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LA TIA 3

murux

Bovino maduro
Desde
7 Ene 2010
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455
Mi marido me contó que el hijo de una sobrina vendría a la capital a estudiar en la Universidad y que él le había ofrecido hospedarlo en nuestra casa mientras encontraba un lugar para vivir. Yo conocía al muchacho, era muy agradable, claro que hacía como 8 años que no lo veía, de modo que no tuve ningún reparo, al contrario lo acepté encantada pues me sentía muy sola en casa.

Y llegó el día del arribo del sobrino nieto a nuestra casa. Lo recibimos con mucha alegría, dándome cuenta que el muchacho había crecido bastante. Ya tenía 19 años y se había transformado en un joven alto muy apuesto, con su misma simpatía habitual de niño. Al poco tiempo ya estábamos como una familia, conviviendo gratamente...

El muchacho tenía su computador y allí estudiaba en su cuarto. Me enseñó a usarlo y me creó un correo “formal” para contactarme con mis hijos y amigas y me hice adicta al Internet, que él me adiestraba. Un día que estaba sola, fui a su pieza a ocupar el computador y al encenderlo, apareció una página en la sección de Relatos en el apartado de Sexo con maduras, apague la computadora inmediatamente y salir agitada del cuarto... este hecho hizo mucho ruido en mi cabeza, pensaba muchas cosas y me tenia inquieta, el solo saber que ese chico tenia fantasías sexuales pensando en mi me ponía muy nerviosa, me daban ganas de platicarlo a mi esposo (pues no quería cometer otro error) pero al mismo tiempo tenia la curiosidad y hasta cierto punto me elogiaba que una mujer como yo despertara esos deseos en ese muchachito... así que decidí no hablarlo y olvidarme de ello..

a casi un mes del incidente, me encontraba en mi cuarto cambiándome de ropa, cuando noté por el espejo que mi sobrino, me estaba observando. Al darme vuelta, él se retiró con rapidez, pero lo llamé para pedirle que antes de salir de casa, me alcanzara algunas cosas que yo había dejado en el automóvil. Cuando giró ante mi llamado, noté lo abultada que estaba su bragueta como señal indudable de una erección que él trató de disimular, tapándose con las manos mientras hablábamos. Me causó algo de gracia el confirmar lo crecido que estaba ya el muchacho. Tras una breve conversación se dirigió hacia su cuarto. Minutos después, al pasar frente a la puerta cerrada de aquél, surgió en mí una sospecha que no puedo fundamentar con claridad, pero que me llevó a apoyar uno de mis oídos en la misma, lo que me permitió escuchar ciertos movimientos rítmicos, que surgían de las maderas y el colchón de la cama y la respiración de mi muchacho, profunda al principio y jadeante luego, que no me sugerían otra cosa que una masturbación en curso.

Este hecho hizo que recordara aquel incidente con la computadora, me mataba la curiosidad de saber que es lo que leía mi sobrino mientras yo pensaba que estaba estudiando por las noches, así que una mañana le pedí que me prestara la computadora para poder charlar con mis amigas, y ensayar lo que me habia enseñado... Comencé a leer algunos relatos que me parecieron bastante fuertes, pero me empezaron a excitar sobremanera y sin darme cuenta, llevé mi mano a mi entrepierna, acariciando por sobre el calzón mi conchita que estaba húmeda… con mis dedos acaricié mis labios e introduje uno de ellos haciéndome una paja que hacía tiempo no me corría. Mi excitación estaba muy elevada por los relatos de muchachos con vecinas, con amigas de la casa e incluso con… tías. Después de eso, cada vez que podía me metía a ese sitio y leyendo otros relatos me hacía un par de pajitas que me dejaban relajada. Era como un vicio para mí y a veces al vestirme me quedaba sin calzones para disfrutar directamente de mis dedos leyendo esos relatos.

Y un día que estaba lo más entretenida leyendo un relato, aún no me metía los dedos, siento que entra alguien a la pieza. Para mi sorpresa era mi sobrino. No alcancé a apagar el aparato y mi reacción fue algo torpe.

