jarochilandio
Bovino de la familia
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Finanzas Internacional
28 de febrero de 2018
Para sus muchos críticos, la Asociación Nacional del Rifle (NRA) es una fuente inagotable de financiación para comprar políticos en todas partes y proteger el derecho a la tenencia de armas.
En realidad, la NRA es un grupo de interés de tamaño medio que ejerce una influencia indudable, pero en absoluto es el que más gasta en política. Su capacidad de eludir las leyes de control de armas tras las masacres escolares puede tener más que ver con su eficacia como grupo de defensa que con la cantidad de dinero que destina.
La NRA tiene otra ventaja: la oposición recibe poca financiación. A pesar de que las encuestas muestran que los estadounidenses están generalmente a favor de una regulación más estricta de las armas ‒y la indignación parece aumentar a raíz del asesinato masivo del 14 de febrero en la escuela secundaria de Florida‒, eso no ha generado un aumento del gasto en candidatos favorables al control de armas. En el ciclo electoral de 2016, la NRA superó al grupo más importante en defensa del control de armas, Estadounidenses por Soluciones Responsables, por al menos 4 a 1, y posiblemente por mucho más. Entre los grupos de defensa que suelen apoyar las causas demócratas y liberales, las grandes partidas de dinero se destinan a cuestiones medioambientales y de derechos de las mujeres, no al control de armas.
La Asociación Nacional del Rifle, fundada en 1871, es una organización sin ánimo de lucro con unos ingresos anuales de alrededor de 400 millones de dólares. Podría parecer mucho, pero si fuera una empresa, sería mucho más pequeña que cualquiera de las incluidas en el índice bursátil S&P 500.
Aun así, su director ejecutivo, Wayne LaPierre, recibe una paga de jefe de primera línea. En 2015, el último año del que se dispone de declaración de impuestos del grupo, LaPierre ganó 5,1 millones de dólares en compensaciones totales. Eso es más de lo que gana el director ejecutivo de Alaska Air, CME Group, Church & Dwight, Dish Network o Garmin cada año.
Foto de archivo del 22 de febrero de 2018. El vicepresidente ejecutivo de la Asociación Nacional del Rifle y director ejecutivo Wayne LaPierre, habla en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) celebrada en National Harbor, Maryland (AP Photo/Jacquelyn Martin, Archivo).
El gasto político de la NRA tiene dos ejes: dinero destinado a hacer lobby y dinero destinado a las elecciones, ya sean donaciones directas a candidatos o gastos en su nombre a través del comité de acción política. La NRA desembolsó 5,1 millones de dólares en hacer lobby durante 2017, según el Centro para una Política Reactiva. Eso no fue suficiente para entrar en el top 20.
El mayor grupo de presión, la Cámara de Comercio Estadounidense, destinó 82 millones de dólares el año pasado, 16 veces más de lo gastado por la NRA. Es sabido que la Cámara es el mayor patrocinador de Estados Unidos en Washington, y es financiada por muchas de las grandes compañías de la nación. A diferencia de la NRA, hace lobby en un amplio rango de cuestiones, pero varias empresas individuales, como Oracle, Amazaon y Comcast, dedican entre las tres el doble que la NRA en hacer lobby. Blue Cross/Blue Shield gastó casi cinco veces más.
La NRA gasta mucho más en elecciones, al menos 54 millones de dólares durante el ciclo de 2016, incluidos 30 millones de dólares en anuncios y otras actividades que respaldaron a Donald Trump o destruyeron a su oponente, Hillary Clinton. Eso convirtió a la NRA en la novena mayor organización en gastos externos. Aun así, si se reduce ese número, hay dos grupos demócratas en lo alto de la lista, Priorities USA (que gastó 133 millones en candidatos demócratas) y el Comité de Campaña al Senado del Partido Demócrata (104 millones de dólares). NextGen Climate Action, ampliamente financiada por el multimillonario de California, Tom Steyer, gastó 96 millones de dólares en candidatos demócratas que apoyaban la lucha contra el cambio climático. No hay un Comité de Acción Política para el control de armas, ni ningún súper comité tan generoso en ninguna parte.
