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- #1
Mi esposa y yo estábamos en casa, estábamos solos, empezamos a acariciarnos, yo le tocaba lo pechos y los chupaba, ella agarraba mi polla y me masturbaba, llegamos al punto en que nos vimos haciendo el 69 cuando ella dejó de chuparme la polla y se sentó sobre mi boca, ella gemía y restregaba sus fluidos vaginales por toda mi cara, en un momento paro de restregarse y coloco exactamente su coño en mi boca, yo tenía mi boca lo mas abierta que podía y le pasaba mi lengua por su clítoris, ella relajó su cuerpo y empezó a orinar, al principio sentí un chorrito que caía en mi boca y pensé que se trataba de su orgasmo, pero no, era mucho más que eso, en ese momento traté de quitarla de encima, pero ella sentó todo su peso sobre mi boca y continuo orinando, ella lo estaba disfrutando, yo trataba de no tragar, pero ella al ver que lo hacía, tapó mi nariz con su culo, de esa forma cada vez que yo trataba de respirar lo hacia por la boca y tragaba poco a poco su orina, ella al ver tal situación y notar que me estaba ahogando en su orina no paraba de reír, y me decía, pobre mi amor, no sabes cuanto te falta por tomar, y continuaba orinando, casi al final antes de terminar restregó su coño aun meando por mi cara y termino de hacerlo en mi cabeza. Luego se levanto y me dijo: te gusto? Le respondí: no que asco, casi me ahogas Ella me dijo: que lastima que no te gusto, porque a mi si, y la próxima vez invitaré a mis hermanas, creo que a ellas también les gustaría mearte la cara.
Después de lo ocurrido me enoje con ella y deje de hablarle, pero luego volvimos a calentranos y cuando note ya los dos estábamos en pelotas, ella me dijo que quería amarrarme a la cama, yo estaba tan excitado que accedí a la invitación, después de sujetado con cuerdas y boca arriba, tocaron el timbre de la casa, eran sus hermanas y venían del gimnasio, ellas están preciosas, Rosario las llamó, entraron al cuarto y me vieron desnudo y amarrado, Rosario les dijo: de casualidad sienten ganas de hacer pis, Contestaron: si y muchas Pues que esperan contesto Rosario. Mari fue la primera en quitarse el buzo que traía, se quitó su tanga que por cierto estaba empapada en sudor, subió a la cama, se sentó sobre mi, ella estaba empapada de sudor, encima mío alego que yo no quería abrir mi boca, por lo cual Rosario tomo mi pene y me clavo las uñas, entendí que debía abrir mi boca, y así lo hice, en cuanto abrí mi boca ella vació su vejiga, sabia amargo, trague rápido, para que el martirio pasara rápido, al fin terminó y pronto se quito de encima y continúo Rosario, ella mientras meaba me recordaba la palabras que me había dicho ”la próxima vez invitaré a mis hermanas”, por fin terminó, pero no, faltaba Carmen, acto seguido sentó su hermoso trasero sobre mi cara, pero para sorpresa de ella, en cuanto se sentó yo empecé a chuparle el coño, ella me vio a la cara, sonrió y lo hizo, mientras ella orinaba yo le pasaba la lengua por sus labios vaginales, después de terminado se quedo un rato sobre mi cara hasta que logro sentir un orgasmo que volvió a llenar mi boca. Desde esa vez le he tomado el gusto a la lluvia dorada de mi novia y sus hermanas, y cuando ellas tienen ganas yo las complazco.
Después de lo ocurrido me enoje con ella y deje de hablarle, pero luego volvimos a calentranos y cuando note ya los dos estábamos en pelotas, ella me dijo que quería amarrarme a la cama, yo estaba tan excitado que accedí a la invitación, después de sujetado con cuerdas y boca arriba, tocaron el timbre de la casa, eran sus hermanas y venían del gimnasio, ellas están preciosas, Rosario las llamó, entraron al cuarto y me vieron desnudo y amarrado, Rosario les dijo: de casualidad sienten ganas de hacer pis, Contestaron: si y muchas Pues que esperan contesto Rosario. Mari fue la primera en quitarse el buzo que traía, se quitó su tanga que por cierto estaba empapada en sudor, subió a la cama, se sentó sobre mi, ella estaba empapada de sudor, encima mío alego que yo no quería abrir mi boca, por lo cual Rosario tomo mi pene y me clavo las uñas, entendí que debía abrir mi boca, y así lo hice, en cuanto abrí mi boca ella vació su vejiga, sabia amargo, trague rápido, para que el martirio pasara rápido, al fin terminó y pronto se quito de encima y continúo Rosario, ella mientras meaba me recordaba la palabras que me había dicho ”la próxima vez invitaré a mis hermanas”, por fin terminó, pero no, faltaba Carmen, acto seguido sentó su hermoso trasero sobre mi cara, pero para sorpresa de ella, en cuanto se sentó yo empecé a chuparle el coño, ella me vio a la cara, sonrió y lo hizo, mientras ella orinaba yo le pasaba la lengua por sus labios vaginales, después de terminado se quedo un rato sobre mi cara hasta que logro sentir un orgasmo que volvió a llenar mi boca. Desde esa vez le he tomado el gusto a la lluvia dorada de mi novia y sus hermanas, y cuando ellas tienen ganas yo las complazco.