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Lety la mujer de mis fantasias

mmaniac

Bovino adolescente
Desde
14 Feb 2008
Mensajes
57
Lety la mujer de mis fantasias.

Hace algún tiempo, unos años atrás conocí a una mujer estupenda, compartíamos en la casa de mi cuñado un juego de cartas, éramos tres parejas, mi cuñado y su esposa, Lety y su marido y mi esposa y yo, la noche fue divertida y para mí el juego a pesar de que me gusta mucho paso a segundo a plano toda mi atención se centró en Lety y en disimular para que mi esposa no se diera cuenta que esa mujer me tenía loco.

Ella parecía indiferente a mi deseo y se preocupaba por entender el juego, reía y trataba de no perder aunque no parecía tener mucha habilidad para las cartas, vestía una falda larga muy ligera que se pegaba a su cadera luciendo una forma sensual que se acentuaba en los muslos bien torneados y firmes, además llevaba una blusa sin manga igual muy ligera pero no disimulaba un busto discreto, nada comparado a su lindo y hermoso trasero, usaba además una pañoleta en la cabeza que la hacía lucir un estilo hippie sesentero, pero contrastaba con un maquillaje casi profesional, los labios en un tono de rojo intenso perfectamente delineados igual que las cejas, todo era perfecto en su maquillaje, lo justo para resaltar los ojos grandes y oscuros, de mirada profunda y angelicalmente seductora, Lety por supuesto lo sabía y jugaba con ellos en parpadeos por demás eróticos.

Mi concuña y Lety se conocieron en la escuela donde los hijos de ambas estudiaban y junto con otras mamás compartían cada mes desayunos y largas charlas y claro candentes chismes, eso las llevo a compartir con sus parejas y ese día mi cuñado nos invitó a nosotros, cuando la reunión era en su casa, sin embargo, solo fueron un par de veces y no volví a saber de Lety hasta hace un par de meses cuando en otra reunión coincidimos igual en la casa de mi cuñado.
Cuando llegué a la reunión junto con mi esposa mi sorpresa fue enorme al ver a Lety en la mesa, seguía hermosa con ese estilo que la hacía parecer salida de una revista, vestía un pantalón de mezclilla muy entallado, unas botas hasta la rodilla y una blusa de algodón y manga larga en color blanco, un cinturón al color de las botas que marcaba perfectamente su ejercitado abdomen.

La salude discretamente y con mucha naturalidad acercándome para besarle la mejilla y descubrir una piel suave y un aroma delicioso a perfume, su cabello rizado estaba muy bien peinado de un negro azabache y parecía mojado, en fin, sencillamente hermosa, al saludar al resto de los invitados noté que no estaba su marido, pero si su hijo.
Aproveche que mi esposa no es muy bailadora y en cuanto se dio la oportunidad saque a bailar a Lety, acepto y durante la noche bailamos varias veces y brindamos otras tantas, de tal suerte que esa noche además de su cuenta de Facebook me fui a dormir ilusionado por buscarla al día siguiente en las redes sociales y tengo que confesarlo, le hice el amor a mi esposa pensando en Lety.
Al día siguiente me tocaba trabajar durante toda la noche, lo que me venía muy bien para buscarla por el Facebook, me sentía muy ansioso y al mismo tiempo con miedo de que no me aceptara como su amigo, pero decidí correr con el riesgo y le mande una solicitud de amistad, la misma que me contesto pero hasta el día siguiente, sin ningún comentario. Me sentí un poco decepcionado pero agradecí amablemente que me aceptara y entonces como todos revisé durante toda la siguiente noche fotos, amistades, familiares y cuanto comentario le hacían, así, pude descubrir algo de sus gustos por la buena comida y el vino tinto, su afición a los toros y su pasión por la pintura y el arte, además de muchas publicaciones que me dejaron entre ver problemas en su relación.

