Por cuestiones laborales, en diciembre pasado viaje a la ciudad de Dusseldorf, Alemania, como nuestros pequeños estaban por salir de vacaciones, nos pareció buena idea dejarlos con sus abuelos y emprender el viaje como recién casados solos mi esposa y yo. Nos hospedamos en un hotel muy cómodo, aunque la temperatura era demasiado fría tuvimos varios días ocupados en las cuestiones laborales aun así salíamos a conocer la ciudad y fue muy buena experiencia.
En el hotel, a un costado de nuestra habitación se hospedaba un tipo que después supimos se llamaba Ottis era de Frankfurt, un hombre agradable a simple vista, que nos saludaba cada vez que nos topábamos con el e incluso en varias ocasiones tratando de saludar en español con un “hola” y acento alemán que no sonaba muy bien.
Una noche,llegando de trabajar y después de bañarnos, fuimos al bar del hotel por unos tragos, ahí estaba en la barra Ottis que nos saludó con copa en mano, mi esposa y yo lo saludamos y nos sentamos en una mesa aparte, después de un tiempo mi esposa se levantó al baño y Ottis se acercó a mí para hacerme platica, llego mi esposa y lo invitamos a sentarse con nosotros, pasadas varias horas y con la temperatura bajando, propusimos mi esposa y yo, subir al cuarto para continuar con la plática que realmente era muy amena y agradable, además ahí teníamos un par de botellas de vino que podíamos seguir tomando, Ottis acepto con gusto y subimos los tres, debo aclarar que hasta este punto Ottis se ha comportado todo un caballero, respetuoso y sin ningún afán ni mala intención.
Ya en el cuarto de hotel, nos sentamos en una pequeña sala y seguimos conversando, tomando y riendo, en un momento me pare al baño y ahí llego a mi mente la situación, tal vez sin pensarlo ¿íbamos a pasar una noche muy desenfrenada? Mi idea se esfumo casi al instante cuando recordé las veces que mi esposa con risa nerviosa me decía que no estaba preparada.
Regrese con ellos y todo estaba normal, con platica, risas y buen ambiente, aunque note que la cara de mi esposa estaba ya un poco ruborizada por el efecto del alcohol, pero no le di importancia, creo que así estábamos todos. Ottis se disculpó y fue al baño, tiempo en el que mi esposa y yo nos comenzamos a besar de una manera algo apasionada, Ottis regreso y se sorprendió un poco al ver la escena, tomo su lugar y espero a que termináramos, después del beso mi esposa dejo su mano sobre mi verga y seguimos como si nada. No pasaron ni 5 minutos cuando mi esposa me volvió a besar y ahora movía su mano por encima de mi pantalón, al ver esto Ottis no supo que hacer, se quedó inmóvil y aquí se descompuso todo…Mi esposa comenzó a frotar su otra mano sobre el pantalón y la verga de Ottis,que se puso duro rápidamente, yo comencé a tomar las tetas de mi esposa y a besarla en el cuello mientras desabotonaba su blusa, me pare saque mi verga y se la puse en la boca para que me la empezara a mamar, mientras hacía esto Ottis no perdía el tiempo y besaba y chupaba las tetas de mi esposa, después, la acomode para empezarla a coger sobre el sillón, para esto Ottis ya tenía la verga de fuera y sentía las ricas mamadas de mi esposa.
Durante un rato así estuvimos, hasta que mi esposa se detuvo y dijo – Quiero probar la verga de Ottis – Él se sentó sobre el sillón y ella se acomodó arriba de él, sólo de ver el espectáculo sentí que mi verga se hinchaba y crecía, la puse sobre la boca de mi esposa, la tome del cabello y le empuje la cabeza con fuerza para hacer que se la metiera toda, estaba tan excitado no podía creer que por fin se estaba cumpliendo la fantasía.
De ahí pasamos a la cama, Ottis se recostó, mi esposa le hizo una rusa y le siguió mamando la verga mientras yo la ponía de a perrito y con sus mismos jugos vaginales le lubricaba el culo para dejársela ir, ella al sentir solo exclamo – ay, por elculo, que rico – Mi verga entro tan fácil por la excitación que ella tenía y la cogía de una forma fuerte con nalgadas incluidas, ella mamaba y Ottis solo gemía y cerraba los ojos, después, ella se volteo y se puso sobre Ottis, el dirigió su verga a la concha de mi mujer y ella le dijo – no, ahora por el culo – le llevo con la mano su verga al culo y Ottis solo soltó un – ¡Oh my God! – Mientras la penetraba por el culo, yo le pasaba mi verga por sus tetas y veía su cara de satisfacción– eres una verdadera puta – le dije, y ella me contesto – ahora soy tu puta y la de un alemán – acto seguido, me acomode y frote mi verga contra su clítoris y sin decirle nada la penetre por la concha, ella grito, gimió, abrió de más los ojos y dijo – ¡Siiii! ¡¡Que rico!! Denme verga, denme verga – Posteriormente cambio de posición, Ottis la penetro por la concha y yo le partía el culo hasta por fin terminar casi los tres al mismo tiempo.
Unos momentos después, Ottis fue al baño, mi esposa se quedó ahí en la cama, acostada, despeinada, desmaquillada, cogida, con sus orificios abiertos y llenos de leche, yo solamente contemplado la vista, Ottis se vistió, me saludo y salió de la habitación, yo me metí a la ducha con la cabeza todavía dando vueltas por el alcohol y la experiencia, al salir, mi esposa ya estaba tapada y dormida, al día siguiente nos dimos cuenta que Ottis había terminado su estadía en el hotel y se había marchado, nunca nos dimos algún número, ni cuenta de correo, tal vez nunca lo volvamos a ver pero ha sido un placer conocerlo.
Ahora, ya en México, nuestro matrimonio sigue de maravilla y no comentamos nada de lo que pasó en ese viaje, lo que paso en Dusseldorf allá se queda, solo quise compartirlo con ustedes.