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La Primera Piedra

Dragut

Bovino de alcurnia
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4 Abr 2006
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La primera piedra

Hace algunos años, miles de personas nos movilizamos para salvar la vida de Safiya Huseini, condenada a morir lapidada en Nigeria por un supuesto delito de adulterio. Mientras cientos de anhelantes manos se crispaban sobre las piedras, en otros lugares del mundo llovía una firma tras otra para frenar una sentencia tan repugnante.

Finalmente la presión internacional y la articulación de un efectivo mecanismo de recursos jurídicos consiguieron frustrar los propósitos que un tribunal de fanáticos y sanguinarios jueces, amparados en una particular interpretación islámica, tenían para con Safiya.

En ese momento el que ahora os habla tuvo, haciendo alarde de una ingenuidad que roza la estupidez, la absurda convicción de que la absolución de Safiya iba a suponer un precedente mundial para la salvaguardia de los Derechos Humanos en general y para la abolición de la ominosa práctica institucional de la lapidación.

Poco habría de durarme esa esperanza pues apenas unos meses después el mundo supo de otras dos mujeres sentenciadas a morir bajo las piedras: Amina Sawal, también en Nigeria y Zafran Bibi en Pakistán. Una vez más, las movilizaciones, las campañas de sensibilización y la llamada a manifestar una inequívoca repulsa por este acto dieron sus frutos materializados en dos respectivos indultos bajo el fantasma de los embargos internacionales y del peligro que supone (O tempora, o mores) que bajo el pretexto de que en tu país no se respetan los Derechos Humanos, seas invadido por otro país que los respeta menos aún.

Pero no quiero caer en esa trampa tan seductora. Ante situaciones como estas la comunidad internacional se convierte en un espacio de lapidaciones retóricas donde se aprovecha para declamar contra la pena de muerte, para arremeter contra la política exterior de algún Estado o para satanizar al mundo islámico en su conjunto. Y, en definitiva, se termina sin aportar ninguna solución práctica para terminar con la barbarie que ahora nos ocupa.

Ahora el horror nos ha vuelto a sorprender y en esta ocasión la víctima no ha tenido oportunidad alguna de defenderse ni de que la defiendan. Ocurrió el pasado 24 de abril en una zona rural situada al oeste de Feizabad, a 300 kilómetros al norte de Kabul, la capital de Afganistán. Se llamaba Amina. Su delito: mantener relaciones con otro hombre después de que su marido la abandonara cinco años atrás. El "agraviado" regresó a casa un día y decidió terminar su matrimonio de la forma más expeditiva: hasta que la muerte os separe. La sentencia fue anunciada por el líder religioso local, el mulá Mohamed Yusuf. Tres días después, la mujer fue lapidada hasta morir en la plaza del pueblo. El marido lanzó la primera piedra.

lapidacion.jpg


No hubo garantías jurídicas ni oportunidad de apelaciones ni tiempo para una nueva movilización ni llamamientos a la solidaridad internacional. El gobierno de Afganistán se escuda en el desconocimiento del suceso. Nadie sabía nada.

Pero ahora todos lo sabemos.

Y siendo este un crimen que escapa a toda denuncia, no debemos permitir que la vergüenza, el pesimismo antropológico, la rabia o el asco nos atrapen y nos cieguen impidiendo ver las posibles soluciones.

Bajando al terreno práctico lo primero que procede es preguntarnos por qué ha ocurrido algo así.

Tras la caída del régimen talibán, la mujer afgana había recuperado en apariencia gran parte de los Derechos que, como persona, le son inherentes bajo el prisma iusnaturalista del concepto mismo de persona. Afganistán resurge de las oscurantistas cenizas del fundamentalismo con una nueva y flamante Constitución que recogía la igualdad de género, el derecho a voto, a la educación, la participación política (incluso se contempla un Ministerio propio para la Mujer) y la no discriminación por razones de sexo. Pero más allá de los fuegos artificiales, un análisis más detenido nos descubre que dicha constitución no sólo está vacía de contenido (no se prohíbe expresa y tajantemente la lapidación ni otras prácticas vejatorias y antagonistas del concepto de dignidad humana) sino, lo que es casi peor, de medios.

