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La despedida...
Yo soy graduado en ingeniería, mi novia estudiaba la licenciatura aun, en una universidad lejana, en otra ciudad, pero siempre venía a verme en vacaciones, o cada vez que podía, un fin de semana, un puente. En esta ocasión, fue un verano al final del ciclo escolar, cabe mencionar que mi cumpleaños es precisamente en esas fechas, en verano...
El ultimo día que estuvimos juntos, fuimos a la casa de una hermana mía, que había salido de vacaciones también, fuera de la ciudad y me había encargado "echarle un ojo" a su casa, por lo que estuvimos solos esa noche.
Recuerdo prepararme y arreglarme para estar con ella, aprovechando cada minuto de su estancia conmigo en sus vacaciones.
Ese día, como era costumbre, tome una ducha por la tarde, eran alrededor de las 5 pm, me vestí y acudí a su casa a verla por última vez en ese periodo. Llegué a su casa, le envié un mensaje de texto para avisarle que estaba allí, me contestó... Así que solo me tocaba esperar... En un corto momento salió y me atendió, recibí un cálido beso de ella al que respondí con la el mismo cariño que me ofrecía, le abracé y platicamos un momento, le dije que tenía aun el pendiente de ir a cuidar la casa de mi hermana, que por cierto, está a la vuelta de la casa de ella, a solo una calle de distancia. Así que le pedí me acompañara, a lo que ella accedió.
Caminamos entonces de su casa, una cuadra, hasta llegar a la casa de mi hermana.... O que recuerdos, el lugar donde pude ver sus hermosos senos por primera vez, firmes, casi de adolescente, con pezones que al tacto respondían de inmediato como queriendo llamarme con desespero y ansiedad, suplicando mis caricias y besos... Hermosos pezones, erectos, delicados, sensibles...
Llegamos, me dispuse a invitarle algo de comer, podríamos pedir comida rápida, podríamos ir a algún lugar a comprar un entremés, no importaba, lo único que necesitaba era estar con ella ese último día, aprovechar el tiempo con ella, era el último día que estaría a su lado en esas vacaciones...
Pedimos una pizza, como dije, no importaba la comida, lo importante era aprovechar el tiempo juntos. La comida llegó, así que cenamos... Platicábamos, nos abrazábamos, los besos no faltaban, las caricias les acompañaban.
A los dos nos encantan las películas, nos declaramos cinéfilos, así que después de la cena, ella me dijo que en su estancia en la ciudad donde estudiaba se aburría mucho, por lo que le pregunté si quería que le diera algunas películas para que disfrutara durante su lejanía, si, eran películas piratas, pero eso no viene al caso. Estuvimos revisando una lista de películas que ambos ya habíamos disfrutado ver anteriormente pero que aún disfrutábamos al verlas de nuevo, apagamos las luces, y en el comedor comenzamos a ver algunas escenas de varias películas para que eligiera que era lo que quería llevar, ella se sentó sobre mis piernas y la abrace.
Terminamos con el asunto de las películas, así que volteó a verme de frente y me dijo "Te Amo", acarició mi rostro y me besó. Un beso que me robó el aliento, pude sentir un estremecer en mi cuerpo, sentí sus labios, carnosos, deseosos, su lengua buscando la mía. De pronto, el beso pasó a la lujuria, la humedad de su boca provocó la humedad de mi miembro, ella seguía besándome y acariciando mi cuello, entonces se detuvo, alejo su rostro del mío y me dijo: Ten, este es tu regalo de cumpleaños, al momento, saco de su bolso, una pequeña bolsa de plástico, dentro de ella alcancé a notar algún tipo de prenda, así que me decidí a revisar.
Era un par de medias, blancas, tenían un detallado de encaje en la parte superior. Además las acompañaba un liguero, también de encaje, del mismo color. " Y esto?" - pregunté asombrado.
Ya te dije, es tu regalo de cumpleaños - respondió - lo compre para ti antes de viajar para verte...
