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La vida nocturna de una teibolera (Samantha)

pearlnew

Bovino Milenario
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14 Ene 2010
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1.489
Bueno mis compas bakunos leyendo en un foro me encontré con este tema,me pareció excelente porque explican de "pe a pa" lo que es la vida de una teibolera esta algo largo tengan paciencia esta bueno la investigación de la chica (Samanta), en realidad no encontre donde ponerlo me pareció adecuado ponerlo en PYS si no corresponde aquí favor de moverlo bueno les dejo la info...


Día Cero. “Como en el teatro”
Samanta García, 23 años, soltera y estudiante. Hago variedad. Comencé sondeando la situación; bailar, sonreír, un tubo…
Las mujeres, ¡todas! tenemos algo de strippers. Poseemos el swing de una bailarina exótica, el don de la seducción, el capricho por ser admiradas, la complacencia por sentirnos queridas; hacemos lo imposible por ser el foco de atención de los hombres; coqueteamos, somos sexies, combinamos perfectamente la ternura con la sensualidad; y aunque muchas veces fingimos no sentir el placer de este deseo; el cachondeo lo llevamos a flor de piel.
La vida en un table dance o un club de caballeros, muchos creerían que es el lugar ideal donde las chicas están ávidas de embelecer las pupilas masculinas y de sentirse deseadas; pero la realidad va más allá de eso; la vida en un table dance, es una verdadera faena, una verdadera “obra de teatro”.
Luces color neón cobijando al público que aguarda la tercera llamada, música de fondo que hace vibrar los cristalinos espejos, escenarios luminosos esperando figurar; y tras bambalinas, el lugar donde está prohibido el paso a quienes usan demasiada ropa; un camerino con las estrellas de la noche ajustándose el brassier, pintándose los labios y abrochandose los estiletos (zapatos de plataforma).
Pese a la aparente parafernalia, al igual que en el teatro, en un table dance se lucha, se sufre y se vive al día. Los salarios son muy bajos, no hay contrataciones, por lo tanto tampoco se goza de ninguna prestación; y lo que es peor, en la mayoría de estos lugares no existe una adecuada seguridad laboral. Incluso las mujeres trabajan diariamente bajo riesgos físicos y de salud, sin contar las agresiones morales que también sufren.
De cualquier manera, como toda mujer de estos lugares de aspecto farandulero, Samanta (mi nombre artístico) tenía que dominar a la perfección cada detalle del medio nocturno. Debería andar como pez en el agua (como teibolera en un teibol) por el escenario y en cada mesa recorrida. Actuaría natural y fluidamente; y aseguraría que los nervios no traicionaran mis pasos con aquellos tacones de aguja del número diez.
Para ello, era indiscutible aprender los términos y el argot cabaretero como: “dama de salón”, “chica de compañía”, “fichar”, “ofrecer variedad”, “hacer table”. Después, conocer la diferencia entre uno y otro y comprender bien sus funciones; tener conocimiento de cuánto cobrar por hacer cada cosa; y por último y más importante, saber hacerlo y bien ¡Ay!
Pero ¿qué sabría hacer Samanta de todo eso? ¿Fichar? ¿Hacer compañía? ¿Sólo meserear? ¿Bailar?
Antes de aventarme al ruedo, le llamé a Giselle; una chica que trabaja en el medio, amiga de un compañero de la universidad.
-“En esos lugares de vez en cuando es necesario mentir”, me dice.
-¿Y qué me piden para entrar, tengo que llevar alguna documentación o comprobante médico?
-En la mayoría sólo se fijan que bailes y fiches bien. Nunca te piden ningún papel, es raro el lugar que lo hace. Tu solo ve y diles que ya has trabajado en el medio, y lo importante es que digas que sabes hacer variedad.
Día 1. Primera Llamada “La Preparación”
Recorrí clubs de distintos niveles y zonas de la ciudad de México. Algunos más grandes y exóticos; otros con apariencia clandestina; y muchos más, de ambientes perversos.
Comencé la investigación con un recorrido por tables en el norte de la ciudad, con la simple y llana intención de conocer el ambiente y sobretodo de aprender la jerga teibolera.
Llegué a un club llamado Eclipse. Lugar pequeño de nivel bajo. En la entrada una lona grande con un anuncio que decía: “Se solicitan chicas de variedad, sueldo más comisiones”. El dueño del tugurio, un señor afable, nada morboso, incluso con trato benévolo y paternal, me pregunta:
-¿Qué sabes hacer mija?
-Se hacer variedad señor
-¿Dónde trabajabas?
-Vengo del centro, he trabajado en varios lugares de ahí
-¡Uy, allá pagan muy bien hija! Aquí el sueldo que te podemos ofrecer es de 120 pesos la noche, más tus ligas comisiones. Pero aquí te la vas a pasar bien. Si quieres quédate para que veas el ambiente.
-¿Qué requisitos me pide?
-Sólo tu identificación para ver tu dirección.
El trabajo ahí es de 8 a 8. Doce horas continúas de mover el cuerpo y de conocer hombres frustrados. Larga jornada y poco pago. Oferta poco atractiva. Sin embargo, había cinco mujeres que se notaban complacientes de trabajar en ese lugar, mostrando sus pechos flácidos y sus gruesos muslos a hombres desconocidos.
