Una sincera disculpa, pero parece ser que no se insertó bien la Fuente.

La última baladronada del Mesías Tropical


Víctor Beltri
08 de Mayo de 2017


La oferta de Andrés Manuel a los partidos de izquierda es muy clara: o se someten a sus designios, ahora mismo, o no permitirá que se sometan a ellos después del cuatro de junio —y el pastel será, entonces, para él solito. Un pastel que, como siempre, ha comenzado a saborear antes de tiempo y que —presiente— no podría morder en las condiciones actuales.

Es evidente: quien ha dicho que no necesita de nadie ahora dicta ultimátums de plazo perentorio. La decisión de los dirigentes de los partidos aludidos, sin embargo, no debería de ser tan complicada: se trata de entregarlo todo, incondicionalmente, a quien no les ofrece sino la culminación de sus propias ambiciones. Andrés Manuel está interesado en los temas de izquierda tan sólo en cuanto se relacionan con su agenda demagógica para arribar al poder y, en consecuencia, no ha dudado en oponer, conceptualmente, pueblo con ciudadanía. La verdadera izquierda mexicana no tiene nada que hacer con quien, con sus amenazas delirantes, les ha tendido un puente de plata.

Delirantes porque, ahora, pide el cariño de quienes no ha dudado en destrozar. Andrés Manuel exprimió al PRD hasta agotarlo, sin dejar que crecieran liderazgos que le dieran nueva vida al partido y que hubieran terminado —fatalmente— por eclipsarlo. Cuando, después de su segunda derrota consecutiva, encontró el disenso en sus filas, en vez de ceder el poder prefirió destrozar la institución y quedarse con los restos que le convenían. Unos restos que hoy, timoratos, pretenden que se le escuche en la demanda, absurda, no de declinar sino de claudicar a su favor.

Claudicar, porque es increíble que exija, de instituciones e individuos comprometidos con la lucha por la democracia y la igualdad, que lo sigan incondicionalmente cuando es claro que sus amenazas no son más que súplicas de quien antes los despreciaba y que sabe que necesita de ellos. Andrés Manuel no es indestructible, como ha quedado demostrado con la serie de videos —y posterior evasión— de Eva Cadena, que han tocado su línea de flotación y, de los que es previsible —todavía casi a un mes de la elección— que no sean sino una primera entrega. Andrés Manuel necesita de un frente común para enfrentar los pormenores del proceso, que trascenderán la fecha de los comicios y, antes de tejer alianzas, ha preferido amenazar a quienes en realidad no ganan nada con apoyarlo.

Nada. Con Andrés Manuel no gana en absoluto la agenda de la izquierda progresista —¿o ya se conoce el posicionamiento de López Obrador sobre temas de género?— ni se erradican las prácticas de corrupción que han desembocado en la crisis institucional que ahora sufrimos. La práctica del diezmo y la opacidad en los ingresos y egresos de Andrés Manuel López Obrador han sido una constante desde hace años: cuando, en Madrid en 2011, tuve la oportunidad de preguntarle al respecto, lo que obtuve fue una respuesta a cajas destempladas (“El Gatopardo de Macuspana”, Excélsior, 17/10/2011): “López Obrador, con el rostro visiblemente descompuesto, dijo que iba a responder a la pregunta de cualquier manera. Esos estados financieros, dijo, los puede solicitar al Cisen, con quien, sin duda, guarda una buena relación”. ¿Ha cambiado en absoluto el Andrés Manuel de 2017?

Puente de plata. La izquierda mexicana no tiene nada que ganar al apoyar la tercera intentona de quien, a final de cuentas, no los representa y, en cambio, tendría mucho que ganar si aprovechara la última baladronada del Mesías Tropical y terminara de deslindarse de quien, si sabía de las fechorías de sus correligionarios era tan corrupto como ellos y, si no, es tan poco capaz que no merece el voto de confianza que hoy reclama. México necesita de una izquierda progresista. No claudiquen por quien los desprecia.


Fuente


Efectivamente. El Rayito de Esperanza siempre ha sabido de y encubierto las fechorías de sus correligionarios, pero siempre se ha deslindado de ellos. "A mí que me esculquen". ¡Claro!, envía a sus peones, a los "sacrificables" (que para él son todos), a hacer el trabajo de esquilmar, transar, robar, explotar, pero con la expresa orden de hacerlo "a título personal", sin relación alguna con El Maestro. Les promete dejarles la parte mas pichurrienta del pastel (para que no digan que no les toca nada), a cambio de ser él quien se BENEFICIE con lo más valioso: EL PODER (les deja las migajas, vamos, a cambio de ser el quien se coma la mejor del pan). Pero no se crean que sólo obtiene eso, además DEBEN cumplir con las aportacione$$$ EN E$$$PECIE, esas que no dejan rastro.

