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La ejecutiva del banco

mmaniac

Bovino adolescente
Desde
14 Feb 2008
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57
La siguiente historia me sucedió en una ciudad de México, espero la disfruten tanto como yo.

Un sábado por la mañana recibí una llamada de un importante cliente, que me informaba que podía pasar por el pago de mis servicios, hacía 2 meses que no me pagaban y me hacía mucha falta cobrar para de igual manera hacer pagos atrasados y desahogar mi situación, encargue a Paco que se hiciera cargo del negocio y le dije que tardaría, pues seguramente tendría que pasar al banco después de ver al cliente.

En la oficina de la llantera propiedad de mi cliente trabaja Norma una secretaría riquísima, aunque es muy sería, recibe con amabilidad mis piropos, esa tarde me tenía el cheque listo como me lo imagine, firme los documentos y me lo entrego sin mayor problema, mientras sacaba copias del cheque y los contra recibos, la miraba siempre bien vestida con la falda apretada unas pantorrillas que lucían bien torneadas en las zapatillas perfectamente limpias, me despedí de ella con una sonrisa y salí feliz con mi cheque y directo a la sucursal del banco que estaba a unas cuadras, yo no tenía cuneta en ese banco pero Norma me lo hizo al portador así que no tendría mayor problema para cobrarlo y volver con el efectivo.

Cuando entre a la sucursal del banco lo primero que llamo mi atención fue el ruido de unos zapatos de mujer, al voltear a ver de dónde venían me quede con la boca abierta, una mujer que parecía de unos treinta y cinco años caminaba apresurada, hacía donde estaba yo, con una sonrisa estupenda, y el cabello que se movía al compás de sus piernas, llevaba el típico uniforme de falda y saco con una pañoleta al cuello que le hacía lucir los ojos más brillantes y chinos. Por un momento me quedé estupefacto y de inmediato aproveche para preguntarle cómo podía cobrar el cheque, se detuvo junto a mí amablemente, me llegaba a la barbilla, olía a flores y su cabello lucia como mojado se ondulaba por los hombros y caía un poco más en unos rulos grandes.

-adelante por favor, me dijo

La seguí emocionado y aproveche para revisarla completamente, tenía unas piernas bien formadas, no era delgada pero tampoco lucia con sobrepeso, cuando subí la mirada y pude verle el trasero, mis pensamientos ya estaban alucinando, vestía como ya les dije una falda en color azul marino muy bien entallada que dibujaba perfectamente la curva de sus ricas nalgas y hasta pude notar la costura de su panty que se perdía en la cadera luciendo formidable, los muslos de sus piernas jalaban la tela de la falda a cada paso formando pliegues que se perdían y volvían al ritmo de su prisa por atender el montón de trabajo que le esperaba en su escritorio.

-¿Usted ya es cliente de nosotros?

-No señorita, respondí con una sonrisa, por el momento solo quiero cobrar ese cheque.

-Claro, pero por la cantidad vamos a tener problemas, me dijo.

-¿Cómo puede ayudarme?

-Permítame, un momento.

Se levantó con el cheque en la mano y se fue a un cubículo que decía gerencia, se metió perdiéndose de mi vista, no tardo mucho y volví a escuchar sus tacones, la mire nuevamente y ahora el espectáculo era otra delicia, sus piernas formaban en la tela un triángulo que se estiraba a cada paso de los vértices superiores mostrando las piernas en todo su esplendor, las tetas por su parte se escondían tras la delgada tela de una blusa muy ligera que no podía ocultar la redondez de ese par de pechos que rebotaban ligeramente con el movimiento.
Sr. Tendremos que hacer unas preguntas a nuestro cliente dueño de la cuenta para poder pagarle, tal vez tardemos un poco pero no podemos hacerlo de otra manera.
Yo no tenía prisa y menos viéndola frente a mí, le dije que esperaría sin problemas y me acomode en el sillón a verla hacer su trabajo.

