MENORES INFRACTORES


Que edad tiene la inocencia, cuando se pierde, quien puede decir que un menor no tiene conciencia de sus actos y que la vida no lo ha dotado de la experiencia necesaria que dan el correr de los años para poder tomar decisiones en la vida, quien afirma que es un menor impulso el que guía las manos temblorosas y pequeñas de un niño que asalta la tienda de la esquina para conseguir dinero para el vicio impulsado por el reto que lanzan sus amigos, aquellos que en la cuadra se juntan con el para platicar lo que en el día les ha sucedió o simplemente para escapar de la violencia que en su casa son objeto. Quien puede desmentir que todo comienza como un juego escondiéndole las cosas a la hermana menor, tomando del bolso de su madre dinero para lo que ellos quieran comprar, mintiéndole al padre sobre las calificaciones, no respetando los limites y siendo ignorado por los padres al llegar a casa cuando se le viene en gana con tal de no provocar una discusión que atrase a los progenitores al realizar sus actividades diaria puesto que el tiempo hay que canalizarlo en cosas mas importantes como el trabajo que provee lo necesario en la casa para que el hijo pueda disponer de lo que se le antoje sin respetar indicaciones pues los psicólogos aportan la famosa idea de que regañar o reprender a los hijos con frase duras y altisonantes merma la seguridad en ellos y les genera incapacidad para comunicarse con las demás personas que les rodean. Sugieren que limitar al infante crea el habito de la dependencia del menor y frena sus habilidades psicológicas y psicomotoras pues requiere de la presencia paternal o maternal APRA llevar acabo acciones ordinarias. Con teorías como la antes expuesta los padres modernos han educado a sus hijos o mejor dicho le han dejado esa tarea a las guarderías, al televisor y en algunos casos al familiar mas cercano pues carecen de tiempo ya que dicen que todo es por la educación y el futuro de sus hijos, al trabajar todo el día ganan el dinero suficiente para pagar la colegiatura, los deportes y las clases de pintura que a su hijo ayudaran para encontrar un trabajo bien remunerado en este mundo tan competitivo que ya no ofrece empleos a los egresados de cualquier universidad, con carreras tan saturadas, los padres no se dan cuenta que lo que sus hijos necesitan es amor y comprensión con un poco de atención. Las reformas hechas en la administración de justicia para procurar que los servicios que ofrecen los innumerables centros de integración juvenil o tutelares para menores sean mejores representan sin duda un avance pero no un progreso pues la legislación vertida en letra estática plasmada por el bolígrafo frió de la mano de una autoridad en una hoja blanca menbretada con la investidura del protocolo no es acorde con la infraestructura que el país tiene y mucho menos esta contemplada para ser erogada en el plan de desarrollo nacional, ya que los recursos siempre escasean por ser cierre de año al ser aprobadas las iniciativas. El eterno debate que encierra la incógnita de cómo se debe tratar a un menor de edad al cometer un crimen no aporta elementos suficientes para vislumbrar una guía en dicho tema, pues quienes creen que debe ser juzgado con las misma leyes que se aplican a quines ya han cumplido la mayoría de edad afirman que conceder un trato especial al menor que delinque le hace reincidir e incluso mofarse del sistema de justicia mexicano pues al saber sus derechos se cree intocable, aquellos que piensan que el menor no tiene las mismas características físicas, psicológicas y sociales que un adulto proponen que sean juzgados por leyes que permitan su verdadera reintegración a la sociedad sin que se mezclen con el resto de la población de un penal. Las formas de control y seguimiento de un menor que comete un acto ilícito sean visto insuficientes al recargar de trabajo a los centros de integración juvenil al pedir apoyo al departamento de trabajo social para darle seguimiento al menor que cometiera un delito de índole menor, pues se brindaban datos falsos de su domicilio y familiares, haciendo imposible el chequeo quincenal de las actividades del menor. Así mismo los estudios que el juez solicita de manera mensual a cada una de las áreas de los tutelares son impresos con poca precisión y desconocimiento total del tema por que muchas veces al faltar un psicólogo en su área el medico general reemplaza esa función por cuestiones administrativas o falta de apoyo para contratar nuevo personal, lo cual desencadena que no se le de un adecuado tratamiento al menor recluido sumándose a esto las exigencias de los familiares y las constantes amenazas de la opinión publica de que los jóvenes son privados de sus derechos fundamentales al disciplinárseles. Basta decir que este problema puede ser resuelto con una gran campaña de prevención del delito enfocada a menores de edad, con programas de conferencias y talleres que aborden de forma seria la problemática del crimen. Recordemos que el propósito de las instituciones, es hacer de esta sociedad mas humada con una alta calidad de vida de cada individuo y esto solo se podrá lograr a través de la cooperación de todos sus integrantes.




ESCRITO POR ASA