Hola!

Registrándote como bakuno podrás publicar, compartir y comunicarte en privado con otros bakuos :D

Regístrame ya!

Mi cuñada Alma V

csarbonilla

Becerro
Desde
20 Jul 2009
Mensajes
17
Les traigo la parte Cinco, espero y sea de su agrado, batalle un poquito para contarlo... Saludos y Gracias por sus comentarios.
A la mañana siguiente me despertó el ruido que había en el cuarto, me encontraba abrazada de mi hermana Jazmín y vi a Beto presuroso por meter cosas a su maleta:
Yo: ¿Qué pasa? ¿A dónde vas?.
Beto: Me largo…
Yo: ¿Porqueeeeeé?
Beto: ¿¿¿Porqué??? ¿¿¿¿Todavía preguntas??? No lo soporto!!!!
En eso despertó Jazmín… y dijo:
Déjalo que se vaya… sin él aún no podemos divertir…
Me sentía mal, ¿qué había hecho para haber despertado la furia y el enojo de Beto?. Alma se despertó y fue a nuestro cuarto y preguntó lo que sucedía… al escuchar la respuesta, le reclamó:
“¿No lo soportas? ¿Y cómo es que si lo soportaste después de que me cogiste toda la noche antes de llegar aquí? O ¿Cómo es que si lo soportaste anoche que Jazmín te mamaba la verga? O ¿Cuándo yo te montaba?”
Para ese momento lloraba como una Magdalena… de sentimiento, de odio, de rencor.
Alma se acercó a Beto y yo me encontraba nublada de mis sentimientos que no alcancé a escuchar lo que decían…
Me fui al balcón y me recosté sobre una silla de playa, de esas que sirven para tomar el sol… abajo, sobre la playa divisaba a Beto, caminando sobre la playa… Mis hermanas se acercaron a mí y me preguntaron si me encontraba bien a lo que contesté que sí, que deseaba estar sola por un rato.
Mi cabeza estaba confundida, la noche anterior había sido muy loca y extravagante y estaba casi segura que el comentario de Carlos cuando me penetraba, era lo que había ocasionado el conflicto con Beto.
Respiraba profundamente, me encontraba vestida con una bata y debajo de ella un bikini de dos piezas color azul… mi tez blanca reflejaba los rayos solares, quienes empezaban a caer a plomo. A pesar de que amaba a Beto, no dejaba de sentirme cachonda ante el vivo recuerdo de Carlos metiéndomela por el culo.
Cómo olvidar aquella vez en que estrenó mi culito… el simple hecho de recordar me encharcaba mi concha y para no variar, ante la soledad en que me encontraba inicie el recuento de aquellos años.
Tendría algunos 19 años cuando mi hermana Alma llevó a casa a Carlos, era guapo y formal y acaba de concluir su carrera y tenía un trabajo estable sin ganar las grandes cantidades de dinero.
Mi hermana Alma y yo, éramos muy unidas y compartíamos todo, inclusive amantes… amigos en común que con el paso de nuestra adolescencia aplacaban nuestras hormonas juveniles, por lo que nunca le vimos inconveniente en hacer algunos tríos. Éramos vulgarmente hermanas de sangre y de “leche”.
En esas épocas juveniles, nunca faltó el idiota que mandábamos a la jodida en plena acción cuando salía con la ocurrencia de vernos hacer escenas lésbicas… éramos impetuosas, pero nunca pasó por nuestras mentes meternos las lenguas en nuestras vaginas o sobar o acariciar eróticamente nuestras nalgas o tetas. Esos no eran límites permitidos.
A pesar de que Alma y yo teníamos ciertas tendencias ninfómanas, no nos conformaba tener un novio y siempre terminábamos poniéndoles el cuerno con cualquier otro amigo que nos gustara.
Alma tenía un cuerpo esbelto, de piel blanca, pelo castaño, unas tetas con pezones respingones… más grandes que las mías y un culo paradito y bien formado; en cambio yo, era de tez un poco más blanca, tetas grandes, pero no tanto y un poco mas bajita de estatura que ella… Vivíamos felices sin tener una relación formal, por lo que no faltaban los fines de semana de sexo, a veces grupal y otras tantas veces, cada quien por su lado… Ahhh qué tiempos!!!
Todo nuestro descarrile, era nuestro secreto más intimo… a nadie le contábamos con cuantos habíamos cogido y quienes nos habían cogido. Ante nuestra familia y amigos cercanos, éramos un par de angelitos que ni novios teníamos.
