Alej17
Bovino de la familia
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La retorcida historia de Sealand (III): dólares sealandeses, pasaporte falsos y otras cosas 'made in sealand'
Sealand no posee reconocimiento oficial de su soberanía, pero no todo el mundo está de acuerdo con ello.
De hecho, su dudoso estatus legal se emplea como caso de estudio paradigmático de la forma en la que los principios del Derecho Internacional se pueden aplicar en un territorio en disputa. Diversos especialistas han expuesto buenas razones a favor y en contra de la legitimidad de Sealand. Béla Vitányi, profesor de Leyes y Política Internacional de la Universidad de Nijmegen, Holanda, sostiene que según una resolución de la ONU votada por mayoría en 1970, la superficie geográfica o el número de habitantes de un territorio, por muy ridículos que puedan parecer, no son un impedimento para aceptar la soberanía de un país.
Walter Leisner, de la Universidad de Nuremberg, lo ratifica, añadiendo que países como Inglaterra, Alemania o Francia aceptaron pasaportes diplomáticos sealandeses y concedieron visas a sus ciudadanos, reconociendo de facto este Estado, aunque nunca se haya expresado públicamente este reconocimiento. En el otro extremo ideológico están expertos en geografía como Matt Rosenberg, que expone una lista de requisitos que Sealand no cumple para ser considerado como un país, entre ellas, poseer una economía activa y organizada, poseer algún tipo de transporte para mercadería y personas o recibir reconocimiento oficial, no de facto.
Pero a pesar de estas controversias legales y de que su territorio tiene unas dimensiones equivalentes al área de medio campo de fútbol, el comportamiento de Sealand guarda muchos paralelismos con los de cualquier nación. La vida diaria impone cierta moderación debido a las limitaciones de espacio y de recursos, casi como la que se impondría en un barco pequeño en alta mar.
Así, por ejemplo, sus habitantes sólo se permiten tres duchas a la semana de un máximo de cinco minutos cada una; la conexión con el resto del mundo se realiza casi exclusivamente a través de Internet; la única forma de dar un paseo es entrar a la habitación habilitada como gimnasio y hacer unas cuantas flexiones y abdominales. Y como distracción no hay mucho más que leer un libro o escuchar el graznido de las gaviotas. Además, por muy ascético que sea uno, no debe de ser muy confortable estar encerrado en unos barracones de acero llenos de óxido, lejos de hospitales y asistencia médica, bajo un clima frío y lluvioso, azotados por las intensas tormentas del Mar del Norte que provocan que toda la estructura se combe y chirríe. Con razón, el heredero Michael prefiere los casinos de Montecarlo y las discotecas de Chelsea antes que su castillo con perfil de plataforma petrolífera.
Pero Sealand también dispone de sus propias estampillas postales. Las primeras se imprimieron en 1969 y ese mismo año diversos helicópteros transportaron correo con dichas estampillas entre Sealand y Bruselas. El servicio postal belga tramitó el correo normalmente, previa negociación: así, la dirección postal oficial de Sealand no está en el mismo Sealand sino en la ciudad de Felixstowe, Reino Unido. Su dirección completa, por si queréis enviar alguna carta, es Sealand 1001, Sealand Post Bag, IP11 9SZ, UK.
A partir de 1972 empezaron a circular los primeros dólares sealandeses, la moneda oficial del principado. Desde entonces mantiene una paridad de uno a uno con el dólar estadounidense. Pero sólo se acuñó una edición limitada para coleccionistas en oro y plata y nunca se llegó a usar como moneda de cambio. A principios de los años 90, el grupo alemán de Achenbach también fabricó una moneda, en la cual aparece la imagen del Primer Ministro Seiger.
Según un comunicado del departamento de la Seguridad Social Inglesa, desde 1984 ni Roy Bates ni su mujer e hijo deben pagar impuestos mientras se encuentren en Sealand.
Sealand también tiene su propio equipo nacional de fútbol amateur, un atleta oficial y un equipo de minigolf. La selección de fútbol empezó su andadura en 2003 y Christian Olsen se convirtió en su director técnico, disputado su primer partido internacional contra la República Checa (al parecer empataron, aunque tampoco se dispone de demasiada información al respecto, como tampoco de sus posteriores partidos contra las Islas Aland o el Tíbet). Por supuesto, al no ser reconocido a nivel internacional, no es miembro de la FIFA, ni de la UEFA.
La bandera de Sealand es blanca, negra y roja. Su idioma oficial, el inglés. Incluso redactó su propia Constitución en 1975, formada por 8 puntos:
1. Toda persona tiene derecho a la Libertad y la Justicia.
2. Toda persona tiene derecho a ejercer su propia creencia, siempre y cuando ésta no afecte la de otras personas ni a su bienestar.
3. La libertad de un individuo sólo puede ser restringida por un correcto proceso judicial.
4. Todos los individuos son iguales ante la ley y nadie puede sufrir prejuicios por ninguna razón.
5. El sistema legal está basado en la Ley Común Británica y la Ley Contractual.
6. Cualquier ordenanza aplicada en Sealand por medio del Senado correctamente constituido tendrá prioridad sobre tales leyes.
7. La lengua oficial de Sealand es el inglés y toda la documentación oficial debe estar en dicho idioma.
8. Todas las empresas registradas en Sealand están sometidas a las mismas leyes que cualquier individuo.
http://www.xatakaciencia.com/sabias...asaporte-falsos-y-otras-cosas-made-in-sealand
Espera mañana la 4 y 5 parte de esta historia


