silvavelosa
Becerro
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BAKUNOS, MUCHAS VISITAS Y POCOS COMENTARIOS, POR FAVOR DEJEN SU OPINION SIN IMPORTAR SI LES GUSTA O NO EL RELATO. ME GUSTARIA MEJORAR PARA EL PROXIMO POST Y ES DIFICIL HACERLO SIN RECOMENDACIONES
Bakunos, este es mi primer post, espero que les guste.
Todo empezó un día en la universidad, yo iba con mi novia (19 años, 1.62, de cabello castaño claro, casi rubio, tetas no muy grandes pero bien puestecitas y un delicioso y suave trasero del cual me siento orgulloso poseedor) cuando de repente se volteó, me dio un delicioso beso apasionado en la boca y yo, tomado por sorpresa, no pude mas que corresponder, y como ya era costumbre, mientras la besaba mande sigilosamente una de mis manos a pasearse sobre su perfecto culo. Nada raro sucedía hasta el momento, y ella al sentirse autorizada hizo lo mismo y me agarro una nalga con la mano derecha. Era costumbre nuestra manosearnos las colas en publico, no hay nada mas satisfactorio que ver la cara de idiotas envidiosos que ponen todos los hombres al ver pasar semejante culo con una indiscreta mano agarrandolo descaradamente, sin embargo nuestro contacto sexual nunca había ido mas allá de un juego de nalgadas y apretones.
Entonces fue cuando vino lo interesante, por primera vez mis curiosos dedos se deslizaron bajo la pantaloneta que traía debajo del jean ajustado que la hacia ver tan sexy y me prendía tanto, no muy abajo, simplemente sentía el comienzo de su raya por encima de su ropa interior, y ella, mirándome pícaramente, deslizo también sus dedos por debajo de mi bóxer. Ella estaba contra la pared, aun así no me aventuré a mandar mi mano mas allá y hasta ahí llegó nuestra pequeña aventura táctil. Unos días después, tras haber experimentado varias veces el comienzo de ese paraíso que tiene bajo su espalda, un amigo mío me buscó, me dijo: "hombre Camilo, usted como que anda muy tocón con Dani no? Hágale que si se deja meter la mano esa suelta polvo".
Su comentario quedó retumbando en mi cerebro, para entonces llevábamos poco menos de 6 meses juntos y las señales me indicaban que en efecto mis oscuras fantasías podrían hacerse realidad con ella. Siempre soñé con tener una novia mona y poder disfrutar de su cuerpo, aun así, hasta entonces todas mis aventuras habían sido con morenas peli negras de esas que abundan por acá. La situación siguió calentándose lentamente, poco a poco mis manos iban mas abajo y mas adentro hasta que un día por fin, mis manos pudieron apretar y masajear ese perfecto, redondo y suave trasero por debajo de su ropa interior.
Ella correspondía siempre, dándome pista para ir mas lejos, así fue como un día en el carro, mientras llevaba un escote disimulado que yo disfrutaba muy bien acostado en su hombro y mirando hacia abajo, mientras una mano mía jugaba con su ombligo y bajaba cada vez adentrándose mas en su pantaloneta, la otra acariciaba su cuello, y con el pretexto de sentir su corazón, se introducía lentamente en su blusa por encima del sostén. Para entonces ya no había duda de que con esta mujer iba a pasar inolvidables sesiones de orgasmos y gritos desenfrenados en poco tiempo, así que sin miedo introduje mi mano en su sostén y lentamente sobé sus deliciosas tetas con especial atención en sus suaves pezones.
No teníamos muchas ocasiones de hacerlo ya que ella vive con sus padres y yo con los míos, todos muy conservadores y protectores en cuanto al sexo se refiere. Por esta razón nuestros juegos quedaban reducidos a una manoseadera casi permanente, calentándonos mutuamente y nada mas que eso. Hasta que un día yo sabia que mis papás y mi hermana saldrían de casa a hacer unas compras y se tomarían su tiempo. Ese día Dani y yo teníamos planeado ir al cine, pero por el camino en el bus ella me dijo que tenía sueño, así que le propuse ir a mi casa y dormir un rato, nos bajamos del bus y tomamos un taxi en cuyo trayecto nunca dejamos de besarnos y tocarnos, sabia lo que significaba y sabia también de la virginidad de mi novia.
