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La mujer que le hizo una "seña obscena" a la caravana de Trump ha sido despedida de su trabajo

jarochilandio

Bovino de la familia
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Jesús del Toro
6 de noviembre de 2017


Donald Trump tiene ciertamente multitud de detractores y muchos de ellos expresan pública y estridentemente su rechazo al mandatario. Pero el caso de Juli Briskman, una mujer de 50 años, ha tenido una intensa repercusión en las redes sociales y ha suscitado, también, fuerte polémica sobre el papel que ella y su empleador tuvieron en ello.

Hace unos días, el presidente Trump salió en una caravana de vehículos de su club de golf en Sterling, Virginia, y al avanzar por la carretera pasó junto a una ciclista que recorría la misma ruta. La mujer era Briskman y mientras los autos de la caravana presidencial pasaban por su lado, ella les hizo una seña punzante: les mostró el dedo medio de la mano.

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Esta imagen de Juli Brinskman mostrando el dedo medio a la caravana del presidente Donald Trump se volvió viral en redes sociales y le costó a ella su empleo. (Getty Images)


¿Por qué hizo eso Briskman? Al parecer, como relató al The Washington Post, poco antes había estado pensando en la devastación que los huracanes dejaron en Puerto Rico, en el letal tiroteo en Las Vegas, en el riesgo de deportación en el que se encuentran muchos jóvenes indocumentados. Entonces, cuando vio pasar la caravana del presidente cayó en la cuenta de que provenían del campo de golf e hizo la citada seña en rechazo, según se desprende de sus propios comentarios al Post, al hecho de que mientras ella cavilaba en las catástrofes y peligros que sufre el país, Trump estaba jugando golf.

Sea como sea, en su momento Briskman no imaginó que ese gesto iba a proyectarse mucho más del efímero instante en que ella se cruzó con la caravana presidencial. Pero como narró al HuffPost, un fotógrafo de las agencias AFP y Getty Images que viajaba en la caravana captó el momento y esa imagen se convirtió rápidamente en una sensación en redes sociales. El dedo medio de Briskman contra Trump se volvió viral en Internet.

Eso fue solo el principio.

Cuando se conoció que Briskman fue quien le espetó esa seña a la caravana del presidente, ella fue despedida por su empleador, la empresa Akima LLC, que es contratista del gobierno.

Ella misma fue quien reportó a su supervisor que era la persona en la citada foto, imagen que ella había ya colocado en su cuenta de Twitter y Facebook luego de que la imagen comenzó a pulular en las redes sociales.

Eso no resultó aceptable para la directiva de Akima LLC pues al poco Briskman fue llamada a una junta donde se le señaló que había violado el código de conducta de la compañía al haber colocado en sus redes sociales material “lascivo” u “obsceno”. Y fue despedida en consecuencia.

Con todo, nada en esa imagen o en los perfiles de redes sociales donde colocó esa foto vinculaba a Briskman con Akima LLC y el hecho ocurrió fuera de horario laboral.

Briskman ha criticado que mientras a ella se le sancionó de esa manera por una acción que es ciertamente controversial y que muchos encontrarán grosera pero que no tuvo ningún vínculo con Akima LLC, un directivo de esa compañía no fue despedido luego de que hace unos meses hizo comentarios insultantes en una discusión online sobre Black Live Matters (un movimiento de izquierda defensor de los derechos de los afroamericanos y crítico del racismo y la brutalidad policíaca). Eso pese a que ese directivo expresó su insulto usando un perfil en una red social en el que claramente se le vincula con Akima LLC.

Así, Briskman se pregunta por qué a ella sí se le aplicó el rigor del código de conducta y no al directivo que hizo ese comentario. Sus jefes indicaron, de acuerdo al Post, que apoyan la Primera Enmienda (que concede el derecho a la libre expresión) pero aún así la despidieron y hay quien podría pensar que esa reacción (máxime ante el caso del directivo al que no se le aplicó la misma sanción) quizá tuvo que ver con un nerviosismo o un afán de congraciarse con la Casa Blanca dado que Akima LLC es una empresa que con frecuencia es contratista del gobierno.

Todo es ciertamente especulativo. En todo caso, de acuerdo a The Washington Post, Briskman no se arrepiente de haberle mostrado el dedo medio a la caravana de Trump y ha contactado a la Unión Americana de Libertades Civiles para analizar su caso.


Fuente


Curioso, el cara de nalgas de mandril puede insultar, vituperar, golpear, empujar, hacer gestos que también se acostumbran interpretar como "obscenos", destrozar a quien quiera y nadie lo puede correr. Pero si otra persona tiene la osadía de hacer un gesto (no decirle algo, mucho menos siquiera haberle siquiera soplado a la distancia) a la zanahoria bipolar, la despiden de su trabajo. ¿Y la igualdad de género y derechos, de la que tanto presumen los arrogantes gringolandios?

Una pregunta que muchos se hicieron en la fuente es: ¿aplicación del código de conducta de su centro de trabajo aplicado cuando no está laborando para la empresa?

¿"... afán de congraciarse con la Casa Blanca dado que Akima LLC es una empresa que con frecuencia es contratista del gobierno."? ¡Nah, para nada! :D:D:D:D:D

Para los que creían que esto no pasa en el llamado "primer mundo".

En la fuente alguien comentó:

"tenia la pintura de esa uña aun humeda y la puso a secar..... ¿ cual es el problema??" :D:D:D:D:D
 
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