-Tía –me comentó él- veo que ya aprendió a manejarse en Internet. Esa página es muy interesante. -sobrinito –murmuré- yo… yo… bueno… estaba intruseando un poco… y me encontré con esto… en realidad son bastante… interesantes los relatos.-Si tía –continuó el joven haciendo de la situación lo más normal –son casi puras narraciones de lectores y lectoras que cuentan sus experiencias… a mí me gustan mucho -Pero son puras mujeres maduras con… jovencitos… ¿te gusta eso? -¡Por supuesto tía! Para mí no hay como las mujeres maduras –respondió entusiasmado. Incluso –prosiguió- si no te molesta, te puedo mostrar páginas con fotos… pero no… sería una falta de respeto… discúlpame tía… me fui en la volada -y tratando de cambiar la conversación- ¿qué tienes de rico para almorzar?

Yo no quise aparecer como que estaba tan interesada. La verdad es que me hubiera gustado que me hubiera mostrado todo eso… sentía mis calzones mojados. Pero no debía demostrar ese entusiasmo, aunque lo dudé. Me levanté del asiento y lo invité a bajar al comedor. Cuando bajábamos la escala, él se puso a mi lado y me abrazó cariñosamente.

-¡Miren como mi tía aprendió a meterse a las páginas porno! Ja, ja, ja! Si quieres después te muestro otras… -En realidad Carlitos, -traté de justificarme- como paso sola y aburrida, no creo que sea nada malo entretenerse ¿no es cierto? -¡Por supuesto tíita, yo le enseñaré otras muy interesantes. –y me apretó dándome un beso en la mejilla. Almorzamos sin comentar nada más. Yo estaba muy nerviosa y el creo que también, ambos eludíamos el tema, pero al final del almuerzo lo retomó él.

-¿Vamos tía y le enseño algo, para cuando quede sola?

Subimos nuevamente, yo delante de él. No sé si era mi imaginación, pero creí sentir su mirada pegada a mis nalgas grandes y apretadas por la falda, algo estaba cambiando en mí. Encontraba algo no tan anormal la relación de un joven con una veterana… por lo menos en los relatos así se veía y no dejaba de pensar en ello… Llegamos a su cuarto y él manipuló y entró a una página de fotos de maduras con jovencitos… eran fotos bastante fuertes, mujeres gordas, viejas con los miembros de los jóvenes en sus manos o en su boca… desnudas o semi desnudas, mostrándole sus cuerpos a los jóvenes que las manoseaban… -Pero esas mujeres son casi más viejas que yo… y más gordas… uuuf… ¡mira! -Son mujeres normales tía –respondió - no son modelos de 90, 60, 90, sino mujeres normales, como cualquier dueña de casa que demuestran sus deseos y sus gustos por lo jóvenes y dispuestas a aprovechar el tiempo gozando. ¡Son las mujeres que a los jóvenes nos gustan! -¿Y tú crees que mujeres como ésas… entusiasmen a los muchachos? ¿Crees que mujeres como yo… podrían excitar a jóvenes como… tú? -¡Por supuesto tía! Usted está mucho mejor que cualquiera de esas mujeres… sería el sueño de tantos jóvenes como yo… ¡les gana en belleza y cuerpo! -¡No seas adulador! Sé que tengo mis años, mis kilos de más… pero viéndolas… creo que me veo mejor que muchas de ellas… ¿qué piensas tú?

El muchacho me tomó de la mano, me levantó del asiento y me hizo dar una vuelta admirando mi cuerpo. Lanzó un silbido de admiración y acarició levemente mi cintura algo gorda y rozó mis senos con el dorso de su mano. Sentí una corriente que recorría mi cuerpo desde mi cabello hasta los pies, erizando mis pezones.

-Ud. tía tiene mucho más que ofrecer que cualquiera de ellas.