Así las cosas, desde el Ministerio para los Asuntos de la Mujer de Afganistán, su propia titular, la Sra. Sima Samar, denunciaba que no sólo no cuenta con oficina propia sino que, trabajando lo que podía desde el salón de su casa, hace verdaderos malabarismos para poder pagar el teléfono y el alquiler.

Ahora, Masudah Jalal, que se presentó como candidata a las pasadas elecciones presidenciales y aspira al Ministerio de Derechos de la Mujer, ha anunciado que intentará esclarecer lo sucedido con Amina. Y uno no puede dejar de preguntarse ¿con qué medios contará para ello?.

Una vez más, el reconocimiento de los derechos no viene acompañado de la dotación de los recursos materiales y económicos necesarios para hacerlos efectivos. Nada nuevo bajo el sol. Bien está, a la hora de buscar soluciones, que el peso de las leyes recaiga ahora sobre los responsables de este hecho con la misma fuerza con que las piedras golpearon el cuerpo de Amina. Bien está que la presión internacional obligue a jueces y presidentes de estos países (entre los que también se cuentan los Emiratos Árabes Unidos) a absolver o indultar a estas mujeres con un repugnante ademán de condescendencia, como si en vez de hacer un acto de Justicia estuvieran llevando a cabo un gesto de caridad. Bien está, sí.

Pero no basta. No basta con horrorizarse, no basta con condenar.

Decía hace dos siglos Mariano José de Larra que "Resulta imposible hacer libre mediante leyes a un pueblo esclavizado por sus costumbres". De ahí que considero que la verdadera liberación de la mujer en los países empobrecidos ha de llegar no sólo a golpe de Decreto, sino de formación, educación y asistencia. Sólo haciéndolas partícipes (a ellas y al resto de la sociedad) de los derechos que les son inherentes e irrebatibles, y dotándolas de los medios necesarios para alcanzar su propio desarrollo, ayudándolas a encontrar la fórmula que permita la coexistencia de sus derechos como mujeres con su propia tradición e identidad socio-cultural, capacitándolas, en definitiva, en medios y formación, para que puedan alcanzar sus propios objetivos.

Mientras nos quedemos únicamente con las declaraciones formales de derechos y principios, sin apoyarlas en un sustrato de recursos materiales, seguiremos viendo a más Aminas cubiertas por su burka de piedras y estaremos colaborando, por omisión, a ello.

Las mujeres afganas ya se quitaron el burka; quitémonos nosotros ahora el nuestro. Los discursos grandilocuentes no frenarán las piedras aunque llenen de algodón la boca de nuestras conciencias. Peleemos pues con proyectos sólidos de cooperación para el desarrollo integral de estas mujeres y devolvámosles lo que siempre ha sido suyo: su dignidad.

No pretende ser este discurso un homenaje a todas las mujeres asesinadas hasta la fecha de forma tan atroz; ni siquiera es un grito de asco ni de rabia, ni una condena, una denuncia o mucho menos un lamento. Es un toque de atención, no ya por las mujeres muertas sino por las que seguirán cayendo víctimas no sólo de las piedras sino de nuestra propia indiferencia, de nuestra obscena complicidad occidental por mantener un estado de las cosas que permite y ampara hechos como este.

Da igual quién tire la primera piedra. En realidad todos nosotros tenemos las manos manchadas con el polvo de esas piedras.
 