Se adelantó apoyando los codos en el escritorio para hacer una llamada, lo que me dejo ver sus redondo pechos, el pliegue entre las tetas se formó más profundo cuando los junto con sus brazos, yo estaba encantado, hasta que me descubrió mirándola, se acomodó la blusa y el saco, se sentó haciéndose hacia atrás y yo de la misma manera mire a otro lado un poco avergonzado.
Por lo que pude escuchar era más fácil abrir una cuenta y depositar el documento por lo que me acerque un poco y le dije:

-¡Señorita, me gustaría abrir una cuenta con ese cheque!

-Sería mucho mejor, para que no vuela a tener estos problemas.

-Pero me gustaría más abrir una cita y poder comer contigo, le dije
Me llamo Carlos y de verdad me gustaría conocerte.

-Se sonrojo y me regalo una rápida mirada, yo soy Linda me contesto.

-Claro que eres Linda le dije, emocionado estirando la mano. Me estrecho con una sonrisa que abrió una charla amena y ligera, acorde pasar por ella a lastres de la tarde y me retire con el dinero que necesitaba cobrar. Le dije adiós con la mano y le guiñe un ojo antes de salir de la sucursal.

A las tres en punto estaba frente a la sucursal Linda tardo unos minutos y me volvió a sorprender vestía un pantalón de lino en color claro, una blusa de manga larga muy ligera en color coral y unos zapatos de plataforma del mismo tono que el pantalón, se veía hermosa y muy fresca, salí del carro y me dirigí a buscarla, se despidió de una compañera de trabajo y me saludo muy familiar con un beso en la mejilla

-¿Tienes mucho esperando?

-Unos minutos

-Perdón trate de apurarme lo más posible.

-No te preocupes, le dije.

-¿Qué te gustaría comer, pregunte?

-¡No sé, lo que tú escojas, algo fresco estaría bien!

La tarde era calurosa y pensé en unos mariscos, a Linda le pareció buena idea y aproveche para llevarla a un restaurant a las afueras de la ciudad. Cuando llegamos nos dieron una mesa frente a la presa en una palapa con una sombra muy agradable, nos llevaron un par de cervezas muy frías, que escurrían frescura y se antojaban con el calor.

-¡No me gusta la cerveza pero se ven deliciosas! Me comento Linda.

-Pues salud, antes que pierdan la delicia con el calor.

Me termine la mía muy rápido y Linda casi al mismo tiempo, me apresure a pedir un par más pero ahora con clamato como un coctel, la plática se hacía más íntima y seguimos brindando, la confianza y las risas me animaron a tomarle a linda la mano y el hombro, ella igual me tocaba la pierna el brazo, se reía muy divertida y tenía una plática de lo más agradable, yo estaba que no lo creía, esa mujer era sensacional, además de muy elegante y sexy, cambiamos las bebidas por margaritas para Linda y ron para mí, los mariscos eran deliciosos en ese lugar y aunque comimos poco por no detener la plática, las bebidas siguieron llegando, tocarnos se hizo algo muy normal hasta que de pronto Linda se puso sería.

-¿Te pasa algo? Le pregunte

-¡Esa canción, siempre me pone triste! me contestó, acercando su cabeza a la mía, la abrace en un gesto de consuelo y sentí como levantaba la cara, la mire triste, frágil y me acerque más buscando sus labios.

Nos dimos un largo beso mientras seguía la canción, Linda respiraba calmada pero su mano apretaba mi pierna, clavando de cuando en cuando las uñas en un gesto delicioso y apasionado.

Después de varias copas más acompañadas de ricos besos, pedí la cuenta.

-¿Ahora a dónde vas a llevarme?

La miré lleno de deseo, me acerque a su oído besando el lóbulo y le dije, voy a llevarte a donde nadie pueda ver cómo te vuelvo loca a besos.

-¡Uuuummmmm! ¡Ya no falta mucho para eso!

-¡Solo faltan los mejores besos, le dije!

