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México no puede sancionar a Venezuela

casanova39

Bovino adicto
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18 Jun 2008
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México no puede sancionar a Venezuela

MÉXICO 31 de Julio de 2017

La posición del gobierno de México frente al de Venezuela no podría analizarse al margen de la política internacional de México, tomada ésta como un legado de generaciones anteriores. Sin embargo, valdría la pena centrar la discusión en los aspectos concretos de las sanciones impuestas por Donald Trump y secundadas por Enrique Peña Nieto y su improvisado canciller Luis Videragay.

México ha firmado acuerdos y tratados para perseguir delincuentes buscados en otros países, afectar sus bienes e, incluso, detenerlos con fines de extradición. Pero el gobierno mexicano no está autorizado para aplicar sanciones por motivos políticos. Incluso, la Constitución prohíbe la extradición de reos políticos (art. 15), con lo cual traza una raya infranqueable entre el Estado mexicano y la lucha política interna de otros países, en la que México no puede tomar parte porque no admite que extranjero alguno lo haga en los asuntos políticos del país.

El gobierno de México podría hacer cuanta declaración considerara correcta para manifestar su opinión relacionada con la crisis venezolana y podría criticar a quien quisiera, gobernantes o no. Lo que no puede hacer es formar parte de un alineamiento internacional para promover el cambio de gobierno en Venezuela, o en cualquier otro país, como lo ha intentado en la OEA y, luego, lo ha hecho, en forma bilateral, con Estados Unidos, al secundar una sanción de este último contra Venezuela, como represalia política concreta contra otro Estado. Esta conducta es inconstitucional porque lesiona el principio normativo de no intervención y el de proscripción de la amenaza en las relaciones internacionales (art. 89. X).

En Estados Unidos existe una ley que faculta al presidente a llevar a cabo esa clase de actos de represalia y otros muchos más, pero en México no hay nada al respecto en la legislación. Lo que no tiene autorizado el presidente de la República, lo tiene prohibido. Así se simple. Pero, además, la conducta del gobierno mexicano es abiertamente contraria al derecho constitucional mexicano.

La simple sanción aplicada a funcionarios gubernamentales venezolanos como represalia, medio de presión y amenaza, secundando a un tercer gobierno para perjudicar a Venezuela, tendría que llevar a iniciar juicios políticos contra los funcionarios que hubieran aplicado la orden relativa. La conducta de Videgaray y posiblemente las del procurador y del secretario de Hacienda, por instrucciones de Enrique Peña Nieto, son contrarias a la Constitución y las leyes de México.

Amigos: Más claro ni el agua pura.




Fuente:

http://www.proceso.com.mx/496845/mexico-puede-sancionar-a-pais


Saludos
 
Parecía interesante la nota. La leí y luego fui al la fuente para ver quien la había escrito, dado lo volátil del contenido (líneas al aire, con tintes de supuesto intelectualismo político). Ma bastó ver que el autor es ni más ni menos que el "brillantísimo" ex-lider del '68, devenido fósil vividor a expensas del erario público, Pablo Gómez, para entender lo "futurista" del artículo. Si se instalara el mentado juicio político por el que clama Pablo Gómez en el artículo original (de hecho hilo conductor de su perorata), entonces él mismo tendría que estar sujeto a tal proceso, ya que tiene... ¡mucha cola que le pisen! "El que esté libre de culpa..." y Pablo Gómez (o, como lo conocemos en los "círculos": Pablito Pómez) se ha dedicado desde hace muchos años (desde que dejara los ideales del '68) a... vociferar sin control, con la complacencia cómplice y tolerada del gobierno.
 
Mi Estimado Jarochilandio:

A ver, el punto a tocar no es Pablito Gómez, sino que el gobierno mexicano no puede sancionar a Venezuela. Para no desviarnos de lo esencial.

Puedes criticar al muy criticable Pablito Gómez -no lo defiendo a él-; sino que esta vez si tiene razón. Peña Nieto, Videgaray, y Meade, NO tienen ninguna autoridad ni Moral, ni Jurídica para entrometerse con Venezuela. Ese es el punto mi caro amigo Jarochilandio.

Para no perdernos en la retórica de la OEA, Trump, Televisa, TeleAzteca y la del corrupto presidente mexicano Peña Nieto y sus secuaces: México no puede sancionar a Venezuela ni formar un frente común contra otro gobierno extranjero. Ese es el punto mi amigo Jarochilandio, no nos desviemos por favor.

No estamos discutiendo sobre pablito gómez, ni sobre 1958.

Reitero: Amigos más claro ni el agua pura.