Sealand no posee reconocimiento oficial de su soberanía, pero no todo el mundo está de acuerdo con ello.
De hecho, su dudoso estatus legal se emplea como caso de estudio paradigmático de la forma en la que los principios del Derecho Internacional se pueden aplicar en un territorio en disputa. Diversos especialistas han expuesto buenas razones a favor y en contra de la legitimidad de Sealand. Béla Vitányi, profesor de Leyes y Política Internacional de la Universidad de Nijmegen, Holanda, sostiene que según una resolución de la ONU votada por mayoría en 1970, la superficie geográfica o el número de habitantes de un territorio, por muy ridículos que puedan parecer, no son un impedimento para aceptar la soberanía de un país.
Walter Leisner, de la Universidad de Nuremberg, lo ratifica, añadiendo que países como Inglaterra, Alemania o Francia aceptaron pasaportes diplomáticos sealandeses y concedieron visas a sus ciudadanos, reconociendo de facto este Estado, aunque nunca se haya expresado públicamente este reconocimiento. En el otro extremo ideológico están expertos en geografía como Matt Rosenberg, que expone una lista de requisitos que Sealand no cumple para ser considerado como un país, entre ellas, poseer una economía activa y organizada, poseer algún tipo de transporte para mercadería y personas o recibir reconocimiento oficial, no de facto.
Pero a pesar de estas controversias legales y de que su territorio tiene unas dimensiones equivalentes al área de medio campo de fútbol, el comportamiento de Sealand guarda muchos paralelismos con los de cualquier nación. La vida diaria impone cierta moderación debido a las limitaciones de espacio y de recursos, casi como la que se impondría en un barco pequeño en alta mar.
Así, por ejemplo, sus habitantes sólo se permiten tres duchas a la semana de un máximo de cinco minutos cada una; la conexión con el resto del mundo se realiza casi exclusivamente a través de Internet; la única forma de dar un paseo es entrar a la habitación habilitada como gimnasio y hacer unas cuantas flexiones y abdominales. Y como distracción no hay mucho más que leer un libro o escuchar el graznido de las gaviotas. Además, por muy ascético que sea uno, no debe de ser muy confortable estar encerrado en unos barracones de acero llenos de óxido, lejos de hospitales y asistencia médica, bajo un clima frío y lluvioso, azotados por las intensas tormentas del Mar del Norte que provocan que toda la estructura se combe y chirríe. Con razón, el heredero Michael prefiere los casinos de Montecarlo y las discotecas de Chelsea antes que su castillo con perfil de plataforma petrolífera.
Pero Sealand también dispone de sus propias estampillas postales. Las primeras se imprimieron en 1969 y ese mismo año diversos helicópteros transportaron correo con dichas estampillas entre Sealand y Bruselas. El servicio postal belga tramitó el correo normalmente, previa negociación: así, la dirección postal oficial de Sealand no está en el mismo Sealand sino en la ciudad de Felixstowe, Reino Unido. Su dirección completa, por si queréis enviar alguna carta, es Sealand 1001, Sealand Post Bag, IP11 9SZ, UK.
A partir de 1972 empezaron a circular los primeros dólares sealandeses, la moneda oficial del principado. Desde entonces mantiene una paridad de uno a uno con el dólar estadounidense. Pero sólo se acuñó una edición limitada para coleccionistas en oro y plata y nunca se llegó a usar como moneda de cambio. A principios de los años 90, el grupo alemán de Achenbach también fabricó una moneda, en la cual aparece la imagen del Primer Ministro Seiger.
Según un comunicado del departamento de la Seguridad Social Inglesa, desde 1984 ni Roy Bates ni su mujer e hijo deben pagar impuestos mientras se encuentren en Sealand.
Sealand también tiene su propio equipo nacional de fútbol amateur, un atleta oficial y un equipo de minigolf. La selección de fútbol empezó su andadura en 2003 y Christian Olsen se convirtió en su director técnico, disputado su primer partido internacional contra la República Checa (al parecer empataron, aunque tampoco se dispone de demasiada información al respecto, como tampoco de sus posteriores partidos contra las Islas Aland o el Tíbet). Por supuesto, al no ser reconocido a nivel internacional, no es miembro de la FIFA, ni de la UEFA.
La bandera de Sealand es blanca, negra y roja. Su idioma oficial, el inglés. Incluso redactó su propia Constitución en 1975, formada por 8 puntos:

1. Toda persona tiene derecho a la Libertad y la Justicia.
2. Toda persona tiene derecho a ejercer su propia creencia, siempre y cuando ésta no afecte la de otras personas ni a su bienestar.
3. La libertad de un individuo sólo puede ser restringida por un correcto proceso judicial.
4. Todos los individuos son iguales ante la ley y nadie puede sufrir prejuicios por ninguna razón.
5. El sistema legal está basado en la Ley Común Británica y la Ley Contractual.
6. Cualquier ordenanza aplicada en Sealand por medio del Senado correctamente constituido tendrá prioridad sobre tales leyes.
7. La lengua oficial de Sealand es el inglés y toda la documentación oficial debe estar en dicho idioma.
8. Todas las empresas registradas en Sealand están sometidas a las mismas leyes que cualquier individuo.

http://www.xatakaciencia.com/sabias...asaporte-falsos-y-otras-cosas-made-in-sealand
Espera mañana la 4 y 5 parte de esta historia
