chucho_666
Bovino de la familia
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Definición
El priapismo es un cuadro caracterizado por una persistencia de la erección no acompañada del deseo sexual ni seguida de eyaculación.
Pueden distinguirse dos tipos de priapismo: primario o idiopático y secundario. El primario, representa el 45 al 60% de los casos, desconociéndose por completo las causas responsables. Podría ser una erección que se prolonga en el tiempo a pesar de haber cesado el estímulo sexual. En el priapismo secundario pueden encontrarse causas nerviosas y mecánicas. Entre las primeras se observa una alteración en los mecanismos nerviosos que intervienen en la erección como trastornos psíquicos, enfermedades del sistema nervioso, traumatismos, ingesta de alcohol, algunos medicamentos como los corticoides, etc. Entre las causas mecánicas se destacan los traumatismos del pene o pélvicos, infecciones como una prostatitis, tumores de vejiga próstata o recto y trastornos de la coagulación entre otros. Puede presentarse a cualquier edad, desde la infancia hasta la ancianidad, predominando las causas secundarias en los niños, y las primarias en los adultos.
Cuadro clínico
La erección, normalmente se produce por un gran aumento del flujo sanguíneo y su estancamiento en las estructuras del pene. Una vez finalizado el estímulo sexual, la sangre acumulada es evacuada hacia la circulación general. Cualquier factor que altere este mecanismo normal, desencadenará el priapismo.
En este cuadro, la hinchazón del pene es máxima y se caracteriza por la no-participación del glande. Cuando se presenta en forma aguda produce dolor y un gran agotamiento, acompañándose de retención de orina y fiebre. En algunos hombres pueden observarse exaltaciones que aumentan aun más el dolor. En muchos casos el dolor es tan intenso y alarmante que motiva la consulta en los servicios de urgencia.
Otra forma de presentación es con un pene menos rígido, doloroso y más elástico.
La remisión espontánea es posible, pero imprevisible.
Alrededor del 40% de los hombres con priapismo presentó años atrás otros episodios que revirtieron sin padecer secuela alguna. Esto nos habla que en un comienzo se debe a trastornos reversibles.
Tratamiento
El objetivo principal del tratamiento es lograr la descongestión del pene, lo que aliviaría el dolor y evitaría una secuela muy importante como es la impotencia.
Entre las medidas inespecíficas que se han utilizado encontramos al masaje prostático intenso, colocación de bolsas de hielo, vendajes compresivos, administración de analgésicos o estrógenos y antiespasmódicos entre otros.
Con la inyección de sustancias vasoconstrictoras en el pene surge una nueva perspectiva para revertir esta alteración.
En el priapismo primario la aspiración de los cuerpos cavernosos del pene constituye una medida inicial muy importante. En caso de no conseguir la descongestión o que reaparezca inmediatamente después, debe recurrirse a la cirugía para incrementar el drenaje de la sangre acumulada.
El priapismo es un cuadro caracterizado por una persistencia de la erección no acompañada del deseo sexual ni seguida de eyaculación.
Pueden distinguirse dos tipos de priapismo: primario o idiopático y secundario. El primario, representa el 45 al 60% de los casos, desconociéndose por completo las causas responsables. Podría ser una erección que se prolonga en el tiempo a pesar de haber cesado el estímulo sexual. En el priapismo secundario pueden encontrarse causas nerviosas y mecánicas. Entre las primeras se observa una alteración en los mecanismos nerviosos que intervienen en la erección como trastornos psíquicos, enfermedades del sistema nervioso, traumatismos, ingesta de alcohol, algunos medicamentos como los corticoides, etc. Entre las causas mecánicas se destacan los traumatismos del pene o pélvicos, infecciones como una prostatitis, tumores de vejiga próstata o recto y trastornos de la coagulación entre otros. Puede presentarse a cualquier edad, desde la infancia hasta la ancianidad, predominando las causas secundarias en los niños, y las primarias en los adultos.
Cuadro clínico
La erección, normalmente se produce por un gran aumento del flujo sanguíneo y su estancamiento en las estructuras del pene. Una vez finalizado el estímulo sexual, la sangre acumulada es evacuada hacia la circulación general. Cualquier factor que altere este mecanismo normal, desencadenará el priapismo.
En este cuadro, la hinchazón del pene es máxima y se caracteriza por la no-participación del glande. Cuando se presenta en forma aguda produce dolor y un gran agotamiento, acompañándose de retención de orina y fiebre. En algunos hombres pueden observarse exaltaciones que aumentan aun más el dolor. En muchos casos el dolor es tan intenso y alarmante que motiva la consulta en los servicios de urgencia.
Otra forma de presentación es con un pene menos rígido, doloroso y más elástico.
La remisión espontánea es posible, pero imprevisible.
Alrededor del 40% de los hombres con priapismo presentó años atrás otros episodios que revirtieron sin padecer secuela alguna. Esto nos habla que en un comienzo se debe a trastornos reversibles.
Tratamiento
El objetivo principal del tratamiento es lograr la descongestión del pene, lo que aliviaría el dolor y evitaría una secuela muy importante como es la impotencia.
Entre las medidas inespecíficas que se han utilizado encontramos al masaje prostático intenso, colocación de bolsas de hielo, vendajes compresivos, administración de analgésicos o estrógenos y antiespasmódicos entre otros.
Con la inyección de sustancias vasoconstrictoras en el pene surge una nueva perspectiva para revertir esta alteración.
En el priapismo primario la aspiración de los cuerpos cavernosos del pene constituye una medida inicial muy importante. En caso de no conseguir la descongestión o que reaparezca inmediatamente después, debe recurrirse a la cirugía para incrementar el drenaje de la sangre acumulada.