sithlordofthescouting
Bovino maduro
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- 1 Ago 2011
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Recuerdo que era un fin de semana, había salido al centro histérico a ver una exposición de Frida Khalo en Bellas Artes y después de mucho rato me siento en un determinado lugar donde me encuentro a Alida quien estaba llorando como decimos a “moco tendido” Claro está que me ofrecí a ayudarla después de ver lo buena que estaba, puedo decir que se encontraba triste y algo decadente por el problema que tenía… pero fue bueno que allí estuviera; me le acerqué con precaución y me dejó ayudarla. Su problema era de algo familiar, se peleó con una de sus hijas que estaba en la edad de la punzada adolescente y bueno, simplemente explotó en ese lugar. Después de calmarla, platicamos de todo un poco. Ya estando en sus cávales confirmé lo que un rato atrás vi que era cierto, Alina era todo un mega bizcocho. Mide 1.67 pelo ondulado a la altura de los hombros, su cuerpo es atlético por las 6 horas que le metía en el gym a la semana, buenas piernas, sin panza y unos senos de copa 34C y de talla mediana de bikini (eso lo supe tiempo después porque en ocasiones le compré ropa interior).
Intercambiamos números telefónicos, correo y un buen abrazo de despedida. Todavía no llegaba a mi casa cuando empezamos el juego de los mensajes, posteriormente de los correos y asimismo las llamadas telefónicas. Empezamos a salir y se puede decir que hubo una atracción física muy cabrona. Ella era madre divorciada con 2 hijas y vivía con su mamá que también era divorciada. Yo nunca me atreví a preguntar más acerca de su familia porque lo único que quería era cogerme a Alida, pero eso sí, siempre escuchaba con atención las cosas que me contaba de su familia.
En la tercera o cuarta salida, al andar en el metro se subió tanta gente que quedamos uno cerca del otro y aunque ya el coqueteo era descarado, siempre hubo tiempo para el romance: jejeje! Al estar así de cerca pude olerla, sentir su cuerpo (e insisto vaya cuerpo!!!) por el mismo movimiento del vagón, la abracé y ella se apretujó a mi y pudimos sentirnos… claro está que con ese roce, hizo que se me parara de inmediato y Alida también lo sintió. En eso me le acerco al oído y le digo, “quiero besarte”, ella no dijo nada y solamente cerró los ojos… Alida esperaba que la besara en la boca y no lo hice, la besé tiernamente en la frente… por supuesto que se sacó de onda. Al abrir ella los ojos, se me quedó viendo con cara de “a no… a mi no me dejas así” y ella dio el primer paso, me tomó de la nuca y me jaló a sus labios siendo así nuestro primer beso.
Conforme fueron pasando los días, todo fue subiendo de intensidad hasta llegar a la cama. Ese día lo tengo bastante presente porque Café Tacuba se presentó en el zócalo en un concierto masivo como parte de sus festejos de XV aniversario y nos lanzamos a verlos. Posterior al toquín nos fuimos a mi depa porque dijo Alida “que iba a una fiesta” y bueno, ya sabrán lo que pasó.
El sexo fue bueno y más el conjunto de ropa interior negra con encaje que llevaba. Lo hicimos 2 veces esa noche… ella tenía tiempo que no lo hacía y claro está que le costó un poco que le entrara y que agarrara ritmo. Esa noche me confesó que estaba operada, así siempre terminaba adentro de ella; Alida se transformaba en otra persona… como tenía tiempo que no compartía la cama con alguien; cada encuentro sexual era una catarsis para ella: gemía, gritaba, se alocaba, se posesionaba de mi verga y siempre pedía más. Aunque sí llegué a sentir algo por ella, siempre tuve la hipótesis que me disfrutaba mientras duráramos. ¿Por qué digo esto? Porque Alida en repetidas ocasiones me decía que era muy difícil que un varón se fijara en ella por su situación de ser divorciada, tener 2 hijas como para tener una relación estable y sobre todo formal.
Las cosas se fueron dando poco a poco: de una amistad, a un noviazgo, a una relación de pareja (con cama incluida) fue creciendo hasta que ella se dio cuenta de que lo que siempre me comentó podría cambiar. Un día entre semana, después de hacer el amor toda la tarde y estando ya en la regadera me comenta que iba a ser la primera comunión de su hija menor; quería que fuera, no a cubrir el lugar del papá, sino como su pareja… Yo no dije nada porque sabía que eso en algún momento iría a pasar porque ya teníamos algo así como 4 ó 5 meses de relación. Acepté la invitación y es cuando me empiezo a relacionar directamente con su familia.
A su casa llegué primero como su “amigo” por aquello de no sacar de onda a sus hijas pero con su mamá si tuve que hablar bien con ella debido a que durante ese tiempo, en un par de noches Alida no llegó a su casa a dormir. En un principio no presté mucha atención a sus hijas porque mi estrategia fue ir por partes. A Alida ya me la había ganado, Mercedes, su mamá me la tenía que ganar y posteriormente a sus hijas. El trato entre todos siempre fue cordial y de mucho respeto. Puedo decir que nos llevamos bien y sus hijas como su mamá nunca pusieron pero alguno en que ella y yo tuviéramos una relación que con este acto, se puede decir que se “formalizó” nuestra relación.
Gretel, su hija entra un día a mi vida un sábado después de un partido de Vóley Ball. Yo ya me había percatado que Gretel no era fea y que sobre todo, tenía mucho futuro por delante pero como les vuelvo a decir no me había llamado antes la atención. Ese fin de semana que la fui a buscar, ella estaba en su uniforme… una licra negra ajustada que le marcaba perfectamente la simetría de su culo así como la de su ropa interior que era un bóxer y su suculenta panochita, la blusa de color lila era justa y también dibujaba maravillosamente el volumen de sus senos… fue la primera vez que dije a mi mismo: “no mames… esta Gretel se cae de buena la hija de la chingada” fue la primera vez que escaneé su cuerpo con lujo de detalle, de arriba abajo y de abajo a arriba. Al alcanzarla nos saludamos de beso, saludé a sus compañeras de equipo y claro está en ese momento mi atención cambió a ella. Como les dije, para sus 18 años estaba perfectamente bien, buena y sabrosa. Pelo largo lacio a media espalda, talla chica en bikini y 32b de busto, tés apiñonada, ojos claros, siempre perfumada y como en aquellos años los emos estaban de moda, pues su vestimenta era en ese estilo.
