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Mi cuñado en acción. Continúa.

eri90

Becerro
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9 Abr 2010
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7
Después de alcanzar sendos clímax, mi hermana y mi cuñado se quedaron tendidos en la cama, fuertemente abrazados unos momentos. Yo empezaba a sentir las piernas temblorosas, tanto de mi propia excitación como del temor a verme descubierta, y de haber estado en la misma posición durante todo el rato que ellos dedicaron a su candente sesión de amor.
Cuando me incorporaba, pensando que todo había terminado, noté que mi cuñado comenzaba a mover la mano suavemente sobre la espalda de mi hermana, primero sobre la zona de los riñones y luego bajando por la graciosa curva de sus nalgas. Jadeé y mis nalgas se apretaron involuntariamente cuando vi que los dedos del hombre recorrían traviesamente la hendedura entre las nalgas de mi consanguínea, haciendo que ella diera un pequeño respingo y boqueara explosivamente contra el pecho de él. Sus brazos se crisparon.
[FONT=&quot]—[/FONT]Amor [FONT=&quot]—[/FONT]dijo en un susurro[FONT=&quot]—[/FONT] ¿qué haces? Siento cosquillas.
Por toda respuesta, él volvió a pasar la mano por ahí, ahora con los dedos más flexionados, haciendo más fuerza. Y noté que ahora en lugar de buscar la separación entre el redondo trasero, su índice y anular separaban ligeramente los cachetes, mientras el dedo medio acariciaba el valle entre los glúteos. Mi hermana saltó otra vez, y soltó un quejido suave, breve y excitante.
[FONT=&quot]—[/FONT]¡Ah!
[FONT=&quot]—[/FONT]¿Te gusta? [FONT=&quot]—[/FONT]preguntó mi cuñado con una voz grave, sensual. Me hacía pensar en el ronroneo de un puma.
[FONT=&quot]—[/FONT]No sé [FONT=&quot]—[/FONT]respondió ella[FONT=&quot]—[/FONT], me hace cosquillas.
[FONT=&quot]—[/FONT]Si quieres me detengo.
Ella agitó la cabeza.
[FONT=&quot]—[/FONT]No, está bien. No me disgusta [FONT=&quot]—[/FONT]y añadió coqueta mientras se colocaba sobre él y le rozaba los labios con sus turgentes seños[FONT=&quot]—[/FONT], puedes hacer lo que quieras.
[FONT=&quot]—[/FONT]¿De verdad?
[FONT=&quot]—[/FONT]Claro. Lo que sea.
Y diciéndolo, tomó de nuevo el pene de su marido, que estaba todavía medio rígido y resbaloso por los jugos del placer, y lo recorrió con la mano cerrada en torno al largo tallo, deslizando con facilidad la mano y moviendo la fina piel que cubría ese miembro hermoso. Unos momentos después, éste había recuperado su dureza, su grosor y su tamaño. Yo estaba embobada. Se me hacía agua la boca, y también mi intimidad. Me coloqué en una posición más cómoda y seguí contemplándolos.
Mi cuñado empuñó su pene cerca de la base y con la punta del glande recorrió la hendidura de mi hermana, cubierta de una mata de pelo crespo. Ambos emitieron un largo suspiro. Luego ella tomó el miembro viril de mano de su dueño y lo sostuvo en el lugar adecuado. Luego flexionó las piernas y se ensartó en él lentamente.
[FONT=&quot]—[/FONT]¡Ahhhh! [FONT=&quot]—[/FONT]jadeó con fuerza, mientras sentía que las paredes de su intimidad se volvían a abrir para dar cabida a ese trozo de carne rígida.
Comenzó a moverse lentamente arriba y abajo, mientras giraba la cadera cadenciosamente. Momentos después comenzó a contraerse su rostro y su respiración se hizo agitada y corta, acompañada de cortos gemidos.
[FONT=&quot]—[/FONT]Ah… ah… ah…
Luego, sin perder la cadencia, su voz fue haciéndose más grave, hasta convertirse en gruñidos.
[FONT=&quot]—[/FONT]Agh… agh… agh…
Por fin comenzó a temblar todo su cuerpo, como si sufriera de fiebres. El aliento se le escapó violentamente en un breve y agudo grito que me sobresaltó. Luego su respiración se hizo más rasposa y entrecortada y comenzó a llorar de placer. Se derrumbó sobre el cuerpo de su hombre.
[FONT=&quot]—[/FONT]Por favor no la saques todavía [FONT=&quot]—[/FONT]le pidió jadeante.
Nuevamente me admiró la resistencia y autocontrol de mi cuñado, que permaneció rígido dentro de ella, hasta que ella estiró poco a poco las piernas y se lo fue sacando despacio, en medio de susurros entrecortados.
