Alej17
Bovino de la familia
- Desde
- 16 May 2009
- Mensajes
- 6.989
- Tema Autor
- #1
La retorcida historia de Sealand (y V): la actualidad
La micronación más conflictiva del mundo se mantiene fiel a su espíritu turbulento también a día de hoy. El 22 de agosto de 2000, después del desmantelamiento de la red española de sealandeses de mentira, un grupo de emprendedores y cyberpunks estadounidenses le propusieron a Bates fundar una empresa digital en Sealand. La empresa, que pasaría a llamarse HavenCo Limited, y en cuyo equipo directivo estaban el hijo de Bates y Ryan Donald Lackey (de tan solo 23 años), se establecería entonces en diciembre del mismo año como una granja de servidores privados de Internet.
Gracias a que Sealand no había firmado nunca los convenios internacionales sobre propiedad intelectual, HavenCo podría ser una especie de paraíso digital: si antaño había emitido ondas hercianas en completa libertad, ahora Sealand almacenaría bits del mismo modo, quedando sus contenidos exentos de las restricciones basadas en la titularidad del copyright. Las relaciones entre los Bates y Lackey duraron poco, apenas un año, pero fue tiempo más que suficiente para que HavenCo recibiera tal cobertura mediática que pasó a ser la tierra soñada por muchos visionarios de la Red. Incluso se dice que HavenCo inspiró al paraíso de datos que aparece en la novela de ciencia ficción de Neal Stephenson Criptonomicón, todo un referente literario para los cyberpunks y geeks contemporáneos.
Al cumplir 85 años, el excéntrico Roy Bates autorizó a su hijo Michael para que pusiera en venta el islote artificial de hormigón y metal. Bates ya estaba mayor, la vida en Sealand era cada vez más dura, incluso en junio de 2006, mientras la mayor parte de su población estable se hallaba en tierra, un generador principal de electricidad estalló e inició un incendio que arrasó un tercio de las instalaciones. Los daños se evaluaron en medio millón de libras esterlinas. De modo que a principios de 2007, tras finalizar oficialmente los trabajos de restauración, Sealand salió al mercado inmobiliario. Se vende país. De nuevo España sería la responsable de su traspaso.
Una inmobiliaria de Motril, Granada, llamada InmoNaranja y especializada en la venta de islas, fue la encargada de la gestión del traspaso de Roughs Tower el día 1 de enero de 2007 al desorbitado precio de 750 millones de euros. A pesar de la suma, no muchos parecen desear convertirse en príncipes de una micronación, pues sólo a las dos semanas del anuncio oficial, casi 20 empresas y particulares mostraron su interés. La mayoría procedían de Estados Unidos, pero también de Libia y algunos países europeos. La venta, no obstante, tampoco se basa sólo en el dinero. Además se debe aportar un breve dossier de los proyectos que el comprador tiene preparados para Sealand y firmar una cláusula que le comprometa a no actuar bajo ningún concepto contra los intereses del Reino Unido.
Uno de los presuntos interesados que más revuelo ha causado en Internet ha sido The Pirate Bay, una comunidad P2P de intercambio de archivos mediante el software BitTorrent. La intención de este grupo sueco fue la de sortear las leyes de propiedad intelectual, ya que la mayoría de webs en Internet que se dedican al intercambio de archivos protegidos con copyright, como puedan ser películas o temas musicales, son perseguidos por la justicia. Para recaudar fondos, la plataforma lanzó una campaña en Internet llamada BuySealand que empezó a recibir donaciones de todos los lugares del mundo por parte de activistas de la cultura libre y otros interesados. Para fomentar el altruismo, The Pirate Bay prometió que nombraría ciudadanos honorarios de Sealand a todos los que colaboraran con la campaña.
Gabriel Medina, gerente de InmoNaranja, sin embargo, declaró no haberse dado por enterado de las intenciones de The Pirate Bay. Y es que, de ser cierta la propuesta tampoco podría optar a la misma porque incumplirían una de las condiciones exigidas por los Bates: que los futuros dueños de Sealand no lleven a cabo actividades que vayan en contra del Reino Unido.
Finalmente, pues, The Pirate Bay comunicó oficialmente que cedía en sus intenciones de adquirir Sealand como refugio para sus actividades clandestinas y que se ponía manos a la obra para encontrar otra isla donde escribir sus propias leyes. Sus principales candidatos son Ladonia e Isla Montuosa, que al parecer son más acogedoras y baratas que Sealand. Una lástima, porque el nuevo logo de Sealand hubiese tenido buen aspecto:
En todo caso, para los que soñéis con compraros vuestro propio país y aún no seáis millonarios, os queda el consuelo de adquirir algún título nobiliario en eBay a un módico precio o toda clase de souvenirs horteras (los Bates colaboran como armadores de Fruit of the Sea, una empresa con dos pesqueros de arrastre que recoge algas del tipo sertularia argenta en el Mar del Norte para su venta como elemento decorativo en acuarios y floristerías). Y desde febrero de 2007, podemos viajar en calidad de turistas para ver Sealand en directo (aunque recientemente fue denegado el acceso debido a un incendio).
En resumidas cuentas, una ajetreada historia para un país diminuto surgido de la moda de las radios piratas y el flower power, de difícil acceso y de dudosa soberanía, santuario digital lleno de vacíos legales, que sin embargo aún sigue estoicamente frente a las aguas más meridionales del Reino Unido, reclamando su existencia de ciencia ficción. Y parece que va para largo.
http://www.xatakaciencia.com/sabias-que/la-retorcida-historia-de-sealand-y-v-la-actualidad