-¡Pues aprovéchate ahora que estoy borracha! Me dijo muy bajito y se río maliciosamente.

Voy al tocador antes de irnos ¿me acompañas?

-Le respondí que sí, moviendo la cabeza y me levante para ayudarla.

-¡Uuupppsss! ¡Estoy más borracha de lo que creí!

La tomé del brazo y luego la abrace acercándola más; Linda paso su brazo por mi espalda en un gesto muy rápido que acompaño de un beso, me apretó una nalga sin darme mucho tiempo a reaccionar,

-Espérame un poco, ya vuelvo y se perdió tras la puerta del tocador. Me quedé saboreando los besos, el perfume e imaginando lo que venía.

Dejé los vasos en el toldo del carro para abrir la puerta, Linda estaba tras de mi esperando, cuando le tome la mano para ayudarla a subir note su blusa desabrochada hasta la mitad de tal forma que sus pechos se podían ver perfectamente, se había maquillado un poco y sonreía con mucha alegría, le di su vaso con otra margarita y otro beso. Al salir del estacionamiento Linda me platicaba de lo odiosa de su jefa.

-si supiera que estoy con un cliente me mataría y se reía a carcajadas.

-Pero soy un cliente preferencial le dije, así que me debes dar un trato preferencial.

Me miro desafiante y perversa con una sonrisa llena de malicia, mientras tomaba de su margarita, en ese momento tuve que esquivar un hoyo y parte del líquido se derramo en su blusa, el pantalón y el asiento; me detuve para ayudarle y tomando con rapidez una servilleta de papel le limpie en la blusa a la altura de su abdomen, se reclino hacía atrás y me susurro:

-También quiero un trato preferencial, límpiame bien a ver qué tal lo haces y levanto los brazos, abrió un poco las piernas, invitándome a tocarla, pase la servilleta por la blusa, secándola, me di cuenta que el líquido había mojado su piel por lo que metí la mano para secarle el abdomen

-¡Uuumm, uumm!

Bajé la mano secando en el pantalón sobre el cierre en el pubis presionando un poco, Linda abrió un poco más las piernas invitándome a que siguiera bajando.

-¡Le daremos servicio preferencial, señorita!

-¡Tal vez tenga que quitármelo para que no quede manchado! ¿Usted, qué cree?

Baje más mi mano aplicando presión con los dedos y frotando toda el área de su vagina, le acariciaba sobre el pantalón con suavidad poniendo especial interés en donde mis dedos sentían los labios de su vagina.

Linda me jalo buscando besarme nuevamente, puso su mano sobre la mía y presionó sobre su vagina, siguió besando ahora en la mejilla y me susurro al oído:

-¡Quiero coger contigo! estoy muy caliente Carlos…
¡Uuumm! ¡Ahhh!

¡Házmelo Carlos, antes que me arrepienta!

Yo por supuesto estaba también muy caliente, le tome de la mano y arranque nuevamente hasta el motel donde pedí una habitación con yacusi, Linda me acariciaba la pierna y rozaba muy discretamente mis huevos, bajé del auto a pagar y cuando estuvimos solos abrí la puerta de Linda le ayude a salir y volví a besarla, ahora si sentí como me agarro de la verga con ganas, midiendo lo que se iba a comer, al mismo tiempo metió su lengua en mi boca, en un muy cachondo beso.
Subimos las escaleras y tras cerrar la puerta volvimos a besarnos, Linda desabrocho mi camisa metiendo la mano me acariciaba el pecho jugueteando con mí vello, yo acariciaba sus tetas, le desabroche el par de botones que quedaban sujetos y el sostén dejó lucir sus ricas y redondas tetas, era de una tela delicada una de sus aureolas se asomaba, lo que aproveche para besarla.

El sostén cayó casi al instante, mientras caminábamos abrazados en un beso tras otro, hacía la cama, donde Linda se dejó caer, levantando los brazos en un gesto de abandono al placer, me apresure a besar su abdomen, el ombligo y volví a acariciar y mamar el par de tetas que se levantaban duras y excitadas.