Llegamos a casa y al entrar ambos confirmamos lo que ya sabíamos, estábamos solos. Yo siempre ando preparado, cuando empecé a frecuentar su casa volví a cargar condones ya que no quería tener ningún problema. Nos acostamos en mi cama y tal y como lo habíamos planeado empezamos a pretender dormir, pero la situación nos calentó y empezamos a besarnos apasionadamente, en repetidas ocasiones bajaba a besar su cuello y cogía su culo, entonces le levanté la camisa hasta arriba de su ombligo y empecé a besarla seductivamente. ¿Que quieres? Me preguntó ella, a lo cual respondí, “todo lo que me quieras dar”, ella insistió y yo volví a responder lo mismo.
En este punto ya no había opción de dar vuelta así que tras varias insistencias le dije “tu saco me estorba un poco” y ella, mientras me hechaba una mirada que me confirmó que había entendido el mensaje, se quito el buzo y se quedó en una blusa deliciosa de tiras que ya me dejaba admirar sus hermosos senos por encima de su escote. Seguí besando su cuello, su boca y su abdomen con malicia mientras ella solo se dejaba y lanzaba gemiditos de placer. Le pregunté si quería arroparse y ella un poco dudosa dijo que si. Un rato después de mas besos y toqueteos le dije que su blusa también me estorbaba así que se la quito y quedo en bra y con su pantalón, cuando le dije que no aguantaba más y que el bra también me estorbaba bastante me miro y con un dedo me dijo que no.
“ya te ayudé mucho, de ahora en adelante tienes que hacerlo tú” fue lo que dijo, y cuando me dispuse a dejar desnudo su pecho volvió a negarse, “y que hay de la igualdad de condiciones?” dijo mientras metía una de sus manos y sobaba mi pecho y mi espalda de forma sugerente. Le sonreí y le dije, “muy bien, hazlo” acto seguido me quitó la camiseta que traía puesta y siguió besándome ahora devolviendo el favor, besando mi pecho y mi abdomen. Sin perder un segundo más le quité el bra que traía y seguí besándola mientras apretaba sus tetas.
Una vez mas estaba a punto de estallar y no aguanté más, así que empecé a desabrochar su pantalón, ella sonreía nerviosamente y finalmente terminó por ayudarme ya que la razón por la que era tan sexy es porque era muy apretado. Una vez quedó solo con la pantaloneta y debajo su ropa interior todo fue más fácil, pero antes de dejarme siquiera tocar sus suaves piernas, me volvió a insistir en la igualdad de condiciones, sin pensarlo dos veces me saqué el pantalón y se hizo evidente la erección tan enorme que traía.
Me acosté a su lado y seguí besándola mientras metía mas descaradamente que nunca mis manos en su pantaloneta y su ropa interior, llegué a dejarla a medio vestir porque le baje la poca ropa que le quedaba hasta la mitad del muslo para que fuera mas cómodo manosearla, era difícil ubicarme en semejante cuerpo, no podía decidir si concentrarme en su culo, en sus tetas, su cuello, su boca, sus piernas, llegué a meter mis manos por el frente y a sentir su sexo mojado y sin depilar pero los nervios no me dejaron hacer nada, no encontraba nada que me saciara y no podía tomarlo todo al tiempo.
Consciente de su virginidad le pregunté ¿Estas segura de que quieres hacerlo?, sin dudarlo ella me respondió “si no lo estuviera no te hubiera dejado llegar hasta aquí”. Los besos siguieron y la manoseada que le pegue a ese cuerpo no se compara con ninguna otra. Finalmente, cuando nos dispusimos a hacerlo mis padres llamaron a averiguar en donde estábamos, les dijimos que íbamos llegando a casa y nos dijeron que los esperáramos que ellos ya iban llegando.
Nos quedamos con las ganas, guardé la caja de condones en mi mesita de noche y tras un rato más de besos y toques nos vestimos. Encontrar nuestra ropa fue complicado, nos habíamos desvestido con tal excitación que el bra de Dani terminó debajo de la cama y mi camiseta detrás de la puerta, nuestros pantalones entre las cobijas y duramos casi 10 minutos buscando la blusa y el saco de ella.
