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la inquilina 2

sorullo27

Becerro
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9 Nov 2009
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“La Inquilina II” continuacion


Anna estaba de vuelta en casa y la situación era muy morbosa y no nos atrevíamos a decir una palabra, pero las miradas de complicidad y excitación entre Naty y yo resultaba muy motivante.


Veíamos a Anna de forma distinta, Naty había cambiado radicalmente a partir de esa noche, si de por sí mi mujer me encantaba, ahora me resultaba irresistible. Naty no dejaba de recordar esa noche y fantaseaba con Anna muy frecuentemente. Sus niveles de excitación y lujuria se encontraban al máximo, me volvía loco, la quería para mí a toda hora. Su mirada había cambiado, sus ojos habían acogido un brillo distinto que la hacía lucir espectacular y seductora. No podía pedir más, ella era más que perfecta para mí.


Las noches de pasión resultaban más recurrentes, duraderas y placenteras. Habíamos implementado nuevas formas y juegos cada noche, para despertar en nosotros aquel nivel de excitación que nos había causado esa noche en la recamara de Anna.


Cuando coincidíamos Anna, Naty y yo en algún sitio de la casa, Naty no perdía oportunidad de lanzarme miradas seductoras y de acariciar a Anna de una forma disimulada, rosando a penas alguna parte de su cuerpo, con las curvas de Anna, a quien no parecía molestarle en lo absoluto, por el contrario, hasta parecía que en ocasiones devolvía dichas caricias, siempre con un pretexto entre chicas, del tirante caído entre otros. Eso me causaba un morbo, que era evidente en mi miembro, yo sabía las intenciones de Naty y ella lo lograba a la perfección, la excitación que me causaba avivaba aún más nuestras noches de pasión. Naty siempre amenazaba con dejarme más excitado que días anteriores y vaya que lo lograba. Anna se había convertido en nuestro pasatiempo favorito, jugar con ella sin que se diera cuenta resultaba increíble. Naty y yo cada día platicábamos sobre cómo se veía Anna, si la ropa que se había puesto le favorecía o no, y hasta llegamos a asignarle un valor del 1 al 10, según cómo se hubiera vestido o maquillado. Se había convertido en una obsesión para nosotros sin darnos cuenta. Así la pasamos aproximadamente mes y medio, a partir de aquella noche inolvidable.


No había semana que no fantaseáramos con Anna y siempre a iniciativa de Naty. Esas miradas, esos coqueteos, esas caricias accidentales con Anna nos resultaban muy excitantes, no perdíamos ocasión. Mientras hacíamos el amor, nos imaginábamos que Anna se encontraba escondida en algún lugar de la habitación, mirándonos y acariciándose, tal y como lo habíamos leído en su desgastado diario. En una ocasión, habíamos dejado la puerta entre abierta sin querer, nos acariciábamos cuando nos pareció escuchar un ruido, en ese momento nos percatamos de que no habíamos cerrado bien la puerta de la habitación, pensando si ese ruido que escuchamos habría sido Anna.


Así pasaron los días, continuamos con nuestro juego entre nosotros y Anna, sin que ella supiera que participaba en nuestra excitación. Una noche en la que habíamos planeado consentirnos con una cena y un par de botellas de vino tinto, lo que no siempre se podía por trabajo, Anna se disponía a salir con unas amigas, para lo cual se había arreglado con un maquillaje sencillo que resaltaba sus facciones, una falda negra considerablemente corta y una blusa de botones rosa ajustada con un poco de transparencia que dejaba ver su figura, sus tetas bien sostenidas por el sujetador negro, la hacían ver apetecible y por su puesto unos tacones altos negros, que torneaban sus pantorrillas, su cabello alaciado por la plancha eléctrica, en resumen, se veía muy sensual. Naty y yo la miramos y nos volteamos a ver, en definitiva ese día había sacado 10 de calificación.


En lo que esperaba a que sus amigas la pasaran a buscar, platicábamos con ella mientras preparábamos nuestra cena, una pasta que a Naty y yo solemos hacer para noches en la que hemos decidido consentirnos. En eso Anna recibe una llamada, eran sus amigas, anunciándole que por motivos que nunca supimos, habían cancelado la salida. Anna un poco decepcionada al respecto, mostraba un poco de descontento. Su cara reflejaba que de verdad ansiaba hacer algo divertido esa noche. Naty no lo dudó dos veces y le dijo si no quería acompañarnos a cenar, total donde cenan dos podían cenar tres, además había vino suficiente y después de la insistencia de Naty, Anna aceptó, en eso Naty me miró con esa mirada seductora y coqueta y me guiñó el ojo, me moría de ganas de saber que pasaba en ese momento por la cabeza de Naty, acaso ¿planeaba algo?, ¿tenía alguna intención que yo desconocía?, por mi mente pasaron varias opciones, las cuales eliminé de inmediato para no hacerme ilusiones falsas.