Continué la ruta por una de las avenidas principales de la zona. Estacioné el auto en un lugar donde un anuncio con la foto de una mujer rubia portando un flamante gorro de Santa Claus, era más grande que el congal en forma de castillo. Se llamaba Excalibur.
Pedí hablar con alguien para solicitar informes. Un tipo con media cara perforada por piercings, salió y me recorrió con la mirada de la punta del zapato hasta el último cabello.
-Vengo a pedir informes para trabajar aquí
-Te ofrezco 400 pesos variedad
-¿Cuáles son los requisitos?
-Que sepas bailar y fichar bien
-¿Necesito traer alguna identificación?
-No, sólo vente preparada con tu ropa.
En este lugar las chicas lucían vestuarios navideños. Falditas y sostenes rojos, ropa interior chiquitita, y además un gorro de Santa Claus. Al parecer los clientes eran atraídos por este accesorio, puesto que el lugar estaba a reventar, con todo y que era el turno de la tarde.
-Puedes venir a partir del lunes, me dijo el gerente (el capitán)
Llegué a otro lugar, el Pretty Woman. Me atendió el dueño del congal. Su nombre era Luis. Me invitó a sentarme en una silla en la entrada del teibol, casi sobre la banqueta, ahí donde todos los que pasaban por aquella avenida principal y en hora pico, podían ver que una teibolera necesitaba trabajo días antes de navidad.
-¿Dónde has trabajado?
Para ese entonces me resultaba ya más fácil hacer la sutil recomendación de Giselle, mentir con profesionalismo.
-En el Excalibur y en clubes del centro, respondí.
-¿Cuánto te pagaban?
-500 pesos
-Necesito ver como trabajas primero, principalmente ver como ficheas. Eso es lo que nos interesa. Si lo haces bien, te respeto el sueldo de 500, si no, por lo menos te llevas 300.
El señor Luis me presentó a su socio, dueño de varios clubes de la ciudad.
-Ella es Samanta, le dice
-Es garantía, me la traje del Excalibur
-¿Cómo ves? Dale chance de que empiece hoy
-¿Traes tu ropa? Me pregunta el socio
No, pero puedo ir por ella a mi casa, vivo muy cerca de aquí
-Entonces llega a las ocho a más tardar
-¿Necesito traer alguna documentación o identificación?
-Sólo vente con tu ropa
Evidentemente, no regresé.
Continué el recorrido pero ahora por el centro de la ciudad, específicamente sobre la avenida Eje Central. Conocí el Ántrax, un cabaretito con siete bailarinas en el escenario. El horario de trabajo era de 7 de la tarde a 5 de la mañana, sin duda uno de los teibols más exigentes en horarios. El sueldo era de 400 pesos más comisiones. El ficheo lo pagan en 50 pesos y el boleto para el striptease en 60.
En frente del Antrax estaba el Deja Vu. Lugar de fachada clandestina. Ahí pagan 500 pesos más comisiones. Trabajan alrededor de siete bailarinas. El lugar es pequeño, al igual que el escenario. También el ficheo está en 50 pesos y el boleto en 60.
El Pueblo G es un auditorio enorme y de apariencia desvencijada. Ahora lo utilizan para hacer bisne con el table más escabroso que haya conocido. El sueldo de las chicas es de 350 pesos, trabajan alrededor de 12 bailarinas que suben y bajan por las escaleras de este antiguo auditorio, utilizándolas como pasarela. El gerente, un joven inexperto que se encarga de negociar el pago de las chicas. La copa del ficheo 50 pesos y el boleto 60.
Casi llegando a Pino Suárez se encuentra el último table de aquella avenida ubicada en el centro de la ciudad. Su nombre es el Azteca, famoso en el medio por los buenos sueldos y porque consienten mucho a sus niñas. Hay alrededor de 40 bailarinas.
-Para todas siempre hay buen pago- me dice Víctor, el capitán. -Además tenemos varias mamis que las cuidan mucho- ¿Y cuál es el requisito para entrar aquí? -¡Qué les guste el sexo!- sonrió.
Visité congales y clubs de todo tipo. Desde los que llegas como bailarina a que te paguen, hasta los que vas a pagar por entrar a trabajar ahí. Generalmente en un table dance las chicas trabajan para recibir un sueldo, pero no es así en todos lados.
En algunos tables de alto nivel, conocidos también como “clubs de caballeros”; las bailarinas pagan por entrar a trabajar ahí para ganar prestigio y sentirse realizadas. Algunos llegan a cobrar 500 pesos a las chicas interesadas en entrar; pero eso si, una vez dentro, las bailarinas reciben los mejores salarios y las comisiones más envidiadas del medio.
En otros clubs, de lugares como Zona Rosa, tienen un perfil específico de teiboleras. Ellas deben de estar operadas; si no tienen implantes en los senos y en las nalgas, no son candidatas al trabajo.
Finalmente llegué a un club de mediano nivel en la colonia Anzures, su nombre es Cadillac. En este lugar el boleto de striptease cuesta 250 pesos.
-Estamos saturados de bailarinas- me dice el gerente. –Pero ven en Enero, porque muchas de las que están trabajando ahorita son extranjeras y para ese tiempo se van-
En un table dance, los clientes están dispuestos a pagar cualquier cantidad a cambio de erotismo puro. Como mínimo llegan a gastar 500 pesos por noche, entre bebida y servicio.
