De un tiempo para acá, el trabajo había decaído significativamente, por lo que nos vimos en la necesidad de tener que rentar una habitación de la casa. A Naty mi esposa no le gustaba la idea de tener a alguien extraño en la casa, por lo que accedió solamente si se trataba de una estudiante. Fue más fácil pensarlo que encontrarla, el tiempo pasaba y nuestra situación no mejoraba, así que Naty empezó a ceder un poco en sus exigencias. Un día recibió una llamada para poder ver el cuarto y como Naty tenía un compromiso, me pidió que yo lo enseñara. Ya no tenía ninguna ilusión, ya que después de tanto tiempo, pensaba que nunca se iba a rentar, ya ni siquiera hablar de mis fantasías pensando en cómo sería tener una inquilina.

La futura inquilina llegó a tiempo, abrí la puerta y encontré una mujer de nombre (Anna) de la cual no atinaba a calcularle la edad, tal vez cerca de los 40 años, de rostro agradable, ni gorda ni flaca, tal vez 1.60 de estatura, de tez blanca, cabello castaño oscuro, nada espectacular y vestida con una especie de sweater holgado sobre un pantalón de mezclilla, que no dejaba ver nada de su figura.

Después de presentarnos le enseñé la casa y la habitación que ocuparía, a la cual entró con mucha confianza, y lo primero que hizo fue sentarse en la cama, hasta ese momento pude percatarme que tenía caderas algo amplias, en ese momento nuestras miradas se cruzaron y me sentí apenado de que se diera cuenta que la estaba viendo muy fijamente esa parte del cuerpo, ella simplemente suspiró y dijo todo se ve perfecto.


En ese momento iba llegando Naty, se saludaron y platicaron un poco más, incluso naty le enseñó la casa a detalle. En la noche Naty y yo platicamos acerca de que nos había parecido Anna.


Ya instalada Anna, nos resultaba un poco extraña su presencia, sin embargo, al poco tiempo Naty y Anna ya parecían amigas de toda la vida. Yo simplemente las admiraba, aunque mi esposa era mucho más atractiva, al menos para mí, no podía dejar de mirar a Ana. El tener dos mujeres en casa era algo nuevo para mí.

Una noche en la que Naty y yo hacíamos el amor, me sorprendió preguntándome ¿será que Anna sepa exactamente cuando hacemos el amor y cuando no?. La casa es pequeña y tal vez nos haya oído porque Naty suele ser algo escandalosa cuando tiene un orgasmo y ella sabe que me encanta verla y oírla gemir tan rico.


El sexo con Naty era muy bueno, y aunque no era tan seguido como quisiéramos siempre procurábamos buscar una nueva manera de excitarnos. Esta nueva situación de tener a Ana en casa nos daba a ambos mucho morbo, e inclusive se volvió un juego que nos tocásemos en presencia de Anna sin que ella se diera cuenta, o a veces si se daba cuenta pero hacia como que no. Pensábamos que ella era demasiado propia como para prestarse a un juego, hasta que un día que Ana se tuvo que ir a su ciudad natal por unos días, Naty entró a su recamara buscando algo y por las prisas de Ana al irse olvido cerrar un baúl que siempre tenía bajo llave y que siempre nos había intrigado que tenía en él. Naty no aguantó la tentación y lo abrió, para su sorpresa tenía varios vibradores de distintos tamaños, algunas cremas y una especie de diario personal. Naty dejó todo en su lugar sin sacar nada, y se quedó con ganas de ver más. En la noche me comentó lo que había descubierto y no aguantamos la tentación de ir a ver que escondía Ana. Lo primero que hicimos fue aprendernos el orden en el que estaba todo, y luego empezamos a revisar, encontramos varias prendas de lencería muy sexy, inclusive uno con la entrepierna abierta y unos vibradores de varios tamaños y lo que más nos llamó la atención fue una especie de diario, que de inmediato abrimos y leímos un poco en el que habían algunas poesías, y de pronto vimos nuestros nombres “Roberto y Naty”.


