ramosarturo
Becerro
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- 25 Ago 2009
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Quiero aclarar que esta historia es verídica, me sucedió a mi hace dos años y sólo los nombres los he cambiado por obvias razones: empezó como una historia de miel sobre hojuelas pero terminó en una horrible pesadilla: trabajaba entonces como supervisor de tiendas, así que tenía contacto con varias promotoras en ciudades cercanas al D.F., a ella la conocí en una de esas ciudades cercanas y desde entonces me cautivó: de 1.65 de altura (chaparrita), 34 años de edad, dos hijos de 10 y 13 años y se estaba divorciando, tez morena clara, cabello lacio de color rojo caoba que le caía al cuello, pechos no muy grandes (talla 34-A aprox.) eso si: caderas y nalgas amplias y muy piernuda, además de que era muy coqueta: con unos ojos grandes y expresivos enmarcados con unas cejas bien delineadas e igualmente expresivas y una boca muy sensual y provocativa. Mi trato con todas era siempre igual: sólo cuestiones de trabajo pero ella desde un principio me lo reclamó: “porqué tan serio, mejor invítame un refresco y me vas explicando todo”.. me hizo sentir cómodo así que le seguí la propuesta sin saber lo que me ocurriría después”…
Luego de un par de meses de tratarla, la invitación de un refresco pasó a la invitación de una cerveza; quiero aclarar que soy casado y que la relación con mi esposa entonces estaba del nabo, así que me cayó de perlas conocer una chica tan agradable; entonces la conocí un poco mejor: cuando estábamos solos era súper mal hablada, muchas de las frases cotidianas las acompañaba de groserías y vulgares referencias al sexo pero las decía de tal forma que me sonaban a ocurrencias pícaras y graciosas además de eróticas, de tal modo que ya buscaba el menor pretexto para ir a esa ciudad y verla. En una de esas invitaciones cheleras y ya encarrerados le dije la verdad: ”Karla, me fascinas y te voy a robar un beso” a lo que ella en un principio se hizo la difícil, pero haciendo gala de frases para conquistarla me acerqué para unir nuestros labios, ella accedió con un beso apasionado y muy profundo; así que me acerqué a ella abrazádola de la cintura y acercándomela y ella respondió del mismo modo así que con un poco más de confianza, bajé mis manos hasta apretarle sus grandes nalgas y ella hizo lo mismo, en un movimiento acercó una de sus manos a mi pene para acariciarlo, luego de sobar sus nalgas por encima de sus jeans, pasé mi mano a través de su entrepierna a lo que ella contestó con un suspiro y un erótico “mmmmmmhh” para luego despertarme al decir suavemente: “mejor bájale porque vamos a acabar en un 5 letras” accedí para dar mas emoción al asunto, la dejé en su casa y yo regresé a la mía, pero en el trayecto me mandó un mensaje por celular que decía mas o menos así ”besas bien rico, me dejaste empapada y bien prendida cabrón, tu si tienes con quien desquitarte, pero yo no…”, eso me sonó a una invitación para acabar lo que ya había empezado. No tardó mas de dos días cuando ya estaba de regreso con ella y después de la jornada de trabajo me dijo: “invítame una chela, pero nos la tomamos tu y yo solitos”, nos fuimos a un hotel a las orillas de la ciudad (había que hacerlo con cautela porque su todavía esposo es guarura), ya en el hotel me exigió que apagara las luces y que corriera las cortinas porque era muy penosa, no me gustó pero accedí para no estropear el momento: nos metimos vestidos a la cama y bajo las sábanas nos empezamos a desnudar, no besamos apasionadamente, nuestras lenguas se unían dentro de las bocas y yo la tomaba de las nalgas y me la acercaba, ella bajó una de sus manos a mi falo y lo empezó a estimular con una maestría que nunca antes había yo experimentado, al cabo de un instante, ya estaba deslizándose encima de mi para darme sexo oral: empezó jugueteando con su lengua a lo largo de mi miembro para luego intercambiar con profundas chupadas desde la cabeza hasta casi la base, para luego pasar la lengua por mis huevos, a ratos los chupaba y a ratos los metía dentro de su boca; me preguntó: “¿te gusta como te la mamo? ay papacito, tienes una verga bien cabezona, quiero sentirla adentro de mi panochita” debo decir que en efecto, no tengo un miembro muy largo pero si lo tengo grueso y cabezón; me montó y antes de meterla le dije: “déjame ponerme condón”, pero ella se negó diciendo que le irritaba, la metió con un suspiro e inició un movimiento que nunca antes había experimentado, se acercó a mi para besarme en la boca mientras sus experimentadas caderas se movían en un frenético sube-y-baja rapidísimo, yo me sentía en la gloria pero no terminé rápido porque con dos hijos, su vagina estaba distendida (mis bakitas que ya son madres o los vacunos casados con mamás me entenderán a que me refiero), luego de un rato así cambiamos de a perrito entonces pude disfrutar de sus nalgas y caderas apuntándome en todo su esplendor, se la metí y seguimos cogiendo, ella me decía: “aaaaahhhh, tienes una verga bien rica papacito, sígueme cogiendo así, me estas limando bien rico la pucha”, con esas palabras y sus movimientos arremetiendo contra mi miembro no pude contenerme y le avisé que me vendría, a lo que ella contestó: “quiero que toda tu leche caliente me inunde la panocha” pero le dije que no sabía si podía venirme dentro sin embarazarla, así que la saqué y me vine sobre esas ricas nalgas; ella al sentir mi semen empezó a extenderlo sobre sus nalgas. (Continuará..)