Todo empezó a cambiar cuando Alma llevó a Carlos a casa … la verdad siempre pensé que sería ave de paso… qué cogerían hasta el cansancio y que Alma terminaría por ponerle los cuernos, como a tantos otros…
Mi relación con Carlos, siempre fue cordial, pero me molestaba en exceso ya no poder compartir momentos con mi hermana. Los fines de semana se la pasaban con él y a pesar de que le sugerí a Alma que nos lo cogiéramos juntas, siempre dijo que sí, pero no lo llevaba al plano de la acción.
Esa falta de arrojo, fue la que clavo una curiosidad en mí ¿Qué cualidad tendrá en la cama Carlos?. Sin embargo, no tenía el valor para ofrecerme, como a tantos otros sí… no dejaba de ser el novio de mi hermana y ante el carácter explosivo de esta, decidí no hacer nada.
En alguna ocasión, mis padres decidieron de irse de fin de semana a la casa de Cuernavaca y se llevaron a Jazmín, quien apenas era una jovencita y nos dejaron a Alma y a mí, argumentando Alma que deseaba quedarse con motivo de estudios para exámenes semestrales y a mí, para cuidarla a ella.
Ese viernes a mediodía ambos éramos libres, Alma no estudiaría y yo… haría lo que me diera en gana y decidí que una noche de farra y desenfreno sería buena.
Alma me pidió que le dejara la casa vacía, porque Carlos iría esa noche, que ella me cubriría con mis padres, en caso de que llamaran, diciéndoles que estaba dormida.
Decidí salir con un amigo llamado Julián, quien comúnmente por esas fechas me daba mi ración de falo para tenerme contenta y me llevo a un mirador de la ciudad, en donde era común que los jóvenes desfogáramos nuestros ímpetus en los coches. Aunque eventual la poli se daba sus vueltas a levantar a uno que otro que se dejara.
Julián era ardiente y me encantaba porque no tenía llenadera, podríamos estarlo haciendo por horas hasta que terminaba completamente rosada o hasta que a él no le salía ya nada de semen.
Esa noche estaba especialmente cachonda, tenía días que no tenía ninguna clase de acercamiento sexual, puesto que los exámenes semestrales de la carrera me tenían atada a la recamara estudiando.
Julián me conocía y sabía perfectamente que mi asentimiento para ir al sitio que le comentaba, era para darnos una buena ración de sexo. Julián había estado insistiendo en metérmela por el culo. Situación a la cual no accedía … aún...
Dentro de su coche, un Grand Marquis de época ochentera… veíamos las estrellas y el paisaje citadino nocturno, después de cerciorarse que no había polis cerca, se junto a mí y me dio un besito tierno en la boca, era el inicio de una guerra sin cuartel que terminaría con su pito dentro de mi.
Lentamente introdujo su lengua en mi boca, y sus manos traviesa sobaban alegremente mis tetas por encima de mi blusa… sin duda sabia como iniciar…
Poco a poco, su boca recorrió mi cuello y mis orejas, haciendo que me estremeciera de un escalofrío erótico, me puse chinita de la piel y me dio pie a sobarle la verga por encima de su jeans, que para ese momento se encontraba parada.
Se la saque y se la empecé acariciar mientras él me descubría los melones y me empezaba a lengüetear las bubis son tocar aún el pezón, para posteriormente recostarme sobre la puerta para comérmelas despiadadamente.
Iba de una a otra sin miramiento y a pesar de traer el pantalón de mezclilla puesto y la tanga, sabía que tenía chorros de placer en mi puchita.
No pude más y le pedí que me comiera el “chocho” y sin decirlo dos veces me quitó el pantalón y empezó succionando con la tanga aún puesta… sin duda, el también estaba jarioso.
Siguió así unos minutos y recorrió la tanga hacía un ladito que ya se encontraba mojadita por mis jugos y su saliva y empezó a chuparme deliciosamente mi vagina, que en aquellos tiempos me dejaba una pequeña matita de pelos.
Era un maestro del cunnilingus, me chupaba, frota, lamía y me mordisqueaba el clítoris de tal forma que me estaba haciendo llegar al cielo, sin contar que como regalo me metía su lengua en mi vagina situación que me provocaba inmenso placer.