El resto de la semana estuve pendiente de su face pero nada, Lety se mantenía indiferente, esa es la palabra correcta “indiferente”, pero como premio a la paciencia, aproveche una noche que la vi conectada para saludarla.
¡Hola, Lety! 
¡Hola! ;)
¿Cómo estás?
Muy bien, gracias ¿Y tú?
También, muy bien y contento de saludarte 
¡Qué lindo!

Platicamos un par de horas hasta la madrugada, me contó que esperaba a su hijo, que se había ido con su ex, y algunas otras trivialidades pero le insinué que platicar con ella me hacía sentir muy bien, había mucha afinidad entre nosotros y me dijo que a ella también le parecía, así la invite a tomar una copa y continuar la plática el próximo fin de semana, me respondió que este no podía pero que la buscara el siguiente y por supuesto como ya se imaginaran le mande un par de mensajes por whats app el miércoles y retome el punto de la cita pendiente, la cual para mi fortuna acepto; nos veríamos el sábado por la noche aprovechando que su hijo se iba con su ex y tenía la noche libre.

Después de ajustar mi escapada con los compañeros de la oficina, salí del trabajo a recoger a Lety, estaba muerto de nervios por la emoción pero tenía que mostrarme seguro y decidido, llegue cinco minutos tarde a la cita y Lety un par de minutos después, se detuvo un taxi frente al bar y cuando abrieron la puerta del coche pude notar que era ella, me acerque de inmediato a tomar su mano para ayudarle a salir, cosa que me agradeció y tomando mi mano bajo del taxi, cerré la puerta y entramos al bar.

Me dieron una mesa pálidamente iluminada frente a una ventana que nos dejaba ver un jardín pequeño delicadamente cuidado, había una lámpara con una luz tenue aunque cálida, un mantel con un diseño muy moderno y una flor que adornaba con muy buen gusto, Lety parecía preocupada y de inmediato le pregunte si gustaba comer algo.
-No, gracias, mejor algo de beber ¡tengo mucha sed!
-¿Te apetece vino, aproveche lo que había descubierto en el face, o prefieres algo más fuerte?
-Vino, está bien.
-¿Lo prefieres blanco o tinto? para mí el tinto, le comente
-El que tú escojas está bien

Cuando se acercó el mesero ordene una copa de blanco dulce para Lety, sabía que eso además de relajarla la alegraría, para mí ordene tinto, además de pan de aceituna y queso para acompañarlo. Brindamos por todo y en la plática me contó de su divorcio, pero noté que el enojo le subía a medida que me contaba los detalles, ordene una botella de tinto y le serví sin dejar que cortara la plática, claro que me impresione cuando me contó que la principal razón del divorcio fue que encontró a su marido con otro hombre en su propia casa; ¡El golpe fue devastador! Me dijo, me sentía la mujer más desgraciada y fea del mundo, porque el hombre al que amaba y al que le di un hijo, prefería a otros hombres y además, ¿Cómo puedes luchar como mujer contra el deseo de quién amas por otra persona y peor si su deseo es por otro hombre? ¿Qué haces contra eso?
Me quedé sorprendido, como era posible que a una mujer tan bella le pasen estas cosas. Él estaba enamorado de mí, me confesó, Lety. Pero me amaba y admiraba porque quería ser como yo, él soñaba con ser, la mujer que soy yo.

-¡No puedo creerlo Lety! Él que te tenía, no le importabas como mujer, y yo que daría todo por una noche contigo.
-¡Que lindo! Pero eso lo dices para consolarme.
-No sabes, lo que haría si estuviera contigo, aunque sea solo una noche
-¡Aburrirte! Porque hace tanto que no hago más que cuidar a mi hijo que me siento y estoy tan sola que ahora solo me intereso en cosas de niños, por mi hijo, tú sabes.
-No lo creo, la otra noche que bailamos, lo hacías muy bien.
-¡No te burles!
-Te lo juro, bailas muy bien y sobre todo muy sexy.

