alihanz
Bovino de la familia
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Nos piden que entendamos sus razones. Que estamos en plena guerra interna. Que las bajas civiles son necesarias. Que quieren reivindicar a los pobres. Pero cuando vemos el "escuadrón" de niños de 4 a 9 ños repitiendo su juramento al "marxismo-leninismo-maoismo, principalmente el maoismo", sentimos que alguien necesita unos cuantos clavos en las extremidades.
Y es que con el adoctrinamiento a niños recogidos por las masacres que efectúan en los caseríos y poblados que arrasan, cualquier sentimineto de "justicia" revolucionaria pierde sentido. No hay excusa. Están usando niños.
El diario Peru 21 publicó (jutno con las declaraciones de una vedette de querer desnudarse) la noticia este día: "Alcides es uno de los dos niños que el 26 de enero fueron liberados de las garras de Sendero Luminoso del Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE), que comanda Víctor Palomino, el llamado “camarada José’." La condición del niño es preocupante. No solo están visibles la heridas sufridas por el "adiestramiento" como centinela, los daños psicológicos parecen no tener remedio: Destroza con sus manos y dientes cualquier ropa que los oficiales quieren darle, casi no duerme y reacciona de manera mecánica a ciertos estímulos. Bien decían los jesuitas: "Tómalos de niños, y las posibilidades son infinitas".
Así como Alcides, los niños de la primera foto ya han sido identificados, pero aun no se efectúan labores de rescate. Mientras, más niños son raptados, más almas se pierden en la locura de un grupo de hombres armados que viven el sueño enfermizo de la "revolución popular". Una revolución que ha dañado más que curado. Una revolución que ha dejado una marca inconfundible de desconfianza en el inconsciente colectivo de las personas del país. Una revolución popular financiada por las extorsiones a los campesinos, el cobro de peajes, ¡oh, disculpen!, "cupos de guerra" que cobran a cualquier desventurado que pase por su territorio; y la más importante, negada por ellos pero evidenciada a más no poder: El narcotráfico.
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Fuentes y fotos sacadas de blogs y de Peru21.pe
Y es que con el adoctrinamiento a niños recogidos por las masacres que efectúan en los caseríos y poblados que arrasan, cualquier sentimineto de "justicia" revolucionaria pierde sentido. No hay excusa. Están usando niños.
El diario Peru 21 publicó (jutno con las declaraciones de una vedette de querer desnudarse) la noticia este día: "Alcides es uno de los dos niños que el 26 de enero fueron liberados de las garras de Sendero Luminoso del Valle de los Ríos Apurímac y Ene (VRAE), que comanda Víctor Palomino, el llamado “camarada José’." La condición del niño es preocupante. No solo están visibles la heridas sufridas por el "adiestramiento" como centinela, los daños psicológicos parecen no tener remedio: Destroza con sus manos y dientes cualquier ropa que los oficiales quieren darle, casi no duerme y reacciona de manera mecánica a ciertos estímulos. Bien decían los jesuitas: "Tómalos de niños, y las posibilidades son infinitas".
Así como Alcides, los niños de la primera foto ya han sido identificados, pero aun no se efectúan labores de rescate. Mientras, más niños son raptados, más almas se pierden en la locura de un grupo de hombres armados que viven el sueño enfermizo de la "revolución popular". Una revolución que ha dañado más que curado. Una revolución que ha dejado una marca inconfundible de desconfianza en el inconsciente colectivo de las personas del país. Una revolución popular financiada por las extorsiones a los campesinos, el cobro de peajes, ¡oh, disculpen!, "cupos de guerra" que cobran a cualquier desventurado que pase por su territorio; y la más importante, negada por ellos pero evidenciada a más no poder: El narcotráfico.
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