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La primera vez de mi novia

dodgecoronet68

Becerro
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18 May 2008
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17
Hola amigos bakunos, las traigo el relato de cómo mi novia perdió su virginidad conmigo. No menciono nombres, por obvias razones.

Por allá de agosto del presente año 2010, yo solía trabajar en un call center. Mi novia trabajaba en una guardería. Ya nos traíamos ganas desde hacía tiempo, pero mi novia, por ser primeriza, no se atrevía a tener relaciones por miedo a que la fuera a botar o jugarle una mala pasada, en fin, cosas que piensan las chavas.

Ya habían sido varias las ocasiones en las que yo veía la oportunidad de que pudiéramos estar en mi casa solos, le mensajeaba por celular y le proponía traerla a casa, pero ella salía con alguna que otra excusa para evadir la propuesta. Un día lunes, mis padres me comentarían que irían de compras a Estados Unidos, como mucha gente de acá del norte suele hacerlo, precisamente el día que me tocaba descanso en mi trabajo: el miércoles. Yo no podría acompañarlos porque tenía que acudir a la escuela por la mañana, sin embargo, desde el preciso momento en el que me notificaron que dejarían la casa sola se me ocurrió que era el momento perfecto para que mi novia y yo pasáramos una tarde romántica.

Desafortunadamente, había algo que revoloteaba en mi cabeza: el domingo, último día que había visto a mi novia, me había comentado que iría de compras con sus compañeras de trabajo después de su jornada laboral y que posiblemente ese día no podríamos vernos por esa razón. Era martes y pensaba cuán grande oportunidad tenía yo a mis pies, para demostrarle mis sentimientos a mi novia, a quien amo demasiado. Yo sabía que mi novia era virgen y eso me excitaba aún más, pues yo había perdido ya las esperanzas de que me tocara desvirginar a una mujer, pues tengo 25 años y soy de los que les gustan las mujeres más o menos de la edad, por lo tanto cuando no tenía novia, yo pensaba que cuando tuviese una, las probabilidades de que esa mujer ya no fuera virgen eran demasiado altas. Además de esto y dado el hecho de que amo a mi novia más que a nada en el mundo, me hacían de darme de golpes de cabeza contra la pared, pues pocas veces se daban estas oportunidades (de que estuviera la casa sola), pues como soy estudiante, las cosas no se propiciaban para que la llevara a un motel o algo así, y si hubiera podido, a mi novia no le gustaba la idea de perder su virginidad en un motel, ya me lo había dicho.

No perdí la esperanza y en ese mismo martes, en mis minutos de descanso en el trabajo, llamé a mi novia. Le pregunté que cómo estaba, que qué hacía y me contestó:

- "Estoy bien, gracias. ¿Adivina qué? Ya he ido con mis amigas a hacer las compras que te había dicho que haríamos mañana, o sea que podré verte mañana, como de costumbre."

Me asombré y pensé: "¡qué a toda madre!" y luego le dije, con una voz un poco nerviosa (porque no quería asustar o presionar a mi novia) que mis papás no estarían en casa al día siguiente, que si saliendo de su trabajo le gustaría ir a mi casa. Ella entendió rápido el mensaje y me dijo, con voz de que la había cachado fuera de la jugada, que no sabía qué decidir y le interrumpí diciéndole que al día siguiente (miércoles) iría por ella y que entonces discutiríamos eso y me dijo que estaba de acuerdo. Colgamos y regresé a trabajar, con una sensación de felicidad como si me hubiera dicho que sí, pues su tono de voz me inspiró confianza.

Al día siguiente (el gran día) fui a la escuela, distraído, pensando en lo que me esperaba en la tarde. Camino a casa en el mediodía, llegué a una farmacia y compré preservativos. Yo estaba muy impaciente, pues mi novia saldría a las 4 y media de la tarde, comí, ví la televisión, esuché música, en fin, actividades de un desesperado y nervioso a la vez.

Se hizo la hora y fui por mi novia. Sorpresa me llevé cuando salió muy arreglada con ropa casual, a diferencia de todos los días que voy por ella, que sale con su clásico uniforme de trabajo de guardería (mejor conocido como "filipina"). Subió a mi coche y me dirigí a mi casa. En el camino le preguntaba que si en verdad quería ir a mi casa y me dijo que sí, con una sonrisa nerviosa. Yo estaba desconcertado, no quería incomodarle ni presionarle a hacer algo que no quisiera hacer o que por lo menos no estuviera segura de hacerlo.

Llegamos pues a mi casa, y los nervios la consumían. Le dije que no se preocupara, que todo estaría bien. Entramos hasta mi cuarto y comencé a besarla. Le besaba el cuello, le acaricié todo su cuerpo, la desvestí y se negaba a quitarse las pantaletas. Sus piernas temblaban y las tenía con "piel de gallina" como cuando uno tiene frío. Me acosté sobre ella y la besaba en el cuello, en los hombros, en todos esos lugares que son erógenos para ella y cada que intentaba jalar de sus pantaletas cerraba las piernas, me quitaba las manos o se las detenía, diciéndome que no deseaba que se las quitara.