Volví a servir vino en las copas y ordene un par de tequilas puestos, Lety ahora se reía, parecía más relajada, y acepto el tequila sin mayor problema. Se levantó al baño después de tomarse ese primer tequila de un trago y me dejo ver de nuevo esas lindas caderas por las que soñaba desde hace años, vestía un vestido en color marfil ajustado al cuerpo y hasta medía pierna, unos tacones altos y el cabello recogido con un chongo que dejaba caer algunos mechones muy elegantes, estaba hermosa como siempre y con el vino que me había tomado mi excitación era una locura.
“Quería en ese momento pedir la cuenta y salir corriendo al primer hotel, desvestirla y arrancarle la ropa interior con los dientes, quería besarla toda y hacerle el amor que el maricón de su ex marido no le había hecho”

Regresó con el maquillaje arreglado, los labios eran de un rojo apasionado que contrastaba con el color claro de su piel, se sentó y me dijo.

-Discúlpame por aburrirte con mis problemas, pero me hacía falta desahogarme.
-No te disculpes, al contrario, gracias por confiar en mí

El mesero llego con otro par de tequilas, justo a tiempo para brindar por esa esplendida noche

-Tú me inspiras esa confianza, que afortunada debe ser tu esposa, me dijo, al tener alguien como tú a su lado.
-Lety, quiero confesarte algo que espero me puedas entender.

Le recordé cuando nos conocimos, le describí con exactitud como la recordaba desde aquella vez, me escuchaba con mucha atención y se sorprendía que recordara también los detalles. No quiero con todo esto que te cuento justificar nada, le dije, mi esposa es una excelente mujer y no sería amable de mi parte hablar mal de ella, así que eso no lo hare, pero debo confesarte que te has vuelto una obsesión para mí, había logrado olvidarme de ti por un buen tiempo, pero cuando volví a verte la noche de la fiesta fue como si todos los deseos y recuerdos que guardaba de ti, se hubieran fugado de la cárcel donde había logrado mantenerlos tranquilos, ahora mi locura y deseo se confunden con la realidad, mis pensamientos buscan la manera de verte y saber de ti, sé que esto, puede parecerte una locura, pero es mi realidad y de la misma manera que tú, necesitaba confesártela… Tomé mi tequila y me lo bebí de un trago, sentía que el mundo estaba sobre mí y al mismo tiempo una tranquilidad que crecía al ver que Lety seguía en la mesa mirándome, con esos ojos enormes y hermosos.

-¿Todo esto, que me has dicho es verdad?
-La más sincera verdad, Lety
-Me siento muy confundida, porque esta confesión a cualquier mujer volvería loca, y yo no soy inmune a eso, pero tú, eres un hombre casado y tu esposa, no se merece sufrir, además de que es una mujer muy hermosa.

Lety, “no la dejé seguir hablando”, tomé sus manos; no hables de mi esposa, por favor comprende, que lo que siento es algo de lo que no tengo control, es una locura lo sé, pero como se puede no sentir, cuando estoy tan cerca de lo que más he deseado los últimos años de mi vida, como puedo hacer para que mi cuerpo no se ahogue de deseo por acariciarte, como le digo al corazón que no brinque de felicidad cuando me miras, como le hago dímelo por favor. Me acerque más a ella sin soltarle las manos, moviendo mi silla a un costado, ella giro un poco para quedar de frente a mí, me miraba sin parpadear y me dijo:

-¡No sabes lo halagada que me haces sentir!
Pero, ¡No quiero sufrir más¡

Puse mi mano en sus piernas y la mire a los ojos, Lety bajo la mirada y me tomo de las manos, me acerque buscando su boca y nos dimos un beso de esos que detienen el tiempo y solo existen en un silencio que parece encapsularnos para que todos los sentidos se concentren solo en sentir ese beso.
-¿Qué vamos a hacer?
“La miré con la dicha de quién sabe que ha logrado una gran conquista, sabía que la espera había terminado y ahora podía amarla como tantas veces lo había imaginado”

-Por ahora, irnos a un lugar más tranquilo y privado.
-¿Estás seguro?
-Nunca eh estado más seguro, le dije mientras pagaba la cuenta y me tomaba otro tequila, Lety también se terminó el suyo y cuando nos levantamos para salir, me tomó de la mano entrelazando sus dedos con los míos en un gesto de complicidad.

