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MI ADORABLE VECINITA

cybertron

Bovino adolescente
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5 Ene 2006
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52
Que tal me encontre este relato y me gusto se los comparto saludos y buen año nuevo.



Hola de nuevo, amigos. El relato que os voy a contar, acaba de finalizar hace unos breves instantes. Aun me tiemblan las piernas del placer derrochado. Pero para poneros en situación, me tengo que remontar a unos días atrás.
Hace como un mes se mudó una joven parejita al piso de arriba. Anteriormente habíamos tenido problemas con los inquilinos, pues los vecinos de arriba se mudaron y desde entonces lo alquilaron varias veces. A los primeros se los llevó la policía, acusados de malos tratos en la pareja. Después de eso se lo alquilaron a dos chicas, que eran pareja. Al principio era toda una delicia oírlas mientras se amaban.

Un placer y toda una envidia, porque se podían tirar horas y horas.

Esa parte voyeur que todos llevamos dentro, la tenía siempre activada, pues era raro el día que no estaban liadas. Que manera de gemir, de gritar. Parecía como si las tuviera dentro de casa. Entre lo que se oía y lo que me imaginaba, no os puedo ni contar los innumerables orgasmos que alcancé gracias a ellas. Pero al poco tiempo me empezó a cansar. Entre que ellas o se estaban amando o peleando (peleas brutales), la convivencia poco menos que comenzó a ser un suplicio. Lo que al principio era puro morbo, al final era toda una odisea. No podíamos ni dormir, porque les daba igual la hora que fuera y a veces se tiraban toda la noche liadas.

Por fin un día se fueron. Cuando los propietarios entraron en la casa y vieron el estado en el que la dejaron, por poco les da un ataque al corazón. Se tiraban hasta las ollas al pelearse y no había una sola pared que estuviera en buen estado. La reparación les costó más de 12.000 euros. Quedaron tan escarmentados que decían que no lo volverían a alquilar. Les dije de comprárselo, pero dijeron que querían dejarlo ahí por si algún día lo necesitaba alguno de sus nietos.

Pasó el tiempo, la casa seguía vacía, hasta que un día vi a una joven pareja subiendo unas cajas. Estaba claro que era una mudanza. No se porqué, pero enseguida deduje que volvía a tener nuevos vecinos arriba. Pasaron algunos días y la verdad, arriba apenas si se oía nada, y eso que las paredes son de papel. Solo por la noche oía en el salón como se tiraban horas y horas jugando a la Play-Station. A mi ya me empezaba a extrañar que no se les escuchara de hacer el amor, incluso pensé que se trataban de hermanos o compañeros de trabajo o algo así, pero pronto la dueña de la casa me sacó de la duda.

Vino a mi casa porque el mando del garaje se lo quedaron las antiguas inquilinas, y necesitaba que le prestara el mío para sacar una copia. Me dijo que la vivienda se la había alquilado a una pareja jovencita muy buena gente, que los conocía hace años, porque sus padres salen con ellos a comer los domingos y me preguntó que si nos estaba dando la batalla como los anteriores o eran mejores. Yo les dije, que sin duda alguna, estos no hacían ni un ruido, que durante el día se notaba que no había nadie y, solo por las noches se les oía jugar a la play o alguna que otra película, pero nada que fuera molesto. Simples ruidos de vecinos.

Esto fue así, hasta el otro día. Me extrañó oír ruido por la mañana. Serían como las once y comencé a oír un leve gemido. Al rato el ruido típico de la cama (no se porque no aprietan los tornillos). Mi patio da directo a la ventana de su dormitorio y salí con la esperanza de que tuvieran la ventana abierta, para poder oír algo

Bingo. Sus gemidos, aunque leves (nada parecido a los que estaba acostumbrado a oír de las lesbis) eran muy excitantes. De pronto pude oír:

-No, por el culo no. Por ahí no dejo ni a mi novio. Lo tengo muy chico y seguro que me duele.