Linda jugaba con mi cabello y de vez en cuando juntaba sus tetas con ambas manos, ofreciéndome ese delicioso par de pezones excitados

-¿Te gustan Carlos, te gusta este par de tetas?

-Me encantan, están riquísimas y muy duras

-¡Es que me tienes muy caliente!

Espero que no pienses que soy una golfa; Tú me caes muy bien y hace mucho que no lo hago.

-No pienso nada, solo quiero disfrutar lo mejor posible, ¡quiero darte mucho placer!

-¡Pues dámelo ya! ¡Déjame sentir tu verga dentro de mí!

Me separe un poco para desabrochar su pantalón, Linda levanto la cadera para que pudiera quitárselo, el panty color blanco que pese a su tamaño era muy bonito olía riquísimo lo mordí de la orilla y jale queriendo arrancarlo, Linda me ayudo a bajarlo dejándome su desnudez para saborearla, pase mi lengua por todo su monte púbico y Linda reacciono con gemidos y suplicas.

-¡Aaaahhhhh! ¡Ya Carlos, ya por favor!
¡Cógeme, cógeme!

Baje mi pantalón y mi pene que ya estaba chorreando líquido por la punta salto con una dureza espectacular, lo pase por su vagina, subiendo hasta el clítoris, haciendo pequeños círculos baje nuevamente hasta la vagina, Linda estaba loca de ansiedad y en cuanto sintió la punta de mi verga cerca, me jalo de la cintura metiéndosela toda de un golpe.

¡Ay, que rico, métela toda papi!
¡Dámela, me la quiero comer toda!
¡Así me gusta gorda y hasta adentro!

La jale hacía la orilla de la cama levantándola de las nalgas para quedar parado frente a ella, Linda levanto las piernas poniéndolas en mis hombros y dejándome su conchita abierta, la tome de ambos brazos y jalando le clave mi verga con fuerza.

¡Así papi, duro!
¡Duro, métela duro, papi!

Mi verga entraba y salía con fuerza, hasta que el choque de mi cadera y sus nalgas detenían las envestidas, Linda se acariciaba las tetas en un masaje por lo demás, cachondo y me seguía pidiendo le metiera con todas mis fuerzas la verga.

-¡Si, si papacito, cógeme duro, sigue, sigue!

-¡Castígame con esa verga, castígame por puta!

- Oírla llamarse puta me puso más caliente y la verga se me puso más dura, la jale con más fuerza metiéndole todo mi miembro haciendo que sus tetas rebotaran a cada empujón que le daba.

¡Aaaaahhhhh, así, papi, así!

-¿Te gusta, que te castigue a vergazos?

-¡si, castígame, castígame con tu verga, hasta que me vuelva loca!

Le tome de las pantorrillas y baje sus piernas poniéndola de lado en la cama con las piernas flexionadas, su culo y vagina quedaron libres frente a mi verga que volvió a atacar ese agujero vaginal caliente y mojado que seguía deseando ser penetrado por mi dura y gorda verga. Verla en esa posición me ponía más caliente, Linda jugaba con sus tetas, se masturbaba el clítoris y jalaba de mis huevos, la escuchaba gemir envuelta en una capsula de locura lujuriosa pidiendo más verga para llenarle los deseos acumulados y ahora libres por el alcohol.

-Espera vamos a cambiar, ¡Quiero sentarme en tu verga!

Linda se levantó y me invito a recostarme en la orilla de la cama, solo mi espalda estaba en la cama con las nalgas en el borde y las piernas apoyadas en el piso, Linda se paró frente a mí pero de espaldas, tomo mi verga con una mano y se acomodó metiéndosela en un sentón que no dejo nada afuera, se levantó nuevamente y se dejó caer tomando un ritmo sincronizado, subía y bajaba, se inclinaba hacía el frente y se estiraba doblando la espalda disfrutando dándose el placer a su antojo.