Ese día Alida y yo salimos y claro está, terminamos en la cama… Desde que la vi en la mañana a Gretel no me la pude sacar de la mente y neta que tenía ganas de jalármela imaginando que era ella. Pero como se dice, “a falta de pan… pues agua”. Desde ese día, aunque me cogía a Alida, casi siempre imaginaba, pensaba y soñaba que era Gretel a la que le besaba en los labios, en la espalda, su estómago, sus senos; a la que penetraba y le dejaba ir todos mis espermas al momento de eyacular; también que eran sus líquidos los que tomaba cuando le hacía sexo oral a Alida y por supuesto infinidad de veces disfruté venirme en la boca de Alida añorando que era la de Gretel. Es más, en una de esas veces que estaba con Alida, fue tanto mi viaje con Gretel que estuve a punto de decirle el nombre de ella en lugar del de Alida cuando se los estaba dejando ir adentro de su vagina.
Siguen pasando las semanas y el acabose llegó un día que Gretel nos dice que tiene novio y lo llevaría a la casa a presentarlo. Puta madre, al pendejo chamaco me lo quería madrear y mandarlo a la chingada por lo mismo de que me sentí amenazado… cómo es posible que un enclenque chamaco me la iba a bajar y en mis narices, en mi propio territorio (aunque no vivía allí en esa casa, yo ya contaba con llave y podría entrar y salir a mi gusto; bueno, un par de veces me quedé a dormir allí en la casa de Alida, en su cuarto y en su cama. Cuando me quedaba, muchas veces teníamos que esperar a que todos se durmieran para que ella y yo pudiéramos darle rienda suelta al sexo ya que como les conté, Alida se transformaba totalmente cuando tenía mi verga adentro, era escandalosa, ruidosa y la verdad, cuando yo llegaba también caliente, pues no éramos muy discretos que digamos –esto saldrá a colación más adelante)
Admito que estaba celoso de este pendejete y más de una ocasión lo demostré. Lo bueno fue que siempre en casa de Alida me vieron con una postura paterna aunque mis verdaderas intenciones ya eran otras, estas nunca salieron a flote. Platicando una vez con Gretel no sé por qué salió el tema de que este buey la quería chamaquear apantallándola con el bocho y el equipo de sonido que tenía: jajaja! a lo que le dije “la diferencia de tu novio y yo, es que yo si te puedo mantener, darte un hogar y una vida de pareja que él nunca te podrá dar”. Con ese comentario Gretel se dio cuenta de mis sentimientos por ella y no dijo nada y yo también me di cuenta de que me había pasado de la raya y que la había cagado porque me exhibí de una manera absurda y sin necesidad, pero aaaah, malditos celos: jejeje!
Unos días después lo tuve que admitir y admití que estaba completamente clavado con esta Gretel, no solo era un deseo carnal, era más, la necesidad de saber de ella, cuidarla, procurarla y todo lo que conlleva una vida de pareja estable… cosa que yo no “tenía” del todo con su mamá y que a Gretel sí le quería dar.
Como les dije, yo ya entraba y salía mi gusto de esa casa. Alida también estaba clavadisíma conmigo y ya me había empezado a resignar en el sentido de que estaba en medio de una batalla que no iba a ganar porque Gretel nunca me iba a pelar… Un día llego a su casa y el destino premió mi paciencia. Gretel estaba con su novio en una postura muy comprometedora; el buey estaba prácticamente encuerado y Gretel solamente en pantalón, sin blusa y sin brassier. Y me dije a mi mismo “ahora es cuando”, no es necesario que les diga lo que hice pero al chavo este: lo corrí de la casa madreado y solamente le di chance ponerse su trusa (por lo que terminó de vestirse en el patio con la ropa toda desparramada) mientras le gritaba que si se volvía a parar en la casa lo iba a mandar al tambo por abusar de “mi niña”. Al regresar a la casa Gretel no quería verme y en parte lo entendía, la había caído en la jugada y pensó que en isofacto la iba a delatar con su mamá. En esa tarde noche ya no salió de su cuarto.
Pasaron unos días y yo me di cuenta de que Gretel estaba incómoda conmigo hasta que me buscó por el mesanger y accedió a platicar conmigo. Lo primero que hizo fue agradecerme el hecho de que no la hubiera delatado con su mamá y yo de allí aproveché para “ganarme su confianza”. En esos momento ya tenía 18 años y mi discurso para envolverla fue “Neta que te entiendo… estás creciendo, tienes emociones, sentimientos, ganas de sentir y experimentar cosas nuevas” una cosa así le dije, a lo cual prestó atención y sobre todo le di la confianza de que podría preguntarme cualquier inquietud, duda o cuestión acerca de la vida y del sexo también por supuesto.
Pasaron otras semanas y ya la relación entre Gretel y yo se convirtió. Me dijo que este pendejete la estaba presionando para hacerlo y que ella no quería por lo mismo de que su mamá se embarazó a los 14 años por lo que estaba paniqueada. Como ellos se veían a escondidas le dije cortara a este buey y así lo hizo. Sin decirle a su mamá nada la llevé a pláticas de orientación sexual y como les dije, nuestra relación cambió de tajo. Nos hicimos amigos a muy buenos amigos y empezamos a salir los 2, no como pareja, pero la iba a buscarla a la escuela, recogerla al cine, la llevaba a las fiestas de sus amigas y por supuesto la empecé a jalar a los conciertos a los que yo iba.
En un Vive Latino nos lanzamos a ver a Moderatto y como estaban en el escenario principal pues estaba hasta la madre de gente. Recuerdo que ese día llovió y a pesar de que estábamos en medio del desmadre, ella empezó a decirme que tenía frío por lo que la abracé por la espalda una mano la puse sobre sus hombros y la otra en el talle de su cadera… no me dijo nada, solamente se dejó… sintió como tuve una liguera erección y tampoco dijo nada, al contrario se acerco más a mí. En ese momento agarró mis manos, las cruzó y las puso sobre sus senos. Yo al darme cuenta de lo que hizo mi erección fue eminente y tuve que retirarme un poco para no arrimarle la verga descaradamente y cagarla. Voltea su cabeza y me dice: “¿por qué te alejas? Tengo frío y quiero sentirte junto a mí”. Yo en ese momento estaba más que perplejo y accedí a acercarme. Ella al sentirme me apretujó más y así nos quedamos más de la mitad de la presentación de Moderatto. Seguimos viendo a otras bandas y en lo que nos movíamos de un escenario a otro Gretel siempre me agarraba la mano y no me soltaba.