Luego de un par de meses de tratarla, la invitación de un refresco pasó a la invitación de una cerveza; quiero aclarar que soy casado y que la relación con mi esposa entonces estaba del nabo, así que me cayó de perlas conocer una chica tan agradable; entonces la conocí un poco mejor: cuando estábamos solos era súper mal hablada, muchas de las frases cotidianas las acompañaba de groserías y vulgares referencias al sexo pero las decía de tal forma que me sonaban a ocurrencias pícaras y graciosas además de eróticas, de tal modo que ya buscaba el menor pretexto para ir a esa ciudad y verla. En una de esas invitaciones cheleras y ya encarrerados le dije la verdad: ”Karla, me fascinas y te voy a robar un beso” a lo que ella en un principio se hizo la difícil, pero haciendo gala de frases para conquistarla me acerqué para unir nuestros labios, ella accedió con un beso apasionado y muy profundo; así que me acerqué a ella abrazádola de la cintura y acercándomela y ella respondió del mismo modo así que con un poco más de confianza, bajé mis manos hasta apretarle sus grandes nalgas y ella hizo lo mismo, en un movimiento acercó una de sus manos a mi pene para acariciarlo, luego de sobar sus nalgas por encima de sus jeans, pasé mi mano a través de su entrepierna a lo que ella contestó con un suspiro y un erótico “mmmmmmhh” para luego despertarme al decir suavemente: “mejor bájale porque vamos a acabar en un 5 letras” accedí para dar mas emoción al asunto, la dejé en su casa y yo regresé a la mía, pero en el trayecto me mandó un mensaje por celular que decía mas o menos así ”besas bien rico, me dejaste empapada y bien prendida cabrón, tu si tienes con quien desquitarte, pero yo no…”, eso me sonó a una invitación para acabar lo que ya había empezado. No tardó mas de dos días cuando ya estaba de regreso con ella y después de la jornada de trabajo me dijo: “invítame una chela, pero nos la tomamos tu y yo solitos”, nos fuimos a un hotel a las orillas de la ciudad (había que hacerlo con cautela porque su todavía esposo es guarura), ya en el hotel me exigió que apagara las luces y que corriera las cortinas porque era muy penosa, no me gustó pero accedí para no estropear el momento: nos metimos vestidos a la cama y bajo las sábanas nos empezamos a desnudar, no besamos apasionadamente, nuestras lenguas se unían dentro de las bocas y yo la tomaba de las nalgas y me la acercaba, ella bajó una de sus manos a mi falo y lo empezó a estimular con una maestría que nunca antes había yo experimentado, al cabo de un instante, ya estaba deslizándose encima de mi para darme sexo oral: empezó jugueteando con su lengua a lo largo de mi miembro para luego intercambiar con profundas chupadas desde la cabeza hasta casi la base, para luego pasar la lengua por mis huevos, a ratos los chupaba y a ratos los metía dentro de su boca; me preguntó: “¿te gusta como te la mamo? ay papacito, tienes una verga bien cabezona, quiero sentirla adentro de mi panochita” debo decir que en efecto, no tengo un miembro muy largo pero si lo tengo grueso y cabezón; me montó y antes de meterla le dije: “déjame ponerme condón”, pero ella se negó diciendo que le irritaba, la metió con un suspiro e inició un movimiento que nunca antes había experimentado, se acercó a mi para besarme en la boca mientras sus experimentadas caderas se movían en un frenético sube-y-baja rapidísimo, yo me sentía en la gloria pero no terminé rápido porque con dos hijos, su vagina estaba distendida (mis bakitas que ya son madres o los vacunos casados con mamás me entenderán a que me refiero), luego de un rato así cambiamos de a perrito entonces pude disfrutar de sus nalgas y caderas apuntándome en todo su esplendor, se la metí y seguimos cogiendo, ella me decía: “aaaaahhhh, tienes una verga bien rica papacito, sígueme cogiendo así, me estas limando bien rico la pucha”, con esas palabras y sus movimientos arremetiendo contra mi miembro no pude contenerme y le avisé que me vendría, a lo que ella contestó: “quiero que toda tu leche caliente me inunde la panocha” pero le dije que no sabía si podía venirme dentro sin embarazarla, así que la saqué y me vine sobre esas ricas nalgas; ella al sentir mi semen empezó a extenderlo sobre sus nalgas. (Continuará..)