-¡Aaahhh, ahhh!
¡Qué rico, quiero más, me la quiero comer toda!
¡Aaagggghhh, aaaaggggghh!

Se apoyaba con ambas manos en mis rodillas y con las piernas juntas un poco flexionada hacia el frente, dejándome ver sus ricas nalgas subir y bajar, comiéndose mi verga una y otra vez

¡Ya papi, me vengo, me vengo!
¡Aaaaayyyyyy, aaaahhhhhhh!

La jale de la cadera, clavándole toda mi pistola y dejando salir el primer chorro de mi semen, Linda no se levantaba más pero contraía la vagina a cada disparo de leche

¡Aaaaahhhhh, aaaayyy, papacito que rico!

Sentí un líquido caliente escurrir hacía mis huevos mojando mi entre pierna. Linda se recostó sobre mí y nos giramos un poco para quedar abrazados con mi verga relajándose dentro de la vagina Linda que daba las últimas contracciones.

Después de un cigarrillo y un momento de descanso, Linda parecía volver a su personalidad de ejecutiva, se levantó por una bata para cubrirse y entro al baño, en ese momento llame a la recepción, pedí una botella de vino tinto y una fuente de carnes frías, cuando Linda salió me acerque a besarla, le abrace y acomode un poco su cabello

-¡Me ha gustado mucho! Pero creo que grite demasiado

-Estuviste perfecta eres muy buena amante, le dije.

Linda parecía apenada, agachaba la cabeza y jugaba nerviosa con un anillo que llevaba en la mano izquierda, la tome de la mano y la lleve nuevamente al baño. Toda el área de la regadera y el yacusi eran de cantera, abrí la llave hasta que el agua estaba caliente y le quite la bata, le ayude con una gorra para el cabello y la metí en un abrazo bajo el chorro de agua que llenaba el yacusi y caí por un canalito que funcionaba como regadera. Escuché un ruido de metal y supe que había llegado el vino, salí a servir dos copas y regrese con ellas en la mano, le ofrecí una Linda y la mire bajo el agua en el vapor que ya formaba una nube caliente.

Mi calentura volvió a notarse en mi pene, me metí al chorro de agua, tomando a Linda por la espalda de los hombros y arrimando mi verga a sus nalgas.

-¡Aaaaayyy, me espantas, con eso!

-¿Ya no quieres comértela?

-Sí, sí quiero, me dijo. Se llevó la copa a la boca y bebió todo el contenido, tome el jabón y lo froté en mis manos para hacer espuma y empecé a sobar la espalda de linda, los hombros, le llene los pechos de espuma metiendo mis manos desde atrás bajo sus brazos, apretándola y dejándole sentir mi erección en las nalgas, se apoyó en la pared con ambas manos y me dejo disfrutar de su cuerpo, baje al estómago y la cadera, el pubis y la entrepierna, ahora era el turno de las nalgas, puse más jabón en mis manos y empecé a tallar con mucha dulzura ese rico par de enormes nalgas, Linda se reclinaba un poco sobre la pared, apoyando la cabeza en su brazos, dejando caer el agua en su espalda, con mucha suavidad pase mi mano sobre la línea media de sus nalgas, bajando un poco mi dedo medio, le roce el culo con mucha calma haciendo pequeños tocamientos a medida que subía y bajaba mi mano, volví a poner jabón en mi mano y fui directo a su culo, haciendo pequeños círculos alrededor del ano, metí un poco la yema de mi dedo presionando con firmeza pero delicadamente.

¡Aaaahhh, aahhh!