Mientras caminaba hacía el coche trataba de poner mis sentimientos en orden, todo era una mezcla de deseo brutal por hacerle el amor como un semental, sin darle tregua alguna, quería volverla loca de deseo y dejar explotar en ella mi pasión acumulada y por otro lado quería hacerlo con mucha delicadeza y dulzura para saborear todo por lo que había esperado tanto tiempo, Lety caminaba en silencio, me imagino que igual que yo poniendo en orden el caos de mi confesión.
Cuando subimos al coche, volví a mirarla, no puedo creerlo Lety, le dije, no puedo creer que estés en mi coche ¡Está es mi noche de suerte! La besé con tanta pasión que solo la bocina de otro coche nos volvió a la realidad, pero antes de separarme de ella le susurre al oído, mi deseo de hacerle el amor.

-¡Házmelo, por favor!, me dijo, con una voz llena de sensualidad y deseo.

Arranque feliz en busca de un motel para terminar con la conquista. Subimos las escaleras en un
remolino de besos y caricias, empujamos la puerta y prendí la luz, unos pequeños focos iluminaron solo el pasillo y dibujaron vagamente el contorno de la cama, el olor a perversidad y lujuria que guardan los moteles acentuaba más los deseos, la lleve a la cama donde nos recostamos sin dejar de abrazarnos, Lety buscó los botones de mi camisa y yo subí la mano por sus piernas sintiendo el calor de su piel, me quite la camisa y baje el cierre del vestido, acaricie la espléndida y suave piel de la espalda adivinando el recorrido de mis dedos por cada vertebra desde el cuello hasta la cadera, pase mi mano por el minúsculo panty y mordí al instante y empujado por un instinto animal el cuello y el lóbulo de Lety.

-¡Aaaaaaahhhh! Susurro mientras inclinaba la cabeza ofreciéndome cual victima hipnotizada su cuello, su sangre y el punto que despertaba sus deseos.

Me levante para bajar su vestido, lo solté de los hombros y jale como quién descubre una obra de arte, muy lentamente para guardar en mis recuerdos cada parte de ella, los hombros y el cuello que ya conocía, los huesos que se dibujaban justo arriba y entre sus pechos, por fin descubrí, la gloría de sus redondas aunque no tan grandes tetas, el sostén de un encaje color hueso con toques de café levantaba la belleza de su busto haciéndolo discreto y elegante, apetecible y muy sensual, ahora el abdomen de gimnasio que si bien era plano no ocultaba la madurez de esa hembra y mucho menos una cicatriz de madre, me incliné a besarla justo ahí en la cicatriz, la recorrí con mi lengua de lado a lado, del hueso de su pelvis derecha al hueso de la pelvis izquierda, Lety bajo más el vestido hasta la mitad de las piernas donde el largo de sus brazos le permitieron, el panty en la misma tela y colores que el sostén delineaban una delicada curva desde la cadera hasta el monte de venus que se movía como un volcán a punto de explotar, me levante para quitarle las zapatillas y tomé el vestido enredado en las piernas de Lety, la miré inquisidoramente buscando la debilidad de su abandono al deseo y jale de un golpe cuál mago para mostrar la plenitud del acto de magia, ese cuerpo de mujer tendido y a merced de la pasión y el deseo.