Bingo de nuevo. No estaba con el novio. La vecinita que no había roto un plato, tenía un amiguito.-“No, gritó de nuevo. -Como lo intentes de nuevo, te vistes y te vas. Al poco rato oí los gemidos de los dos y pude notar como se corrieron. Lo hicimos los tres a la vez, porque yo, con el espectáculo, me estaba masturbando también.

Al día siguiente, estaba abriendo la puerta del portal cuando una voz me dijo por detrás “hola”. Sorpresa, era mi linda vecina. Tiene unos 20 años y, si al principio me pareció atractiva, ahora me parecía espectacular. – Hola, le respondí. Me puse a mirar si tenía correspondencia en el buzón, mientras ella esperaba el ascensor. Yo subía por las escaleras, pues vivo en un primer piso y ella en el segundo, y cuando estaba subiendo los primeros peldaños, le dije: - Que fiestecita la de ayer por la mañana, eh?. Yo mismo me sorprendí, pues normalmente soy muy, pero que muy discreto. Noté que se puso toda colorada y corriendo se metió en el ascensor.

Entré en mi casa aun alucinando por el comentario que le hice, cuando de pronto sonó el timbre de mi puerta. Era ella. -Vecino, ¿me podría prestar un limón? Es que tengo que preparar la comida y se me olvidó comprarlos. – Claro, le dije, pasa. Toma, llévate un par de ellos. -¿Está solo, vecino?- Si, acabo de llegar, pero creo que si. -Mira vecino, no nos conocemos, pero me gustaría pedirle un favor. Lo que ocurrió ayer no se si lo sabe, pero… no fue con mi novio. Espero que sepa ser discreto. – No te preocupes, además, creo que todos lo pasamos bien. -¿Todos?, dijo ella. – Si, todos. ¿O acaso crees que yo soy de piedra?. Gracias a ti tuve un fabuloso orgasmo.

Te propongo un trato. -Mira vecino, me interrumpió ella. -No soy del tipo de mujeres que suele ir por ahí picando de flor en flor, simplemente surgió hacerlo con este amigo, que fue un antiguo novio que tuve en la adolescencia, pero no suelo ser infiel. Espero que no me haga chantaje de este tipo para mantener su silencio. – No hija, no soy de ese tipo de personas, no me gusta aprovecharme de la situación indefensa de una mujer, pero si me gustaría pedirte algo a cambio. Algo que no te cueste mucho que hacer. No te lo tomes como un chantaje.

Te prometo que lo que oí, quedará siempre entre tú y yo. De mi, jamás volverá a salir una sola palabra mencionando lo ocurrido. Pero si me gustaría, solo si quieres, que hagas algo por mi. -¿El qué? - Pues es muy fácil. Esta noche, cuando venga tu novio, sedúcele. Haz el amor. Y vuelve a dejar la ventana abierta. -Pero hace mucho frío… -Solo una pequeña rajita. Eso es más que suficiente. Y procura que tus gemidos sean bien audibles. Avisa cuando te vayas a correr, porque yo lo haré contigo. Nos correremos los dos juntos, a distancia y sin contacto, pero los dos juntos. -No sé si seré capaz de hacerlo. – Hazlo esta noche, y que sea a partir de las doce. A esa hora, estaré en el patio, fumando un cigarrito.

Cogió los dos limones, abrió la puerta y me dijo: -Gracias vecino por los limones. Intentaré devolverle eso, pero no se lo aseguro.

Se me hicieron eternas las horas hasta la noche. Sobre las once y media los oí llegar. Pude notar cuando pusieron la tele. A las doce en punto, me fui al patio. Encendí la luz y eché el toldo, para que ella escuchara que estaba allí. Encendí un cigarrito y pude oír como se abría un poco la ventana. Al poco tiempo pude oír como se ponía melosa con el novio, como abrían el bidet, y como se echaron en la cama (bendito chirriar de cama)

-Te voy a hacer una mamada como jamás recuerdes que te hice ninguna. – Pero si a ti no te gusta demasiado… -No se porqué, pero hoy estoy más cachonda que nunca…

A partir de ahí, un pequeño silencio, luego unos leves gemidos. -Así, cómeme el coño, si, que rico Ahhhggg. Fóllame, quiero sentir tu polla en mi coño. Quiero correrme contigo. Quiero que nos corramos todos juntos aggggghhhhh… Eso me pareció una señal. Me dedicó el orgasmo.