Linda no decía nada, separo un poco las piernas y levanto levemente las nalgas dejándome jugar con su culo, mientras ella hacia círculos en su clítoris con la otra mano, el agua de la tina ya llegaba al borde por lo que cerré esa llave y abrí un poco la otra llave donde el agua salía igual por un canalito pero más bajo, Linda se arrodillo buscando el chorro de agua en su espalda, apoyo los brazos en el borde de la tina y dejó frente a mí su trasero en posición de perrito, seguí jugando con sus nalgas y el culo que se veía rosadito, mojado y se apretaba y distendía al roce con mi dedo, tome la copa vacía de Linda y la llene de vino para ofrecérsela, vacié el vino de mi copa poco a poco en la línea de sus nalgas mientras la llenaba de besos y buscaba con mi lengua el líquido rojizo en los pliegues de su culo.

¡Aaaayyyy, papi no seas cabrón!
¿Qué quieres hacerme? No, no con mi culo, no por favor.

Linda suplicaba que no siguiera mamando su culo, pero la única resistencia era esa breve suplica, que más parecía esconder un sigue, sigue dándome esas ricas mamadas en el culo, seguía bebiendo su copa agachaba la cabeza y abría sin mayor problema su nalgas dejando seguir lamiéndole el culo.

No quería incomodarla por lo que apunte mi verga a su vagina, apoye un poco mis piernas en su cadera metiendo la cabeza despacio, hasta que alcancé el fondo, cuando Linda me sintió entrando levanto más el culo y recibió todo mi miembro, se empujaba hacia a mí buscando que entrara más.

-¡Aaaayyy! ¡Aaayyyy!

-¿Así, te gusta? ¿Quieres que te dé más?

-¡Siiii, dámela toda! ¡Aaaahhh!

Estaba sentado en sus nalgas, su espalda hacia una curva para levantar las nalgas y dejar que mi miembro entrara de arriba hacia abajo. Le tome de los hombros y sin dejar de hacer presión en su cadera, seguí empujando, metiéndole toda la verga, Linda se empujaba aguantando los choques de mis huevos y sus nalgas, mi verga se estiraba hacía abajo provocándome un placer mayor.

-¡Que rica verga, tienes!

-¡Que rico que pueda metértela, mamacita!
¡Ssiiiiiii, sigue metiéndola, así, así!

El piso del yacusi se volvió resbaloso, por lo que me levante Linda volteo al sentir que mi miembro se salía y le estire la mano para ayudarla a levantarse, me miro y sin más me agarro la verga.

Este juguete también se merece un beso…

La mire pasar la lengua por toda la cabeza de mi verga que se ponía más dura, la levanto para chupar mis huevos, se los metía uno y luego otro en la boca, causándome una mezcla de dolor y placer, después se metió toda la verga en la boca, me miraba mientras se la comía, en un espectáculo increíble, que me puso súper caliente, pero no quería terminar por lo que la levante para que dejara de mamármela y la lleve a la habitación donde había un sillón tantra, Linda se sentó en la orilla pero en esa posición era incomodo por que se resbalaba,

-Porque no mejor boca abajo, le dije

-¿Me monto en esto?

-Sí, recarga el pecho en el respaldo, le dije

Se acomodó quedando su culo expuesto y sus nalgas abiertas justo a la altura de mi cadera, acaricié sus nalgas dándole unos ligeros apretones y disfrutando el bello espectáculo de tenerla empinada frente a mí, le pase el dedo medio por el culo un par de veces.

-Tramposo, ¿qué quieres hacerme?

-Nada que no te guste, mamacita…

Me agache a su culo y volví a darle una rica mamada haciéndole un beso de colibrí, metía mi lengua en su culo que se abría y cerraba al compás de los jadeos de Linda.

¡Aayyyyy papacito, que rico, me culeas!

Linda movía las nalgas empujando en busca de que mi lengua pudiera entrar más, yo le separaba las nalgas con las manos y pasaba mi lengua por todo su culo que estaba lleno de saliva y muy caliente. Llene mi dedo medio de saliva y metí la punta en el culo de Linda.

¡Ay, ahhh!

Volví a empujar más para que entrara hasta la mitad y esperando que Linda lo aceptara.

