jarochilandio
Bovino de la familia
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Miodrag Soric
dw.com
13.03.2017
La experiencia de Angela Merkel con políticos ególatras le servirá mucho en su visita a Washington, ahora que se reúne con Donald Trump. Su sobrio trato con personajes difíciles es una ventaja, cree Miodrag Soric.
Entre esas figuras difíciles está el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien entre más tiempo está en el cargo, más lleno de ira parece. Así lo demuestra su comparación de la Alemania federal con el régimen nazi. Y Merkel rechaza esos enojos con tanta objetividad, como cuando una maestra le explica a sus alumnos por qué, a veces, los fusibles saltan y el salón queda a oscuras.
Merkel tampoco se deja sacar de casillas cuando el jefe del partido polaco de Gobierno, Jaroslaw Kaczynski, habla de un supuesto "dictado alemán”. Ella no hace ni una mueca cuando a su lado el presidente ruso Vladimir Putin denuncia las sanciones occidentales como "injustas”. "Él vive en su propio mundo", es el diagnóstico de la canciller alemana.
La canciller se alegra de la visita
Y ahora Donald Trump. ¡De qué no ha acusado Trump a Merkel en los últimos meses! Ha aseverado que está arruinando a Alemania, ha predicho rebeliones en el Rin y el Oder. Ha dicho que sus amigos alemanes, supuestamente horrorizados por la crisis de refugiados, quieren salir de Europa.
Pero la científica Merkel sabe manejar estas situaciones: "Ella se alegra de ver personalmente a Trump”, se dio a conocer a secas. Las críticas de Trump no la asustan. Merkel redujo tanto las expectativas de dicha visita, que ya una imagen de su saludo de mano con Trump, será considerado un éxito.
El objetivo: no perder de vista a Washington
Ante la visita a Estados Unidos Merkel no pierde su objetividad. Lo que hay de por medio es demasiado importante. Una guerra comercial entre la UE y EE. UU. afectaría la economía mundial. El debilitamiento de la OTAN y el aislacionismo estadounidense tendrían consecuencias imprevisibles para el orden mundial. Echar atrás el Acuerdo climático de París tendría letales consecuencias para África.
Renunciar a los valores comunes, socavaría la credibilidad de Occidente. Entre más anheleTrump la desintegración de la UE, con más ahínco defenderá Merkel la unidad europea. Sus objetivos prevalecerán. Una de las fortalezas de Angela Merkel es que muchos aún la subestiman.
Merkel como la lider objetiva de Europa
Merkel también quiere mejorar el mundo, como acostumbran decir patéticamente los estadounidenses. Solo que Merkel evita las exageraciones. Así como evita presentarse como la abanderada de los antitrumpistas. Merkel busca la inclusión, no la exclusión.
Merkel es la líder indiscutible en Europa, justo porque no reclama ningún liderazgo. Ella es ajena a la megalomanía. Merkel no dice una palabra que antes no hubiera sido pensada. Los analistas se centrarán en Donald Trump: ¿Va a decir algo imprudente? ¿Puede negociar sin amenazar? ¿Va a representar a EE. UU. con dignidad? Así Trump cometa una imprudencia, Merkel sabrá ignorarla.
Trump no es su primer caso difícil.
Fuente
Angela Merkel tiene una ventaja: ella sí le puede decir al racista, xenófobo y supremacista blanco, ¡yo soy tan blanquita y güerita como tú!
Y teniendo mucho, pero MUUUUUUCHOOOOOOO más "callo" que el Bocón desafinado... se lo puede "comer vivo" y no de un solo bocado, sino poco a poquito. Hoy por hoy en este planeta hay dos personajes que se pueden cenar al Trompudo bien doradito y con su manzana en la boca, a la luz de las velas: Angela Merkel y Vladimir Putin.
dw.com
13.03.2017
La experiencia de Angela Merkel con políticos ególatras le servirá mucho en su visita a Washington, ahora que se reúne con Donald Trump. Su sobrio trato con personajes difíciles es una ventaja, cree Miodrag Soric.

Entre esas figuras difíciles está el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien entre más tiempo está en el cargo, más lleno de ira parece. Así lo demuestra su comparación de la Alemania federal con el régimen nazi. Y Merkel rechaza esos enojos con tanta objetividad, como cuando una maestra le explica a sus alumnos por qué, a veces, los fusibles saltan y el salón queda a oscuras.
Merkel tampoco se deja sacar de casillas cuando el jefe del partido polaco de Gobierno, Jaroslaw Kaczynski, habla de un supuesto "dictado alemán”. Ella no hace ni una mueca cuando a su lado el presidente ruso Vladimir Putin denuncia las sanciones occidentales como "injustas”. "Él vive en su propio mundo", es el diagnóstico de la canciller alemana.
La canciller se alegra de la visita
Y ahora Donald Trump. ¡De qué no ha acusado Trump a Merkel en los últimos meses! Ha aseverado que está arruinando a Alemania, ha predicho rebeliones en el Rin y el Oder. Ha dicho que sus amigos alemanes, supuestamente horrorizados por la crisis de refugiados, quieren salir de Europa.
Pero la científica Merkel sabe manejar estas situaciones: "Ella se alegra de ver personalmente a Trump”, se dio a conocer a secas. Las críticas de Trump no la asustan. Merkel redujo tanto las expectativas de dicha visita, que ya una imagen de su saludo de mano con Trump, será considerado un éxito.
El objetivo: no perder de vista a Washington
Ante la visita a Estados Unidos Merkel no pierde su objetividad. Lo que hay de por medio es demasiado importante. Una guerra comercial entre la UE y EE. UU. afectaría la economía mundial. El debilitamiento de la OTAN y el aislacionismo estadounidense tendrían consecuencias imprevisibles para el orden mundial. Echar atrás el Acuerdo climático de París tendría letales consecuencias para África.
Renunciar a los valores comunes, socavaría la credibilidad de Occidente. Entre más anheleTrump la desintegración de la UE, con más ahínco defenderá Merkel la unidad europea. Sus objetivos prevalecerán. Una de las fortalezas de Angela Merkel es que muchos aún la subestiman.
Merkel como la lider objetiva de Europa
Merkel también quiere mejorar el mundo, como acostumbran decir patéticamente los estadounidenses. Solo que Merkel evita las exageraciones. Así como evita presentarse como la abanderada de los antitrumpistas. Merkel busca la inclusión, no la exclusión.
Merkel es la líder indiscutible en Europa, justo porque no reclama ningún liderazgo. Ella es ajena a la megalomanía. Merkel no dice una palabra que antes no hubiera sido pensada. Los analistas se centrarán en Donald Trump: ¿Va a decir algo imprudente? ¿Puede negociar sin amenazar? ¿Va a representar a EE. UU. con dignidad? Así Trump cometa una imprudencia, Merkel sabrá ignorarla.
Trump no es su primer caso difícil.
Fuente
Angela Merkel tiene una ventaja: ella sí le puede decir al racista, xenófobo y supremacista blanco, ¡yo soy tan blanquita y güerita como tú!