Para animarla un poco, lo que hice fue quitarme la ropa interior y ella vió que tenía una gran erección, me recosté sobre ella de nuevo para que sintiera mi miembro y gemía pero luego me quitaba diciéndome que tenía miedo, que no estaba yo usando protección. Entonces saqué la cajita de condones y le dije:

- "Mira, para que veas que pienso en tí y en mí. Yo tampoco quiero problemas."

Me puse el condón y luego, sus nervios la orillaron a preguntarme cosas acerca de mí, con tal de sentirse segura, pero yo ya estaba con la punta de mi miembro tocando su sexo. Ella gemía de gozo y le dije:

- "Sólo te quiero y te amo a tí. Sé que tienes nervios, pero me urge hacerte sentir cuánto te amo. Si estás de acuerdo con esto y me amas, bésame ahora, si no, dime que me detenga y lo dejamos para después"

No sé qué le harían sentir estas palabras en ese momento pero me besó tan apasionadamente que yo aproveché para penetrarla. Lo hice constante, firme y despacio, que cada que le dolía me decía:

- "Ah! Me duele, pero sigue, papi, quiero saber qué tanto me amas"

Entonces arremetí con un poco de fuerza y gritó de dolor y placer al mismo tiempo. Me tomó del cuello y me dijo:

- "Soy tuya ahora, dame tu amor"

Y comencé a hacerle el amor. Su vagina era tan estrecha y caliente que yo no paraba de decirle:

- "Ohh mi amor, tu panocha es tan caliente y apretada, ¡estás genial!"

Sólo estuvimos en esa sola posición: ella abajo, yo arriba. Seguí moviendo mi miembro en su interior rítmicamente, era la panocha más rica que me había cogido en toda mi vida. Suave, apretadita, calientita... y eso que estaba usando condón, imagínense si lo hubiera hecho sin él.

Entonces comencé a sentir que mi semen quería salir. Disminuí un poco la velocidad y besé a mi novia en la boca, pero no podía besarme bien de los gemidos que lanzaba. Le dije:

- "Bésame el cuello, sabes lo mucho que me prende y me encanta que hagas eso"

En eso, súbitamente, ella lanzó un largo y profundo gemido y sus ojos giraron de tal manera que los veía blancos. Y me dijo que le había encantado que me la cogiera despacio.

Entonces, comenzó a besarme el cuello, seguí cogiéndola lentamente y mientras estaba distraída besándome, hice como que me acomodé para que se saliera mi verga y ella no dejó de besarme. Rápidamente, mientras acomodaba mi verga de vuelta en su panocha, me quité el condón. No quería perderme la verdadera sensación de una panocha virgen y se la metí sin condón.

La suavidad, la humedad, el calor de su vagina hicieron que mi semen quisiera salir y aumenté el ritmo con el que cogía a mi novia. Ella comenzó a gritar y a gemir fuertemente, sólo alcancé a ver sus ojos en blanco de nuevo cuando sentí mi orgasmo salir por la punta de mi pene, en medio de ésa virginal panocha. Fue increíble, pues tuvimos el orgasmo al mismo tiempo.

Ella se asustó mucho cuando vio el semen salir de su sexo. Incluso se enojó un poco, pero le dije que no se preocupara, saqué unas pastillas contraceptivas y le dije: tómate una de éstas. Y mañana te daré otra, hablé con la amiga de mi mamá que es ginecóloga, le comenté lo que quería hacer y me dio esto, para evitar que te embarazaras.

Nos besamos, nos vestimos y nos dirigimos a casa de mi novia. En el camino me dijo:

- "Sabes, cariño, cuando me hablaste ayer para preguntarme que si quería ir a tu casa, estaba precisamente pensando en que tenía ganas de hacerte el amor"

- "Y entonces, ¿por qué me has puesto tantas trabas para hacerlo? ¿por qué tantas preguntas antes de que me dejaras hacerte el amor?" Le dije.

- "Sólo quería saber qué tanto me amabas. Lejos de que yo te diera la famosa "prueba de amor" quería que tú me la dieras también, y veo que me amas demasiado."

Y me dió un apasionado beso. Desde entonces hemos buscado una que otra ocasión para acudir a un buen motel cercano para hacer de las nuestras, y también desde entonces nuestra relación es más fuerte que nunca.



Y bien, esta es la historia de cómo mi novia perdió su virginidad.

Gracias de antemano por sus comentarios, amigos bakunos!
 
es muy buena la historia bacuno, y q bueno q su relacion se fortalecio mas con eso. me agrado mucho la historia. ojala escribas otra de alguna vez q hacen de las suyas SALUDOS.
 
buen relato,las experiencias primer-risas son las mejores esperamos otro ya con la experiencia adquirida suerte.
 
DIFICIL PERO LO LOGRASTE.....NO?...CONTINUA SUBIENDO MAS RELATOS DE TU NOVIA EN EL MOTEL...SALUDOS BAKUNO
 
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