Mi hermana cayó de costado sobre la cama, su cuerpo bañado en sudor. La lanza de mi cuñado brillaba enhiesta y retadora, brillante por los fluidos, su cabeza roja latiendo sutilmente. Mientras la miraba así, grande e hinchada, y mientras me imaginaba siendo partida por ella, tuve un orgasmo como no había sentido antes ni a solas ni con mis parejas. Me mordí los labios hasta hacerme sangre, para ahogar mis gemidos.
Entonces vi que el hombre pasaba su brazo sobre los hombros de mi hermana y tiraba de ella suavemente hasta ponerla totalmente boca abajo en la cama. Luego se colocó a su espalda y su apetecible verga comenzó a hundirse de nuevo en la intimidad de mi hermana, que se puso rígida unos momentos y luego se relajó con un largo gemido de delirante placer.
Mi cuñado se estuvo moviendo unos momentos, metiendo y sacando su miembro, hasta que su respiración se agitó. Se detuvo y se salió de mi hermana. Pensé que se vendría sobre sus nalgas y espalda, pero él tenía sus planes. Apoyado en los brazos, apuntó cuidadosamente y colocó la hinchada y palpitante cabeza en el apretado orificio posterior de mi hermana y le preguntó:
[FONT=&quot]—[/FONT]Dijiste que podía hacer lo que quisiera. ¿Puedo?
Ella con un suspiro asintió con la cabeza.
[FONT=&quot]—[/FONT]Sólo hazlo con cuidado. Es mi primera vez.
Su hombre, galante, le ofreció:
[FONT=&quot]—[/FONT]En el momento que lo desees me pides y lo dejamos.
[FONT=&quot]—[/FONT]Bien [FONT=&quot]—[/FONT]accedió ella, y levantó ligeramente su hermoso y bien torneado trasero.
Mi cuñado comenzó a empujar con mucha suavidad, poco a poco, aguantando todo el peso de su cuerpo con los brazos, mientras mi hermana gemía suavemente y apretaba fuertemente los puños.
Yo me había acercado casi al umbral de la puerta, para no perderme detalle. Pensé que desnuda como estaba y con mi piel morena, y estando ellos tan concentrados en sus asuntos, bien podía correr el riesgo de aproximarme a la luz.
[FONT=&quot]—[/FONT]Me duele [FONT=&quot]—[/FONT]-dijo mi hermana en voz baja y atormentada.
[FONT=&quot]—[/FONT]¿Mucho? Si quieres me detengo.
[FONT=&quot]—[/FONT]No, quédate así. Mejor seré yo quien me levante [FONT=&quot]—[/FONT]ofreció ella, y comenzó a elevar su cola poco a poco.
[FONT=&quot]—[/FONT]¿Ya entró? [FONT=&quot]—[/FONT]preguntó al cabo de unos momentos.
[FONT=&quot]—[/FONT]No, cariño, todavía falta un poco.
[FONT=&quot]—[/FONT]Está muy grande. No me va a caber.
[FONT=&quot]—[/FONT]¿Nos detenemos? [FONT=&quot]—[/FONT]preguntó el hombre y amagó con retirarse.
[FONT=&quot]—[/FONT]¡No! Déjame intentarlo una última vez.
Y jalando el aire, mi hermana comenzó a elevar su trasero de una manera decidida y constante, pero con suavidad, hasta que con un audible chasquido, la cabeza del pene de su hombre venció la resistencia del esfínter, y entonces la verga comenzó a deslizarse ya con facilidad por el apretado conducto.
[FONT=&quot]—[/FONT]¡Ahhhh! [FONT=&quot]—[/FONT]gritó ella al sentirse penetrada, y se inmovilizó.
Sus puños apretados desmenuzaron la sábana a la que se habían aferrado. El sudor corría por ambos cuerpos como si fueran arroyos de montaña. Ninguno de ellos se movía.
[FONT=&quot]—[/FONT]¿Estás bien? [FONT=&quot]—[/FONT]preguntó su esposo preocupado.
Ella tardó unos momentos en responder.
[FONT=&quot]—[/FONT]Sí, pero por favor no te muevas. Me arde un poco. Pero siento… raro… me siento plena. Y me encanta.
Y momentos después, para sorpresa de mi cuñado y mía, ´comenzó a moverse con una cadencia lenta y rítmica, bajando y subiendo las nalgas. La verga de su hombre entraba y salía casi hasta la punta de su culo, para volver a sumergirse en ese esfínter recién abierto. Ella gemía con la voz ronca y sensual que le había escuchado antes. Momentos después se detuvo.
[FONT=&quot]—[/FONT]Está creciendo tu muñeco [FONT=&quot]—[/FONT]comentó extrañada.
Desde donde yo me encontraba, también había notado que parecía engrosarse, se le saltaban más las venas, y mi cuñado se veía más colorado y bañado en sudor que antes.
[FONT=&quot]—[/FONT]Es que no falta mucho para venirme [FONT=&quot]—[/FONT]informó entre jadeos.