El Cadillac es uno de los clubs más cotizados de la zona, con bellas bailarinas nacionales y extranjeras. Los clientes acostumbran beber cerveza de no menos de 100 pesos, comparado con los 50 pesos que pagan en tables de menor nivel.
Generalmente un table dance abre sus puertas de lunes a sábado, pocos son los que ofrecen servicio los domingos, y los que sí, abren sólo por las tardes.
Los días con mayor asistencia en estos centros nocturnos son los viernes, seguidos del sábado y el jueves, posteriormente el miércoles y al final los días lunes y martes.
Día 2. Segunda Llamada “El Reparto”
Primer día de trabajo en Excalibur.
Las protagonistas (las “bailarinas exóticas”)
Eramos 15 chicas protagonizando el mismo papel: el del cachondeo conversacional y la seducción, en otras palabras el ficheo y el erotismo en el tubo. La mayoría de las chicas de este lugar no pasan de los treinta años. Algunas están casadas, otras divorciadas y con hijos.
Azul tiene 29 años, su esposo y su suegra le ayudan a encubrir su profesión de teibolera. Cristal es la más veterana y la que ha ganado mayor número de clientes. Angélica, una mujer divorciada y con tres hijos. Karla, de 22 años, tiene una niña de tres años, y en su casa no saben que trabaja en el table, Cheyene, una chica desinhibida y de aspecto rocanrolero. Marbella estudia la universidad, y su familia cree que es mesera de un restaurante.
Son algunas de las bailarinas que se disputan por el mismo papel.
La dama (la “mami” o “house mom”)
A la mami la conocí en el camerino. Cuando llegué me registró con su mirada plagada de desconfianza. En ese momento creí que se notaba mi nerviosismo y que mi papel de espía podría estar en riesgo.
La “mami”, como le dicen las chicas, es una mujer de casi cuarenta años, se hace cargo de pasar la lista a las bailarinas, escribiendo en un papel el nombre de cada una para después entregárselo al Dj y al animador. Ésta lista es el orden en que las chicas pasan a bailar al escenario; también se encarga de entregársela a la persona que realiza el pago.
La mami hace de comer, atiende y cuida de las chicas.
El galán (el “capi”)
El capitán de la noche mejor conocido como “capi”, es el que contrata y maneja a las bailarinas. Resuelve cualquier problema del lugar; es el superhéroe del table y con el que todas las chicas coquetean y quieren quedar bien; incluso algunas le ofrecen gratuitamente sus servicios para lograrlo.
El bufón (el animador)
Su papel es el de animar el show. Hace bromas por el micrófono y su discurso no va más allá de: “un aplauso a la nena” “no se vayan, tendremos una rifa de tables gratis”
La villana (la cajera)
Es la que realiza el pago de las bailarinas. Las chicas mantienen una buena relación con ella. Siempre es bueno tener buen trato con quien maneja las finanzas de un negocio.
El criado (el vendedor de rosas)
Es amigo de las bailarinas. Trabaja de planta vendiendo rosas en el lugar, y cuando no hay mucha clientela, va y platica con ellas, y si puede, se liga a la más despistada.
El mayordomo (el de seguridad)
Desde el primer día que pasas por la puerta de ese castillo del deseo para pedir trabajo debes mantener buena relación con él. Es el filtro para poder llegar con buenos ojos con el capi.
Tercera llamada “La bien…venida”
Primer Acto (Tras bambalinas)
Entre risas y nerviosismo, el camerino del Excalibur se regodeaba de chicas preparándose frente al espejo para lucir sexies. Yo trataba de imitarlas. Me maquillaba igual que ellas, exageraba el delineador, el rimel y el labial. El maquillaje dejaba de ser discreto cada que pasaba la brocha sobre mi rostro para darle un matiz bronceado y fulgurante.
Eran las ocho de la noche, una hora antes de que iniciara la jornada de trabajo. Aún las chicas vestían de blusa y mezclilla. Aunque algunas preferían andar al desnudo, al menos de los senos hasta las caderas.
El camerino estaba colmado de maletas por todas partes con ropas vistosas emergiendo de ellas.
Las divas de la noche llegaban una a una. Se saludaban y comenzaban con la rutina. Primero, el maquillaje. Después, otra vez el maquillaje. Y al final, otra capa del mismo maquillaje. El rostro y el cuerpo de una bailarina debían quedar intocables, con el maquillaje reluciente y súper reforzado, como si un balde de agua pudiera caer encima de ellas. Nada debía estropear su imagen.
Por lo visto era natural compartir camerino con alguna chica nueva, puesto que mi presencia resultaba ser a ratos indiferente.
Fui la primera en llegar. Julio (el capi) me dijo que me vistiera en el camerino por si entraba un cliente. No hizo falta una entrevista, sólo preguntó “¿Traes tu ropa?” “Cámbiate por si llega algún cliente, si no se te va a ir una lana ahí. No esperes a que lleguen las demás porque son muy impuntuales, y luego no quieren que les descuente el sueldo”, me dijo con tono arrogante.
Para mi fortuna llegó la primera chica. Su Nombre es Karla. De aspecto tigreño, alta, delgada, cabello lacio largo y negro, contrastante con sus ojos grandes y oscuros.
–Hola soy Samanta- me presenté. La chica al inicio me saludo con reserva. En cuanto vio que lo único que quería era romper el hielo y hacer amistad, me sonrió.
-¿Eres nueva verdad?
–Si, le respondí
– No te puedes llamar Samanta, hay tres chicas aquí que se llaman así. Una en el turno de la tarde, otra de este turno y la otra mejor se dejó el nombre de Samy.
Ante tal advertencia, tuve que cambiar mi nombre. Karla sugirió llamarme Luna. Así me presenté con las demás.
-¿En dónde trabajabas antes?- me pregunta
-En uno que está por el centro, pero lo clausuraron y me quedé sin chamba. Pero realmente llevo poco tiempo en el medio. ¿Y tú?
-Llevo tres años
-¿Y qué tal está el ambiente aquí?
–Está bien, ya vas a ver
-¿Si llegan clientes?
–Sí, bueno hoy está tranquilo pero aún así puedes hacer ligas, vender boletos y si quieres hasta privados. Si no te va muy bien, te puedes quedar a doblar-
Su comentario me dejó sin habla. A estas alturas ya no sabía que era peor, el no saber con exactitud a que se refería con ligas, boletos y doblar, y sentirme completamente ignorante en el tema; o conocer la rudeza de sus significados.
Conforme llegaban las otras chicas, escuchaba sus comentarios en los que empleaban este lenguaje teibolero.
Entonces pude saber que una liga es lo mismo que una ficha, mejor conocido como “fichar” o pedirle al cliente que te invite una copa y todo lo que puedas exprimirle. Cuando dicen doblar, se refieren a trabajar más tiempo o quedarse otro turno. Vender boletos es cuando se hace un striptease o un table; pueden ser arriba de escenario o en privado, el costo varía en función de esta ubicación. Y por último, los privados, donde la chica invita al cliente y por una cantidad hace realidad cualquier deseo o fantasía del hombre. Este es el negocio máximo para una teibolera.
Suena sencillo, pero no lo es. Finalmente me quedaba el consuelo de que no era mi oficio ni mi profesión. Sabía que hoy saldría de ese lugar y mañana no me volverían a ver.
Mientras tanto, las chicas comenzaban a deshacerse de sus prendas para quedarse sólo con lo necesario. Era el momento justo del destape. Una vez listo el maquillaje, seguía la ropa.
Llevaba un vestido rojo con el cual me sentía protegida porque no era tan atrevido como los que portaban ellas; entonces, la mami me miró girando la cabeza de un lado a otro, se dirigió hacia mí y con sus animosas manos comenzó a arreglarme el vestido dejándomelo de tal forma que me viera “casi” igual a las demás.
Por si esto fuera poco seguían los zapatos. Los míos eran altos, pero los de ellas lucían monumentales. Podía verlas llegar hasta el cielo con esos tacones.
–Tienes que comprarte de estas plataformas transparentes como los que usan las demás- me dice la mami.
Segundo Acto (El Striptease)
El reloj marca las once de la noche. La algarabía de la gente brindaba la armonía a lo largo de aquellos sillones húmedos y cálidas luces que rebotaban sobre las caras de la gente. El ambiente comenzaba a oler a feromonas que provocaban la inmediata respuesta excitada del sexo masculino.
No era la única nerviosa, pude percibirlo. Todas las chicas estaban al tanto para reaccionar como cuando un cuervo tiene de frente un pedazo de carroña; de inmediato se lanza y ataca sobre la carnaza. Lo mismo sucedía con las chicas en acción, procuraban todas ganar esa carne jugosa masculina con olor a dinero.
Primera Escena
Lo primero que llama la atención es lo aburrido que se torna este lugar después de estar dos horas sentada en un sillón. Había poca gente. Lo único que hacíamos era esperar el turno para bailar. Las que no bailaban, fichaban, las que no fichaban, esperan sentadas; otras caminaban como felinas sensuales por las mesas, por si llegaba un cliente nuevo ¡al ataque! comenzaba la cacería.
El olfato en ese lugar tenía que ser lo suficientemente agudo para llevarte una buena comisión en el día, si no lo hacías, simplemente no te iba bien.
Yo era de las que esperaban sentadas.
Había pocos clientes. Los que llegaron eran los hombres asiduos al lugar y ya tenían a su chica favorita. Marbella, Cristal, Angélica y Samy eran las afortunadas, mientras que las otras se veían con caras de decepción y envidia, y no les quedaba otra más que esperar.
Las que ya tenían cliente no les tomaba mucho esfuerzo trabajar; los besaban y abrazaban, y si a éstos les iba bien, las chicas los consentían sentándose en sus piernas permitiéndoles acariciar sus cuerpos.
Ellas iban con “todo” por su comisión. Procurando vender boletos con un costo de 90 pesos para el table dance. La ficha estaba en 80 pesos para ella, y para él 100 dependiendo la bebida; y si ellas hacían bien su trabajo; les sacaban un privado, mínimo de 150 pesos, dependiendo de lo que pidiera el cliente.
En total, por cada servicio que conseguían hacer, las chicas se llevaba al menos 200 pesos adicionales a su sueldo. Y eso les tomaba por mucho dos horas con cada cliente.
Segunda Escena
Su nombre es Azul. Usa una ombliguera y una falda de cuadros rojos que le cubre hasta el borde de la nalgita. Tiene un aspecto de colegiala: lentes de grueso armazón, dos coletas y mallas arriba de la rodilla.
Después de escuchar su nombre por el micrófono, subió las escaleras del escenario con un toque de sensualidad y erotismo para colocarse en el centro, donde el tubo aguardaba la siguiente escena con la nueva protagonista.
