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La Masacre de Akihabara fue un asesinato en masa cometido por Kato Tomohiro, un hombre de 25 años, en la zona de Akihabara, la cual es famosa por ser el centro de la cultura otaku y por sus tiendas de video juegos y cómics japoneses, ubicada en el distrito de Chiyoda en Tokio.
La policía arrestó al sospechoso
Perpetrador:
El arrestado es Kato Tomohiro, un hombre de 25 años el cual confesó a la policía “estar cansado del mundo”, tras ser detenido.
Además, se ha identificado al joven, como un residente de la localidad de Susono, en la Prefectura de Shizuoka. Vestido con una camiseta negra y una chaqueta color marrón además de unos pantalones del mismo color de su chaqueta, fue alojado en la Estación de Policía de Manseibashi.
Primeros años y educación
En los primeros años escolares, Kato fue presidente de un club de tenis y fue un excelente y destacado alumno en una importante escuela secundaria. Pese a esto, su nivel empezó a caer y falló al querer ingresar a la universidad.
Debido a que no pudo ingresar, comenzó a trabajar como mecánico para luego ingresar a una empresa de automóviles. Se ha informado que estaba en lista de ser despedido para finales del mes de junio.
Motivaciones
Tres días antes de cometer el ataque, el 5 de junio, Kato acusó a sus compañeros de trabajo de ocultarle sus overoles y dejó inmediatamente de trabajar. Aparentemente, pensó que había sido despedido de su trabajo, cuando no era realmente cierto. Se dice que esto podría haber desencadenado su furia.
La policía reveló poco después del ataque que el joven que perpetró la masacre había publicado mensajes en Internet avisando de lo que iba a hacer; el último de estos mensajes fue publicado 20 minutos antes de que comenzara a atacar personas, vía su teléfono móvil. Según la policía, el primer mensaje decía “Mataré gente en Akihabara”. También reveló que iba a usar su camión mientras que éste le fuera útil y así comenzar a atacar con su cuchillo.
Entre otros mensajes también se encontró uno que decía:
“Si hubiera tenido una novia, no hubiera dejado de trabajar”;
“Nunca me hubiera vuelto adicto a mi teléfono móvil. Cualquier persona que tenga esperanza en su vida posiblemente no me entienda”.
Otros además decían:
“No tengo ni un solo amigo y tampoco lo tendré en el futuro. Seré ignorado porque soy feo. Valgo menos que la basura porque al menos la basura es reciclada”.