Siempre fue lo mismo a la banda que íbamos a ver, me ponía detrás de ella, la abrazaba y ella se dejaba. Yo siempre le hablaba al oído para que sintiera mi respiración, el latir de mi corazón y sobre todo mi verga erecta. La besé un par de beses en su oído, en sus mejillas, en su cuello… acción que nunca reprochó. Los besos en la mejilla buscaban sus labios y cuando creía que al fin los iba a alcanzar me dice… “por qué …por qué me quieres besar, esto no está bien” A lo que le dije algo así como “estoy quitándote las gotas de lluvia que tienes y bueno, si te beso en los labios será sin querer” al terminar de decirle eso se voltea y queda frente a mí mirándome a los ojos y relamiéndose los labios me dice “ahora sí, tengo exceso de gotas de lluvia” en ese momento todo me valió madre y la besé como nunca antes yo lo había hecho, no fue el tradicional beso arrebatado o impulsivo, fue un beso tierno, cachondo y largo. Al terminar no me dijo nada, solamente se volvió a voltear. Yo en ese momento no supe qué hacer del todo, por lo que solamente guarde la calma para ver qué pasaría.
Al terminar el concierto le digo, vamos a cenar y me dice ok, y me vuelve a agarrar la mano. Al empezar la pelotera de la salida, nos volvimos a abrazar hasta salir… compramos 2 playeras, una para cada quien y nos salimos del foro sol. Caminando estuvimos platicando de todo el concierto, menos del beso. Llegamos al palacio de los deportes que fue el lugar donde estacioné mi carro y como yo vivía en la Moctezuma en la delegación Venustiano Carranza pues tenía un buen de lugares estratégicamente bien ubicados para cenar algo chido. Gretel quiso una hamburguesa y nos lanzamos a unas muy buenas que están en una esquina sobre la calle taller. Al terminar, le digo, pues empecemos la expedición para irte a llevar. (Gretel en un par de veces ya había ido a mi depa acompañando a Alida y también en alguna ocasión se lo había “prestado” para que organizara una fiesta-pijamada con sus amigas pero en realidad quería agarrar la jarra, cosa que hizo. Pero bueno, eso no viene al caso).
En ese momento me dice “no quiero llegar a mi casa… vamos a tu departamento” y yo por dentro estaba que me cagaba porque yo tenía bien claro lo que pasaría si yo la llevaba a mi depa. El pretexto para que se quedara era lo único que nos hacía falta y en esos momentos, que se deja caer un mega aguacero. Alida en la tarde nos había marcado al celular para saber cómo estábamos; también para decirnos que por Telehit estaban pasando el vive, que se veía que estaba hasta la madre de gente y sobre todo, quería saber cómo nos estaba hiendo con la lluvia.
Eran sobre la 1 de la madrugada y le marqué diciéndole que estaba lloviendo, que estaba cabrón el tráfico y que sería un mega pedo llegar hasta Vallejo (porque hasta allá vivían), Neta que yo pensé que Alida me iba a decir que no, que no le iba a dar permiso de dejar que se quedara en mi depa conmigo y grandiosa fue mi sorpresa al darme su confianza, su autorización para con Gretel y sobre todo, permiso. Me pidió que se la pasara, hablaron y después volví a hablar conmigo para decirme que de la ropa que Alida tenía en mi depa de cuando ella se quedaba a dormir que se la prestara a Gretel para que tuviera una muda seca de ropa. Al tener permiso, nos lanzamos a mi depa.
Al llegar le busqué la ropa de su mamá, se la di y se metió al baño a cambiarse, yo me cambié en mi cuarto y posteriormente salí a la sala a esperarla (como buen soltero siempre tenía chelas en mi refrí y cuando salió del baño), nos sentamos a platicar en la sala, agarré una chela y la empecé a beber, Gretel me cuestionó por qué no le daba una y accedí a dársela.
Sentados en la sala con luz tenue y con música algo cachonga se acurruca donde yo me senté y empezamos a platicar de los besos que nos dimos horas atrás, de los arrimones y demás roces del vive. Puedo decir que de su parte fue una plática exploratoria para saber lo que yo pensaba de ella a lo que creo no salí mal librado. Fue el momento preciso donde pude decirle lo mucho que me gustaba y ella también me comentó algo similar y que desde que madrié a su novio se moría por estar conmigo.
Me paro por otras 2 cervezas y cuando me siento, ella se sienta sobre mis piernas y me empieza a besar y este beso sí fue algo manchado pero con propiedad. Yo la acariciaba con mis labios tierna y dulcemente para que no se sintiera incómoda; la besaba por sus labios, mejillas, barba, frente, cuello, hombros, brazos y sus senos sobre la playera que traía puesta; solamente necesitaron de un liguero roce y sus pezones se levantaron sin mucho esfuerzo.
Poco a poco los besos y caricias fueron subiendo de nivel y de intensidad. Yo ya estaba bien caliente y ella lo estaba más. Llegó el momento en que le dije quítame la playera y lo hizo sin prisas mientras ella también me cachongueaba con sus besos, yo empecé a meter las manos debajo de su blusa que traía puesta y que precisamente compramos a la salida del vive; no traía brassier puesto y sentí por primera lo redondo y a su vez lo suave que eran sus senos. Olí su piel y fue algo que también me prendió ya que era único su olor, su piel era muy suave y tersa. Siguieron los besos y Gretel ya se me arrimaba demasiado porque sentía la erección que tenía. Le quité su playera y empecé a besar sus senos en lo que mi pene rozaba su panochita la cual cubría su bikini y el pants que traía puesto. Sus pezones aún erguidos me señalaban así como diciéndome sigue así; sus aureolas eran cafés y combinaban perfectamente con el color de su tez y sobre todo, con el color de sus ojos. Debo decir que Gretel reaccionaba muy bien a mis estímulos y se movía de una forma sensual y única, como nunca nadie lo había hecho. Yo seguía besándola y una de mis manos estaba en sus senos y la otra la tenía acariciando en sus firmes y bien formadas nalgas.
En esos momentos nuestra respiración ya era de excitación. A pesar de que estábamos metidos en el pleno faje también en el fondo estaba esperando a que Gretel me parada en seco y se echara para atrás cosa que no hizo. Mientras la besaba y acariciaba, mis manos seguían agarrando sus nalgas, sus senos, su cabello, su espalda, todo ella. De repente me dice con voz entre cortada… “definitivamente quiero hacerlo contigo” y antes de aventarme literalmente encima de ella le pregunté “por qué yo Gretel” a lo que me responde “Muchas veces escuché las veces que le hacías el amor a mi mamá y yo me excitaba nada más de oírlos, me tocaba y me acariciaba pero nunca llegue a más” (recuerdan que párrafos atrás les dije que Alida y yo teníamos que esperar a que se durmieran para que pudiéramos hacerlo) pues resulta que Gretel se quedaba despierta para escucharnos: jejeje! Además -me dice- “yo me di cuenta como tratas a mi mamá y eres caballeroso con ella, la respetas y siempre le das su lugar, cosa que valoro mucho y admiro de ti y si te escojo a ti, es porque precisamente quiero que un hombre como tú me haga el amor en mi primera vez y no que solamente me coja”. Yo al escuchar esto le bajé mis revoluciones a mi faje con ella y la empecé a escuchar con atención. Me contó que su ex novio la tenía chiquita y como la presionaba a tener relaciones, le hizo un par de chaquetas para que la dejara de molestar y resulta que este pendejete se venía rápido; aparte me dijo que algunas de sus amigas ya lo han hecho pero que lo hacen por hacerlo y que ella no quería algo así. Siguió diciéndome que sus amigas contaban unas historias que ni ellas mismas tenían la idea de lo que representaba decir que lo habían hecho; me habló de lo que sentía cuando nos escuchaba a Alida y a mí cuando lo hacíamos y de otras cosas más sexualmente hablando. Yo al oir todo esto me quedé pasmado y en parte admirado de la visión que tenía Gretel acerca de esto. Ya para finalizar con una sonrisa entre pícara y maquiavélica me dice: “si voy a perder… quiero perder con alguien que me lo haga bien, como se debe de hacer”. Puta madre! Con eso que me dijo me sentí como ese refrán que dice “ahora resulta que los patos le tiran a las escopetas”: jajaja!