Azul daba movimientos precisos, se deslizaba por el escenario sutilmente y al ritmo de la música dance. Coqueteaba con los asistentes, mientras tomaba el tubo, lo pegaba en su pecho y enrollaba sus piernas en él, para luego voltearse, recargar su espalda y dejarse caer hasta el piso con los brazos levantados agarrados de este cilindro metálico.
Todas las miradas se dirigían al escenario. El contoneo de Azul volvía locos a los asistentes, y yo sólo desde el sillón podía analizar cada uno de sus movimientos y percatarme de que la clave para tener éxito en el tubo, es sentir la música y dejarse llevar. Eso se percibe desde abajo; pero estando arriba…es diferente.
Tercera Escena
La noche caía, los clientes llegaban y se iban, las chicas fichaban y esperaban, y yo temblaba de pensar en subir a un escenario con un tubo que espera que lo seduzca con movimientos eróticos.
Para mi fortuna era lunes y había pocos clientes; por lo que mi vergüenza sería apreciada sólo por unos cuantos.
Llegó la hora de respirar hondo y sacar el aire. Era mi turno. Escuché al animador darme la bienvenida, por lo que nadie dudó en voltear a ver a la chica nueva.
Me levanté con seguridad del sillón que me había acompañado las últimas horas, y subí al escenario con la misma actitud que las demás. El tubo sudaba ardiente, y por más que sentía la música y me dejaba llevar; mi cuerpo sudaba como un témpano de hielo.
El bailar en el tubo para estas horas de la noche ya no era noticia. Ahora, la preocupación radicaba en cómo moverme y qué hacer en ese momento justo y determinante del climax de la noche, del apogeo del show, cuando una teibolera cachondea con el tubo, y si es preciso, se comienza a quitar la ropa.
Era el momento de sentirme en el casting que nunca tuve. El director (el capi) calificando mis movimientos; la producción y los técnicos (animador e ingeniero de audio y sonido) manteniendo el escenario en perfectas condiciones; y el resto del elenco (las bailarinas) criticando mi trabajo.
Sentía que llegaba el momento del abucheo, cuando a lo lejos oí gritar: ¡Luna, quítate la ropa!
Segundos más tarde, Luna formaría parte del elenco.
Tercer Acto. (“El sueldo lo debemos”)
Estuve ocho horas en ese lugar. Pasé frío, vergüenza y sueño. Las chicas estaban exhaustas de una larga jornada de trabajo.
Cuando llegué, el “capi” me dijo que mi sueldo sería de 450 pesos la noche por hacer variedad. Llegué puntual, bailé y me mantuve con el ánimo de una teibolera; sin embargo, debido a que era lunes y a que la clientela esperada nunca llegó, la caja no tenía fondos para pagar nuestros sueldos.
La villana (la cajera), le informó a la dama (la mami) que no había dinero. Pasaban de las dos de la mañana y todas las bailarinas comenzaban a angustiarse por esta situación.
“Yo llegué temprano” grita una; mientras las otras comienzan a alegar que también estuvieron puntuales y que trabajaron las ocho horas acordadas.
La mami, preocupada, se acerca pretendiendo negociar la situación.
-Chicas, saben que casi nunca pasa esto. Siempre que tenemos les pagamos, pero hoy llegaron pocos clientes, y me acaba de informar la cajera que no hay fondos,
-¡Pero nosotras hicimos nuestro trabajo! Indignada respondió Angélica
-Voy a comentarle al capi a ver que podemos hacer, por lo pronto váyanse a vestir.
El camerino se tornaba tenso y apabullante; las ropas volvían a vestir nuestros cuerpos; el maquillaje terminaba en trozos de pañuelos desechables, los zapatos descansaban sobre las maletas, y el ánimo de las chicas permanecía al ras del suelo.
Regresó la mami, desconcertada. Sabíamos que las cosas no andaban bien.
-Les vamos a pagar 50 pesos a cada una, y después de Navidad les daremos el resto, afirmó la dama.
Algunas chicas tuvieron que quedarse a “doblar” más tiempo para poder recuperar algo de su sueldo. Otras, sin embargo, decidieron irse, aunque esto significaba pasar una navidad taciturna a falta de dinero, y lo que era peor, a la mayoría de ellas no les alcanzaba para tomar el taxi que las llevaría a casa esta noche.
Cambio de cuadro. El desenlace
Las bailarinas están acostumbradas a quedarse sin sueldo. “De vez en cuando así pasa y no nos pagan” me comenta Karla “Tienes que acostumbrarte porque a veces así es” ¿Y ustedes qué hacen al respecto? pregunté, “no podemos hacer nada si queremos mantener el trabajo.”
Las chicas se arroparon, agarraron sus maletas y con sólo 50 pesos en la bolsa, se fueron una vez entrada la madrugada, dejando en aquél escenario, las esperanzas de que mañana será un día mejor para ellas, mañana sí llegarán clientes, mañana recibirán un sueldo justo que remunere el cansancio y el sudor de sus cuerpos extasiados, mañana cobrarán las mejores comisiones, mañana…mañana…
Una de las industrias con mayor ingreso en el país, la industria del table dance, deja frecuentemente desahuciadas a sus empleadas; explotando sus derechos y utilizando sus cuerpos para saciar con ellos sus negocios libidos y de prostitución.
Sin embargo, la faena sexual y la vida nocturna continúa.