Sabía que yo estaba abajo y no se le olvidó. Y cuando sentí sus gritos de placer, me derramé yo todo entero, imaginándome que ella gozaba con mi corrida.

Al día siguiente, estaba solo en casa, cuando volvió a sonar el timbre de mi puerta. -Hola, me dijo ella. Aquí tiene los limones que me prestó ayer.- Pasa, déjalos tu misma en la nevera, pero no hacía falta que me los trajeras.

-Vecino, anoche cumplí mi palabra, espero que le gustara. - Mucho, aunque… Me gustó más el otro día, cuando estabas con tu amigo. Tu novio tiene que ser un soso… -Pues si, un poquito sosete si que es, pero yo lo quiero mucho. -Me gustaría volver a oírte, pero con tu amigo. Eso fue más excitante. Sobre todo cuando te quiso follar el culo Jejejejejeje

-¿No me digas que hasta eso lo oíste? - Aquí se oye todo, no lo olvides. Estas paredes están hechas de papel. ¿Cuando lo volverás a invitar?

-Pues no sé. Ni siquiera se si volveré a invitarlo. Fue un polvo enconado que ambos teníamos desde hacía mucho tiempo. Cuando estuvimos saliendo de novios éramos muy jóvenes. Y aunque lo deseábamos, nunca lo hicimos. Por eso cuando nos vimos el otro día, volvió a encenderse la chispa. Fue la primera vez que le fui infiel a alguien. Por eso le repito, que no le diga nada a mi novio.

- No te preocupes, reina. Ya te dije que tenías mi palabra de honor. -Gracias, no sé como agradecérselo. No me gustaría que mi relación se fuera al garete, por un simple polvo. - Una cosita. ¿De verdad te da tanto miedo el sexo anal? -Uffff. Mucho. Una vez lo intenté con mi novio, y me dolió una barbaridad. - Claro, lo intentaría hacer a lo bruto, sin prepararte ni nada, ¿verdad? -Pues sí. Y lo tuvimos que dejar de inmediato. Cada vez que recuerdo el dolor, me entran ganas hasta de asesinarlo.

- Eso fue por lo que te dije. El sexo anal es fabuloso, pero solo si se hace bien, sobre todo las primeras veces. Hay que prepararlo todo muy bien, incluso a veces hay que intentarlo en varias ocasiones. Solo si se ve que está como debe de estar, hay que intentarlo.

Tu sexo lubrica por si solo. Al ano, hay que ayudarlo. Y abrir ese agujerito, no siempre es fácil. A veces se necesitan varios días. Pero una vez que lo consigas… Jamás querrás abandonar ese placer. Imagínate, será como si te corrieras a la vez por el coño y por el culo. ¿Eres capaz de imaginártelo?

-Uffff. Me lo estás poniendo difícil. ¿Qué me aconsejas que haga? - Me encanta que me tutees. Jejejeje. ¿Te gustaría que yo te enseñara a gozar con ese culazo que tienes? -¡Seguro que serás discreto, verdad vecino?

Bueno, amigos. Hasta aquí esta primera parte. Me tiemblan demasiado las manos debido al placer de este encuentro, así que publicaré esta parte hoy, y la segunda, en unos días.

Espero que os haya gustado. Hasta muy pronto.
 
esta bueno el relato, pero como tu dices no es tuyo no entiendo porque no lo publicas completo de una vez.
 
bien bien, ahora comprendo la frase que dice que dios no les da alas a los alacranes jajajaja por eso no tengo vecinas asi jajajajaja
gracias
 
Estuvo genial brother, Yo nunk comento nada, pero esto si que me gusto, no nos hagas esperar demasiado con la segunda parte, saludos.
 
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