Ya había hablado de esto precisamente en otro tema. Mucha gente no entiende que el origen de estas "costumbres" viene de las raices de la religión judía. La interpretación fundamentalista, que sigue "al pie de la letra" la "palabra de Dios", en la que Moises le da a su pueblo las leyes que deben regirlo, con castigos absurdos como la muerte por causas simples como que la mujer no sangra durante la primera realción sexual después de casarse, trabajar en un día "sagrado" como es el sábado, la homosexualidad, la infidelidad, etc. Erradicar este tipo de costumbres es como hacerle ver a un canibal que no debe matar para comer, es algo que ha hecho toda su vida y no comprende porqué sus tradiciones son incorrectas.
 
no mammss¡¡¡

Da cosa ver lo que somos capaces de hacer, por eso mas que atemorizarnos y sorprendernos con profecias apocalipticas, deberiamos rogar porque sucediesen . . .

Tanto peca el que mata la vaca.......... (complete aqui).

¿Y los que nos quedamos viendo sin hacer nada?
 
Dragut...de verdad que es una verguenza para la humanidad que continuen dandose esas situaciones tan barbaras y machistas contra las mujeres en esos paises islamico-fundamentalistas...y si, ya se (antes de que que empiezen los airados reclamos) que en algunos paises que profesan otras religiones tambien se cometen actos contra la mujer, pero creo que el maltrato al que las someten en esos lugares islamicos-fundamentalistas se lleva el primer lugar.

Justificandose en una religion, los lideres 'espirituales' y politicos fundamentalistas someten a las mujeres a su antojo y las degradan a niveles peores que un objeto.
He visto muchisimas veces -a pleno rayo del sol y con temperaturas bastante altas- a mujeres totalmente cubiertas con sus burkas y sudando la gota gorda, pero eso si, el esposo y los hijos bien fresquitos con pantaloncillos cortos (shorts), sandalias y camisetas sumamente frescas y a la moda.
Este ejemplo que doy, es de lo mas sencillo y futil y es nada comparado con todas las restricciones que les imponen a ellas, como el no poder asistir libremente a la escuela o visitar a un doctor sin la tutela del esposo....(y ni que decir de la 'vida' de las mujeres viudas....).

El colmo de la insensatez y la barbarie es el asesinato de sus mujeres por lapidacion....y aqui me pregunto, si fueron condenadas por 'infidelidad', por que no castigan de igual forma al que participo con ella en ese hecho?.....y la respuesta es muy simple...porque es pura hipocresia...como en muchas otras religiones.

Las lapidaciones son solo una muestra mas de la profunda estupidez e hipocresia de algunos seres 'humanos'....
Pido disculpas de antemano, pero ojala y que desaparezcan esos gobiernos islamico-fundamentalistas que tanto degradan al genero femenino....
Tal vez si esos 'lideres-politico-religiosos-de-esos-estados-islamicos-fundamentalistas' vieran con cuidado la belleza interior y exterior de sus mujeres, seguro les ayudaria a quitarse un poco esa mentalidad tan primitiva y estupida.

Algo debemos hacer a favor de ellas...y creo que lo unico que haria que esos seudo-lideres cambien, seria que les peguen en la bolsa y que les quiten el poder politico...detras de su 'religiosidad' solo hay hambre de poder y dinero.

Saludos
Bluesy
 
que vergüenza que estas bestias pertenezcan al genero humano. que pena y que dolor.
 