FUENTE
 
Gracias por el aporte, no puedo creer que esto pase, me da vergüenza pero aquí en Tijuana un dia fui a uno de esos lugares, solo nos quedamos 5 min. mis amigas, amigos y yo (por que si no consumías por lo menos cerveza no te podías quedar a ver gratis), en fin en ese tiempo vi que a una chica le pagaron varias veces con billetes de 10 y 5 dolares, y aun no se quitaba toda la ropa. Por eso me quede impresionado cuando a esta chica le dieron solo 50 pesos.
 
Debe ser tan vacía la vida de todas esas chicas, que por necesidad o por cualquier otro motivo trabajan en estos ambientes...
 
pues muy parecido a otros trabajos donde explotan al trabajador y la empresa se regocija con grandes ganancias
 
pos si no les gusta ese mundillo para que se meten y con todo respeto me parece igual de demigrante que cualquier otro trabajo en mi bello mexico no se digan los supers
 
Debe ser tan vacía la vida de todas esas chicas, que por necesidad o por cualquier otro motivo trabajan en estos ambientes...

Pues ni tan vacia, algunas que trabajan por necesidad lo hacen por los hijos y otras para pagarse su universidad (me he topado con 3 aqui en mi ciudad) y mira que tienen unas ideas que la verdad me siento mal que trabajen ahi.
 