¡Despacio papi, despacio!

Al escucharla, sabía que podía metérselo todo, lo metí más, despacio, entrando y saliendo para que se relajara, lo saque y metí dos dedos en el agua de los hielos los acerque a su culo igual despacio para no lastimarla, los fui empujando hasta meterlos por completo Linda solo jadeaba de sentirme en su culo, se empujaba y apretaba buscando que siguiera dándole esa culeada que la tenía loca.

-¡Linda voy a cogerme tu culo!

-¡Aayyy, papi, ya me tienes como quieres!
¡Cógeme, cógeme por el culo!

-¿quieres sentir mi verga gorda en el culo?
¿Quieres que te llene de leche el culo?

-¡Siiii, papi, lléname de leche el culo!
¡Méteme tu verga papito, métemela!

Espera un poco, golosa, le dije

Saque mis dedos del culo de Linda y tome un hielo lo puse en su culo y jugué con el refrescándolo derritiéndolo en la calentura de linda, el agua escurría de a poco pero Linda lo disfrutaba mucho

¡Uuuummmm, ummmmm!

Me llene la verga de saliva, principalmente en la cabeza, la lleve hasta el culo ansioso de Linda y al sentirme cerca, tomo mi verga con su mano acomodándola en su culo y controlando la entrada en ese apretado y mojado culo que se abría en un gran hoyo, Linda aguantaba en silencio, resollando y aflojando el cuerpo acostumbrándose a mi verga en el culo, yo solo esperaba hasta que toda mi verga estaba dentro de su culo…

¡Aaaayyy, cabrón! Me vas a matar…
¡Despacio, papi, despacio que me matas!

No hice movimientos esperando que Linda se relajara y disfrutando del apretado culo que se resistía a mi verga. Cuando la sentí recular empuje un poco más pero despacio y luego hacía atrás y nuevamente hasta adentro.

¡aaaahhhhhh, que rico, papacito!
¡Siento que me destrozas, pero no la saques! ¡Aunque chille no la saques!

Igual que Linda estaba muy caliente, me moví un poco más aprisa, cada vez más aprisa y más adentro

-¡Aaayyy papi, que rico!
¡Más, más, más papi, así, así ¡que rico!

La voz de Linda pidiéndome más, me tenía loco, sentía como su culo me apretaba la verga como una especie de abrazadera que se recorría hacia atrás a medida que mi verga entraba, entraba y salía disfrutando de esa sensación y de las morbosas palabras de Linda que se había transformado en un cuerpo lujurioso, esclavo del placer.

¡Dámela toda, rómpeme el culo, dámela, dámela!
¡Quiero toda tu verga, quiero que me partas el culo, papacito!
¡Ya, ya no puedo, por favor ya!
¡Por favor, por favor…!

Sentí el orgasmo de Linda como un apretón más fuerte y después soltó el cuerpo dejándolo caer sobre el sillón, me vine en su culo dejando que salieran los chorros de semen hasta las últimas gotas y saque muy despacio mi verga besando la espalda de Linda que sollozaba mezcla de placer y dolor, antes de ir al baño mire nuevamente el culo de Linda que se abría y cerraba tratando de retomar su tamaño y forma.

Después de otro baño y vestirnos salimos del motel, Linda era nuevamente la ejecutiva encantadora, la deje en su casa después de despedirnos con un beso breve.
Tras ese encuentro me volví un cliente importante de los moteles de la ciudad, con Linda los recorrí todos cada que su adicción al sexo anal, nos llevaba a encuentros y juegos más depravados.
:punzadita::punzadita:
 
Buen relato, se agradece que te tomes el tiempo para escribir algo de calidad, algunos detalles pero muy bien, gracias por el aporte, estos relatos siempre seran muy bien recibidos.
 
gracias por compartir. gran relato bien contado. gran atencion a los detalles.
 
Gr.acias a todos por sus comentarios, son la motivación para seguir escribiendo, saludos a todo el corral
 
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