La neta yo me sentía en las nubes con su comentario y la erección que tenía ya era de otro mundo. Empecé a besarla nuevamente para volverla a calentar cosa que no pasó mucho tiempo; cuando la sentí excitada nuevamente la cargué como recién casados y la llevé a mi habitación, la acosté en la cama y yo me quité la bermuda que traía quedando completamente desnudo. Gretel estaba ya nerviosa porque sabía lo que iba a pasar, para relajarla fui por otras cervezas y prendí unas velas para hacer el ambiente más romántico.
Le quité el pants muy despacio y lentamente. Empecé a besarla de los pies hacia arriba pasando por sus dedos, empeine, espinillas, chamorros, rodillas, muslos, ingles y al llegar a la altura de su vagina, empecé a hacerle sexo oral con su bikini puesto y sentí que estaba completamente húmeda… lo recorrí un poco y empecé a besarla y mamarle su panocha la cual estaba bien rasurada, no mucho pero tampoco estaba al 100% depilada; al hacerle el sexo oral me daba tiempo para que ella y yo lo disfrutáramos sin prisas uno del otro. Sentía perfectamente como su piel se erizaba al sentirme tocarla, besarla y al hacerle sexo oral. Probé sus líquidos y posteriormente cambiamos de lugar, ahora ella empezó a mamarme la verga. No lo hacía bien por lo que le expliqué cómo debía hacerlo cosa que prestó atención y una vez que sentí que ya había agarrado ritmo, me moví de posición y empezamos a hacer un 69.
Gretel ya estaba húmeda y algo dilatada por lo que la recosté y mientras le quitaba su bikini, mi lengua se hablaba de tu con su clítoris mientras la preparaba para la posición del misionero. Me levanté y pude observar como Gretel se entregaba a mí: abrió sus piernas para recibirme y yo acepté su invitación, mientras yo me acostaba sobre de ella, seguí besando las partes de su cuerpo que iba encontrando en el camino. En un principio solamente le entraba la punta y un poquito más, mis movimientos eran suaves y lentos por lo mismo de que estaba a punto de dejar de ser virgen. Sentí su himen y la resistencia que este ejercía sobre mi pene, Gretel al mismo tiempo se excitaba y también se quejaba de lo mucho que le dolía… de repente gritó: aaaaah! Mi pene había entrado completamente en ella y fue una sensación agradable; aunque Gretel no era la primera virgen que me echaba, Gretel fue la primera con la que sentí como al ir entrando mi pene en ella, las paredes de su útero se iban ensanchando, abriendo y tomando la medida exacta de mi pene. Una vez estando adentro, las manos de Gretel se aferraron fuertemente a mi y a las sábanas; mis movimientos eran lentos por lo mismo y conforme me movía le iba preguntando cómo se sentía. Lo que en un principio eran gestos de dolor, poco a poco se fueron volviendo gestos de placer.
Después de un rato cambiamos de posición y la senté sobre de mi y nuevamente sentí como la ensanché por dentro. Le dije la manera en que tenía que moverse y así lo hizo. Me levante y así sentados en la cama, la empecé a acariciar y a besarla: en la boca y en sus senos. Ella marcaba el ritmo, me besaba, me acariciaba, me tocaba y yo simplemente me dejaba llevar por su sube y baja hasta que sentí como su vagina se contractaba y llegaba el primer orgasmo de su vida el cual terminó con un: aaaaaaaaaah! Perfecto y hermoso. La verdad no le di chance de respirar y sin aún regresar de su orgasmo la volví a acostar boca abajo para penetrarla por atrás pero vía vaginal. Ahora yo tomaba el control de las acciones y Gretel estaba toda batida. El tradicional “tac tac” al chocar mis huevos con sus labios vaginales fue prolongado y sus gestos eran ya de una mujer que estaba gozando su primera relación sexual.
La volví a voltear para quedar en la posición del misionero otra vez pero esta vez le levanté un poco las piernas a la altura de mis caderas para penetrarla más a fondo. Poco a poco fui subiendo la intensidad de mis movimientos hasta llegar a un punto en que Gretel empezó a darle rienda suelta a sus gemidos (imitando un poco a su mamá). Empezó a decirme al oído: “me está doliendo… ya vente, ya los quiero” y eso me prendió como no tienen idea, aunque me lo decía al oído yo le contesta diciéndole “regálame otro orgasmo”. Tardé todavía un en venirme porque quería que ella acabara. Cuando sentí que ya estaba por terminar me lo hizo saber así como se lo pedí. Obviamente llegó el momento y empecé a eyacular como nunca en mi vida lo había hecho. Gretel al sentir el primer chorro de mis espermas se terminó de venir conmigo también y su útero literalmente empezó a contraerse como su estuviera comiéndose todos mis espermatozoides que le estaba depositando. Sus manos me jalaban con fuerza a ella y me apretó fuertemente cada uno de mis embates mientras eyaculaba.
Así me quedé encima de ella por un rato y mientras regresábamos del orgasmo nos hacíamos muestras de cariño. Una vez ya concientes y entre beso y beso que nos dábamos y yo aún dentro de ella me dice: “que rico se siente tenerlos adentro” yo sonreí y le dije que había estado maravillosa. Momentos después me dice que necesita ir al baño y se paró como rayo; ya estaba empezando a escurrir los restos de su himen juntos con mis espermas. Unas gotas cayeron al piso y entendí de su urgencia de ir al baño a limpiarse.