Debe ser tan vacía la vida de todas esas chicas, que por necesidad o por cualquier otro motivo trabajan en estos ambientes...

Imagínate que tan "vacía" es la vida de estas mujeres que tras ser denigradas en el ambiente laboral (las denuncias por acoso sexual, acoso verbal, despidos por embarazo o por condicionamiento físico han aumentado mas de 100% desde el 2007) que no les dejan otra alternativa que ingresar a este mundo de clandestinaje o prostitución... imagínate mujeres que tienen hijos y no tienen apoyo por parte de su pareja (o ex) .

Si hay algún "vacío" en la vida de estas mujeres es de oportunidades y equidad (no cieguen los ojos entre ustedes mismas ¡por favor! suficiente tenemos ya con tener que solucionar una sociedad patriarcal como para que entre las propias mujeres se cierren los ojos)

pos si no les gusta ese mundillo para que se meten y con todo respeto me parece igual de demigrante que cualquier otro trabajo en mi bello mexico no se digan los supers

Lo que es no leer la nota realmente.... muchas ingresan a ese "mundillo" por necesidad.

En México la equidad laboral es casi inexiste, siendo la discriminación por ser mujer o ser mujer y no cumplir los estándares de belleza motivo de despedido o acoso en muchísimos casos:
* Aumento en 106% de denuncias por hostigamiento sexual
* Aumento en 61% de denuncias por violencia laboral hacia las mujeres
* Despidos por embarazo aumentados en 106%
* Discriminación en general aumentó en 133%
* Las mujeres en mismos puestos que los hombres ganan hasta 35% menos

http://www.eluniversal.com.mx/notas/456408.html

Muchas mujeres, por falta de oportunidades y equidad laboral (y ni empezamos con equidad escolar y social) no tienen otra oportunidad de tener un ingreso económico que ingresar a esta red de clandestinaje y prostitución... cierto que no con todas es así, pero si existen estas anomalías laborales (falta de prestaciones laborales como seguro y remuneración para las mujeres que trabajan en clubes nocturnos) es porque se explota la necesidad de muchas de ellas.

No se vale decir "para que se meten a ese mundillo" cuando muchas el propio mundo laboral y/o social no les deja otra oportunidad... la nota es para reflexionar precisamente eso y ver que las mujeres que ejercen esa profesión estan expuestas a pésimas condiciones laborales y en manos de las personas dueñas de los negocios... situación realmente terrible.

Yo agradezco la nota y espero abra los ojos de mas de uno...
 
pos si no les gusta ese mundillo para que se meten y con todo respeto me parece igual de demigrante que cualquier otro trabajo en mi bello mexico no se digan los supers
Eso si, apoyo tu mocion. Es como si a los mexicanos, no nos gustara, como estamos, facilmente cambiariamos, verdad,hermano?

No cambia mucho al ambiente en casi todo ambito laboral, el fregado, siempre es el empleado, la casa jamas pierde.Lo mismo le pasa al obrero, al medico, al abogado novato, al taxista, al cumbiero, al barrendero, erc,etc Lo q noto, cada dia, es q las oportunidades van escaseando mas y mas, aun las mas minimas, haciendo de este Mexico, un lugar peligroso, pues tarde q temprano, esto va a implosionar.Como siempre todos contra todos,a fregar al projimo.
 
Excelente el articulo, y pues muy manchada la gente que contrata a estas chicas y por 50 pesitos esten toda una noche vendiendo su cuerpo

pero bueno
 
Wow excelente cronica! gracias por compartirla ;)

Que horrible y vacio mundo en el que nos tocó vivir U_U
 
El articulo me gusto,ya que recorre por zonas donde me ha tocado trabajar como DJ.

Pobre chica porque no se le ocurrio ir al "minezota" ahi si se saca una buena feria.

Saludos y gracias por el articulo.
 
buen articulo, aunque no dice nada que no sepamos todos...

desgraciadamente no se hace nada por brindar oportunidades a estas personas, que orilladas por la necesidad y algunas por "dinero facil" terminan "trabajando" de eso
 
¡Vaya! realmente pensé que a estas chicas les iba bien en ese trabajo :/
Que horrible venderse por 50 pesos.
 
Pues ni tan vacia, algunas que trabajan por necesidad lo hacen por los hijos y otras para pagarse su universidad (me he topado con 3 aqui en mi ciudad) y mira que tienen unas ideas que la verdad me siento mal que trabajen ahi.