No en balde se formó en la sacrosanta escuela del PRI. Es un ex-PRIista que sigue, a más de treinta años de distancia, guardandole rencor a su ex-Alma Mater por haberlo dejado fuera de los círculos del poder del Partidazo (por considerarlo -el partido- un tipo dogmático) al cual pertenecía POR INTERÉS y al cual llegó, como sucede siempre en estos casos, POR RECOMENDACIONES de un "padrino" muy influyente (Carlos Pellicer Cámara, de cuya campaña electoral para la senaduría por Tabasco formó parte). Sabe, pues, cómo es que se "trabaja" para lograr ascender en el escalafón político.

Gracias a sus "buenos servicios" al Partidazo, el ahora Virrey de Macuspana, en tan sólo un sexenio ascendió de ser un mero instrumento de propaganda del PRI (durante la campaña de Carlos Pellicer) a ser presidente del Comité Directivo Estatal del PRI tabasqueño. Fue cuando estuvo al frente de la presidencia del Comité Directivo Estatal del PRI tabasqueño, que al AMBICIOSO López Obrador se le subió la espuma a la cabeza y que el mismo Partidazo lo destituyó (noviembre de 1983). Como a manera de "premio de consolación" sólo le ofrecían puestos alternativos pero de menor rango en el PRI tabasqueño, el futuro Mesías optó por trasladarse al Distrito Federal, donde se hizo con un buen puesto funcionarial, la Dirección de Promoción Social del Instituto Nacional del Consumidor (1984). Ya se delineaba, desde aquél ahora lejano 1984, el que sería el modelo por antonomasia del "CHAPULÍN".

López Obrador ha sido el Gran Maestro del arte del Chapulinazo, que ha ido más allá. Cuando Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo deciden conformar un nuevo partido, esencialmente por inconformidad con su partido de origen, el PRI, López Obrador, siempre al acecho y ambicioso, no duda en dejar al partido que le dio todo desde sus inicios, para satisfacer sus ambiciones políticas y buscar la venganza con el PRI tabasqueño. Lanza su candidatura a la gubernatura por Tabasco, como abanderado del recién formado FDN (que luego sería el PRD). Obvio, la maquinaría PRIista no dejaría que un ardido ex-miembro del Partidazo llegara al poder y lo aplastan (a la más pura manera del PRI) en la jornada electoral. Empezaría ahí el lema de AMLO cada que los resultados -por lo que quieran o manden- le son adversos: FRAUDE, FRAUDE, FRAUDE.

Se hace erigir entonces como presidente del recién fundado PRD (para 1989 el FDN con algunos aliados le dan vida al nuevo partido) en su natal Tabasco. Eso le sirvió para poner a sus elegidos en las elecciones municipales de Tabasco en 1991 y luego reclamar, una vez más, por FRAUDE, con lo cual logró, ¡POR FIN! que el gobierno federal le diera satisfacción a sus exigencias (éxodo por la democracia Tabasco-DF). Con esta protesta, y otras movilizaciones que le siguieron, López Obrador se dio a conocer a la opinión pública nacional como un tribuno combativo y radical, que se encontraba a gusto haciendo política en la calle. Teníamos así, finalmente (y gracias a la Secretaría de Gobernación) al Mesías que bajaría del Monte Sinaí (bueno, del Valle de Macuspana) con sus 10 Mandamientos (bueno sus continuamente "adaptables" decálogos) para redimirnos de todos los pecados de este perverso mundo. Sólo que, a diferencia de Moisés, éste patriarca sí se serviría de todos los que le rodean para satisfacer sus AMBICIONES.

Muchos son ya los que han tenido que pagar por ser sus operadores políticos, pero el Mesías, con todo ese enorme bagage que hemos descrito, no se ensucia las manos directamente, saliendo siempre ileso de toda acusación por corrupción: "los corruptos son ellos, ¿yo? ¡ni los conozco!" ("tres veces me negarás"). Entretanto, ha vivido y sigue viviendo a expensas, primero (y cínicamente) de los sacrificios de gente muy humilde a quien les vende la idea de la salvación divina a cambio de su GENERO$$$A APORTACIÓN A LA CAUSA (la suya, claro está), y luego de ENGAÑAR a más gente humilde para hacerlas firmar la LISTA NOMINAL DEL "MOVIMIENTO DE REGENERACIÓN NACIONAL", con la PROMESA (con signo de la cruz y todo la parafernalia incluídos) de NUNCA TRANSFORMARLO EN PARTIDO POLÍTICO. Hoy él es el DUEÑO DE SU PARTIDO (al más puro estilo de Jorge González Torres, fundador del PVEM, o de Elba Esther Gordillo, fundadora del PANAL), viviendo cómodamente (él se ha autoasignado un SALARIO, como propietario del partido, de 50 MIL PESOS MENSUALES) a expensas (como TODOS los políticos a los que tanto fustiga y critica) de nuestros impuestos. Imagino que como él es el Mesías, pues él SÍ TIENE DERECHO a esos PRIVILEGIO$$$$.