Están listos para usar el nuevo organismo como un instrumento para demostrar su fuerza en el nuevo orden mundial.

Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) representan 28% del PIB mundial, 40% de la población del orbe y aportan más de la mitad del crecimiento económico del planeta. Su influencia es creciente en el comercio y las finanzas mundiales, aunque eso no cuenta en los órganos de decisión de las principales instituciones financieras multilaterales como el Banco Mundial (BM) o el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En el FMI, los BRICS tienen 11% de los votos frente a 16.75% de Estados Unidos. Ese 11% no cuenta nada en las decisiones más importantes, porque se necesita 85% de los votos. Estados Unidos puede vetar cualquier acuerdo con su 16.7%, trátese de la elección del Director Gerente del FMI o el monto de apoyo dirigido al rescate en un país europeo.

A quién le extraña que los BRICS estén inconformes con el statu quo. El Banco Mundial y el FMI fueron creados al final de la Segunda Guerra Mundial. No reflejan el poderío y la influencia multirregional de los BRICS.

Por eso no es una sorpresa que estos cinco países hayan anunciado un principio de acuerdo para crear un banco de desarrollo que se financiará a partes iguales. El proyecto se anunció en marzo del año pasado en Nueva Delhi y desde entonces se creó un grupo de trabajo. El capital inicial sería de 50,000 millones de dólares, aunque el monto de recursos podría crecer hasta los 240,000 millones, porque los BRICS pondrían una parte de las reservas de sus bancos centrales a disposición de la nueva entidad.

Las implicaciones del nuevo banco son enormes. La primera y más obvia es el reto que implica a la hegemonía de Estados Unidos y Europa a través del FMI y el BM. Una forma de hacerlo es otorgar financiamiento a países que no tienen el visto bueno de Estados Unidos o Europa y podría aumentar la influencia de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica en regiones donde ahora tienen presencia y liderazgo natural.

Brasil podría impulsar apoyos a Argentina. Rusia estaría en capacidad de respaldar a Siria. China estaría en mejores condiciones para ofrecer “caramelos” a Corea del Norte. India tendría un incentivo para suavizar su relación con Pakistán. Sudáfrica estaría listo para asumir un rol preponderante en el África del Sur del Sahara.

La efectividad en la operación del nuevo banco es uno de los mayores retos. La paridad de votos en el órgano de gobierno es deseada por Brasil, India o Sudáfrica, pero China y Rusia tienen otro plan: quieren encabezar el banco. Están listos para usar el nuevo organismo como un instrumento para demostrar su fuerza en el nuevo orden mundial. Ha trascendido que hay diferencias no resueltas acerca del lugar de la sede central del banco, la canasta de monedas que utilizará y quién será el Presidente. No será fácil lograr un equilibrio que refleje los diferentes pesos de los BRICS. También será muy complicado el conciliar las diferentes agendas: China y Sudáfrica están muy interesados en el desarrollo de África. India, Rusia y Brasil tienen otras prioridades.

En los próximos días se definirán los tiempos que darán vida a esta nueva institución. Seguramente habrá tantas dudas como respuestas. Una cosa es segura: el Eje Atlántico que dominó el mundo durante 500 años tiene sus días contados, en buena medida por la pérdida de influencia de Europa. El banco BRICS podría acelerar esa tendencia.

http://eleconomista.com.mx/caja-fuerte/2013/03/26/brics-lanzan-su-propio-banco