Habia en España un torero muy famoso llamado el Curro.
Vivia en una calle muy exclusiva en Cataluña a donde se mudo un dia un chinito que era muy sociable.
Este chinito caminaba todos los dias por la acera y al pasar junto a la casa del Curro le gritaba "Buenos dias señol Don Culo" escena que se repetia diario, por lo que el Curro fastidiado por el saludito decidio comprarse dos perros Doberman y cada vez que el chinito venia caminando el Curro soltaba los perros para que no caminara mas por su banqueta. El chinito corria para escaparse de los perros hasta que un dia se canso de esto por lo que fue a sacar de entre sus cosas, sus espadas de samurai que su abuelo le habia heredado.
Asi que armado con sus espadas camina hasta que salen los perros del Curro a correteralo, el chinito saca sus espadas y se dispone a cortar a los perros pero el curro se da cuenta, y les chifla a sus perros para que se metan. Asi pasan varios dias en que los perros salen el chinito saca las espadas y el curro chifla.
Ante esta situacion el chino acude al juez para denunciar la situacion y le comenta al Juez, "Señol juez, vengo a quejalme con usted pol que los pelos del Culo no me dejan caminal" a lo que el juez con cara de sorprendido pero tratando de hacer bien su trabajo le dice "pues corteselos mi amigo" y el chino responde, " pues eso es lo que quielo hacel pelo cada vez que los voy a coltal el Culo chifla y los pelos se meten pala adentlo"