tiburonxx
Bovino de la familia
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Daniel Vargas Parra
Milenio Diario
http://impreso.milenio.com/node/8614152
Al margen, las compañías Dell y HP han decidido, por ahora, no vender sus máquinas con este implemento. El caso es que los usuarios del internet en el lejano país tendrán que padecer, tarde que temprano, la censura de todo tipo de material con insinuaciones pornográficas. La idea es que la juventud se mantenga lejos de este tipo de “malos hábitos”. Es decir, la comunidad de internautas más grandes del planeta está ahora siendo monitoreada para cuidar de su salud mental y quizá espiritual.
Sin duda lo que está detrás es el problema de la revolución sexual de la juventud. El célebre sexólogo Wilhelm Reich es reconocido precisamente por analizar las condiciones psíquico-políticas de este fenómeno. En su obra, Reich describe los dispositivos físicos de la represión sexual y cómo esto deriva en cierto modo de organizaciones sociales. Partiendo de tesis freudianas sobre la sexualidad, como la pulsión libidinal, Reich elabora su propia versión de la energía orgásmica. Con esto, en la Revolución sexual de la juventud, postula sus ideas freudo-marxistas respecto al control de una clase social sobre otra por medio de la canalización de la energía sexual y su represión. Ahí, Reich plantea una forma de liberación de la clase obrera a través del conocimiento precoz de las funciones sexuales para lograr así futuras prácticas eróticas exitosas y una vida sexual plena. Aunque polémicas, las intenciones de Reich se transformaron en directrices de un movimiento nacional. Pronto fundaron una comunidad de jóvenes promotores de un conocimiento profundo de la sexualidad. Reich, divulgó la educación sexual entre los adolecentes informándoles sobre el uso de anticonceptivos, la elección de la pareja sexual, las patologías sexuales y el goce y estímulo del placer sexual. De esta manera, a su juicio, atacó el principal factor del dominio de la burguesía sobre el proletariado: la represión de la energía sexual como método de tensión y adormecimiento de las fuerzas productoras.
Mantener a los jóvenes desinformados de su sexualidad tenía como principal consecuencia, según Reich, malas primeras experiencias, razón por la que terminaban reprimiendo el placer al momento del orgasmo. La represión, como tal, devenía en una neurosis que impedía la canalización de la energía orgásmica en el trabajo. El sujeto reprimido sólo era capaz de supeditarse a una autoridad externa, pues la atrofia de energía implicaba la inhibición de la crítica. El punto de Reich fue tramar una buena explicación de cómo le favorecía al Estado un pueblo mal informado. En respuesta, la educación sexual no sólo prevenía la represión sino que emancipaba a toda una clase obrera y la terapia sobre la energía sexual era, en consecuencia, un efecto revolucionario. Lo que en el marxismo propiciaba la conciencia de clase como apropiación de los medios de producción, en Reich lo posibilitaba el autodominio de la energía sexual.
En este caso, el dispositivo chino antiporno es paradigmático. Significa, a ojos vistos, no sólo el control del flujo de la pornografía por la red, además amenaza con filtrar contenidos que sean calificados como no aptos para el gobierno chino. Sobre esta amalgama entre placeres prohibidos y goces insanos pareciera que las enseñanzas de Reich tuvieran mucho que apuntar. La iniciativa dique verde planea controlar la información que consumen los internautas desde la óptica de la censura a la pornografía como si el principio motor de la curiosidad del joven se localizara en la libido extraviada. Más que un pretexto para regular las horas frente a una computadora, el dique habilitó la metáfora pornofóbica en calidad de incitador de malos pensamientos. Si los padres chinos quieren que sus hijos no contemplen pornografía deberán sacrificar privacidad en el tránsito de la información de la red en su computadora. El morbo puberal y la crítica política están amarrados bajo el mismo nivel de alarma del dique y sus promotores. Los criterios para la pornofobia, el terrorismo y la disidencia política son equivalentes. En esto radica el reconocimiento del potencial de la energía sexual. Bajo la lupa de Reich esto tendrá un desenlace inevitable. Si reconocemos que internet es un espacio de vida cotidiana, un mundo en el que todos tenemos una personalidad, esto es una involución sexual para la juventud china. Se está coartando una fórmula erógena que ha creado sus estrategias de satisfacción propias. La censura es contra la masturbación y el sexo virtual. Privar a los adolecentes de la proyección de la libido sobre la contemplación erótica ocasionará una acumulación de energía sexual. En un momento esa energía se atrofiará, derivando en una sociedad autómata como la describe Reich. Mas en otro, este flujo de energías encontrará cauce y la erupción será tal que seguro no sólo se contendrá con el derribe de un dique, por más que éste trate de contenerlo.
unzadita:
Milenio Diario
http://impreso.milenio.com/node/8614152
Al margen, las compañías Dell y HP han decidido, por ahora, no vender sus máquinas con este implemento. El caso es que los usuarios del internet en el lejano país tendrán que padecer, tarde que temprano, la censura de todo tipo de material con insinuaciones pornográficas. La idea es que la juventud se mantenga lejos de este tipo de “malos hábitos”. Es decir, la comunidad de internautas más grandes del planeta está ahora siendo monitoreada para cuidar de su salud mental y quizá espiritual.