-Bueno, bueno, es hora que te vayas a la Universidad –le dije tratando de cortar esa conversación que se estaba poniendo peligrosa. El comprendió y se despidió con un beso en la mejilla más largo que de costumbre y guiñándome un ojo me dijo: -Chao tía, le dejo encendido el computador. Allí podrá navegar por todo el sitio para que disfrute…

Sentí la puerta cerrarse. El muchacho se había ido a la Universidad. Quedé sola contemplando los cuerpos robustos de esas mujeres que se comían una vergas fabulosas de muchachos más jóvenes… navegué viendo un sinnúmero de fotos que me elevaron la temperatura al máximo… sentía mi conchita empapada. Me miré al espejo haciendo sobresalir mis senos grandes y mi abultado trasero. Me quité la blusa y el sostén dejando mis dos tetas grandes y redondas al aire, las tomé por debajo levantándolas… mis pezones estaban erectos aún antes de tocármelos. Las comparé con la mujer que estaba en la pantalla desnuda y encontré mejores las mías. Las acaricié… mi concha estaba inundada… que sensación más rica sentía de tocar mis propios pezones. Luego desabroché mi falda dejándola caer. Mis grandes nalgas cubiertas por unos calzones negros no muy chicos por el tamaño de mi culo, pero muy sexys, transparentes. Miré mi culo al espejo y lo comparé con el de otra mujer que apareció en la pantalla y también encontré mejor el mío. Lentamente fui bajando mis calzones hasta sacarlos completamente… ahora estaba totalmente desnuda como las mujeres de la pantalla, abrí mis piernas y miré mi conchita, cubierta por abundantes vellos… a mi marido no le gustaba que me depilara totalmente, sólo los bordes por el traje de baño, pero le gustaban abundantes y naturales en el centro.

Miré a las mujeres de la pantalla y encontré más calentadora mi zorra peluda que esas tan depiladas de mujeres maduras… cuestión de gusto… Desnuda me senté frente al computador y comencé a hacer pasar imágenes en la pantalla, mujeres de todos tipos, todas maduras, con diferentes muchachos chupaban vergas, eran mamadas sus conchas, tenían vergas ensartadas… ¡uuuf! Cada vez me calentaba más… en ese momento deseaba la presencia de algún muchacho como los de la pantalla… con las piernas bien abiertas, metí mis dedos entre los labios de mi conchita y comencé a sobar lentamente toda esa zona que estaba empapada…

De pronto sentí unas manos que me tomaban por detrás mis dos tetas. Me asusté, pero la voz de de mi sobrino me hizo perder el miedo y más aún cuando me acariciaba ricamente mis tetas diciéndome: -Yo sabía que te encontraría así tía querida… ya sabía por eso me devolví… Hace tanto que deseo acariciar estas tetas riquísimas que tienes y poder disfrutar de tu cuerpo tan rico… -¡eres un niño! –Exclamé- un niñito… ¡que rico…! ¡Que rico me las tomas..! ¡Sigue por favor! –ya no me importaba que fuera mi sobrino el que me estaba gozando, ni que fuera como mi nieto… sólo quería gozar como esas mujeres de la pantalla… – Ooooh mijito..!

El estaba desnudo, al igual que yo y sentí su rígida verga en mi espalda, me levanté y nos abrazamos ambos desnudos dejándonos caer en la cama de él. Nos revolcamos besándonos furiosamente en la boca, luego él fue bajado sus besos y se apoderó de mis tetas que chupó por largo rato, para bajar con su boca hasta mi vagina… abrí lo que más pude mis piernas, mostrándole mi concha abierta y mojada.. su lengua fue mi consuelo, pues la forma de lamer me llevó a mi primer orgasmo en pocos segundos, gritando y gimiendo de placer… estaba a punto y bastó unas pocas lamidas para irme cortada…

Una corriente eléctrica me invadió y el placer de esa acabada fue intensísimo. Nos acomodamos, pues yo quería comerme esa enorme verga de mi sobrino, que no tenía nada que envidiarle a los muchachos de la pantalla, pero también quería otra mamada de concha. Nos ubicamos e hicimos un 69 en toda su regla, donde yo chupaba con total frenesí esa rica pija, mientras el, me lamía la concha y la entrada de ano, que estaba empapado por los jugos de mi acabada… fue una comida fantástica…

Ya no podía resistir tanto placer… si estaba caliente con las imágenes ahora se había centuplicado mi calentura al tener un pico en vivo dentro de mi boca, el que podía gozar, saborear y comer a mi antojo, mientras esa deliciosa lengua hacía de las suyas en mi concha y en mi culo, que la recibía ansioso, meneando mis caderas en forma alocada… de pronto nuevamente esa sensación de corriente eléctrica que anunciaba un nuevo orgasmo…