No tardó en hacerme llegar y vibre de placer por el extraordinario orgasmo que alcance; siempre que me sucedía eso, posteriormente me ruborizaba, puesto que le dejaba su boca llena de mis jugos, quien se los comía gustoso.
Se levantó y se sacó su verga, la cual era grande sin pasar a extraordinaria… y me la clavó hasta el fondo de mis entrañas... lo que me hizo gemir de placer y de dolor; para empezar un movimiento rápido que me saco gritos de éxtasis…
Metía y sacaba su verga con tal velocidad y fuerza, característico de la juventud, que fácilmente me hizo llegar a un segundo orgasmo, pero este era vaginal e intenso… que me apretuje a él cuando lo tenía… lo sentí larguísimo… mis ojos estaban en blanco y creo que hasta me convulsione del placer…
Julián inmediatamente me preguntó ¿adentro? A lo que conteste: Afuera, afuera... a menos que quieras mantener un mocoso… pero mocoso fue lo que me echo en mi estomago… ese liquido blanco delicioso que escupía…
Note como estábamos sudando, pues su carro viejo no tenía aire acondicionado y el clima de verano nos estaba asando.
Me había hecho disfrutar, me recogí con mis dedos la lechita caliente que había esparcido en mí y me los lleve a la boca, para inmediatamente recostarlo sobre la otra puerta y le empezarle a limpiar la verga de una senda mamada que sólo lo hacía gemir de placer… me comí todo residuo, no deje nada…
Le di un beso para que sintiera el ácido sabor de su semen… mientras se la jalaba… dichosa juventud, su verga seguía parada… me pidió que me empinara a lo que hice gustosa… y me empezó a penetrar e inicio con un ritmo semilento para acelerarlo y me dijo: Hay mamita que rica estas… me tienes la verga blanca de tus jugos… estoy tan cachondo… pegándome una nalgada durísima, que en condiciones normales hubiera llorado del dolor.
Sus palabras y la nalgada hicieron un efecto en mí… que me hizo llegar al orgasmo, grité impetuosamente. Una vez que me relaje, se me acercó al oído y me dijo: Mami... quiero tu culito postrando su verga parada en él… y empezó a penetrarme pero aún no entraba la cabeza y ya me dolía, por lo que le dije que no quería y me lo zafé…
Me hice la digna, me di la vuelta y me empecé a poner la ropa y le reclame: ¿con qué clase de puta crees que estas tratando? Llévame a mi casa…
Todo el camino me pidió perdón… estaba cachonda, pero su ímpetu juvenil me lastimaría mi culo y no estaba dispuesta a ello.
Llegue a casa y vi el Volkswagen de Carlos estacionado… y aquella curiosidad revivió en mi… ¿qué tenía de especial Carlos que mi hermana lo prefería a él?
Entre lenta y sigilosamente a la casa y desde que entré escuché los gritos de placer de mi hermana que hicieron que me mojara… busqué en que cuarto estaba y me di cuenta que estaban en el de mi papás, me dirigí al mio y me empecé a masturbar…
Pero el deseo era más y desnuda me dirigí al cuarto donde estaban Alma y Carlos…
Continuara…







 
oraleeeeeeeeeesssssssssss espero que no tardes mucho en publicar la siguiente parte, he leido todas, excelente relato y el cambio drástico que le dieron a la historia.
 
esperamos ver ke pasa con tu mujer juvenil y con el ke era el novio de tu hermana
 
esta de hue...., pense que era la continuacion del wey pero cambiaste de personaje, sigue con la historia que me quede con ganas de mas...!!
 
Esta serie seguira, ya que tiene buen material y una aventura enorme, espero te anmes a poner fotos de ellas.
 
buenisimo si se puede espero con ansias la continuacion de este relato
y comento q ya leí tus anteriores publicaciones y de verdad muy buenos bien eroticos y muy bien redactados
 
muy buena serie de relatos esperamo k no aflojes y segir disfrutando de esta aventura
 
Hey ya quueremos saber en q acaba estan Buenisimos
 
que Onda csarbonilla ya llevamos varios dias esperando si te animas con la VI parte estan muy chidos tus relatos y nos gustaria saber el desenlace de ete espero y no tarden
 
Volver
Arriba