La micronación más conflictiva del mundo se mantiene fiel a su espíritu turbulento también a día de hoy. El 22 de agosto de 2000, después del desmantelamiento de la red española de sealandeses de mentira, un grupo de emprendedores y cyberpunks estadounidenses le propusieron a Bates fundar una empresa digital en Sealand. La empresa, que pasaría a llamarse HavenCo Limited, y en cuyo equipo directivo estaban el hijo de Bates y Ryan Donald Lackey (de tan solo 23 años), se establecería entonces en diciembre del mismo año como una granja de servidores privados de Internet.
Gracias a que Sealand no había firmado nunca los convenios internacionales sobre propiedad intelectual, HavenCo podría ser una especie de paraíso digital: si antaño había emitido ondas hercianas en completa libertad, ahora Sealand almacenaría bits del mismo modo, quedando sus contenidos exentos de las restricciones basadas en la titularidad del copyright. Las relaciones entre los Bates y Lackey duraron poco, apenas un año, pero fue tiempo más que suficiente para que HavenCo recibiera tal cobertura mediática que pasó a ser la tierra soñada por muchos visionarios de la Red. Incluso se dice que HavenCo inspiró al paraíso de datos que aparece en la novela de ciencia ficción de Neal Stephenson Criptonomicón, todo un referente literario para los cyberpunks y geeks contemporáneos.
Al cumplir 85 años, el excéntrico Roy Bates autorizó a su hijo Michael para que pusiera en venta el islote artificial de hormigón y metal. Bates ya estaba mayor, la vida en Sealand era cada vez más dura, incluso en junio de 2006, mientras la mayor parte de su población estable se hallaba en tierra, un generador principal de electricidad estalló e inició un incendio que arrasó un tercio de las instalaciones. Los daños se evaluaron en medio millón de libras esterlinas. De modo que a principios de 2007, tras finalizar oficialmente los trabajos de restauración, Sealand salió al mercado inmobiliario. Se vende país. De nuevo España sería la responsable de su traspaso.
Una inmobiliaria de Motril, Granada, llamada InmoNaranja y especializada en la venta de islas, fue la encargada de la gestión del traspaso de Roughs Tower el día 1 de enero de 2007 al desorbitado precio de 750 millones de euros. A pesar de la suma, no muchos parecen desear convertirse en príncipes de una micronación, pues sólo a las dos semanas del anuncio oficial, casi 20 empresas y particulares mostraron su interés. La mayoría procedían de Estados Unidos, pero también de Libia y algunos países europeos. La venta, no obstante, tampoco se basa sólo en el dinero. Además se debe aportar un breve dossier de los proyectos que el comprador tiene preparados para Sealand y firmar una cláusula que le comprometa a no actuar bajo ningún concepto contra los intereses del Reino Unido.
Uno de los presuntos interesados que más revuelo ha causado en Internet ha sido The Pirate Bay, una comunidad P2P de intercambio de archivos mediante el software BitTorrent. La intención de este grupo sueco fue la de sortear las leyes de propiedad intelectual, ya que la mayoría de webs en Internet que se dedican al intercambio de archivos protegidos con copyright, como puedan ser películas o temas musicales, son perseguidos por la justicia. Para recaudar fondos, la plataforma lanzó una campaña en Internet llamada BuySealand que empezó a recibir donaciones de todos los lugares del mundo por parte de activistas de la cultura libre y otros interesados. Para fomentar el altruismo, The Pirate Bay prometió que nombraría ciudadanos honorarios de Sealand a todos los que colaboraran con la campaña.

Finalmente, pues, The Pirate Bay comunicó oficialmente que cedía en sus intenciones de adquirir Sealand como refugio para sus actividades clandestinas y que se ponía manos a la obra para encontrar otra isla donde escribir sus propias leyes. Sus principales candidatos son Ladonia e Isla Montuosa, que al parecer son más acogedoras y baratas que Sealand. Una lástima, porque el nuevo logo de Sealand hubiese tenido buen aspecto:

En todo caso, para los que soñéis con compraros vuestro propio país y aún no seáis millonarios, os queda el consuelo de adquirir algún título nobiliario en eBay a un módico precio o toda clase de souvenirs horteras (los Bates colaboran como armadores de Fruit of the Sea, una empresa con dos pesqueros de arrastre que recoge algas del tipo sertularia argenta en el Mar del Norte para su venta como elemento decorativo en acuarios y floristerías). Y desde febrero de 2007, podemos viajar en calidad de turistas para ver Sealand en directo (aunque recientemente fue denegado el acceso debido a un incendio).
En resumidas cuentas, una ajetreada historia para un país diminuto surgido de la moda de las radios piratas y el flower power, de difícil acceso y de dudosa soberanía, santuario digital lleno de vacíos legales, que sin embargo aún sigue estoicamente frente a las aguas más meridionales del Reino Unido, reclamando su existencia de ciencia ficción. Y parece que va para largo.
http://www.xatakaciencia.com/sabias-que/la-retorcida-historia-de-sealand-y-v-la-actualidad