No la interrumpí en el baño, dejé que se aseara y cuando regresó a mi, tenía la sonrisa más franca que he visto en mi vida. Obviamente platicamos y aunque suene presuntuoso puedo decir que cumplí sus expectativas… y más. Ya no lo volvimos a hacer esa noche sino hasta la mañana siguiente y 2 veces. Una en la cama al despertar y la otra en la regadera, ambas veces terminé nuevamente adentro de ella.
Después de desayunar la fui a dejar a su casa. Alida nunca sospechó de lo que Gretel y yo hicimos. Gretel estuvo 2 días escurriendo sangre; unos días después le bajó y asimismo aprovechamos para que se colocara un DIU porque claro está que seguimos haciéndolo muchas veces más, unas veces en mi depa y otras tantas en su casa.
Intercambiamos números telefónicos, correo y un buen abrazo de despedida. Todavía no llegaba a mi casa cuando empezamos el juego de los mensajes, posteriormente de los correos y asimismo las llamadas telefónicas. Empezamos a salir y se puede decir que hubo una atracción física muy cabrona. Ella era madre divorciada con 2 hijas y vivía con su mamá que también era divorciada. Yo nunca me atreví a preguntar más acerca de su familia porque lo único que quería era cogerme a Alida, pero eso sí, siempre escuchaba con atención las cosas que me contaba de su familia.
En la tercera o cuarta salida, al andar en el metro se subió tanta gente que quedamos uno cerca del otro y aunque ya el coqueteo era descarado, siempre hubo tiempo para el romance: jejeje! Al estar así de cerca pude olerla, sentir su cuerpo (e insisto vaya cuerpo!!!) por el mismo movimiento del vagón, la abracé y ella se apretujó a mi y pudimos sentirnos… claro está que con ese roce, hizo que se me parara de inmediato y Alida también lo sintió. En eso me le acerco al oído y le digo, “quiero besarte”, ella no dijo nada y solamente cerró los ojos… Alida esperaba que la besara en la boca y no lo hice, la besé tiernamente en la frente… por supuesto que se sacó de onda. Al abrir ella los ojos, se me quedó viendo con cara de “a no… a mi no me dejas así” y ella dio el primer paso, me tomó de la nuca y me jaló a sus labios siendo así nuestro primer beso.
Conforme fueron pasando los días, todo fue subiendo de intensidad hasta llegar a la cama. Ese día lo tengo bastante presente porque Café Tacuba se presentó en el zócalo en un concierto masivo como parte de sus festejos de XV aniversario y nos lanzamos a verlos. Posterior al toquín nos fuimos a mi depa porque dijo Alida “que iba a una fiesta” y bueno, ya sabrán lo que pasó.
El sexo fue bueno y más el conjunto de ropa interior negra con encaje que llevaba. Lo hicimos 2 veces esa noche… ella tenía tiempo que no lo hacía y claro está que le costó un poco que le entrara y que agarrara ritmo. Esa noche me confesó que estaba operada, así siempre terminaba adentro de ella; Alida se transformaba en otra persona… como tenía tiempo que no compartía la cama con alguien; cada encuentro sexual era una catarsis para ella: gemía, gritaba, se alocaba, se posesionaba de mi verga y siempre pedía más. Aunque sí llegué a sentir algo por ella, siempre tuve la hipótesis que me disfrutaba mientras duráramos. ¿Por qué digo esto? Porque Alida en repetidas ocasiones me decía que era muy difícil que un varón se fijara en ella por su situación de ser divorciada, tener 2 hijas como para tener una relación estable y sobre todo formal.
Las cosas se fueron dando poco a poco: de una amistad, a un noviazgo, a una relación de pareja (con cama incluida) fue creciendo hasta que ella se dio cuenta de que lo que siempre me comentó podría cambiar. Un día entre semana, después de hacer el amor toda la tarde y estando ya en la regadera me comenta que iba a ser la primera comunión de su hija menor; quería que fuera, no a cubrir el lugar del papá, sino como su pareja… Yo no dije nada porque sabía que eso en algún momento iría a pasar porque ya teníamos algo así como 4 ó 5 meses de relación. Acepté la invitación y es cuando me empiezo a relacionar directamente con su familia.
A su casa llegué primero como su “amigo” por aquello de no sacar de onda a sus hijas pero con su mamá si tuve que hablar bien con ella debido a que durante ese tiempo, en un par de noches Alida no llegó a su casa a dormir. En un principio no presté mucha atención a sus hijas porque mi estrategia fue ir por partes. A Alida ya me la había ganado, Mercedes, su mamá me la tenía que ganar y posteriormente a sus hijas. El trato entre todos siempre fue cordial y de mucho respeto. Puedo decir que nos llevamos bien y sus hijas como su mamá nunca pusieron pero alguno en que ella y yo tuviéramos una relación que con este acto, se puede decir que se “formalizó” nuestra relación.
Gretel, su hija entra un día a mi vida un sábado después de un partido de Vóley Ball. Yo ya me había percatado que Gretel no era fea y que sobre todo, tenía mucho futuro por delante pero como les vuelvo a decir no me había llamado antes la atención. Ese fin de semana que la fui a buscar, ella estaba en su uniforme… una licra negra ajustada que le marcaba perfectamente la simetría de su culo así como la de su ropa interior que era un bóxer y su suculenta panochita, la blusa de color lila era justa y también dibujaba maravillosamente el volumen de sus senos… fue la primera vez que dije a mi mismo: “no mames… esta Gretel se cae de buena la hija de la chingada” fue la primera vez que escaneé su cuerpo con lujo de detalle, de arriba abajo y de abajo a arriba. Al alcanzarla nos saludamos de beso, saludé a sus compañeras de equipo y claro está en ese momento mi atención cambió a ella. Como les dije, para sus 18 años estaba perfectamente bien, buena y sabrosa. Pelo largo lacio a media espalda, talla chica en bikini y 32b de busto, tés apiñonada, ojos claros, siempre perfumada y como en aquellos años los emos estaban de moda, pues su vestimenta era en ese estilo.
Ese día Alida y yo salimos y claro está, terminamos en la cama… Desde que la vi en la mañana a Gretel no me la pude sacar de la mente y neta que tenía ganas de jalármela imaginando que era ella. Pero como se dice, “a falta de pan… pues agua”. Desde ese día, aunque me cogía a Alida, casi siempre imaginaba, pensaba y soñaba que era Gretel a la que le besaba en los labios, en la espalda, su estómago, sus senos; a la que penetraba y le dejaba ir todos mis espermas al momento de eyacular; también que eran sus líquidos los que tomaba cuando le hacía sexo oral a Alida y por supuesto infinidad de veces disfruté venirme en la boca de Alida añorando que era la de Gretel. Es más, en una de esas veces que estaba con Alida, fue tanto mi viaje con Gretel que estuve a punto de decirle el nombre de ella en lugar del de Alida cuando se los estaba dejando ir adentro de su vagina.