Finalmente ese día no pasó más, pero si les gusta el relato subiré la ocasión en que perdió su virginidad y muchas aventuras mas que hemos vivido.
Bakunos, este es mi primer post, espero que les guste.
Todo empezó un día en la universidad, yo iba con mi novia (19 años, 1.62, de cabello castaño claro, casi rubio, tetas no muy grandes pero bien puestecitas y un delicioso y suave trasero del cual me siento orgulloso poseedor) cuando de repente se volteó, me dio un delicioso beso apasionado en la boca y yo, tomado por sorpresa, no pude mas que corresponder, y como ya era costumbre, mientras la besaba mande sigilosamente una de mis manos a pasearse sobre su perfecto culo. Nada raro sucedía hasta el momento, y ella al sentirse autorizada hizo lo mismo y me agarro una nalga con la mano derecha. Era costumbre nuestra manosearnos las colas en publico, no hay nada mas satisfactorio que ver la cara de idiotas envidiosos que ponen todos los hombres al ver pasar semejante culo con una indiscreta mano agarrandolo descaradamente, sin embargo nuestro contacto sexual nunca había ido mas allá de un juego de nalgadas y apretones.
Entonces fue cuando vino lo interesante, por primera vez mis curiosos dedos se deslizaron bajo la pantaloneta que traía debajo del jean ajustado que la hacia ver tan sexy y me prendía tanto, no muy abajo, simplemente sentía el comienzo de su raya por encima de su ropa interior, y ella, mirándome pícaramente, deslizo también sus dedos por debajo de mi bóxer. Ella estaba contra la pared, aun así no me aventuré a mandar mi mano mas allá y hasta ahí llegó nuestra pequeña aventura táctil. Unos días después, tras haber experimentado varias veces el comienzo de ese paraíso que tiene bajo su espalda, un amigo mío me buscó, me dijo: "hombre Camilo, usted como que anda muy tocón con Dani no? Hágale que si se deja meter la mano esa suelta polvo".
Su comentario quedó retumbando en mi cerebro, para entonces llevábamos poco menos de 6 meses juntos y las señales me indicaban que en efecto mis oscuras fantasías podrían hacerse realidad con ella. Siempre soñé con tener una novia mona y poder disfrutar de su cuerpo, aun así, hasta entonces todas mis aventuras habían sido con morenas peli negras de esas que abundan por acá. La situación siguió calentándose lentamente, poco a poco mis manos iban mas abajo y mas adentro hasta que un día por fin, mis manos pudieron apretar y masajear ese perfecto, redondo y suave trasero por debajo de su ropa interior.
Ella correspondía siempre, dándome pista para ir mas lejos, así fue como un día en el carro, mientras llevaba un escote disimulado que yo disfrutaba muy bien acostado en su hombro y mirando hacia abajo, mientras una mano mía jugaba con su ombligo y bajaba cada vez adentrándose mas en su pantaloneta, la otra acariciaba su cuello, y con el pretexto de sentir su corazón, se introducía lentamente en su blusa por encima del sostén. Para entonces ya no había duda de que con esta mujer iba a pasar inolvidables sesiones de orgasmos y gritos desenfrenados en poco tiempo, así que sin miedo introduje mi mano en su sostén y lentamente sobé sus deliciosas tetas con especial atención en sus suaves pezones.
No teníamos muchas ocasiones de hacerlo ya que ella vive con sus padres y yo con los míos, todos muy conservadores y protectores en cuanto al sexo se refiere. Por esta razón nuestros juegos quedaban reducidos a una manoseadera casi permanente, calentándonos mutuamente y nada mas que eso. Hasta que un día yo sabia que mis papás y mi hermana saldrían de casa a hacer unas compras y se tomarían su tiempo. Ese día Dani y yo teníamos planeado ir al cine, pero por el camino en el bus ella me dijo que tenía sueño, así que le propuse ir a mi casa y dormir un rato, nos bajamos del bus y tomamos un taxi en cuyo trayecto nunca dejamos de besarnos y tocarnos, sabia lo que significaba y sabia también de la virginidad de mi novia.