Apuré mi chupada apretando con mis labios la cabeza del miembro del muchacho e intensificando mi movimiento de la cabeza, mientras con mi mano pajeaba su tronco… fue suficiente para que mi sobrino se envarara y me lanzara chorros de leche caliente que traté de tragar, a pesar de casi atragantarme con tanta cantidad, acabando junto con él en un concierto de gemidos, grititos y meneos de cadera que me hicieron quedar casi desmayada, saboreando la delicia de su abundante leche en mi garganta y dándole mis jugos que el muchacho tragó golosamente. Quedamos tendidos en la cama agitados, disfrutando de ese momento, acariciándonos.

Sin casi hablar nos mirábamos y sonreíamos. Tomé nuevamente su pico entre mis manos, mientras él me masturbaba con sus dedos ávidos de hacerme gozar. Era mucha la diferencia de edad entre ambos, pero gracias a las imágenes de la pantalla, no me sentí tan culpable de hacerlo con alguien tan joven… en realidad lo que importaba era el placer de ambos, contenido por tanto tiempo. Una vez que estuvo nuevamente en condiciones de continuar, lo acosté boca arriba y me monté sobre su gran pico. Quería sentir ese instrumento hasta el fondo de mi concha y la mejor forma de sentirlo así, es subiéndose arriba de él ¿no es cierto amigas? Lo fui metiendo poco a poco, era demasiado grande, pero lo resistí muy bien cuando me senté de un golpe y con un gritito lo sentí ensartado hasta el fondo -¡Oooooooooooooooooooooh! ¡Uuuuuuuuuuuuuufgh! … ¡qué rico!… ¡que rico! así… así… empuja… es demasiado…ri…cooo… ooooooh como goo…zo… aaaay que grande… que rico… sigue…sigue… así… así mijito…. Mijito…. Aaaaay

Me meneaba desaforadamente, desesperada en busca de un nuevo orgasmo… él empujaba y me amasaba las tetas estrujando mis pezones, o con sus manos me agarraba las nalgas empujando y dejando caer mi cuerpo encima de su gran pico que me ensartaba y me traspasaba… era lo que quería desde hacía mucho… tener ese pico metido en mi concha hasta el fondo… era tan rico que no me importaba nada, sólo gozar de ese muchacho con su pico tan grande…

-¡Sigue mijito! Sigue así… haga gozar a su tía caliente… haga gozar a esta vieja calentona que quiere acabar de nuevo… así mijito… qué rico… ¿le gusta su tía? ¿Lo tiene caliente su tía puta mijito? ¿Seré su puta como las de la pantalla? ¡Quiero ser su puta… su vieja puta…. Aaaaaaaaay…. ¡Me vengo o tra… vez aaaaaaaaay!

Acabé en una seguidilla de orgasmos múltiples que se juntaron en uno solo grande al final… me sentí inundada nuevamente de leche joven y abundante, caliente y rica de mi sobrino… terminé moviendo mi culo sobre su pija como loquita, hasta que me dejé caer sobre él besando su boca y agradeciéndole por todo el placer que nos habíamos brindado.

Quedamos acostados un rato y luego, ambos desnudos y sin bañarnos, pasados a sexo, fuimos a la cocina y nos servimos una rica cena reponedora, preparándonos para una noche que prometía ser espectacular, mientras mi marido estuviera fuera.

Agradeceré comentarios.
 
No pues excelente el relato, seria bueno que incluyas unas fotos tuyas para ver lo buena que estas, para nosotros los jóvenes siempre las mujeres maduras son nuestra debilidad, y mas si son atractivas, te invito a subir alguna foto tuya, sin que muestre tu rostro por cualquier cosa, o bien compártelo por mensaje privado, un saludo desde un bonito rincón de la república mexicana.
 
chido tu relato gracias men esperamos las otras sessiones con la tia
 
muy buen relato
sigue asi esta buenisimo y si te animas algun dia sube una foto...
 
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