Siguen pasando las semanas y el acabose llegó un día que Gretel nos dice que tiene novio y lo llevaría a la casa a presentarlo. Puta madre, al pendejo chamaco me lo quería madrear y mandarlo a la chingada por lo mismo de que me sentí amenazado… cómo es posible que un enclenque chamaco me la iba a bajar y en mis narices, en mi propio territorio (aunque no vivía allí en esa casa, yo ya contaba con llave y podría entrar y salir a mi gusto; bueno, un par de veces me quedé a dormir allí en la casa de Alida, en su cuarto y en su cama. Cuando me quedaba, muchas veces teníamos que esperar a que todos se durmieran para que ella y yo pudiéramos darle rienda suelta al sexo ya que como les conté, Alida se transformaba totalmente cuando tenía mi verga adentro, era escandalosa, ruidosa y la verdad, cuando yo llegaba también caliente, pues no éramos muy discretos que digamos –esto saldrá a colación más adelante)
Admito que estaba celoso de este pendejete y más de una ocasión lo demostré. Lo bueno fue que siempre en casa de Alida me vieron con una postura paterna aunque mis verdaderas intenciones ya eran otras, estas nunca salieron a flote. Platicando una vez con Gretel no sé por qué salió el tema de que este buey la quería chamaquear apantallándola con el bocho y el equipo de sonido que tenía: jajaja! a lo que le dije “la diferencia de tu novio y yo, es que yo si te puedo mantener, darte un hogar y una vida de pareja que él nunca te podrá dar”. Con ese comentario Gretel se dio cuenta de mis sentimientos por ella y no dijo nada y yo también me di cuenta de que me había pasado de la raya y que la había cagado porque me exhibí de una manera absurda y sin necesidad, pero aaaah, malditos celos: jejeje!
Unos días después lo tuve que admitir y admití que estaba completamente clavado con esta Gretel, no solo era un deseo carnal, era más, la necesidad de saber de ella, cuidarla, procurarla y todo lo que conlleva una vida de pareja estable… cosa que yo no “tenía” del todo con su mamá y que a Gretel sí le quería dar.
Como les dije, yo ya entraba y salía mi gusto de esa casa. Alida también estaba clavadisíma conmigo y ya me había empezado a resignar en el sentido de que estaba en medio de una batalla que no iba a ganar porque Gretel nunca me iba a pelar… Un día llego a su casa y el destino premió mi paciencia. Gretel estaba con su novio en una postura muy comprometedora; el buey estaba prácticamente encuerado y Gretel solamente en pantalón, sin blusa y sin brassier. Y me dije a mi mismo “ahora es cuando”, no es necesario que les diga lo que hice pero al chavo este: lo corrí de la casa madreado y solamente le di chance ponerse su trusa (por lo que terminó de vestirse en el patio con la ropa toda desparramada) mientras le gritaba que si se volvía a parar en la casa lo iba a mandar al tambo por abusar de “mi niña”. Al regresar a la casa Gretel no quería verme y en parte lo entendía, la había caído en la jugada y pensó que en isofacto la iba a delatar con su mamá. En esa tarde noche ya no salió de su cuarto.
Pasaron unos días y yo me di cuenta de que Gretel estaba incómoda conmigo hasta que me buscó por el mesanger y accedió a platicar conmigo. Lo primero que hizo fue agradecerme el hecho de que no la hubiera delatado con su mamá y yo de allí aproveché para “ganarme su confianza”. En esos momento ya tenía 18 años y mi discurso para envolverla fue “Neta que te entiendo… estás creciendo, tienes emociones, sentimientos, ganas de sentir y experimentar cosas nuevas” una cosa así le dije, a lo cual prestó atención y sobre todo le di la confianza de que podría preguntarme cualquier inquietud, duda o cuestión acerca de la vida y del sexo también por supuesto.
Pasaron otras semanas y ya la relación entre Gretel y yo se convirtió. Me dijo que este pendejete la estaba presionando para hacerlo y que ella no quería por lo mismo de que su mamá se embarazó a los 14 años por lo que estaba paniqueada. Como ellos se veían a escondidas le dije cortara a este buey y así lo hizo. Sin decirle a su mamá nada la llevé a pláticas de orientación sexual y como les dije, nuestra relación cambió de tajo. Nos hicimos amigos a muy buenos amigos y empezamos a salir los 2, no como pareja, pero la iba a buscarla a la escuela, recogerla al cine, la llevaba a las fiestas de sus amigas y por supuesto la empecé a jalar a los conciertos a los que yo iba.
En un Vive Latino nos lanzamos a ver a Moderatto y como estaban en el escenario principal pues estaba hasta la madre de gente. Recuerdo que ese día llovió y a pesar de que estábamos en medio del desmadre, ella empezó a decirme que tenía frío por lo que la abracé por la espalda una mano la puse sobre sus hombros y la otra en el talle de su cadera… no me dijo nada, solamente se dejó… sintió como tuve una liguera erección y tampoco dijo nada, al contrario se acerco más a mí. En ese momento agarró mis manos, las cruzó y las puso sobre sus senos. Yo al darme cuenta de lo que hizo mi erección fue eminente y tuve que retirarme un poco para no arrimarle la verga descaradamente y cagarla. Voltea su cabeza y me dice: “¿por qué te alejas? Tengo frío y quiero sentirte junto a mí”. Yo en ese momento estaba más que perplejo y accedí a acercarme. Ella al sentirme me apretujó más y así nos quedamos más de la mitad de la presentación de Moderatto. Seguimos viendo a otras bandas y en lo que nos movíamos de un escenario a otro Gretel siempre me agarraba la mano y no me soltaba.
Siempre fue lo mismo a la banda que íbamos a ver, me ponía detrás de ella, la abrazaba y ella se dejaba. Yo siempre le hablaba al oído para que sintiera mi respiración, el latir de mi corazón y sobre todo mi verga erecta. La besé un par de beses en su oído, en sus mejillas, en su cuello… acción que nunca reprochó. Los besos en la mejilla buscaban sus labios y cuando creía que al fin los iba a alcanzar me dice… “por qué …por qué me quieres besar, esto no está bien” A lo que le dije algo así como “estoy quitándote las gotas de lluvia que tienes y bueno, si te beso en los labios será sin querer” al terminar de decirle eso se voltea y queda frente a mí mirándome a los ojos y relamiéndose los labios me dice “ahora sí, tengo exceso de gotas de lluvia” en ese momento todo me valió madre y la besé como nunca antes yo lo había hecho, no fue el tradicional beso arrebatado o impulsivo, fue un beso tierno, cachondo y largo. Al terminar no me dijo nada, solamente se volvió a voltear. Yo en ese momento no supe qué hacer del todo, por lo que solamente guarde la calma para ver qué pasaría.
