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La trágica historia de Elsie Paroubek

dito de best

Bovino adicto
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8 May 2008
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Bueno banda ya ven que esta de moda eso de crear temas acerca de campañas y otras cosas asi no dire nombres, si no en una de esas el chaf..... se enoja y empieza a tacar de nuevo, les dejo este tema acerca de una niña y su tragica historia.

Saludos banda!!!


La trágica historia de Elsie Paroubek



Eliška “Elsie” Paroubek fue una pequeña norteamericana de raíces checas, víctima de secuestro y homicidio en la primavera de 1911 en la ciudad de Chicago. Su desaparición y su búsqueda conmovieron y movilizaron a los estados de Illinois, Wisconsin y Minnesota. A su funeral asistieron casi 3,000 personas.

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La historia de Elsie Paroubek y especialmente su fotografía publicada en las páginas del Chicago Daily News, fueron dos de las principales inspiraciones para Henry Darger a la hora de escribir su novela de fantasía “La Historia de las Vivians”. Otro terrible episodio que conmocionó y tocó las fibras más sensibles del público norteamericano. Un crimen que hasta la fecha permanece sin solución.


Elsie era la séptima hija de la pareja de inmigrantes checos Karolína Vojáček y Frantisek (Frank) Paroubek.



La desaparición.
En la mañana del ocho de abril de 1911, época en que Elsie tenía cinco años de edad, dejó su hogar en la Avenida 2320 South Albany, en Chicago, diciendo a su madre que iría a visitar a su ti, la Sra. Frank Trampota hermana de Karolina, que vivía en la 2325 South Troy Street. Cuando se dirigía a la casa de la Sra. Frank, Elsie se encontró con su primo de nueve años, Josie Trampota, y otro grupo de niños que escuchaban a un organillero tocar en la calle. Cuando el músico se movió a la esquina de la calle 23, los niños lo siguieron pasando frente a la puerta de la Sra. Frank – con excepción de Elsie, que se quedó atrás. En aquel momento nadie se dio cuenta que había dejado de formar parte del grupo.

Varias horas después, la madre de Elsie se dirigió a la casa de los Trampota para buscar a su hija que aún no regresaba. Cuando arribó, terminó por descubrir que Elsie nunca llegó al lugar. Como la niña tenía muchos amigos en el vecindario, las mujeres pensaron que podría haberse escapado a visitar otra casa. A las nueve de la noche, Frank Paroubek llegó del trabajo y se enteró de la ausencia de Elsie. El hombre no era tan indiferente como su esposa y su reacción inmediata fue acudir a la delegación de policía en Hinman Street para denunciar la desaparición. Inicialmente, la policía estuvo de acuerdo con la posibilidad de que se hubiera quedado en casa de algún amigo, pero cuando Elsie no regresó a casa en la mañana siguiente, el capitán John Mahoney asumió personalmente la búsqueda de la niña desparecida.



La investigación.
Varios policías, de varias delegaciones distintas, pasaron a integrarse al grupo de búsqueda, y rápidamente apareció un sospechoso. Un niño llamado John Jirowski relató a los detectives de la delegación de Maxwell Street, encabezada por el Inspector Stephen K. Healey, que había visto una carroza “gitana” sobre Kedzie Avenue, a una cuadra al oeste de Troy Street. Había dos mujeres en la carroza y una de ellas sostenía a una pequeña. La policía rastreó diversos campamentos de gitanos o lo largo del rio Des Plaines, en las cercanías de Kedzie, y se dirigieron al lugar para hablar con los residentes. Mencionaron a los oficiales que una carroza había dejado la caravana la mañana del 9 de abril. En esa época, la idea de que la joven Elsie había sido raptada por gitanosera muy aceptada, principalmente tras el secuestro de Lillian Wulff cuatro años antes. Lillian finalmente fue encontrada con un grupo de gitanos.

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Grupo de gitanos en 1911

Mientras tanto, Frank Paroubek ofrecía sus ahorros de US$ 50 (cerca de 1,650 dólares de hoy) como una recompensa por el retorno de la niña. Lo detectives buscaron a la pequeña en los barrios italianos circundantes, donde se escucharon rumores de que una niña, cuya descripción coincidía con la de Elsie, había sido vista en compañía de un organillero.