Con una cara de sorpresa e incertidumbre, los saque de la pequeña bolsa de plástico y los pude ver con más detalle, para ese momento, ya estaba yo con ansias de poder disfrutar de su lujuria, pude ver además que ella sentía lo mismo que yo. Titubeé un poco pero pude controlarme y le pedí entonces "Si es para mí, entonces, puedes ponértelo?"
"Pónmelo tú" - contestó..
- Levántate entonces - le dije, y la encamine a levantarse de mis piernas, empujando un poco su espalda con mi mano
Ella se levantó y se paró frente a mí, así que desabotoné su pantalón de mezclilla, baje su cierre y pude apreciar algo de encaje blanco ya cubriendo su bajo vientre. Pasé a tomar su pantalón por las presillas laterales y comencé a bajarlo. Había cubriendo su intimidad, un bóxer blanco, como lo dije, también era de encaje, pero podía notar el relieve de los labios de su vagina atreves de la tela transparente, casi se notaba el borde de cada uno, carnoso, esperando algo más... fuerte...
Termine de bajar su pantalón, y me topé con sus zapatos, llevaba puesto un par de tenis deportivos, así que me permití desamarrar sus agujetas y retirarlos de sus pies, mientras su vagina se postraba frente a mi cara.
Una vez retirado el calzado, termine de despojarla del pantalón, tomé el liguero y con el comencé a rodear su cintura, mientras podía sentir la textura del suave encaje que cubría tanto sus nalgas como su hermoso sexo.
Al terminar, besé su vientre, realizando pequeños círculos alrededor de su ombligo con mis labios. Tomé Las medias y comencé a cubrir su hermosas piernas con ellas. Llegue hasta sus muslos y me propuse alcanzar las ligas de la prenda superior con el encaje de las medias que rodeaba sus piernas, batallé un poco, y mientras lo hacía, ella reía, pero por fin pude lograrlo.
Allí estaba, frente a mí, semi desnuda, con un liguero que disfrute abrochar alrededor de su cintura, sus medias cubrían desde sus pies, hasta por encima de la mitad de sus muslos, el liguero las sujetaba en ese lugar, y bajo de este, el bóxer, que solo cubría la mitad de sus nalgas “un bóxer cachetero” como dijo ella.
Me levante de la silla, la tomé de la mano y le dije “Ven, acompáñame”. Pasamos del comedor a la sala. Me senté sobre un sillón y ella se sentó sobre mis piernas, frente a mí. Comenzamos a besarnos, yo acariciaba sus nalgas bajo el relieve del pequeño bóxer, disfrutando la carne de su trasero. Me dispuse a retirar su blusa, a lo que ella accedió. Una vez hecho, pude apreciar el sostén que mantenía sus pechos ocultos, por lo que me permití desabrocharlo y retirarlo de una vez también. Entonces quedaron al descubierto, dos pechos con unos pezones que se erectaron de inmediato al sentir el cambio del cálido clima que mantenían bajo aquel brassiere, duros y sensibles. Empecé a besar sus labios, mientras recorría los alrededores de sus senos, acercándome poco a poco a sus areolas que despertaban aún más el deseo en ella.
De pronto, una de mis manos jugueteaba con su pecho mientras que la otra recorría su espalda, maniobrando en su cintura para pasarla al frente de su abdomen y una vez allí, bajar a la cúspide de su placer.
Mis dedos alcanzaron sus labios exteriores sobre la tela de aquel encaje que cubría su delicada y suave vagina. La tela estaba completamente mojada, no húmeda, mojada. Deslicé entonces mi dedo medio y anular por un lado de su bóxer y pude llegar a sus caliente y húmedos labios, que abrí sin dificultad. Escurría por completo, la lubricación me dejó penetrarla fácilmente y pude escuchar un pequeño gemido de su parte.
“Hazme el amor” - susurró en mi oído – mientras con su mano tocaba mi miembro sobre el pantalón de vestir que llevaba puesto.
Se apresuró a desabotonarme el pantalón, bajo mi cierre y con un poco de dificultad lo deslizó a la mitad de mis muslos. Tomó mi miembro con su mano y exclamó – “Creí que yo estaba más mojada que tú” – empezó entonces a masturbarme y después de un instante, sentí como dirigía mi miembro hacia su sexo, utilizando la misma técnica que yo había usado con mis dedos…
Comenzó a deslizarlo por un lado de su bóxer hacia su vagina. La cabeza de mi verga podía sentir su resbaladizo coño y sin más ni menos, logro hacer que la penetrara. Sus carnosos labios rodeaban mi miembro disfrutando de él, yo podía sentir el calor en las paredes de su interior cubriendo mi verga. Por fin llegamos al momento..
Comenzó a moverse, adelante… atrás… adelante… el contoneo de sus caderas hacia que la penetrara una y otra vez, mientras me besaba y acariciaba mi rostro, yo deslizaba la yema de mis dedos sobre su espalda, sus pezones rozaban mi pecho y parte de sus senos a mis brazos. Los gemidos de su parte no paraban.
Siguió cabalgándome, disfrutando, sintiendo el placer… Y yo, yo igual, podía sentir su interior, su placer me pertenecía casi como ella, los dos se entregaban a mí.
Pero algo faltaba, era un momento excitante, había placer por las dos partes, lo disfrutábamos, lo hacíamos. Ella se movía de una manera espectacular, me demostraba cuanto me deseaba y amaba, así que decidí poner un poco más de mi parte también.
Bajé mi mano hasta su bóxer, justo al lado de su entrepierna, donde mi miembro y su sexo se fundían, y aprovechando que ya estaba un poco movido, me permití deslizarlo por completo hacia un lado de su vagina, que quedo descubierta por completo permitiéndole comer mi verga con más fuerza.
Coloqué mi dedo pulgar sobre su clítoris y entonces comencé a estimularlo. Lo acariciaba presionando y realizando círculos a su alrededor, podía sentir su erección también, sus gemidos aumentaban en frecuencia e intensidad.
Llegó el momento y… Alcanzó el orgasmo, sus paredes vaginales se contraían y apretaban los bordes de mi miembro, mientras repetía “Si! Cógeme!, Ah… Sí!!, Así, Cógeme!!!!”…
Yo soy graduado en ingeniería, mi novia estudiaba la licenciatura aun, en una universidad lejana, en otra ciudad, pero siempre venía a verme en vacaciones, o cada vez que podía, un fin de semana, un puente. En esta ocasión, fue un verano al final del ciclo escolar, cabe mencionar que mi cumpleaños es precisamente en esas fechas, en verano...
El ultimo día que estuvimos juntos, fuimos a la casa de una hermana mía, que había salido de vacaciones también, fuera de la ciudad y me había encargado "echarle un ojo" a su casa, por lo que estuvimos solos esa noche.
Recuerdo prepararme y arreglarme para estar con ella, aprovechando cada minuto de su estancia conmigo en sus vacaciones.
Ese día, como era costumbre, tome una ducha por la tarde, eran alrededor de las 5 pm, me vestí y acudí a su casa a verla por última vez en ese periodo. Llegué a su casa, le envié un mensaje de texto para avisarle que estaba allí, me contestó... Así que solo me tocaba esperar... En un corto momento salió y me atendió, recibí un cálido beso de ella al que respondí con la el mismo cariño que me ofrecía, le abracé y platicamos un momento, le dije que tenía aun el pendiente de ir a cuidar la casa de mi hermana, que por cierto, está a la vuelta de la casa de ella, a solo una calle de distancia. Así que le pedí me acompañara, a lo que ella accedió.
Caminamos entonces de su casa, una cuadra, hasta llegar a la casa de mi hermana.... O que recuerdos, el lugar donde pude ver sus hermosos senos por primera vez, firmes, casi de adolescente, con pezones que al tacto respondían de inmediato como queriendo llamarme con desespero y ansiedad, suplicando mis caricias y besos... Hermosos pezones, erectos, delicados, sensibles...
Llegamos, me dispuse a invitarle algo de comer, podríamos pedir comida rápida, podríamos ir a algún lugar a comprar un entremés, no importaba, lo único que necesitaba era estar con ella ese último día, aprovechar el tiempo con ella, era el último día que estaría a su lado en esas vacaciones...
Pedimos una pizza, como dije, no importaba la comida, lo importante era aprovechar el tiempo juntos. La comida llegó, así que cenamos... Platicábamos, nos abrazábamos, los besos no faltaban, las caricias les acompañaban.
A los dos nos encantan las películas, nos declaramos cinéfilos, así que después de la cena, ella me dijo que en su estancia en la ciudad donde estudiaba se aburría mucho, por lo que le pregunté si quería que le diera algunas películas para que disfrutara durante su lejanía, si, eran películas piratas, pero eso no viene al caso. Estuvimos revisando una lista de películas que ambos ya habíamos disfrutado ver anteriormente pero que aún disfrutábamos al verlas de nuevo, apagamos las luces, y en el comedor comenzamos a ver algunas escenas de varias películas para que eligiera que era lo que quería llevar, ella se sentó sobre mis piernas y la abrace.
Terminamos con el asunto de las películas, así que volteó a verme de frente y me dijo "Te Amo", acarició mi rostro y me besó. Un beso que me robó el aliento, pude sentir un estremecer en mi cuerpo, sentí sus labios, carnosos, deseosos, su lengua buscando la mía. De pronto, el beso pasó a la lujuria, la humedad de su boca provocó la humedad de mi miembro, ella seguía besándome y acariciando mi cuello, entonces se detuvo, alejo su rostro del mío y me dijo: Ten, este es tu regalo de cumpleaños, al momento, saco de su bolso, una pequeña bolsa de plástico, dentro de ella alcancé a notar algún tipo de prenda, así que me decidí a revisar.
Era un par de medias, blancas, tenían un detallado de encaje en la parte superior. Además las acompañaba un liguero, también de encaje, del mismo color. " Y esto?" - pregunté asombrado.
Ya te dije, es tu regalo de cumpleaños - respondió - lo compre para ti antes de viajar para verte...
Con una cara de sorpresa e incertidumbre, los saque de la pequeña bolsa de plástico y los pude ver con más detalle, para ese momento, ya estaba yo con ansias de poder disfrutar de su lujuria, pude ver además que ella sentía lo mismo que yo. Titubeé un poco pero pude controlarme y le pedí entonces "Si es para mí, entonces, puedes ponértelo?"
"Pónmelo tú" - contestó..
- Levántate entonces - le dije, y la encamine a levantarse de mis piernas, empujando un poco su espalda con mi mano
Ella se levantó y se paró frente a mí, así que desabotoné su pantalón de mezclilla, baje su cierre y pude apreciar algo de encaje blanco ya cubriendo su bajo vientre. Pasé a tomar su pantalón por las presillas laterales y comencé a bajarlo. Había cubriendo su intimidad, un bóxer blanco, como lo dije, también era de encaje, pero podía notar el relieve de los labios de su vagina atreves de la tela transparente, casi se notaba el borde de cada uno, carnoso, esperando algo más... fuerte...
Termine de bajar su pantalón, y me topé con sus zapatos, llevaba puesto un par de tenis deportivos, así que me permití desamarrar sus agujetas y retirarlos de sus pies, mientras su vagina se postraba frente a mi cara.
Una vez retirado el calzado, termine de despojarla del pantalón, tomé el liguero y con el comencé a rodear su cintura, mientras podía sentir la textura del suave encaje que cubría tanto sus nalgas como su hermoso sexo.
Al terminar, besé su vientre, realizando pequeños círculos alrededor de su ombligo con mis labios. Tomé Las medias y comencé a cubrir su hermosas piernas con ellas. Llegue hasta sus muslos y me propuse alcanzar las ligas de la prenda superior con el encaje de las medias que rodeaba sus piernas, batallé un poco, y mientras lo hacía, ella reía, pero por fin pude lograrlo.
Allí estaba, frente a mí, semi desnuda, con un liguero que disfrute abrochar alrededor de su cintura, sus medias cubrían desde sus pies, hasta por encima de la mitad de sus muslos, el liguero las sujetaba en ese lugar, y bajo de este, el bóxer, que solo cubría la mitad de sus nalgas “un bóxer cachetero” como dijo ella.
Me levante de la silla, la tomé de la mano y le dije “Ven, acompáñame”. Pasamos del comedor a la sala. Me senté sobre un sillón y ella se sentó sobre mis piernas, frente a mí. Comenzamos a besarnos, yo acariciaba sus nalgas bajo el relieve del pequeño bóxer, disfrutando la carne de su trasero. Me dispuse a retirar su blusa, a lo que ella accedió. Una vez hecho, pude apreciar el sostén que mantenía sus pechos ocultos, por lo que me permití desabrocharlo y retirarlo de una vez también. Entonces quedaron al descubierto, dos pechos con unos pezones que se erectaron de inmediato al sentir el cambio del cálido clima que mantenían bajo aquel brassiere, duros y sensibles. Empecé a besar sus labios, mientras recorría los alrededores de sus senos, acercándome poco a poco a sus areolas que despertaban aún más el deseo en ella.
De pronto, una de mis manos jugueteaba con su pecho mientras que la otra recorría su espalda, maniobrando en su cintura para pasarla al frente de su abdomen y una vez allí, bajar a la cúspide de su placer.
Mis dedos alcanzaron sus labios exteriores sobre la tela de aquel encaje que cubría su delicada y suave vagina. La tela estaba completamente mojada, no húmeda, mojada. Deslicé entonces mi dedo medio y anular por un lado de su bóxer y pude llegar a sus caliente y húmedos labios, que abrí sin dificultad. Escurría por completo, la lubricación me dejó penetrarla fácilmente y pude escuchar un pequeño gemido de su parte.
“Hazme el amor” - susurró en mi oído – mientras con su mano tocaba mi miembro sobre el pantalón de vestir que llevaba puesto.
Se apresuró a desabotonarme el pantalón, bajo mi cierre y con un poco de dificultad lo deslizó a la mitad de mis muslos. Tomó mi miembro con su mano y exclamó – “Creí que yo estaba más mojada que tú” – empezó entonces a masturbarme y después de un instante, sentí como dirigía mi miembro hacia su sexo, utilizando la misma técnica que yo había usado con mis dedos…
Comenzó a deslizarlo por un lado de su bóxer hacia su vagina. La cabeza de mi verga podía sentir su resbaladizo coño y sin más ni menos, logro hacer que la penetrara. Sus carnosos labios rodeaban mi miembro disfrutando de él, yo podía sentir el calor en las paredes de su interior cubriendo mi verga. Por fin llegamos al momento..
Comenzó a moverse, adelante… atrás… adelante… el contoneo de sus caderas hacia que la penetrara una y otra vez, mientras me besaba y acariciaba mi rostro, yo deslizaba la yema de mis dedos sobre su espalda, sus pezones rozaban mi pecho y parte de sus senos a mis brazos. Los gemidos de su parte no paraban.
Siguió cabalgándome, disfrutando, sintiendo el placer… Y yo, yo igual, podía sentir su interior, su placer me pertenecía casi como ella, los dos se entregaban a mí.
Pero algo faltaba, era un momento excitante, había placer por las dos partes, lo disfrutábamos, lo hacíamos. Ella se movía de una manera espectacular, me demostraba cuanto me deseaba y amaba, así que decidí poner un poco más de mi parte también.
Bajé mi mano hasta su bóxer, justo al lado de su entrepierna, donde mi miembro y su sexo se fundían, y aprovechando que ya estaba un poco movido, me permití deslizarlo por completo hacia un lado de su vagina, que quedo descubierta por completo permitiéndole comer mi verga con más fuerza.
Coloqué mi dedo pulgar sobre su clítoris y entonces comencé a estimularlo. Lo acariciaba presionando y realizando círculos a su alrededor, podía sentir su erección también, sus gemidos aumentaban en frecuencia e intensidad.
Llegó el momento y… Alcanzó el orgasmo, sus paredes vaginales se contraían y apretaban los bordes de mi miembro, mientras repetía “Si! Cógeme!, Ah… Sí!!, Así, Cógeme!!!!”…