Al terminar el concierto le digo, vamos a cenar y me dice ok, y me vuelve a agarrar la mano. Al empezar la pelotera de la salida, nos volvimos a abrazar hasta salir… compramos 2 playeras, una para cada quien y nos salimos del foro sol. Caminando estuvimos platicando de todo el concierto, menos del beso. Llegamos al palacio de los deportes que fue el lugar donde estacioné mi carro y como yo vivía en la Moctezuma en la delegación Venustiano Carranza pues tenía un buen de lugares estratégicamente bien ubicados para cenar algo chido. Gretel quiso una hamburguesa y nos lanzamos a unas muy buenas que están en una esquina sobre la calle taller. Al terminar, le digo, pues empecemos la expedición para irte a llevar. (Gretel en un par de veces ya había ido a mi depa acompañando a Alida y también en alguna ocasión se lo había “prestado” para que organizara una fiesta-pijamada con sus amigas pero en realidad quería agarrar la jarra, cosa que hizo. Pero bueno, eso no viene al caso).
En ese momento me dice “no quiero llegar a mi casa… vamos a tu departamento” y yo por dentro estaba que me cagaba porque yo tenía bien claro lo que pasaría si yo la llevaba a mi depa. El pretexto para que se quedara era lo único que nos hacía falta y en esos momentos, que se deja caer un mega aguacero. Alida en la tarde nos había marcado al celular para saber cómo estábamos; también para decirnos que por Telehit estaban pasando el vive, que se veía que estaba hasta la madre de gente y sobre todo, quería saber cómo nos estaba hiendo con la lluvia.
Eran sobre la 1 de la madrugada y le marqué diciéndole que estaba lloviendo, que estaba cabrón el tráfico y que sería un mega pedo llegar hasta Vallejo (porque hasta allá vivían), Neta que yo pensé que Alida me iba a decir que no, que no le iba a dar permiso de dejar que se quedara en mi depa conmigo y grandiosa fue mi sorpresa al darme su confianza, su autorización para con Gretel y sobre todo, permiso. Me pidió que se la pasara, hablaron y después volví a hablar conmigo para decirme que de la ropa que Alida tenía en mi depa de cuando ella se quedaba a dormir que se la prestara a Gretel para que tuviera una muda seca de ropa. Al tener permiso, nos lanzamos a mi depa.
Al llegar le busqué la ropa de su mamá, se la di y se metió al baño a cambiarse, yo me cambié en mi cuarto y posteriormente salí a la sala a esperarla (como buen soltero siempre tenía chelas en mi refrí y cuando salió del baño), nos sentamos a platicar en la sala, agarré una chela y la empecé a beber, Gretel me cuestionó por qué no le daba una y accedí a dársela.
Sentados en la sala con luz tenue y con música algo cachonga se acurruca donde yo me senté y empezamos a platicar de los besos que nos dimos horas atrás, de los arrimones y demás roces del vive. Puedo decir que de su parte fue una plática exploratoria para saber lo que yo pensaba de ella a lo que creo no salí mal librado. Fue el momento preciso donde pude decirle lo mucho que me gustaba y ella también me comentó algo similar y que desde que madrié a su novio se moría por estar conmigo.
Me paro por otras 2 cervezas y cuando me siento, ella se sienta sobre mis piernas y me empieza a besar y este beso sí fue algo manchado pero con propiedad. Yo la acariciaba con mis labios tierna y dulcemente para que no se sintiera incómoda; la besaba por sus labios, mejillas, barba, frente, cuello, hombros, brazos y sus senos sobre la playera que traía puesta; solamente necesitaron de un liguero roce y sus pezones se levantaron sin mucho esfuerzo.
Poco a poco los besos y caricias fueron subiendo de nivel y de intensidad. Yo ya estaba bien caliente y ella lo estaba más. Llegó el momento en que le dije quítame la playera y lo hizo sin prisas mientras ella también me cachongueaba con sus besos, yo empecé a meter las manos debajo de su blusa que traía puesta y que precisamente compramos a la salida del vive; no traía brassier puesto y sentí por primera lo redondo y a su vez lo suave que eran sus senos. Olí su piel y fue algo que también me prendió ya que era único su olor, su piel era muy suave y tersa. Siguieron los besos y Gretel ya se me arrimaba demasiado porque sentía la erección que tenía. Le quité su playera y empecé a besar sus senos en lo que mi pene rozaba su panochita la cual cubría su bikini y el pants que traía puesto. Sus pezones aún erguidos me señalaban así como diciéndome sigue así; sus aureolas eran cafés y combinaban perfectamente con el color de su tez y sobre todo, con el color de sus ojos. Debo decir que Gretel reaccionaba muy bien a mis estímulos y se movía de una forma sensual y única, como nunca nadie lo había hecho. Yo seguía besándola y una de mis manos estaba en sus senos y la otra la tenía acariciando en sus firmes y bien formadas nalgas.
En esos momentos nuestra respiración ya era de excitación. A pesar de que estábamos metidos en el pleno faje también en el fondo estaba esperando a que Gretel me parada en seco y se echara para atrás cosa que no hizo. Mientras la besaba y acariciaba, mis manos seguían agarrando sus nalgas, sus senos, su cabello, su espalda, todo ella. De repente me dice con voz entre cortada… “definitivamente quiero hacerlo contigo” y antes de aventarme literalmente encima de ella le pregunté “por qué yo Gretel” a lo que me responde “Muchas veces escuché las veces que le hacías el amor a mi mamá y yo me excitaba nada más de oírlos, me tocaba y me acariciaba pero nunca llegue a más” (recuerdan que párrafos atrás les dije que Alida y yo teníamos que esperar a que se durmieran para que pudiéramos hacerlo) pues resulta que Gretel se quedaba despierta para escucharnos: jejeje! Además -me dice- “yo me di cuenta como tratas a mi mamá y eres caballeroso con ella, la respetas y siempre le das su lugar, cosa que valoro mucho y admiro de ti y si te escojo a ti, es porque precisamente quiero que un hombre como tú me haga el amor en mi primera vez y no que solamente me coja”. Yo al escuchar esto le bajé mis revoluciones a mi faje con ella y la empecé a escuchar con atención. Me contó que su ex novio la tenía chiquita y como la presionaba a tener relaciones, le hizo un par de chaquetas para que la dejara de molestar y resulta que este pendejete se venía rápido; aparte me dijo que algunas de sus amigas ya lo han hecho pero que lo hacen por hacerlo y que ella no quería algo así. Siguió diciéndome que sus amigas contaban unas historias que ni ellas mismas tenían la idea de lo que representaba decir que lo habían hecho; me habló de lo que sentía cuando nos escuchaba a Alida y a mí cuando lo hacíamos y de otras cosas más sexualmente hablando. Yo al oir todo esto me quedé pasmado y en parte admirado de la visión que tenía Gretel acerca de esto. Ya para finalizar con una sonrisa entre pícara y maquiavélica me dice: “si voy a perder… quiero perder con alguien que me lo haga bien, como se debe de hacer”. Puta madre! Con eso que me dijo me sentí como ese refrán que dice “ahora resulta que los patos le tiran a las escopetas”: jajaja!