Lety sintió mi mirada, era una mirada felina, estaba lleno de deseo, bajé mis pantalones y el calzón, ella me miraba y buscaba protegerse escondiéndose en un sus brazos que cubrieron su busto, pero notó claramente mi erección que a pesar de la luz en el fondo le dejaba ver la silueta de mi miembro listo para penetrarla. Me arrodille frente a la cama acariciando sus pies, eran suaves
como toda su piel y estaban fríos, los besé en el empeine apretándolos y acariciándolos a un tiempo, busque después la pantorrilla y mi boca encontró y beso la pierna justo arriba de la rodilla, primero por fuera, arriba y luego mordisqueando la parte interna que se volvía una braza, mis dedos caminaban como en un puente colgante sobre el hilo de su panty, despacio para no caer al abismo en un juego de arrancar y rozar se fueron metiendo con los restos del pudor de Lety que todavía lo sostenían hasta que lo soltó y pude bajar el panty que quedo enredado en sus muslos, un pequeño triangulo de vello púbico se encontró con mis labios, lo fui mojando con mi lengua, siguiendo el contorno pintando en mi cabeza la forma precisa que tenía mientras aspiraba el aroma más íntimo que una mujer puede ofrecer, el aroma de su sexo y esa noche el de Lety olía a hembra en celo.

Sentí los dedos de Lety en mi cabello me acariciaban con todo el largo de su delgada mano, me dejaba sentir las uñas largas tras mis oídos y se clavaron con sutil fuerza cuando mi labios besaron sus labios vaginales y mi lengua acaricio y mamó de su húmeda y rica vagina.

-¡Uuuuummmmm, hace tanto que no sentía esto!
¡Aaaaaaahhhh, que rico!
-¿Te gusta? Le pregunté.
¡Aaayyyy! Si, ¡Me gusta, me gusta!
¡Sigue, ahí, cómeme, cómeme toda!

Lety doblo y separo más las piernas, metí las manos bajo su cadera y le apreté las nalgas jalándola para llevarla a la orilla de la cama, su vagina estaba muy bien depilada, solo un pequeño triangulo de vello en la parte superior y lo demás era una piel suave y húmeda mezcla de mi saliva y el lubricante natural de su vagina, llene de besos su clítoris que se inflamaba de deseo cuando lo sorbía en mi boca, robándole el jugo delicioso de la pasión, la cadera y vagina de Lety se alzaban buscando consuelo llena de besos y escurriendo. Metí mi dedo, hasta lo más hondo que pude, presionando hacía su abdomen rozando las paredes de su cueva vaginal.

-¡Ya por favor, házmelo ya!
¡Quiero sentirte en mí, ya, ya!

Oírla suplicar y sentir el deseo de esa estupenda mujer me volvía loco, me levante para metérsela, acomodando las piernas de Lety en mis hombros, ella de inmediato busco con la mano mi pene, lo llevo a su vagina y acomodándolo me jalo de las nalgas para que la penetrará, sentí un calor brutal en la verga, eran tantos deseos acumulados, empuje hasta el fondo y me quede inmóvil un momento buscando que mi verga se acostumbrará al calor de Lety, no quería venirme tan pronto, acaricie las tetas de Lety, jalando el sostén que seguía en su lugar, Lety me jalaba buscando que la tallara con mi verga pero no me movía

-¡Muévete, papi, muévete!

Empecé a mover la cadera, en un vaivén lento y cadencioso, sacando solo un poco y volviendo a entrar, Lety enloquecía por la desesperación, quería sentir que la penetrará con brutalidad, para saciar esa mezcla de comezón, calor y desesperación que produce el estar tan excitado.

¡Aaayyyy papi, muévete!
-¡Métemela fuerte, fuerte!

¡Cógeme fuerte! Gritó desesperada exigiendo que le diera la cogida que aliviara todos sus deseos reprimidos y que ahora eran una bestia desesperada en busca de saciar sus instintos. La jale un poco más llevándola más a la orilla donde la mitad de sus nalgas quedaron fuera de la cama, le empuje las piernas hacía el pecho y su coño quedo libre en el aire, retrocedí moviendo mi cadera justo hasta que solo quedo la mitad de la cabeza de mi verga dentro de su vagina.

-¡Voy a cogerte, no como me lo pides!
¡Voy a cogerte como lo he soñado!
-¡Si, si, cógeme con en tus fantasías, pero cógeme, cógeme!

