- Tema Autor
- #1
Soy un hombre que ha probado mucho del sabor del placer, creo que puedo decir que hasta hoy se lo que puede sentir el cuerpo humano respecto al placer sexual, aun cuando he tenido todo tipo de experiencias y digo de todo tipo, los temas taboo han sido lo que siempre había deseado experimentar.
Cuando me case pensé que tenia mucha suerte, mi esposa es una bella mujer y por consecuencia todas las mujeres de su familia; mi suegra y su hermana (la tía de mi esposa) son enfermeras , pero lo mas impresionante es que la tía de mi esposa cuando se uniforma de enfermera deja ver mucho de lo que guarda, tiene un cuerpo muy conservado para una mujer de 45 años, solo tuvo un hijo y el padre de este nunca la volvió a ver, lo que causo en ella un resentimiento hacia los hombres que la hace estar medio amargada.
Un día me fije que es muy descuidada para sentarse y al platicar con ella podía verle ese triangulo del placer que tiene en medio de sus piernas, su uniforme impecable sus pantimedias blancas y su calzón blanco como toda enfermera, esa imagen me tenia pensando en si aun tendría deseos sexuales o simplemente era una mujer descuidada y que no le importaba mostrar mas de lo común a los hombres; paso en tiempo y un día solicito mi ayuda para instalar su lavadora nueva, claro que no pude negarme ya que es muy amable y correcta; ese día platicamos como nunca lo habíamos hecho, su hijo se encontraba haciendo la tarea en casa de su hermana (mi suegra) y estábamos completamente solos, la platica fue muy agradable pero cuando me dispuse a revisar el lugar donde se instalaría la lavadora se sentó como siempre y me dejo ver por un momento su calzón ahora de color durazno, me sentí nervioso pero trataba de no verla, cuando me indico por donde pasa la instalación eléctrica, puede ver sus piernas con detalle y sin darse cuenta, percibí que no era muy cuidadosa para agacharse, así que nuevamente vi su calzón, ese día me despedí muy rápido no quería que notara que me excitaba mucho verle su triangulito.
Los días pasaban instale la lavadora pero la relación de amistad fue mejorando al tanto que un día me invito a comer, platicamos mas de lo que imaginaba, hable de todo mis gustos y lo que me disgusta en fin lo clásico, al darme cuenta estábamos hablando de nosotros como si fuéramos adolescentes, al llegar a su casa entre y seguí la platica, no se que me sucedió y le dije: Antonia, me gustas mucho, me siento muy a gusto contigo y creo que es peligroso que siga esta amistad, me siento atraído como un joven hacia ti y la verdad no se que hacer, ella dijo: -Si, pero yo siento lo mismo, eres el único hombre que me hace sentir muy importante, ¿te puedo pedir un beso?,- yo no pensé y la bese, ella besaba como una niña que no sabia y deseaba que la enseñaran, en una de las charlas me contó que su primera vez casi fue una violación y que ella quedo embarazada por un descuido, lo que me hacia pensar que no sabia lo que estaba desatando, los dos buscamos estar mas cómodos nos sentamos en el sillón y acariciaba sus piernas, ella tenia miedo pero no decía nada, al buscar tocar sus muslos se levanto y me dijo: creo que va a pasar algo que podemos lamentar, respondí: no, nunca lamentaría hacer el amor contigo, no se si fue la frase o el deseo pero sin mas me dejo ver su cuerpo , sus senos no eran grandes pero si muy firmes, perfectamente deliciosos, en lo personal no soy un hombre que le gusten los senos grandes, me atraen de una forma increíble los senos muy pequeños, probablemente porque los puedo devorar completos y los pezones saben mucho mejor, tome sus senos y los bese, ella solo decía mi nombre, quise besar su sexo y le dio pena, pero la convencí con calma sus vellos olían a mujer, una mezcla de orina y excitación, metí mi cara en el delicioso triangulo que muchas veces había visto pero por fin lo podía oler y saborear, su lubricación era abundante y muy acida, pero con el sabor de una hembra que nunca pensó tener una lengua explorándole el clítoris, los labios y recorriendo hasta el periné, llegue a oler su ano, pero cerro sus nalgas y no lo pude probar, lo cual me encanta debo agregar, pero lo que mas me prendió fueron sus gemidos, tan tiernos y suaves que me hacían pensar que estaba lista para ser penetrada y prácticamente reinaugurada, la bese en sus ricos pezones, el cuello, los oídos y su boca, para que probara su propio sabor, lo cual ni noto, después me confeso que jamás lo había hecho así, la tome y la acosté en su cama y como una deliciosa quinceañera, se entrego, me dejo penetrarla y besar cada rincón de su cuerpo, me permitió hacer dos posiciones con ella lo cual le encanto, llegue a un rico orgasmo dentro de ella y a partir de ese día se hizo mi amante, aprendió todo lo que nunca había hecho desde mamar la verga con sus huevos, saboreando mi lubricación y tragar el semen, hasta hacer el sexo anal, lo mas atrevido que hemos hecho a sido ir a un cine porno y mientras me mama la verga dejarse tocar por otro hombre, la he hecho una puta, mi puta particular, al día de hoy he podido penetrar su ano y dejar no solo mi semen en el si no también mi orina, mi esposa no sospecha pero algún día cometeremos un error, espero que no sea pronto y pueda seguir cojiendola como se lo merece ya sea en su casa o en la cama de mi esposa o en la cama del hospital donde trabaja, estoy a punto de convencerla de hacer un trío con otra mujer y creo que será muy pronto cuando comerá verga y vagina en una sola cogida.