Sin duda lo que está detrás es el problema de la revolución sexual de la juventud. El célebre sexólogo Wilhelm Reich es reconocido precisamente por analizar las condiciones psíquico-políticas de este fenómeno. En su obra, Reich describe los dispositivos físicos de la represión sexual y cómo esto deriva en cierto modo de organizaciones sociales. Partiendo de tesis freudianas sobre la sexualidad, como la pulsión libidinal, Reich elabora su propia versión de la energía orgásmica. Con esto, en la Revolución sexual de la juventud, postula sus ideas freudo-marxistas respecto al control de una clase social sobre otra por medio de la canalización de la energía sexual y su represión. Ahí, Reich plantea una forma de liberación de la clase obrera a través del conocimiento precoz de las funciones sexuales para lograr así futuras prácticas eróticas exitosas y una vida sexual plena. Aunque polémicas, las intenciones de Reich se transformaron en directrices de un movimiento nacional. Pronto fundaron una comunidad de jóvenes promotores de un conocimiento profundo de la sexualidad. Reich, divulgó la educación sexual entre los adolecentes informándoles sobre el uso de anticonceptivos, la elección de la pareja sexual, las patologías sexuales y el goce y estímulo del placer sexual. De esta manera, a su juicio, atacó el principal factor del dominio de la burguesía sobre el proletariado: la represión de la energía sexual como método de tensión y adormecimiento de las fuerzas productoras.
Mantener a los jóvenes desinformados de su sexualidad tenía como principal consecuencia, según Reich, malas primeras experiencias, razón por la que terminaban reprimiendo el placer al momento del orgasmo. La represión, como tal, devenía en una neurosis que impedía la canalización de la energía orgásmica en el trabajo. El sujeto reprimido sólo era capaz de supeditarse a una autoridad externa, pues la atrofia de energía implicaba la inhibición de la crítica. El punto de Reich fue tramar una buena explicación de cómo le favorecía al Estado un pueblo mal informado. En respuesta, la educación sexual no sólo prevenía la represión sino que emancipaba a toda una clase obrera y la terapia sobre la energía sexual era, en consecuencia, un efecto revolucionario. Lo que en el marxismo propiciaba la conciencia de clase como apropiación de los medios de producción, en Reich lo posibilitaba el autodominio de la energía sexual.
En este caso, el dispositivo chino antiporno es paradigmático. Significa, a ojos vistos, no sólo el control del flujo de la pornografía por la red, además amenaza con filtrar contenidos que sean calificados como no aptos para el gobierno chino. Sobre esta amalgama entre placeres prohibidos y goces insanos pareciera que las enseñanzas de Reich tuvieran mucho que apuntar. La iniciativa dique verde planea controlar la información que consumen los internautas desde la óptica de la censura a la pornografía como si el principio motor de la curiosidad del joven se localizara en la libido extraviada. Más que un pretexto para regular las horas frente a una computadora, el dique habilitó la metáfora pornofóbica en calidad de incitador de malos pensamientos. Si los padres chinos quieren que sus hijos no contemplen pornografía deberán sacrificar privacidad en el tránsito de la información de la red en su computadora. El morbo puberal y la crítica política están amarrados bajo el mismo nivel de alarma del dique y sus promotores. Los criterios para la pornofobia, el terrorismo y la disidencia política son equivalentes. En esto radica el reconocimiento del potencial de la energía sexual. Bajo la lupa de Reich esto tendrá un desenlace inevitable. Si reconocemos que internet es un espacio de vida cotidiana, un mundo en el que todos tenemos una personalidad, esto es una involución sexual para la juventud china. Se está coartando una fórmula erógena que ha creado sus estrategias de satisfacción propias. La censura es contra la masturbación y el sexo virtual. Privar a los adolecentes de la proyección de la libido sobre la contemplación erótica ocasionará una acumulación de energía sexual. En un momento esa energía se atrofiará, derivando en una sociedad autómata como la describe Reich. Mas en otro, este flujo de energías encontrará cauce y la erupción será tal que seguro no sólo se contendrá con el derribe de un dique, por más que éste trate de contenerlo.
unzadita: