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Bovino adicto
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La difícil vida de un "nini"
Milton Reyes tiene 16 años, lleva un año sin estudiar, "sin hacer nada" como dice él mismo. Tampoco trabaja
Galo Ramírez
20 de octubre 2010
Milton tiene 16 años, lleva un año sin estudiar, “sin hacer nada” como dice él mismo. Cuando vivía con su mamá tuvo problemas en la escuela, faltaba, se iba de pinta; la solución fue irse con su hermana a vivir con su papá a Naucalpan.
Desde entonces la rutina es levantarse después de las 10 de la mañana, desayuna con su abuelita, ve la tele un rato y después, sale con sus amigos “a dar vueltas en los carros” y comenta que cuando tiene trabajo “ha sido de lavacoches”.
Considera que la separación de su padres afectó en su vida personal, a veces se deprime y explica “sólo me quedo pensando”.
Recuerda que cuando iba a la secundaria le gustaba la carpintería pero ya no encontró motivación para seguir el oficio. Al ver que su padre y primos les cuesta trabajo encontrar un empleo recula y dice que “sí me gustaría estudiar algo”.
Milton para satisfacer sus antojitos se gasta los 20 pesos que le deja su papá todos los días. Con sonrisas dice “no me alcanza”, y explica que en la temporada navideña que se aproxima buscará un empleo “para tener algo”.
El caso de su hermana Katia es parecido: ella tiene 20 años y lleva cinco años sin estudiar. “Ya no me gustó”, explica.
No estudia, ni tiene trabajo, en sus ratos libres aprendió el oficio de estilista; lo aplica poco y ayuda a su abuelita en la farmacia. A ella le gustaría estudiar fotografía y asegura que si alguien le ofreciera ayuda, la aceptaría.
Ambos son presa fácil de los peligros que representa la calle. Y son parte de los 250 mil jóvenes sin oportunidades de estudio y empleo que habitan el estado de México.
“Juventud divino tesoro”, reza el poema de Rubén Darío; “la vida es dura, amarga y pesa”, continúa el poeta. Y es que esta última sentencia la podemos aplicar en la actualidad con miles de jóvenes que rebasan los 20 años y que han soportado la diversas crisis económicas y sociales por las que atraviesa el país.
Según cifras del Instituto Mexiquense de la Juventud, el estado de México tiene 4 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años de edad, de los cuales 250 mil son "ninis”, mote adjudicado quienes ni estudian ni trabajan.
Los jóvenes de hoy día les cuesta más trabajo realizarse como personas integrales, primero porque batallan para estudiar en la escuela que quieren; si piden un CCH, les dan un Conalep, y si quieren estudiar medicina, les dan matemáticas.
Para los que terminan de estudiar y salen con la esperanza de encontrar un buen trabajo pronto se topan con la decepción de tocar y tocar puertas, y la mayoría se cierra. Los empleos que hay están por debajo de las expectativas de los que salen con una licenciatura, muchos prefieren poner un “changarro” a matarse en la fábrica.
Antes bastaba con que el padre trabajara para que la familia saliera adelante, hoy día las mujeres tienen que salir a vender algo para completar el gasto, en detrimento de la unión familiar.
En la calle los jóvenes encuentran lo que no hay en casa y a veces mucho más, y son presa fácil de caer en las redes de la delincuencia organizada.
Según el diputado panista, Alejandro Landero, el estado de México está a punto de perder una generación debido a la alta cifra de jóvenes que “no hacen nada”.
El legislador comparó que en el DF existe una cobertura en educación del 50 por ciento, mientras que en el estado de México es de 20 por ciento.
Según sus cálculos: “El estado de México tardaría de 20 a 30 años en alcanzar la cobertura del Distrito Federal en educación superior y de 15 a 20 años en educación media superior”.
Por lo anterior, Gadiel Alcaraz Gil, secretario ejecutivo de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM), consideró que la única opción para contrarrestar el fenómeno “nini” es fortalecer el sistema educativo en el estado de México
Se puede considerar que una persona es "nini" cuando ya concluyó sus estudios y no encuentra alternativas de empleo adecuadas, por lo que simplemente prefiere esperar que le llegue la oportunidad de laborar durante tres años.
Recientemente, el diputado Landero del PAN presentó una iniciativa para intentar frenar este fenómeno.
En dicha ley se contempla elaborar un mapa demográfico que ubique dónde se concentra el mayor número de "ninis", fortalecer el sistema de becas estatal y aumentar su presupuesto 10% cada año y crear talleres de oficios, entre otros programas.
fuente
Milton Reyes tiene 16 años, lleva un año sin estudiar, "sin hacer nada" como dice él mismo. Tampoco trabaja
Galo Ramírez
20 de octubre 2010
Milton tiene 16 años, lleva un año sin estudiar, “sin hacer nada” como dice él mismo. Cuando vivía con su mamá tuvo problemas en la escuela, faltaba, se iba de pinta; la solución fue irse con su hermana a vivir con su papá a Naucalpan.
Desde entonces la rutina es levantarse después de las 10 de la mañana, desayuna con su abuelita, ve la tele un rato y después, sale con sus amigos “a dar vueltas en los carros” y comenta que cuando tiene trabajo “ha sido de lavacoches”.
Considera que la separación de su padres afectó en su vida personal, a veces se deprime y explica “sólo me quedo pensando”.
Recuerda que cuando iba a la secundaria le gustaba la carpintería pero ya no encontró motivación para seguir el oficio. Al ver que su padre y primos les cuesta trabajo encontrar un empleo recula y dice que “sí me gustaría estudiar algo”.
Milton para satisfacer sus antojitos se gasta los 20 pesos que le deja su papá todos los días. Con sonrisas dice “no me alcanza”, y explica que en la temporada navideña que se aproxima buscará un empleo “para tener algo”.
El caso de su hermana Katia es parecido: ella tiene 20 años y lleva cinco años sin estudiar. “Ya no me gustó”, explica.
No estudia, ni tiene trabajo, en sus ratos libres aprendió el oficio de estilista; lo aplica poco y ayuda a su abuelita en la farmacia. A ella le gustaría estudiar fotografía y asegura que si alguien le ofreciera ayuda, la aceptaría.
Ambos son presa fácil de los peligros que representa la calle. Y son parte de los 250 mil jóvenes sin oportunidades de estudio y empleo que habitan el estado de México.
“Juventud divino tesoro”, reza el poema de Rubén Darío; “la vida es dura, amarga y pesa”, continúa el poeta. Y es que esta última sentencia la podemos aplicar en la actualidad con miles de jóvenes que rebasan los 20 años y que han soportado la diversas crisis económicas y sociales por las que atraviesa el país.
Según cifras del Instituto Mexiquense de la Juventud, el estado de México tiene 4 millones de jóvenes de entre 15 y 29 años de edad, de los cuales 250 mil son "ninis”, mote adjudicado quienes ni estudian ni trabajan.
Los jóvenes de hoy día les cuesta más trabajo realizarse como personas integrales, primero porque batallan para estudiar en la escuela que quieren; si piden un CCH, les dan un Conalep, y si quieren estudiar medicina, les dan matemáticas.
Para los que terminan de estudiar y salen con la esperanza de encontrar un buen trabajo pronto se topan con la decepción de tocar y tocar puertas, y la mayoría se cierra. Los empleos que hay están por debajo de las expectativas de los que salen con una licenciatura, muchos prefieren poner un “changarro” a matarse en la fábrica.
Antes bastaba con que el padre trabajara para que la familia saliera adelante, hoy día las mujeres tienen que salir a vender algo para completar el gasto, en detrimento de la unión familiar.
En la calle los jóvenes encuentran lo que no hay en casa y a veces mucho más, y son presa fácil de caer en las redes de la delincuencia organizada.
Según el diputado panista, Alejandro Landero, el estado de México está a punto de perder una generación debido a la alta cifra de jóvenes que “no hacen nada”.
El legislador comparó que en el DF existe una cobertura en educación del 50 por ciento, mientras que en el estado de México es de 20 por ciento.
Según sus cálculos: “El estado de México tardaría de 20 a 30 años en alcanzar la cobertura del Distrito Federal en educación superior y de 15 a 20 años en educación media superior”.
Por lo anterior, Gadiel Alcaraz Gil, secretario ejecutivo de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM), consideró que la única opción para contrarrestar el fenómeno “nini” es fortalecer el sistema educativo en el estado de México
Se puede considerar que una persona es "nini" cuando ya concluyó sus estudios y no encuentra alternativas de empleo adecuadas, por lo que simplemente prefiere esperar que le llegue la oportunidad de laborar durante tres años.
Recientemente, el diputado Landero del PAN presentó una iniciativa para intentar frenar este fenómeno.
En dicha ley se contempla elaborar un mapa demográfico que ubique dónde se concentra el mayor número de "ninis", fortalecer el sistema de becas estatal y aumentar su presupuesto 10% cada año y crear talleres de oficios, entre otros programas.
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