El Inspector Healey ordenó que los canales de drenaje fueran inspeccionados el 12 de abril, y nuevamente el 15 de abril, sospechaba que si algo malo había sucedido con la pequeña, su cuerpo podría encontrarse en este lugar. El entonces gobernador de Illinois, Dan S. Deneen, solicitó la ayuda del público para localizar a la niña. Después de esto, miles de personas se unieron a la búsqueda de Elsie – pero estaba muy lejos de ser encontrada.

Frank Paroubek, en compañía de los detectives Komorous y Sheehan, fueron en busca de la carroza gitana que había partido según el informe de otros gitanos. Inicialmente creían que la carroza se había dirigido hacia Round Lake, Illinois, una pequeña ciudad a unos 50 km al noroeste de Chicago, pues muchos de los gitanos interrogados por la policía mencionaron que ese sería el próximo destino de la caravana. Los habitantes de Round Lake fueron advertidos sobre la desaparición de Elsie, y se les solicitó que llamaran a la policía en caso de que una niña con tales características fuera vista con gitanos.

Desafortunadamente, muchos de los habitantes locales se encargaron de presionar e interrogar a los gitanos e intentaron investigar en las carrozas. Los incomodados gitanos decidieron levantar el campamento en el medio de la noche y se dirigieron hacia Volo, Illinois.

Los residentes de Volo informaron que una pequeña, que correspondía con la descripción de Elsie, había sido vista junto a un grupo de gitanos. Las declaraciones de los residentes aseguraban que esta niña parecía estar dopada y parcialmente cubierta con una tela. Estos también intentaron entrar a las carrozas gitanas antes de la llegada de la policía, lo que una vez más provocó la partida del grupo gitano, esta vez para para McHenry, Illinois, a unos 60 kilómetros de Chicago. Cuando la policía finalmente encontró el grupo en McHenry, descubrieron que la niña era una gitana y no Elsie. Ambas tenían la misma estatura y edad, pero la fisionomía era totalmente diferente. La caza del grupo de gitanos sólo había sido una gran pérdida de tiempo y recursos.

El 17 de abril, el capitán Mahoney recibió una llamada anónima diciendo que una niña, con una descripción semejante a la de Elsie, había sido vista con un hombre en un hotel en Western Springs, Illinois. Una vez más, los detectives fueron enviados al lugar, pero no encontraron nada.

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Lillian Wulff

Durante la segunda semana tras la desaparición de Elsie, Lillian Wulff, ahora con 11 años, fue hasta la policía para ofrecer ayuda. Ella había sido objeto de una cacería humana idéntica cuatro años antes, cuando fue “raptada” por gitanos y forzada a trabajar durante seis días mendigando en las calles. Esta niña fue recuperada después de ser descubierta por un agricultor, mientras caminaba atrás de una carroza gitana en los alrededores de Momence, Illinois. Lillian fue llamada para que diera detalles sobre el comportamiento típico de los gitanos. Uno de los hombres que había secuestrado a Lillian fue localizado en prisión y sugirió que la policía debía hacer contacto con Elias George – el “Rey de los Gitanos”– para obtener ayuda. George fue localizado en Argyle, Wisconsin, pero “no pudo ofrecer la información deseada” y fue liberado. En este punto, el inspector Healey ordenó nuevamente una búsqueda en el drenaje, pozos, cisternas y otros lugares en que Elsie pudiese haber caído.

Habían pasado tres semanas desde la desaparición de Elsie y los ciudadanos estaban alborotados. La Superintendente de las Escuelas, la Sra. Ella Flagg, solicitó a todos los alumnos que participaran en la búsqueda en sus vecindarios durante el periodo de vacaciones de primavera. En el intermedio de este tiempo, Frank Paroubek, debido a la desesperación, consultó a una médium vidente, quien le dijo que Elsie estaba en Argo, Wisconsin. El político de Chicago, Charles J. Vopicka, envió oficiales al área que la vidente había indicado, pero no encontraron señal alguna de la niña. Las búsquedas pasaron de Illinois a Wisconsin, luego a Minnesota y después regresaron nuevamente a Illinois, sin resultados.
 
continua......

En el medio de la investigación, algo siniestro comenzó a suceder. Algunos días después de la desaparición de Elsie, Frank Paroubek comenzó a recibir correspondencia anónima. Estas cartas estaban todas escritas en inglés, pero Paroubek no sabía leer el idioma. El hombre pidió a los vecinos que leyeran los textos. En las cartas se alegaba que Elsie había sido raptada por alguien que “odiaba” a los Paroubek y acusaron a la familia de maltratar a la pequeña. Frank se irritó tanto con las acusaciones que terminó por quemar las cartas.

La comunidad checa en Chicago se reunió para ayudar a la familia Paroubek. Las mujeres del Club Bohemian también decidieron ayudar en la búsqueda, creando lo que llamaron una “carta cadena infinita”, que fue enviada a todos los puntos de la ciudad, solicitando a los destinatarios que enviaran copias a todos sus conocidos. El Club también ofreció una recompensa de $US 500. El Gobernador Deneen solicitó al congreso revisar los estatutos para publicar una recompensa a nombre del estado de Illinois. En aquella época, las leyes estatales no permitían la oferta de una recompensa por la captura de secuestradores, como sucedía con los asesinos. Se creó un fondo de recompensa, y casi cualquier persona podía hacer una donación.

La policía terminó rebasada por llamadas de personas interesadas en conseguir dicha recompensa. Cada vez que una niña en un vestido rojo era vista en un campamento de gitanos, la policía era requerida. Cerca del 1 de mayo, sin embargo, los investigadores terminaron por abandonar la idea de que Elsie había sido raptada por los gitanos. De ahí en adelante la policía volvió su atención y esfuerzos en la búsqueda entre pozos, ríos y canales. El JuezJoseph Sabath se opuso a las prácticas de la policía afirmando que no tenían nada de inteligente. Alegó que la “cacería” de los policías se estaba volviendo apática, porque los padres de Elsie eran pobres. Este hombre venía recibiendo contribuciones para el fondo de recompensa de todo el país y aumentó su propia contribución con US$100.

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Joseph Sabath

Mientras esto sucedía, los detectives Zahour y Zalasky, aun buscaban al autor de las cartas que habían sido enviadas a la familia Paroubek. Tenían la certeza de que vivía cerca de Madison y Robey Streets y que sabía más sobre la desaparición de lo que estaba diciendo. El teniente Costello, con apoyo del Inspector Healey, declaró de forma categórica: “Elsie Paroubek cayó en el drenaje del Puente Kedzie Avenue o cerca de ahí. Ella no fue asesinada”. Creían que el autor de las cartas había testificado la caída.

Las búsquedas en los campamentos de gitanos se reanudaron. Hasta el 7 de mayo, aproximadamente veinticinco campamentos de gitanos habían sido investigados y varias pistas falsas habían sido desestimadas. El capitán Mahoney anunció tristemente que su creencia era que Elsie había muerto, pero prometió que la policía continuaría con la búsqueda, incluso sólo si era para recuperar su cuerpo.
 
El cuerpo de Elsie es encontrado.
A partir de esto la búsqueda no duró mucho tiempo. Días después, un ingeniero eléctrico llamado George T. Scully, en conjunto con otros empleados de la planta Lockport, cerca de Joliet, descubrió un cuerpo flotando en el canal de drenaje. Al inicio, pensaron que se trataba de un animal de las granjas vecinas, pero poco después terminaron notando que el cuerpo parecía el de una niña. Enviaron un bote para recuperar el cuerpo. El médico forense William Goodale, que fue requerido para examinar el cadáver, que parecía encajar a la perfección con la descripción de Elsie Paroubek, dijo: “La descripción computada para el color de cabello, la textura de los calcetines y la tonalidad del vestido se parecen con las de Elsie”. Además constató que el cuerpo había estado en el agua desde hacía varias semanas. En los informes originales se menciona que no había “ninguna marca de violencia en el cuerpo”.

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Canal de drenaje en Lockport, 1911

Goodale notificó a las autoridades de Chicago, quienes a su vez encomendaron al Teniente Costello la visita a la casa de los Paroubek. Cuando vio al policía mal encarado con sombrero en mano, Karolina Paroubek comenzó a gritar rogándole al hombre que le dijera que su hija estaba viva. Frank fue llevado a la funeraria a la media noche. Afirmó que la ropa era parecida, pero no lograba reconocer el rostro, después de todo, estaba totalmente hinchado por el tiempo que permaneció en el agua. Sería necesario que Karolina verificara el cuerpo.

La mañana siguiente, Karolina fue llevada a la sala de visitas del agente funerario. La mujer identificó positivamente a la niña muerta como su hija. Ella le habría dicho al cuerpo: “Eres tú, mi querida. Gracias a Dios que te encontré y no estás en mano de los gitanos”. Durante la hora siguiente, anduvo de un lado a otro y se sentaba nerviosamente al lado de su marido en una habitación adjunta. Frank la tomó de las manos y los dos lloraron y rezaron juntos. Goodale, que había acompañado la investigación del desaparecimiento de la pequeña gracias a los periódicos, hizo una declaración a la policía: “El cuerpo parece haber estado en el agua cerca de un mes, lo que coincide con la fecha de desaparición de Elsie Paroubek. La niña, cuando salió de su casa, iba sin sombrero y la ropa combina en todos los aspectos con la encontrada en el cadáver. No había anillo ni algún otro accesorio y, en ese aspecto, las descripciones corresponden. A excepción del color de los ojos, que no pueden ser observados con claridad, las descripciones son idénticas”.

Se hicieron los arreglos para una investigación, con William Wunderlich de Will County como presidente. Frank Paroubek fue llamado como primer testigo. Desestimando lo que había dicho el médico legista, Paroubek insistía en que su pequeña había sido asesinada. A través de un traductor, él dijo al jurado: “Estoy seguro que los gitanos robaron a mi niña y entonces, cuando supieron que estábamos tras ellos, la mataron y arrojaron su cuerpo al canal”.

Tras esta afirmación, el caos irrumpió en la sala del jurado. Karolina comenzó a gritar y salió corriendo del lugar, gritando “¡Mi Elsie está muerta! Fue asesinada, asesinada.” Su marido y el detective Zelasky, intentaron tranquilizarla, pero en su extrema angustia, la mujer comenzó a correr de un lado a otro en la calle atrayendo la atención de una multitud de curiosos. Insistió en que los gitanos habían matado a Elsie, y que la policía no había hecho nada al respecto. Frank finalmente logró calmarla y la embarcó en tranvía a casa.

Los resultados de esta investigación fueron inconcluyentes. El Juez Wunderlich declaró: “El caso atrajo tanta atención que un examen minucioso deberá hacerse. No vamos a conformarnos con ninguna investigación superficial. El jurado se niega a presentar sus convicciones hasta que la autopsia sea realizada. Queremos que se examine el estómago y los pulmones de la pequeña. El padre acusa de asesinato. Y es posible que esté en lo cierto”.

Durante la autopsia, dos médicos, E.A. Kingston y W.R. Paddock, confirmaron que Elsie no se había ahogado – no había agua en sus pulmones. Kingston dijo que había sido “atacada” (un eufemismo para la violación) antes de que su cuerpo fuera tirado al gua. Mientras que Paddock dijo que no había evidencias de que fuera “herida” antes de su muerte. Más tarde el Teniente Costello dijo a la prensa que la pequeña había sido “maltratada”, lo que parecía indicar que su muerte había sido obra de los gitanos. También se descubrieron cortes profundos en el lado izquierdo de su rostro. Aunque los médicos informaron “marcas azules en la garganta, como si hubiera sido estrangulada”, otro examen del Dr. E.R. LeCount y Dr. Warren H. Hunter de la oficina forense reveló que Elsie había sido sofocada y no estrangulada.

La causa de muerte se dio como desconocida, pero el forense Peter Hoffman estuvo de acuerdo con el padre de la niña, según él, Elsie había sido asesinada, aunque fuera imposible determinar con exactitud cómo sucedió.