Imagínate que tan "vacía" es la vida de estas mujeres que tras ser denigradas en el ambiente laboral (las denuncias por acoso sexual, acoso verbal, despidos por embarazo o por condicionamiento físico han aumentado mas de 100% desde el 2007) que no les dejan otra alternativa que ingresar a este mundo de clandestinaje o prostitución... imagínate mujeres que tienen hijos y no tienen apoyo por parte de su pareja (o ex) .

Si hay algún "vacío" en la vida de estas mujeres es de oportunidades y equidad (no cieguen los ojos entre ustedes mismas ¡por favor! suficiente tenemos ya con tener que solucionar una sociedad patriarcal como para que entre las propias mujeres se cierren los ojos)


Lo que es no leer la nota realmente.... muchas ingresan a ese "mundillo" por necesidad.

En México la equidad laboral es casi inexiste, siendo la discriminación por ser mujer o ser mujer y no cumplir los estándares de belleza motivo de despedido o acoso en muchísimos casos:
* Aumento en 106% de denuncias por hostigamiento sexual
* Aumento en 61% de denuncias por violencia laboral hacia las mujeres
* Despidos por embarazo aumentados en 106%
* Discriminación en general aumentó en 133%
* Las mujeres en mismos puestos que los hombres ganan hasta 35% menos

http://www.eluniversal.com.mx/notas/456408.html

Muchas mujeres, por falta de oportunidades y equidad laboral (y ni empezamos con equidad escolar y social) no tienen otra oportunidad de tener un ingreso económico que ingresar a esta red de clandestinaje y prostitución... cierto que no con todas es así, pero si existen estas anomalías laborales (falta de prestaciones laborales como seguro y remuneración para las mujeres que trabajan en clubes nocturnos) es porque se explota la necesidad de muchas de ellas.

No se vale decir "para que se meten a ese mundillo" cuando muchas el propio mundo laboral y/o social no les deja otra oportunidad... la nota es para reflexionar precisamente eso y ver que las mujeres que ejercen esa profesión estan expuestas a pésimas condiciones laborales y en manos de las personas dueñas de los negocios... situación realmente terrible.

Yo agradezco la nota y espero abra los ojos de mas de uno...

Pues justo de eso hablaba, lo hacen por NECESIDAD porque evidentemente no les queda de otra, ¿O conocen a alguien que lo haga por placer?
El vacío lo llevan en su autoestima (como persona, no como un cuerpo) pero sobre todo en la dignidad
 
Pues justo de eso hablaba, lo hacen por NECESIDAD porque evidentemente no les queda de otra, ¿O conocen a alguien que lo haga por placer?
El vacío lo llevan en su autoestima (como persona, no como un cuerpo) pero sobre todo en la dignidad

Camila, lo que yo quiero resaltar es que de donde o con qué respaldas que las sexo servidoras todas tienen baja auto estima, si no hay forma de demostrar tal enunciado, entonces es otro prejuicio y créeme que lo que menos ocupan es, precisamente, mas prejuicios.
 
tsss. triste la realidad y la falta de un empleo que garantice seguridad financiera y personal para la mayoria de las mujeres.......
esos "papis" son una escoria, pero esto no lamentablemente no terminará hasta que haya equidad laboral.........cha........
gracias por compartir
 
Camila, lo que yo quiero resaltar es que de donde o con qué respaldas que las sexo servidoras todas tienen baja auto estima, si no hay forma de demostrar tal enunciado, entonces es otro prejuicio y créeme que lo que menos ocupan es, precisamente, mas prejuicios.

Si, lo entiendo, por medio de un amigo conocí a un par y por las pláticas que tienen es fácil saberlo, se sienten (o al menos esas dos) como si no fueran mas que una "mercancía". Igual y es muy aventurado decir que todas se sienten igual, pero después de saber por las cosas que pasan todos los días no creo que haya quien disfrute vivir así...
 
pues creeme q he tenido varias amigas q trabajan asi y ni una sola le pgan 50 pesos el dia.

tambien tengo una conocida escort. y creeme q le va muy pero muy bien , la morra cobra 150dlls la hora, o 1200dlls el dia , tiene 25 tiene su casa un carraso y acaba de terminar su carrera.
 
pues creeme q he tenido varias amigas q trabajan asi y ni una sola le pgan 50 pesos el dia.

tambien tengo una conocida escort. y creeme q le va muy pero muy bien , la morra cobra 150dlls la hora, o 1200dlls el dia , tiene 25 tiene su casa un carraso y acaba de terminar su carrera.

La verdad ami también se me hace muy raro que ganen 50 pesos, cuando leí el articulo me quede pensando, aquí en mi rancho las teiboleras así mas rurales agarran no menos de 500 pesos aclaro POR BAILAR nada mas, los caiditos son aparte pero aquí se le paga a una teibolera por bailar solamente 500 pesitos la noche
 
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