La neta yo me sentía en las nubes con su comentario y la erección que tenía ya era de otro mundo. Empecé a besarla nuevamente para volverla a calentar cosa que no pasó mucho tiempo; cuando la sentí excitada nuevamente la cargué como recién casados y la llevé a mi habitación, la acosté en la cama y yo me quité la bermuda que traía quedando completamente desnudo. Gretel estaba ya nerviosa porque sabía lo que iba a pasar, para relajarla fui por otras cervezas y prendí unas velas para hacer el ambiente más romántico.
Le quité el pants muy despacio y lentamente. Empecé a besarla de los pies hacia arriba pasando por sus dedos, empeine, espinillas, chamorros, rodillas, muslos, ingles y al llegar a la altura de su vagina, empecé a hacerle sexo oral con su bikini puesto y sentí que estaba completamente húmeda… lo recorrí un poco y empecé a besarla y mamarle su panocha la cual estaba bien rasurada, no mucho pero tampoco estaba al 100% depilada; al hacerle el sexo oral me daba tiempo para que ella y yo lo disfrutáramos sin prisas uno del otro. Sentía perfectamente como su piel se erizaba al sentirme tocarla, besarla y al hacerle sexo oral. Probé sus líquidos y posteriormente cambiamos de lugar, ahora ella empezó a mamarme la verga. No lo hacía bien por lo que le expliqué cómo debía hacerlo cosa que prestó atención y una vez que sentí que ya había agarrado ritmo, me moví de posición y empezamos a hacer un 69.
Gretel ya estaba húmeda y algo dilatada por lo que la recosté y mientras le quitaba su bikini, mi lengua se hablaba de tu con su clítoris mientras la preparaba para la posición del misionero. Me levanté y pude observar como Gretel se entregaba a mí: abrió sus piernas para recibirme y yo acepté su invitación, mientras yo me acostaba sobre de ella, seguí besando las partes de su cuerpo que iba encontrando en el camino. En un principio solamente le entraba la punta y un poquito más, mis movimientos eran suaves y lentos por lo mismo de que estaba a punto de dejar de ser virgen. Sentí su himen y la resistencia que este ejercía sobre mi pene, Gretel al mismo tiempo se excitaba y también se quejaba de lo mucho que le dolía… de repente gritó: aaaaah! Mi pene había entrado completamente en ella y fue una sensación agradable; aunque Gretel no era la primera virgen que me echaba, Gretel fue la primera con la que sentí como al ir entrando mi pene en ella, las paredes de su útero se iban ensanchando, abriendo y tomando la medida exacta de mi pene. Una vez estando adentro, las manos de Gretel se aferraron fuertemente a mi y a las sábanas; mis movimientos eran lentos por lo mismo y conforme me movía le iba preguntando cómo se sentía. Lo que en un principio eran gestos de dolor, poco a poco se fueron volviendo gestos de placer.
Después de un rato cambiamos de posición y la senté sobre de mi y nuevamente sentí como la ensanché por dentro. Le dije la manera en que tenía que moverse y así lo hizo. Me levante y así sentados en la cama, la empecé a acariciar y a besarla: en la boca y en sus senos. Ella marcaba el ritmo, me besaba, me acariciaba, me tocaba y yo simplemente me dejaba llevar por su sube y baja hasta que sentí como su vagina se contractaba y llegaba el primer orgasmo de su vida el cual terminó con un: aaaaaaaaaah! Perfecto y hermoso. La verdad no le di chance de respirar y sin aún regresar de su orgasmo la volví a acostar boca abajo para penetrarla por atrás pero vía vaginal. Ahora yo tomaba el control de las acciones y Gretel estaba toda batida. El tradicional “tac tac” al chocar mis huevos con sus labios vaginales fue prolongado y sus gestos eran ya de una mujer que estaba gozando su primera relación sexual.
La volví a voltear para quedar en la posición del misionero otra vez pero esta vez le levanté un poco las piernas a la altura de mis caderas para penetrarla más a fondo. Poco a poco fui subiendo la intensidad de mis movimientos hasta llegar a un punto en que Gretel empezó a darle rienda suelta a sus gemidos (imitando un poco a su mamá). Empezó a decirme al oído: “me está doliendo… ya vente, ya los quiero” y eso me prendió como no tienen idea, aunque me lo decía al oído yo le contesta diciéndole “regálame otro orgasmo”. Tardé todavía un en venirme porque quería que ella acabara. Cuando sentí que ya estaba por terminar me lo hizo saber así como se lo pedí. Obviamente llegó el momento y empecé a eyacular como nunca en mi vida lo había hecho. Gretel al sentir el primer chorro de mis espermas se terminó de venir conmigo también y su útero literalmente empezó a contraerse como su estuviera comiéndose todos mis espermatozoides que le estaba depositando. Sus manos me jalaban con fuerza a ella y me apretó fuertemente cada uno de mis embates mientras eyaculaba.
Así me quedé encima de ella por un rato y mientras regresábamos del orgasmo nos hacíamos muestras de cariño. Una vez ya concientes y entre beso y beso que nos dábamos y yo aún dentro de ella me dice: “que rico se siente tenerlos adentro” yo sonreí y le dije que había estado maravillosa. Momentos después me dice que necesita ir al baño y se paró como rayo; ya estaba empezando a escurrir los restos de su himen juntos con mis espermas. Unas gotas cayeron al piso y entendí de su urgencia de ir al baño a limpiarse.
No la interrumpí en el baño, dejé que se aseara y cuando regresó a mi, tenía la sonrisa más franca que he visto en mi vida. Obviamente platicamos y aunque suene presuntuoso puedo decir que cumplí sus expectativas… y más. Ya no lo volvimos a hacer esa noche sino hasta la mañana siguiente y 2 veces. Una en la cama al despertar y la otra en la regadera, ambas veces terminé nuevamente adentro de ella.
Después de desayunar la fui a dejar a su casa. Alida nunca sospechó de lo que Gretel y yo hicimos. Gretel estuvo 2 días escurriendo sangre; unos días después le bajó y asimismo aprovechamos para que se colocara un DIU porque claro está que seguimos haciéndolo muchas veces más, unas veces en mi depa y otras tantas en su casa.