Un claro ejemplo de que un cambio no se da de un dia para otro, pero el camino mas largo con el primer paso empieza
Erradicar este tipo de costumbres es como hacerle ver a un canibal que no debe matar para comer, es algo que ha hecho toda su vida y no comprende porqué sus tradiciones son incorrectas.
El sentido del post va justo por ahí; lo que ocurre es que a mi juicio muchos gobiernos de países árabes que intentan dar el salto del islamismo integrista hacia el verdadero sistema progresista lo están haciendo mal.
No se pueden erradicar a golpe de Decreto unas prácticas tan arraigadas, milenariamente arraigadas. Lo único que se consigue prohibiéndolas por ley, si no se hace nada más que eso, es sumergirlas en la clandestinidad (ya se comprobó con el tema de las ablaciones) y lapidaciones secretas como el caso de Amina, sin que nadie se entere ni pueda articulársele una defensa, ni protestas ni denuncias que puedan frenar el crímen.
De cara a la opinión internacional da una imagen estupenda de avances en Derechos Humanos el promulgar leyes prohibiendo las lapidaciones.
Pero si simultáneamente no se está educando al pueblo en valores de igualdad y de respeto por la vida humana todo va a seguir igual. Si no se desmantela el poder de los jefecillos locales, muchos de ellos auténticos fanáticos enloquecidos, y se deja en sus manos la administración de justicia, volvemos a lo mismo.
Leyes, sí... pero también reformas en profundidad de los sitemas judiciales y proyectos al desarrollo de la mujer, formación, y educación.
¿Y los que nos quedamos viendo sin hacer nada?
En realidad esto fue una ponencia para un Foro Internacional de Autoridades Locales y ONGs al Desarrollo. No iba tanto enfocado al ciudadano común (aunque estos sí que podemos hacer y mucho) como hacia aquellos gobiernos que pretenden un lavado de cara.
El colmo de la insensatez y la barbarie es el asesinato de sus mujeres por lapidacion....y aqui me pregunto, si fueron condenadas por 'infidelidad', por que no castigan de igual forma al que participo con ella en ese hecho?
En realidad es algo bastante más abyecto que eso, hermano; el "marido" tampoco se fue de rositas (ya en otro post os doy más detalles) pero para mí el hecho de que se castigue a los dos no hace más justo el castigo.
Digo que es más abyecto y más complejo que el problema porque las mujeres no sólo están presentes en esas lapidaciones sino que también arrojan piedras. Y dan latigazos a otras mujeres; y denuncian a sus hijas, vecinas o hermanas. Y también se lapida a muchos adúlteros.
El problema en sí es una ausencia total de respeto por la vida y la integridad de las personas, sometiendo estas a una interpretación fanática del islam (interpretación que se reservan grupos muy reducidos de poder) y a las conciencias colectivas de los pueblos.

El tema del machismo en los países de cultura musulmana existe; existe incluso en mi amada Palestina. Lo que ocurre es que en unos está institucionalizado políticamente y en otros lo está también política y jurídicamente. Pero de todo eso hay también que desligar los miles de estúpidos, malditos y dañinos estereotipos, exageraciones y leyendas urbanas occidentales que circulan por ahí sobre la mujer en la cultura árabe (véase poligamia, compraventa de mujeres, etc...)

Si quieren saber cómo terminó la cosa se lo pongo en otro post donde el tema de fondo es diferente: ¿lapidamos a los lapidadores?.

Abrazotes.
 
o ¿acaso existe lapidación? para lo hombres por hechos similares,...me temo que no.

Y también se lapida a muchos adúlteros.

20MINUTOS.ES/AGENCIAS. 10.07.2007 - 19:09h
Un iraní ha sido lapidado, en cumplimiento de una sentencia que le condenaba a muerte por mantener una relación adultera con una mujer,
http://www.20minutos.es/noticia/257958/0/lapidado/iran/adulterio/

CONDENA | Tenía 30 años
Lapidado un hombre en Irán tras admitir que había cometido adulterio
Reuters | Teherán (Irán)
Actualizado martes 05/05/2009
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/05/internacional/1241524922.html

Dos hombres y una mujer son lapidados en Pakistan acusados de adulterio
Actualizado jueves 15/03/2007 11:20 (CET)
AFP
PESHAWAR (PAKISTÁN).- Dos hombres y una mujer han sido lapidados tras ser acusados de un delito de adulterio por unos militantes de un grupo islamista de una zona tribal paquistaní, según han informado las autoridades locales y varios testigos.
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/03/15/internacional/1173943647.html

Lapidados tres hombres por adulterio en Irán, donde uno sobrevive
11/01/2009 - 16:33
http://ecodiario.eleconomista.es/no...or-adulterio-en-Iran-donde-uno-sobrevive.html
 
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