Así platicamos en lo que terminábamos la cena, Anna nos ayudó a servir la mesa, ya sentados y cenando platicamos de nuestros intereses, Naty no perdía ocasión para rellenar de vino la copa de Anna. Después de dos botellas, Anna ya se empezaba a soltar con nosotros, nos contaba de sus relaciones que no habían funcionado, Naty dirigía la conversación. Ya una vez que terminamos, Naty invitó a Anna a acompañarnos a la habitación para ver una película que teníamos intención de ver, aunque tardó un poco en decidir, Anna aceptó. No podía creer lo que mi mujer había conseguido en menos de dos horas, mi mente quería volar de imaginación y mi miembro sólo de imaginar que estaríamos los tres en mi habitación, estaba más que dura.


Después de levantar la mesa, acudimos a la habitación, yo estaba más que nervioso. Naty con ayuda de Anna llevó las copas y yo una botella de vino recién abierta. En lo que yo ponía la película, Naty y Anna se acomodaron en la cama, yo no sabía si sentarme en un sillón que tenemos a un costado de la cama para admirarlas a las dos, que se veían radiantes, sobre todo Naty cuyo brillo en los ojos hoy resaltaba más que nunca, o acostarme a un lado de Naty en la cama. Anna se veía un poco nerviosa, por lo que mejor me hice a un lado, sentándome en aquel sillón, mi vista era perfecta, las dos entre acostadas y sentadas en la cama cuchicheando y riéndose entre ellas. Sólo el hecho de tener a Anna en la cama ya me producía una excitación que resultaba evidente en mi miembro. Naty seguía sin perder oportunidad de rellenar la copa de Anna, la cual ya se encontraba un poco desinhibida y muy alegre. Mi mujer no perdía ocasión para rosarla con alguna parte de su cuerpo y a Anna no parecía incomodarla. A media película Naty me invitó a sentarme con ellas en la cama. Naty me acariciaba la pierna, pasaba su mano con delicadeza de la rodilla hasta mi entrepierna, Anna de vez en cuando volteaba y veía lo que Naty me hacía. Qué momento, yo ya no aguantaba más, quería comérmelas a las dos, la situación me causaba un morbo tremendo ¿se harían realidad nuestras fantasías?, no podía dejar de recordar cada noche que Naty y yo fantaseábamos con tenerla en la habitación con nosotros y más aún, imaginando las cosas que le haríamos.


Después de un rato más, Naty se armó de valor, me tocó mi miembro, me lo apretó y procedió a besar el hombro suave de Anna, yo con el temor de que en ese mismo momento todo se acabara, pero por el contrario, a Anna no pareció molestarle, por lo que Naty continuó de forma delicada, fue poco a poco avanzando centímetro a centímetro, yo estaba perplejo de lo que veía. Definitivamente Naty era otra, parecía una experta seductora, me traía a mil. Naty llegó a su cuello, en ese momento Anna gimió muy quedito, lo alcancé a oír, lo que produjo que me imaginación ya no se retuviera.


Naty besaba lentamente a Anna recorriendo poco a poco sus hombros y cuello, mientras su mano acariciaba mi miembro, que situación, me sentía totalmente dichoso, que mujerón tenía tratando de hacer realidad nuestras fantasías, eso era más que evidente. Anna simplemente se dejó llevar. Naty comenzó a desabrochar los botones de su blusa, dejando ver sus tetas que lucían tan tentadoras. Anna comenzó a acariciar las piernas de Naty, las dos se encontraban excitadas y podría jurar que hasta mojadas, se oían sus respiraciones cada vez más fuertes, la película pasó a tercer plano, ya no importaba ver o no el final. Naty consiguió quitarle a Anna por completo la blusa, enseguida la recostó y acomodó en la cama, la siguió besando con delicadeza y ternura como lo hace conmigo, de vez en cuando me volteaba a ver con esa mirada que me podía derretir. Naty me hizo señas para que yo le acariciara las piernas a Anna, como lo hacía con ella, yo con nervios accedí, esperando un rechazo inmediato, pero no fue así, a ella parecía agradarle. Se estaba haciendo realidad nuestra fantasía, Anna estaba aparentemente a nuestra disposición, sólo imaginar las cosas que moría de ganas de hacerle en compañía y con la complicidad de Naty, hacía que estuviera a punto de venirme.


Continuará. . . . .

se que quedo a medias, asi que pronto subire la tercera parte, agradezco sus comentarios de antemano.
 
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Ogt jajaja esperando la sig parte chida la arrendadora el sueño de muchos jojojo
 
NO CHINGUES YA SE ME PARO EL CASCA-RUDO Y JUSTO LO DEJAS EN LO MERO BUENO, ESPERAMOS LO DEMÁS...
 
Esperamos la tercera parte, el relato está excelente nos dejaste con ganas de mas
 
Carnal ya tienes mas de un mes y no nos has actualizado con el final....Por favor se justo con los lectores...Gracias!
 
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