Saludos
 
Primero, mi buen casanova, si de SANCIONAR a Venezuela se trata, pues la única manera en que el gobierno mexicano (con el Copetes actualmente al frente) podría "sancionar" al gobierno venezolano sería PROHIBIENDO la exportación de las canastas básicas de alimentos que México actualmente le vende a Venezuela a 16 USD y que el gobierno venezolano REVENDE a 38 USD (y eso que se dicen "socialistas"). O "sancionando" a funcionarios del gobierno de Maduro. O congelando activos de funcionarios venezolanos en México. Nada de eso ha hecho. Lo primero no lo hará (intere$e$, así como en el caso yanqui los de las compras/ventas con los gringos), y los otros dos... pues... tú me dirás.

Que yo sepa, lo único que el "amigou" del Trumposo y sus secuaces han hecho, es "hacerle segunda" al Pelochas en cuanto a la llamada POSICIÓN OFICIAL del gobierno mexicano de manifestar su descontento respecto a lo que está pasando en VeneCuba. Y en eso, ¡hasta Pablito Pómez está de acuerdo!

Creo que todo aquél que haya ido a la escuela a algo más que a pasar los exámenes, le resulta obligado haber oído hablar de la "Doctrina Estrada" y del "Derecho de autodeterminación".

La "Doctrina Estrada" favorece una visión cerrada de soberanía nacional. Afirma que gobiernos extranjeros no deberían juzgar (para bien o para mal), gobiernos o cambios en gobiernos de otras naciones ya que implicaría una violación a su soberanía.

En su propuesta formal, la doctrina Estrada indicaba lo siguiente (Ley Estrada. 27 de septiembre de 1930):

El gobierno de México no otorga reconocimiento porque considera que esta práctica es denigrante, ya que a más de herir la soberanía de las otras naciones, coloca a éstas en el caso de que sus asuntos interiores pueden ser calificados en cualquier sentido por otros gobiernos, quienes, de hecho, asumen una actitud de crítica al decidir favorable o desfavorablemente sobre la capacidad legal de regímenes extranjeros. El gobierno mexicano sólo se limita a mantener o retirar, cuando lo crea procedente, a sus agentes diplomáticos, sin calificar precipitadamente, ni a posterior, el derecho de las naciones para aceptar, mantener o sustituir a sus gobiernos o autoridades.

Una de las intenciones básicas de la "Doctrina Estrada" era servir como respuesta de México hacia la negativa de las naciones extranjeras a reconocer a los gobiernos mexicanos postrrevolucionarios. Era obvio, dado el contexto de la época.

Y, ¡OJO!, aquí viene algo IMPORTANTE: La mayoría de las críticas de dicha doctrina se dirigieron hacia si era moral y políticamente válido o no que el gobierno mexicano se mantuviese neutral en presencia de gobiernos clasificados como dictaduras. Su uso más extendido se dio en la década de 1970 donde México no otorgó reconocimiento de Estado a los países sudamericanos que sufrieron golpes de estado. México únicamente se limitó a mantener o retirar sus misiones diplomáticas.

Por cuanto hace al "Derecho de libre determinación de los pueblos", más conocido como "Derecho de autodeterminación", es el derecho de un pueblo a decidir sus propias formas de gobierno, perseguir su desarrollo económico, social y cultural, y estructurarse libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de igualdad. Tiene un carácter aún más universal que la "Doctrina Estrada". El concepto de libre determinación tiene una gran fuerza y un carácter especialmente polémico. El Comité de Derechos Humanos ha puesto de manifiesto su naturaleza fundamental al señalar que es requisito necesario para la plena efectividad de los derechos humanos individuales. Pero su mención en el discurso político contemporáneo puede levantar temores de desestabilización, incluso violenta; también se ha asociado con posiciones políticas extremistas y chauvinismos étnicos.

En 1962, la Asamblea General aceptó estudiar los principios fundamentales de la Carta y los deberes que se derivan de ella; uno de estos principios es la libre determinación. El 24 de octubre de 1970 se adoptó la resolución 2625 (XXV), que contiene la Declaración sobre los principios de Derecho Internacional referente a las relaciones de amistad y a la cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. La resolución se adoptó por consenso, por lo que recogió los puntos de vista de los Estados occidentales, los socialistas y los del tercer mundo. La Declaración sobre relaciones de amistad muestra que la descolonización es una importante manifestación de la autodeterminación, pero que el ámbito de este derecho es más extenso: también la asocia con la existencia de un gobierno representativo. La Declaración afirmó que la libre determinación es un derecho de todos los pueblos y que conlleva obligaciones para todos los Estados, y que su respeto es condición necesaria para el establecimiento de relaciones amistosas y de cooperación entre los Estados.