Transcribo lo que decía: “…Naty y Roberto salieron a una fiesta y aproveche para entrar a su recamara me recosté en su cama, e imagine como eran sus sesiones de sexo, de pronto sentí un calor que recorría todo mi cuerpo sentí un nerviosismo que no había sentido hace tanto tiempo. El sentir que podían llegar en cualquier momento me excitó más que tuve que tocarme, me acariciaba las tetas suavemente y luego fui bajando hasta mi entrepierna, no lo podía creer ya estaba mojada, comencé a masturbarme estuve a punto de venirme cuando en ese momento sonó el teléfono era numero equivocado, pero me había dado un susto como si me hubieran descubierto y esto aumento más mi nerviosismo. Seguí masturbándome y poniéndome en varias posiciones, imaginando que estaba con ambos para que hicieran lo que quisieran conmigo, frente a la cama hay un gran espejo, así que podía verme completita, podía ver claramente como me masturbaba, el verme en esa posición en esa cama fue demasiado excitante y tuve un orgasmo increíble, podía ver mi vagina y mi culo contrayéndose a intervalos, que hasta moje un poco las sabanas, inmediatamente trate de secarlas y dejar todo en su lugar, regresé a mi habitación y la calentura no me bajaba, así que comencé a revisar el cofre de mis tesoros, vi mi videocámara y decidí grabarme ya que la imagen que había visto en el espejo me había excitado mucho. Iba a darme placer con alguno de mis dildos, grabándome, en eso oí que llegaron Naty y Roberto algo contentos, sólo escuchaba risas de Naty y que le decía a Roberto espérate nos va a escuchar Anna. Apague la luz en el momento que llegaron para que pensaran que estaba dormida, escuche un gemido y luego se alejaron, ya no podía escucharlos, sentía que el corazón se me salía quería oírlos, espere un momento más y abrí la puerta lentamente y escuche que estaban en la sala, salí a verlos, era tanta mi excitación que no me había dado cuenta que traía puesta una blusita y braguitas, me escondí, las luces estaban apagadas así que no podían verme, veía a Naty recostada en el sofá con las piernas en alto con unas medias de encaje, el vestido levantado sobre ella, las bragas aun puestas y a Roberto hincado besándole la entrepierna, le mordisqueaba las bragas intentando bajarlas hasta que las cogió con ambas manos y de un fuerte jalón Roberto las tomó y le dijo se ve que estuviste muy caliente hoy, están muy mojadas, le abrió las piernas y tenía una vagina completamente depilada, Roberto se volvió a hincar y comenzó a torturarla, la tocaba suavemente con la lengua iba de un lado a otro, Naty solo gemía con cada lamida, hasta que le empezó a chupar el clítoris con una delicadeza que nunca había visto al menos no en las pornos, esto me excitó mucho. Se tomaba su tiempo para complacerla y dejarla lista y poco a poco fue intensificando el ritmo, Roberto se levantó se sacó su miembro y pude ver que la tenía bien erecta, no era muy grande pero si se veía rica. Roberto se masturbaba mientras le seguía dando una mamada a Naty, no pude controlarme aquella visión era increíble, sentía mi corazón a punto de salirse y mi entre pierna mojándose, ya me estaba masturbando casi frente a ellos sin que supieran, sentía un deseo y una excitación totalmente nueva. Así estuvieron un rato más y de pronto Roberto volteo a Naty y le comenzó a besar las nalgas, se las abría y pude ver con claridad el culo de Naty, en eso ella tomó su verga y lo sentó para poder devolverle el favor. Tenía el culo de Naty frente a mí, hincada dándole placer a Roberto, le lamia completita toda la verga, la cara de Roberto era de una excitación increíble, se veía entrar y salir de su boca en un principio casi completa, ella misma se empezó a tocar y masturbarse se mojó los dedos en su vagina y los puso en la boca a Roberto, el solo los lamio y le dijo que estaba riquísima, que le encantaba tener a su mujer así mojada. Yo estaba completamente empapada, cada que me metía un dedo sonaba. Naty con los dedos mojados se pasaba los dedos por el culo hasta metérselos, después de un momento, se levantó y quedo frente a Roberto le guiño un ojo y le dijo, esta noche quiero que me cojas el culo, quiero que me hagas tuya como quieras, lo tomo de la verga y se lo llevo a su habitación.


Espere un rato y regrese a mi habitación, no podía quedarme así, tome mi cámara y un dildo, comencé a masturbarme frente a la cámara y a imitar lo que Naty había hecho, nunca había tenido sexo anal, pero la escena vista me había excitado tanto que me abrí las nalgas frente a la cámara, tome mi dildo y comencé a pasármelo por el culo, sentía mucho placer estaba descubriendo el placer anal sin darme cuenta, ya me lo había metido hasta la mitad y seguí moviéndolo, metiéndolo y sacándolo hasta que sentí que iba a venirme y termine sentándome en él metiéndomelo casi todo y de pronto un orgasmo diferente, se me contraía todo el cuerpo, me quede recostada sin fuerzas y la cámara seguía filmándome me acariciaba las tetas tratando de recobrar el aliento.”


Naty y yo no habíamos parado ni un momento de leer, estábamos sorprendidos apenados y excitados, inmediatamente decidimos checar si estaba el video. Aún lo tenía en la cámara, lo vimos y era tal cual lo había descrito Ana.
Naty me volteo a ver con cara de lujuria, no hablamos solo nos besamos apasionadamente y ahí mismo nos comenzamos a desvestir, parecíamos adolescentes desesperados por tocarnos y sentir nuestros cuerpos desnudos. Naty sentándose sobre mi verga, solo la puntita luego la sacaba y de pronto se sentó introduciéndose todo mi pene y así nos quedamos un rato sin movernos y aun así la vagina de Naty comenzó a contraerse en un orgasmo lento y largo, cuando iba parando, me vine y mi pene empezó a latir fuertemente. Naty se contrajo nuevamente, tuvo otro orgasmo, estábamos sensibles y muy calientes. Nos fuimos a la recamara y seguimos teniendo toda una noche de sexo comiéndonos el uno al otro y tocándonos todo el tiempo. Nada saciaba la lujuria que sentíamos.


Continuara
Anna estaba de vuelta en casa y la situación era muy morbosa y no nos atrevíamos a decir una palabra . . .
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