Por su parte, el Teniente Costello volvió a la investigación de las cartas anónimas que fueron enviadas a los Paroubek, creyendo que estas serían la llave para resolver el caso.



El funeral.
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La familia de Elsie no tenía dinero para llevar a cabo el funeral de la niña, pues según lo que Karolina le había dicho al juez Sabath, la búsqueda de la pequeña había agotado todos sus ahorros. El juez entonces le extendió un cheque por US$ 25 y prometió recaudar más fondos. Lo amigos y familiares también ayudaron con dinero y se utilizó el fondo de la recompensa. La Sra. Sophie Johanes logró recaudar más de US$ 50, dando una fiesta de beneficio y solicitando donaciones de la Bohemians en la Costa Oeste.

El funeral de Elsie se llevó a cabo el día 12 de mayo en el jardín frente a la casa de los Paroubek. Antes de la hora programada para la ceremonia, los curiosos empezaron a reunirse. Abarrotaron el patio, la casa y las vecindades. No había una sala en el vecindario que pudiera contenerlos a todos. A los Paroubek se les ofreció una sala privada en una funeraria, pero Frank sabía que había demasiada gente y no quería rechazar a nadie. El padre dijo: “Ellos vinieron para decirle adiós a mi pequeña Elsie. No dejare que nadie se decepcione”.



Se reanudan las investigaciones.
Tras el funeral, la investigación policial fue reiniciada. El jefe de policía John McWeeny prometió dedicar toda la fuerza policial de Chicago para dar con el asesino.

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John McWeeny

Los investigadores después llegaron a un sospechoso, un hombre llamado José Konesti. Descrito como un “comerciante ermitaño”, quien en múltiples ocasiones mientras estaba ebrio había asegurado que “seducía niñas y las llevaba a su cabaña que se situaba cerca del canal de drenaje” – el mismo canal donde Elsie fue encontrada. Vivía en una choza a aproximadamente kilómetro y medio de la casa de los Paroubek y había sido visto con regularidad en las proximidades. La dueña de la choza donde vivía, la Sra. David Shaughnessy, le dijo a la policía que se había quejado varias veces sobre el hecho de que Konesti llevaba niños al lugar, y que se había ido el 9 de mayo.

Un día después de que Konesti supo que era sospechoso por el asesinato de la pequeña, se arrojó a un tren y murió. Cinco días después, sin embargo, fue absuelto de toda culpa.

El 15 de mayo, Frank Paroubek tenía información fresca para los investigadores. Les dijo a los detectives haber hablado con un hombre que no conocía, quien mencionó haber visto a Elsie la tarde del 8 de abril en Kedzie Avenue, al sur de la 28th Street. El Teniente Costello encomendó a sus detectives que encontraran al sujeto.

Costello tenía sus propias conclusiones sobre el caso. No estuvo de acuerdo con el informe del forense y se convenció de la muerte de Elsie había sido un accidente. El problema era que el inspector Healey había hecho constantes búsquedas en los canales, y ninguno de estos intentos dio con el cuerpo.

Después de más de 100 años, aún se desconoce lo que pasó con Elsie Paroubek.



Un dato extraño.
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Henry Darger y una ilustración de su autoría.

Como mencionamos al principio del texto, la muerte de Elsie Paroubek sirvió de inspiración para que Henry Darger escribiera su novela de fantasía “La Historia de las Vivians”. Henry fue un artista solitario que laboraba como conserje en Chicago. Los manuscritos de su gran obra “La Historia de las Vivians”, fueron descubiertos y publicados después de su muerte. Este hecho llevó a que muchas personas afirmaran que Henry podría haber sido quien escribió las cartas a Frank Paroubek, después de todo, tan sólo tenía 19 años en aquella época.
 
Es interesante como ha avansado la medicina forense, y las investigaciones policiales.
pareciera como si estas herramientas nos ayudarán a tener mas control peró ni aun así los crimenes dejan de suceder.
gracias por compartir.
 
Gracias por el post, Y en verdad nuca se sabrá que fue lo que sucedió con esa pequeña y quien sabe cuantas mas.
 
buen post
triste la historia
chido por comparti
 
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