Entonces empuje con fuerza, mi verga entro hasta el fondo, sacudiéndola hasta la cabeza

-¡Aaaahhhhhhh, si papi, duro!

La volví a sacar y meter con fuerza, una vez y otra más, mas adentro hasta donde el choque de mi pelvis y sus nalgas permitían, empujaba un poco más arremetiendo hasta que sintiera mis huevos, quería atravesarla, que sintiera, mis fantasías lujuriosas, quería sodomizarla con mi verga, por eso la volvía a sacar y meter, sacar y meter, afuera y adentro, afuera y adentro con todo y huevos, adentro con todo. Lety me jalaba de la cadera y aguantaba las envestidas apretando el abdomen, la escuchaba, gemir, resollar y soltar el aire, junto con el sudor que escurría de su cuello.

-¡Aaaaayyyyy, Aaaaayyyyy, si papacito, siii!
¡Ya, ya, aaaahhhhhhh!

Me jalo con tal fuerza que no pude volver a envestirla, mi verga estaba toda dentro de ella, dejando salir una eyaculación torrencial, sus músculos me apretaban exprimiéndome, vaciando mi lechosa carga de tantos sueños con esta hembra que tenía desnuda recibiendo mi semen y gritando de placer por mi verga. Las piernas de Lety bajaron buscando descanso me abrazo jalándome hacia ella y sin salirme de su vagina nos besamos complacidos, su lengua jugaba con la mía y las risas se mezclaban con los espasmos del orgasmo, Lety me apretaba clavando las uñas en mi espalda, mordisqueaba mi y apretaba mis nalgas con una familiaridad lujuriosa que volvía a despertar desde su interior. Yo por supuesto lo disfrutaba a manos llenas y se lo dije:

Hacerte el amor, era un sueño que no pensaba poder realizar nunca, pero ahora, que lo hemos hecho, el deseo se desbordo hasta la lujuria, me has llevado a los límites de la cordura y mi razón se ha vuelto loca, ¡te das cuenta cuanto es que te deseo y necesito!…

¡Calla, calla! No digas nada, deja que la noche siga su curso, no confundas más, lo que ya es tan complicado, déjame disfrutar de ti y de todo esto sin miedos y sin esperanzas, así lo quiero disfrutar, como una aventura, como una locura, y me beso nuevamente acariciando mi espalda, las nalgas y mi pene que ya volvía a responder.

Me serví un poco de agua en un vaso y le invite a Lety.

-Tenía mucho tiempo de no hacer el amor, me dijo, y hoy me ha gustado mucho, no sé, qué pase después, pero por ahora quiero repetirlo, quiero ser una mujer más ligera sabes, ya me canse de cargar tantas culpas y miedos que no me han dejado más que sola y aburrida y tú, eres el culpable, así que ahora pagaras por eso, ¡tendrás que satisfacer mis más bajos deseos!

Se levantó al baño y después de unos minutos regreso envuelta en una toalla, llena de sensualidad y con la mirada ardiente de deseo, se arrodillo en la orilla de la cama dejo caer la toalla y avanzó despacio como una gata, acariciaba mis pies y lamía mis piernas, me dejaba sentir unos araños en la pierna, desde el muslo fue bajando a la ingle bajando más, hasta las corvas, después hacía el mismo recorrido pero en sentido contrario ahora con la lengua mojándome en una mezcla de mordiscos y besos, mi pene por supuesto no resistió tales caricias y se alzó con una dureza que la invitaba a probarlo y la gata lo busco lamiendo la cabeza que brillaba y escurría el deseo en gotas resbalosas de lubricante. Solo la punta de su lengua jugaba en mi glande embarraba el líquido que me escurría, sin tocarme más que con la punta de su lengua, la desesperación me tenía al borde de la locura, “quería que me agarrara la verga con fuerza, que la apretara con sus manos, que me masturbara, subiendo y bajando mamando, tragándose todo mi desesperado y duro miembro”.

