Distrito Federal— Durante el mensaje que dirigió ayer el presidente de México, Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional hubo una joven que acaparó todas las miradas. ¡Todas!.

Sentada en la primera fila. Con la impoluta compostura de quien ha sido educada para saber estar frente al poder. Enfundada en un vestido morado, la rubia Lourdes Sámano ocupó el asiento de al lado de su novio Alejandro –uno de los tres hijos que procreó EPN con su primera esposa, Mónica Pretelini (q.e.p.d.)– y con quien la rubia sostiene un noviazgo desde el verano del año pasado.

Alejandro, de 16 años de edad, es el único hijo varón que tiene Peña Nieto.

Tras su llegada al interior del patio central del Palacio Nacional, Lourdes –o Lula Sámano, como le dicen de cariño– monopolizó la atención de los que ya aguardaban la llegada del presidente de México. Hombres y mujeres, jóvenes y maduros vieron cómo la joven que no alcanza las dos décadas de edad caminaba con absoluta seguridad sobre sus zapatos de tacón rumbo a su asiento. A su paso, dejó una estela de encanto.

“Es la nuera del presidente”, se apresuraron a comentarse entre sí los políticos, empresarios e invitados especiales al mensaje del Segundo Informe de Gobierno. Dicho esto, se acrecentó el interés por los ocupantes de las filas posteriores ya que, algunos de ellos, no dejaron de observar cómo se comportaba, qué gestos hacía y qué tan fuerte aplaudía la novia del hijo del mandatario.

La relación entre Alejandro Peña Pretelini y Lourdes Sámano se hizo pública en junio de 2013 a través de una nota publicada en la versión electrónica de la revista CARAS.



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