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Becerro
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Mansión Ballechin
Cuando el marqués de Bute escuchó hablar de Ballechin, no dudó en ir y probar por él mismo lo que pasaba allí. Adepto al espiritismo, era miembro de la "Psychical Research Society". El marqués acudió a la mansión apañado del coronel Le Mesurier-Taylor y de la señora Goodrich-Speer, para hacer una investigación más profunda.
Fantasmas en la mansión BallechinEl marqués invitó oficialmente a treinta y cinco personas para una estancia larga a principios de febrero de 1897. Casi ninguno de los invitados estaba al tanto de la reputación de Ballechin, pero no tardarían en prender cómo se la había ganado.
La estancia enzó con unos golpeteos extraños, a intervalos regulares y continuó con varios sonidos insólitos, arañazos, golpes en las paredes, en las puertas y gritos en diferentes estancias de la casa. Son muchos los que oyeron ruidos de pasos en habitaciones vacías. Al principio, los numerosos invitados creían que estos ruidos eran producidos por lechuzas, por los criados y por los conductos de agua. Pero pronto entendieron que todos estos ruidos no se explicaban con esas razones, por lo que empezaron a culparse mutuamente. Finalmente, los hombres hacían guardia por las noches, armados con atizadores y con pistolas.
Durante la noche, un Épagneul negro que salía no se sabía bien de dónde y que desaparecía de la misma inexplicable forma, aparecía y deambulaba por la casa. El perro fue visto por casi todos los inivitados de la mansión. Pero eso no fue todo, durante los días siguientes muchos invitados se quejaron de sentir el golpe de una cola de perro en las piernas, de sentir la presencia de alguién en las habitaciones e incluso de ser empujados por criaturas invisibles.
Una mujer que dormía con su animal dijo haber sido despertada por gemidos de éste. La mujer siguió la mirada de su perro, que estaba acurrucado temeroso junto a ella, y vió dos patas apoyadas en la mesilla de noche. Pero éstas no tenían cuerpo. Pero se vieron más cosas: Un invitado afirmó haber visto flotar una mano por encima de su cama, sujetando ésta un crucifijo.
Durante el transcurso de una de las investigaciones llevadas a cabo en la casa y sus alrededores, dos monjas fueron percibidas cerca de un arroyo, una que lloraba y la otra que a la consolaba. Después de una sesión de espiritismo a través de la Ouija, una persona de nombre "Ishbel " les ordenó a los investigadores regresar al arroyo, donde habían observado a las monjas. Una vez en el lugar, los investigadores vieron la presencia de una monja, andando lentamente y que finalmente desapareció bajo un árbol. La misma monja fue vista en numerosas ocasiones durante el transcurso de las investigaciones.
La casa quedó deshabitada del 1932 al 1963, fecha en la cual fue demolida. Actualmente no se ha construido nada en el mismo emplazamiento dónde se encontraba la mansión Ballechin.
Cuando el marqués de Bute escuchó hablar de Ballechin, no dudó en ir y probar por él mismo lo que pasaba allí. Adepto al espiritismo, era miembro de la "Psychical Research Society". El marqués acudió a la mansión apañado del coronel Le Mesurier-Taylor y de la señora Goodrich-Speer, para hacer una investigación más profunda.
Fantasmas en la mansión BallechinEl marqués invitó oficialmente a treinta y cinco personas para una estancia larga a principios de febrero de 1897. Casi ninguno de los invitados estaba al tanto de la reputación de Ballechin, pero no tardarían en prender cómo se la había ganado.
La estancia enzó con unos golpeteos extraños, a intervalos regulares y continuó con varios sonidos insólitos, arañazos, golpes en las paredes, en las puertas y gritos en diferentes estancias de la casa. Son muchos los que oyeron ruidos de pasos en habitaciones vacías. Al principio, los numerosos invitados creían que estos ruidos eran producidos por lechuzas, por los criados y por los conductos de agua. Pero pronto entendieron que todos estos ruidos no se explicaban con esas razones, por lo que empezaron a culparse mutuamente. Finalmente, los hombres hacían guardia por las noches, armados con atizadores y con pistolas.
Durante la noche, un Épagneul negro que salía no se sabía bien de dónde y que desaparecía de la misma inexplicable forma, aparecía y deambulaba por la casa. El perro fue visto por casi todos los inivitados de la mansión. Pero eso no fue todo, durante los días siguientes muchos invitados se quejaron de sentir el golpe de una cola de perro en las piernas, de sentir la presencia de alguién en las habitaciones e incluso de ser empujados por criaturas invisibles.
Una mujer que dormía con su animal dijo haber sido despertada por gemidos de éste. La mujer siguió la mirada de su perro, que estaba acurrucado temeroso junto a ella, y vió dos patas apoyadas en la mesilla de noche. Pero éstas no tenían cuerpo. Pero se vieron más cosas: Un invitado afirmó haber visto flotar una mano por encima de su cama, sujetando ésta un crucifijo.
Durante el transcurso de una de las investigaciones llevadas a cabo en la casa y sus alrededores, dos monjas fueron percibidas cerca de un arroyo, una que lloraba y la otra que a la consolaba. Después de una sesión de espiritismo a través de la Ouija, una persona de nombre "Ishbel " les ordenó a los investigadores regresar al arroyo, donde habían observado a las monjas. Una vez en el lugar, los investigadores vieron la presencia de una monja, andando lentamente y que finalmente desapareció bajo un árbol. La misma monja fue vista en numerosas ocasiones durante el transcurso de las investigaciones.
La casa quedó deshabitada del 1932 al 1963, fecha en la cual fue demolida. Actualmente no se ha construido nada en el mismo emplazamiento dónde se encontraba la mansión Ballechin.