Me miro contemplando mi desesperación, me agarro la erección en un apretón que bajo y subió en un movimiento circular, yo sentí, un alivio que duro muy poco, pues sus uñas recorrieron la piel desde el punto donde inician los huevos subiendo despacio en una caricia tormentosa, que solo su boca calmo un poco cuando se llevó mi verga, tragándose la mitad del miembro, dejándome sentir el
húmedo y suave calor de su boca.

-¡Lety, que rica mamada!

Me respondió solo con la mirada y una leve sonrisa, dejándome saber que no iba a detenerse, me recosté completamente y cerré los ojos para disfrutar de aquel estupendo placer como en un sueño, Lety empujo mi verga hasta que quedo junto al abdomen, sentí como la piel entre mis piernas se estiraba, y el placer se fue intensificando, las uñas me recorrían los huevos de arriba hacia abajo, los envolvía en sus dedos y estiraba solo la piel en breves jalones, después el calor de su boca y la humedad de la lengua me recorrieron la verga, desde la punta bajando siguiendo la vena inflamada justo en medio, al llegar a los huevos metió uno en su boca, jalándomelo, mordiendo un poco, después el otro dejándomelos húmedos y duros como estaba el resto de mi miembro.

-¡Lety, súbete, súbete en mi verga! Le supliqué
-Espera, cariño que a un falta lo mejor, me contesto tranquilamente, sabiendo que había logrado

llevarme al punto de la locura, siguió la caricia con las uñas que de cuando en cuando las clavaba un poco lastimándome, pero ahora las llevo más abajo entre las piernas, en ese punto que ni es huevo, ni es culo pero que produce un placer increíble, me acariciaba con calma desesperándome más, me levanto un poco los huevos y volví a sentir su lengua, subir mojando con su saliva toda esa zona sus uñas se fueron más abajo las sentí alrededor del culo, y de pronto cuando todo estaba mojado me soplo suavemente erizándome el vello púbico por el cambio de temperatura.

¡Uuuuummmmm! Gemí más desesperado
-¡Lety, súbete, ven, ven! Volví a suplicar.

Ni siquiera abrí los ojos, Lety no me contesto había vuelto a llevarse mi verga a la boca, pero sus dedos y esas uñas de mis tormentos estaban justo en mi culo, despertándome un placer que no pude resistir más y solo atine a sostener la cabeza de Lety y llenarle la boca con mi caliente y desesperada eyaculación.

-¡Aaaahhhhhhh, Uuuuummmmm! Apreté el todo mi cuerpo empujando más fuerte los chorros, hacia lo profundo de su garganta, Lety se mantuvo aguantando mi venida tragándose mis jugos.
La escuche gemir y levante la cara para verla, tenía la boca abierta llena de semen que escurría en algunos hilos por su mejilla, los ojos cerrados y una mano en su sexo dándose también una rica masturbada.

-¡Aaaaayyyyy, aaaahhhhhhh!

Apretó las piernas y recargó la cabeza en mi cadera, dejando escapar los últimos girones de placer, volví a mirarla recostada en mí, para guardar un recuerdo más de esa estupenda mujer, abrazada a mi cadera, parecía angelical la enorme curva de su cadera era digna de mostrarse en cualquier museo en una pintura renacentista de esas que expresan emociones vivas y que compartiera al observador la capacidad de esa gata de dar y recibir placer; La calma nos llevó a un abrazo cálido, Lety giró dándome la espalda.

-¡Abrázame, cariño! Me ordeno recostando su cabeza en mi brazo, con el otro brazo la abrace por un costado acariciando su pecho que ahora estaba frío, Lety reculo un poco sin dejar espacio entre sus nalgas y mi cadera, mi pene quedo justo entre sus piernas y mis pies acariciaron y abrazaron en lo posible los suyos, por un momento me perdí en un sueño breve y reparador, no podía pedir más dicha que esa ”la mujer que tanto había deseado junto a mí, ahí estaba, en mis brazos, desnuda y confiada, entregada, dándome y recibiendo el mejor sexo que había tenido en años.

