ramosarturo
Becerro
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- 25 Ago 2009
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Esta fue la primera de incontables cogidas que tuvimos a lo largo de cinco meses; uno de esos palos que nos echamos los recuerdo por lo siguiente: fui a aquella cuidad y nos instalamos en aquel hotel donde ya casi nos daban calendario, el caso es que ya desnudos y ella a punto de darme mi acostumbrada sesión de sexo oral, me preguntó sin rodeos: “¿quieres que te la emborrache?”, la verdad no supe que contestar al instante, pero con un tímido e indeciso “si”, ella tomó su cerveza y dando un buen trago, procedió a bajar, resulta que no se tomó la cerveza sino que la contuvo dentro de su boca, de tal modo que cuando empezó a mamarmela, sentí un frío intenso en mi palo, al mismo tiempo unos “piquetitos” a lo largo y ancho, supongo que como consecuencia del alcohol de la chela, el caso es que ella continuó mamando y al mismo tiempo volteando a verme a ver cual era mi reacción, yo por mi parte aunque no fue muy agradable al principio, poco apoco me resultó muy erótico ver los ojos de aquella princesa dándome unas buenas mamadas, con pito y cerveza dentro de su boca; pasaron tres-cuatro minutos cuando luego de metérsela casi toda, la succionó desde casi la base hasta la punta, para finalmente tragarse la chela, luego dijo: ”hay papito, me acabo de tomar una chela con sabor a tu verga cabezona y me supo bien rica, ¿te gustó?” la neta como nunca me lo habían hecho así, le dije que me había encantado; no bien terminé de contestar cuando me dice: “pues ahora me voy a tomar una chela con sabor a tu leche” y procedió a hacer lo mismo, sólo que ahora me hizo terminar dentro de su boca, una vez que terminé me mira y con mucha coquetería me dice “pues ahora me acabo de tomar una chela con sabor a tu leche mi amor, sólo que esta estaba más caliente”. Yo estaba que no la creía, nunca me hubiera imaginado que experimentaría tales sensaciones, me pareció muy original y erótico haberme venido dentro de su boca en esa situación.
Ese mismo día me tomó un poco más de tiempo recuperarme de tantas nuevas sensaciones, cuando le dije: “ahora me toca corresponderte, quiero hacerte sentir mi lengua” e inicié besándole el cuello lentamente, para poco apoco ir bajando hacia sus tetas y pararle los pezones con mis labios, apretándolos con firmeza pero sin lastimarla, ella respondía a cada una de mis caricias orales con gemidos profundos y eróticos “aaaaahhhhh papi, que rico me mamas los pezones, así mi vida, vas a hacer que me venga sin que me la metas”, yo seguía con mi faena, pasando por su ombligo hasta llegar a su ”clítoris, el cual acaricié con mi lengua haciendo pequeños círculos alrededor y alternando con largas lamidas a sus labios vaginales, hasta que por fin metí mi lengua dentro de su vagina, ella al sentirme soltó un prolongado “aaaaaaaaahhh dame, más ahí me tienes mi vida…..” entonces le metí mi dedo anular pero no sentí que apretara, por lo que procedí a introducirle un segundo dedo –quiero señalar que acostumbrado a la vagina de mi esposa (la cual es muy estrecha porque no tenemos hijos) la de ella me pareció muy amplia por dentro, me animé a meterle un tercer dedo, ahí la tenía dedeándola con tres dedos: anular, medio e índice mientras le acariciaba el clítoris con el pulgar, no tardó mucho antes de que se viniera de nuevo, al tiempo que me pedía “mámame la pucha cariño, anda mámame, quiero que pruebes mis jugos aaahhhhoraaaaa” obedecí al instante y cual fué mi sorpresa que de pronto recibí en mi lengua y boca un caudal de jugos calientes, algo saladitos pero no desagradables, mientras ella se retorcía y me tomaba de la cabeza para no dejarme escapar, mientras yo seguía mamandole y chupando todo aquellos néctares directos de su panocha. Nos quedamos dormidos antes de irnos..
Desafortunadamente ambos nos clavamos tan gacho que nos metimos en rollos mala onda: con reclamos, insultos, chantajes, exigencias de dinero y de tiempo incluso sábados y domingos, ella quería que me divorciara y para conseguirlo incluso inventó un falso embarazo-me quedó claro que me quería atrapar a la mala-. Fue en ese momento que me cambiaron de área, impidiéndome poder regresar a esa ciudad y aunque ella me seguía buscando -la palabra correcta es acosando, incluso buscándome en mi casa, lo que casi provoca mi divorcio porque mi vieja obvio que se dio cuenta- las cosas se enfriaron.
Ese mismo día me tomó un poco más de tiempo recuperarme de tantas nuevas sensaciones, cuando le dije: “ahora me toca corresponderte, quiero hacerte sentir mi lengua” e inicié besándole el cuello lentamente, para poco apoco ir bajando hacia sus tetas y pararle los pezones con mis labios, apretándolos con firmeza pero sin lastimarla, ella respondía a cada una de mis caricias orales con gemidos profundos y eróticos “aaaaahhhhh papi, que rico me mamas los pezones, así mi vida, vas a hacer que me venga sin que me la metas”, yo seguía con mi faena, pasando por su ombligo hasta llegar a su ”clítoris, el cual acaricié con mi lengua haciendo pequeños círculos alrededor y alternando con largas lamidas a sus labios vaginales, hasta que por fin metí mi lengua dentro de su vagina, ella al sentirme soltó un prolongado “aaaaaaaaahhh dame, más ahí me tienes mi vida…..” entonces le metí mi dedo anular pero no sentí que apretara, por lo que procedí a introducirle un segundo dedo –quiero señalar que acostumbrado a la vagina de mi esposa (la cual es muy estrecha porque no tenemos hijos) la de ella me pareció muy amplia por dentro, me animé a meterle un tercer dedo, ahí la tenía dedeándola con tres dedos: anular, medio e índice mientras le acariciaba el clítoris con el pulgar, no tardó mucho antes de que se viniera de nuevo, al tiempo que me pedía “mámame la pucha cariño, anda mámame, quiero que pruebes mis jugos aaahhhhoraaaaa” obedecí al instante y cual fué mi sorpresa que de pronto recibí en mi lengua y boca un caudal de jugos calientes, algo saladitos pero no desagradables, mientras ella se retorcía y me tomaba de la cabeza para no dejarme escapar, mientras yo seguía mamandole y chupando todo aquellos néctares directos de su panocha. Nos quedamos dormidos antes de irnos..
Desafortunadamente ambos nos clavamos tan gacho que nos metimos en rollos mala onda: con reclamos, insultos, chantajes, exigencias de dinero y de tiempo incluso sábados y domingos, ella quería que me divorciara y para conseguirlo incluso inventó un falso embarazo-me quedó claro que me quería atrapar a la mala-. Fue en ese momento que me cambiaron de área, impidiéndome poder regresar a esa ciudad y aunque ella me seguía buscando -la palabra correcta es acosando, incluso buscándome en mi casa, lo que casi provoca mi divorcio porque mi vieja obvio que se dio cuenta- las cosas se enfriaron.