unEscritor
Becerro
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- 15 May 2010
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Esa noche dormí plácidamente y con ganas de más, ella me había hecho venir de una manera deliciosa y aún recuerdo su pie acariciando mi pene y sin poder verle a la cara, ni ver sus expresiones mientras masturbaba al amigo de su esposo en su lecho matrimonial.
Eran las 7 AM cuando escuché que abrían la puerta de su cuarto y entraban al baño que estaba en un pasillo, inmediatamente después escuché el sonido de la regadera. En ese momento me voltee y decidí dormir un rato más. No pasó ni un minuto cuando ella abrió la puerta de la habitación donde me encontraba, estaba con una blusita rosa y tanga, se metió en la cama conmigo y comenzamos a besarnos mientras acariciaba mi pene por encima del boxer y me metía la lengua como desesperada igual que yo. Me frotaba con fuerza y me mordía la boca y acariciaba las bolas. En mi mente ya no existía mi amigo y así como vino, se levantó y me dejó con la verga parada.
Mi amigo salió de la regadera, luego ella se metió y yo me fui a dormir.
Me despertó el timbre de mi celular, y sonreí cuando era ella diciéndome que no había ido a trabajar que estaba a lado de mi, que si quería jugar mario kart. Desde ese momento cada vez que juego mario kart tengo una erección.
Sin mucho pensarlo, me levanté, me lavé la boca y me dirigí a su habitación. Ella estaba desnuda tendida en la cama con dos controles en la mano pasándome uno. En mi mente dije:"chingue su madre mario kart!, te la quiero meter ahora", pero igual era excitante repetir la escena de ayer y como zombie tomé el control, me senté en el suelo delante de la cama y comencé a jugar, no pasaron ni 10 segundos cuando me dió un empujón en la nuca con su pie izquierdo. Al voltear ella estaba con las piernas flexionadas, separadas y casi hundo mi cara en su vagina que estaba brillosa tan cerca de mi boca. Instintivamente, comencé a chupar su vagina y a meter mi lengua en ella, dar lengüetazos a su clit, chuparle el culo mientras me embadurnaba de sus fluidos. Estaba como loco chupando su vagina cuando, de repente, me empuja con sus piernas y me dice:"Sácalo" y por supuesto lo saqué.
Nunca me habían chupado la verga como ella, me lamió todo: las bolas, el ano, la cabecita, y lo hacía muy ruidoso. El sonido me excitaba más de la cuenta, yo quería cogérmela ya. El ver su deliciosa boquita y esa carita hermosa me paraba la verga aún más. Justo estaba chupándome y sobándome las bolas cuando suena su celular y pues yo comencé a sacar mi pene de su boca, ella me detuvo sosteniendo mis nalgas, lo sacó un poco y contestó:"si mi amor, aquí sigue está dormido, le digo que te marque?". Era su esposo y eso me calentó: Mi amigo trabajando para su esposita y ella mamando verga ¡y de que manera!. Por fin colgó, me vió y me dijo: cógeme que no tarda en llegar. Sus palabras causaron una explosión de adrenalina y deseo dentro de mí y sin más comencé a meter y sacar mi verga de ella. Le metía dos dedos en la boca mientras pegaba mis huevos a sus nalgas cada vez más fuerte, el golpeteo se volvía intenso y fuera de tiempo, ella me decía que se lo metiera hasta el fondo que hace mucho que no tenía intimidad con mi amigo, y que no fuera a decir nada. En mi mente sólo la imaginaba chupándome la verga y la veía chupar mis dedos como si fueran otro pene que le da placer a la perra. Estaba apretadísima, y sabía menear la verga dentro, sabía apretarla toda. No parábamos de besarnos mientras metía y sacaba toda mi verga de ella, y diciéndole lo rico que era estar así y que desde que la conocí me la quería comer.
Ella subía sus piernas a mis hombros y yo le recargaba sus rodillas en los suyos y así tocaba fondo duro, le lamía la boca y mis gotas de sudor la llenaban toda. Era riquísimo estar encima de ella mientras ella empujaba hacia mi verga con su cadera. Era una puta riquísima y me la estaba comiendo, y me encajaba las uñas en la espalda y en las nalgas, no paraba de gemir y decirme como le gustaba. Yo le sostenía el cabello mientras la miraba cada vez que le metía mi pene, veía sus hermosas tetas balancearse con la sacudida de mi pasión. Estaba a punto de venirme y cuando quise sacarlo ella me dijo:"a donde vas?" y entre la pasión, la saliva, el sudor y las ganas le mojé la vagina con mi semen caliente y seguía bombeándola sin perder firmeza. Ahí fue cuando ella de repente me empuja y yo al darme cuenta del entorno llegué a escuchar la puerta y salí corriendo al cuarto de invitados, me metí a las cobijas con la verga oliendo a ella y a mí, ni siquiera me fijé si había dejado semen en sus sábanas. Me hice a un lado, acomodé la almohada y me dispuse a dormir con la verga contenta.