A lo largo del tiempo se han diferenciado progresivamente dos vertientes, la autodeterminación externa y la autodeterminación interna. Estas dos facetas, que gozan del apoyo de la mayor parte de la doctrina, han sido sistematizadas, entre otros organismos, por el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, en su Observación general número 21, de 1996,21 y la Comisión Europea para la Democracia por el Derecho, en un informe adoptado en 1999.22

La vertiente interna define el derecho de los pueblos a decidir su organización política y perseguir su desarrollo cultural, social y económico. Se relaciona, entre otros, con el derecho de todo grupo a preservar su identidad; también con el derecho de todo ciudadano a participar, a todos los niveles, en la dirección de los asuntos públicos, y por tanto con la democracia. De aquí se deriva que un Gobierno debe representar al conjunto de la población, sin distinción por motivos de raza, credo, color o cualquier otro.

Por cuanto hace al ámbito regional, el gobierno mexicano ha emitido su VOTO FAVORABLE para que se aplique POR PARTE DE LA OEA (no de los USA, ni de México) la llamada Carta Democrática Interamericana. Y, nos guste o no, es un mecanismo en el cual incluso el entonces gobierno venezolano estuvo de acuerdo (firmó, vamos). Y aquí es donde necesariamente (por eso lo hice), se requiere saber quien redacta la nota. Pablito Pómez sigue viviendo en el '68 y sigue con sus encendidos discursos (le han dado re$ultado desde entonces para vivir del pre$upue$to) propios de quien interpreta cualquier redacción o situación según le convenga (y le permita seguir mamando de la ubre gubernamental). Es propio de él, al no tener nada CONSTRUCTIVO que hacer desde hace la friolera de... ¡YA CASI 50 AÑOS!, el ponerse a despotricar contra todo lo que se mueva, si ello conviene a $U$ INTERE$E$. Se autoconsidera (quizá por su pasado "revolucionario" del '68) como una MÁXIMA AUTORIDAD en asuntos de política (y por eso en numerosas ocasiones han debido CORRERLO de entrevistas y reuniones, al adoptar posturas RADICALES de "aquí mando yo" y ponerse a VOCIFERAR).

La situación actual en Venezuela, de lo menos que se le puede calificar, es de INCIERTA. Lo más GRAVE, es que el ORDEN CONSTITUCIONAL VENEZOLANO (no el mexicano) lo haya VIOLADO ni más ni menos que... ¡EL MISMO PRESIDENTE EN TURNO! Y para eso, pues te invito a leer la Constitución vigente en Venezuela (la que mandó a re-escribir nada más y nada menos que el padre putativo de Nicolás Maduro).

Es, pues, importante, que el gobierno mexicano, sea quien sea su titular, manifieste SU POSTURA OFICIAL respecto a la situación en Venezuela. Repito: manifieste SU POSTURA OFICIAL respecto a la situación en Venezuela. No he dicho que APLIQUE SANCIONES al gobierno y/o pueblo venezolanos ("Doctrina Estrada" -aún cuando desde Felipe Calderón le hayan aplicado un "gancho al hígado"-, y "Derecho de autodeterminación"). Y, como ya lo mencioné más arriba, no he sabido que, hasta la fecha, el gobierno del Copetes haya aplicado SANCIÓN de tipo alguno al gobierno venezolano. Repito la palabra: SANCIÓN. No lo hizo con el caso cubano de Fidel Castro (el ya trístemente famoso "bloqueo económico" gringo); tampoco lo ha hecho en el caso venezolano. Como bien lo cita Pablito Pómez, eso tendría que llevar a iniciar juicios políticos contra los funcionarios que hubieran aplicado la orden relativa. Ni siquiera el nunca bien ponderado Mesías Tropical ha querido inmiscuirse en esta vertiente. ¿Porqué será? Cuando se quieren "ver moros con tranchetes", lo que quiera que se mueva es bueno…

Que no venga el ESTRIDENTE de Pablito Pómez a tratar de que veamos "moros con tranchetes", sólo porque él lo ordena. No estoy en absoluto a favor del gobierno del hipercorruptísimo Copetes (de hecho me cae, como imagino a tí también, en el hígado), pero tampoco voy a dejar que un vividor como Pablito Pómez venga a decirme una de sus clásicas sartas de estupideces pseudo-comunistoides (porque él ni es comunista, ni sociallista, ni neoliberal, ni capitalista, ni imperialista; lo suyo más bien califica de facismo-colonialismo mental). Te invito a pasar a leer la dichosa Carta Democrática Latinoamericana, en particular el tan llevado y traído actualmente artículo 20, que es el que se ha discutido en las más recientes reuniones de la OEA. Qué bueno que Pablito Pómez nos "motive" a fomentar nuestro acervo cultural (algo que seguramente no es su intención). Así aprendemos más, y podemos mantenernos al margen de los discursos ESTRIDENTES.

Saludos, y... un placer tener la oportunidad de DISCUTIR (no DISPUTAR, como lo sería con el nunca buen ponderado Pablito Pómez) de asuntos de toda índole. Es un sano ejercicio para las neuronas.
 
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