Llegamos a casa y al entrar ambos confirmamos lo que ya sabíamos, estábamos solos. Yo siempre ando preparado, cuando empecé a frecuentar su casa volví a cargar condones ya que no quería tener ningún problema. Nos acostamos en mi cama y tal y como lo habíamos planeado empezamos a pretender dormir, pero la situación nos calentó y empezamos a besarnos apasionadamente, en repetidas ocasiones bajaba a besar su cuello y cogía su culo, entonces le levanté la camisa hasta arriba de su ombligo y empecé a besarla seductivamente. ¿Que quieres? Me preguntó ella, a lo cual respondí, “todo lo que me quieras dar”, ella insistió y yo volví a responder lo mismo.
En este punto ya no había opción de dar vuelta así que tras varias insistencias le dije “tu saco me estorba un poco” y ella, mientras me hechaba una mirada que me confirmó que había entendido el mensaje, se quito el buzo y se quedó en una blusa deliciosa de tiras que ya me dejaba admirar sus hermosos senos por encima de su escote. Seguí besando su cuello, su boca y su abdomen con malicia mientras ella solo se dejaba y lanzaba gemiditos de placer. Le pregunté si quería arroparse y ella un poco dudosa dijo que si. Un rato después de mas besos y toqueteos le dije que su blusa también me estorbaba así que se la quito y quedo en bra y con su pantalón, cuando le dije que no aguantaba más y que el bra también me estorbaba bastante me miro y con un dedo me dijo que no.
“ya te ayudé mucho, de ahora en adelante tienes que hacerlo tú” fue lo que dijo, y cuando me dispuse a dejar desnudo su pecho volvió a negarse, “y que hay de la igualdad de condiciones?” dijo mientras metía una de sus manos y sobaba mi pecho y mi espalda de forma sugerente. Le sonreí y le dije, “muy bien, hazlo” acto seguido me quitó la camiseta que traía puesta y siguió besándome ahora devolviendo el favor, besando mi pecho y mi abdomen. Sin perder un segundo más le quité el bra que traía y seguí besándola mientras apretaba sus tetas.
Una vez mas estaba a punto de estallar y no aguanté más, así que empecé a desabrochar su pantalón, ella sonreía nerviosamente y finalmente terminó por ayudarme ya que la razón por la que era tan sexy es porque era muy apretado. Una vez quedó solo con la pantaloneta y debajo su ropa interior todo fue más fácil, pero antes de dejarme siquiera tocar sus suaves piernas, me volvió a insistir en la igualdad de condiciones, sin pensarlo dos veces me saqué el pantalón y se hizo evidente la erección tan enorme que traía.
Me acosté a su lado y seguí besándola mientras metía mas descaradamente que nunca mis manos en su pantaloneta y su ropa interior, llegué a dejarla a medio vestir porque le baje la poca ropa que le quedaba hasta la mitad del muslo para que fuera mas cómodo manosearla, era difícil ubicarme en semejante cuerpo, no podía decidir si concentrarme en su culo, en sus tetas, su cuello, su boca, sus piernas, llegué a meter mis manos por el frente y a sentir su sexo mojado y sin depilar pero los nervios no me dejaron hacer nada, no encontraba nada que me saciara y no podía tomarlo todo al tiempo.
Consciente de su virginidad le pregunté ¿Estas segura de que quieres hacerlo?, sin dudarlo ella me respondió “si no lo estuviera no te hubiera dejado llegar hasta aquí”. Los besos siguieron y la manoseada que le pegue a ese cuerpo no se compara con ninguna otra. Finalmente, cuando nos dispusimos a hacerlo mis padres llamaron a averiguar en donde estábamos, les dijimos que íbamos llegando a casa y nos dijeron que los esperáramos que ellos ya iban llegando.
Nos quedamos con las ganas, guardé la caja de condones en mi mesita de noche y tras un rato más de besos y toques nos vestimos. Encontrar nuestra ropa fue complicado, nos habíamos desvestido con tal excitación que el bra de Dani terminó debajo de la cama y mi camiseta detrás de la puerta, nuestros pantalones entre las cobijas y duramos casi 10 minutos buscando la blusa y el saco de ella.
Finalmente ese día no pasó más, pero si les gusta el relato subiré la ocasión en que perdió su virginidad y muchas aventuras mas que hemos vivido.