Ya bien entrada la madrugada, nos dimos un baño, entre risas besos y muchas caricias, yo le tallé completa recorriendo ese estupendo cuerpo de mujer, maduro pero muy firme, hermoso de proporciones perfectas, Lety hizo lo mismo, me limpio con especial cariño, dejándome sentir en abrazos sus tetas duras excitadas, los pezones erectos y sedientos de caricias que alivia bajo el chorro de agua, arrimo sus nalgas a mi verga en un juego de tirar y recoger el jabón, me apretaba contra la pared con sus nalgas mojadas. Cuando me tallaba la espalda, bajo con cautela a mis nalgas, con ambas manos las lleno de jabón acariciando en círculos acompañados de apretones deliciosos, y poco a poco fue buscando estimular mi culo, con caricias muy breves con alguno de sus dedos, después con mayor insistencia presionaba recorría todo el ano, los contornos y me llenaba de besos haciendo los mismos recorridos con la lengua, como si está siguiera el movimiento de su dedo en mi culo, además del placer que sentía, este juego me dejo ver una posible afición de Lety por el sexo anal, y no era extraño, si recordamos que su marido era un homosexual. Yo tenía pocas inhibiciones a estas prácticas de recibir placer, mientras fuera una mujer quién me lo hiciera claro, no tenía problemas y si además, era la mujer de mis deseos, menos problema, así que, baje mis manos a las frondosas caderas de Lety, y acaricie sus nalgas, descubrí algunas marcas de celulitis que la volvían más humana y sensual, sentía las uñas en mi espalda a medida que me acercaba a su culo, metí un dedo entre sus nalgas y pude sentir, el cambio en la piel, la piel del culo es más suave y estaba mojada, jugué presionando con la yema de mi dedo, con mi otra mano separe un poco las nalgas para tener más libertad, tras unos momentos de hacer presión, quite mi dedo, llevando mi mano a la cara de Lety, el chorro del agua nos separa cayendo entre los pechos de ambos, toque sus labios con mi dedo y lo metí en su boca, Lety lo lamio con una sensualidad que no me sorprendió, cerrando los ojos recordando mi verga, apretándose contra mí para sentir mi verga en su pubis, lo dejé un momento suficiente ahora al culo nuevamente, toque ambas nalgas con la mano y metí mi dedo en su ano, solo la primer falange.

-¡Aaaaaaahhhh!

Un poco más, pero despacio, volví a empujarlo

-¡Aahhh, aaaahhhhhhh!

Lety me besaba con más cariño abriendo la boca gimiendo deliciosamente y cediendo a mi dedo que ya estaba bien adentro de su lindo y redondo culito.

-¡Aaayyyy, papacito!

Llévame a la cama, cariño, quiero que me lo hagas por atrás.

-Yo lo sabía; eres perversa, le dije
-Tú me has hecho perversa, y puedo serlo más

Dijiste que estabas seguro de venir, a conocerme de verdad

-Voy a descubrirte totalmente, voy a sacar de ti la mujer más sucia y lujuriosa que guardas tras esa mirada.

-Aaaaaaahhhh, si vuélveme loca de placer, quiero gritar y explotar de placer, quiero mucho sexo, quiero coger, quiero que me cojas, muchas veces, quiero que me metas tu rica verga por detrás…
“que delicia, darle una rica cogida a ese enorme culo, ya quería metérsela, jalarle de las nalgas, empinarla y darle duro, por el culo”

Más adelante les contaré los detalles, por ahora, solo piensen en está linda imagen de tener a la mujer de sus sueños empinada diciéndoles:

¡Házmelo por detrás, cógeme papacito, cógeme!

Estoy seguro, que anhelan igual que yo lo hacía a alguna mujer prohibida, su cuñada, concuña, vecina, prima, la esposa de su mejor amigo, una tía, la mejor amiga de su esposa… esa mujer que en más de una ocasión los ha dejado bien calientes con una sola caricia y buscando la ocasión de darle una cogida brutal.

:cucu::cucu:
 
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