La NRA podría gastar mucho más en política de lo que indican los informes de sus finanzas. Según una auditoria interna de sus finanzas del 2016, en ese mismo año el grupo gastó 84 millones de dólares en “programas legislativos”, y 55 millones de dólares en “asuntos públicos”: 139 millones de dólares en total. Así es como la NRA define sus gastos, y podrían ser mayores a los que las leyes federales requieren declarar. Los formularios de declaración solicitados muestran un gasto de 5,1 millones de dólares en lobby y 54 millones de dólares en elecciones; es decir, 59,1 millones de dólares en total. Entonces, si el gasto político anual del grupo realmente es de alrededor de 139 millones de dólares, es más del doble de lo que declaró públicamente durante el ciclo 2015-2016 (otros grupos pueden declarar sus gastos de forma similar).
¿De dónde viene el dinero de la NRA?
La NRA también tiene el dudoso privilegio de ser el que más “dinero negro” gasta en la política estadounidense, lo que significa que parte de su aparato se organiza de tal forma que no se le requiere declarar de dónde viene el dinero. Alrededor de 35 millones de dólares de sus 54 millones gastados en las elecciones de 2016 provinieron del Instituto para la Acción Legislativa de la NRA, al que se le permite mantener en secreto sus donaciones. Ese dinero podría proceder del tráfico de armas, de fabricantes de municiones, de grupos de cazadores o de cualquier otra entidad. Mediante una declaración tributaria no relacionada, el Centro para una Política Reactiva descubrió una donación de 4,9 millones de dólares en 2014 procedente de Cámara de Comercio de los Compañeros de la Libertad, un grupo fundado por el multimillonario Koch Brothers.
Los otros 19 millones de dólares gastados en la elección de 2016 proceden del Fondo para la Victoria Política de la NRA, un tipo diferente de organización política que enumera públicamente a los donantes.
La mayor fuente de ingreso de la NRA ‒164 millones de dólares en 2016‒ fueron las cuotas pagadas por sus alrededor de 5 millones de miembros, que van desde los 30 dólares al año. Las “contribuciones”, que presumiblemente incluyen el dinero donado a los comités de acción política, aportaron otros 104 millones de dólares en 2016. Otras fuentes de ingreso fueron la publicidad en revistas propiedad de la NRA, como American Rifleman, y las entradas por espectáculos y programas que dirige el grupo.
Las actividades políticas parecen ser una de las categorías en la que la NRA tiene más gastos individuales, pero también gasta 88 millones de dólares en servicios para los miembros, 38 millones de dólares en publicaciones, 19 millones de dólares en organizar espectáculos y exposiciones, y 11 millones en entrenamiento y educación con armas. En 2016, la recaudación de fondos le costó al grupo 47 millones de dólares.
Los ingresos por concepto de cuotas y entradas cayeron ligeramente entre 2015 y 2016, un posible reflejo de la leve caída en el número de miembros, aunque se dispararon las contribuciones políticas, seguramente debido a que fue un año electoral. Hay buenas razones para pensar que seguirá subiendo.
Fuente
O sea que la NRA "invierte" selectiva y sabiamente sus ingresos en donde DEBE para tener los favores que busca. Una muestra de que no se necesitan fortunas incalculables para INFLUIR. Todo es cuestión de "invertir" exactamente donde se debe. No necesitan comprar a todos los congresistas y senadores, sólo a los que INFLUYEN en las decisiones en ambas cámaras. Con eso aseguran el EFECTO DESEADO con un mínimo de costos. Es lo mismo que el KKK y el Tea Party (otros de los promotores del Trompudo). No son las asociaciones más ricas de gringolandia. Sólo hacen exactamente lo mismo que la NRA.