Mi hermana se sacó la verga con un movimiento lento, y le pidió:
[FONT=&quot]—[/FONT]Descansa sobre tus rodillas, amor.
Aliviado, mi cuñado la obedeció. Ahora su verga estaba más grande y gruesa (si ello es posible), y saltaba en el aire como caballito cerrero.
“Si no hace algo por mi cuñado, le va a dar un ataque. O se va a venir en seco” pensé, muriéndome de ganas de ser ahora yo quien se pusiera en cuatro delante de él, ansiando que me estrenara mi chiquito como acababa de hacer con mi hermana. Como eso no era posible, me contenté con acariciarme el clítoris con la derecha, mientras ahora me pasaba la mano izquierda suavemente por entre mi trasero firme.
Mi hermana se colocó de espaldas en la cama, elevó sus piernas y tomando la verga de su hombre se la colocó en la recién dilatada entrada del culo y le pidió:
[FONT=&quot]—[/FONT]Por favor, entra en mí. Vacíate en mí. Lléname el culo de leche.
Mi cuñado parpadeó por la vehemente pasión que consumía a su mujer, pero no se hizo del rogar. Con toda suavidad volvió a empujar, pero ahora su miembro entró casi sin problemas ni dolor, y se hundió hasta la guarda.
[FONT=&quot]—[/FONT]¡Ah! ¡Mi amor! ¡No me la saques! Duele, pero no me la saques. Cógeme… ya… cógeme… vente… así… lléname… así…
Balbucía ella mientras mi cuñado comenzaba un mete-saca lento y rítmico, donde en cada ocasión sacaba su pene hasta que sólo la punta del nabo quedaba en contacto con el esfínter de mi hermana, y luego lo volvía a meter con un sonido húmedo y sutil.
Yo ya había acelerado involuntariamente los movimientos de mi mano derecha, y sin ser consciente de ello, en algún momento había introducido mi índice de la otra mano en mi anillito posterior. Ahí sentía un poco de ardor, pero también mucho placer.
Mi cuñado de repente comenzó a gruñir, mientras todos sus músculos se tensaban, comenzó a chorrear sudor, y de pronto metió todo su grueso bastón de carne en el culo de mi hermana, exhaló un grito ahogado y se quedó así, hundido en las entrañas de su mujer, mientras los espasmos recorrían los cuerpos de ambos.
Por fin su miembro comenzó a ponerse blando, hasta que por fin se salió del culo de la mujer. Un chorro de semen brotó también del apretado agujerito, empapando las sábanas. Ambos se derrumbaron sobre la cama, exhaustos y felices.
[FONT=&quot]—[/FONT]Nunca pensé que sería tan maravilloso [FONT=&quot]—[/FONT]dijo mi hermana, mientras besaba tiernamente a su marido en la boca[FONT=&quot]—.[/FONT] Muchas gracias.
Él tomó a su mujer en brazos, la atrajo sobre su pecho y la acunó con ternura.
Yo me levanté de mi observatorio improvisado, me desentumí y cuando me dirigía a mi habitación percibí que en el lugar donde había estado, mis actividades lúdicas habían dejado un inconfundible aroma a sexo y a… otra cosa… un aroma nuevo… Cuando me acerqué la mano izquierda a la nariz comprendí. Era el aroma del placer anal.
 
muy bueno pero si no viene la parte en que te lo volteaste y le sacas toda la leche, sos solo una clalentona
 
bueno gracias por la segunda parte espero que en la tercera seas tu la de la historia con tu cuñado
 
Pero yo no... sabed, chicos que yo no le podría hacer la faena a mi hermana, aunque mi cuñado esté de rechupete. En toda la extensión de su miembro.

Claro que sería de pensarse.

Gracias por los comentarios.
 
que buen relato.. ahora me buso la primer parte porque empecé mal y si no quieres hacerle el favor al cuñado, yo me pongo de voluntario XD.. gracias por compartir tu experiencia y esperamos lo que sigue y si la experiencia es tuya y conmigo mejor XD!!!

saludos!!
 
que buen relato...

aqui reviviendo relatos antiguos jejeje
 
jajaja, eso si que es vouyerismo, ojala y la proxima vez seas tu para que nos relates mas de tu cuerpo
 
que relato tan mas cahondo y bueno!!!! Felicidades me gustaron mucho las dos partes
 
buen relato, esperemos que te lo eches para la proxima entrega jejej
 
que buen relato, lo contaste de 10 amiga y ya me imagino que experiencia tan mas exitante jeje. saludos.
 
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