Cuando me case pensé que tenia mucha suerte, mi esposa es una bella mujer y por consecuencia todas las mujeres de su familia; mi suegra y su hermana (la tía de mi esposa) son enfermeras , pero lo mas impresionante es que la tía de mi esposa cuando se uniforma de enfermera deja ver mucho de lo que guarda, tiene un cuerpo muy conservado para una mujer de 45 años, solo tuvo un hijo y el padre de este nunca la volvió a ver, lo que causo en ella un resentimiento hacia los hombres que la hace estar medio amargada.
Un día me fije que es muy descuidada para sentarse y al platicar con ella podía verle ese triangulo del placer que tiene en medio de sus piernas, su uniforme impecable sus pantimedias blancas y su calzón blanco como toda enfermera, esa imagen me tenia pensando en si aun tendría deseos sexuales o simplemente era una mujer descuidada y que no le importaba mostrar mas de lo común a los hombres; paso en tiempo y un día solicito mi ayuda para instalar su lavadora nueva, claro que no pude negarme ya que es muy amable y correcta; ese día platicamos como nunca lo habíamos hecho, su hijo se encontraba haciendo la tarea en casa de su hermana (mi suegra) y estábamos completamente solos, la platica fue muy agradable pero cuando me dispuse a revisar el lugar donde se instalaría la lavadora se sentó como siempre y me dejo ver por un momento su calzón ahora de color durazno, me sentí nervioso pero trataba de no verla, cuando me indico por donde pasa la instalación eléctrica, puede ver sus piernas con detalle y sin darse cuenta, percibí que no era muy cuidadosa para agacharse, así que nuevamente vi su calzón, ese día me despedí muy rápido no quería que notara que me excitaba mucho verle su triangulito.
Los días pasaban instale la lavadora pero la relación de amistad fue mejorando al tanto que un día me invito a comer, platicamos mas de lo que imaginaba, hable de todo mis gustos y lo que me disgusta en fin lo clásico, al darme cuenta estábamos hablando de nosotros como si fuéramos adolescentes, al llegar a su casa entre y seguí la platica, no se que me sucedió y le dije: Antonia, me gustas mucho, me siento muy a gusto contigo y creo que es peligroso que siga esta amistad, me siento atraído como un joven hacia ti y la verdad no se que hacer, ella dijo: -Si, pero yo siento lo mismo, eres el único hombre que me hace sentir muy importante, ¿te puedo pedir un beso?,- yo no pensé y la bese, ella besaba como una niña que no sabia y deseaba que la enseñaran, en una de las charlas me contó que su primera vez casi fue una violación y que ella quedo embarazada por un descuido, lo que me hacia pensar que no sabia lo que estaba desatando, los dos buscamos estar mas cómodos nos sentamos en el sillón y acariciaba sus piernas, ella tenia miedo pero no decía nada, al buscar tocar sus muslos se levanto y me dijo: creo que va a pasar algo que podemos lamentar, respondí: no, nunca lamentaría hacer el amor contigo, no se si fue la frase o el deseo pero sin mas me dejo ver su cuerpo , sus senos no eran grandes pero si muy firmes, perfectamente deliciosos, en lo personal no soy un hombre que le gusten los senos grandes, me atraen de una forma increíble los senos muy pequeños, probablemente porque los puedo devorar completos y los pezones saben mucho mejor, tome sus senos y los bese, ella solo decía mi nombre, quise besar su sexo y le dio pena, pero la convencí con calma sus vellos olían a mujer, una mezcla de orina y excitación, metí mi cara en el delicioso triangulo que muchas veces había visto pero por fin lo podía oler y saborear, su lubricación era abundante y muy acida, pero con el sabor de una hembra que nunca pensó tener una lengua explorándole el clítoris, los labios y recorriendo hasta el periné, llegue a oler su ano, pero cerro sus nalgas y no lo pude probar, lo cual me encanta debo agregar, pero lo que mas me prendió fueron sus gemidos, tan tiernos y suaves que me hacían pensar que estaba lista para ser penetrada y prácticamente reinaugurada, la bese en sus ricos pezones, el cuello, los oídos y su boca, para que probara su propio sabor, lo cual ni noto, después me confeso que jamás lo había hecho así, la tome y la acosté en su cama y como una deliciosa quinceañera, se entrego, me dejo penetrarla y besar cada rincón de su cuerpo, me permitió hacer dos posiciones con ella lo cual le encanto, llegue a un rico orgasmo dentro de ella y a partir de ese día se hizo mi amante, aprendió todo lo que nunca había hecho desde mamar la verga con sus huevos, saboreando mi lubricación y tragar el semen, hasta hacer el sexo anal, lo mas atrevido que hemos hecho a sido ir a un cine porno y mientras me mama la verga dejarse tocar por otro hombre, la he hecho una puta, mi puta particular, al día de hoy he podido penetrar su ano y dejar no solo mi semen en el si no también mi orina, mi esposa no sospecha pero algún día cometeremos un error, espero que no sea pronto y pueda seguir cojiendola como se lo merece ya sea en su casa o en la cama de mi esposa o en la cama del hospital donde trabaja, estoy a punto de convencerla de hacer un trío con otra mujer y creo que será muy pronto cuando comerá verga y vagina en una sola cogida.