Era la verdad, parte de mí sí lo estaba disfrutando y supongo no se distinguía mis gemidos de los gritos para decirles que no y que pararan.

“Te ves perfecta en la cámara” me dijo al oído Dani. Después se pasó para abajo de mí y me penetró por delante obligándome a sentarme en él. Alguien comenzó a abrirse paso por mi culito. Lo había hecho muchas veces con Dani y este chico no lo tenía tan grande por lo que me dolió pero era un dolor muy soportable. Dani no se movía, el chico de atrás marcaba el ritmo de mis dos penetraciones y el otro prácticamente me follaba la boca.

Nunca había estado ni con dos, las piernas comenzaban a dolerme de cansancio, no dejaba de llorar aunque mi cuerpo respondía a la cogida que me estaban dando. Los que estaban en mi boca y en mi colita se cambiaron de posición y siguieron dándome igual. Estaba agotada.

El de mi boca fue el primero. Ya ni siquiera estaba agarrando mi cabeza, ya mamaba yo solita cuando sentí unos chorros en mi garganta. Me alcancé a quitar pero una parte sí me la tragué. El lanzó un grito de placer pero no conocía esa voz. No sé cuánto tiempo después el que tenía atrás se vino en mi colita. Ni siquiera Daniel lo había hecho.

Me pusieron la pelota de nuevo. Todos se pararon, escuché la puerta del cuarto y unos minutos después regreso Daniel solo. Me desabrochó los tobillos y por fin pude descansar acostada boca abajo. También me quitó el antifaz.

Tenía su celular en la mano mientras se pajeaba. Habían puesto una cámara en un trípode así que sí estaba todo grabado. Se vino en mi cara. Estaba toda llena de la cara, el cabello y resbalaba por mi cuello.

¿Te gustó tu sorpresa? Me preguntó.

Yo no contesté nada, solo lloraba y ya no hacía esfuerzo por soltarme.

Tú me exhibiste como un cornudo frente a la escuela, este es tu castigo.

Está grabado como disfrutaste con tres, en unas semanas que tenga ganas de coger te hablaré y nos veremos de nuevo o serás famosa en toda la escuela, ¿Te quedó claro? Se terminó de vestir, arregló sus cosas y antes de irse me desabrochó una muñeca.

Me quedé acostada un rato, estaba muy cansada y adolorida. Me bañé y lloré mucho en la regadera. Cuando salí noté que se habían llevado mi ropa, solo tenía una tanga negra y un liguero. Tampoco estaba mi celular.

Me lo merecía, le fui infiel a Dani y después le fui infiel a Mario, no sabía ni cómo me regresaría. Me habían grabado y no podría negarme a nada que quisiera Daniel, esto a penas era el comienzo.
 
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